Cuando el autobús frenó Jungkook y Jimin tomaron sus cosas y bajaron. El menor estaba realmente emocionado porque no sabía a dónde lo había traído Jimin. La estación de buses se veía normal, pero un poco vintage, como si se hubiera quedado en el tiempo. A Jungkook le gustó.
— ¿Ya hemos llegado, ahora me dirás cual es la sorpresa? — le preguntó a Jimin.
— Ah… no puedes aguantar, eres un impaciente. — se burló el mayor y Jungkook quiso besarlo… eh digo, golpearlo.
— Sí, lo soy, especialmente cuando me hacen despertar temprano un sábado para secuestrarme.
— No es secuestro si la víctima está de acuerdo y te recuerdo que estabas de acuerdo, Kookie. — el mayor remató y Jungkook pensó cuál sería su próxima jugada. Solía divertirle discutir así con Jimin, era como si ambos pelearan por quien de los dos tenía el poder, generalmente Jimin perdía ante los encantos del menor. Como ahora por ejemplo.
Jungkook se apresuró a agarrarle la mano a Jimin y atraerlo hacia él, sus rostros peligrosamente cerca.
— ¿Quién de los dos es la víctima, Park Jimin?
Jimin se quedó sin respiración, se alejó un poco pero Jungkook volvió a acercarse a él. Dios, si él seguía haciendo eso Jimin no podría controlarse. Había planeado todo para confesarse al final del día, Jungkook sólo tenía que cooperar y no lo estaba haciendo.
— Bien, bien, como digas. — dijo Jimin finalmente para que Jungkook lo dejara recuperar su espacio personal.
Pero el menor tenía otra cosa en mente. Acercó sus labios a la oreja de Jimin y le provocó escalofríos al mayor al susurrarle lentamente:
— Hay mucha gente aquí, si ocurre un asesinato tendrías muchos testigos. Deberías estar agradecido.
— ¡Jeon Jungkook! — Jimin exclamó alejándose de él pero sin soltarle la mano, no podía, la mano del menor era muy cálida y ahí hacía más frío que en Seúl. Además no quería hacerlo.
Jungkook rió por la reacción del mayor, todo lo que hacía Jimin se veía adorable y molestarlo era muy divertido. Jimin suspiró intentando poner en orden sus pensamientos. Luego miró al menor a los ojos y le dijo:
— Bueno, si tanto querías saber, ¡estamos en Busan! — Jimin parecía muy emocionado y eso hizo automáticamente emocionar al menor.
— ¿En serio? Vaya, ya me parecía que el viaje había sido largo…
— Sí y además tengo una lista de cosas que debemos hacer hoy — Jimin soltó la mano de Jungkook para poder buscar algo en su mochila, el menor se inclinó para chismosear las cosas que había traído Jimin — aquí está — Jimin sacó una hoja doblada y volvió a ponerse su mochila, estiró la hoja y leyó: — primero: ir a la playa; segundo: tomar algo caliente; tercero: recorrer el pueblo; cuarto: comprar regalos para los chicos y Hana; quinto: ir a dormir.
— ¿Has planeado todo esto? — Jimin asintió — ¿Incluso donde dormiremos?
— He alquilado durante una noche un pequeño cuarto en un mino hotel.
Jungkook intentó no pensar en nada pervertido pero no pudo evitar sonrojarse. Él y Jimin solos en una habitación. Iba a tener que usar gran fuerza de voluntad para no hacer algo de lo que pudiera arrepentirse luego. Aunque si era con Jimin no creía que fuera capaz de arrepentirse. Lo había pensado muchas veces y había decidido que si iba a acostarse con alguien (Dios eso sonaba muy extraño) le gustaría hacerlo con Jimin. No porque sintiera alguna necesidad de adolescente sino porque… Jimin era tierno y bueno con él. Y sí, estaba enamorado de él, realmente lo quería. Incluso habría aceptado cualquier cosa que el mayor le pidiera, aunque aquel sólo quisiera aprovecharse de Jungkook. Hasta ese punto lo quería.
— ¿Te has quedado pensando en cosas pervertidas? — Jimin lo sacó de sus pensamientos y Jungkook no pudo evitar sonrojarse, Jimin al verlo levantó una ceja — ¿En serio? Ah, estos niños de hoy… — luego se alejó de Jungkook en la dirección que había estudiado de memoria en google maps.
Jungkook lo siguió sin decir nada, sólo le tomó la mano suavemente, no quería que el mayor lo dejara atrás. Jimin apretó su mano y aumentó el ritmo de su paso.
— ¿Crees que encontraremos caracoles en la playa? — preguntó, demostrando que había olvidado el asunto anterior y Jungkook sonrió por las ocurrencias del mayor.
— ¿Me has traído hasta aquí para juntar caracoles?
— ¡Sí!
Jungkook rió, Jimin tenía esas ideas tan tiernas que él no podía evitar estar siempre riendo y sonriendo cuando estaban juntos.
Llegaron a la playa fácilmente, la ciudad estaba casi encima del mar, caminaron un poco hasta encontrar unas piedras donde se sentaron para contemplar la inmensidad del océano. Ambos suspiraron al mismo tiempo y luego rieron por eso. Estaban sentados muy cerca, tan cerca que si ambos giraban sus cabezas sus narices se rozarían, sin embargo permanecieron así, uno al lado del otro, Jimin apoyando la cabeza en el hombro de Jungkook y el menor apoyando su cabeza sobre la del mayor.
— ¿Sabes? Podría permanecer aquí todo el día. — dijo Jimin y Jungkook sonrió.
— Eres tan bohemio…
Jimin rió.
— Lo siento. — se disculpó.
Pero a Jungkook realmente le gustaba eso de Jimin, como apreciaba las cosas simples, como podía pasar horas en silencio metido en sus propios pensamientos. No podía creer que al principio el chico no le hubiese caído bien. Era tan dulce y pequeño, Jungkook sólo quería permanecer a su lado y cuidarlo para siempre. El mayor era un chico solitario, pasaba gran parte del día solo, una vez le había contado que a veces prendía la tele sólo para que hubiera ruido en su casa y eso Jungkook lo entendía, él a veces hacía lo mismo. Era extraño como podían ser tan parecidos pero a la vez tan diferentes.
— Jungkook… — Jimin lo llamó con un murmullo.
— ¿Sí? — preguntó el menor y el otro chico espero un rato en silencio antes de responder:
— Nada, olvídalo.
— ¿Qué? No. — Jungkook se alejó de él — ¿Qué ibas a decir?
— Nada, no tiene importancia. — el mayor tenía su mirada clavada en las pequeñas olas que chocaban contra la roca en la que se hallaban sentados.
— Claro que la tiene, ¿en que pensabas?
— Alguna vez… ¿besaste a una chica?
Oh Dios, ¿enserio? ¿Eso era lo mejor que podía decir? Jimin quiso tirarse de la punta de la roca directo al mar y que el mar lo engullera para no tener que ver a Jungkook a los ojos. Había estado a punto de confesarse pero al último segundo se acobardó por completo y no lo hizo y en cambio cuando Jungkook le había preguntado qué era lo que le iba a decir había largado eso sin pensarlo dos veces. Bueno, sí, había pensado en eso muchas veces, tenía esa gran duda existencial pero era realmente raro preguntarlo así como si nada ¡y más en un momento así!
— Olvídalo, has de cuenta que no existo. — dijo a continuación y Jungkook sólo pudo reír.
Reía para disimular su nerviosismo. Por un segundo creía que Jimin le iba a decir algo importante y eso lo había asustado, ¿por qué? Ni el mismo lo sabía, pero no quería que le dijera algo que hiciera que todo se volviera extraño entre ellos. Así que decidió responder la pregunta de Jimin:
— Sí, una vez.
Bueno, ahí quedaba respondida su duda existencial, debía sentirse contento, ¿no?
Sin embargo Jimin no lo hacía, ahora quería saber si le había gustado, si prefería a esa chica o si prefería besarlo a él. Sí, gran momento para un ataque de inseguridad y celos.
— Pero la chica no besaba bien así que no fue un momento lindo. — agregó Jungkook y Jimin se sintió de repente algo más animado, le había ganado a quien sea que fuese esa chica. Bueno, Jungkook no había dicho que lo prefería a él pero al menos había dicho que besaba mal. — ¿Y tú? — le preguntó Jungkook sin que Jimin se lo esperara.
— No… no podría, es decir, no querría… —se encogió de hombros.
El ambiente se había vuelto extraño entre ambos. Era como… como… como si… debieran hacer algo, pero ninguno sabía qué.
El golpe de una gran ola los sacó de su estupefacción. Ambos se sobresaltaron y se miraron. Para luego reír y desviar sus miradas nuevamente.
¿Qué debía decir? ¿Preguntarle si estaba bien? ¿En qué estaba pensando?
Ambos se giraron hacia el otro al mismo tiempo y dijeron el nombre del otro:
— Jungkook…
— Jimin…
Y eso los hizo reír de nuevo.
— ¿Qué ibas a decir? — le preguntó Jungkook a Jimin.
— No era nada importante, puedes hablar tú primero. — respondió Jimin.
— Bueno, yo tampoco iba a decir algo importante, habla tú.
— No, no, insisto…
— Jimin…
— Jungkook…
Ambos sonrieron. Algo extraño estaba ocurriendo y ni ellos mismos sabían qué era. Sólo estaban conscientes de que querían besar al otro pero no sabían si el otro aceptaría o rechazaría el beso. En momentos como esos la telepatía habría funcionado maravillosamente.
Pero ellos no tenían telepatía, sólo eran unos tontos. Unos tontos que arriesgarían su amistad por el simple hecho de querer besarse.
Al mismo tiempo, y sin saber cómo, ambos giraron sus rostros hacia el otro, Jimin tomó el rostro de Jungkook entre sus manos y Jungkook puso sus manos en el cuello de Jimin. Cerraron sus ojos al mismo tiempo, ambos temerosos de que el otro no fuera a corresponder el beso. Y finalmente, al mismo tiempo que otra ola chocaba contra la roca sus labios se encontraron.
Fue todo realmente extraño, porque ninguno sabía que hacer, sólo permanecieron unos segundos así apenas apoyando sus labios.
Jimin abrió sus ojos y se sorprendió al ver que el menor mantenía los suyos cerrados con fuerza, eso ablandó su corazón, quizás Jungkook no era tan dominante como se hacía ver. Jimin volvió a cerrar sus ojos y abrió lentamente su boca, capturando el labio inferior del menor entre los suyos. Profundizó el beso, esperando la reacción de Jungkook.
Jungkook no sabía que estaba pasando lo único que sentía era su corazón latir y un hormigueo en sus labios. Pero luego Jimin comenzó a besarlo un poco más, jugando un poco y acariciando sus mejillas. Jungkook se dejó llevar por las emociones. Sus manos lentamente comenzaron a subir por la nuca de Jimin hasta que una llegó a su cabello y la otra permanecía en su nuca. Atrajo a Jimin un poco más para sí y el mayor sacó sus manos de su rostro para rodear su cintura e intentar pegarse un poco más al menor. Intentaron juntar sus bocas más aunque sentían que ya no podían, pero aún así querían más. Se besaron lentamente para luego ir subiendo la velocidad, Jimin era el que tenía el control de la situación de alguna forma, así que sólo besó a Jungkook como tanto había querido. Hasta que se alejó un poco, separando sus labios apenas un milímetro. Ambos se miraron a los ojos y sonrieron, no había palabras para expresar lo que sentían, y sin embargo ambos lo sabían. Jungkook no pudo evitar dejar caer una lágrima de felicidad y Jimin besó su mejilla allí donde el agua salada estaba, Jungkook cerró los ojos tímidamente por el gesto dulce del mayor sin saber que Jimin quería más. Jimin continuó besando la mejilla del menor tiernamente mientras bajaba por su mentón y luego por su cuello, Jungkook tiró un poco su cabeza hacia atrás para darle espacio al mayor quien continuaba besando su cuello por todos lados, cuando llegó a la mitad se le ocurrió una idea que quizás haría que Jungkook se enojara con él luego pero no le importó. En uno de los costados de su cuello, allí donde siempre en las películas los vampiros mordían a las damiselas, Jimin colocó sus labios, para luego succionar con fuerza provocando una queja del menor quien a cambio enterró sus dedos en el pelo de Jimin. El mayor se separó del menor cuando su trabajo estuvo terminado, pero no podía dejar que Jungkook lo viera ahora sino se enojaría y todo el ambiente se iría, así que lo distrajo besando sus clavículas lentamente, bajando un poco más. Jungkook no sabía cómo Jimin sabía hacer todo eso pero no le importaba, jamás se había sentido tan bien en sus diecisiete años de vida. Jimin estaba besando sus clavículas, cada tanto mordiendo despacio y Jungkook se sentía tan bien. Pero quería hacer lo mismo por él, hacerlo sentir así, aunque no sabía bien como, sólo intentó imitar lo que Jimin hacía. Tomó el rostro de Jimin entre sus manos haciendo que levantara su cabeza, la cual se veía tan pequeña entre sus manos.
— Jimin… — murmuró al ver los labios rojos del mayor y aunque quería besarlos otra vez se contuvo y fue directo al cuello de Jimin, lo beso tiernamente, luego abrió un poco sus labios y siguió así. Jimin aún tenía sus manos rodeándolo, así que Jungkook sintió que el mayor buscaba hacerse camino entre su ropa para acariciar la suave piel de su cintura, hacía movimientos circulares con sus pulgares a los costados de su torso haciendo que todas las terminales nerviosas de Jungkook se erizaran. Jungkook subió lentamente por el cuello de Jimin hasta volver a llegar a sus labios, el mayor lo recibió con deseo.
Se besaron abriendo mucho sus labios, jugando con sus lenguas lo que a Jungkook le provocó cosquillas así que se separó un poco para reír. Jimin lo siguió con la mirada y le dijo:
— ¿Estás tan feliz? — Jungkook lo miró sonreír tanto que respondió:
— No tanto como tú.
Luego se dieron un besito rápido y volvieron a sonreír. Juntaron sus frentes y cerraron los ojos y permanecieron así un rato, Jimin seguía acariciando la cintura de Jungkook.
— Jungkook, te quiero. — Murmuró Jimin — En realidad había pensado decirte eso cerca del paso tres o cuatro pero el plan no salió como esperaba así que creo que simplemente debería decírtelo ahora.
Jungkook sonrió.
— Jimin, te quiero. No había planeado en qué paso decírtelo pero me da igual, te quiero.
— Me haces quedar como un obsesivo del orden.
— Aún así te quiero.
Jimin se alejó un poco y Jungkook tuvo que hacer lo mismo.
— Cuando te vi la primera vez en esa tienda de uniformes con Jin me sentí extraño, al principio no me caías bien, pero era sólo porque me llamabas mucho la atención, quería saber más de ti, pasar más tiempo contigo, hablarte… solo que no sabía cómo… no sé en qué momento me empezaste a gustar pero debió de ser alguna de las tantas veces que pasaba debajo de tu ventana y te veía ahí sentado, solo… quería acompañarte, estar contigo, no dejar que estuvieras solo en las noches de tormentas… quería… no sé… te quería.
Jungkook no esperaba que Jimin dijera todo eso. ¿Lo veía cuando él estaba en la ventana? Eso era nuevo. Aún así encontró el hecho muy tierno.
— Yo… no sé que decir, al principio también me caías mal, no te quería ver porque eras muy malo conmigo… pero cuando empecé a conocer al verdadero Jimin, al que era tierno y dulce, de alguna forma me robaste, no sé, seguramente has hecho algún hechizo mágico porque ya no puedo dejar de pensar en ti, quiero acompañarte cuando esas solo, estar a tu lado cuando te pierdes en tus pensamientos, tomar tu mano cuando estén todos los chicos no solo cuando estemos solos… besarte cada vez que quiera. — Jungkook le dio un besito tierno y Jimin sonrió.
— No sé si es muy pronto para esto pero… ¿Jungkook, quieres salir conmigo? — preguntó Jimin y el menor rió.
— ¿Acaso eso se sigue preguntando? — Jimin se encogió de hombros y beso al menor.
— ¿Eso significa que sí? — preguntó sonriendo ampliamente.
— Eso significa que te seguiría hasta el fin del mundo, Jimin. — Jungkook lo besó de nuevo.
— Eso es bueno, porque debo confesarte que ya he marcado territorio. — dijo Jimin y Jungkook ladeó la cabeza sin comprender.
— ¿Que has hecho qué?
— Bueno, digamos que puede que te haya hecho un chupón…
— ¿Qué? — así que eso era lo que tanto hacía en su cuello. Entre todo el lío de besos no lo había notado. Jungkook lo empujó suavemente para alejarlo mientras se paraba y se tocaba el cuello — ¡Park Jimin eso deja marca!
— ¿Por qué crees que lo hice? — Jimin se paró también.
— Oh… mi mamá me va a matar y probablemente me dará una charla de preservativos…
— ¿Ya quieres ir a segunda base? Wow, los niños de hoy día son apresurados…
Jungkook sintió como sus mejillas se enrojecían.
— Voy a matarte, Park Jimin.
— Pero no podrías vivir sin mí.
— Puedo superarlo.
— ¿Ah sí? ¿Y el chupón cómo lo superarás?
— ¡AGH! ¡JIMIN!
Jimin agarró sus cosas y se puso la mochila antes de decir:
— ¡Y vamos al paso dos de la lista: tomar algo caliente! — dijo mientras leía la lista y se alejaba de Jungkook quien le gritaba que lo mataría.