Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Kitsune no kokoro por Takaita Hiwatari

[Reviews - 532]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

KITSUNE NO KOKORO:

Takaita Hiwatari

Capítulo 29: "Un final feliz imposible":

 

Cuando Sasuke y Naruto terminaron de comer e hicieron algunas tareas domesticas, ambos se encaminaron al bosque. El rubio caminaba unos pasos por delante, observando todo a su alrededor con la misma alegría de siempre, como si esperase descubrir algo nuevo entre los árboles de un día para otro. A pesar de que Sasuke no podía verle el rostro, estaba seguro de que una estúpida sonrisa emocionada le adornaba los labios a Uzumaki. Sin duda alguna esa bola de pelos era la felicidad personificada cuando estaba en el bosque.

 

De pronto Naruto se detuvo y encaró a su amigo.

 

-Sasuke, te voy a dar algo.

 

El nombrado también detuvo sus pasos, con una expresión curiosa apenas perceptible mientras se metía las manos en los bolsillos del pantalón.

 

-¿Y qué es?

-Algo que te gustará.

 

Sin decir nada más, reuniendo chakra en pies y manos trepó el tronco de un árbol considerablemente alto hasta detenerse un poco más arriba de la mitad, donde podía verse un agujero en la madera. Naruto se llevó un leve susto al ver un par de pequeños ojos relucir en la oscuridad del agujero, pero pronto descubrió que se trataba de un búho que huía de la luz del día y que había encontrado cómodo permanecer ahí, sobre todas las cuerdas y algunas armas que el rubio había guardado en aquel lugar.

 

-Oye, este hueco es mío -le dijo, y al instante vio como el animal torcía de la cabeza de una forma exageradamente graciosa, parpadeando. -Tienes que salir de aquí.

 

Viendo que sería imposible echar de ahí a aquel búho con otro método que no fuera mediante la fuerza bruta, Naruto se dio por vencido y descendió al suelo para trepar a otro árbol no muy lejano.

 

-¿Con quién demonios hablas, dobe? -cuestionó intrigado.

-Con un búho. Ese hueco es mío y lo ha ocupado sin más -protestó con un breve mohín de disgusto, mientras descendía por el tronco con un rollo de cuerda sobre el hombro. -Toma, Sasuke, esto es para ti -dijo extendiéndosela con una sonrisa. -Yo tengo mucha y no la uso.

-Ah... -musitó, y aunque su expresión era neutral, una gotita de sudor se deslizó por su sien. Había esperado que Naruto le diera otra cosa, ¿pero qué podría darle? No tenía absolutamente nada. -¿Por qué me das esto... otra vez? -si la memoria no le fallaba, en su cumpleaños el rubio le dio lo mismo.

-Sé que te gusta cortar cuerdas. ¡Si quieres te daré todas las que tengo! -exclamó alzando los brazos para dar a entender que tenía muchísimas. Señaló todos los árboles a su alrededor, agregando. -Durante todos estos años, he estado guardando armas y cuerdas en los huecos de los árboles y en mi cueva.

 

En un gesto nada disimulado, Sasuke se estampó la palma de la mano contra la frente, reprimiendo un "usuratonkachi". No podía ser posible que todavía realmente Naruto no hubiera entendido que dijo aquello únicamente para ayudarle:

 

El pelinegro cogió el kunai clavado en la hierba y se acercó a la trampa, cortando la cuerda.

 

-Si haces eso la trampa no funcionará -comentó Naruto como si sólo él supiese eso.

-Gracias por decírmelo -contestó serio, pero con un leve tinte de sarcasmo.

 

Naruto nuevamente no entendió ese tono, así que ladeó un poco la cabeza. Observó cómo Sasuke cortaba la cuerda de otra trampa.

 

-¿Por qué haces eso?

-Me gusta cortar cuerdas.

-...eres un humano algo extraño -arqueó una ceja, confundido.

 

-Naruto, aquello sólo fue un sarcasmo.

-Oh... Por aquel entonces no entendía ese tono tan raro -comentó pensativo. -¿Entonces no te gustan? -quiso asegurarse.

-No -respondió sinceramente. No era algo que le llamara tanto la atención como para decir que le gustaba. Simplemente era una cuerda, y ya.

-Entonces... ¡Entonces...!

-¿Mn?

-¿No te gustó mi regalo de cumpleaños? -afirmó con cierto toque de alteración en su tono de voz. -¿Por qué no me lo dijiste? -apenas vio al otro encogerse de hombros, seguramente porque no sabía qué responder. -¡Ahora tengo que darte un regalo de cumpleaños que te guste para compensarte!

 

Y Sasuke pensó sin proponérselo que un excelente regalo de cumpleaños atrasado sería poder ver a un Naruto adolescente, vistiendo la yukata azul con el símbolo del clan a la espalda que Sakura le regaló. Para ser más específico, vistiendo únicamente esa prenda. Pudo visualizar a Naruto recostado en su cama, con las piernas un poco separadas, mostrando los muslos de forma sugerente; y los brazos estirados sobre su cabeza, revelando gracias a la apertura de la prenda el bronceado pecho hasta casi el ombligo. Los ojos azules entrecerrados y mostrando un brillo que seguramente le calentaría la sangre en segundos, en las mejillas un tenue rubor apenas perceptible, y la boca ligeramente abierta en espera de ser devorada en un apasionado beso que él muy gustoso estaba dispuesto a darle.

 

Salió abruptamente de su escabrosa imaginación cuando un fugaz cosquilleo le azotó en el bajo vientre y sintió un excesivo calor en las mejillas. Automáticamente inclinó el rostro con el entrecejo dolorosamente fruncido.

 

-Joder... No soy un pervertido -se masculló a sí mismo con cierto enojo.

-¿Por qué dices eso?

 

Algo alarmado por descubrir que había sido escuchado, Sasuke levantó la cabeza con cierta rapidez, viendo a Naruto mover ligeramente las peludas orejas. ¡Maldición! Por eso le había escuchado ese susurro apenas audible, gracias a su desarrollado sentido del oído animal. Carraspeó, mostrando una expresión neutra mientras observaba a su alrededor de forma casual e ignorando descaradamente la pregunta.

 

-No entiendo esa absurda manía que has tomado de pronto por querer compensarme por todo.

 

El rubio se encogió de hombros antes de contestar.

 

-Simplemente pienso que te lo mereces.

 

Uchiha se mantuvo en silencio, reprimiendo un "Piensas mal" que quiso decirle. Arqueo una ceja de forma sutil al ver que el kitsune se llevaba una mano a la nuca con una tímida sonrisa queriendo formarse en sus labios.

 

-Sasuke.

-Qué.

-¿Sa-sabes...? El uno de enero es mi cumpleaños... -comenzó a decir, aunque rápido se corrigió. -En realidad no es mi cumpleaños de verdad, pero como te dije una vez, al no recordar la fecha exacta el uno de enero me agrego un año más. Durante esos cien años estuve tan centrado en mi entrenamiento y mi venganza que olvidé el día. Aunque creo que era sobre esta fecha.

-No me has dicho nada nuevo, dobe.

-¡Pero no es eso lo que quería decir! -y al instante volvió la timidez de hace un momento. -Lo que quería saber era si me regalarás algo ese día. ¡Sería mi primer regalo en mi cumpleaños!

 

Sasuke pensó por un momento que sin duda Naruto sería tremendamente feliz si junto a todos los amigos que éste había conseguido hasta ahora celebraran su cumpleaños. Probablemente ese tonto lloraría de emoción.

 

-Claro. Podría regalarte calzado para que dejes de ensuciar la casa por estar todo el tiempo con los pies sucios.

-¿Ah? -arqueó una ceja y frunció la otra, desagradándole la idea. -¡No!

-O podría regalarte un equipo de limpieza para las tareas del hogar -comentó llevándose una mano a la barbilla en una pose interesante.

-¡Ni hablar!

-Quizá te gustaría más un buen cepillo para arreglarte esa maraña amarilla, naranja y blanca que llamas pelo.

-¿¡Cómo que maraña!? -protestó ofendido, con las orejas y la cola alzada y casi echando humo por la nariz.

 

Finalmente el más alto hizo un gesto con ambos brazos.

 

-Nada te parece bien, dobe. Mejor no te regalo nada.

-¡No! ¡Espera, no! -gritó casi interrumpiéndole. -¡Lo que sea estará bien! ¡Cualquier cosa que venga de ti me gustará! ¡Te lo aseguro! -habló acelerado.

-Hn -sus labios se curvaron ligeramente en una tenue sonrisa sin rastro de burla. Le había agradado aquella parte de "cualquier cosa que venga de ti".

-Me haría enormemente feliz recibir un paquete envuelto en un llamativo papel naranja. ¡Así de grande! -alzó una mano a la altura de su pecho, indicándole cómo le gustaría que fuera el tamaño de su regalo. -Y después, al abrirlo... ¡Woah! ¡Dentro habría un tazón de ramen gigante con mucha, mucha carne de cerdo! -exclamó alzando los brazos con una alegría infantil.

-Tan idiota como de costumbre -susurró Sasuke reprimiendo un suspiro. ¿De verdad pensaba que existían tazones gigantes de ramen?

 

El kitsune se llevó las manos al estómago, frotándolo con emoción y relamiéndose constantemente al imaginarse devorando el tazón gigante de ramen de sus ilusiones. Y a pesar de que escuchó el insulto de Sasuke, lo ignoró y se encaminó al río siendo seguido por el otro.

 

-Ahora me apetece bañarme en el río.

-¿Y cuándo no? -se murmuró siguiéndole. -Oe, ¿no te molesta la temperatura del agua? El sol apenas calienta ya.

-No. Me gusta el agua fría, siempre me he bañado ahí -y sin más salió a correr, sintiendo prisa por llegar.

 

Sasuke soltó un suspiro audible y continuó caminando a su paso. Cuando estaba próximo a su destino se detuvo al sentirse observado. No sentía ningún chakra, pero estaba seguro de saber de quién se trataba. Se puso alerta al percibir una ráfaga de viento, ese alguien se acercaba con velocidad. En el último segundo se hizo a un lado sin moverse mucho, haciendo que Naruto cayera de boca en el suelo con un ruido sordo y levantando algo de polvo.

 

-Ouch... -murmuró el rubio desde el suelo.

-¿Qué pretendías saltándome encima desde un árbol, idiota?

 

El insultado se puso de pie, sacudiéndose la ropa.

 

-Quería saltarte encima y sorprenderte. Pero es imposible, ¡pareces tener ojos en la nuca! -protestó. -¿Cómo es posible que me hayas visto? ¡Estabas dándome la espalda!

-No me subestimes. No necesito verte, con escucharte me basta.

 

Naruto arrugó los labios y el entrecejo, sintiendo envidia. Ese idiota de Sasuke... ¡siempre tan perfecto!

 

-¡Hum! -hizo un gesto airado con la cabeza, alzándola con orgullo y pasando junto al otro. De pronto y sin previo aviso, le soltó un puñetazo directo al rostro, pero Sasuke lo detuvo con una mano. Alzó una pierna para patearle en un costado, pero la otra mano de su amigo soltó la cuerda y le detuvo. Gruñó con frustración. Lo que había empezado siendo un juego, se estaba tornando más serio para él. -Todavía no he terminado.

 

Sin soltar al kitsune, el pelinegro se inclinó un poco para tener más cerca el bronceado rostro y susurrarle con una ligera sonrisa torcida.

 

-Tendrás que hacer más que esto si quieres al menos llegar a rozarme, dobe.

 

Uzumaki se sintió atontado cuando el cálido aliento de su amigo le golpeó de forma sutil en los labios, y el calor se formó en sus mejillas, olvidando por completo que estaba siendo sujetado por un puño y una pierna de forma incómoda. Pero en menos de un segundo salió abruptamente de su burbuja de enamorado al sentir una fuerte patada en el estómago que le tiró al suelo. Se acarició la zona adolorida, observando al otro con enojo.

 

-Estamos en una pelea, ¿no? No te quedes mirándome como un tonto.

 

A Sasuke no le preocupaba emplear fuerza en sus golpes, ya que era consciente del poder de sanación que poseía Naruto, y que gracias a éste el dolor pasaba muy rápido. Con curiosidad disimulada siguió con la mirada al otro cuando se puso de pie y trepó por el tronco de un árbol.

 

-¿Otra vez vas a saltarme encima?

 

Si no le había funcionado antes, ¿qué le hacía pensar a ese tonto que ahora sí? Al percibir un destello metálico acercarse a él, saltó para esquivarlo, descubriendo que se trataba de un shuriken que seguramente el rubio había sacado de algún agujero en el tronco que acababa de subir.

 

Desde la altura, Naruto saltó cayendo con agilidad en el suelo y sujetando en su mano derecha un kunai; sus ojos azules brillaban con decisión. Estaba seguro de que portando un arma tenía gran ventaja sobre Sasuke y le ganaría. Se acercó corriendo a él, atacándole con patadas o con el kunai de forma consecutiva, pero el más alto le evadía perfectamente ayudándose de sus brazos y piernas para frenar los golpes sin recibir daño alguno. Frunció el ceño con frustración y de un salto se alejó para mantener cierta distancia con el otro que se mostraba ante él erguido y tranquilo.

 

¡Maldito Sasuke! ¡Siempre tan perfecto!

 

Pensó en utilizar el kage bunshin, pero eso sería un dos contra uno y sería humillante no poder contra Sasuke en un uno contra uno. ¿Tan grande seguía siendo la diferencia de nivel entre Sasuke y él? No se detuvo más a pensar, y haciendo uso de su gran velocidad se acercó corriendo al otro, consiguiendo propinarle un puñetazo en la mejilla. Intentó un segundo golpe, pero en esta ocasión su puño fue interceptado y sujetado con firmeza, sin permitirle alejarse. Tiró con cierta brusquedad, pero Uchiha no liberaba su puño. Chasqueó la lengua y frunció el ceño. Justo cuando pensaba hacer uso del kunai, vio que Sasuke entreabría la boca y con un movimiento lento deslizaba la punta de la lengua por el lado izquierdo del labio inferior, recogiendo una pequeña gota de sangre producto del golpe anterior recibido. Inconscientemente él también entreabrió la boca y asomó apenas la punta de la lengua, repentinamente hipnotizado con los labios contrarios. Pero sacudió la cabeza con rapidez para despabilarse.

 

-¡Deja de hacer cosas para distraerme, teme! -protestó ruborizado.

 

Sasuke no entendió aquella queja, pues él no había hecho nada con intención de despistar a Naruto. No al menos intencionadamente.

 

-¿Qué dices? Si te distraes es culpa tuya, dobe -rebatió con una firme seriedad.

-¡No es cierto!

 

El kitsune no tuvo tiempo de seguir quejándose cuando sintió un rápido golpe seco en la muñeca que le hizo tirar el kunai sin querer. Un tirón en su brazo derecho le hizo desistir de su intento de agacharse a recuperar el arma, y un quejido se le escapó cuando su amigo le torció el brazo tras la espalda de forma dolorosa. Intentó alejarle, pero cualquier movimiento brusco le provocaba más dolor en el brazo. Y finalmente se detuvo por completo al sentir los dedos índice y corazón de Sasuke apoyarse en el lado izquierdo de su cuello, como si fueran un arma filosa amenazante a punto de cortarle.

 

-Es inútil -susurró el más alto.

 

El cálido aliento golpeando contra la sensible y peluda oreja provocó que ésta se agitara brevemente en un tic inconsciente. Un rubor de vergüenza y enojo apareció en las bronceadas mejillas. Sasuke tenía razón, era inútil; era inútil pelear contra él, ¡le era imposible concentrarse! A cada momento se distraía y se quedaba embelesado como un idiota mirando a Sasuke como si fuera la perfección personificada en toda la tierra.

 

¡Era tan vergonzoso y frustrante...!

 

Le resultaba mil veces más fácil tener una pelea contra Lee, que contra Sasuke, aunque al final el resultado en ambas peleas fuese el mismo de una forma u otra.

 

-Suéltame, teme -masculló enojado consigo mismo.

-¿Te he herido el orgullo, kitsune?

 

Uzumaki se removió inquieto e intentó esconder la cabeza como si de una tortuga se tratase para dejar de sentir el aliento de Sasuke azotando en su oreja de forma agradable. ¡Seguro que lo hacía apropósito!

 

-¡Juro que algún día te patearé el trasero! Tú... ¡creído!

-¡Hum! -una breve risita jocosa se le escuchó antes de contestar todavía con ese tono de voz confidente, como si lo que le decía fuese un secreto. -Esperaré impaciente ese día -finalizó con un ligero sarcasmo, soltándole.

 

Naruto giró mientras se acariciaba el hombro con una mueca de total berrinche adornando su rostro, viendo como el pelinegro se metía las manos en los bolsillos del pantalón y caminaba tranquilamente el poco trayecto que quedaba hasta el río.

 

En cuanto Uchiha se sentó en la orilla, vio pasar al rubio corriendo, totalmente desnudo, y lanzarse al río de un gran salto que le empapó a él parcialmente.

 

-¡Ten más cuidado, idiota!

-¡No es mi culpa que estés tan cerca! -rebatió Uzumaki, sacándole la lengua después.

 

Naruto pensó la posibilidad de quedarse allí nadando y chapoteando hasta que el sol se ocultara, pidiéndole de vez en cuando a su amigo que se uniera a él con insistentes: "¿Nos bañamos juntos?", que el otro respondía con sus típicas negativas. La alegría del kitsune aumentó al ver aparecer entre los arbustos al zorrito Naruto, pensando que por fin tenía a alguien con quién jugar; pero su felicidad se evaporó al ver que el animal no le prestaba atención e iba directo hacia Sasuke, pidiéndole caricias con suaves ruiditos como la vez anterior.

 

Las peludas orejas, a pesar de estar empapadas, se irguieron completamente del enojo y casi echa humo por la nariz al ver a Sasuke complaciendo al pequeño Naruto con caricias en el lomo. Quiso gritar y quejarse, aunque no sabía si gritarle al animal o a Sasuke. Se revolvió el cabello con ambas manos, dejándolo más alborotado que de costumbre, en un intento de eliminar esa odiosa sensación en su interior. ¡No quería estar celoso nunca más! Finalmente decidió apartar la mirada; si no veía nada, no sentiría celos. Aun así, gracias a su sensible oído escuchaba los ruiditos de júbilo que hacía el animal, crispándole los nervios.

 

Nadó a la orilla y salió del agua para empezar a vestirse sin importarle en absoluto estar empapado. Cuando terminó se acercó a Sasuke, el cuál le escuchó pero no alzó la vista para verle mientras le hablaba.

 

-Nunca imaginé que los zorros ordinarios son animales afectivos con los humanos -comentó sin dejar de acariciar al pequeño Naruto.

-No lo son -respondió más serio de lo que quiso mostrarse. -Por algún motivo que desconozco, Naruto se ha encariñado contigo, siendo que eres un teme mandón y gruñón.

 

Sasuke captó al instante el tono enojado que empleó el rubio al hablarle. Con cierta curiosidad alzó la mirada, sin comprender aquel enfado, siendo lo primero que vio el entrecejo fruncido y los ojos azules carentes de aquel brillo de alegría.

 

-¿A qué viene eso, usuratonkachi? -cuestionó con seriedad.

-Me voy a casa -fue todo lo que dijo

 

Con un gesto airado, Naruto se dio la vuelta. Sasuke alzó una mano para detenerle, pero no lo consiguió porque justo en ese momento la peluda y mojada cola le golpeó de lleno en la cara después de que el rubio se girara. Con un leve gruñido, se retiró la humedad del rostro mientras se ponía de pie y caminaba tras el otro, olvidando completamente al pequeño Naruto que le llamaba con estridentes ladridos.

 

-Tú... ¡dobe!

 

Pero no recibió respuesta alguna, ni siquiera otro insulto, y el mencionado tampoco se detuvo. Caminando un par de pasos detrás de Naruto, comenzó a estudiarlo con la mirada. Las orejas y la cola estaban agachadas, y todo el cuerpo parecía estar tenso. Una sutil sonrisa verdadera se quiso formar en sus labios cuando entendió todo. No había duda alguna, ese tonto kitsune estaba celoso de nuevo, lo que provocó que su ego se inflara de una tonta alegría que no pudo evitar. Naruto y sus celos de niño siendo expresados con un berrinche. Aquello le causaba gran satisfacción. Pero por otra parte le daban ganas de reír, ¿realmente consideraba Naruto a ese cachorro de zorro una amenaza como para causarle celos? Entendía que sintiera celos de Sakura, ¿pero sentir celos de un cachorro de zorro? Tal vez, al ser Naruto mitad animal provocaba que sintiera celos de otros animales; aquello tenía sentido. ¿Pero acaso era ese rubio tan tonto como para pensar que él podría sentir algo especial por un animal? Él no era zoofílico.

 

-Es toda una sorpresa que hayas resultado ser tan celoso -comentó el pelinegro, comenzando a caminar a su lado. -No te gusta que acaricie a otra bola de pelos. Es sólo un cachorro.

 

Naruto se sonrojó por la vergüenza, pero su ceño se frunció también.

 

-¡Yo soy un niño, y conmigo no eres así de afectivo! -le reprochó casi en un grito.

 

El más alto guardó silencio, reconociendo que con el rubio no podía ser así de afectivo. Para empezar, el cachorro de zorro no despertaba ningún deseo en él como lo hacía el usuratonkachi que caminaba a su lado, por eso era sencillo brindarle unas simples caricias a aquel animal pero no dárselas a Naruto. Cuando tocaba a Uzumaki, era como si un chispazo de corriente le azotara por completo, aunque hasta el momento lograba disimularlo tras su máscara de expresión neutra.

 

Al no recibir respuesta, el kitsune siguió quejándose.

 

-¡Eres tan injusto...! ¡La mayoría de las veces te apartas de mi lado, no quieres tocarme, ni...! -pero un par de blancos dedos sobre sus labios le hicieron callar.

-Silencio -demandó con voz tranquila. Cuando tuvo la certeza de que el otro obedecería, alejó la mano y se llevó ambas a la cintura. -¿Te vas a poner así cada vez que esté cerca de alguna persona o animal?

 

Aquella pregunta fue formulada con tal calma que hizo sentir avergonzado al rubio, coloreándole las mejillas de un tenue sonrojo y haciéndole apartar la mirada. Sin saber qué responder, se mordió el labio inferior y cerró los ojos con fuerza. ¡Él no quería sentirse así cada vez que veía a Sasuke cerca de alguien más, pero no podía evitarlo! Por otra parte se sentía confundido y perdido; era la primera vez en su vida que estaba enamorado, nunca antes había tenido ese tipo de sentimientos por alguien más y no sabía qué hacer o decir exactamente para que Sasuke sintiera lo mismo que él. Horas atrás le había confesado que es especial, le había dicho lo importante que es para él, pero su amigo no le había correspondido. No al menos como le habría gustado.

 

Ante el pesado silencio, Sasuke miró al cielo y tomó aire, dejándolo escapar después en un largo y suave suspiro mientras pedía un poco de paciencia. No podía quejarse de los celos de Naruto, pues él también los sentía como cuchillas clavándose en su pecho cuando veía a alguien cerca de ese dobe. Volvió la mirada al frente, percatándose de que todavía el rubio estaba cabizbajo. ¿Estaría llorando? Como si fuera la primera vez que lo hacía, algo dubitativo levantó una mano hasta posarla con suavidad en la cabeza del kitsune, deslizándola después hasta una de las agachadas orejas para rascar mientras le hablaba.

 

-Olvida lo que he dicho. Mejor vamos a casa.

 

Cuando el pelinegro retiró la mano y dejó de sentir su contacto, asintió y alzó la cabeza, sin saber que había causado alivio en Sasuke al comprobar que no estaba llorando.

 

-Pero primero quiero ver a papá y mamá.

-Está bien -respondió, conteniendo un bufido. ¿Es que no podía estar un solo día sin visitarlos?

 

Para alivio del pelinegro, apenas estuvieron ahí unos pocos minutos y después se marcharon a la aldea. Le llamó la atención que mientras caminaban por el bosque, sintió la mano de Naruto rozar un par de veces la suya, haciéndole creer que le tomaría de la mano para caminar. Tontamente aquello le puso algo nervioso, por lo que con disimulo se llevó las manos a los bolsillos del pantalón en un movimiento casual. Después de aquello, no cruzaron palabra hasta llegar a Konoha; y Sasuke no sabía decir si aquel era un silencio tenso o agradable.

 

Naruto había ocultado sus rasgos animales unos metros antes de cruzar el portón de la villa, y se anudó bien la camiseta atada a la cintura para evitar que se le fuera a caer. Sonrió cuando divisó a lo lejos a Kiba sentado en la baranda de un puente, hablando con Kakashi. Pero arrugó el ceño cuando vio al inseparable Akamaru junto al castaño. Aún así, corrió hasta acercarse a ellos, no sin antes enviarle una mirada amenazante al perro que le contestó con un gruñido.

 

-¡Hola! -saludó Uzumaki. Al tener más cerca a Inuzuka, notó en la mejilla izquierda de éste la llamativa marca roja de una mano. -¿Y eso? -señaló.

 

Kiba se masajeó la zona adolorida mientras dejaba escapar un bufido.

 

-Ah, Naruto. No te vas a creer lo que me ha pasado.

-¿Qué cosa? -preguntó totalmente curioso.

 

Sasuke se acomodó en la pared de una vivienda a varios de pasos de los otros, de brazos cruzado. Al instante vio a Kakashi cerrar su ojo visible en una sonrisa y saludarle con una mano, gesto que el correspondió apenas levantando el brazo.

 

-Estaba con una chica que me gusta mucho... -comenzó a explicar Kiba, siendo interrumpido por el de ojos azules.

-¿Una cita? -cuestionó con emoción infantil.

-Se podría decir que sí - se encogió de hombros. -En realidad sólo estábamos dando un paseo. Como la vi tan nerviosa cuando la gente nos miraba al pasar, le sugerí que fuésemos a un lugar donde poder estar solos y tranquilos; pero ella al instante se puso furiosa y me dio una bofetada, gritándome que los hombres sólo pensamos con la cabeza de abajo -frunció el ceño, indignado. -¿Te lo puedes creer? ¡No soy un pervertido! Sólo quería que dejara de estar nerviosa, ¡no iba a hacerle nada! -aseguró, aunque un segundo después se ruborizó un poco. -Bueno, tal vez le hubiese robado un beso, ¡pero nada más! -al notar la mueca de total desconcierto de Uzumaki, sonrió con cierta burla. -No has entendido lo que he dicho, ¿verdad?

 

A Naruto le molestó la sonrisa que Kiba le dedicó, haciéndole sentir tonto. Realmente no había entendido lo que el otro había dicho, pero para no quedar en ridículo, mintió. Mostró una falsa risita suave, como si supiera perfectamente de qué iba la conversación.

 

-Claro... la cabeza de abajo, jeje... -su voz sonó convincente, aunque interiormente se preguntaba qué demonios era "la cabeza de abajo". ¿Acaso los humanos tenían más cabezas que los kitsune y él había ignorado ese hecho todos estos años?

 

Los otros dos observaron con sorpresa a Uzumaki, no esperando que hubiera entendido aquel comentario pervertido disfrazado. La sonrisa burlona de Kiba se amplió antes de hablar.

 

-Vaya, qué sorpresa. El Naruto inocentón que conocimos hace unos meses no habría entendido un comentario como ese -alzó la cabeza, observando brevemente a Uchiha a cierta distancia de ellos. -Parece que pasar tiempo con Sasuke tiene sus consecuencias.

 

Sasuke le devolvió la mirada a Kiba cuando éste le miró, sospechando que quizá estaban hablando de él. Estaba por acercarse para poder escuchar cuando unos comentarios junto con las risitas tímidas de unas niñas le llamaron la atención. Giró la cabeza, descubriendo a tres niñas y un niño de aproximadamente doce o trece años.

 

-¡Qué guapo! -dijo una de ellas.

-Me gustan sus ojos -comentó otra.

 

Sasuke resopló fastidiado, asumiendo que aquellas chiquillas hablaban de él como hacían varias en la aldea. Pero al estudiarlas mejor con la mirada, se dio cuenta de que miraban con una muy mala discreción en dirección a Kakashi, Kiba y Naruto. Al instante las escuchó hablar otra vez.

 

-A mí me gusta su sonrisa.

-¿Sabéis cuántos años tiene? Parece de nuestra edad -volvió a hablar la primera.

 

Ahí Sasuke tuvo la certeza de que hablaban de Naruto, y eso le molestó. Pero a pesar del enojo, se acomodó, escuchando con disimulo la conversación de aquellas chiquillas.

 

-Un día ayudó a mi gatito a bajar de un árbol, y no pidió nada a cambio. Mi gatito le arañó la cara después, pero por suerte veo que no le han quedado marcas -finalizó con un largo suspiro enamorado, mirando fijamente y sin disimulo a Naruto que hablaba con Kakashi y Kiba.

 

Las otras dos asintieron con la cabeza, hablando una de ellas después.

 

-Una amiga mía me contó que Naruto ayudó a su abuela a llevar unas cosas pesadas. ¡Es tan atento...!

-Pues a mi hermano pequeño un día le mostró cómo lanzar un shuriken, aunque era de cartón.

 

Sin duda alguna, Sasuke confirmó que hablaban de Naruto. Y aunque se sintió celoso, en el fondo le alegró saber que fuera de su círculo de amigos había personas que no veían con malos ojos a Naruto, aunque fueran unas tontas chiquillas enamoradizas. Dejó sus pensamientos de lado cuando escuchó al único chico del grupo hablar.

 

-Para mí no es tan genial, ni siquiera es un ninja -comentó, sintiendo envidia de que el otro fuera el centro de atención de las chicas. -Además, en la aldea se comenta que es un kitsune. Dicen que eso es algo malo, puede ser peligroso.

-Sólo son rumores -aseguró una de ellas al instante, haciendo un ademán con ambos brazos para restarle mayor importancia. -Aunque a mí no me molestaría que lo fuese -miró a sus compañeras. -¿Imagináis a Naruto-kun con orejas y cola de zorro? -preguntó emocionada. -Sin duda se vería adorable, no peligroso. Las otras asintieron con las mejillas ruborizadas y los ojos brillantes de emoción. Sasuke chasqueó la lengua y evitó que su ceño se arrugara más de lo que ya estaba. -Y Konohamaru-kun me ha contado que Naruto-kun venció a Ebisu en una pelea sin apenas tocarle.

-¡Eso no puede ser posible! -contradijo el único chico del grupo.

 

Uchiha parpadeó incrédulo, aunque apenas mostrándose en su expresión. ¿Naruto venció a Ebisu? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Estaban hablando del Ebisu que él pensaba? Aunque no conocía a ningún otro Ebisu más. Quiso continuar escuchando, pero ellas habían vuelto a hablar sobre lo guapo que era Naruto y la posibilidad de invitarle a una cita. ¡Ja! Pobres ilusas, la bola de pelos no les haría el menor caso. Lo mejor sería dejar de escuchar aquella conversación absurda e ir con Uzumaki.

 

Nada más llegar con los otros, Kakashi le puso una mano en el hombro, llamándole la atención.

 

-¿Me prestas a Naruto un momento, Sasuke? Me gustaría hablar con él a solas.

 

El pelinegro tuvo un mal presentimiento con aquella repentina petición tan excesivamente amable. Estaba por negar, pero Naruto se adelantó a contestar.

 

-¿Por qué le pides permiso a él? ¡Yo puedo decidir por mí mismo!

 

Hatake se llevó ambas manos a la cintura, esbozando una sonrisa bajo la máscara.

 

-Tienes razón. Entonces, sígueme -hizo un movimiento de cabeza, indicándole el camino antes de echar a andar.

-Ahora vuelvo, Sasuke. ¡No tardaré! -avisó.

 

Naruto caminaba un par de pasos por detrás del jounnin, sintiendo curiosidad por saber qué le diría. Del bolso trasero del adulto vio sobresalir un libro que le llamó la atención, así que con todo el sigilo del mundo tiró suavemente hasta sacarlo y abrirlo más o menos por la mitad sin dejar de caminar. Por el título supo que era uno de los libros de Jiraiya.

 

-¿Cómo te va todo, Naruto? -cuestionó sin detenerse.

-Supongo que bien -guardó unos segundos de silencio, leyendo unos renglones de la página derecha. -¿Y a ti cómo te va con Iruka sensei? ¿Lo has vuelto a estampar en la pared de la cocina para aparearte con él? ¿O sólo fue aquella vez? -preguntó con sincera curiosidad e inocencia.

 

Kakashi se puso rígido, y se detuvo tan repentinamente que Naruto no pudo evitar chocar con él y darse en la cara con el libro abierto.

 

-¡N-no digas eso en mitad de la calle! -masculló girándose con leve nerviosismo.

 

Uzumaki se acarició el puente de la nariz con cierto disgusto por la detención brusca del otro. Cerró el libro y se lo devolvió con expresión aburrida al más alto.

 

-No entiendo nada de lo que dice aquí -comentó sin hacer caso de las palabras del otro.

 

Kakashi recogió el libro y lo guardó, pensando que era normal que Naruto no pudiera apreciar una obra de arte como aquella con semejante inocencia que poseía. Tomó al rubio de la muñeca y lo guió hasta un banco, sentándose ambos en el. Al lo lejos todavía podían divisar a Sasuke y Kiba.

 

-Bueno, Naruto, ya que has iniciado con preguntas de ese tipo, yo también quiero hacerte una -dijo como excusa, pues desde el principio quería decirle lo que iba a peguntar a continuación.

-¿De ese tipo? -reiteró.

-Ya llevas algún tiempo viviendo en Konoha. ¿No hay nadie que te guste? -cerró su ojo visible en una sonrisa para que el otro tuviera confianza de responder.

 

Naruto bajó la mirada, sintiéndose incómodo con la pregunta. Primero Itachi preguntando ese tipo de cosas, y ahora Kakashi. ¿Por qué a los demás les interesaba saberlo? Sólo quería que Sasuke lo supiera de momento, nadie más.

 

-No -fue todo lo que respondió, sin alzar la mirada.

-¿Mn? -giró a verle, totalmente curioso. -¿No? -reiteró con una interior desconfianza.

-No -insistió sin moverse.

 

Kakashi no se molestó en ocultar la sonrisa divertida que apareció en sus labios, pues la máscara la tapaba. En ese momento agradecía totalmente que Naruto fuese alguien tan crédulo.

 

-¿Sabes, Naruto? Nunca te lo he dicho, pero tengo un poder especial.

 

Al instante el mencionado alzó la cabeza para observarle con total atención y emoción.

 

-¿De verdad? ¿Qué poder?

-Sé leer la mente.

 

En un parpadeo Naruto estaba en la otra punta del banco, intentando taparse la cabeza con ambos brazos y medio negando con movimientos frenéticos, totalmente asustado de que el adulto pudiera leerle la mente.

 

Kakashi se sintió divertido con aquella reacción. Naruto se lo había creído, como siempre.

 

-Eso me hace sospechar que tienes algo que ocultar. ¿Tal vez sí te gusta alguien? -fue perceptible para él la tensión que sufrió el cuerpo del rubio ante aquella pregunta. -Mn... déjame ver.

-¡No me leas la mente! -protestó.

-Oh, es demasiado tarde. Tu mente está llena de pensamientos sobre Sasuke.

 

Naruto se encogió en su lugar, totalmente abochornado y sonrojado.

 

-¿Có-cómo...? -musitó incómodo. -No se lo digas a nadie -dijo al final, derrotado por haber sido descubierto.

 

Kakashi sonrió con malicia en su interior, satisfecho de que su mentira hubiese logrado hacer confesar a Naruto lo que él ya sospechaba. Ese kitsune suspiraba por Sasuke.

 

-Dejaré de leerte la mente, ¿de acuerdo? Pero contéstame con sinceridad, ¿qué sientes por Sasuke?

 

El rubio dejó de cubrirse la cabeza y volvió a acercarse a Kakashi para que nadie más pudiera escuchar lo que iba a decir.

 

-Sasuke es... -con desconfianza miró hacia donde el mencionado cruzaba algunas palabras con Kiba, temiendo que incluso hablando bajo le pudiera escuchar a semejante distancia. -Es un buen amigo.

-¿Eh?

 

En cuanto Naruto tuvo la mirada del jounnin sobre él, temió que volviera a leerle la mente, así que lo confesó todo de un tirón.

 

-¡Sasuke me gusta! ¡Me gusta mucho! ¡Estoy enamorado de él! -masculló a toda velocidad, apenas siendo entendible lo que dijo. -¡Pero no me leas más la mente!

 

¡Bingo! Por fin le había sacado a Naruto las palabras que él ya sospechaba. Había sido más fácil de lo que esperaba. Y al kitsune parecía que le había costado mucho pronunciar aquellas palabras, pues su respiración se había agitado un poco, tal vez por la tensión o los nervios.

 

-¿Y desde cuándo tienes esa clase de sentimientos por Sasuke? -preguntó con calma.

-No sé desde cuándo. Me di cuenta leyendo un libro hace poco.

-¿Mn? -el ojo visible de Hatake se abrió un poco más debido a la sorpresa. Esa era una respuesta que Sai habría dicho si se lo hubiera preguntado a él. -¿Quieres decir que si no hubieses leído ese libro todavía ignorarías tus sentimientos hacia Sasuke?

-Tal vez -atinó a decir, llevándose una mano a la nuca en un gesto nervioso mientras observaba el suelo como si fuese lo más interesante en aquel momento. -Es la primera vez que tengo esta clase de sentimientos, por eso pensaba que Sasuke era un amigo más especial que los demás.

 

Kakashi reprimió un suspiro, pensando que realmente la inocencia de Naruto era única.

 

-¿Y se lo vas a decir a Sasuke?

-Me gustaría, pero en el fondo tengo miedo -confesó sin mirarle, todavía se mantenía cabizbajo.

-Es comprensible que tengas miedo al rechazo, más siendo tu primera vez, pero si no se lo dices no sabrás si eres correspondido.

 

Entonces Naruto levantó la cabeza para observar fijamente a Kakashi en silencio, como queriendo decirle algo; a continuación giró a mirar a Sasuke unos breves segundos para después volver la vista al adulto.

 

-Tú... ¿crees que yo podría ser correspondido?

-¿Acaso tú no lo crees? -contestó con otra pregunta para no tener que responder la de Naruto, pues no sabía qué decirle.

 

Uzumaki suspiró por la nariz y volvió a bajar la mirada, balanceando las piernas suavemente hacia delante y atrás mientras respondía.

 

-Me atreví a preguntarle a Sasuke si yo podría gustarle -hizo un ligera pausa antes de continuar. -Y él me dijo que nunca le gustaría porque soy un niño y un zorro. Entonces le pregunté si le gustaría si fuese una chica, ¡incluso me transformé en una!

-¿Y...? -le apremió a continuar.

-Me contestó que así le gustaría menos todavía -habló con notable frustración en su tono de voz. -No lo entiendo. ¿Qué tengo que ser para gustarle?

 

La expresión de Kakashi se suavizó, sin saber qué contestarle; aunque en el fondo quisiera darle ánimos a Naruto para que no se rindiera no sabía si eso estaría bien, pues podría crearle falsas esperanzas.

 

Ante el silencio, el de ojos azules continuó hablando.

 

-Había pensado convertirme en un adolescente de la edad de Sasuke, pero no creo que así le guste porque seguiría siendo un zorro, y mi mentalidad seguiría siendo la misma que tengo ahora. Eso no cambia gran cosa, sólo mi apariencia exterior.

 

Hatake llevó la mirada a Sasuke mientras meditaba que Naruto no había planteado la pregunta correcta. La cuestión ahí no era lo que Naruto debía ser para gustarle a Sasuke, sino lo que no debía ser para gustarle. Estaba seguro de que el problema ahí era que Sasuke rechazaba a Naruto por su condición animal, no porque fuera alguien de su mismo sexo, o un niño.

 

Todavía recordaba la conversación que tuvo con Sasuke una de las noches en las que ambos estuvieron de misión. Recordaba las miradas cortantes que le dedicaba el pelinegro cada vez que mencionaba los nombres "Sai" y "Naruto" en la misma frase; y cómo olvidar su palpable angustia en aquella conversación:

 

-Sai no está enamorado de Naruto -masculló, afirmándolo con una seguridad aplastante. -Además, ¿qué puede tener de ventajoso estar enamorado de una bola de pelos? -apenas pasaron dos segundos de silencio desde que formuló aquella pregunta, y como no recibió respuesta, se sintió frustrado. -¡Nada! No tiene nada de ventajoso.

-...Sai será feliz, eso ya es una ventaja.

-¡No me hagas reír, Kakashi! -levantó el tono de voz más de lo que hubiese deseado, y a pesar de sus palabras anteriores, su rostro estaba sumamente serio, sin mostrar el más mínimo amago de risa. -¿Feliz hasta cuándo? ¿Hasta que todos le tachen de zoofílico? ¿De pederasta? ¿O tal vez hasta que algún aldeano intente dañar al idiota de Naruto de nuevo?

-Si están juntos, superarán los problemas y serán felices.

 

Sasuke sintió el estómago revuelto, y tuvo la sensación de que la cena de horas antes quería ir a parar a su boca al imaginarse lo que Kakashi había dicho. Sai y Naruto, juntos y felices.

 

-¿Juntos cuánto tiempo? -vociferó. -¡Los humanos no llegamos ni a los cien años, y los kitsune viven diez mil años! ¿¡Y entonces qué!? ¡Ese dobe se quedará solo otra vez! Joder... ¡no hay nada ventajoso en eso!

 

Kakashi se mantuvo en silencio, percibiendo la angustia que Sasuke sentía. Su ceño fruncido, sus pupilas contraídas por el enojo y brillantes por el reflejo del fuego en ellas, su cuerpo tenso y su respiración agitada.

 

-Naruto -le llamó el adulto con voz suave. -¿No dicen las leyendas que los kitsune tienen prohibido estar con humanos?

-Es cierto. Pero yo realmente quiero estar con Sasuke ¡Es lo que más deseo! Cuando nos besamos, siento...

-¿¡Os habéis besado!? -casi gritó, impactado, temiendo después haber sido escuchado por alguien más.

 

Uzumaki giró a verle con una expresión confundida e inocente en su rostro.

 

-¿Por qué te sorprendes? ¿No habías leído eso en mi mente? -al no recibir otra respuesta que no fuera la mirada estupefacta de Hatake, se asustó. -¿¡No lo sabías!? -se cubrió la boca con ambas manos al instante, como si con eso pudiese remediar algo.

 

El adulto solamente atinaba a parpadear con sorpresa. Aquella revelación le hacía comprender los celos que percibió en Sasuke aquella noche, cada vez que mencionaba que Sai podría ser novio de Naruto. Pero a la vez le había dejado confundido.

 

-Hay algo que no entiendo, Naruto -cuando los ojos azules le observaron, continuó hablando. -¿Por qué dices que no sabes qué hacer para gustarle a Sasuke? Si Sasuke te ha besado, es seguro que os gustáis el uno al otro.

-En realidad... -balbuceó con algo de timidez. -siempre soy yo quien insiste y presiona a Sasuke para conseguir un beso. Soy yo quien inicia todo -reconoció. -Muchas veces me rechaza y no me quiere cerca, ni siquiera quiere rascarme detrás de las orejas. No quiere que nos bañemos juntos, no quiere que duerma en su cama... -de pronto su entrecejo se arrugó. -¡Siempre me dice que no a todo! ¡Pero ve a Naruto y se pasa minutos y minutos acariciándolo! -se quejó.

-¿Eh? -musitó sin entender la última frase.

-Naruto es mi amigo, es un cachorro de zorro ordinario -explicó más calmado.

 

El de cabello gris procesó lo más rápido que pudo todo lo escuchado. ¿No era el rubio, según palabras de Iruka, una criatura excesivamente inocente? Sin embargo Naruto acababa de confesarle que tomaba la iniciativa en ese tipo de actos. Se mantuvo varios segundos en silencio, intentando comprender la actitud de Sasuke con Naruto. Para él quedó claro aquella vez que estuvo de misión con Sasuke, que éste sentía algo por el kitsune; pero Uzumaki acababa de decir que era él quien tenía que iniciar todo y aún así el pelinegro muchas veces le rechazaba.

 

¿Qué pasaba con Sasuke?

 

Se cruzó de brazos y llevó la mirada al cielo, rememorando la conversación que tuvo con Uchiha aquella noche, queriendo encontrar algo que le hiciera entenderle:

 

-¡Los humanos no llegamos ni a los cien años, y los kitsune viven diez mil años!

 

¿Sería que tal vez...?

 

Pero no pudo completar su pregunta mental porque fue interrumpido por Uzumaki.

 

-Pero no lo entiendo. Mi padre era guapo y fuerte, era un kyuubi; y mi madre era guapa y valiente -se llevó una mano a la barbilla, pensativo mientras continuaba hablando. -Mis padres me dijeron una vez que tengo la cara de mi madre y el cabello de mi padre. Entonces eso quiere decir que estoy buenísimo, ¿no?

 

Kakashi no entendió mucho de aquel monólogo, sólo cerró su ojo visible mientras arqueaba la ceja hacia abajo y dejaba escapar una suave risita desganada.

 

-No entiendo a dónde quieres llegar con eso, Naruto.

-Pues que no entiendo porqué soy rechazado si soy guapo. Eso es importante para los humanos.

-No creo que ese sea el problema.

-¿Um? -musitó curioso. -¿Entonces cuál?

 

Kakashi abrió la boca dispuesto a responder, pero el ver a Sasuke acercarse a ellos le hizo cerrarla y permanecer callado.

 

-Naruto -le llamó Sasuke cuando llegó. -Vamos a casa.

-Pero todavía no he terminado de hablar con Kakashi -respondió. -Espera un poco.

-No voy a esperar -rebatió fastidiado, pues estaba seguro de que aquella conversación era sobre él; de otro modo no entendía el motivo de que él no pudiese saber de qué hablaban, ya que Kakashi y él siempre habían tenido bastante confianza. -Te espero en casa -comenzó a caminar, pensando que Naruto le seguiría al instante como siempre hacía.

 

Y no estuvo muy equivocado. Naruto se había puesto de pie en cuanto le vio alejándose para ir con él, pero un agarre del jounnin en su brazo izquierdo le detuvo y le hizo volver a sentarse.

 

-¿Te vas a ir sin dejarme decirte cuál creo que es el problema? -le susurró con calma.

-¿Y cuál es? -preguntó curioso, aunque sin despegar la mirada del pelinegro que se alejaba.

-Naruto... ¿cuánto tiempo debe pasar para que llegues a ser un adolescente? Y no me refiero sólo al físico, también mentalmente.

 

Y entonces el rubio miró al adulto mientras meditaba la respuesta.

 

-Creo que unos doscientos o trescientos años aproximadamente.

-Mn... es mucho tiempo -comentó para sí mismo, pero fue escuchado por el otro.

-¿Mucho tiempo? ¡Para nada! Cuando menos lo espere, seré mucho más alto, fuerte y guapo de lo que soy ahora -se cubrió los labios con ambas manos para ocultar una risilla divertida e impaciente, deseando que esos trescientos años pasaran rápido.

-Quizá para un kitsune no sea nada, pero para un humano es muchísimo tiempo. Demasiado, ya que un humano ni siquiera puede vivir tantos años.

 

Entonces Naruto reaccionó y su risa se esfumó tan rápido como si nunca hubiese existido, recordando que los humanos no eran tan longevos. ¡Maldición! ¡Lo había olvidado! Por un momento había deseado que los siguientes trescientos años pasaran en un parpadeo para que Sasuke pudiera verle en su verdadera apariencia adolescente y así quizá gustarle.

 

La cruda realidad le dejó algo deprimido.

 

Entonces sintió una mano de Kakashi posarse en su hombro para llamarle la atención mientras con la otra señalaba con discreción a un anciano que caminaba lentamente entre la gente, apoyándose en un bastón de madera.

 

-Sasuke ahora está en la mejor etapa de su vida; es joven, guapo, fuerte, posee talento e inteligencia. Pero comparado con los kitsune, en nosotros es algo efímero y terminamos convirtiéndonos en débiles ancianos.

 

Los ojos azules observaron al anciano, percibiendo la evidente dificultad del hombre al andar y su debilidad; no irradiaba un aura viva y enérgica, sino una apagada.

 

-Ahora, Naruto, por un momento imagina que Sasuke te corresponde y sois una pareja -vio al rubio asentir en un movimiento de cabeza animado. -Mientras Sasuke continua creciendo y envejeciendo, tú seguirás mostrando esta apariencia de niño. La diferencia entre vosotros será abismal, y...

 

El kitsune bajó levemente la mirada, pensando todo lo que Kakashi le decía.

 

-¿Y? -reiteró con un repentino tono de voz apagado. No le estaba gustando esa conversación.

-Probablemente te cansarás de Sasuke y buscaras a alguien joven con quien seguir compartiendo tu vida.

 

Un remolino de sensaciones azotaron a Naruto. No sabía decir si estaba enojado, ofendido o triste; sólo entendía que se sentía realmente mal.

 

-¡Nunca dejaría a Sasuke! -rebatió casi en un grito que sonó algo estridente, apretando los puños con fuerza.

-No creo que a un niño le resulte agradable besar a un anciano de, por ejemplo, ochenta años. Es inevitable, Naruto, terminarás reemplazando a Sasuke por alguien más joven.

 

Naruto mordió su labio inferior con fuerza, desviando la mirada y preguntándose a sí mismo si en un futuro sería capaz de hacer algo tan horrible como abandonar a Sasuke simplemente porque había dejado de ser un hombre joven y activo. Por otra parte, Kakashi tenía razón en que no le resultaba atractivo besar en los labios a un anciano, pero quizá con Sasuke no se sentiría desagradable por ser su persona amada. ¡Realmente no lo sabía!

 

-Pienso que ese es el problema, Naruto, el porqué de la actitud de Sasuke. Le conozco bastante bien y, siendo honesto, pienso que aunque Sasuke sintiera lo mismo que tú, nunca te aceptaría.

 

Y justamente después de escuchar eso, los ojos empezaron a hormiguearle a Naruto por las lágrimas que empezaban a formarse, aunque intentó reprimirlas.

 

-No es justo -musitó con voz lánguida y desganada.

 

Por ser un kitsune y tener una vida más larga nunca podría estar al lado de la persona que amaba. ¡Realmente era injusto! Por primera vez en su vida, maldijo su condición de kitsune. Se llevó una mano al pecho, apretando la tela de la yukata entre sus dedos al sentir su corazón palpitar con rapidez. Le dolía.

 

Kakashi le observó con preocupación, aunque no se arrepentía de sus palabras. Quería que Naruto entendiera a Sasuke, y lo que implicaba estar con un humano.

 

-Ahora entiendo porqué los kitsune y los humanos tienen prohibido estar juntos como pareja -comentó Hatake. -Realmente es algo incompatible en todos los sentidos, una relación así no tiene futuro. Es imposible tener un final feliz -y aunque iba a seguir hablando, se vio obligado a guardar silencio al escuchar un leve sollozo ahogado de parte del rubio que se restregaba los ojos con un brazo con movimientos algo violentos. -Naruto...

-Yo realmente quiero a Sasuke. ¡No es mi culpa ser lo que soy! -se quejó, totalmente frustrado e intentando reprimir el llanto.

 

Entonces el jounnin sí sintió un leve remordimiento por sus palabras. Nunca había visto a Naruto llorar, y los sentimientos que decía tener por Sasuke parecían ser totalmente puros y sinceros. Soltó un suspiro antes de hablar.

 

-Nadie tiene la culpa, pero es algo inevitable el ser lo que sois. Sé que será difícil, pero pienso que deberías buscar a alguien como tú, otro kitsune, para compartir tu vida.

 

Naruto se sintió irritado al instante, y en consecuencia sus lágrimas casi desaparecidas volvieron a surgir con fuerza.

 

-¿¡Y dónde quieres que busque!? ¡No sé dónde están los demás! ¡Estoy solo!

 

Por más que retiraba las lágrimas, nuevas volvían a salir. Le molestaba estar llorando de esa manera, porque sabía que con el llanto no arreglaría nada, pero no podía evitarlo. Necesitaba desahogarse. Además, no quería a ningún otro kitsune, ¡quería a Sasuke! Pero todo lo que le había dicho Kakashi... ¿quería decir que debía desistir? ¿Olvidar sus sentimientos? No podía hacerlo, ¡y mucho menos quería! No soportaría ver a Sasuke compartiendo su vida con alguien que no fuera él. Pero otra parte de él en el fondo sentía temor de que las palabras del adulto se cumplieran y abandonase a Sasuke cuando éste fuera un anciano.

 

¡Se sentía confundido!

 

Volvió a retirarse las lágrimas con movimientos desesperados, ansiando eliminar cualquier rastro de llanto. Aspiró con fuerza por la nariz y dejó escapar el aire en un suspiro largo y apagado para intentar serenarse.

 

-No sé qué hacer -confesó en un murmullo desganado.

-Tal vez... -comenzó a hablar el de cabello gris con duda, queriendo ayudar al kitsune pero sin estar seguro de si sería correcto hacerlo. -lo que te he dicho no es del todo cierto, es sólo lo que yo pienso, pero puede que esté equivocado. Supongo que si estás seguro de tus sentimientos, deberías cerciorarte sobre qué siente Sasuke por ti antes de decidir hacer otra cosa.

 

Viéndose más tranquilo, Uzumaki encaró al otro.

 

-¿Qué fue lo que tú hiciste para estar con Iruka sensei?

-En realidad no tuve que hacer gran cosa. Como los dos sentíamos lo mismo, fue inesperadamente sencillo; no tuve necesidad de conquistarle.

-¿Conquistarle? -repitió para sí mismo en un susurro.

 

Kakashi rememoró que no hace mucho vivió una situación similar, cuando aconsejó al supuestamente enamorado Sai para conquistar a Naruto. Y ahora estaba haciendo lo mismo para que el rubio pudiera al menos tener oportunidad de conquistar a Sasuke. ¿Por qué siempre le tocaba a él hacer ese tipo de cosas? Aunque en esta ocasión él se lo había buscado, pues fue él quien fue con Naruto para poder hablar con él y descubrir sus sentimientos.

 

-A ver, Naruto, te preguntaré algo. ¿Has notado que Sasuke tenga algún comportamiento especial contigo?

-¿Especial? -reiteró, tal y como había hecho Sai cuando Kakashi le formuló esa misma pregunta.

-Sí. Que busque tu compañía antes que la de cualquier otra persona, que te preste más atención a ti... En fin, algo que te haga sentir que eres especial para él -y contestó exactamente lo mismo que le dijo al ANBU en su día.

 

El kitsune lo pensó un momento. Pronto sonrió al recordar cómo Sasuke había querido enviarle al bosque porque estaba preocupado por él. Sí, aquello le hizo sentir especial. ¡Oh, sí! Y también aquella vez cuando Sasuke fue a buscarle a su cueva junto con Sai y Sakura, y le abrazó. También cuando Sasuke le permitió dormir en su cama en su forma animal aquella noche donde tuvo esa horrible pesadilla, donde era asesinado por Uchiha Madara. Recordaba que Sasuke estuvo acariciándole desde la cabeza hasta el inicio de su cola hasta que el sueño le venció. Además no podía olvidar la cantidad de dinero que Sasuke había gastado en él, comprándole ropa, utensilios para su aseo personal y por supuesto la comida que cada día ingería.

 

Aunque no se sentía completamente seguro de decir que su amigo le prestaba más atención a él que a cualquier otra persona, o buscara su compañía antes que la de cualquier otro. Había visto a Sasuke hablar anteriormente con Sakura y Sai, pero con el resto de sus amigos no parecía ser muy cercano.

 

-Bueno... no estoy seguro. A veces sí me he sentido especial, ¡pero es confuso! A veces es como si no me quisiera cerca, y luego de repente es todo lo contrario. Y después se excusa diciendo: -tomó aire y se cruzó de brazos mientras intentaba imitar la neutra expresión típica en el pelinegro y su tono de voz. -Eres un niño, no lo entenderías -su imitación de Sasuke fue tan mala que a Kakashi se le escapó una sutil risita. -Sé que soy un niño, ¡pero no soy idiota! Ng... ¡maldito teme! ¡A veces me desespera! -exclamó haciendo movimientos exagerados con los brazos para dar más énfasis a su queja. -Igual que cuando quise aparearme con él; al principio se negó, después de pronto cambió y parecía que me quería comer, ¡casi muero asfixiado cuando nos estábamos besando! ¡Además no dejaba de manosearme el trasero! -explicó con un tenue rubor en las mejillas por la vergüenza. -Y luego de pronto me lanzó al suelo de un empujón, viéndose tan furioso que casi daba miedo -sin reparar en la expresión de total shock que estaba oculta tras la máscara de Kakashi, continuó protestando. -¿Y sabes qué es lo que más me molesta de todo? ¡Que todo lo que hacemos tenga que ser un secreto! ¡Siento como si se avergonzara de mí! -finalmente, dejó escapar un audible suspiro, sintiéndose calmado después de haberse desahogado. Encaró al adulto, esbozando una tenue sonrisa tímida al recapacitar en que había hablado demasiado, y además había dicho cosas que Kakashi ya sabía porque le había leído la mente antes. -¿Tú no te sentirías mal si Iruka sensei quisiera mantener en secreto todo lo que hacéis?

 

Al jounnin le llevó varios segundos salir de su estado de estupefacción. Cuando volvió en sí, parpadeó repetidas veces. Después de esas palabras, temía que no volvería a ver a Sasuke con los mismos ojos. Ya quería ver la cara de Iruka cuando le asegurara que el, según él, inocente Naruto, ya no tenía nada de inocente.

 

Carraspeó un poco antes de hablar.

 

-Lo nuestro siempre ha sido un secreto -después observó a Naruto de soslayo y agregó. -Hasta que cierto niño nos descubrió -recibió una sonrisita avergonzada del kitsune. -De cualquier forma, no me siento mal por ello. Es un secreto por mutuo acuerdo, no queremos que nadie lo sepa; así estamos bien. Y aunque a ti te moleste, comprendo perfectamente que Sasuke quiera mantenerlo en secreto.

-¿Por qué? -cuestionó rápidamente, queriendo comprender a su amigo.

-Las relaciones entre personas del mismo sexo no están muy bien vistas. La gente puede ser muy cruel si sabe...

-Pero nuestros amigos siempre han dicho que somos amantes, aunque en realidad fuera mentira, y nunca han sido crueles con nosotros -explicó interrumpiéndole.

-Eso es toda una suerte, Naruto -cerró su ojo visible en una afable sonrisa. -Aún así, yo creo que Sasuke hace bien en querer mantenerlo en secreto, eso os ahorraría muchos problemas.

 

Naruto bajó la mirada mientras formaba un notable mohín de disgusto. Así que... ¿Sasuke estaba haciendo lo correcto en querer mantenerlo todo en secreto? Después de todo no debía de sentirse enojado por ello, pero igualmente se sentía frustrado.

 

-Supongo que tienes razón -suspiró derrotado. -Pero... pienso que aunque sea un secreto, no debería de actuar tan raro aún cuando estamos solos. ¡Nadie nos está viendo, así que no hay motivo para comportarse así! Como si quisiera pero a la vez no. Yo tengo muy claros mis sentimientos; me gusta lo que siento cuando nos besamos, cuando me mira, me toca o me abraza. Mi cuerpo tiembla, mi corazón se acelera demasiado, siento mariposas aquí -dijo llevándose ambas manos al estómago. -y unos ruidos raros se me escapan a veces.

 

Kakashi sentía que estaba recibiendo más información de la deseada, a pesar de eso, le causaba curiosidad todo aquello que Naruto le decía. De repente una duda le asaltó.

 

-Naruto, ¿por casualidad tú...?

-¿Mn?

-¿Estás en celo?

 

Uzumaki arrugó el ceño en señal de desconcierto. No era la primera persona que le cuestionaba aquello.

 

-¿Por qué lo preguntas?

-Siempre he escuchado sobre ti que eras un chiquillo extremadamente inocente, pero por tus palabras y todo lo que me cuentas, no percibo ninguna gran inocencia en ti. Al contrario, pareces ansiar "contacto físico" con Sasuke -simuló con los dedos unas comillas en las correspondientes palabras para darle un doble sentido.

 

Pero Naruto nunca había sido bueno captando las frases con doble sentido, y menos con un sentido pervertido. Asintió con la cabeza, mostrando una tonta expresión inocente al tomar en sentido literal aquella frase.

 

-Claro. Me gusta estar cerca de él, que me toque -admitió. -Pero no estoy en celo -y aunque lo aseguró, al final añadió un pequeño susurro -...creo -se rascó la cabeza con cierta confusión. En realidad no sabía cómo se sentía estar en celo. Era cierto que le gustaba estar en contacto con Sasuke, y realmente no le importaría aparearse con él, ¿pero eso significaba que estaba en celo?

 

Abrió la boca para decir algo más, pero fue interrumpido por Kiba que se acercaba a ellos cargando unas bolsas llenas de comida.

 

-¿Ah? Naruto, ¿todavía estás aquí? Creí que te habías marchado con Sasuke -antes de que el rubio siquiera pudiera pensar en decir algo, sonrió ladino y volvió a hablar. -Por cierto, esas niñas de allí estaban teniendo una conversación interesante sobre ti -señaló con el pulgar al grupo a su espalda que constaba de tres niñas y un niño. -No son nada discretas en sus conversaciones. Están comentando sobre lo guapo que eres y la posibilidad de que vayas al cine con alguna de ellas.

 

Naruto y Kakashi parpadearon desconcertados, en especial el de ojos azules. ¿Unas chicas diciendo que él es guapo? ¿Invitarle a dónde? ¿Cine? ¿Qué demonios era eso?

 

Giro para ver al adulto cuando éste le dijo algo.

 

-Vaya, Naruto, al parecer estás empezando a ser popular.

 

El kitsune mostró una ligera sonrisa emocionada y un casi invisible rubor adornó sus mejillas durante un par de segundos. Al mirarlas a ellas, a pesar de la distancia fue audible un general y emocionado "¡Nos está mirando!", acompañado de unas risitas.

 

Kiba dejó las bolsas en el suelo, y al ver la quietud del kitsune que observaba a las chicas como si fuesen bichos raros, le tomó de la muñeca y le obligó a ponerse en pie.

 

-¡Ki-Kiba! -protestó ante la acción repentina.

-No te quedes ahí parado, vamos para que las conozcas -explicó mientras tiraba del rubio en dirección a aquellas niñas. -Es tu oportunidad perfecta para tener novia.

 

Mientras tanto, Hatake observó la escena apenas parpadeando, sabiendo que aquellas niñas serían rechazadas al instante. La conversación con Naruto todavía no había terminado, pero la dejaría así de momento para que el rubio pudiera meditar sobre lo que habían hablado; que estudiara los pros y los contras que acarrearían el mantener una relación amorosa con un humano, y que pudiera decidir qué hacer con sus sentimientos y con Sasuke.

 

Su mirada mostró un leve tinte afligido, pues presentía que el deseo de Naruto de estar junto a Sasuke no podría cumplirse finalmente.

 

Al final, todo dependía de la decisión que Sasuke tomara.

 

CONTINUARÁ...

Notas finales:

Aviso importante: No voy a poder actualizar hasta septiembre, no sé la fecha exacta, pero espero que sea sobre los primeros días de septiembre. Agosto es mortal para mí, mucho trabajo, familiares indeseados pasando sus vacaciones en mi casa, muchas salidas, y probablemente a finales de agosto me iré de vacaciones... otra vez. En septiembre todo estará más calmado. (A ver si poniendo el aviso en negrita consigo que todos lean la nota. Me desespera un poco que me manden el mismo mensaje una y otra vez para preguntarme algo que ya he dicho en las notas de autora.) Bien, para compensar, el capítulo ha sido un poco más largo.

 

Muchas gracias a todos los que se tomaron la molestia de dejarme un review, favorito, o alerta ^^

 

¡Kakashi ha aparecido! Ya era hora de volver a verle por aquí, ¿no? Ya ha conseguido la información que quería sobre los sentimientos de Naruto, y también ha obtenido detalles de más, jaja... Ha intentado abrirle los ojos a Naruto para que vea cómo son realmente las cosas, pero después no ha podido evitar querer darle un poco de esperanza ¡Que levante la mano a quien le guste Kakashi! (Obviamente me refiero al de Kishimoto)

 

Adelanto del capítulo 30:

 

"-Entonces... ¿qué opinas sobre la posibilidad de que un kitsune se enamorase de un humano?

 

Sasuke notó que evidentemente Uzumaki estaba dando rodeos para no decir directamente lo que quería, cosa que le exasperó un poco, pero en esta ocasión se limitó a permanecer tranquilo y no forzó al rubio para saber qué quería decirle realmente. Si lo presionaba quizá se echaría atrás y no diría nada.

 

-Está prohibido por Inari Kami-sama -se limitó a decir.

-Eso lo sé -aseguró con cierta frustración, reprimiendo un suspiro. Aunque un segundo después volvió a enfrentar a Sasuke con una sonrisa y las orejas alzadas. -¡Pero supongamos que al kitsune no le importa!

-Pensaría que el kitsune es idiota por no buscar a alguien igual que él -dijo, sospechando a qué venía aquella conversación.

 

Naruto hizo un notable mohín de disgusto y desvió la mirada con cierta desilusión. Pero no se rindió.

 

-¿Y si al kitsune no le importara ser un idiota, ni ser castigado por Inari Kami-sama?

 

Sasuke no entendía porqué Naruto se refería a sí mismo en tercera persona, era obvio que hablaba de él ya que no habían más kitsune en los alrededores.

 

-Sigo pensando lo mismo.

 

El rubio encaró a Sasuke con repentina determinación en su mirada, apretando los puños.

 

-Pero el kitsune nunca abandonaría al humano del que está enamorado, ni siquiera cuando sea un anciano de ochenta años. ¡Siempre estaría a su lado! ¡Siempre!"

 

¿Sabías qué...?

Muchos zorros de fuego se comportan como los fuegos fatuos, atrayendo con sus luces a los viajeros y perdiéndolos en los bosques.

 

¡Se agradecerán reviews! ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).