Capítulo 7:
– Dime, ¿qué sueles hacer los domingos para divertirte? – le pregunta Kibum a su compañero de habitación.
– No hablar contigo. – responde Jonghyun secamente.
– Auch. Eso dolió. – Kibum agarra su remera a la altura de su corazón como si hubiera recibido un balazo.
Pero la pregunta hace que Jonghyun se ponga a pensar: ¿qué suele hacer él? Bueno, casi siempre se la pasa durmiendo o perdiendo el tiempo en su habitación, pero ahora tiene una mascota nueva con quien divertirse, aunque la mascota puede que no sepa que esa es su función.
– ¿Siempre eres así de aburrido? – continúa preguntando Kibum desde su cama.
– Creí que ya me conocías un poco luego de haber pasado una semana juntos.
– Lo único que haces es ir a clases.
– ¿Qué más se puede hacer aquí?
– Buena respuesta.
– Fue una pregunta.
– Lo que sea…
Jonghyun reprime una risita.
– Bien, si tú no quieres hacer nada iré a buscar a Woohyun. – el sonido de Kibum saliendo de su cama y moviéndose por la habitación llega a los oídos de Jonghyun.
– ¿Woohyun? ¿Y ese quién es? – pregunta Jonghyun intentando que su curiosidad no sea demasiado evidente.
– Vaya, ¿llevas casi dos años siendo su compañero y no sabes quién es? – Jonghyun abre sus ojos y mira a Kibum extrañado.
– ¿Compañero?
– Sí, niño. Vaya que eres despistado… ¿acaso hablas con tus compañeros de clases?
– No con todos.
– De todas formas esa no es una excusa.
– No estaba excusándome… – Jonghyun rueda sus ojos y vuelve a cerrarlos luego, intentando que eso de por acabada la conversación. Pero con Kibum uno no puede decidir cuándo se acaba una conversación, ese es trabajo suyo.
– De todas formas creo que deberías hablar más con quienes estás todos los días.
– ¿Qué sentido tiene eso si ni siquiera me interesan?
– Deberías interesarte, después de todo son tus compañeros…
– ¡Ya hablas como un profesor, felicitaciones!
– Olvídalo, apuesto a que no hablas con nadie más que no sea yo.
¿Acaso es eso una pelea sin golpes? Eso llama muchísimo la atención del hobbit, perdón, de Jonghyun.
– ¿De verdad quieres apostar? – pregunta y se sienta de un solo movimiento en su cama.
– Hum… claro, ¿por qué no? – dice Kibum quien en algún momento se ha vestido completamente y está atando sus zapatillas.
– Bien, prepárate para perder.
– Eso te digo a ti.
– ¿Qué quieres apostar? – pregunta Jonghyun sin disimular su entusiasmo.
– ¿Ibas enserio?
– ¡Pero claro que iba enserio! Vamos, dice rápidamente: ¿qué quieres perder?
– Estoy 99% seguro que no perderé.
– ¿Noventa y nueve? Eso no es cien.
– Bien, dije 100%.
– No suenas muy seguro.
– Como sea. Puedo bajarlo a 98% si sigues haciéndome dudar.
– Eso es bueno para mí.
– Pero para mí no. – Kibum se para cruzando los brazos frente a su pecho, clava su mirada en el otro chico y pregunta: – ¿Qué quieres apostar?
– ¿Lo dejas a mi elección? ¡Genial! – Jonghyun se recuesta en su cama nuevamente cruzando sus bazos detrás de su cabeza y apoyando ésta en ellos.
– No, no lo dejaré a tu elección, tengo el derecho a vetar cualquiera de tus ideas.
Ignorando las palabras de Kibum, Jonghyun se pone a pensar cuál será la mejor forma de hacer sufrir a su mascota.
Podría hacer que corra desnudo por los pasillos…
Demasiado fácil.Responde una voz en su cabeza.
Cierto… mm… ¿y que tal si hacemos que sea nuestro esclavo por un día?
Demasiado predecible…
¿Una semana?
Aburrido.
¿Un mes?
¡Vamos, puedes pensar algo mejor que eso!
Tienes razón… ¿y si hacemos que se meta en la sala de profesores de noche y robe las respuestas del próximo examen?
Eso puedes hacerlo tú mismo. Vamos, Jonghyun, piensa…
– Quien pierda deberá contarle al otro su mayor secreto. – dice Kibum sin dar la sensación de que vaya a aceptar ninguna réplica.
– Interesante – responde el mayor.
Kibum sonríe maliciosamente y dando media vuelta para salir de la habitación responde:
– Será mejor que vayas pensando que es eso que nunca le has contado a nadie porque tendrás que contármelo, querido.
– Eso lo veremos, corazón. – le responde Jonghyun sonriendo igual que Kibum, pero sin creer que el otro haya escuchado ya que se ha ido rápidamente. Pero esperen, ¡no han hablado de las cláusulas del contrato! Eso hace que Jonghyun salte de la cama y sin ponerse ninguna prenda de ropa (más que sus bóxers y la remera con los que duerme) se asome al pasillo donde aún está Kibum y le grite: – ¡Hey, poste de luz!
– ¿Poste de qué? – se pregunta Kibum en voz baja antes de darse vuelta para ver a su compañero de habitación asomándose desde la puerta.
– No hemos establecido las cláusulas del contrato…
– ¿Contrato? ¿Qué contrato?
– La apuesta…
– Oh, eso es fácil. Debes traer al menos a cinco personas con quienes hables más de diez palabras todos los días antes de que se acabe el día.
– ¿Cinco? – mierda, eso es mucho para Jonghyun…
– Bueno, lo reduciré a tres, pero dudo que siquiera vayas a conseguir a dos (o mejor dicho uno). – Kibum le da la espalda nuevamente y baja las escaleras perdiéndose de la vista de Jonghyun quien vuelve a cerrar la puerta y se pone a hablar consigo mismo:
– ¿De dónde sacaré a tres personas? – La primera persona que se le viene a la cabeza es su amiga Hyuna. Genial, ya tiene una, sólo le faltan dos.
Se saca la remera por encima de su cabeza y se pone la primera que agarra del armario, también un pantalón negro y las zapatillas que normalmente usa, guarda su teléfono en su bolsillo para cualquier eventual oportunidad de necesitar llamar a Kibum para demostrarle que va ganando… si de algo sirve aclarar no es su único contacto…
– Bien, si yo fuera amigo mío ¿dónde estaría? – se pregunta Jonghyun al salir de la habitación y enfrentar el vacío pasillo. – Genial, tendré que vagar por el colegio…
Da unas cuantas vueltas mientras observa a algunos alumnos con quienes se cruza en su andar sin final pero ninguno le suena mucho. Ese es el que va a clases de química conmigo y ese otro lo he visto en inglés y ese… de verdad no sé de dónde es ese. ¿Qué sentido tiene siquiera intentar encontrar a alguien? Kibum tiene razón, no encontrará amigos aquí, cuando ingresó se prometió no hablar con nadie. Dando unas cuantas vueltas más llega sin darse cuenta a la ventana que le permite subirse al techo o mejor dicho su escondite preferido. Abre la ventana, que casualmente está cerrada, y agarrándose con fuerza de los costados de la ventana se para en el borde de ésta. Dando pasos rápidos y decididos camina por el costado del tejado hasta llegar a donde se extiende hacia arriba, trepa con cuidado y al alcanzar la parte más alta se recuesta. Saca de su bolsillo el teléfono y le envía un mensaje a Kibum:
“¿Qué haces, poste de luz?”
Le respondería, ¿cierto? No puede ser que esté haciendo algo que le impida responderle. Dijo que iba a ir a buscar a un amigo suyo… genial, ya olvidó el nombre que le dijo. Esperen, ¿acaso dijo que fuera hombre? ¿Y si era una mujer? Quizás era alguien como Hyuna, aunque… esperen ¡claro! ¡Hyuna! Ella era su amiga. Genial ya sólo le faltaban dos personas. Toca el botón de “enviar nuevo mensaje” y le escribe a Hyuna:
“¿Estás libre ahora?”
Bloquea la pantalla de su celular mientras espera una respuesta, no tardará demasiado. Una brizna de viento helado lo envuelve lo que le recuerda que se acerca el invierno y que debería haberse abrigado quizás un poco más. La pantalla de su celular se enciende al llegar un nuevo mensaje.
“Estoy en la biblioteca ahora mismo.”
Es Hyuna. Jonghyun vuelve a entrar a la escuela y dando pasos largos se dirige hacia la biblioteca que está en la planta baja. Baja las escaleras de dos en dos y en el pasillo anterior a la sala del saber una voz lo llama:
– Hey, hobbit, ¿siguen buscando amigos? – ¿quién más podría haber sido?
Jonghyun da media vuelta y enfrenta al alto con una sonrisa de suficiencia:
– Aunque no lo creas ahora mismo voy a encontrarme con la primera persona.
– ¿Dije que no podían ser imaginarias, cierto?
– No es imaginaria, idiota.
– Eso lo diré yo. Ven, Woohyun, veamos quien será (y si no le ha pagado para que diga conocerlo). – dice Kibum dirigiéndose a su amigo.
Woohyun. Así que éste es. Jonghyun recorre con la mirada al chico que se encuentra al lado de Kibum y quien parece ser partícipe en el juego. El chico lo mira por un segundo y luego esquiva su mirada restándole importancia. Idiota. Jonghyun gruñe mentalmente.
– Bien, te la presentaré. – responde Jonghyun volviendo a retomar el hilo de la conversación. Acto seguido continúa su camino hasta la doble gran puerta de la biblioteca (que ocupa gran parte de la planta baja de la escuela). Ingresa a la sala y el olor a papel envejecido lo envuelve. Sin notarlo llena sus pulmones sintiendo el aroma del saber.
La biblioteca es una gran sala compuesta por tres partes: la de los libros comunes, donde se encuentran algunos estantes con los libros que comúnmente piden los profesores; un poco más adelante, donde están las mesas que pueden ocuparse para estudiar, y un más allá donde hay más estanterías repletas de libros de todos los géneros. Al entrar a la derecha se encuentra la mesa de recepción, donde está la bibliotecaria quien mira al trío entrar y les da una mirada de “más les vale estar calladitos”. Jonghyun camina sin dudarlo hasta donde están las mesas pero al no ver a Hyuna allí frunce el ceño.
– ¿Admites que es imaginario? – susurra Kibum pero Jonghyun lo ignora.
Hyuna, Hyuna ¿Dónde estaría yo si fuera ella? Su mirada vaga por alrededor y una de las grandes ventanas llama su atención. A Hyuna le gusta leer con luz natural. Va hasta la ventana y mira hacia los costados buscándola en las otras y una figura en la última captura su visión. ¡Bingo! Sin darle una señal a Kibum para que lo siga se dirige a la figura solitaria que está apoyada contra la última ventana leyendo y que al acercarse más va tomando la forma de su amiga. Hyuna está leyendo ávidamente un libro que Jonghyun no alcanza a ver pero que realmente no le interesa demasiado
– ¿Hey, lectora compulsiva, tienes un segundo? – le pregunta en tono juguetón.
Hyuna levanta la vista lentamente casi deseando no tener que hacerlo. Le regala una sonrisa radiante a Jonghyun y le responde en un tono amenazador:
– Más te vale que sea importante o te mataré por interrumpirme en este momento. – quizás la sonrisa no fue radiante sino más bien homicida…
– Necesito tu ayuda. – Jonghyun se sienta a su lado, toma una de sus manos y hace puchero. Hyuna cierra el libro pero marca con su mano la página donde está leyendo mientras rueda los ojos y se ríe antes de responderle:
– Eres detestable. ¿Qué necesitas?
– Eres la mejor. – le asegura su amigo.
A todo esto Kibum y Woohyun ya han llegado al lado de ambos y los miran sin decir palabra. Hyuna nota la presencia de los otros chicos y luego de dirigirles una mirada extrañada mira a su amigo en busca de una explicación.
– ¿Ves el alto feo? – le pregunta Jonghyun, pero no espera una respuesta. – Debe decirle que eres mi amiga.
– Hum… Jjongie, los dos son altos… – responde la chica.
– Kibum, di hola. – exige el bajito.
– ¿Hola? – responde (o pregunta) el aludido.
– Ese es. – dice Jonghyun y Hyuna ríe.
– Hola, Kibum, soy Hyuna y este niño con complejo de enano es mi amigo. – lo saluda, luego mira a Woohyun. – Hola también.
– Hola, Hyuna, mi nombre es Woohyun. – lo saluda éste a su vez y antes de que Kibum pueda decir algo Jonghyun se queja:
– ¿Niño con complejo de enano?
– No le hagan caso, suele ser así. – advierte la chica.
– Ni que lo digas… – acota Kibum.
– ¿Niño con complejo de enano? – repite el enano.
– Parece que algo le está molestando… – dice Woohyun.
– ¿Tú crees? – Jonghyun responde lo que dijo Woohyun y luego le dice a Hyuna enojado – ¿Niño con complejo de enano?
– Ya, Jjongie…
– ¡Olvídalo! Ya no quiero que seas mi amiga. – se para y cruzándose de brazos comienza a alejarse del grupo pero lo que dice Kibum lo obliga a volverse:
– Bien, entonces el contador vuelve a cero. Sigue buscando tus tres personas.
Maldito imbécil.
– ¿Puede alguien contarme lo que pasa? – pide una muy desorientada Hyuna. Jonghyun se vuelve y le dice:
– Lo siento, mi corazón de melón, me retracto de lo que dije sobe no ser más tu amigo. Y tú – mira a Kibum–, el contador está en uno.
– ¿Puede alguien responder mi pregunta? – pide Hyuna nuevamente.
– Verás, Hyuna, Jonghyun y yo apostamos a que él no habla más que conmigo y bueno, ahora contigo. Así que hasta que termine el día tiene que buscar al menos a tres personas que desmientan eso sino tendrá que contarme su mayor secreto.
– ¿A eso llaman una apuesta? Deberías haber apostado algo peor si tenías el destino de Jonghyun en tus manos, yo misma podría decirte cuál es su mayor secreto. – responde la chica.
– Hyuna, por favor no hagas que esto se vuelva un asesinato. – la reprende Jonghyun.
– ¿Quieres unirte al equipo en contra del hobbit? – le pregunta Kibum ignorando a su compañero de habitación.
– ¿Puedo? – pregunta Hyuna divertida.
– No, no puedes, estás en mi equipo y debes ayudarme a buscar gente. – le responde su amigo.
– Eso puedes hacerlo solo, niño. – le responde ella.
– Traidora…
– No quiero estar en el equipo perdedor…
– Eres malvada… – Jonghyun hace un mohín y simula llorar.
– Ash… odio cuando haces eso… está bien, iré a tu equipo pero con la condición de que de yo seré la líder.
– Pero aquí no hay ningún liderazgo…
– Chicos, sus juegos no son muy divertidos. – Hyuna niega con la cabeza y los mira desaprobatoriamente. Marca la página del libro con un señalador, luego le extiende la mano a Jonghyun quien la toma y la ayuda a levantarse.
– Bien, aunque hayas elegido el equipo enemigo debes saber las reglas: si no encuentran a dos personas más hasta que termine el día perderán. – le explica Kibum.
Ella lo mira como esperando algo más. Kibum la mira. Ella lo mira y no dice nada. Kibum la mira y empieza a ponerse nervioso por la mirada de la chica. Ella lo mira y frunce el ceño. Kibum aparta la mirada. Ella lo mira y arquea una ceja. Kibum la mira de nuevo y no entiende la mirada de la chica.
– ¿Sólo eso? – pregunta ella.
– Emm… s-sí…
– Oh, esperaba algo más.
Kibum suspira.
– Bien, Jjongie, vamos a buscar a Jinki oppa. – Hyuna lo toma de la mano y lo obliga a seguirla.
– ¿A quién? – pregunta él despistado.
– Ah… siempre igual, debes relacionar nombres y caras, niño.
– ¿Deberíamos seguirlos? – le pregunta Kibum a Woohyun quien ha estado extrañamente muy callado. – ¿Estás bien? – Kibum lo mira preocupado, su instinto de madre lucha por salir.
– Estoy bien. – Woohyun le regala una sonrisa cálida que deja a Kibum más tranquilo. – Podríamos seguirlos para ver que las personas sean reales supongo, de todas formas tendrás que comprobar que la otra persona diga que sí conoce a Jonghyun…
– ¡Tienes razón! – Kibum golpea la palma de una de sus manos con el puño de la otra. – ¡Vamos!
Kibum se dirige hacia donde Hyuna y Jonghyun han ido y Woohyun lo sigue. Encuentran a la pareja en la mesa de recepción, Hyuna está pidiendo prestado el libro. Cuando llegan la chica les hace una seña a los tres chicos de que la sigan fuera.
– Jinki oppa debe estar con Victoria unnie así que déjenme llamarles primero. – les dice.
– ¡Ooooh, ya sé de quién hablas! – Exclama Jonghyun y agrega – ¿Cómo no pude pensar en él?
– Porque siempre tienes la cabeza en otro lado… – le responde Hyuna y se aleja un poco para hacer una llamada.
– ¿Quién…? – comienza a preguntar Kibum pero Jonghyun se anticipa a su pregunta y le cuenta:
– Es mi hyung de la clase de canto.
¿Clase de canto? Eso significa que Kibum lo verá seguido.
– Pero también nombraron a una chica… ¿Victoria?
– Pero a ella no la conozco mucho, sólo sé que es la novia de Hyung… no creo que cuente…
– Al menos eres honesto… – piensa Kibum. Vamos, él le habría pedido que testifique a su favor si estuviera en el lugar de Jonghyun.
Hyuna se vuelve a acercar a ellos y les comunica:
– Vico dice que los veamos en media hora en el patio.
– ¡Bieen, media hora de descanso! – festeja Jonghyun.
– ¿Descanso? No tomarás un descanso hasta que no hayas encontrado a alguien más, todavía te falta una cabeza, ¿recuerdas? – lo reprende su amiga. Y luego de pensarlo un segundo agrega – además de qué quieres descansar si ni siquiera has hecho algo cansador…
– Hyuna, eres tan mala… – Jonghyun llora.
– Podríamos ir yendo al patio. – sugiere Woohyun.
Hyuna lo mira de repente.
– Es una idea interesante pero ¿por que esperar ahí si podemos ir a algún lugar más divertido? – mira a Jonghyun quien entiende perfectamente lo que quiere decir.
– Media hora no será suficiente…
– Yo me encargo de eso. ¡Ahora vamos! – Hyuna toma la mano de Jonghyun y ambos salen corriendo.
Kibum mira a Woohyun quien tampoco parece entender y/o estar conforme con la decisión.
– ¿Crees que es seguro? – le pregunta Woohyun a Kibum.
– Si se acercan con un bisturí e intentar robar nuestros órganos para luego venderlos, corremos. ¿Trato? – responde su amigo.
– Trato.
Bitácora de… no esperen, ninguno tuvo tiempo de escribir nada todavía. Pero seguramente Kibum escribiría algo sobre que Taemin lo visitó ayer y que Jonghyun es un idiota. Y Jonghyun probablemente escribiría algo sobre que Kibum es un idiota y que nunca va a aprender nombres…
Y no nos olvidemos de la coca-cola de Jonghyun que es robada por Kibum.