Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Don't worry, I'm a ghost por TaeHyun

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Holaa! 

Este es un fanfic nuevo que se me ocurrio, porque no tenías otros fanfics que actualizar,no, asi que espero que les guste! Denle amorsh ;;

 

Espero que les guste! ^^/

Capítulo 1

 

Abrió sus ojos y vio el cielo de la mañana lo que sólo podía significar que estaba acostado en algún lugar abierto, ¿pero qué hacía ahí?

Se incorporó y notó que estaba en el medio de alguna calle, quien sabe dónde.

Era extraño encontrar calles casi desiertas en Seúl y sin embargo allí estaba él, sentado en el medio de una solo, porque ni siquiera veía alguien pasar cerca, ni oía voces lo que solo podía significar que era muy temprano, probablemente serían las seis o siete de la mañana, ni siquiera los corredores matutinos salían tan temprano, pero el cielo celeste le indicaba que el sol ya había salido o estaba saliendo.

– Ah... – su cabeza le dolía por lo que llevó una de sus manos al punto donde sentía latir su corazón, como si le hubieran dado un fuerte golpe ahí.

Intentó recordar que era lo que hacía ahí pero no podía lograrlo. Cerró sus ojos para concentrarse pero lo último que sabía era que la noche anterior estaba de camino a su casa. Sin embargo algo había pasado en el medio por eso es que estaba ahí tirado en vez de en su confortable habitación.

Miró la hora en el reloj que siempre llevaba en su muñeca y éste marcaba  las 10:45, pero algo le llamó la atención y era que el segundero se había quedado quieto ¿acaso se había agotado la pila? Aquello significaba un problema ya que tampoco era una pista para que pudiera entender por qué estaba ahí, no sabía si el reloj se había parado la noche anterior a las 22:45 o a las 10:45 de la mañana y ya era más tarde de lo que pensaba. Se reprochó por haber elegido el reloj analógico en vez de uno digital. 

Volvió a llevar la mano a su cabeza ya que una puntada de dolor lo hizo volver a la realidad.

Miró a su alrededor pero no reconoció nada que le fuera familiar, ¿dónde se encontraba? Su intuición le decía que debía estar cerca de su casa pero ni siquiera podía recordar el aspecto que tenía su casa o su madre o sus hermanos o su padre... ni siquiera podía recordar si tenía familia.

Asustado se paró rápidamente y la herida en su cabeza volvió a hacerse notar, obligándolo a bajar su cabeza un poco, fue en ese momento cuando lo notó. Relajando los músculos de su cara lentamente, ya que había fruncido el ceño culpa del dolor, observó con extrañeza la mancha roja que había en el suelo, ¿por qué estaba ahí? ¿Qué era? Parecía sangre, ¿acaso era sangre?

No... no podía ser... ¿acaso no era ahí dónde el estaba acostado hacía tan solo unos segundos?

Volvió a sentir una puntada en su herida pero la ignoró, sin embargo se dejó caer de rodillas delante de la gran mancha roja... era como si... alguien hubiera estado ahí tirado... durante mucho tiempo... el tiempo suficiente para que hubiera perdido tal cantidad de sangre...

¿No podía haber sido él cierto? ¡No podía haber sido él!

Sin darse cuenta lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas. ¿Y si había sido él? Ni siquiera sabía si tenía familia porque no podía recordar nada, ¿habría alguien en algún lado llorando por él? ¿Había dejado a alguien atrás? 

No. No podía ser él, no sabía con exactitud cuántos años tenía pero sabía que aún era joven, los jóvenes no mueren, no así... ¿así? Ni siquiera sabía que había pasado, todo lo que podía hacer eran suposiciones. 

No, no, no, aquello no podía estar pasando. No a él. 

Entonces se dio cuenta que ni siquiera recordaba su nombre. ¿Era con J? ¿Era con T? ¿Con Y? ¿Y su apellido? Quizás tenía su celular por ahí, debía buscarlo. Palmeó sus bolillos sin quitar la vista de la mancha roja, pero estos parecían estar vacíos, ¿acaso los muertos no podían tener celulares? ¿¡Y por qué seguía diciendo que estaba muerto!? ¡No lo estaba! ¡No podía! 

Aterrado y casi a punto de entrar en pánico tanteó toda su ropa intentando encontrar algo que se sintiera como un celular, y al no hacerlo bajó su cabeza para mirar por sí mismo, grande fue su sorpresa cuando vio sus manos cubiertas de sangre también.

Gritó pero sabía que nadie podía oírlo. 

La sangre de sus manos se veía como la que se encontraba en la calle: seca y vieja, como si hubieran pasado varias horas desde que estaba en ese lugar. Restregó sus palmas contra la tela de su ropa y vio que ésta también tenía manchas rojas. 

¡No podía ser cierto! 

Su vista se nubló culpa de las lágrimas que salían sin cesar. Sabía que no había nada que pudiera hacer más que aceptar la realidad. Cubrió su cara con sus manos y lloró, sin importarle si alguien podía oírlo, sin preocuparse de la hora que era, sin pensar en nada más, simplemente lloró. Y se mantuvo así hasta que sintió que ya no podía hacerlo más.

Tenía hipo y sed, mucha sed. ¿Podían tomar agua los fantasmas? 

Se rió de sus propias ocurrencias. ¿Fantasma? ¿Eso es lo que sería a partir de ahora? ¿Y todo aquello que se decía de la muerte? ¿A dónde estaba la paz de la que todos hablaban? Porque él sentía todo menos paz. 

Decidió que lo próximo que haría sería buscar agua, así que se paró nuevamente, y esta vez notó que el dolor punzante de su cabeza había disminuido un poco, sin embargo aún estaba allí. 
Recordó todas esas películas que había visto de fantasmas, probablemente si se metía a algún supermercado y tomaba una botella de agua nadie lo notaría, ¿sería cierto? Bueno, no perdía nada por intentarlo. 

Miró una vez más la mancha de sangre, su sangre, antes de alejarse de ahí para buscar algún lugar donde pudiera conseguir agua. 

Dobló la calle y caminó un poco más hasta llegar a una calle más concurrida en la que sí había personas y más allá podía ver un pequeño negocio de comida. Se dirigió hacia allí. Al entrar sonó una campanita que anunciaba que alguien había abierto la puerta por lo que la chica que estaba en la caja registradora dijo:

– Bienve... – pero al levantar la vista hacia él hizo una mueca y agregó – ¿no era nadie? ¿Habrá sido el viento? – aquello terminó de confirmar las sospechas de él: efectivamente había muerto.

Se dirigió hasta la sección de bebidas y tomó una botella de agua para acto seguido abrirla y tomar un sorbo, luego se giró y se sorprendió al ver que un joven lo miraba directamente a los ojos. 

– ¿Está bien que hagas eso sin pagar? – le preguntó y él no pudo evitar escupir el agua que aún no había tragado casi mojando por completo al otro quien se quejo y lo insultó diciéndole "idiota", pero él ignoró el hecho de que acababa de escupirle agua al otro joven y le preguntó:

– ¿Puedes verme? 

El otro, que se estaba limpiando, lo miró de arriba abajo y algo enojado le respondió: 

– Preferiría no hacerlo. – luego se alejó de él dejándolo estupefacto. 

¿Ese chico podía verlo? ¿Y por qué la chica de la caja no podía? 

Escuchó al otro llegar hasta la caja y al pagar sus cosas decir:

– Hay un chico de secundaria en la sección de bebidas tomando sin pagar. 

– ¿Qué? – le había respondido la chica de la caja. 

Él se asomó un poco detrás de una de las góndolas de comida para espiar al otro chico. Lo vio pagar por sus cosas. 

– Es extraño, nadie más ha entrado... – agregó la chica.

– ¿Acaso están ambos jugando bromas? – preguntó el joven y la cajera lo miró extrañada. Luego la campanilla de la puerta volvió a sonar cuando el chico salió de la tienda. 

– ¿Hay alguien? – preguntó la chica en voz alta dirigiéndose hacia donde él se encontraba pero sin verlo. 

Él miró a la chica haciendo una mueca antes de salir corriendo detrás del otro. 

Cuando salió miró hacia ambos lados para ver por dónde se había ido y lo localizó en la vereda del frente, por lo que decidió seguirlo sin que éste se diera cuenta. 

Caminaron unas cuadras hasta que llegaron a un edificio donde el otro chico entró, por suerte la puerta permanecía abierta todo el tiempo por lo que fue fácil para él entrar también. Vio como el joven se metía al ascensor y corrió para ver a que piso se dirigía, al ver que paraba en el segundo se apresuró a subir corriendo las escaleras. ¿Era idea suya o quizás corría más rápido que antes?

Llegó justo cuando el chico estaba abriendo la puerta de un departamento y se apresuró a acercarse a él, sin embargo no había pensado que quizás el otro chico no estaría contento de ver que lo había seguido por eso se detuvo unos segundos antes de aparecer en la puerta pesando en qué le diría cuando escuchó que el chico decía:

– ¿Qué haces aquí?

Sintió miedo dentro suyo porque el otro lo había descubierto, sintió tanto miedo que quiso desaparecer en ese instante. Habría sido más fácil si él solo hubiera muerto y hubiera dejado el mundo para ir a dónde sea que van los muertos. 

Sin embargo el otro chico no lo miraba a él sino a alguien adentro de su casa. ¿No lo había visto? 

El chico miró un segundo para afuera y notó que había dejado la puerta abierta. Pero no parecía haberlo visto a él. 

No estaba seguro si eso era algo bueno o malo pero se apresuró a entrar aprovechando que parecía que el otro no podía verlo. Aunque no perdió la esperanza de que luego pudiera verlo de nuevo. Necesitaba ayuda y algo le decía que ese chico podría ayudarlo. 

Así que antes de que el otro pudiera cerrar la puerta, entró. E intentó permanecer invisible al ver que había una chica sentada en el sofá de la sala. Se apresuró a esconderse en un pasillo que se veía oscuro para que, si llegaba a hacerse visible nuevamente, no pudieran verlo. 

– Oppa... – escuchó que la chica decía en un tono de voz casi inaudible. 

Él supuso que era su novia o algo así, no sabía por qué pero cuando vio al chico había supuesto que se trataba de un chico aburrido, soltero y que trabajaba para vivir cada día. Algo que él siempre había temido. Especialmente ahora que estaba a punto de terminar el secundario... no, esperen... ya no podría terminar el secundario, ¿verdad? Ya no tendría que preocuparse por el futuro... aunque eso era algo que siempre había temido y a lo que esperaba no llegar jamás, sintió dolor de saber que ya no podría graduarse, que ya no podría sostener un diploma, que no tendría que pensar en qué querría hacer con su vida.

Esperen. ¡Acababa de recordar algo! No sabía bien cómo lo había hecho pero había sucedido, quizás los recuerdos volverían a él después de todo. Sabía que llegaría al fondo de todo ello. De lo que fuera que le hubiera pasado.

La conversación de la sala volvió a captar su atención cuando escuchó al chico decir:

– ¿Te sientes bien luego de haberle roto el corazón a Hoseok? – vaya. Eso había sonado realmente duro. 
– Oppa, tienes que escucharme... – la chica hizo una pequeña pausa como si estuviera pensando que decir – sabes que no lo habría hecho si no hubiera una razón... – bien. Ella se oía como una perra. ¿Y quién era Hoseok? 

¿Y si era él? ¿Y si el destino lo había traído de vuelta a dónde estaba su familia sin que él lo supiera? Pero el chico lo habría reconocido, ¿no? Si lo conociera... ¡quizás él no se veía como realmente era sino que se veía diferente! Una vez había visto algo así en una película.

– Jin oppa...

– No me llames así, no creo que estemos en una relación tan cercana. – aunque el chico dijera eso parecía que sí habían tenido alguna relación cercana en algún momento, sino ella no le diría "oppa". Esperen, ¿había dicho que se llamaba Jin, no? ¿Sería ese el nombre del chico? 

– Yo... tuve miedo... tenía que hacerlo... – intento explicarse la chica, pero el chico, ahora llamado Jin, la interrumpió:

– ¿Has hablado con Hoseok? – otra vez volvían a nombrar a ese tal Hoseok... aunque por la forma en que lo decía no parecía haber muerto hace poco, por lo tanto eso significaba que él no era Hoseok, ¿cierto? 

– No... – susurró la chica y él escuchó como alguien golpeaba el suelo para luego de un segundo ver pasar a Jin cerca de donde él se encontraba, sin embargo en vez de ir al pasillo oscuro desapareció por una puerta que estaba al lado y ahí comenzó a hacer algo que él no sabía que era pero supuso que era algo para tomar porque oía el ruido de tazas y cucharas. Al cabo de unos minutos Jin volvió a cruzar la puerta en dirección a la sala con dos tazas humeantes en sus manos. Luego pudo escuchar cómo se sentaba en el sofá. Un rato después la chica habló de nuevo:

– Fue hace dos semanas. Estábamos con Hana y Hyesung en un bar tomando alcohol... y ya sabes cómo soy con el alcohol... el punto es que luego fuimos a otro lugar, creo que fue una discoteca, no lo recuerdo bien – ella hace una pausa – ahí... no sé que pasó, probablemente seguimos tomando, lo único que sé es que desperté al día siguiente en el departamento de otro hombre. No sé quién era. – Luego de que ella acabara de contar lo ocurrido un silencio extraño, no incómodo pero tampoco completamente cómodo, se instaló en todo el lugar, hasta que ella volvió a pronunciar palabra y lo que dijo lo dejó boquiabierto – No puedo ver a Hobi a los ojos sin sentirme culpable.

Supuso que "Hobi" era también "Hoseok" por lo que no podía creer que ella fuera tan sinvergüenza. Hasta ese momento lo que había entendido era que probablemente ella había engañado a Hoseok, seguramente su novio, y ella había venido a hablar con Jin por eso... lo único que no entendía era por qué ella había venido a hablar con Jin en vez de con Hoseok... ¡a menos que Jin y Hoseok fueran la misma persona y fueran diferentes personalidades porque él tiene trastorno de personalidad múltiple! ¡Sí, eso debía ser! 

Algo había dicho Jin que él no pudo escuchar pero ella respondió:

– Pero no puedo, vine a verte para que tú se lo dijeras... – vaya, él realmente no podía creer lo desvergonzada que podía ser esa mujer. 

– Yo no voy a interferir en esto, ya he hecho bastante. – ¡bien dicho, Jin! 

– Pero oppa... 

– No, no puedes pretender que haga esto por ti. Eres mi amiga y te aprecio muchísimo, pero no lo haré. – ¡Ajá así que eran amigos! Eso significaba que Hoseok y Jin no eran la misma persona... bueno, creo que él debería dejar de ver tantas películas... 

– Lo siento, lo siento muchísimo, oppa... – él esperaba que Jin no la perdonara, sinceramente no creía que mereciera el perdón del chico. 

– No es a mí a quien debes pedirle perdón. – además de eso, claro. 

– Lo sé. – escuchó que la chica sollozaba y no pudo importarle menos. 

Sí, quizás estaba siendo malvado, ¡pero ella misma se lo había buscado! Y él sólo quería que ella se fuera para así poder hablar tranquilo con Jin para pedirle ayuda. 

Quería que lo ayudara a averiguar que le había pasado y quién era. Además quería saber si acaso tenía familia o algo. Perder la memoria era un inconveniente muy grande. Si tan sólo aún la conservara no tendría que estar aquí escondido en un departamento de un desconocido mientras la única persona que había encontrado que era capaz de verlo consolaba a la perra de su amiga.

 

Unas horas más tarde la chica se había despedido, por fin, del chico. Sin embargo este decidió acompañarla hasta la puerta del edificio para asegurarse de que se tomaba el taxi que había llamado. 

Cuando estuvo solo en el departamento se paró, no sabía cuánto tiempo había pasado sentado con las rodillas dobladas hacia sí pero sus piernas se habían entumecido. Se paró y caminó un poco alrededor de la sala sin embargo cuando escuchó el sonido de las llaves en la puerta volvió rápidamente a su escondite lo que le provocó un hormigueo molesto en sus piernas, por lo que se mordió la lengua para no emitir sonido alguno. 

Escuchó que Jin se metía en la cocina y hacía algo, por lo que se debatió en si debía salir y ver (y presentarse) o en si debía permanecer escondido, sólo que el olor de fideos instantáneos siendo cocinados lo hizo decidirse rápido por la primera opción. Si antes había podido agarrar una botella de agua probablemente podría comer fideos, ¿no? 

Y hablando de eso, ¿no se suponía que los fantasmas no comían? Cuando hubo muerto deberían haberle traído un manual de las cosas que podía hacer y las que no y como hacerse invisible o no... bueno, las cosas típicas de fantasmas, ¿no? 

De todas formas salió lentamente de su escondite para asomarse por la puerta de la cocina de manera que apenas se viera un poco de su cuerpo del otro lado. 

Observó al chico cocinar de espaldas, se veía muy varonil, si acaso cocinar fideos pudiera hacer a alguien verse varonil. Cuando los fideos estuvieron listos el chico ni siquiera los sacó de la olla, en cambio sólo se giró hacia la mesa, o sea hacia donde él se encontraba por lo que rápidamente salió del campo de visión. No sabía si aún estaba invisible o no, pero algo le decía que era mejor que aún no se dejara ver por el otro. Sin embargo cuando el aroma de la comida lo inundó no pudo evitar que su estómago rugiera. Se mordió el labio y estrujó su panza con su mano intentando no hacer ruido, pero finalmente volvió a asomarse.

– Oh realmente extraño comer ramen... – no pudo evitar decir mientas veía al chico comer un gran bocado. 

El chico por su parte al oírlo hablar levantó la cabeza de golpe y él pudo ver como sus pupilas se delataban de la sorpresa mientras hacía esfuerzos por tragar e intentar respirar con normalidad también intentando no caer de la silla. 

¿Jin había logrado verlo de nuevo? ¿Significaba eso que podría ayudarlo? ¿Y si él sabía algo? Por algo era la única persona que había podido verlo, ¿no?

Sonrió. Pero el otro chico no parecía tan contento como lo estaba él. 

Notas finales:

Como vieron hay un personaje que es un fantasma pero como ven, no recuerda su nombre, asi que queria saber quien creen que es o.o 

 

Eso es todo! Espero que les haya gustado <3 

 

Hasta la proxima actualizacion! Nos leemos ^^/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).