Onew.
- ¿Puedes tratar mejor a Kibum?
- No.
- Joon….- paso una mano por mi cabello, cansado.
- No quiero. ¿Qué tiene él de bueno?
- Joon…
- ¿Me cambiaste por él?
- Joon…
- Dime, ¿por qué? ¿Por qué no pudiste esperarme?
- Joon, todo era difícil.
- ¿Difícil?
- Tú no estabas aquí no podrías saberlo.
- ¿Sabes lo difícil que fue para mí adaptarme a una nueva vida?
- Joon…
- ¡Ya deja de decir mi nombre!
No digo nada.
- ¿Qué tiene él? ¿Qué es lo que él ha hecho por ti? ¿Acaso él estuvo contigo tanto como yo? ¿Por qué me cambiaste por alguien como él?
- Yo…- entonces me doy cuenta que no sé cómo responder sus preguntas.
- Así que sólo es otro capricho de Lee Jin Ki. Todos somos caprichos tuyos: la chica esa con quien saliste, el rubio que está en mi salón y yo.
Mi sueño revive la conversación que Joon y yo tuvimos anoche. Lo que hace que mi día comience mal.
No sé cómo, pero de alguna forma he llegado a la escuela. Creo que no he comido nada en el desayuno, aunque de todas formas no tengo hambre. Tampoco tengo ganas de tener clases así que busco un salón vacío para dormir o pensar o simplemente no hacer nada. Mis pies me traen hasta el salón de actos, donde hay un gran escenario y muchas butacas muy cómodas. Me acuesto a lo largo de varias sillas en una de las filas del fondo, donde nadie podrá encontrarme en las siguientes cuatro horas. Busco mi celular para poner una alarma para despertarme más tarde, y antes de que lo prenda la pantalla se ilumina con un nuevo mensaje. Es Joon.
“Dubu… ¿crees que… podríamos… hablar más tarde?”
Ignoro el mensaje y antes de cerrar mis ojos e intentar dormir intento imaginar qué es lo que quiere decirme. Años atrás mil cosas me habrían venido a la mente para responder eso mas ahora no puedo pensar en nada.
De alguna forma despierto unos minutos antes de que suene el timbre que anuncia el almuerzo. Aunque sigo sin tener hambre me dirijo al comedor sin cruzarme con nadie. Allí me siento en una de las mesas y me quedo a esperar a que llegue alguno de mis amigos, hablar con ellos me ayudaría. Al rato una voz familiar me pregunta:
- ¿Hyung, estás bien?-reconozco la voz de mi dongsaeng así que levanto la cabeza para mirarlo. Intento disimular mi dolor causado por mi propia tortura por hacer que Joon me odie.- ¿Hyung?- Minho apoya sus manos en mis hombros preocupado.
- No hay pollo…- invento una excusa rápida. Está muy animado, o eso parece, y no quiero molestarlo con mis problemas.
- ¿Te sientes bien?- me pregunta y yo sólo suspiro y esquivo su mirada.- Esta conversación no acaba aquí.- añade- Voy a buscar comida. ¡No te muevas!- dice caminando hacia la barra de espaldas. Le sonrío y clavo mi mirada en ningún punto en especial hasta que aparece una bandeja llena de comida frente a mí. Miro hacia arriba para encontrarme otra vez con Minho.
- Hyung, no te ves bien, será mejor que comas para sentirte mejor.- me dice y se gira para ir a no sé dónde.
- ¿Dónde vas?- le pregunto.
- Tengo que ocuparme de algo importante, lo siento, hyung, prometo que estaré aquí antes de que lo pienses.
Sonrío pero él no me ve. Me concentro en la comida que ha traído, hay de todo. Mi panza ruge, entonces recuerdo que no he comido desde ayer (y no me acuerdo si ayer comí o no). Al terminar mi comida (no sé cómo lo logré pero termine toda la comida que trajo Minho para mí) Minho no ha vuelto, así que decido volver al salón dónde me encontraba antes.
El día de clases termina por lo que me dirijo a la salida. Quizás debería llamar a Joon o responder su mensaje, pero no tengo ganas de verlo o hablarle.
- ¡Hyung!- escucho la voz de Kibum que me llama cuando estoy saliendo del edificio de la escuela. Freno para esperar a que me alcance. Cuando está a mi lado le digo:
- Hola, Kibum.
- Hyung, ya te he dicho que me llames Key…
- Pero me gusta tu nombre…- hago un puchero.
Él mueve su cabeza hacia los costados.
Jonghyun pasa a mi lado caminando rápidamente y sin siquiera darnos una mirada, lo que me hace pensar en que Kibum hace mucho no lo molesta.
- Es bueno que hayas dejado a Jjong en paz.- le digo a Key y veo que él sonríe de una manera extraña antes de contestar:
- Aún no lo he dejado en paz, sólo estoy dejando que tome un respiro.
Llegamos hasta la puerta principal de la escuela donde una voz me llama:
- Jin Ki…- es una voz que jamás podría confundir pero que no debería estar aquí. Me giro hacia la voz. Sí, es Joon.
- Joon…- mi voz se apaga.
- Hyung…, hum…, nos vemos mañana.- me saluda Kibum, luego le hace una leve reverencia a Joon, quien hace lo mismo, y se marcha.
- ¿Qué quieres?- le pregunto a mi hyung sin mirarlo.
- Hablar.
- ¿Todavía tienes algo más para decir?
- No. Yo ya he dicho todo, eres tú quien no ha dicho nada.
- No tengo nada para decir, Joon.
- ¿Entonces puedes simplemente estar conmigo un rato?- lo miro frunciendo el ceño. Entonces cierro los ojos e inspiro todo el aire que puedo antes de preguntar:
- ¿Para qué quieres…?- pero él me interrumpe al lanzarme un casco de moto.
Veo que él se pone otro de color negro y se sube a una moto que está aparcada a unos metros de donde me encuentro.
- ¿Vienes o no?- pregunta. Intento luchar contra mis ganas de ir y mi curiosidad pero pierdo fácilmente.- Agárrate fuerte.- me dice antes de arrancar así que intento agarrarme de algo que no sea su cintura. El vehículo se pone en movimiento, al principio vamos lento, pero vamos ganando velocidad lo que me obliga a abrazar su cintura si no quiero caer.
- ¡Ve más despacio!- le grito para que pueda escucharme sobre el ruido del aire corriendo a nuestro alrededor.
- ¡Lo siento, pero no te entiendo nada!- responde él y sé que puede escucharme perfectamente pero que no lo hará.
- ¡Hyung!- me quejo y no puedo evitar reírme, él ríe conmigo.- ¡¿A dónde vamos?!- le pregunto al ver que toma un desvío.
- ¡Ya verás!- es lo único que me dice.
Finalmente llegamos hasta una playa donde él por fin comienza a disminuir la velocidad hasta frenar en un mirador. Siento una especie de déjà vu, como si ya hubiera estado aquí antes. Me apoyo en la baranda del mirador y fijo mi vista en el vasto mar que se pierde en el horizonte. Joon se sitúa a mi lado pero a una distancia prudente.
- ¿Recuerdas algo?
Su pregunta confirma mi sensación de retorno. Definitivamente he estado aquí antes, y al parecer Joon estuvo conmigo. Intento arreglar el rompecabezas de mis memorias, pero varias piezas están perdidas.
- No.- le respondo con toda mi sinceridad.- Sé que he estado aquí antes, pero no puedo recordar nada.
Él sonríe pero no quita su vista del mar.
- La primera vez que vinimos aquí éramos niños y era verano. Habíamos venido Amber, mi prima, tú y yo con mi tía para pasar un día en la playa. No recuerdo el día entero pero sé que nos divertimos mucho.
Las piezas faltantes van apareciendo en mi mente mientras él me cuenta la historia.
- Comimos helado de fresa sentados en esa roca.- le digo y señalo una gran roca al borde de la playa.
- Cierto… y a ti se te cayó al agua.- agrega.
- Y tú me diste el tuyo…
Nos quedamos callados. De repente miles de recuerdos a su lado llenan mi cabeza. Y la culpa desaparece por un momento.
- Joon, lo siento.- él reprime una risa y pregunta casi divertido:
- ¿Por qué?
- Por arruinar tu vida.
Él me mira conteniendo una sonrisa, sus ojos están tramando algo malvado. Antes de que pueda esquivarlo él me atrapa con un solo brazo y no me permite escaparme (¿enserio, uno sólo y no puedo huir?), revuelve mi cabello de forma cariñosa y responde:
- ¿Cómo podría mi Dubu arruinar mi vida?
- Hyung…
- ¿Sí?
- ¿Podrías soltarme?
Él afloja su agarre tan sólo un poco para luego abrazarme y decirme al oído:
- Eres la mejor persona que he conocido, por eso te amo, Dubu.- un nudo se forma en mi estómago y mis mejillas se tiñen de rojo.- Aunque me hagas enojar jamás podría enojarme contigo.
- Hyung…- lo abrazo también-, gracias.
Quizás he perdido a mi primer amor, pero no he perdido a mi mejor amigo.
- Para recompensarme tendrás que faltar a la escuela por una semana.
- ¿Qué? ¿Por qué?- intento separarme para verle los ojos e intentar adivinar su expresión, pero él no me lo permite.
- Tendrás que estar conmigo en esa semana.
- Hyung…
- Lograré que te vuelvas a enamorar de mi, Dubu.
- Hyung…
- Ya no volverás a pensar en nadie cuyo nombre no sea Lee Joon.
- ¿Y si encuentro a otra persona con tu mismo nombre?
- Corrección: ya no volverás a pensar en otra persona que no sea yo.
Suelto una risa. Quizás aún no he perdido a mi primer amor.
Aunque aún no sé que hacer con Kibum…