Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

About Us por Nayen Lemunantu

[Reviews - 69]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Vaya... Zhena y yo, estamos conscientes que hace realmente mucho tiempo que no actualizamos este fic. Estamos conscientes que se debe a nuestras falta de responsabilidad y respeto por los lectores que siempre comentan este fic, sin embargo, creemos también que hay una falta de motivación de nuestra parte, generada por la poca respuesta del fic.


No tiene sentido para nosotras publicar algo que nadie lee y que si lo hacen, no nos hacen llegar sus opiniones al respecto.


Así que si leen, si les gusta el fic, pero con mayor razón aún, si no les gusta el fic, agradeceríamos de todo corazón recibir un comentario al respecto. 


 

Capítulo VI

 

—10—

No tenía consciencia de cuánto tiempo había pasado con exactitud, lo único que tenía claro era que no podía dormir. En consecuencia, mañana tendré que ir con unas horribles ojeras a mi primera sesión de fotos. Y el culpable de todo aquello, estaba en la cama contigua durmiendo apaciblemente.

Estaba seguro que Kagami dormía, pues el rítmico y pausado sonido de su respiración inundaba la habitación en penumbras. Me giré en la cama hacia él, mirando su espalda moverse con lentitud, como la tenue luz de la luna entraba por la ventana, dejaba ver con relativa claridad toda la habitación y no tuve problemas para contemplar a plenitud toda su silueta.

Sólo llevábamos un par de horas en Los Ángeles y aún no podía creer todo lo que había pasado, tal vez a eso se debía mi insomnio, las fuertes emociones vividas eran tan nítidas en mi mente y las sensaciones que provocaron en mí fueron tan fuertes, que aún se encontraban a flor de piel.

Todo empezó cuando a Kagami se le ocurrió la genial idea de pasearse semidesnudo por la habitación. Aunque debo decir que eso fue mi culpa por no haber contemplado que una situación así podía ocurrir. A pesar de llevar un buen tiempo siendo amigos, yo nunca había compartido tal intimidad con él y como nunca fuimos compañeros de equipo, no había tenido la oportunidad de verlo tan… desnudo. Jamás me había detenido a pensar en los efectos que provocaría eso en mí.

Lo peor de todo era pensar que verlo con poca ropa empezaba a tener un efecto en mí… Tal vez era lo que más me asustaba ¡Esto no es normal! Un amigo no debería generar esa clase de sensaciones ¿O sí? Casi me sentí congelado cuando lo vi aparecer con sólo una toalla colgada de las caderas, dejando ver su marcado abdomen y los desarrollados músculos de todo su cuerpo. Fue tanta mi impresión que no supe cómo reaccionar y sólo atiné a esconder la cabeza en la almohada, esperando que él no notara mi nerviosismo.

Pero la historia no terminó ahí, porque si había quedado helado viéndolo en nuestra habitación, cuando estábamos cenando y dijo esa frase, prácticamente dejé de respirar “Terminaré comiéndote a ti por la noche” ¡¿Qué rayos significó eso?! Y yo como un idiota me morí de nervios ahí mismo, no supe qué hacer ni qué responderle, porque en esa frase, se escondía un doloroso mensaje.

Kagami posee una inocencia asombrosa, creo que eso fue lo primero que me llamó la atención de él. Y en su frase de palabras ingenuas,resumió el irrefutable hecho de que él nunca había pensado en mí de una forma diferente a un amigo. Sus palabras no significaron nada para él, sólo una graciosa forma de decir que tenía mucha hambre y el hecho de que ni siquiera se imaginara la doble interpretación que esto podría tener, es una evidencia clara de que él me ve sólo como un amigo.

Una constatación que fue particularmente dolorosa cuando nos metimos al mar. Fue un momento lindo, jugar como dos niños emocionados en la playa, pero yo estoy convencido que para ambos, la situación fue completamente diferente: Kagami seguramente lo vivió como un divertido juego entre amigos, pero para mí fue algo muy diferente. Estuvimos tan juntos, tan cerca, pero a la vez se sentía terriblemente lejos… Al alcance de mi mano, pero a la vezinaccesible. Fue prácticamente una tortura sentir el contacto con su cuerpo, con su piel, sentir su mirada que quemaba y cómo sus manos me sostenían firmemente.

Cuando comparto esos momentos con Kagami me siento perdido, como si estuviera fuera de mí, como si pudiera hacer cualquier cosa, tanto queen ese instante creí que lo besaría ¡Por suerte una ola nos interrumpió en ese preciso momento! Porque no tenía claridad de lo que podía haber pasado de otra forma.

Aún no sé qué significa todo esto que estoy sintiendo ni por qué me está pasando esto aquí y ahora y con él… No, eso es una mentira. Lo que me tiene así de intranquilo es que sé perfectamente lo que significa y tal vez no lo quiero aceptar.

Me volví a girar, para ahora quedar boca arriba mirando el techo. No quería seguir viéndolo a él, pues no podía evitar que mi mente divagara con esos extraños pensamientos que ahora me invadían. Lo peor de todo era ese absurdo plan que se me ocurriópara estar más cerca suyo, no quería darle más vueltas al asunto, todo eso era producto del delirio nocturno que me aquejaba e intenté convencerme de lo estúpido e inútil que era.

—No Ryota, no lo hagas, es un mal plan —me susurré a mí mismo con voz inaudible.

Y aun cuando toda mi lógica me decía que no debía hacerlo, que lo más sensato era intentar dormir de una vez y que mi deber era concentrarme en mi trabajo de mañana, no pude evitar voltear el rostro hacia la otra cama y hablarle.

—Kagamicchi —no me respondió, pero aún no sabía si efectivamente estaba dormido o sólo no me oyó por hablar muy despacio, por lo que repetí con voz más fuerte —Kagamicchi, ¿estás dormido?

—¿Qué pasa Kise? ¿Estás bien? —Me respondió con voz baja, pero no se oía somnoliento.

—Mmmm… No puedo dormir —mi voz sonó un tanto afligida—. Creo que después de todo, me bajó la temperatura corporal ¡Tal vez no fue tan buena idea meternos al mar a esa hora!

¡Eso era una terrible mentira! ¿Por qué estaba diciéndole eso? Definitivamente soy el peor amigo que existe en este mundo, tratando de abusar de la bondad de Kagami por cumplir mis propios deseos egoístas.

—¿Te sientes mal? —Preguntó alzándose en la cama, realmente preocupado.

Kagami era así, tan dulce y preocupado, que hasta te hacía doler. No pude evitar sentir una punzada en el corazón por estar haciendo aquello, era verdad que tenía algo de frío, pero podría dormir perfectamente, no era tan grave como para desvelarme. El problema no era el frío, lo que yo en realidad quería era estar más cerca de Kagami.

—No, no es nada, creo que pronto me dormiré —susurré arrepentido al instante de haberle hablado—¡Disculpa por haberte despertado!

Pero aunque le dije esto, aún en la penumbra de la habitación, lo vi arrugar el entrecejo y quitarse las cobijas de encima para levantarse y acercarse a mí. Cuando estuvo a mi alcance, llevó su mano derecha a mi frente, haciéndome reaccionar instantáneamente frente a su tacto, dando un pequeño brinco en la cama.

—Estás muy helado —me pareció que su voz se oía cada vez más preocupada.

—No es nada Kagamicchi, vuelve a dormir… Estaré bien —dije sintiendo que la culpa me carcomía por dentro.

—¡Hazme espacio! —Habló con voz cansada, ignorando mi comentario y comenzó a meterse en mi cama.

—¡No! ¿Qu… Qué haces? —Dije sentándome de golpe en la cama, de modo que ambos quedamos en la misma posición mirándonos a duras penas en la penumbra.

—Voy a dormir contigo, de otro modo, vas a morir congelado esta noche —habló con voz seria.

—En serio no es para tanto Kagamicchi.

Pero en vez de hacerme caso, se dejó caer boca arriba sobre la cama, exhalando un suspiro de cansancio, haciéndome sentir más culpable y perverso aún. Supe en ese momento que no me quedaba otra, así que me dejé caer sobre la cama, tapándome con las cobijas hasta el cuello, tratando de calmar los latidos de mi corazón que ahora estaba completamente desbocado.

En un inicio había pensado que tal vez si dormía con Kagami podría relajarme y conciliar el sueño por fin, pero ahora me daba cuenta que estaba en un terrible error. Si antes no dormía por pasármela pensando, ahora lo haría menos aún, porque los nervios que sentía no me dejaban ni respirar.

Traté de inspirar y exhalar suavemente para relajarme y fue en ese instante que noté que Kagami estaba muy extraño, su cuerpo se sentía rígido y no había movido un solo músculo desde que se había acostado a mi lado. Me giré en la cama para verlo y pude notar que su ceño estaba levemente apretado y los ojos los tenía cerrados con fuerza… Parecía estar molesto.

No pude evitar entristecerme, seguramente eso era mi culpa ¡Lo único que hago es causar problemas! Aunque yo quería que estas fueran unas vacaciones maravillosas, hasta el momento sólo he conseguido ser un incordio para Kagami. Una lágrima solitaria cayó de mi ojo y se perdió en la almohada y temiendo echarme a llorar, me giré dándole la espalda otra vez.

—Kise,¿estás bien? —Me preguntó otra vez, ladeando su cuerpo hacia mí.

—Sí, estoy bien Kagamicchi, por favor no te preocupes más por mí —mi voz se oía más ronca de lo normal, debido a las lágrimas que trataba de contener.

—¡Cómo quieres que no me preocupe si estás actuando muy extraño! —Por primera vez en la noche, Kagami elevó la voz con algo de molestia y yo me giré en la cama para mirarlo extrañado.

—¿De qué estás hablando? —Pregunté usando un tono de voz igual de molesto que el que había usado él.

—Normalmente te habrías tirado encima de mí y ahora te alejas ¡Eso no es nada normal en ti! —Habló más molesto aún, pero añadió con un susurro—Pareciera que me estás evitando.

—Yo… no estoy haciendo eso —mi voz sonó inesperadamente triste—; Es sólo que… no quiero ser una molestia para ti, Kagamicchi.

—¡Baka! —Ahora su voz se oyó mucho más animada, tanto que me hizo sentir reconfortado.

—Kagamicchi ¿Te puedo abrazar? —Pregunté con voz suave y nerviosa, aunque no sé si él lo haya notado. No me respondió con palabras, lo hizo pasando su brazo sobre mi cintura y posándolo en mi espalda, atrayéndome hacia él.

Me acerqué a su cuerpo, su torso estaba completamente desnudo y al rozar su piel con mis manos, ésta se sentía suave y cálida, haciéndome sentir súbitamente nervioso al ser consciente de la cercanía entre nuestros cuerpos. Pero gracias a ello, olvidé completamente la tristeza que había sentido segundos atrás.

Kagami pasó su otro brazo bajo mi cuello y yo me acomodé entre ellos, escondiendo el rostro en su pecho, cerrando los ojos por fin y sintiendo cómo mi cuerpo se relajaba automáticamente al estar junto a él. Kagami comenzó a acariciar mi espalda suavemente con su dedo pulgar, haciendo que mi relajo fuera aún mayor.

Me extrañó el nuevo aroma que despedía su piel, no era el aroma de Kagami, era otro distinto, más delicado, más frutal. Debió haber usado los productos del hotel, por eso no tenía aquel olor característico que se había vuelto un hábito para mí y que ya podía reconocer en cualquier parte.

Aun así, esbocé una leve sonrisa que él nunca notó y dejé que mi cuerpo por fin descansara, pero antes de quedarme profundamente dormido, le hablé una última vez.

—Gracias Kagamicchi… Por ser tan bueno conmigo ­—mis palabras se oyeron adormiladas.

—¡Pero qué dices Kise! —Sentí el aliento salido de su boca sobre mi cabeza y sus palabras eran pausadas, pero fuertes—. Tú me invitaste aquí y todo, es lo mínimo que puedo hacer por ti después de eso.

—Cl…claro, no hay de qué —susurré maquinalmente.

Creo que el poco sueño que acaba de invadirme hasta ese instante, desapareció completamente luego de sus palabras. Toda su preocupación, toda su bondad, toda su atención ¿Eran debido al agradecimiento que sentía hacia mí? Sentí otra ola de tristeza recorrer mi cuerpo y mentalmente me pregunté ¿Qué más me esperaba? Él me consideraba un amigo después de todo… Sólo un amigo.

Luego de unos minutos, lo sentí quedarse dormido definitivamente y aunque yo no tenía sueño, finalmente caí rendido, sólo esperando que para mañana mi cuerpo se recuperara después de aquel demoledor viaje y de todas las fuertes emociones que estaba viviendo.

—11—

A la mañana siguiente, abrí los ojos sin necesitar del despertador para ello, algo que normalmente no me pasaba, pues soy muy bueno para dormir y muy malo para levantarme, por lo que me extrañó que despertara antes, sobre todo si consideraba que aún me sentía cansado y somnoliento.

Yo estaba acostado en posición fetal y Kagami se aferraba a mí desde atrás, sosteniéndome por la cintura con uno de sus brazos. Sentía su fuerte y regular respiración en mi cuello, haciendo que mi piel se erizara debido a la tibieza de su aliento.

No quise darme vuelta. No quise verlo. Eso era lo mejor, debía empezar a crear distancia entre ambos, sino terminaría volviéndome loco. Así que con la mayor suavidad del mundo, me quité su brazo de encima, rogando al cielo que no se despertara con mi movimiento y salí de la cama, dirigiéndome inmediatamente al baño sin mirar atrás.

Me di una larga ducha de veinte minutos para poder despertar y para tratar de relajarme. Sentía un dolor en los hombros producto de la tensión contenida, lo que hacía que mi figura se encorvara levemente. Traté de convencerme a mí mismo que el día de hoy sería bastante ajetreado, que tenía importantes cosas que hacer y que tenía que preocuparme por ellas: Debía enfocarme en el trabajo que vine a hacer aquí.

Había tomado la precaución de llevar la ropa que me pondría: un atuendo juvenil, veraniego, pero a la vez elegante, para tratar de dar la mejor impresión en el trabajo, y mi cabello lo sequé perfectamente con el secador y lo peiné con mi estilo habitual, por lo que al salir del baño, estaba completamente listo para marcharme en cuanto vinieran por mí y hasta me alcanzaba el tiempo para tomar desayuno como la gente normal.

Abrí la puerta y al salir del baño no vi a Kagami en la cama, se había despertado, y paseando la vista por la habitación, lo divisé en la balcón de nuestra recamara.

—Lo siento ¡Te desperté de nuevo! —Dije acercándome a él por detrás. Como la mañana había amanecido helada, se había puesto un polerón delgado para abrigarse.

—Descuida ¡Me quería levantar temprano para poder salir a la playa! —Se dio la vuelta para mirarme con una sonrisa radiante que me obligó a devolvérsela, aunque creo que la mía no se vio tan animada—¿Tienes mucho sueño?

—Un poco, pero a la vez estoy emocionado por empezar el trabajo —confesé tratando de sonar feliz y entusiasmado, que era lo que realmente sentía por esta nueva oportunidad laboral, pero que por alguna razón esa felicidad no alcanzaba a animarme por completo.

—¡Estoy seguro que te irá muy bien! —Kagami entró de nuevo a la habitación y me miró con ojos llenos de convencimiento—Podemos pedir el desayuno a la habitación ¿Quieres?

—Claro… —respondí encogiéndome de hombros.

Kagami caminó al living particular de nuestra habitación y llamó a recepción pidiendo una orden de desayuno, estuvo bastante tiempo en el teléfono, por lo que supuse que había pedido una cantidad enorme de comida como normalmente acostumbraba a hacer y luego de varios minutos, tocaron a nuestra puerta.Como la habitación contaba con una mesa propia, nos instalamos ahí a comer en completo silencio. Yo estaba tratando de concentrarme en poner todas mis energías y mi atención en la sesión de fotos que estaba programada para hoy, además de no tener ganas de hablar mucho, por lo que no mencioné palabra alguna.

—¿Estás nervioso?—Kagami me preguntó con un tono dudoso en la voz, presumiblemente debido al silencio incómodo que se formó mientras comíamos—¡Estoy seguro que lo harás muy bien! Debes relajarte y confiar en tu talento y experiencia.

Yo levanté la mirada para verlo mirándome seriamente, pero con una sonrisa en la boca ¡Por qué Kagami era así! Eso no era nada justo. Era tan dulce y considerado, que hasta me hacía sentir mal. Yo sólo estaba tratando de pensar en cualquier cosa que no fuera él, tratando de sacarlo de mis pensamientos y ahora, con el más mínimo gesto, volvía a dejarme completamente a su merced.

—Gracias —fue lo único que pude susurrar mientras bajaba la mirada otra vez.

Quizá di la impresión de verme un poco triste, porque Kagami alargó la mano por encima de la mesa y posándola con suavidad en mi mentón, lo levantó, obligándome a mirarlo a los ojos. Me sobresalté con su gesto, sin saber qué esperar de él, ni qué hacer con exactitud, sólo atiné a parpadear un par de veces tratando de volver a la realidad y con mi mano, aparté la suya, esbozando una sonrisa cordial y totalmente forzada.

—Kise… —susurró.

Unos golpes sobre la puerta interrumpieron sus palabrasy me hicieron desviar la mirada hacia ésta, sabiendo que ya habían llegado por mí. 

Notas finales:

De ahora en adelante, volveremos a las actualizaciones todos los miercóles. Espero que esta vez sea continuo hasta el término del fic.

¡¡Besos!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).