Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Kitsune no kokoro por Takaita Hiwatari

[Reviews - 532]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

KITSUNE NO KOKORO:

Takaita Hiwatari

Capítulo 34: "El Sonido ataca. Comienza la batalla":

 

 

En cuestión de segundos, Naruto tuvo la sensación de haber perdido al menos la mitad de su fuerza. Sus ojos dejaron de ser rojos para convertirse en un azul apagado, y su respiración se volvió lenta y pesada, exhalando jadeante por la boca.

 

Ukon rompió parte de la tela de la yukata en la zona del pecho para poder deslizar la prenda por el hombro izquierdo sin necesidad de tener que sacar el kunai. Se agachó y desde el ombligo lamió en sentido ascendente un camino de sangre, hasta que su lengua tocó el filo del arma. Deslizó la lengua por su labio inferior con apetito, era cálida y hasta tenía un toque dulce.

 

-Eh, Ukon. ¿De verdad pretendes beberte toda su sangre? ¡Eso es asqueroso!

-Deberías probarla, es deliciosa -respondió enderezándose.

 

Ambos hermanos repentinamente saltaron, alejándose del kitsune cuando vieron dos kunai dirigiéndose hacia ellos. Irremediablemente, al sentirse bastante débil y sin nadie que le estuviese sujetando Naruto cayó al suelo de espaldas, aumentando el dolor en el pecho. Pero ellos no le dieron importancia a eso, sino en ver quién les había atacado. Descubrieron a Sasuke con la ropa bastante deteriorada, pues tenía varios agujeros y cortes, y el chaleco además de tener cortes llamaba la atención por la gran mancha de sangre que ahí se apreciaba. Pero les desconcertó que a pesar del lamentable estado que mostraba el adolescente, se veía bastante fresco, y sobre todo furioso.

 

Pero la furia de Sasuke se transformó en temor al descubrir el kunai que Naruto tenía enterrado en el pecho, en el lado del corazón. El único punto vulnerable de los kitsune, lo único que podía matarlos. No... ¡No podía ser!

 

-¡Naruto!

 

Apenas avanzó dos pasos para correr a su lado cuando cuatro kunai con papeles explosivos se clavaron a sus pies. Rápidamente saltó hacia atrás, alejándose y subiéndose a la rama de un árbol. A pesar de su apariencia, ya se encontraba bien. Las heridas habían cerrado y en su lugar habían quedado las manchas de sangre. La sangre del kitsune le había curado completamente.

 

Fulminó a los otros con la mirada cuando le hablaron.

 

-No te vas a acercar a lo que es nuestro -advirtió, y después mostró una sonrisita divertida. -Oh, quizá no nos reconoces al mostrar nuestra verdadera apariencia, permítenos presentarnos. Soy Ukon...

-y yo Sakon. Los hermanos Takahashi -finalizó el otro.

 

Desde el suelo y sin energía para moverse, Naruto observaba el cielo con los ojos entrecerrados. Negros nubarrones empezaban a encapotar el cielo, y a su nariz llegó el aroma a humedad; pronto llovería, quizá haría tormenta. Bien, le gustan las tormentas. Algunos rayos del sol del atardecer se colaban todavía, dando toques anaranjados y rojizos a los trozos de cielo que todavía quedaban por cubrir y a las pocas nubes blancas que pronto también serían negras.

 

Cerró los ojos con fuerza, ahogando una queja de dolor. Totalmente tembloso, llevó ambas manos al mango del kunai dispuesto a arrancárselo, sintiéndose ansioso porque su poder de sanación actuara de una vez. ¿Por qué demonios dolía tanto?

 

Pero la voz de Sasuke le detuvo.

 

-¡No, Naruto! -exclamó apremiante. -¡No te lo quites, te desangrarás!

-¿Sasuke...? -musitó. Por un momento pensó que era obra de su imaginación, pero al parecer él sí estaba allí.

-Qué cruel eres. Quieres alargar su sufrimiento, sabiendo que su final es irremediable -comentó Ukon, socarrón. -Nuestro plan ha sido todo un éxito, sabíamos que el kitsune estaba en el bosque, y atraerle hacia nosotros con esa explosión ha sido bastante sencillo.

 

Instantáneamente los negros ojos de Uchiha mostraron un brillo peligroso y rápidamente hizo unos sellos.

 

-Chidori -pronunció con voz grave.

 

El trinar de los pájaros acompañados de los destellos eléctricos llenó el silencio del lugar. Rápidamente saltó al suelo y corrió hacia sus enemigos, ansiando matarlos en ese momento.

 

Sakon y Ukon se observaron con una sonrisa confiada, y asintiendo ambos al unísono con la cabeza se acercaron el uno al otro. Era hora de pelear, vengarse y matar al engreído mocoso Uchiha. Ukon se introdujo dentro del cuerpo de su hermano, por la espalda, dejando que sólo sobresaliera la cabeza.

 

Sasuke se sintió sorprendido, pero no disminuyó su velocidad. A unos centímetros de poder atravesar el pecho del enemigo con el chidori, unas manos le detuvieron sujetándole la muñeca y el brazo. Parpadeó incrédulo, nunca antes nadie había detenido un chidori suyo. Mientras que el otro sonrió burlón.

 

-Si logro detenerte antes de que me toques, tu técnica no sirve de nada -comentó, y afirmó el agarre con rudeza para asegurarse de que el adolescente no se podría soltar fácilmente. -Somos muy buenos hermanos. Normalmente mi hermano mayor Ukon duerme dentro de mí, pero durante el combate sale y me ayuda. Ukon puede sacar su cabeza, brazos o piernas por cualquier parte de mi cuerpo, y puede atacar o defender -mientras explicaba todo esto, de su pecho salió una de las manos de Ukon, sujetando el otro brazo del pelinegro, y dos piernas también salieron junto a su pierna derecha, siendo un total de tres. -¡Taren kyaku! -con esa patada múltiple en el costado de Sasuke lo mandó bastante lejos, impactando éste contra un árbol. -¿Te gusta nuestra técnica? -cuestionó con diversión, moviendo las tres piernas del lado derecho. -Has recibido tres patadas de golpe.

 

Sasuke se sujetó el costado, sintiendo una breve falta de aire por el brutal impacto. Observó a su enemigo, viendo que poseía tres piernas derechas y una mano extra le sobresalía del pecho.

 

Sakon avanzó despacio hacia el pelinegro, arrugando el entrecejo.

 

-Vamos a matarlo de una vez, ya sabes que no me gusta perder el tiempo. Es obvio que somos más fuertes que él, y además somos dos contra uno.

 

La cabeza trasera se escondió y emergió junto a la de su hermano menor, dedicándole una sonrisa.

 

-No seas tan impaciente, hermano. Hemos esperado mucho tiempo para llegar a este momento, déjame saborear nuestra venganza -enviando una mirada envenenada a Sasuke, continuó hablando. -Quiero torturarle, quiero que vea cómo sufre su querido amante kitsune, y si puede ser, que también vea cómo Orochimaru-sama se apodera del cuerpo de su hermano. Sólo entonces le mataremos.

 

El pelinegro se puso rápidamente de pie. ¿Hablaban de Itachi?

 

-¿Q-qué demonios estáis hablando?

-Pagarás por la humillación que nos hiciste pasar en el hospital -señaló con un movimiento de cabeza al rubio tendido en la hierba. -Y el kitsune pagará por el tiempo que nos tuvo en el hospital. He sido condescendiente con él y le he ofrecido dejarle con vida a cambio de convertirse en mi sirviente, arma y amante, pero dijo que prefería estar muerto -sonrió con maldad. -Yo sólo cumplo su deseo.

-¡Maldito...! -masculló Sasuke.

-En cuanto a Itachi -continuó hablando Sakon. -Orochimaru-sama quiere su cuerpo, él será su nuevo contenedor.

 

Sasuke no sabía qué demonios quería decir eso del nuevo contenedor, pero fuera lo que fuera no lo permitiría. Lo bueno era que de momento su hermano no estaba en Konoha, aunque sabía que le mandarían un mensaje a su equipo indicándole volver lo antes posible. Konoha necesitaba tener toda su fuerza reunida. Pero mientras su hermano volvía, calculaba que tendría tiempo de patear a esos dos y llevar a Naruto con los ninja médico, entonces podría avisar a su hermano sobre los planes de Orochimaru.

 

No tenía tiempo que perder. Pero su total prioridad en ese momento era Naruto.

 

Activó el sharingan y se lanzó al ataque. Gracias a su doujutsu podía esquivar sin problemas las patadas y puñetazos múltiples de los hermanos. El problema era que ese tipo de doble cabeza era condenadamente rápido, y aunque podía evitar sus ataques, no podía golpearle.

 

No podían golpearse el uno al otro.

 

Sasuke se mantuvo alerta cuando unas manchas negras cubrieron la blanca piel del oponente, y notó qué los intentos de ataque aumentaban considerablemente de fuerza, dejándole a él cada vez menos oportunidad de atacar.

 

Sakon saltó hacia atrás, respirando algo agitado al igual que el adolescente.

 

-Sakon, así no vamos a conseguir nada. Con su sharingan puede prevenir nuestros movimientos, y a pesar de tener cuatro piernas y brazos no hemos podido ni rozarle. Será mejor separarnos. Odio admitirlo, pero es bueno.

 

Ukon salió del cuerpo de su hermano y entonces le dedicó una mirada a Naruto, percibiendo que aunque seguía en la misma posición su pecho subía y bajaba muy lentamente, delatando su débil estado.

 

-No puedo creerlo, el kitsune todavía está vivo -parpadeó sorprendido.

 

El menor giró, encarando a su hermano con seriedad. Él también daba ya al rubio por muerto y le había sorprendido saber que estaba vivo.

 

-¿Estás seguro de que le has apuñalado en el lugar correcto?

-¡Claro que sí! Debe de ser increíblemente fuerte, cualquier otro en su lugar habría muerto hace tiempo. Pero mejor así, está muriendo lentamente y su sufrimiento es mayor -finalizó con una risa burlona.

 

Sakon notó que Sasuke no dejaba de mirar a Naruto y después hacia ellos, meditando si sería prudente y podría acercarse al kitsune. Sonrió malicioso.

 

-Ya sé cómo podemos obtener ventaja en esta pelea y herir al mocoso Uchiha sin necesidad de esforzarnos -le hizo un gesto a su hermano, indicándole que se acercara para hablarle en un susurro. -Atacaremos a su amante, es su debilidad. Estoy seguro de que no permitirá que le toquemos un pelo al kitsune.

 

El pelinegro avanzó unos pasos a la derecha con prudencia, aunque por dentro ansiaba ir corriendo junto a Uzumaki. Se detuvo al escuchar un sonido metálico, y al girar vio a Sakon sosteniendo cuatro estrellas ninjas en una mano. Se puso en posición, dispuesto a esquivarlos, pero abrió los ojos de par en par al ver que lanzaba las estrellas ninja hacia Naruto. Raudo llevó una mano al estuche de su pierna derecha para desviar la trayectoria con kunais, pero lo encontró vacío, y recordó que los había utilizado todos en la pelea contra Uzumaki.

 

No portaba ni una sola arma.

 

-¡Maldición! -masculló.

 

Salió a correr hacia Naruto todo lo rápido que pudo. ¡Debía llegar a tiempo! No permitiría que recibiera más daño, dudaba que en su estado el poder de sanación del rubio pudiera actuar ahora. ¡No iba a llegar! A unos pasos de distancia saltó, cayendo sobre el kitsune casi a cuatro patas para no echar su peso sobre él. Medio segundo después sintió cuatro shuriken clavarse consecutivamente a lo largo de su espalda. Cerró los ojos y ahogó una queja de dolor. Pero los abrió con un brillo tranquilo por haber llegado a tiempo.

 

Ukon le hizo una seña a su hermano con un movimiento de brazo.

 

-¡Ahora, Sakon!

 

El nombrado corrió hacia Uchiha con un kunai en cada mano, dispuesto a apuñalar doblemente al adolescente por la espalda. Estaba por llegar a su objetivo cuando un borrón rosa apareció corriendo y le dio tal puñetazo que le hizo derribar varios árboles al chocar con ellos.

 

-¡Toma eso! -exclamó Sakura.

-¡Sakon! -apenas avanzó un paso cuando un pájaro de tinta se estrelló de lleno contra su cara. Un alarido se le escapó. -¡Mis ojos! ¡No puedo ver! -con desesperación se pasó la manga por los ojos, pero estos le escocían demasiado.

 

Sasuke se sintió tremendamente aliviado al escuchar a Sakura. Ella podría curar al rubio.

 

-Naruto, aguanta. Sakura te curará.

 

El rubio esbozó un amago de sonrisa, moviendo de forma apenas perceptible las comisuras de los labios.

 

-Sé que... esto es un... genjutsu -musitó sin fuerzas. Sólo tenía que esperar paciente a que le sacaran de esa ilusión, donde descubriría que en realidad no estaba herido, tal y como ocurrió en la pelea con Sasuke.

-Naruto -le llamó rápidamente. -Esto no es un genjutsu

 

Sai desenvainó la pequeña katana que portaba y miró a la chica.

 

-Sakura, yo me encargo de este -señaló a Sakon, pues el otro no podía ver nada y de momento no sería un problema. Incluso se alejaba corriendo con torpeza hacia el río, seguramente para lavarse.

 

La kunoichi rápidamente se acercó a sus amigos en el suelo, siendo lo primero que vio la espalda de Sasuke con varios shuriken clavados.

 

-¡Sasuke-kun, estás herido! -se preocupó.

 

Le arrancó las estrellas al otro que no soltó ninguna queja, y acumuló chakra en sus manos para curarle, pero Sasuke se puso de pie, rechazando su ayuda.

 

-Yo estoy bien. Naruto es más importante.

 

Entonces ella pudo ver claramente al kitsune, y llevó una mano a su boca para ahogar una exclamación de sorpresa al verle un kunai enterrado en el pecho. Naruto se veía algo pálido y había mucha sangre, lo que le hizo sospechar el tiempo que había transcurrido desde que fue herido. Pero la voz de Uchiha la sacó de sus pensamientos.

 

-¡Sakura, date prisa!

 

Uchiha se arrodilló, y con todo el cuidado del mundo alzó un poco al rubio para acomodarlo en su regazo. Al instante ella se arrodilló al otro lado de Naruto, reuniendo chakra en las manos para comenzar a curarle.

 

-Sasuke-kun, cuando te lo diga debes ir retirando el kunai lentamente para poder cerrar la herida -vio una gran mancha de sangre en el pecho del pelinegro, cosa que la alarmó. -¡Sasuke-kun, tu pecho...!

-¡Olvídame y céntrate en Naruto! -ordenó con molestia y ansiedad.

 

Ella asintió y puso su total atención en Naruto. De fondo podía escuchar sonidos de pasos amortiguados por la hierba acompañados de choques metálicos, sabiendo que Sai ya estaba peleando con ese tipo al que le dio el puñetazo.

 

-Sakura... -comenzó a decir Sasuke, acercando la mano al kunai.

-Todavía no -ordenó rápidamente.

 

Los ojos azules permanecían clavados en Sakura, evitando a posta al chico que le mantenía alzado. Si eso no era un genjutsu, quería decir que todos estaban en peligro.

 

-Orochi...

-No hables, Naruto -dijo Sasuke.

 

Pero el rubio negó despacio con la cabeza y finalmente enfrentó los ojos negros, tomando una bocanada de aire para poder hablar. Un sudor frío empezaba a empaparle el cuerpo. Se estaba mareando, no estaba acostumbrado a sentir dolor durante tanto tiempo, normalmente su poder de sanación lo eliminaba en cuestión de pocos minutos. Aunque desde que Haruno había empezado a curarle, la molestia había disminuido ligeramente.

 

-Orochimaru... va hacia... Konoha -boqueó en busca de aliento. -Rá... pido.

-Lo sabemos -respondió Sakura sin dejar lo que hacía.

-Entonces... tenéis que ir...

-Konoha no es importante ahora -habló Sasuke.

 

Sakura y Naruto observaron al pelinegro. Ella notando la firmeza con la que relegaba a la aldea a un segundo plano y ponía como prioridad al rubio. Y Uzumaki habría soltado una risita burlona de haber tenido fuerzas, pero se conformó con sonreír interiormente, claro, ahora que Sasuke sabía que Orochimaru iba a atacar Konoha quería curarle para no perder a su arma. Gimiendo adolorido se llevó una mano al pecho, sintiendo la humedad de la sangre en la palma de su mano

 

La preocupación embargó a Sasuke al instante y envió una mirada a la chica. ¿Cuándo demonios le iba a decir que podía empezar a sacarle el kunai? ¡Naruto estaba sufriendo!

 

-Sakura, ¿qué pasa?

-N-no puedo... curarle -balbuceó sin abandonar su tarea.

-¿Qué? -cuestionó al instante.

-Le han dado en un punto crítico -explicó.

 

Pero Uchiha agitó la cabeza, negándose a aceptar aquello.

 

-¡Sigue intentándolo! Tu chakra curativo junto al poder de Naruto debe de hacer efecto.

 

Entonces la kunoichi levantó la cabeza, enfrentando al pelinegro con ojos llorosos.

 

-¿Acaso no lo entiendes, Sasuke-kun? Le han atravesado el corazón, su poder de sanación no puede hacer nada, y yo tampoco. Naruto se está muriendo. Si sigo insistiendo en curarle, sólo estaré obligando a su corazón a latir, ¡estoy alargando su sufrimiento!

 

Sasuke sintió falta de aire durante unos segundos, como si hubiese recibido un brutal golpe en el estómago. Bajó la mirada al sentir el cuerpo del kitsune temblar entre sus brazos, viendo que respiraba cada vez con más dificultad. La naranja yukata se estaba tiñendo cada vez más de color escarlata. No, no podía aceptarlo. ¡Naruto no podía morir!

 

-Sigue intentándolo, Sakura -ordenó con un tono de desesperación impreso en su voz.

-¡Sasuke-kun! -le gritó por primera vez desde que se conocieron. Las lágrimas bajaban sin control por sus mejillas. -Sabes tan bien como yo que el corazón es el único punto débil de los kitsune, lo único que puede matarlos -dijo con voz temblorosa. -Por favor, no seas egoísta, no me obligues a alargar el sufrimiento de Naruto -lloró.

 

El kitsune luchaba por mantener los ojos abiertos. Así que después de todo, irremediablemente iba a morir. Siempre le había temido a la muerte, pero ahora sólo quería cerrar los ojos y dormir para no sentir semejante dolor. El llanto desgarrador de Sakura le hizo girar la cabeza hacia ella, no quería verla así.

 

-Sa... ku... ra-chan -musitó casi sin voz.

-Lo siento, Naruto -a pesar de secarse las lágrimas, el llanto no cesaba. -No puedo curarte. ¡De verdad lo siento mucho!

 

Uzumaki separó los labios ahora resecos, quería decirle tantas cosas... que no llorara, que no tenía que disculparse porque no tenía culpa de nada, que no se preocupara por él, que debían marcharse rápido a su aldea para protegerla. Pero el dolor era tan intenso que ya ni podía hablar. Un repentino golpe de tos le asaltó y después soltó un alarido de dolor, arqueando el cuerpo con la poca fuerza que le quedaba. Sintió que se atragantaba con la sangre ascendiendo por su garganta, hasta que un hilillo se deslizó por sus labios entreabiertos.

 

-¡Naruto! -le llamó Sasuke.

 

El nombrado giró a verle, parpadeando cada vez más despacio, y durando cada vez más el tiempo que mantenía los ojos cerrados en cada parpadeo. Había reconocido la voz del pelinegro, pero no entendió qué dijo. Empezaba a ver mal, y no escuchaba con claridad. Los sonidos le llegaban amortiguados, como cuando uno escucha estando bajo el agua.

 

-Escucha, lo que te dije antes no es cierto. ¡Tienes que creerme! Sólo quería... -se aterró al verle cerrar los ojos. -¡Naruto, mírame! -posó una mano en una de las mejillas, notando la piel empapada de sudor, pero a pesar de eso estaba fría.

 

El kitsune entreabrió los ojos al sentir que le tocaban la mejilla. Estaba cansado, quería dormir. Recordó fugazmente el día que despertó por primera vez en Konoha, siendo lo primero que vio a Sakura arrodillada a su lado, y a Sasuke en el otro. Sólo que en aquella ocasión ella sonreía porque él había despertado y el pelinegro se mantenía tranquilo; pero ahora ella lloraba desconsolada porque él iba a dormir para siempre, mientras que Sasuke mostraba una expresión que dejaba ver la angustia que sentía.

 

Ahora que se fijaba, Sasuke y Sakura no se veían mal juntos. Seguro que ella sí lograría entrar en el corazón de Sasuke algún día.

 

Siendo consciente de que la llama de su vida estaba casi apagada, alzó una mano con esfuerzo hasta llevarla a la frente de Uchiha; quería ver sus ojos por última vez. Apartó uno de los mechones a ambos lados de su cara, pudiendo apreciar mejor su rostro. La sangre en la palma de su mano manchó la zona metálica del protector y parte del negro cabello.

 

-Sasuke... -musitó.

 

Esbozó una sonrisa cansada y finalmente cerró los ojos para no abrirlos nunca más.

 

El pelinegro atrapó la mano ensangrentada que hace un segundo le tocaba la frente y ahora estaba por caer lánguida. La sujetó con firmeza, esperando ilusamente que los párpados volvieran a alzarse y los ojos azules volvieran a mirarle.

 

El llanto desgarrador de Haruno llamó la atención a los que continuaban luchando. Sakon rió triunfante y socarrón al dar por muerto al rubio.

 

-Ya era hora. ¡Rayos! Ya estaba durando demasiado -quiso seguir burlándose, pero Sai le atacó con su pequeña katana. Por suerte sólo recibió un corte poco profundo en un costado, nada de qué preocuparse gracias a su rápido poder de regeneración. En respuesta le propinó un fuerte puñetazo al ANBU que lo derribó al suelo. -¿Qué se siente, Uchiha? -preguntó entre jocoso y despectivo, aunque la sonrisa desapareció rápido al no recibir respuesta alguna. Eso le molestó, deseaba ver un gesto compungido en ese rostro normalmente neutro o burlón, pero éste seguía dándole la espalda -¡Contesta! -gritó.

 

Sakura se apartó las manos del rostro ante aquel grito furioso. Se retiró las lágrimas y observó a Sasuke, viéndolo completamente inmóvil, todavía sujetando la ensangrentada mano del rubio entre la suya con firmeza y con la mirada fija y casi perdida en el rostro de Naruto. Parpadeó, observando cómo la sangre que manchaba el protector se deslizaba hacia abajo hasta adentrarse en el ojo izquierdo de Sasuke a través del lagrimal. Y aunque esperó que su amigo la retirara tal vez frotándose el ojo con la manga, éste continuó inmóvil. Y cuando Uchiha por fin parpadeó con lentitud, la sangre abandonó su ojo, deslizándose por la mejilla como si fuese una lágrima.

 

Haruno se estaba empezando a preocupar, el rostro de Sasuke no mostraba absolutamente nada. Se veía demasiado tranquilo. Ella sabía que Naruto y Sasuke habían pasado mucho tiempo juntos, ¡era imposible que ahora se mostrara calmado! ¿Por qué no se enojaba o lloraba? ¡Lo que sea! ¡Algo que indicara que la muerte de Naruto le había afectado al menos un poco!

 

-Tú... ¡mocoso Uchiha, no me ignores! -bramó Sakon queriendo acercarse, pero Sai había vuelto a lanzarse al ataque contra él.

 

Pero el adolescente nombrado no escuchaba absolutamente nada. Con lentitud y movimientos mecánicos, acercó una mano al kunai todavía enterrado en el pecho de Naruto, arrancándolo por fin. La sangre había dejado de manar, claro indicio de que estaba muerto. A pesar de eso, posó una mano cerca de la herida, comprobando que no había pulso por más que esperó percibir al menos uno muy débil.

 

-Sasuke-kun... -susurró Sakura. Presurosa se puso de pie al ver a Sakon acercarse corriendo a éste. -¡Sasuke-kun, cuidado!

 

Uchiha continuó sin moverse un ápice. Y antes de que el esbirro de Orochimaru pudiera siquiera rozar a Sasuke, Sai lo alejó de una patada.

 

-Yo soy tu oponente -dijo el ANBU sin ningún tono de voz en particular.

 

La kunoichi se removió inquieta, dudando entre ayudar a Sai o continuar con Sasuke hasta que al menos diera indicios de que seguía vivo, parecía haberse quedado petrificado y aquello era realmente preocupante para ella.

 

-Sasuke-kun, di o haz algo -casi susurró. -¡Lo que sea! Ni siquiera sé si estás sintiendo algo.

 

Automáticamente el entrecejo de Sasuke comenzó a fruncirse poco a poco, aunque no despegaba la mirada del bronceado rostro. No era de extrañar que ella no supiera si estaba sintiendo algo, ¡si ni siquiera él mismo lo sabía! Sólo podía mirar los párpados cerrados como si en cualquier momento estos fuesen a volver a alzarse y revelar los ojos azules. ¡Pero no lo hacían!

 

Pero se negaba a aceptarlo, Naruto no podía estar muerto. ¡No podía ser posible! Naruto quería ser ninja, convertirse en Hokage; tenía sueños por cumplir. No podía ser que su vida se hubiese acabado cuando apenas empezaba, o mejor dicho, cuando su nueva vida feliz apenas empezaba. Y de pronto una vocecita susurrante en su mente le decía que todo aquello era culpa suya. Él fue quien llevó a Naruto a Konoha a través de mentiras, fue idea suya hacerlo luchar en la invasión, y por supuesto fue culpa suya el no haber alejado al rubio desde hace muchísimo tiempo.

 

Cerró los ojos, deseando que al abrirlos el cuerpo bañado en sangre de Uzumaki fuese sólo parte de un mal sueño.

 

Escuchó rápidos pasos acercarse desde atrás, acompañados de un sonido metálico.

 

-¡Sai! -gritó Sakura con preocupación cuando Sakon envió al mencionado contra un árbol alejado. -¡Sasuke-kun, reacciona!

 

Pero ella no tuvo tiempo ni de siquiera pensar en lanzarse a la batalla cuando Uchiha alzó los párpados y miró a su espalda con los ojos entrecerrados en total odio. Una mirada sedienta de venganza. El sharingan brilló en el ojo izquierdo durante un fugaz momento antes de transformarse en una estrella de seis puntas redondeadas. Dentro de la estrella se mostraba un shuriken de tres puntas apuntando hacia abajo. Y Sakon no tuvo tiempo de esquivar unas llamas negras que impactaron de lleno contra su pecho. Se tiró al suelo, y por más que rodó para intentar apagarlas, éstas no dejaban de extenderse lentamente. Dejó escapar un alarido de dolor.

 

-¡Maldito! ¡De-detén esto!

 

Al sentir una potente punzada de dolor, Sasuke apartó la mirada. Dejando escapar una suave queja ahogada se cubrió el ojo izquierdo nuevamente negro con una mano, sintiéndose interiormente muy desconcertado. Su respiración se había acelerado un poco, como si hubiese hecho un gran esfuerzo.

 

-¿Q-qué demonios... ha sido eso? -se susurró.

 

Las llamas negras, había escuchado a Itachi hablar sobre ellas. Amaterasu. Pero sólo un usuario de mangekyou sharingan podía usar esa técnica, y él no lo poseía; no al menos hasta la fecha. Y mucho menos había matado a alguien importante.

 

Apenas pensó eso, retiró la mano y observó nuevamente a Naruto.

 

La muerte de Naruto era culpa suya. ¿Podría ser que...?

 

-Sasuke-kun, ¿estás bien? -preguntó Sakura arrodillándose nuevamente en la hierba. No se preocupó demasiado por el ANBU, ya que le vio poniéndose en pie. -¿Cómo has hecho eso? ¡Esas llamas son negras!

 

La mandíbula de Uchiha se tensó, tornándose su mirada en una gélida. El escuchar todavía los gritos desgarradores de dolor del enemigo le crispaban los nervios, quería deshacerse de él rápidamente. Mataría a esos dos, pero no se sentiría conforme con eso y lo sabía. Necesitaba ver también muerto a Orochimaru y a cada maldito esbirro de éste que hubiese ido a Konoha. Los quería a todos muertos.

 

Un destello iluminó los negros nubarrones y a continuación se escuchó un sonoro trueno. Pequeñas gotas comenzaron a caer, amenazando con volverse una lluvia torrencial de un momento a otro.

 

-Sakura, cuida de Naruto -instruyó acomodando con cuidado el cuerpo inerte en el regazo de la chica. Recordando que uno de los gemelos no estaba allí, agregó. -Que nadie se acerque a él, ¿entendido?

 

Y al ver la mirada casi fulminante que el pelinegro le dedicaba tras esa pregunta, ella sólo pudo tragar saliva y asentir una vez con la cabeza. Algo en Sasuke-kun la estaba empezando a asustar, pero se obligó a permanecer tranquila.

 

El enemigo estaba cansado de rodar por el suelo sin obtener resultados, pero no podía dejar de hacerlo, pensando que por fin lograría extinguir las llamas negras que le quemaban el pecho y se acercaban amenazantes a su cara. A duras penas pudo distinguir a Sasuke poniéndose de pie y acercarse a él, con ese raro sharingan brillando en sus ojos. Antes siquiera de poder decir algo, más llamas negras se fueron sobre él, devorándole de formar lenta pero constante, convirtiéndose aquello en una agonizante tortura.

 

Desesperado por ayuda, soltó un grito que hizo eco en el bosque.

 

-¡¡Ukon!! 

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

En Konoha se desataba una feroz batalla, gran parte del muro que protegía a la aldea había sido reducido a polvo. Lo más llamativo de todo era ver a Orochimaru y a Tsunade luchando, subidos sobre Katsuyu y Manda, una babosa y una serpiente gigantes.

 

Orochimaru y los suyos habían irrumpido en Konoha cuando Tsunade, Gaara, Shukaku y Shikamaru apenas habían empezado a trazar un plan, por lo que tuvieron que dejarlo a medias. Aunque todos coincidían en que derrotando a Orochimaru y a Kabuto, los demás saldrían corriendo con el rabo entre las piernas. No muy lejos de los sannin legendarios, Gaara luchaba con Kabuto.

 

Un grupo que se hacía llamar "Los cinco del Sonido" había tomado como objetivo a los equipos de ninjas médicos, sabiendo que si no podían curarse sería más fácil acabar con ellos. El grupo constaba de Sakon y Ukon, que contaban como una sola persona pero en ese momento se hallaban en el bosque; Jiroubou, un tipo grande, calvo y con una gran fuerza física, atacó por la parte sur de la aldea; Kidoumaru, el cual poseía cuatro brazos extra que le daban la apariencia de una araña y podía crear telarañas, atacó por el este; Tayuya, una chica de largo cabello pelirrojo y que solía usar expresiones malsonantes, atacó mediante el sonido de su flauta por el norte; y Kimimaro, el más fuerte de todos ellos gracias a su técnica de línea sucesoria capaz de hacerle dominar todos los huesos de su cuerpo, endureciéndolo y pudiendo incluso sacarlos de su cuerpo a modo de espada, espinas defensivas o incluso utilizando las falanges de los dedos a modo de balas, atacó por el oeste.

 

Chouji peleaba con Jiroubou, Neji luchaba contra Kidoumaru, Shikamaru contra Tayuya, recibiendo después ayuda de Temari; y Lee se enfrentaba a Kimimaro.

 

Orochimaru dibujó una pérfida sonrisa en sus labios, disfrutando de contemplar la destrucción a su alrededor. Sabía que en cuanto acabara con Tsunade, la mayoría de los perdedores de Konoha se rendirían. Y de pronto una silueta algo lejana captó su atención.

 

-Uchiha Itachi... -siseó para sí mismo con alegría por su hallazgo.

 

Su querido y futuro contenedor luchaba contra dos hombres a la vez sin mucho esfuerzo. Era increíble. Y de sólo pensar que ese hermoso cuerpo sería suyo muy pronto, un agradable cosquilleo de anticipación le recorría el cuerpo. Olvidando su pelea y contrincante, saltó al suelo.

 

-¡Orochimaru! -le gritó Tsunade. Que el otro sannin abandonara la lucha así como así no le dio buena espina. -¡Alto ahí!

 

No tuvo tiempo ni de pensar en saltar también al suelo cuando vio que la gigante serpiente morada se lanzaba hacia ella. Manda se enrolló alrededor de Katsuyu con fuerza desmedida, queriendo asfixiar a la gran babosa. La Hokage se vio obligada a saltar al suelo ante los bruscos movimientos.

 

-¡Katsuyu!

 

Sólo con ser nombrada, la babosa supo lo que tenía que hacer.

 

-S-sí... Tsunade-sama -balbuceó por la falta de aire.

 

Cualquiera que viera la lucha entre esos dos grandes animales pensaría que la babosa había explotado ante el fiero abrazo de la serpiente, pero la realidad fue que Katsuyu se había dividido en varias babosas pequeñas para poder liberarse. La gran serpiente siseó molesta ante eso.

 

Orochimaru avanzaba sigiloso, acercándose a Itachi por la espalda. Observaba hipnotizado aquel cuerpo, ese cuerpo que sería suyo muy pronto. Podría olvidarse de ese actual cuerpo débil. Se detuvo cuando Uchiha se libró de los dos enemigos casi a la misma vez, estando totalmente fascinado con lo que veía. Itachi era especial. Sin duda algo tan hermoso sólo podía ser suyo. Anhelante estiró un brazo hacia él sin dejar de caminar, unos pasos más y podría tocarle. Cuando pensó que le rozaría, Itachi giró con rapidez, cortándole completamente el brazo con una katana. Soltó un ronco grito de dolor, observando ceñudo el sharingan que brillaba con una fría intensidad. Bajó la mirada, viendo la parte perdida de su brazo en el suelo junto a un charco de sangre que la lluvia pronto se encargaría de limpiar.

 

-Orochimaru -pronunció Itachi con serenidad.

 

Los ojos amarillos se entrecerraron en señal de dolor, pero no soltó más quejas.

 

-Esos ojos... tienen que ser míos -dijo con voz enronquecida y casi desesperada, dejando ver unas serpientes bajo la manga de su brazo intacto.

-Orochimaru... no puedes hacer nada contra estos ojos.

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

Cargando el cuerpo inerte de Naruto, Sasuke ingresó en la cueva siendo seguido de Sakura. La chica continuaba algo sorprendida por lo que acababa de contemplar. Nunca antes había visto esas llamas negras, ni siquiera sabía que Sasuke-kun tuviera semejante ataque. Y no sólo podía lanzar esas llamas, también podía apagarlas a su antojo por lo que había notado. A pesar de la lluvia, no se habían extinguido hasta que Uchiha lo hizo con sólo mirarlas con el sharingan. Lo extraño es que de su ojo salió sangre, y podría jurar que no era la de Naruto.

 

El pelinegro dejó cuidadosamente en el suelo al kitsune. Afuera se había desatado una lluvia torrencial acompañada de constantes relámpagos y truenos. Un amago de sonrisa quiso formarse en sus labios, recordando que a Uzumaki le encantaban las tormentas y cómo soltaba su acostumbrado y tonto "¡Woah!" cada vez que un relámpago iluminaba el cielo. Por más que miraba a Naruto, para él era como si éste sólo durmiera, aunque sin emitir esos ruidillos y ronroneos que a veces se le escapaban entre sueños.

 

Sonidos de explosiones lejanas habían llegado allí, lo que significaba que la lucha en Konoha había comenzado. Pero no pensaba dejar allí solo a Naruto. Envió una mirada a la chica.

 

-Sakura.

 

Ella tembló ligeramente por el inesperado tono frío de su voz, pero fingiendo que no la había afectado le devolvió la mirada a modo de respuesta, esperando que Uchiha siguiera hablando.

 

-Dame tu equipo -ordenó.

-Pero Sasuke-kun, lo necesitaré para...

-No vas a necesitar nada -interrumpió en el mismo tono de voz. -Tú te quedas aquí con Naruto hasta que yo vuelva.

-¿Qué? -fue lo único que pudo pronunciar, sorprendida.

 

Una mirada fulminante de los ojos negros le quitó a Sakura ganas de decir algo más. Sasuke se veía muy irritado y enfadado a pesar de no mostrarse alterado. Al ver que Uchiha extendía una mano hacia ella, no tardó en darle el bolso trasero que portaba, donde guardaba parte del equipo.

 

-Todo -dijo Sasuke.

 

Reprimiendo un suspiro, Sakura le dio también los kunai en el estuche de su pierna, quedándose ella con uno. Nunca se sabía si algún enemigo podría acercarse, aunque siendo Konoha el objetivo dudaba que alguien perdiera su tiempo en adentrarse en la cueva.

 

Mostrándose conforme, el adolescente asintió de forma sutil con la cabeza. Le dedicó una última mirada a Naruto antes de hablar.

 

-Cuida de él.

 

Antes siquiera de poder abrir la boca para responder afirmativamente, Uchiha había salido corriendo de allí.

 

-Sasuke-kun... -musitó con preocupación.

 

Casi dos minutos después la chica escuchó un desgarrador grito de dolor opacando el sonido de la lluvia. Y entonces supo que el gemelo que todavía quedaba vivo ya había muerto a manos de Sasuke. Percibió sonidos de unos pasos ingresando en la cueva, y no tardó en tomar su único kunai y apuntar a la amenaza. Pero se tranquilizó al ver que se trataba de alguien conocido.

 

-Sai -susurró aliviada.

 

El ANBU se acercó varios pasos hasta poder contemplar bien al rubio, viéndolo tendido en el suelo. No sabía cómo sentirse. Había visto a Sakura llorar y gracias a lo que había leído sabía que eso era algo normal tras la pérdida de un ser querido. Era normal sentirse triste. Pero su rostro no mostraba absolutamente nada. Desde hacía un tiempo se había vuelto algo más hablador, pero su conocimiento sobre los sentimientos seguía siendo bastante pobre.

 

-¿De verdad está muerto? -preguntó con calma, como si hablara del clima.

 

Ella bajó la mirada, tomando una de las manos de Uzumaki. La piel estaba helada.

 

-Sí -respondió casi sin voz, estando a punto de llorar otra vez.

 

Sai parpadeó, sintiéndose aturdido por la ligera presión en el pecho que parecía encoger su corazón de forma dolorosa. Se llevó una mano allí. Ignorando que lo que sentía era tristeza por la marcha de Naruto, en su ignorancia Sai se preguntó si acaso iría a sufrir un infarto o algo parecido. La voz de Sakura le sacó de sus cavilaciones.

 

-Sai, estás herido. Ven.

 

El nombrado asintió y se sentó a un lado de ella, esperando pacientemente que le curara los raspones, cortes y especialmente una llamativa mancha de color morado en su descubierto estómago. Una vez que Sakura terminó, se puso de pie y sin mirar atrás se marchó corriendo a Konoha.

 

-Tened cuidado, Sai, Sasuke-kun... -musitó Haruno, temerosa por perder a alguien más en esa batalla.

 

CONTINUARÁ...

 

Notas finales:

Muchas gracias a todos los que se tomaron la molestia de dejarme un review, favorito, o alerta ^^

 

Capítulo dedicado a Kaily Hiwatari por ser mi review 600 en Fanfiction.net ^^ Y también a Escritoraanonima por su cumpleaños que fue el día 26 de noviembre. ¡Felicidades (con retraso), chica!

 

¡¡Fuuu~!! ¡Por fin, qué desesperación! No podía acercarme al ordenador, ¡no tengo nada de tiempo libre! He estado barajando dos opciones: publicar antes con un capítulo más corto, o tardar un poquito más para publicar un capítulo tan largo como los anteriores. Finalmente he pensado que a los lectores les agradaría más la primera opción.

 

Debido a mi prácticamente nulo tiempo libre, he corregido el capítulo solamente una vez en lugar de tres veces como hago usualmente; así que siento mucho si hay algún dedazo, falta de ortografía o algo por el estilo x___xUu

 

Sí, sé que queréis matarme, pero si me matáis no podréis leer el final de la historia XPUu

 

Adelanto del capítulo 35, es más largo para compensar la tardanza:

 

"Itachi no se inmutó ante el arranque de furia que veía formándose en su hermano. Estaba seguro de que hablando sobre lo que le tenía en ese estado tan deprimente, Sasuke se acabaría sintiendo mejor.

 

-Estás huyendo -sentenció. -No hemos hablado de ello desde que ocurrió.

-¡Porque no hay nada que hablar! -replicó alzando el tono de voz, perdiendo completamente su típico porte tranquilo.

-¿Dónde está su cuerpo? Ni siquiera sé dónde está enterrado -insistió. -Nadie parece saberlo, ni siquiera Tsunade-sama.

-Está donde seguramente le habría gustado estar -masculló arrugando el entrecejo.

 

El mayor guardó unos segundos de silencio antes de volver a tomar la palabra, arriesgándose a desatar la furia contenida de Sasuke.

 

-Yo también me siento mal por la muerte de Naruto-kun, hermano -confesó con calma, intentando transmitírsela a Sasuke. -Es extraño no ver la casa desordenada por su culpa, no escuchar su voz y sus risas alegres. Él siempre te miraba y sonreía, se notaba que eras especial para él, que sentía algo más por ti...

 

Gracias a sus extraordinarios reflejos, Itachi ladeó un poco la cabeza para esquivar el vaso de té que tenía como objetivo estrellarse en su cara para que dejara de hablar. El cristal se hizo añicos en la pared a su espalda y el líquido escurrió hasta hacer un pequeño charco en el suelo.

 

Aparentemente sin haberse inmutado mucho tras ser atacado, levantó la vista, viéndose reflejado en el sharingan de su hermano menor que le fulminaba con la mirada mientras respiraba con calma forzada.

 

-Cállate -ordenó en un siseo con los dientes apretados."

 

¿Sabías qué...?

 

Se dice que una persona devota puede ser capaz de ver la identidad del zorro inmediatamente.

 

¡Se agradecerán reviews! ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).