Onew.
Al final del período escolar me encuentro con Jonghyun otra vez, él me saluda con un asentimiento de cabeza, yo me acerco a él y le digo:
- Hablaré con Kibum para que ya no te moleste.
- Suerte con ello.- responde y se aleja caminando, vaya que chico más extraño.
Camino hacia la salida donde se supone que me encontraré con mis amigos a quienes les prometí más temprano que los llevaría de compras. Los veo unos metros delante de mí, asique les grito:
- ¡Minho, Key!- ellos se giran a mirarme, veo que Minho le susurra algo a Key y mi corazón da un vuelco ¿qué le estará diciendo? El rubio se pone completamente colorado, a continuación Minho me saluda con la mano y se va caminando rápidamente. Llego hasta donde está Key y le pregunto: -¿Por qué se fue Minho?
Aún está mirando a nuestro amigo, pero se gira hacia mí y me grita:
- ¡Y yo que sé! – en respuesta antes de comenzar a caminar hacia el lado contrario por el que se ha ido Minho.
Riendo llego hasta él y paso un brazo sobre su hombro.
- Ya, mi pequeño, no te enojes con el príncipe rana.
- Príncipe rana mi trasero.- susurra él.
Caminamos un rato así hasta que llegamos a donde se encuentran todas las tiendas, sería algo así como el distrito comercial.
- Bien, ¿qué quieres hacer primero? –le pregunto.
- Quiero… no sé… ¿qué quieres hacer tú?- me mira con ojos suplicantes antes de mirar su tienda favorita. Suelto una risa y lo empujo hasta que entramos.
- Elige lo que quieras, te lo compraré.- le aseguro y él empieza a saltar de felicidad.
Primero saluda a la chica que vende como si fuera una vieja amiga, luego comienza a ver cada uno de los percheros, pidiendo la opinión de la chica con cada prenda que agarra, al parecer son amigos de verdad.
Key parece feliz, es raro verlo así, siempre parece derrotado. Sé que es el heredero de dos grandes compañías, asique seguramente tiene mucha presión en su casa, debería ser el mejor del colegio (o al menos uno de los mejores) pero sus notas varían desde el “desaprobado” al “¡genial, llegaste justo!”, he intentado ayudarle con los estudios todo lo que he podido, pero simplemente es muy duro de cabeza y no quiere estudiar.
Pero ahora se lo ve animado, incluso hace chistes que sólo la chica y él entienden, yo estoy sentado en un el medio de la tienda mientras los miro y a veces hago comentarios como “sí, ese te quedaría bien” o “creo que en azul se vería mejor” aunque Key sólo pregunta mi opinión por cortesía, no creo que vaya a hacerme caso, dice que tengo un pésimo gusto para vestirme y que debería dejar que él me elija la ropa. Me gustaría verlo sonreír más a menudo, se ve lindo cuando sonríe…
Al final Key decide que quiere una remera. La chica al verla comenta:
- Esa remera viene con otra igual, pueden llevarlas y ponérselas juntos, así irían como una verdadera pareja.
La verdad es que no sé quien está más bordó, si Kibum o yo.
- Sunny, no… no somos…- comienza a decir Key, pero yo me apresuro a decir:
- Claro, llevaremos las dos.
La chica sonríe y pregunta mi talle, busca la remera y pone ambas en bolsas separadas. Yo pago todo y salimos del lugar, Key no ha dicho ni una palabra.
- ¿Quieres ir a tomar un helado?- le pregunto con una sonrisa, él sólo asiente, aún no habla ni me mira.
Llegamos a una heladería y cada uno pide lo que quiere, luego nos sentamos en un parque bajo la sombra de un gran árbol. Key sigue sin hablar…
- ¿Estás bien?- le pregunto preocupado.
- Hyung…
- ¿Sí?
- ¿Por qué hiciste eso?- asique eso era lo que le estaba dando vueltas por la cabeza.
- ¿Qué cosa?- siento un nudo en el estómago.
- La remera de… parejas…
¡Rápido, piensa una excusa!
- Siempre dices que sería mejor si compraras mi ropa. Bueno, me gustaba esa remera, asique pensé que podría comprarla, y si la comprábamos así podríamos ahorrar un poco.
Él asiente.
Perfecto, se la ha creído.
Sus ojos reflejan algo de dolor… me recuerdan al día en que lo conocí. Yo me encontraba en la terraza del colegio esperando a que pasara la hora de clases de matemáticas, cuando un chico de primer año se me acercó con la mirada escondida bajo su lacio pelo castaño.
- Sunbae-nim – dijo en un susurro.
- ¿Sí? –pregunté yo completamente extrañado, era el hijo del director, al que todos conocían pero con quien nadie se atrevía a hablar.
- Yo… yo… - recuerdo que hablaba muy bajo y no podía escucharlo bien asique me paré frente suyo y agarré su babilla con mi mano mientras lo obligaba a levantar la cabeza lentamente y mirarme a los ojos, su pelo caía a sus costados haciendo un hermoso marco para su rostro. Recuerdo que sus ojos reflejaban dolor y miedo y parecía que había estado sufriendo por mucho tiempo.
- ¿Cómo te llamas?- le pregunté, pero ya sabía su nombre.
- Kim Ki Bum.- respondió firme.
- Asique, Kibum…- comencé a decir, pero él alejó la mirada haciendo que suelte su barbilla y dijo:
- No me llames Kibum, prefiero ser llamado Key.
- Está bien, Key será. ¿Qué querías decirme?
Entonces él se acercó a mí y me besó. No fue un beso brusco sino uno más bien tímido y asustado. Luego se alejó de mí y con su rostro oculto por sus manos susurró:
- Lo siento, lo siento mucho, sunbae-nim, sé que tienes novia, pero me he enamorado de ti.
Entonces comprendí porqué se veía tan lastimado: estaba sufriendo por mi culpa. Yo estaba muy sorprendido, pero revolví su cabello como ahora suelo hacerlo y le respondí:
- Está bien, no es tu culpa, tú no puedes elegir a quien querer, en todo caso sería mía. -él me miró tapando su cara pero no sus ojos y yo le sonreí.- Ahora deja de esconder ese bello rostro.- agarré sus manos y suavemente hice que las baje, luego lo miré a los ojos, pero él rechazó mi mirada.- Mírame.- le pedí y luego de unos segundos él lo hizo, sus ojos ya no mostraban el mismo dolor de antes, ahora se veían aliviados, asique sonreí y le dije- No te enamores de la persona equivocada, hay alguien ahí esperándote, deja de mirar un árbol en particular y presta atención al bosque que está a tu alrededor.
Él me miró con una duda escrita en todo su rostro, pero asintió, estaba seguro de que me había entendido.
Como aún faltaba mucho tiempo para que acabara la clase que ambos nos habíamos saltado nos quedamos ahí hablando. Así conocí al chico tímido de primer año que se escondía bajo una fortaleza. Que quería teñirse de rubio pero que no se atrevía a hacerlo, al final le dije que si no hacía cosas locas de joven no tendría cosas graciosas para contar cuando fuera viejo, asique me prometió que la próxima vez que lo viera tendría el pelo amarillo.
Nos hicimos amigos, lo que había pasado quedó olvidado. Pero yo no pude dejar de pensar en ese día. Desde entonces cada vez que lo veía sentía algo dentro de mí que no era normal. Y de repente todas las cosas que sentía por Victoria, mi novia, empecé a sentirlas por el chico tímido que me había besado en el techo del colegio.
Finalmente entendí que me había enamorado de Key, asique decidí que no podía seguir saliendo con Vic ya que era injusto para ambos y pensé en que debía confesarme a Key, quizás él aún siguiera sintiendo lo mismo por mí y podríamos ser felices juntos.
Miro a mi derecha. Aquí está mi niño, mi ángel.
Pero no sé que pasa con él, no sé a dónde está el chico tímido del que me enamoré.
Ya no es como antes, unos meses después de conocerlo empezó a tratar mal a los chicos becados del colegio, dice que no tienen derecho a compartir su escuela porque no pagan por estar ahí. Y el resto de los alumnos hacen lo que él dice porque, bueno, es el hijo del director. El último chico becado que estuvo aquí se fue a la semana porque no pudo soportarlo, no sé como lo está haciendo el nuevo, de verdad debe tener algún propósito para estar en la escuela. Recuerdo que le prometí que hablaría con Kibum…
- Hyung.- dice sacándome de mis pensamientos.
- ¿Sí?
- Mañana… ¿puedes enseñarme francés?
Lo único que no ha cambiado en él desde que lo conocí es su poco amor por el estudio.
- Key…
- ¿No puedes?
- Key…
- Está bien, lo entiendo, será otro día.
- Kibum…
Me mira.
- ¿Qué pasa? –se ha preocupado.
- Kibum- suelto un gran suspiro-, ya debes dejar al chico nuevo en paz.
Frunce el ceño ahora.
- ¿A qué viene eso?
- Escuché lo que hiciste hoy, además vi a Jonghyun muriendo de frío en pleno invierno.
- Eso no tiene nada que ver con francés.-se cruza de brazos.
- Ya… lo sé, pero igual tienes que parar.
- ¿Por qué de pronto te preocupas por él?
- Es nuestro compañero.
- No. Él no debería serlo.
- Kibum…
- No me importa lo que digas, no dejaré de hacerlo.
- Kibum… él… nos escuchó…
Él pasa de estar enojado a estar sorprendido:
- ¿El otro día en…? Te dije que había alguien- gruñe.
- Será mejor que la próxima vez tenga más cuidado.
- ¡Deberías dejar de dormir en los vestidores!
- ¡Y tú deberías dejar de despertarme cuando me ves dormido!
- El profesor podría haber entrado.
- Ellos no se enojarían conmigo…
- No importa, me preocupa que alguien te vea.
- Kibum, ya te he dicho que no te preocupes por mí.
- Pero lo hago ¿sí?- gruñe de nuevo- Estúpido Jonghyun, tendré que enseñarle a no meter su nariz de perro donde no le corresponde.
- Kibum…
- ¡Ya deja de llamarme así!
- Será mejor que me vaya a casa, creo que tengo algo que hacer.- invento una excusa.
- Podría hacer que corra alrededor del colegio con algo sobre sus hombros…
- Kibum, te estás comportando como un imbécil.
- Te he dicho que no me llames Kibum ¡y no soy ningún imbécil!
- Lo eres, o al menos estás muy cerca de serlo.
Me alejo de él, hay veces que creo desconocerlo.
- ¡Hyung! – me llama.
No, Kibum, no me llames porque podría volver y pedirte perdón.