Onew.
- ¡Oppa!- la voz de mi hermana me saca de mi sueño. Hago de cuenta que no la escuche e intento seguir durmiendo- ¡Oppa!- ella me sigue llamando, pero la ignoro e intento recordar qué estaba soñando un segundo antes de que Amber me despierte- ¡Ooooooppaaaa!- parece que no dejará de gritarme hasta que me despierte. Abro los ojos e inspecciono mi habitación para ver dónde está, no tardo mucho en encontrarla: sentada con las piernas cruzadas sobre mi cama. Con toda la calma del mundo le pregunto:
- ¿Qué pasa, Amber?
- ¿Te desperté?
- Efectivamente…- vuelvo a cerrar los ojos.
- ¡Genial, porque eso era justo lo que quería!- ella aplaude una vez y puedo imaginarla toda emocionada y sonriendo de forma que se le ven todos sus dientes.
- ¿Qué quieres?- le digo con la voz aún ronca a causa del sueño.
- ¿No sabes qué día es hoy?- parece super animada.
- Hum… ¿sábado?- pregunto con un tono de culpa en la voz por no saber a qué se refiere.
- ¡Sí!- parece que he acertado- ¿Y sabes que significa eso?
- ¿Que no hay clases?
- ¡Sí!- ¡dos de tres!- ¿Y qué más?
- ¿Qué puedo seguir durmiendo?
- ¡No!- lamentablemente la suerte no dura para siempre…
- ¿Entonces?
- ¡Vamos, levántate o llegaremos tarde!- exclama al mismo tiempo que se levanta de mi cama y sale de la habitación.
- ¿Llegar tarde? ¿A dónde?
- ¡Levántate!
Probablemente será mejor que haga lo que dice. Me levanto de mi cama con pocas ganas y me dirijo al baño para darme un ducha, pero antes de entrar escucho que mi celular suena, es un número desconocido el que llama asique decido ignorarlo. Me pongo unos pantalones negros y una remera que elijo al azar. Voy hasta el comedor en donde se encuentra mi hermana viendo algo en su celular mientras espera a que traigan la comida, al verme llegar deja su celular a un lado y me dice:
- ¿Oppa, sabes que hora es?
- A juzgar por tus energías supongo que son más de las diez.
- ¡Son las nueve!- ella festeja demasiado. Me paro y busco a la primera mucama que encuentro, la tomo por los hombros y le pregunto muy seriamente:
- ¿Qué le hicieron a mi hermana?
- Joven amo, yo no…- la pobre chica se pone toda roja y me mira con miedo, mira a sus compañeras pidiendo auxilio, asique sonrío y la suelto diciendo:
- Era una broma, lo siento- le regalo una de mis más brillantes sonrisas y vuelvo a mi lugar. Me dirijo a mi hermana- ¿Qué es tan importante para que haya hecho que te hayas levantado temprano hoy sábado (SÁBADO)?
- Ya lo recordarás, antes de que termine el día lo recordarás.- ella me sonríe con aire misterioso.
- Bien, comamos el desayuno por ahora.- le respondo pero no dejo de pensar qué será eso de lo que habla.
Al terminar la comida vuelvo a mi habitación y busco mi celular, veo que hay diez llamadas perdidas del mismo número que llamo antes, ¿pero quién será? Supongo que alguien que se ha equivocado, yo no le he dado mi celular a nadie que no conozca...
- ¡Oppa!- Amber entra a mi habitación sin tocar, lo que no me sorprende en absoluto- ¿debería ponerme un vestido?
- ¿QUÉ?- si hay algo que Amber se toma enserio es su estilo tomboy, ella nunca (o muy, y digo muy, pocas veces ha usado vestido desde que la conozco, podría contar con mis dedos las veces que lo ha hecho- ¿Viene alguien? ¿Hay que ir a ver a alguien? ¿Mamá y papá te obligarán a ir a una cita a ciegas? Creí que faltaba tiempo para eso, aún estás en segundo año de secundaria, tendré que hablar con ellos, nadie mandará a mi hermanita a una cita a ciegas.
- Nadie irá a una cita a ciegas, Jin Ki…- ella mueve su cabeza hacia los costados.
- Bien. ¿Entonces por qué quieres usar un vestido?
Ella suelta una risita y sale de la habitación. Debo admitir que estoy intrigado. El mismo número vuelve a llamar y yo no respondo.
- ¿Es que no pueden dejar de llamar? Si alguien no responde a la décima vez es porque obviamente no va a atender…
Escucho que Amber camina de un lado a otro en la casa, como si quisiera preparar todo para que esté perfecto, como si fuera a venir alguien a visitarnos. Espera, piensa, Jin Ki ¿había alguien que tenía que venir hoy? No, los sábados no son asuntos de negocios, nadie viene los sábados a casa. ¿Es el cumpleaños de alguien? Estoy bastante seguro de que no. ¿Habrá alguna especie de evento? No lo creo, y los eventos no se realizan en casa. ¿Alguna especie de fiesta nacional? No, sino seguro habría propagandas en toda la ciudad y no las hay. ¿Entonces qué? ¿Qué?
- ¡Amber!- llamo a mi hermana y ella llega en menos de un segundo- ¿alguien vendrá hoy? -Ella me sonríe y el teléfono suena otra vez- ¡Ya enserio!- estoy por cortar cuando mi hermana me lo impide:
- Espera, podría ser importante, ¿quién es?
- No lo sé, un número desconocido.
- Igual podría ser importante…
- Nah, no creo.
- Atiende y lo verás…
- No voy a atender a un número que no…- pero Amber es rápida, con un solo toque de su dedo atiende la llamada y sale corriendo de la habitación- ¡Amber!- le grito pero ella ya se fue.
- ¿Hola?- escucho la voz del teléfono.
- Hola- me apresuro a responder-, lo siento mucho, pero debe haberse equivocado de número.
- ¿Lee Jin Ki?- la voz se me hace conocida pero no estoy seguro de en dónde la escuché.
- ¿Quién es?- se escucha una risa al otro lado de la línea antes de que responda:
- ¡Jin Ki soy yo, Joon! Lee Joon.
¿Lee Joon? Eso significa que…
Mi cara se pone roja (completamente roja) de repente, siento un calor recorrer todo mi cuerpo y un nudo se forma en mi estómago.
- ¿Sigues ahí?- me pregunta.
- Sí, sí, aquí estoy, Joon.- luego de un segundo pregunto- ¿Enserio eres tú?
- Si no fuera yo, ¿querría Amber ponerse un vestido?- tiene un punto.
- ¿Por qué la llamaste a ella antes que a mí?
- Te llamé toda la mañana, pero tú nunca respondías, sólo ella lo hacía.
Cierto, el número desconocido…
- ¿Pero cómo…? ¿Por qué…?
- Luego hablaremos de eso, dubu- al oírlo que me llama así mis mejillas (que se habían vuelto de color normal) vuelven a teñirse-, ahora estoy yendo a casa, luego tenemos que vernos.
- Está bien, nos vemos luego…- corto la llamada y llamo a mi hermana- ¡Amber!- ella no viene asique la busco por toda la casa, pero es como si se hubiera esfumado- ¿Dónde estará esta chica?- digo en voz baja y la vuelvo a llamar, pero no hay respuesta. La encuentro en el jardín con nuestro perro.
- ¿Mi Mochi está feliz?- le pregunta ella.
- ¿Amber, por qué no me dijiste que Joon vendría?
- ¡Al fin has hablado con él! Creí que habían hablado ayer, por eso te desperté para que fuéramos al aeropuerto, pero luego me mandó un mensaje en el que me pedía que atienda el teléfono por ti porque tú no lo hacías, asique eso hice…
- ¿Estás bañando a Mochi?
-¡Sí! Mi Mochi estaba sucio, ¿cierto, Mochi?- Mochi ladra y yo me río.
- Nada es más raro que ver a una niña y su perro…- digo. En realidad Mochi no está sucio, pero Amber se divierte mojándolo y llenándolo de espuma. Los dejo ahí y vuelvo a mi habitación, me dejo caer en mi cama y cierro los ojos.
Joon volvió. Luego de tres años, volvió…
La última vez que lo vi fue en el aeropuerto luego de una extraña conversación. Él me decía que debía irse al extranjero por dos años para terminar sus estudios; yo no podía entender por qué él me quería dejar sólo en un mar de personas a quienes no les importaba en realidad y que sólo me querían por mi nombre y no por mi persona.
- Vivir nuestras vidas es difícil, dubu.- me había dicho él.- Pero debes aguantar. Espérame, te prometo que volveré antes de que lo pienses.
En realidad se tardó muchísimo en volver, luego tuvo que quedarse un año más asique al final fueron tres años y no dos como había prometido.
- Hyung, Amber estará muy triste…- le había dicho yo.
- ¿Y tú?- esa pregunta llamó mi atención, pero sólo le respondí:
- Yo te extrañaré.
- Dubu…, si… si cuando nos volvamos a ver tú y yo… ya sabes, no tenemos a nadie…- él intentaba decirme algo importante, pero yo no le entendía, quizás porque sólo tenía 16 años, además de que soy muy lento para entender algunas cosas. Finalmente me dijo que por favor lo espere hasta que vuelva, yo le dije que lo haría pero seguía sin entender a qué se refería realmente. Pero unas horas antes de que un avión lo alejara de mí por tres largos años, fui a buscarlo al aeropuerto donde logré encontrarlo esperando solo.
- Hyung- le había dicho y él levantó su mirada asombrado, claramente no esperaba verme ahí-, hyung…
- Dubu…- me senté a su lado y le dije:
- Hyung, te esperaré hasta que vuelvas.- él me miró sonriendo dándose cuenta que había entendido su confesión, y sin darle tiempo a hacer nada le hice prometerme algo muy egoísta- Hyung, no puedes querer a nadie más que a mí, prométeme eso.
- Nadie te querrá tanto como yo lo hago, mi dubu- en ese momento él me abrazó y luego llamaron para abordar su vuelo.
Lo vi marcharse sin poder hacer nada por detenerlo, porque lo mandaban al extranjero por mi culpa, su padre creía que yo lo hacía muy “blandito” (que me parece una palabra muy errada para explicar su orientación sexual).
Y ahora Joon volvió y yo, que le hice creer que había aceptado sus sentimientos, ahora estoy enamorado de otra persona.
Ah. El amor es una mierda.
- ¿Algún día sonreirás al verme antes que yo lo haga primero?- la voz de Joon hace que trague lo que había pedido en la cafetería sin sentirle ningún sabor (ya no recuerdo que fue lo que pedí).
Él se sienta al otro lado de la mesa y pide un café simple, (si hubiera sido Key seguramente habría pedido un americano helado).
- ¿Cómo has estado, dubu?
Escucharlo llamarme por el apodo que él me inventó hace que un nudo se forme en mi estómago. Agradezco a lo que sea que hizo que se me ocurriera hacer que una de las chicas que trabajan en mi casa me haya puesto maquillaje para que no se note el color de mis mejillas (espero que dure bastante).
- Viviendo.- le respondo- ¿Y tú?
- Muriendo.- su tono es tan neutral como el mío. En ese momento llega el camarero con su pedido. Ambos estamos estoicamente callados mientras acomodan su café delante de él.- ¿Quieres hablar de algo?- me pregunta mientras abre un sobre de azúcar y endulza su bebida (lo que me recuerda que a Key le gustan las cosas dulces).- Sonabas más animado cuando hablamos por teléfono…- dice y ya no lo soporto más.
- ¿Por qué volviste?
- Corea es mi país, no podía permanecer allá por más tiempo.
- ¿Por qué hoy y no mañana?
- Las clases ya habían acabado ahí y no tenía ganas de pasar otro verano en las playas de Estados Unidos.
- ¿Por qué no terminaste la universidad allá?
- Termine el segundo año, puedo volver más adelante, pero tenía ganas de volver.
- ¿Por qué?
- Quería escuchar a más gente hablar coreano.
- ¿Por qué?
- El inglés ya me tiene harto.
- ¿Por qué?
- Es un idioma muy frío…
- ¿Por qué?
- Ni siquiera tienen jugos de palabras divertidos.
- Pero si te encantan las series americanas, ¿por qué no quedarte allí para siempre?
- Que me gusten sus producciones visuales no significa que quiera estar ahí por siempre.
-¿Por qué?
- Sólo necesitaba cambiar de aire.
- Entonces vuelve.
- Extrañaba mucho Corea, todos los días, a todas horas, cada vez que veía a otras personas, extrañe muchísimo… Corea.
¿Se supone que yo soy “Corea”?
- No me gusta el color rojo.- digo.
- Sin embargo a mi sí.- responde y da un sorbo a su café.
- ¿Por qué?
- Es un buen color.
- No, ¿por qué?
- ¿Por qué que?
- ¿Por qué…?- no, no lo diré, no puede saber que su ausencia me afectó tanto.
- ¿Por qué que?-repite.
Al carajo todo.
- ¿Por qué tardaste tanto?
- ¿Me extrañaste?
- No.
Deja la taza en la mesa y se inclina hacia mí.
- Deberíamos seguir esta conversación en otro lado.
- No quiero.
- Dubu, no seas malo, ¿qué te ha pasado?
Dejo unos billetes en la mesa y salgo del lugar, no veo lo que hace Joon, sólo quiero salir de ahí.
- Dubu, no camines tan rápido, todavía estoy cansado por el viaje.
Las luces de la calle se prenden de a poco, anunciando que ya es casi el anochecer.
- Si no puedes caminar con mi ritmo entonces no me sigas.- le respondo cortante.
Él me alcanza fácilmente y, metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón, me sigue con aire despreocupado y resignado.
- Recuerda que la fiesta es en mi casa.- me susurra en un momento y su aliento hace cosquillas en mi nuca.
No, no haré lo que él quiere.
Su casa está a la vuelta de la esquina pero mis pies siguen de largo y llegan hasta la mía (no, no, no, basta). Abro la puerta de la entrada y él intenta entrar pero no se lo permito por lo que traba la puerta con su pie.
- ¿Enserio serás así?- me pregunta sin sacar sus manos de los bolsillos y con expresión de cachorrito.
- ¡Sí!-exclamo e intento cerrar la puerta, pero él es más fuerte que yo y logra entrar. Perfecto ahora estamos en mi jardín delantero.- Joon, debes ir a tu casa, tus padres estarán queriendo hacer toda esa “fiesta de bienvenida” y necesitan a alguien a quien darle la bienvenida al mundo heterosexual.- mierda. ¿ES QUE NO PUEDO MANTENER MI BOCA CERRADA?
- Así que ese es el problema…
- No, yo…
- Ya ni siquiera me dices hyung…
- Joon, hyung, basta, debes ir a tu casa.
Él se acerca a mí y sin darme tiempo a tomar aire pega su boca a la mía.
No, no, no, esto no puede estar pasando.
Me obliga a caminar hacia atrás de unos árboles y arbustos (de espaldas, a oscuras y con riesgo de caerme de un 99%), me besa con fervor, ansias y miedo, no sé en que momento llegaron sus manos a mis mejillas y la mías a su nuca. Seguimos caminando de espaldas hasta que mi espalda choca suavemente con algo (una especie de pared, debe ser la vinoteca) y la oscuridad se cierne sobre nosotros. (¡MIERDA! ¡LEE JIN KI, REACCIONA!).
- Dubu…- me dice entre respiros y besos-, te extrañé tanto, tanto.
- Hyung, yo no…- intento separarlo de mí, pero mis manos no funcionan bien, en vez de empujarlo acercan su cuello a mi boca.
- Si tanto querías verme tendrías que haberme llamado, tonto.
- No podía yo estaba…- saliendo con Victoria. Mi mente termina la frase que no soy capaz de decir.
Mi parte consciente reacciona y toma el control de mi cuerpo desplazando a mi parte inconsciente y estúpida.
- Hyung, no puedo hacer esto.- le digo y me separo de él bruscamente mientras mis mejillas se llenan de algo húmedo.
- Está bien, lo siento, todo a su tiempo.- él se sienta a mi lado y seca mis mejillas- No llores, dubu, soy un estúpido.
- No- quiero alejarme de él pero no puedo (maldita necesidad de cariño)-, hyung, no pude…
- ¿Qué?-me incita a seguir.
- No pude mantener mi promesa. No quería que la gente me tachara de “gay” asique salí con Victoria por un año después de que te fuiste, yo necesitaba alguien que me quisiera y que fuera bien visto por mis padres y ella apareció en el momento justo. Pero luego…- él no me interrumpe esta vez, espera a que yo siga hablando- luego apareció Kibum y todos mis esfuerzos se fueron a la mierda. Hyung, no puedo corresponder tus sentimientos ahora mismo. Estoy muy confundido y todavía quiero a Kibum y tardaste mucho en volver, y me dejaste aquí con todos mis problemas y nadie quien me ayude a mantenerlos bajo control. Hyung, lo siento, lo siento mucho, pero rompí mi promesa un mes después de que te fuiste.
Él suelta mi cara y se recuesta contra la pared. Suspira pesadamente.
- Está bien, dubu, no fue tu culpa, en todo caso fue mía por no ponerme en contra de mis padres…
- Lo siento…
- Ya deja de pedirme perdón, nadie es perfecto como para que lo perdonen tanto.- pasa su brazo por atrás de mi espalda y me abraza de esta forma- me iré a casa ahora, espero verte ahí más tarde…, dubu…
Me aprieta suavemente el hombro antes de levantarse y alejarse de mí.
Por la forma en que dijo mi apodo me doy cuenta de que le he roto el corazón. De pronto de recuerdo lo que me dijo Amber luego de romper mi relación con Victoria, ella me miro con desaprobación antes de decir “es por eso que no mereces tener un corazón si vas a estar rompiendo los de los demás”.