Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

About Us por Nayen Lemunantu

[Reviews - 69]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola a todas. Acá estamos Zhena Hik y yo con un nuevo proyecto, esta vez juntas por el amor de esta hermosa pareja. Como se han dado cuenta, esto es una coautoría.

La historia está contada en primera persona y desde la perspectiva tanto de Kagami como de Kise. Las narraciones se alternan capítulo a capítulo, para incorporar el punto de vista de ambos personajes.

Declaración: Los personajes son propiedad de Fujimaki Tadatoshi. 

 

Capítulo I

 

Por la mañana el sonido de una notificación en mi celular me despertó, me estiré aún entre las sábanas y tomé el aparato con la intención de saber quién era, miré el nombre de Kise pero al mismo tiempo me di cuenta de la hora que era, faltaban quince minutos para las diez y yo había quedado de verme con mi padre para desayunar…

A las diez.

Sabía que mi padre era un hombre impaciente y con poco tiempo disponible, así que sólo me cambié, lavé mis dientes, mi cara y corrí hacia la calle con apenas las llaves del departamento y el celular en la mano, más tarde me ocuparía del mensaje que recibí…

Casi podía escuchar las quejas de mi padre: Taiga, ¿qué te he dicho sobre la puntualidad?

—Nunca pensé que me llevaría todo el día con él… —suspiré entrando al departamento y arrojándome sobre el primer sillón que encontré en mi camino, me sentía cansado, tanto que incluso mi apetito había despertado una vez más.

Caminé a la cocina y abrí la nevera, ahí encontré algunas manzanas que había comprado días antes y al tener pocas ganas de preparar algo de comida, las lavé y regresé mis pasos hacia la sala con la intención de ver televisión mientras me encargaba de comer las frutas.

Era increíble el hecho de que a pesar de tener televisión de paga, con más de cien canales no hubiera nada interesante para ver, así que lo dejé como siempre terminaba haciéndolo, en el canal de deportes. Ahí estaban transmitiendo un partido de la NBA, y entonces recordé un episodio de mi niñez, cuando Himuro y yo nos escabullimos entre la gente y entramos a uno de esos partidos, recuerdo que fue emocionante, desde el hecho de adentrarnos sin tener boleto, a riesgo de ser reprendidos, hasta el increíble partido que pudimos presenciar a pocos metros de nosotros.

Fue inevitable sonreír sólo de recordar esas épocas. Hacía mucho tiempo que no me divertía tanto fuera de una cancha. El sonido de una llamada me trajo de vuelta a la realidad, cuando tomé el aparato con una de mis manos y miré quién llamaba, recordé el mensaje recibido por la mañana, el cual por cierto, aún no leía…

—¡Kise! Olvidé tu mensaje… —dije en cuanto contesté, tratando de disculparme con él, ya que quizás la llamada se debía a algo relacionado con el mensaje, o eso creí.

—Hola Kagamicchi, pensé que no estabas interesado en mi propuesta —la voz de Kise sonaba menos animada de lo acostumbrado, sin embargo yo no sabía de qué estaba hablando.

—¿De qué propuesta hablas, Kise? —Pregunté sin poder contener la curiosidad.

—De una que estoy seguro que no podrás rechazar… —contestó juguetón, en su tono de voz se podía notar que algo estaba tramando y mi sentido de supervivencia se activó, contestando de inmediato al recordar algunos eventos anteriores.

—No te acompañaré a una cita doble otra vez —regañé recordando la última vez que tuve una cita, todo gracias a un compañero del rubio que terminó enfermando ese día y Kise, tan amable como siempre con sus fanáticas, no quiso cancelar dicha cita y me arrastró a ella a base de engaños, porque fueron engaños.

Sólo de pensar en el desastre me daban escalofríos.

—¡Vamos Kagamicchi, un error lo comete cualquiera! —Se defendió apresurado, con ese típico tono de voz que fingía inocencia.

—¿Y la vez que me pediste que te acompañara de compras y terminamos perseguidos por esas locas que tienes por fanáticas?

—Bueno, técnicamente, esa ocasión no fue mi culpa —comenzó, pero ésta vez no le iba a dejar que se defendiera tan fácilmente, había más cartas de victoria que podía utilizar contra mi rubio amigo.

—Así como tampoco fue tu culpa la vez que nos lesionamos cuando decidiste que sabías manejar una motocicleta —acusé recordando ese evento en particular, duramos un par de semanas con raspones en la pierna izquierda así como en todo ese costado, fue una suerte que el incidente no pasó a mayores.

Pero por lo que me contó Kise, a él también lo regañó su capitán por ser tan descuidados.

—Kagamicchi, estás siendo injusto…

—…Mi motocicleta —la peor parte de sufrir aquellas lesiones menores, era que la motocicleta en la que nos accidentamos, era un regalo de mi padre por mi último cumpleaños. Tardé en mandar a repararla porque no quise pedirle dinero para ello, preferí ahorrarme el sermón.

—¿Me vas a dejar hablar, Kagamicchi? —Pidió al notar que mi memoria no era tan mala como parecía ser la suya. Eso me causó gracia, no importaba todas las locuras que hubiéramos hecho en tan poco tiempo que llevábamos siendo amigos, la verdad es que con Kise terminaba divirtiéndome mucho, aunque esas ocasiones en particular no fueron muy buenas. Ante mi silencio, él continuó hablando—Te compensaré por todo eso, sólo tienes que decirme que estarás libre las próximas vacaciones.

—No sé si sea buena idea decirlo pero —suspiré después de una breve pausa antes de terminar lo que decía—, no tengo nada planeado aún.

—Perfecto, entonces prepara tus maletas porque nos vamos a Los Ángeles, California —su voz sonaba entusiasmada pero...¿California?

—¡¿Qué?!—La sorpresa fue grande y lo único que pude contestar fue un monosílabo en forma de pregunta.

—Sí, en una semana exactamente ya estaremos libres de la escuela y mi representante me consiguió un contrato con una marca importante, haré varias sesiones y un comercial para un perfume que está por salir y quieren que yo sea su rostro —parecía orgulloso, y no era para menos, la verdad es que en ese tiempo que llevaba siendo su amigo, podía darme cuenta de lo mucho que se empeñaba en estar bien en todos los ámbitos en que se desarrollaba.

—Me alegra mucho que te esté yendo tan bien, Kise —Pensé un poco mis palabras, no quería sonar grosero o indiferente ante la noticia tan importante que acababa de compartir conmigo—. Aunque no comprendo qué tiene que ver eso conmigo.

—¡¿Cómo que qué?!—elevó su voz logrando que separara un poco el auricular de mi oído antes de seguir escuchándole, su voz ahora más modulada pero aún alegre— Ya te dije, iré a América, donde vivías tú, la compañía me pagará los gastos de traslado y mi estadía allá mientras me necesiten, además se me ofreció llevar un acompañante con todo pagado, y como estoy seguro que deseas volver sólo para vacacionar, ¿no te parece la mejor oportunidad?

Después de la explicación no pude decir palabra alguna, me quedé mudo de la impresión, ¿viajar a Los Ángeles? La idea me parecía increíble y el hecho de poder pasar unos días de vacaciones era lo mejor después de un semestre agotador.

—¿Entonces? —La voz de Kise me devolvió a la realidad— ¿Te parece suficiente para compensar esos malos ratos?

—¿Estás seguro que no prefieres llevar a alguien de tu familia? Podrían reclamarte si…

—No te preocupes por eso Kagamicchi, ellos están vacacionando justo ahora en otra parte, además me parece correcto llevar a la primera persona en la que pensé cuando me hablaron de ir a filmar a América, ¿no crees?

—E—Esta bien, gracias Kise —nunca había sido bueno reaccionando de forma agradecida, y la verdad es que no podía hacer otra cosa que estar agradecido con Kise por pensar en mí para acompañarle, no recuerdo si en alguna ocasión le mencioné que deseaba volver a América, pero ésta vez con la intención de pasar un tiempo libre y relajado a diferencia de la última vez que volví en la que fui a entrenar con Alex.

—Pero serás mi guía turístico porque nunca he estado allá. Mañana después de clases te busco para detallar todo, ¿te parece bien?

—Claro, ¿irás a Seirin? —Pregunté para estar seguro del lugar de encuentro.

—Sí, igual te hablo si voy a tardarme.

—Está bien Kise, nos vemos entonces.

La comunicación se cortó tras despedirnos, me dejé caer de lleno en el sillón y en ese momento olvidé lo que había estado viendo en la televisión justo antes de la llamada. Quizás era una tontería, pero regresar a América era importante para mí, tenía amigos y personas importantes que estaban allá, sin contar a mi madre, a quien tenía muchísimo tiempo sin ver.

Aprovecharía éste viaje para visitarla. La última vez que regresé para entrenar, mi padre pagó mi viaje, no muy convencido de que sólo iba con la intención de mejorar mis habilidades deportivas. Sabía que él estaba orgulloso de tener un hijo atleta, aunque no acostumbraba demostrarlo, pero había descubierto varias veces en los hoteles que se hospedaba, revistas de deportes locales, en donde mencionaban las escuelas más importantes y destacadas, así como los novatos que estaban sobresaliendo en esa temporada, y en ellas algún artículo que me mencionaba como promesa del deporte.

A pesar de que mi padre, al ser un empresario ocupado e importante, tenía la manera de pagarme un viaje tan largo como ese, no era mi intención importunarlo, creo que el pagar la renta del departamento así como mis gastos en la escuela era más que suficiente, no quería ni pretendía pedirle más.

Quizás después de que mis padres se separaron, y el hecho de haber crecido durante mis primeros años al lado de mi madre, son la causa principal de que no tenga una relación tan estrecha con mi padre, no tengo resentimientos hacia él pero tampoco le tengo la confianza que tendría con mi madre. Él y yo apenas nos estamos conociendo.

No cabe duda que la invitación de Kise llegaba justo en el mejor momento. No sabía qué pensar exactamente, nunca pensé que en una situación así me considerara primero, creo que tiene amigos mucho más cercanos a él, aunque supongo que el hecho principal de invitarme es que yo viví allá muchos años y tomó en consideración eso. Sólo espero que tenga tiempo para llevarle a conocer la ciudad, nos tocará la mejor época del año, verano.

Creo que la primera ocasión en que tuve una plática con Kise fue pura casualidad. Ya lo conocía gracias a los partidos que tuvimos, así como a la estrecha amistad que parecía tener con Kuroko, sin embargo nunca me acerqué a él tratando de ser su amigo, lo consideraba un digno rival de mi admiración, nada más.

Fue Kise el primero en acercarse, agregándole a mi nombre esa manera extraña de terminar los nombres de las demás personas que según Kuroko, lo hacía sólo con quienes admiraba. No era precisamente de mi agrado que lo hiciera pero tampoco podía hacer nada para que se detuviera.

Creo que su personalidad y la mía son totalmente opuestas y es por ello que no imaginé que llegaríamos a ser amigos, pero hace tiempo que puedo considerarlo como uno. La primera vez que nos quedamos solos platicando, fue días después de terminar la copa de invierno de mi primer año en preparatoria.

Ese día me sentía ansioso, tenía tantas energías acumuladas después de dos semanas largas de estar en casa sin nada más que hacer, no tenía clases ya que estábamos en periodo vacacional, y sumándole al hecho de no tener entrenamientos próximos, me sentía inquieto, necesitaba un buen juego. Un par de días salí a caminar, terminaba corriendo para no perder la condición, jugué solo en las canchas públicas esperando que alguien se animara a jugar una reta conmigo. Pero nadie lo hacía.

Fue hasta una tarde en la que llegué a las canchas públicas del parque más concurrido en la ciudad, que los vi ahí, eran Aomine y Kise, parecían animados mientras discutían algo, no lo pensé dos veces y me acerqué, esa era mi oportunidad, ellos eran los rivales que había estado esperando que jugaran conmigo para acabar con toda la energía que tenía de más.

—¡Kagamicchi! —Todavía no llegaba a su lado cuando noté que Kise ya miraba por sobre el hombro de Aomine y gritaba mi nombre con su tono acostumbrado. Aomine giró un poco el rostro y al verme alcancé a escuchar el chasquido de su lengua.

—¿Qué haces aquí, Bakagami? —La voz fastidiada de Aomine llegó a mis oídos justo en el momento en que me paré a su lado, viendo a Kise que estaba ahora frente a ambos. Pasé mi brazo por sobre el hombro de Aomine como ya antes lo había hecho para fastidiarlo. Y lo logré, su mirada viajó hacia mi rostro y sacudió molesto mi brazo alejándose un par de pasos de mí.

—Venía a buscar un buen oponente para jugar un uno a uno —le contesté, esta vez fue mi turno de ignorarle—, por suerte te encontré —dije claramente refiriéndome a Kise mientras le sonreía mirándolo directamente a los ojos.

Escuché a Aomine soltar un gruñido, quizás por notar que le estaba provocando al ignorarlo, pero esa era la manera en que ambos nos manejábamos, es cierto que eran pocas las veces que nos habíamos encontrado fuera de la cancha, pero siempre uno de los dos terminaba haciendo enojar al otro, parecía ser un ritual silencioso entre ambos.

Después de esa simple conversación, ante la renuencia de Aomine por jugar, Kise no le permitió marcharse y terminamos jugando retas ya que éramos tres y no podíamos jugar en uno a uno, el perdedor retaba al siguiente jugador y así nos mantuvimos rotando toda la tarde. Era justo lo que había deseado esos días.

—¡Nos vemos, Aominecchi! —Gritó Kise, Aomine caminaba en sentido contrario hacia donde nosotros íbamos, sólo elevó una mano a manera de despedida pero no giró su rostro— ¿Qué piensas hacer ahora? —Fue la pregunta de Kise después de perder a Aomine de vista.

—Iré a comer, muero de hambre —le contesté como acto reflejo.

—Te acompaño, yo también tengo hambre.

Tras caminar los bloques que nos separaban del lugar donde siempre solía comer hamburguesas, entré seguido de Kise, no habíamos mencionado nada durante el camino, aunque tampoco sentí que fuese un silencio incómodo. Después de ordenar el número de hamburguesas que acostumbraba comer, caminamos juntos sentándonos frente a frente.

—¿Qué sucede, Kagamicchi?—Creo que notó mi mirada sorprendida porque me miraba curioso.

—¿Sólo eso vas a comer? —Pregunté al ver que sólo había pedido una hamburguesa. La sonrisa iluminó el rostro de Kise como solía hacerlo siempre, pero yo no bromeaba, ¿en verdad sólo eso comería?

—No todos tenemos el estómago sin fondo que tienes tú, Kagamicchi—contestó mientras miraba la comida en mi charola.

—¿De dónde sacas tanta energía si comes tan poco? —Pregunté con genuina curiosidad. ¿Cómo alguien tan activo como él podía comer tan poco? Aunque quizás acababa de comer con Aomine cuando yo llegué, sólo eso podría explicar ésta situación.

—No es poco, es lo suficiente para sentirme satisfecho. Además no me permiten subir mucho de peso debido a mis actividades de modelo, aunque gracias al ejercicio que hago jugando básquetbol, es casi imposible para mí subir aunque sea un kilogramo.

Aquella vez, fue la primera ocasión en que estuvimos solos. Fue una casualidad pero desde ahí me pidió mi número y comenzamos a estar más en contacto.

—2—

—Malditos exámenes —exclamé tendiéndome sobre mi escritorio. Después bostecé ruidoso y miré a mi lado, Kuroko estaba parado ahí con su típica expresión de póquer.

—Kagami—kun, saliendo de clases iré por un batido de vainilla, ¿quieres acompañarme? —A pesar de que solía acompañarle después de clases o de los entrenamientos, hoy no podía, ahora esperaría a Kise para hablar sobre el viaje.

—Lo siento, Kuroko, no creo que pueda acompañarte. Esperaré a Kise en la escuela.

—¿Kise—kun? —Quizás para Kuroko también era una sorpresa que Kise y yo nos lleváramos tan bien, ya que le había contado algunas ocasiones en que Kise incluso se quedó a dormir en mi casa después de una tarde de videojuegos.

—Sí, después te cuento bien —no tenía muchas ganas de dar explicaciones ahora, la verdad estaba cansado porque no había dormido bien la noche anterior.

Entre tanto recuerdo y la emoción que ya se acumulaba en mí por la idea de regresar a América, no había tenido una buena noche y ahora estaba viviendo las consecuencias de ello. Despedí a Kuroko en la puerta de la escuela, ahí miré a mi alrededor y caminé hacia uno de los árboles de la entrada principal, éste daba una buena sombra y el césped que le rodeaba era un lugar perfecto para descansar mientras esperaba a que llegara Kise, después de todo, su escuela no estaba muy cerca y tampoco estaba seguro que sus clases terminaran rápido.

—…Kagamicchi, Kagamicchi~—después de escuchar varias veces mi nombre entre sueños, abrí los ojos y parpadee en repetidas ocasiones tratando de acostumbrarme a la luz, lo primero que enfoqué fueron los ojos ámbar de Kise que estaba sentado a mi lado, mirándome de cerca—. Tienes un sueño demasiado profundo —me regañó—, llevo más de diez minutos hablándote para que despiertes.

—Lo siento, no me di cuenta cuando me quedé dormido —estaba tan desvelado que ni cuenta me había dado en qué momento me dormí, mi intención sólo era recostarme para esperar.

—¿Mala noche? —Me preguntó Kise.

—No, es… sólo que… no pude dormir bien —contesté tratando de disimular lo avergonzado que me sentía al saber por qué no pude dormir.

—¿Algo te preocupa? —Su insistencia en vez de molestarme me pareció agradable, Kise era una buena persona y parecía en realidad preocupado.

—No exactamente —respondí de forma vaga, haciendo una pausa mientras acomodaba mis ideas—, no es algo que me preocupe, descuida. Mejor dime, ¿qué querías hablar conmigo hoy?

Era indispensable cambiar el tema antes de que fuese obvio que no había dormido de la emoción, no era una parte de mí que me enorgulleciera, pero siempre que algo sobrepasaba mi límite me causaba insomnio, aunque normalmente eran los días en que tenía un juego importante.

—El siguiente sábado es la fecha que está en el contrato para viajar, sólo que hay un detalle que apenas hoy me dijeron —esperé unos segundos a que Kise continuara para no interrumpirle—. No hay una fecha definida para el regreso.

Para ser honesto no era una mala idea, al contrario, sonaba bien el pensar en irte de vacaciones por tiempo indefinido, pero sabía que en el equipo se volverían locos, sobre todo la entrenadora que alegaría sobre mi condición física si me la pasaba de flojo en todo el verano. Aunque tampoco descarto la idea de jugar una que otra ocasión contra Kise, después de todo sé que a él también le gusta el básquetbol como a mí.

—A pesar de eso me gustaría mucho que me acompañaras, Kagamicchi~

Sonreí contento y me apresuré a contestar.

—¡Claro que iré!

—Entonces, deberás ir bien preparado para el tiempo que sea necesario, saldremos muy temprano el sábado, así que sería mejor que desde el viernes te quedes en mi casa ya que pasarán por mí para llevarme al aeropuerto. ¿Te parece bien?

 

Notas finales: El fic será actualizado semanalmente. Así que el próximo miércoles nos vemos con el segundo capítulo; esta vez la historia la cuenta Kise. 

Gracias a quienes leyeron, sin embargo, si llegaron hasta acá, sería lindo para nosotras recibir sus opiniones.

Besos~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).