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Don't worry, I'm a ghost por TaeHyun

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Notas del capitulo:

Gracias por leer 

Capítulo 2

 

Seokjin estaba realmente cansado. Apenas podía mantenerse focalizado en el profesor, ni siquiera sabía de qué estaba hablando, solo lo seguía con la vista mientras el hombre iba de un lado al otro del salón. 

"Apuesto a que anoche debe haber dormido más de ocho horas" pensaba Seokjin. Y es que él había tenido que quedarse despierto hasta casi las tres de la madrugada consolando a Hoseok quien acababa de romper con su novia de hace dos años porque ella había decidido que él ya no era lo que ella quería. Seokjin no podía entender a la chica, su amigo era siempre el mismo, ¿qué podría haberla hecho cambiar de opinión? Incluso se sentía mal porque dos años es un número significativo y hasta él mismo consideraba a la ahora ex de su mejor amigo como una buena amiga; durante varios años habían sido ellos tres y Yoongi realmente inseparables. No ver a la pequeña Seomi dando vueltas alrededor de ellos sería muy extraño. 

– Eso es todo por hoy, recuerden que la siguiente clase comenzaremos un nuevo tema así que es importante que comiencen a leerlo desde ya porque es uno de los más importantes que veremos este cuatrimestre. – el profesor dio por finalizada la clase por lo que Seokjin se estiró en su lugar para luego agarrar sus cosas y salir de la gran aula donde tenía clases. 

Aunque nunca había sido su sueño, estudiaba medicina. No le era fácil pero tampoco imposible así que había sobrevivido los primeros dos años pero ya se encontraba cansado de todo, sin embargo debía recordarse a sí mismo que lo hacía por su familia quienes soñaban con verlo en una bata blanca con una etiqueta que dijera "Dr. Kim Seokjin". 

Por suerte esa era su última clase del día lo que significaba que podría por fin volver a su departamento para dormir como bien lo merecía. Aunque quería muchísimo a su amigo estar dormir poco no ayudaba a que pudiera controlar su mal humor, así que esperaba que esa noche Hoseok no volviera a llamarlo llorando y borracho porque no podía dejar de pensar en Seomi.

Salió del edificio donde se encontraba el aula donde le tocaba esa clase y deambuló en una nebulosa hasta llegar a la parada del colectivo que lo llevaría hasta su departamento. Aunque vivía en el centro de la ciudad, no muy lejos de su universidad, hoy no encontraba fuerzas suficientes para caminar, estaba realmente cansado y hambriento; eso le recordó que debía pasar a comprar algo para comer antes de volver porque seguramente luego no tendría ganas de volver a salir para hacer compras. Para su buena suerte el colectivo llegó a los pocos segundos y estaba casi vacío por lo que pudo buscar un asiento cerca de la ventana. Terminado el recorrido en autobús, se bajó a unas cuadras de su hogar.

Aunque él no era tan sociable con los vecinos sí conocía a varios, especialmente las viejitas y los dueños de las tiendas cercanas y podía jurar que el barrio había estado especialmente raro últimamente. Las noticias no dejaban de mostrar un accidente que había ocurrido hacía unas semanas, si bien ya no era tan reciente todos en la zona aún estaban con los nervios de puntas, ya que había sido a tan sólo dos cuadras de donde ahora él se encontraba. Seokjin solía pasar por allí más a menudo ya que había una viejita que vivía en la cima de la calle donde había ocurrido el accidente y él solía ayudarla a hacer sus tareas domésticas. No es como si la hubiera conocido mucho, pero le recordaba a su abuela y la mujer estaba siempre sola. Sin embargo luego del accidente sus familiares parecían haber recordado su existencia y habían venido a buscarla para trasladarla a algún hogar de ancianos. Seokjin ya no volvió a saber algo de ella. La última mañana que había pasado por ahí, el sábado luego del accidente, había visto varios policías alrededor de una gran mancha roja, seguramente sangre, buscando alguna pista, incluso habían interrogado a todos los vecinos por si alguien había visto algo. Según los medios había sido un típico accidente de golpe y fuga y el chico a quien habían golpeado había sido llevado al hospital en estado crítico, ya que habían pasado varias horas hasta que una pareja que casualmente pasaba por ahí lo habían visto. Sin embargo Seokjin sólo sabía eso, bueno eso y que todos estaban asustados y nerviosos por la presencia de la policía. Ni siquiera sabía el nombre del chico, a que hora había sido el accidente, si tenía familia, nada relevante, no porque no le interesara, en realidad le daba mucha curiosidad, le encantaría poder seguir el caso mucho más de cerca, pero la investigación se mantenía en secreto de los medios, como si fuera algo más que un caso de golpe y fuga lo que a Seokjin le causaba incluso más curiosidad.

De todas formas sabía que debía concentrarse en otras cosas, como los exámenes que serían en unas semanas o en sus padres que le decían que no sólo estudiara sino que además debía buscar una chica con quien casarse cuando se hubiera recibido, alguna compañera de clase sería bueno, así ambos podían ser doctores y trabajar juntos. Lo único que sus padres no sabían era que Seokjin no estaba realmente interesado en salir, y mucho menos con alguna chica, es decir, no es como si no le gustaran, algunas sí le atraían físicamente, pero sabía que le gustaban más los chicos, de hecho la relación que más tiempo le había durado era una con un ex compañero de clases, aunque sólo habían sido cinco meses el año anterior había sido la más larga. No es que el chico hubiera hecho algo malo, sólo que él no se encontraba en el ánimo de mantener una relación seria, especialmente sabiendo que sus padres se opondrían, por lo tanto decidió terminarla antes de que le fuera más difícil.

Llegó hasta la tienda donde generalmente compraba sus suplementos diarios y entró. Saludó a la chica de la caja registradora y caminó entre las góndolas buscando algo que pudiera comer. Al final sólo agarró unos paquetes de ramen y algo de kimbap, pasó por la sección de bebidas aunque no pensaba buscar nada ahí, pero encontró a un chico de secundaria tomando agua, lo que le llamó la atención porque ni siquiera había pagado. No le importaba que el chico se viera como si acabara de tener una pelea, eso era algo común entre los jóvenes, pero sí creía que era grosero usar algo sin haberlo pagado, por lo que le dijo:

– ¿Está bien que hagas eso sin pagar? – El otro chico parecía sorprendido de haber sido encontrado haciendo algo indebido por eso escupió toda el agua que tenía en su boca directamente sobre Seokjin, lo que lo molestó bastante por lo que no pudo evitar proferir un pequeño gruñido y alejarse unos pasos mientras se limpiaba con una mano donde tenía rastros de agua. – Idiota. – agregó.

– ¿Puedes verme? – fue lo que el niño le respondió en vez de disculparse. Seokjin lo miró sin poder creer que los jóvenes estuvieran tan irrespetuosos, él no era así cuando tenía la edad del chico, así que sólo le respondió molesto:

– Preferiría no hacerlo. – luego simplemente se alejó para seguir con lo que había venido a hacer. Llegó a la caja y mientras la chica registraba el código de barras de los productos le dijo: – Hay un chico de secundaria en la sección de bebidas tomando sin pagar. – la cajera levantó la cabeza y lo miró extrañada antes de preguntar:

– ¿Qué?

Pero Seokjin no le respondió, se limitó a pagar por lo que había comprado mientras la chica agregaba: 

– Es extraño, nadie más ha entrado... – Seokjin reprimió una risa antes de decir:

– ¿Acaso están ambos jugando bromas? – para acto seguido salir del negocio. Era extraño porque solía ir allí a menudo y nunca le habían jugado una broma tan mala, así que intentó olvidar el asunto.

Cruzó la calle para terminar el recorrido hasta su casa, pensaba tirarse al sillón a ver tele ni bien llegara, se lo merecía por haber estado estudiando tanto los últimos días, como también por haber escuchado a su amigo toda la noche. Podría incluso poner una película y dormirse, las películas eran como somníferos para él. Se sintió un poco más animado al pensar en aquello, pero no imaginaba que se encontraría con una visita inesperada cuando por fin llegara a su departamento.

Entró al edificio y luego al ascensor, generalmente subía por las escaleras pero hoy se sentía muy perezoso. Tocó el botón del segundo piso, donde vivía, y esperó a que las puertas volvieran a abrirse. No pudo evitar mirarse en el espejo del ascensor y arreglar un poco su cabello, era algo que siempre hacía. Cuando el ascensor frenó y el pasillo apareció ante él, caminó arrastrando los pies hasta su puerta, la abrió y entró, se quitó los zapatos y suspiró cansado, luego levantó la cabeza para girarse a cerrar la puerta pero no pudo hacerlo porque alguien captó su atención.

– ¿Qué haces aquí? –  fue lo único que dijo cuando, se encontró con Lee Seomi sentada en su sofá. 

Ella lo miró con sus dulces ojos castaños, se notaba que estaba haciendo un gran esfuerzo por no llorar, su cabello estaba arreglado pero lucía opaco como toda ella, no tenía brillo, lo había perdido cuando había decidido dejar al hombre que le había jurado protegerla durante toda su vida. 

–  Oppa... –  musitó ella y Seokjin pudo ver que estaba por llorar. 

–  No es a mí a quien deberías estar llorándole. 

La chica bajó la mirada y se limpio las lágrimas que habían salido intentando calmar sus sentimientos. Luego volvió a mirarlo. 

–  Necesito tu ayuda...

Seokjin no pudo evitar burlarse ante lo que ella decía, reprimió una risa conteniendo el enojo que luchaba por salir. Antes de que pudiera hacer algo como gritarle cerró la puerta golpeándola fuertemente, intentando que su ira se fuera por ese medio. Luego volvió a enfrentar a la chica:

–  ¿Te sientes bien luego de haberle roto el corazón a Hoseok? 

–  Oppa, tienes que escucharme... sabes que no lo habría hecho si no hubiera una razón...

Sí, Seokjin lo sabía, pero también era quien mejor la conocía, ya que él era quien los había presentado a ella y a Hoseok. Él conocía lo perra que Seomi podía ser. 

– ¿Razón? ¿Qué razón? ¿Encontraste alguien más? ¿Te aburriste? ¿Decidiste que ya habías tenido suficiente? – Ella frunció los labios mientras escuchaba lo que él le decía –  Porque ya conozco esas razones. ¿Acaso hay una nueva? 

Sabía que era injusto ser tan duro con ella, él era quien los había presentado en un primer momento, pero le había advertido a Hoseok, le había dicho que Seomi no es una chica de un solo hombre, incluso Seokjin se había sorprendido de que ella no lo hubiera engañado en dos años. Pero aún así Hoseok era su amigo desde hacía más tiempo, mucho más tiempo, él tenía su lealtad. 

–  Jin oppa...

–  No me llames así, no creo que estemos en una relación tan cercana.

–  Yo... tuve miedo... tenía que hacerlo... –  Seokjin no estaba para andar escuchando excusas baratas. En cambio sí había algo que quería saber. 

–  ¿Has hablado con Hoseok? 

Ella levantó la mirada al oírlo decir el nombre de él. Pero luego de unos segundos volvió a bajarla. 

–  No... –  susurró y Seokjin sólo pateó el suelo. 

Como la chica no decía nada más y él estaba realmente cansado se dirigió a la cocina y preparó rápidamente dos cafés instantáneos. Si bien estaba enojado con ella aún la apreciaba, ¡era su amiga por el amor de Dios! Aunque fuera una perra.

Volvió a la sala con ambas tazas y le tendió una a ella, quien la agarró casi por inercia para luego acercarla a su pecho y dejarla ahí, estaba ensimismada. 

Seokjin esperó. Cada tanto le daba un sorbo a su café. 

–  Fue hace dos semanas. –  dijo la chica por fin –  Estábamos con Hana y Hyesung en un bar tomando alcohol... y ya sabes cómo soy con el alcohol... –  sí, él lo sabía, a la chica realmente le gustaba tomar hasta el punto de emborracharse, algo que Seokjin no entendía –  el punto es que luego fuimos a otro lugar, creo que fue una discoteca, no lo recuerdo bien –  suspiró y tomó un sorbo de café –  ahí... no sé que pasó, probablemente seguimos tomando, lo único que sé es que desperté al día siguiente en el departamento de otro hombre. No sé quién era. 

Seokjin habría reaccionado diferente si ella le hubiera contado la misma historia hacía dos años. Probablemente habrían reído y él le habría preguntado si no recordaba algo del aspecto físico del hombre, incluso podrían haber salido esa misma noche otra vez, sólo para divertirse. Ambos buscarían algo casual y al día siguiente seguramente se reirían de lo que habría pasado.

Pero hoy era diferente. Porque el hombre al que había traicionado Seomi era a Jung Hoseok, su mejor amigo.

–  No puedo ver a Hobi a los ojos sin sentirme culpable –  ella rompió a llorar y Seokjin tuvo que apresurarse a agarrar la taza antes de que a ella se le cayera al suelo. 

Le dolía verla así, sobretodo porque sabía que ella sí quería a Hoseok, quizás no tanto como él a ella, pero sí lo hacía. Pero también sabía que su amigo no era alguien que diera segundas oportunidades, menos si hacían algo como eso. Así que se permitió consolar a su amiga durante un rato. Luego de eso ambos sabían que ya no se volverían a ver tanto como antes. Además ahora Seokjin apenas iba a bares y menos a discos.

–  Seomi... –  él dijo cuando ella parecía haberse calmado un poco –  debes hablar con Hoseok. Pídele perdón, pero debes estar preparada por si él decide no perdonarte. 

– Pero no puedo, vine a verte para que tú se lo dijeras... 

– Yo no voy a interferir en esto, ya he hecho bastante. 

– Pero oppa...

– No, no puedes pretender que haga esto por ti. Eres mi amiga y te aprecio muchísimo, pero no lo haré. 

Ella asintió. Entendía lo que él decía y cuando había decidido venir a la casa de Seokjin estaba segura de que él le diría eso, sin embargo aún necesitaba verlo, sentirse querida aunque sea un poco, cuando todos los demás señalaban. 

– Lo siento, lo siento muchísimo, oppa... 

– No es a mí a quien debes pedirle perdón. 

– Lo sé. – ella rompió a llorar otra vez. 

 

 

Cuando Seokjin se había asegurado de que Seomi estaba en condiciones de tomarse un taxi para irse ella se despidió de él, no sin antes agradecerle y pedirle que no la evitara él también, después de todo ella también era su amiga. Seokjin le dijo que no lo haría aunque en el fondo sabía que sería difícil. 

Cuando al fin estuvo solo se dejó caer en el sofá y tapo sus ojos con su brazo. En unas semanas serían los exámenes y debía estudiar pero no quería pensar en eso. Su estómago pidiéndole comida lo obligó a levantarse e ir a la cocina para hacerse unos fideos instantáneos. Cuando estuvieron listos sólo tomo la pequeña olla y la puso sobre la mesa para comer directamente de ella. Ventajas de vivir solo. 

– Oh realmente extraño comer ramen... –  una voz dijo de pronto. 

Seokjin levantó la cabeza y delante de él, asomado desde el otro lado del umbral de la puerta de la cocina había un chico, algo menor que él, con ojos gatunos y cabello rubio platinado algo despeinado. Y llevaba un uniforme de secundaria.

Pero él vivía solo... 

Seokjin se atragantó con la comida al ver al otro chico, se giró en busca de agua para poder tragar y así poder respirar y hablar y todo eso. Musitó un "agh" al recuperar el habla para luego enfrentar al otro quien lo miraba como si no pudiera creer que estaba ahí. 

–  ¿Quién eres y qué haces aquí? –  le preguntó directamente. 

El otro chico miró hacia atrás creyendo que la chica había vuelto pero ahí no había nadie más... que él. 

– He preguntado que quién eres. –  repitió Seokjin y el chico volvió a mirarlo. 

– ¿Puedes verme? – le preguntó el rubio extrañado. 

– ¿Que si puedo verte? ¡Claro que puedo verte! Y te he preguntado cómo es que has entrado a mi casa. 

– En realidad preguntaste quien era... 

– ¡¿Qué haces aquí?! 

– Hum... bueno yo vi que me viste en la calle y creí que podrías ayudarme así que te seguí y aquí estoy. 

Seokjin frunció el ceño intentando pensar a dónde lo había visto, generalmente cuando alguien no le interesaba le era difícil recordarlo, pero su uniforme manchado, su cabello despeinado, sus ojos desafiantes, todo su aspecto de delincuente juvenil hizo que lo recordara:

– ¿Eres el chico del agua? ¿El de la tienda? – El menor asintió – ¿ Me has seguido desde ahí? – El chico asintió nuevamente – ¿Has estado aquí desde que llegué? – El chico asintió tímidamente una vez más.

– ¿¡Y cómo es que no te había visto antes!? – El otro se encogió de hombros sin saber que responderle – ¡¿Y por qué Seomi no te vio?! 

– Yo tampoco sé bien porque a veces puedes verme y otras veces no...

– ¿Has oído toda nuestra conversación? 

– Sí... – Seokjin abrió la boca para decir algo, probablemente algo no lindo, pero el rubio se apresuró a añadir – pero no es como si me importara, no te preocupes, no le presté atención. 

– ¡Eso no es lo que importa! ¡Vete de aquí! 

– Pero en serio necesito ayuda, por favor... 

– No sé quién eres pero sé que no deberías estar aquí. 

– ¿Eres así con todos? 

– ¿Qué quieres decir...? 

– Un amargado... 

– ¡VETE YA! 

Seokjin parecía realmente molesto por lo que el chico se alejó de la pared, hizo una reverencia en señal de respeto y susurró:

– Lo siento, solo quería ayuda. Estoy perdido. – Luego se alejó en dirección a la puerta lentamente intentando no incomodar al dueño del departamento.

Seokjin lo vio alejarse tan lentamente que hasta pudo jurar que había desaparecido por un segundo, pero supuso que estaba tan cansado que su mente le estaba jugando bromas así que suspiró y se restregó las manos en la cara. Bien, estaba enojado y no era la culpa del chico, aunque fuera un delincuente juvenil allanador de moradas. Además se veía realmente mal, como si de verdad necesitara ayuda. Y Seokjin difícilmente podía negarse a ayudar a alguien que lo necesitaba, tenía esa fibra sensible, aunque ese alguien fuera un chico extraño que se había metido en su casa. Así que se apoyó en la mesa con las manos antes de decir:

– Espera...

El chico extraño se volvió hacia él. 

– ¿Tienes hambre? – le preguntó Seokjin levantando la mirada, esa era la manera en que siempre rompía el hielo. 

El chico asintió lentamente y su estómago haciendo ruido lo secundó. Seokjin no pudo evitar sonreír.

– Ven, podemos compartir si quieres...

Seokjin vio al chico volver rápidamente, para luego hacer una reverencia y decir:

– Muchas gracias, hyung.

– Está bien, sólo come... 

El chico y él se sentaron en la mesa para comer, Seokjin le pasó otros palillos y el chico comió un gran bocado para luego decir:

– Mmm... hace tanto no comía esto. – cerró los ojos con satisfacción y Seokjin sonrió otra vez. 

Lo observó mientras comía: no debía tener más de diecinueve años, su uniforme escolar lo delataba, sin embargo notó que no tenía la placa de su nombre. 

– ¿Cómo te llamas? – le preguntó Seokjin a lo que el menor respondió entre bocados:

– No lo recuerdo, sólo sé que desperté hoy en medio de una calle. 

– ¿Qué? 

– Oh y... – dejó de comer unos segundos para mirar a Seokjin directamente a los ojos y decir – soy un fantasma.

.

Notas finales:

Hola! 

Bueno, sí, se que es basicamente el mismo capitulo solo que desde el punto de vista de Jin, pero en realidad este fue el primer capitulo que escribi, al otro lo escribi despues porque senti que así se iba a entender mejor y bueno, ay yo me entiendo dsjnefsdk 

Espero que les haya gustado ^^/ 

Ya pronto se viene mas informacion acerca del fantasmita

Nos leemos! 


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