// Pensamientos //
+++++++++ Separación de Escenas ++++++++++
----------- Flash Back---------
# Conversación Telefónica #
Capitulo Anterior:
Ya cuando estuvo más calmado subió al auto de José y se fueron, aunque Esteban nunca dejo de mirar la casa hacia atrás.
Una nueva vida se veía para él, pero… ¿Seria esto un sueño? ¿Podría ser verdad?
¿Podría realmente él ser feliz?
09.- CONOCIENDO A FELIPE… (Parte 1)
Iban en un silencio mortal dentro del auto, ninguno de los dos hablaba. Cada uno metido en sus propios pensamientos. De pronto el teléfono celular de José los asusto a los dos y los volvió a tierra.
-#Hola José ¿Estás bien?# - Uno voz femenina se escucho por el otro lado del teléfono, Esteban podía escuchar un poco la conversación ya que al parecer el celular tenía el sonido muy fuerte.
-Hola mi amor, si estoy bien… Solo tuve un pequeño inconveniente - José mientras conducía y hablaba por teléfono, con su esposa siempre había sido atento y cordial, echó una rápida mirada al chico sentado al lado del. Todavía preocupado por lo que podría pasar con él.
-# ¿Que paso? #
-Fui por el - Dijo como siempre, sin ningún preámbulo, entendiendo que preocuparía a la mujer ya que ella como su terapeuta le había aconsejado no apresurarse y mucho menos tomar decisiones a tontas y locas, pero la situación ahora había cambiado y el debía proceder rápidamente. Entendió que había llegado en el momento justo de que pasara una tragedia y no quería lamentarse más tarde por qué no hizo nada. Aunque su hijo era un extraño para él y todo a su alrededor muy inverosímil seguiría. No podía quedarse en su conciencia con esto. No cuando entendía que parte de lo que había pasado era su culpa.
-# ¡Pero José recuerda que dijimos que debías tomarte esto con calma, que no te hacia bien para tu memoria! # - La voz femenina se escuchaba preocupada, esto hizo sentirse mal a Esteban. Él era una carga, un problema. Su padre estaba enfermo por su culpa. Sus manos inconscientemente se apretaron a sus rodillas con desesperación. No quería causar más problemas a nadie. Su madre siempre se lo dijo. Pero de verdad que él no quería hacer ningún mal a nadie. Se lleno de pánico ¿Y si no lo quería en ese lugar? ¿O si esa familia dejaba a su padre por culpa de él?
-Mi amor mejor hablemos de esto en casa, ahora voy con él - Le lanzo una mirada de soslayo y noto que el chico los estaba escuchando - Cuando lo veas te darás cuenta porque lo hice.
-#Bien te espero acá, avisare a Felipe para que lo recibamos juntos, como una familia, ok#-
-Si gracias, llegare en 10 minutos, te amo - Colgó el teléfono y guardo unos segundos de silencio incomodo, suspiro cansado ¿En qué lio se había metido?
-Yo… - Dijo bajito el chico a su lado pensando bien en lo que iba a decir, su voz estaba un poco quebradiza por la angustia que sentía - No es necesario que me lleve a su casa puedo volver desde aquí, no quiero molestar, su salud… - El auto freno de repente y se estaciono en una esquina. Fue tan rápido que ambos se tambalearon un poco, pero llevaban puesto el cinturón de seguridad.
-Mira Esteban - Los ojos negros de José brillaron algo molestos, Esteban se encogió más en su silla - No soy un hombre con demasiada paciencia y muchas veces actuó mas rápido de lo que pienso. Pero quiero que tengas algo claro - El chico se encogió temeroso, esperando un golpe o algún insulto - No recuerdo casi nada de ustedes y mucho menos de cómo era antes, pero soy tu padre y no voy a dejar que nunca mas vuelvas a pasar por lo que viviste ¡Voy a ayudarte y cuidarte desde ahora! ¡Entendiste! - Esteban asintió rápidamente aunque no dejaba de preguntarse… ¿Qué si entendía? No, ni una palabra. Como entender que alguien que ni siquiera te recordaba te ayudara de esa forma. Su ángel lo ayudo a el por lastima. Eso lo tenía claro aunque le doliera. Pero este hombre decía ser su padre y no se parecía en nada a los recuerdos que el tenia de él. Tanto física como emocionalmente - Ahora voy a explicarte algo, estoy casado - Otra vez el chico abrió los ojos por la sorpresa ¿Entonces qué pasaría con su mamá? - Cuando llegue al hospital estuve un buen tiempo inconsciente y cuando desperté no recordaba nada. Ni siquiera como me llamaba, Leonor era mi médico siquiatra, nos conocimos y nos enamoramos. Fue rápido, después nos casamos. Para ella era su segundo matrimonio. La empresa de publicidad es de ella y yo la administro. Vivimos nosotros con el hijo de Leonor, Felipe es un chico tranquilo aunque algo desordenado, pero se llevaran bien. Porque te digo esto, pues es para que no te asustes y sepas algo de tu nueva familia - Esteban se estremeció al escuchar la última palabra “familia” conocía el termino pero jamás tuvo una, no por lo menos esos últimos años. Se puso más nervioso, no quería defraudar a nadie y se asustaba de tan solo pensar en lo que venía ¿Y si no lo querían? ¿Y si echaba todo a perder?
-¿Ellos saben de mi? ¿De lo que soy? ¿De lo que hice? - Las palabras del chico salieron casi en un susurro lastimoso. Le costaba todavía estar cerca de la impresionante personalidad del que decía ser su padre.
-Leonor sabe todo - José hablo frio, le estaba empezando a hartar esa estúpida sumisión del chico - De lo que fuiste y lo que has hecho por sacar adelante a tu madre, no hay nada de qué avergonzarse. Pero Felipe no, tiene solo 14 años, es muy chico para decirle todo todavía, de hecho su personalidad es algo complicada. Bien ahora que están las cosas claras vamos a casa.
Volvió a encender el vehículo y partió, silencio nuevamente entre ellos. La pared invisible que se formaba a su alrededor cada vez era más grande.
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-¡¿Mamá y porque debemos esperarlos afuera?! ¡Estaba justo terminado de jugar Dragon Ball, esa etapa todavía no la pasaba y llegaste y lo apagaste! - Se quejaba Felipe Terrada un chico de 14 años, pelo castaño claro y ojos verdes, media casi 1,70. Tenía la típica personalidad de un adolescente, pero era muy gentil. Sus padres se habían separado cuando el tenia 8 años y eso le sirvió para enfrentar la realidad. Los amaba a ambos y también se llevaba muy bien con el nuevo esposo de su mamá. Cuando supo que vendría el hijo de José a vivir con ellos se entusiasmo mucho. Siempre había querido tener un hermano para poder jugar con él y compartir las cosas cotidianas de la vida. Ahora la llegada de Esteban lo ponía muy contento.
-¡Quieres dejar de quejarte Felipe! ¡Si sigues así te quitare ese maldito juego! - Leonor muchas veces perdía el quicio con su adolecente hijo, era un amor de persona pero cuando jugaba en la consola se volvía un completo demonio - Hoy llegara el hijo de José.
-¡Enserio! ¡Qué genial! ¡Crees que querrá jugar conmigo a los videojuegos! - Felipe siempre había sido hijo único, cuando le contaron a grandes rasgos de que llegaría el hijo de José a vivir con ellos, este se emociono y casi grito de felicidad.
-Felipe escucha… - La voz melodiosa de Leonor se volvió seria, haciendo que el chico la mirara fijamente con sus ojos verdes - Esteban es mayor que tu y sinceramente dudo mucho que sepa jugar a un video juego, no quiero que lo estés presionando mucho y lo más importante es que si notas algo extraño en él debes decírmelo ¿Ok? - Leonor pensó que estaba siendo injusta con el hijo de José, pero ante todo era madre y el pasado de Esteban no era ningún detalle menor, estaba metiendo a alguien que no conocía a su casa, cerca de su hijo y su familia. Y para colmo esa persona era un chico maltratado psicológicamente y prostituto. Estaba asustada, ayudaría a José en esto, le entregaría todo su apoyo emocional y sobre todo profesional, pero si veía que el menor hacia algo contra su familia o empleaba su experiencia sexual contra su hijo no le temblaría la mano en terminar esto de raíz.
-Ya mamá, ya entendí, ni que fuera el mismo diablo el que viene… ¡Mira ahí llegaron!
El auto negro se estaciono en el frontis de la casa, José bajo rápidamente, Esteban lo hizo después temblando, su mirada no se despegaba del suelo. Estaba asustado, de solo mirar la casa al entrar se dio cuenta que era casi 3 veces más grande que la suya. Que poca cosa era para todo eso. Parecía que había llegado al paraíso y él un sucio demonio manchaba con su presencia dicho lugar.
-Hola - Dijo José y se acerco a Leonor dándole un beso en los labios, luego índico a Esteban - El es…
-¡Hola Esteban, soy Felipe! - Para sorpresa de ambos adultos el adolecente se acerco rápido al otro chico y lo abrazo fraternalmente, un pequeño quejido de dolor salió de la boca de Esteban - ¡Qué bueno que llegaste! ¿Quieres jugar videojuegos? - La sorpresa hizo levantar la vista a Esteban topándose con un lindo niño, casi 5 centímetros mas grande que el. La sonrisa pura y cristalina de Felipe reconforto el alma de Esteban - Valla estas todo molido ¿Tuviste una pelea? - Recién ahí el ojinegro se dio cuenta de su aspecto, de seguro su cara estaba todavía hinchada y amoratada por los golpes que había recibido hace algunas horas atrás.
-Yo…
-Tuvimos un pequeño percance Felipe, eso es todo. Ahora deja de ahogar a Esteban que de seguro está cansado y quiere dormir un poco - Felipe lo soltó y se hizo a un lado avergonzado, siempre había sido un poco expresivo - Esteban ella es Leonor, mi esposa - Una fina y hermosa mujer se acerco a él, su cabello largo y castaño caía hasta sus hombros, tenia los mismo ojos que su hijo.
-Hola Esteban - Leonor alzo la mano para saludarlo, Esteban titubeó un poco, no es que no quisiera saludarla, sino que simplemente se sentía tan poca cosa para tocarla, tan sucio y manchado. En un acto casi reflejo se limpio su mano derecha en su cochina ropa y toco suavemente a la mujer con ella. El gesto a Leonor le sorprendió, miro al chico fijamente, su rostro estaba sangrante y amoratado, su mirada sin ningún tipo de brillo o jovialidad para su edad, de hecho, tiritaba como un pollito asustado. Su corazón se encogió. Era solo un niño y la vida le había enseñado de tan mala manera a vivir. Miro a José y entendió el porqué se adelanto en traerlo, ese niño frente a sus ojos estaba roto de todas las maneras posibles.
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Esteban miro la habitación que le habían asignado, era hermosa, tenía una cama que se veía limpia y blandita, todo está en orden y decorado. Hasta la alfombra de la casa se veía cómoda para dormir. Por que de seguro esta era la habitación del hijo de la esposa de José y como había una sola cama el de seguro dormiría en la alfombra, cosa que se le antojo, su viejo colchón ya estaba muy delgado, y lo más probable era que esa fina alfombra acolchada sea más gruesa que su colchón.
-¿Esta es tu habitación? - Le pregunto a Felipe que estaba a un lado del, José le había pedido que lo llevara recostarse un poco. Mientras el ponía al tanto a su mujer en todo.
-¡Estás loco! - Dijo jovial el muchacho - Mi habitación está en la otra esquina, esta es la tuya, aquí está todo a tu disposición, los controles de la televisión están en la cajonera y ahí hay un mueble para que guardes tu ropa - Felipe se tiro a la cama juguetonamente le encantaba la idea de tener un hermano y poder jugar con el - ¡Encuentro genial que nos conozcamos Esteban! ¿Qué edad tienes? Yo tengo 14.
-17 - Dijo el otro chico algo cohibido con la personalidad del menor.
-¿17? ¡Pero eres más chico que yo en porte! Pareces menor ¿Cuanto mides?
-Como 1,65… Nunca he sido muy grande.
-¡Qué bien! ¡Yo te gano! Mido 1,70. Podría llamarte enano jajajajaja
Esteban lo miraba en silencio, nunca nadie se había acercado a el de esa manera y mucho menos lo trataba con tanta familiaridad.
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Dormir en esa cama tan blandita y acogedora hizo sentir mucho mejor a Esteban, en la tarde había entrado Leonor a la habitación y le había curado la cara y partes de su cuerpo. Aunque la mujer le hablaba amablemente Esteban no podía dejar de sentir miedo en cometer algún error y ser botado de ahí. José solo lo visito un rato, era tan raro para ambos enfrentar la realidad. Esteban pensaba que esto era como un sueño y tenía miedo de despertar a su realidad. Una donde su madre estaba golpeándolo o gritándole y varios hombres lo tocaban con rudeza. Pensó en Felipe y creyó que lo más probable era que si Pablito estuviera vivo seria como él. Un ser puro y lleno de vida. Con esos pensamientos se durmió.
Al otro día se había levantado como siempre, muy temprano. Esa siempre había sido su rutina en su casa. Levantarse temprano, limpiar la casa, preparar algo de comer y salir a trabajar, todo el día y casi toda la noche. Esa había sido la forma de ganarse el pan cada día y sustentar los vicios de su madre. Su mente llego a ella ¿Estaría bien? ¿Lo extrañaría?
Eran las 06:30 de la mañana y había comenzado con las labores de la casa, aunque ahí no había mucho que limpiar, todo parecía estar brillante y ordenado. Estaba sacudiendo los sillones cuando Leonor se acerco a él en pijama sorprendida de verlo hacer el aseo.
-¿Qué haces aquí tan temprano? - Le hablo sorprendida e incluso acongojada - Deberías aprovechar de descansar, tu cuerpo necesita reposo.
-Yo… No se preocupe estoy acostumbrado - En un acto de sumisión el chico había bajado la cabeza y miraba el suelo, a su madre no le gustaba que metiera bulla temprano y mucho menos que la miraran a la cara.
-No es necesario que hagas esto, tranquilo. Como a las 09:00 llega la gente del servicio para esto y todavía falta como 1 hora para que Felipe se levante y valla a la escuela - Su ojo clínico le había dado a entender que ese chico debía ser tratado rápidamente, entendía que su autoestima estaba muy baja y los abusos en que había sido sometido le costaría mucho adaptarse a una vida normal - Yo siempre soy la primera en levantarme, después José y por ultimo Felipe que es todo un lio en eso - Quería hablarle con familiaridad para que se sentirá acogido y no temiera a ellos y al lugar - ¿Por qué no me acompañas a tomarme un café?
Ambos fueron a la cocina, Esteban miraba al suelo, Leonor a él.
-¿Se te hace muy difícil vivir aquí? - Podría en práctica todos sus años de trabajo para llegar al corazón de ese chico, lo haría por su esposo y por el mismo. Quería ayudarlos a ambos.
-¿He? No, es solo que…
-No estás acostumbrado a esto, si lo sé. Esto fue muy repentino. Pero descuida, nos llevaremos bien, somos una familia normal, con altos y bajos como todos. Queremos ayudarte Esteban, eso no lo pongas en duda. José es algo difícil para expresar sus sentimiento pero el está muy preocupado por ti y nosotros queremos que tu sepas que estaremos ahí para ti, para ayudarte y acogerte en todo - Recién ahí el chico levanto la cabeza sorprendido por cómo le hablaba esa mujer, sus ojos se llenaron de lágrimas ¿Querían ayudarlo? ¿A él? ¿Lo querían?
-Yo de verdad no quiero molestar, no… - Iba a seguir pero Leonor lo abrazo protectoramente, ese niño más que cualquier cosa material necesitaba cariño y amor, nada más.
-Shshshshshshsh tranquilo Esteban, veras que aquí todo estará bien - Un pequeño jadeo se escucho por parte del menor y abundantes lagrimas salieron de sus ojos, no quería llorar, pero ahí estaba, bajando toda su angustia con Leonor. Su estabilidad emocional había colapsado con esas cálidas palabras.
No se dieron ni cuenta, cuando paso la hora, esteban lloro amargamente en los brazos de Leonor y cuando ya no pudo soltar ninguna lágrima mas, esta le beso la frente con cariño. Al rato apareció José, que al verlos juntos se sorprendió pero no dijo nada y después un adormilado Felipe. Ambos los pillaron en el comedor tomando el desayuno, con un Esteban mucho más calmado.
-¿Ya te levantaste Esteban? ¿Tan temprano? ¿También vas a la escuela en la mañana?- Dijo jovial como siempre el ojiverde.
-No… Yo… - Le daba algo de vergüenza decirle al chico que él no iba hace mucho tiempo a estudiar a ninguna escuela.
-Esteban tomara clases particulares Felipe - Dijo seriamente - Y ya deja de atosigarlo con tus preguntas. Eres molestoso.
-¡¿Porque no puedo preguntar?! - Dijo un poco irritado el menor cruzando sus brazos - ¿Que tiene de malo? ¿Te molesta a ti Esteban que lo haga? - La mirada verde brillaba esperanzadora.
-No… Solo… - Esteban se cohibía con la personalidad brillante del menor que siempre era tan abierta a el y los demás.
-Hijo, lo que pasa es que Esteban está un poco complicado de salud - Dijo conciliadora Leonor, sabía perfectamente que si no le daba una buena explicación a Felipe este nunca dejaría de preguntar - Y por eso no puede ir a la escuela, nosotros con José queremos cuidarlo en la casa - Leonor y José pensaron que en parte no le estaban diciendo ninguna mentira y tampoco toda la verdad.
-¡Y yo puedo ayudar! - Dijo otra vez ilusionado Felipe - ¡¿Puedo ayudarte Esteban?! ¡¿Puedo?!
-Si… - Sin lugar a dudas ese chico era raro o muy bueno con él.
-No creo que lo ayudes mucho con las pésimas notas que tienes - Dijo burlón José, ambos siempre se trataban así, se querían mucho y habían desarrollado esa clase de complicidad - A parte ¿Por qué te importan tanto ayudarlo?
-¡Porque Esteban es ahora mi hermano! - Dijo Felipe de forma muy segura y como si fuera lo más obvio del mundo. No dándose cuenta de la cara sorprendida de su madre y José y de los ojos llorosos de Esteban. Un calor profundo t acogedor se adueño de su corazón.
******Continuara*******