// Pensamientos //
+++++++++ Separación de Escenas ++++++++++
----------- Flash Back---------
12.- PACTO
La magia Veela empezó a rodear el lugar, Draco estaba entregando su vida en ello, lagrimas salían de sus ojos, quería conocer a su hijo, quería besarlo y abrazarlo, pero no podría. De pronto sintió otra magia que aparecía en el lugar.
-Harry… ¡¿Eres tú?!- Había preguntado esperanzado.
-No Draco… Harry no vendrá- Dumbledore hablaba tranquilamente y se acercaba hacia el rubio con una sonrisa en los labios.
Draco cuando escucho la voz del viejo director quiso levantarse y arrancar pero su condición era tan delicada que apenas moverse, el dolor era insoportable y su magia apenas y podía canalizar la fuente de energía para envolver al bebe y darle la fuerza para preparar el parto. Estaba desesperado y sin lugar a dudas Dumbledore llegaba ponerle fin a todo, si había algún ápice de esperanza para su hijo, con el director todo se desmoronaba. Vio también que el viejo con un movimiento de varita expulsaba al elfo fuera de la habitación, cerrando la puerta, quedando los 2 encerrados en ella.
-¿Que… hace aquí? ¿Viene… a… matarme?- El rubio a penas y podía hablar, pero estaba dispuesto a suplicar por la vida de su hijo, aunque ya no tenía fuerzas.
-No, la verdad es que no- El director se paseaba por la habitación como si nada, mirando alrededor sonriendo.
-¿Co… cómo?
-Vengo a proponerte una salvación- Se detuvo a los pies de la cama y miro al rubio seriamente, el momento culmine de su plan se acercaba, era emocionante.
-¿Qué? Haggggg- Draco se retorció de dolor, su hijo venia y el ya no tenía fuerzas para nada.
-Hablare rápido Malfoy el tiempo apremia, Harry no vendrá a ayudarte porque sabes muy bien que para él, tú no eres importante- Y ahí estaba el viejo nuevamente machacando en la herida sangrante del corazón del rubio, mutilándolo cada vez mas - Y lo sabes, siempre fuiste un sustito a algo o más bien la puta de turno, Harry cuando quiso te tubo y cuando quiso te desecho, en fin, que puedo decir, ni la lástima que tenía el contigo sirvió para retenerlo, debes ser muy malo en la cama para no poder apoderarte de un hombre y eso que tienes la magia Veela de tu lado, eres realmente un desperdicio - El viejo hablaba como si nada, como si lo que decía no afectara al rubio y mucho menos le doliera - Y ahora mírate, solo y abandonado, moribundo y desangrándose, tan poca cosa e inútil, me necesitas y lo sabes ¿Quieres que tu bebe viva? Pues bien, vengo darte una solución. Vengo a entregarte parte de mi magia para que puedas parir al niño, tu sabes perfectamente que solo no podrás y ambos morirán, tienes claro que si te doy mi magia podremos salvarlo, pero tu definitivamente no resistirás el parto ¿No te gustaría conocer al niño?
-S…si
-Pues bien, he descubierto la manera de que tu sobrevivas al parto, pero todo tiene un costo y lo sabes.
-¿Cual… es?- Draco traspiraba y a veces se perdía en la realidad.
-Bien, es bueno que entiendas… tendrás que hacer conmigo un pacto de magia oscura, un hechizo muy antigua, yo te daré magia, tu entregaras la tuya y la oscuridad pondrá de su otra parte, te dolerá hasta el alma y vas a tener que soportarlo porque o sino no podrás vivir, el sacrificio será tu vida.
-¿Cómo?…. ¿Qué quiere… decir?
- 5 años, es ese el tiempo que te dará el hechizo, 5 años para conocer y compartir con tu hijo, 5 años para verlo crecer, 5 años nada más ¿Que dices?
-¡Acepto! Pero… por… favor… ayúdame - Draco contesto sin pensar, que importaba ya todo, su vida era una maldita mierda, estaba solo y si le ofrecían por lo menos estar un tiempo, aunque sea corto con su niño, daba lo mismo, lo conocería y estaría en sus brazos, con eso estaba feliz.
-Muy bien - Una sonrisa sádica se formó el boca del director – Empecemos.
El viejo se acercó al rubio y coloco ambas manos en su vientre, hablando en extrañas palabras con un idioma no conocido, por lo menos por Draco, una burbuja oscura los rodeo, la magia negra era tan potente que mitigo por completo a la luz de un Veela, el rubio gritaba y se retorcía, era un dolor lacerante y agonizante, pareciera que se estaba reventando por dentro, pero debía resistir por su hijo, por verlo crecer y tratar de que fuera feliz, no supo cuánto tiempo paso, solo que ya y apenas podía gritar, sus cuerdas vocales se habían partido, solo pequeños quejidos salían de su boca, cuando Dumbledore termino de hablar recién ahí perdió la conciencia, pero la oscuridad lo siguió también en los sueños y las pesadillas pasaron a formar parte de su vida.
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Despertó en la sala del San Mungo lleno de instrumentos médicos y bolsitas mágicas de suero que flotaban en el aire, quiso levantarse pero y apenas y podía moverse, sentía un dolor tan grande, por lo menos ya había terminado ese martirio. Sintió ruidos a su alrededor y de repente aparecieron frente a el Pansy llorando junto a sus amigos, todos lo miraban angustiado, Draco temió lo peor.
-Scorpius… él… ¿Está… bien?- Su vos era apenas un susurro, tenía la garganta destruida de tanto gritar.
-Si Draco… el nació bien- Su fiel amiga le acaricio el pelo con delicadeza, el maldito de Potter no les había dejado entrada en la casa donde vivía Draco, así que no lo podía ir a visitar y mucho menos acompañarlo, Pansy odiaba con todo su corazón al pelinegro, si no hubiera sido por la lechuza que había enviado Hermione ellos no estarían allí - Descansa por favor.
-Gra…cias – El rubio volvió a cerrar los ojos y se durmió, pero estaba sumergido en una oscuridad tan grande, que lo perforaba.
Los 3 chicos se miraron en silencio y salieron, los 3 con los ojos tan rojos de tanto llorar, de impotencia, rabia y dolor, Draco siempre había sido el mejor de todos ellos, el más entregado, el más valiente, el mejor amigo, el hermano y verlo así postrado y resignado a recibir migajas de un amor, era insoportable, tan injusto ¿Por qué la vida le jugaba tan mala pasada? ¿Por qué tenía que ser Potter precisamente su pareja destinada? Ojala y el moreno se pudriera en el infierno, lo odiaban con toda su alma.
Afuera de la habitación los esperaba una castaña preocupada, de todos los amigos de Potter, Hermione Granger era la única que se salvaba del desprecio de los Slytherin, la única.
-¡Cuando tu amigo aparezca lo matare!- Le había gritado Blease a Hermione y ella lo miro en silencio, en cierta parte tenían razón, Harry era un maldito monstruo. Pero era su amigo y de verdad que a la chica le costaba creer todo esto.
-Iré a buscarlo- Vio que los 3 le dirigían una mirada furiosa – Miren, se que Harry se ha portado muy mal pero, el niño necesita su magia ahora, y él es el padre, yo…
-Entiendo perfectamente lo que quieres decir Granger- Nott hablo tratando de calmar las cosas, odiaba al mal nacido de Potter pero Scorpius necesitaba su magia, Draco ya no tenía para darle y aunque la tuviera apenas y podía mantenerse el - Pero Potter ojala y tenga una muy buena explicación para esto porque o sino de verdad que yo con mis propias manos lo matare, me da lo mismo si me voy a azkaban con esto ¡¿Te quedo claro?!
-Sí, ya lo sé- La chica camino por el pasillo sin despedirse, doblo a la esquina y callo sentada en suelo, su amigo, no, más bien su hermano, no podía ser tan inhumano, tan… maldito ¿Que le pasaba a Harry? ¡Dios! Ni en sus peores sueños se habría imaginado tanta maldad del moreno, su hijo casi moría solo y abandonado a su suerte, lloro un buen rato sin entender la situación, sin creer que eso estaba pasando.
Cuando vio a Kreacher aparecer en la casa de los Weasley por segunda vez entendió que algo andaba mal, noto que Harry lo había echado anteriormente sin que nadie se diera cuenta, ya que ella lo vio de reojo, como a las horas después el elfo volvió a parecer con una cara muy angustiada, acercándose nuevamente al moreno en el pasillo y una vez más Harry lo había echado encerrándose en el baño. Antes de que el elfo desapareciera Hermione lo atajo y le pidió que le dijera la situación, cuando el elfo le conto que el rubio tenia síntomas de parto su cabeza quedo en blanco, sabía perfectamente que Malfoy no sobrevivía a un parto solo y cuando el elfo le termino de contar que Dumbledore había aparecido y se había encerrado con el rubio en la pieza, temió lo peor, Harry les había dicho la causa del odio del director por Malfoy y ella había comprobado el daño y las torturas que le causaba al rubio. Algo había pasado entre ellos, ya que de primera Malfoy estaba vivo y el bebe también, aparte de que había sido el mismo Dumbledore que había traído al rubio en sus brazos a punto de tener al bebe, algo había ahí, lo sabía, pero ahora no era el momento de averiguar nada, tenía que avisarle a su amigo lo que había pasado.
Cuando llego a la casa Weasley los pillo a todos almorzando, parecían tranquilos, como si nada.
-Hermione querida ¿Dónde estabas? – La señora Weasley siempre amorosa la salió a recibir.
-En San Mungo Molly.
-¿Y por que estabas allí? ¿Ocurrió algo?- La castaña se acerco al lugar donde almorzaba Harry Potter y se puso frente a él, este estaba de lo mejor conversando con Ginny.
-Harry, felicidades, eres padre de un lindo varoncito- Harry que se había echado una cucharada de estofado a la boca lo escupió todo de la impresión.
-¿Qué dijiste?- El moreno se limpiaba la cara y miraba a Mione impresionado, la verdad es que todos la miraban de la misma forma.
-Lo que dije, eres padre de un lindo varoncito, su nombre es Scorpius James Potter Malfoy.
-¿Y cómo paso esto? ¿Porque yo no lo supe antes? ¡De seguro el maldito de Malfoy me lo oculto!- Harry y ninguno de la mesa vio venir la tremenda cachetada que le dio Hermione al moreno, este quedo con la cara ladeada por la fuerza y la impresión.
-¡Eres un maldito imbécil!- Hermione lo miraba fijamente, estaba llorando, por la desilusión que sentía hacia su amigo, de seguro el estaba tan borracho que ni se acordaba que el elfo había ido 2 veces a avisarle - ¡El elfo domestico vino a avisarte anoche del estado de Malfoy! ¡Vino 2 VECES! ¡Y tú lo echaste! ¡Los dejaste solos en esto! ¡Draco casi se muere! ¡Tu hijo casi muere también! ¡¿Y a ti lo único que te importa es alimentar tu maldito ego y reclamar contra Malfoy?! ¡Eres un maldito bastardo!
-Hermione… por favor cálmate – Ron se acerco a ella y la abrazo, la chica lloraba desconsoladamente. Y este sabía que estaba perdido, Dumbledore jamás le había dicho que aria tal cosa, el hijo de Harry casi muere, por su culpa, no, más bien por la culpa de ambos, porque él era tan culpable como el viejo… pero Ron era un cobarde, tendría que aprender a vivir con la culpa, porque jamás le diría a nadie lo que había echo con su mejor amigo y su verdadero amor.
-No Ron, si lo hubieras visto como esta Malfoy, está destruido, física y emocionalmente, culpándose de casi no poder ayudar a su hijo, entrego toda su magia al bebe, el niño está bien, algo inestable de magia, pero bien… Malfoy no lo sé… ¡Apenas habla por todo lo que grito por ayuda! ¡Imagina lo que tiene que haber sido para el estar solo! ¡Es Horrible!- Ahora el llanto de la castaña era mayor.
Todos estaban en silencio viendo llorar a la chica, Harry todavía en estado de shock por el golpe y también por lo que decía, no se acordaba de que había ido el elfo y mucho menos que lo había echado, su hijo casi había muerto por su culpa, era algo realmente terrible de pensar.
-¿Por qué no vas Harry el hospital?- Ginny fue la que hablo y le acaricio el brazo dulcemente al moreno - Ve Harry, en estos momentos el bebe te necesita y… Malfoy lo mas probable que también – Harry la miro y asintió, por eso le gustaba tanto la pelirroja siempre había sido tan generosa con todos.
-Sí, lo hare, Hermione se que estas enojada conmigo y te entiendo, pero ahora llévame donde mi hijo por favor, debo darle mi magia.
-¿Y Malfoy Harry? ¿Realmente no te importa cómo está el?- La chica hablo más calmada le había servido desahogarse con esto que le oprimía el corazón.
-Lo siento por él… pero de verdad no siento ningún tipo de preocupación, es como… si no existiera para mí – Harry la miro preocupado, entendió la mirada de intriga de su amiga, a él también le parecía raro que de la noche a la mañana, lo que sentía por Malfoy se había esfumado, tenía claro que por su culpa el rubio estaba embarazado y también estaba consciente de la devoción que el rubio le tenía, pero… no sentía nada, ningún tipo de sentimiento, por lo menos ahora.
-Harry recuerda que tu bebe se llama Scorpius James….
-Ya me lo dijiste… ¿Pero quién le puso así? Yo quería que fuera otro el nombre, no ese- el moreno la miro molesto, le cargaba cuando no se hacia lo que él quería y Draco sabía desde un principio que no le iba aponer así, por lo menos con su autorización.
-¡Yo se lo coloque!
-¿Cómo? ¿Porque tú harías eso?
-Draco a estado inconsciente casi todo el tiempo, Pansy me comento que el rubio quería hacerlo así, y como tu ni siquiera deberías tener derechos sobre el niño producto de lo que hiciste hoy, me tome la libertad de respetar la decisión de un padre e inscribí al niño en el registró mágico de magos, y también que creo que es él, el que se merece toda mi admiración.
-¡Hermione! ¿Qué dices?- Hablo Ron sorprendido por la actitud de su chica.
-Lo siento, pero de verdad en estos momentos admiro enormemente al rubio, de tan solo imaginarme la situación que tiene que haber vivido solo… no sé si yo podría haberlo resistido…
-Hermione…- Harry la miro seriamente - Entiendo que estés molesta conmigo y todo eso, pero quiero aclararte algo y por favor tómatelo bien porque no daré marcha atrás - La chica no le aparto la mirada, suponiendo lo que el moreno le diría - Eres mi amiga y te quiero… pero por favor déjate de meterte en esto, dejare pasar lo del nombre, pero lo que yo haga con él es mi problema.
-Harry puedo pedirte 2 cosas por favor- Hermione estaba tanteando terreno, definitivamente algo en Harry no estaba bien
-Depende de que es lo que quieras…
-La primera es que no le niegues la entrada a los amigos de Malfoy a tu casa, ellos son un apoyo fundamental para él y mucho mas ahora, no lo aísles de las personas que lo quieren, si a ti supuestamente no te importa, en que te afectaría que lo visitaran.
-Está bien…- Contesto de mala gana Harry.
-Y la otra, es… “No me decepciones por favor Harry” - La chica no lo dejo responder ya que tomo los polvos flu y se desapareció en la chimenea. El moreno la siguió a los segundo, todavía sopesando las últimas palabras.
********** Continuara *********