— Ye-yeobo, se-se te ha caído el botón… ¡yo lo coseré! — la madre de Jimin intentó interceder en el asunto pero el hombre gritó con furia cuando ella intentó acercarse a buscar el botón:
— ¡¡Deja eso ahí, mujer!!
Haciendo que la madre de Jimin se sobresaltara y se alejara, Hyunmin la abrazó.
— ¿¡Por qué has dejado que este mocoso se metiera a mi casa?! — volvió a gritarle refiriéndose a Jungkook.
— Él… él es amigo de… Ji… — pero ella no pudo decir el nombre de su hijo— vinieron a festejar el cumpleaños de Hyunmin — dijo en cambio.
— Saca esta basura de aquí. — esta vez el hombre intentó sonar más calmado.
Jungkook quería provocarlo pero Jimin aún sostenía su mano y Jungkook pudo notar que temblaba.
— ¿Hyung? — la voz de Minho se escuchó lejana para Jimin. Él sólo quería huir de ahí. No podía dejar de temblar, tenía frío y miedo y sentía un pitido en sus oídos. Estaba luchando por no llorar pero en cualquier momento se rompería.
— ¿Jimin? — Esta vez fue la voz de Jungkook la que escuchó, pero estaba más cerca que la de su hermano — Abre los ojos, Jimin — ¿había cerrado los ojos? Su cabeza le dolía por la presión de su ceño fruncido. No, no quería abrir los ojos. No quería ver. — Hyung… — Jungkook lo estaba llamando.
— ¿Qué? ¿Ahora eres una puta? Al menos antes no te daban. — eso fue suficiente para Jungkook. Soltó la mano de Jimin y se alejó de él para ir directamente a golpear en la cara al padre de su novio. Sintió que toda su fuerza, adrenalina y odio se concentraban en su puño cerrado, dio un paso hacia donde estaba el hombre consciente de que si lo golpeaba ya no podría volver a ir a esa casa.
Pero de pronto sintió la pequeña mano de Jimin agarrando su muñeca, el contacto con él hizo que su enojo se disipara un poco, no quería hacer algo que hiciera sentir peor a Jimin.
— Vámonos, Kookie. — la voz del mayor sonó tan suave que Jungkook creyó que sólo él lo había escuchado, se volvió hacia él para comprobar su estado: se veía extraño, asustado pero seguro al mismo tiempo.
Jimin no iba a dejar que su padre arruinara también su relación con Jungkook. Aunque su madre podía haberse mostrado tranquila él sabía que seguía sin aceptarlo; su padre era un caso diferente, al hombre no le importaba si Jimin era su hijo o no, fuera quien fuera él no creía que las personas homosexuales fueran normales e incluso tener un hijo así no sólo era algo vergonzoso sino también asqueroso. Antes de que Jimin se mudara incluso le decía cosas como que mejor no pensara en contagiar a sus hermanos o volver a aparecerse por su oficina como si todo estuviera bien porque para él Jimin no estaba bien, no era normal.
— De acuerdo. — la voz de Jungkook finalmente le respondió.
Jimin sintió la mano de Jungkook entrelazarse con la suya y se dejó llevar por el menor por la casa como si fuera él el invitado.
Jungkook agarró las mochilas de ambos y se las colgó en su hombro mientras se dirigía a la puerta.
— Espera, Jiminnie… — la madre de Jimin se acercó por detrás de ellos y agarró la otra mano de su hijo — no te vayas…
— Suéltalo, mujer, tú sólo tienes dos hijos. — su padre seguía hablando por detrás. Jungkook sintió su sangre hervir.
Pero Jimin se detuvo un segundo para poder mirar a su madre, le sonrió tristemente y le dijo:
— Luego hablamos… — pero él sabía que su madre no lo llamaría ni él tampoco lo haría, después de todo su relación familiar sólo se limitaba a una llamada mensual pasa avisarle que iría a su departamento a llevarle comida.
Jungkook volvió a tirar de la mano de Jimin hacia la puerta, ambos se pusieron sus zapatillas rápidamente y Jimin abrió la puerta aún luchando contra sí mismo para no llorar.
— Jiminnie… — su madre dijo su nombre una vez más mientras ellos recorrían el pequeño jardín hasta las rejas de la casa. Pero el padre de Jimin también se había asomado por la puerta:
— Espero que recuerdes que no eres bienvenido aquí, basura.
Y eso fue suficiente para Jungkook.
Mientras Jimin abría la puerta de rejas y la cruzaba Jungkook dejó las mochilas en el suelo y soltó la mano del mayor para volver dando zancadas hasta la puerta donde el hombre estaba parado ocupando casi todo el umbral. No se contuvo sintiendo que toda su fuerza, adrenalina y odio se concentraban en su puño cerrado y golpear en medio de la cara al hombre se sintió tan bien que quiso darle otro golpe cuando el viejo cayó al suelo por el impacto. Ni siquiera Jungkook era consciente de que tenía tanta fuerza. La madre de Jimin gritó por la escena y se alejó dando un salto.
— No vuelvas a hablarle así. No tienes derecho a llamar a nadie basura. Deberías ser un mejor ejemplo para tus hijos. — ni siquiera Jungkook sabía por qué le estaba dando lecciones de paternidad al hombre pero cuando él lo miró con furia supo que lo estaba tomando en serio de alguna forma.
Luego bajo la atenta mirada del hombre, Jungkook volvió hasta donde Jimin se encontraba prácticamente en shock, volvió a colgarse las mochilas al hombro y sostuvo la mano del mayor con fuerza para alejarlo de ese lugar rápidamente, no quería que Jimin estuviera más tiempo ahí, si pudiera incluso haría que Jimin no tuviera que volver a ver a ese hombre nunca más.
Tras haber caminado algunas cuadras Jimin se detuvo de golpe, Jungkook se sorprendió por la repentina acción del mayor y se volvió hacia él preocupado.
— ¿Jimin? — lo llamó en voz muy baja.
— Lo siento, Jungkook. — dijo el mayor y de un segundo a otro sus piernas se sintieron débiles y ya no pudo permanecer en pie, se arrodilló en el suelo, cubrió su cara con sus manos y lloró como hacía tanto no lloraba.
Jungkook mordió su labio para no llorar también. Sentía rabia. Quería volver y golpear de nuevo a ese hombre. Pero en cambio sólo se acuchilló al lado de Jimin y lo rodeó con sus brazos, y Jimin era tan pequeño que casi desaparecía bajo su cuerpo.
— Jimin… hyung… no llores… — Jungkook suspiró y luego recordó algo — ¿Sabes? Una vez alguien me dijo que nadie merecía mis lágrimas excepto yo mismo. Está bien que llores pero sólo debes hacerlo una vez.
Jimin se separó un poco de él aún con lágrimas en sus ojos y con su rostro hecho un desastre.
— ¿Quién te ha dicho algo tan tonto?
— Tú. — Jungkook rió y abrazó a Jimin con fuerza haciendo que el mayor perdiera el aire. — Te amo, tonto. No puedo soportar que llores por algo que no tiene remedio.
— Sabes… — la voz de Jimin apenas podía oírse — disfrutaría más… tu muestra de amor… si no me asfixiaras… — Jimin apenas podía hablar.
— Oh… lo siento — Jungkook lo soltó y Jimin tomó aire, lo miró mientras se limpiaba el resto de sus lágrimas.
— Pero nunca dije que tenías que dejar de abrazarme.
Jungkook suspiró y agarró su mano para pararse y ayudarlo a levantarse también.
Luego de casi media hora los chicos volvieron al departamento de Jimin. Jungkook no quería dejarlo solo aún, estaba preocupado de que pudiera volver a llorar o algo, así que quería estar a su lado por si Jimin volvía a necesitar apoyo. Al entrar al departamento Jungkook dejó sus mochilas en el sillón y luego llevó a Jimin a acostarse en su cama. Le ayudó a quitarse el pantalón, la remera y luego le puso su remera pijama del osito que una vez había visto en una foto. Luego se quitó sus pantalones y su remera, se puso otra remera, una que Jimin le prestó y que Jungkook no le devolvería porque tenía su aroma, y se acostó a su lado.
Jimin buscó su mano debajo de las colchas y la llevó a sus labios para besarla haciendo que a Jungkook se le derritiera el corazón por el tierno gesto.
— Lo siento por todo… lo de hoy…
Jungkook negó con la cabeza.
— Siento no haber estado antes ahí.
Jimin sonrió y besó la mano del menor otra vez.
— No podías saberlo.
— De todas formas me alegra que ahora estés lejos de ese lugar…
— Si no fuera por ti probablemente aún estaría ahí… — Jimin suspiró.
— Si no fuera por ti nunca me habría fijado en ti.
Jimin frunció el ceño un poco.
— Eso no tiene sentido y no tiene nada que ver con esto.
Jungkook suspiró y acarició la mejilla de Jimin.
— Lo siento, no debí provocarlo.
Jungkook se culpaba por el estado de Jimin. Si sólo se hubiera mantenido quieto y diciendo que él era su amigo probablemente aún estarían en la casa del mayor comiendo junto a su familia.
— No. Además se merecía ese golpe.
— Jimin... — Jungkook se acercó a él y le dio un beso suave en los labios— No debes cargar solo con cosas así. Puedes confiar en mí para lo que sea.
Jimin suspiró.
— Bueno… en realidad yo… nunca te conté como mis padres se enteraron de… bueno… de mí.
— No tienes que decirlo si no quieres.
— No. Quiero hacerlo, tú me contaste.
— En realidad mi mamá es muy observadora, ella lo supo antes que yo, ni yo sé como hace para saber todo.
Jimin rió.
— Ojala mi mamá fuera así…
— No digas eso, ella sería diferente si no estuviera tu padre en medio.
— Sí… supongo que sí… — Jimin suspiró — bueno, lo resumiré: yo tuve varios… hum…
Jimin no podía seguir mirando a Jungkook, era extraño hablar de eso. Se giró para quedar boca arriba. Su tía también había pintado el techo de su habitación sólo que ahí había hecho formas extrañas que según ella ayudaban a dormir y a pensar. Jungkook no se movió, se mantuvo observando su perfil, Jimin era hermoso aunque sus ojos estuvieran hinchados por haber llorado.
— ¿Novios? — sugirió Jungkook burlándose.
— No… no eran eso… no era tan especial… — Jimin suspiró e hizo una pausa intentando poner en orden sus pensamientos.
Jungkook esperó hasta que él quisiera hablar, pero sentía una extraña necesidad de tocar a Jimin, así que continuó acariciando su mejilla, su frente, su cabello, su cuello…
— No puedo concentrarme si sigues haciendo eso. — Jimin rió y Jungkook le respondió muy tranquilamente:
— Tienes una piel muy linda.
Jimin rió con ganas haciendo que Jungkook saliera de su embelesamiento y lo observara con una amplia sonrisa.
— ¿De verdad? — Jimin siguió riendo — Dios, Jungkook eres tan raro.
— Prefiero el término especial. — se burló el menor y Jimin se giró nuevamente hacia él y también empezó a acariciar su mejilla.
— Tu piel también es linda.
— Pero la tuya es suave… — Jungkook acercó sus labios a la mejilla de Jimin y rozó sus labios contra la piel de Jimin muy suavemente provocándole cosquillas al mayor quien sólo sonrió, finalmente Jungkook le dio un beso tierno y dulce antes de volver a alejarse de él.
Sus ojos estaban a la misma altura y se miraban fijamente, sus piernas entrelazadas bajo las sábanas, la mano de Jungkook aún estaba sobre la mejilla de Jimin, su otro brazo estaba debajo del cuerpo de Jimin sosteniéndolo, rodeándolo, cuidándolo. Jimin tenía una de sus manos entrecerrada en la poca distancia que los separaba, la otra debajo del rostro de Jungkook.
Jimin jamás se había sentido tan bien, tan querido, en ese momento supo que quería pasar el resto de su vida al lado de Jungkook, no le importaba si tenía que luchar o si iba a tener que enfrentarse a cualquier tipo de problema, él les haría frente, junto a Jungkook, cuando estaba al lado del menor sabía que podía lograr cualquier cosa.
Pero en ese momento debía ser sincero con Jungkook y tenía que contarle lo que había pasado. Cerró los ojos y volvió a hablar:
— El caso es que yo había estado… saliendo con varios chicos y chicas para… asegurarme de que era completamente gay… — apretó sus ojos con fuerza y se sintió avergonzado — una de esas veces bueno… — suspiro y abrió sus ojos pero no miró a Jungkook, en cambio clavó su mirada en el cuello de la remera que Jungkook llevaba puesta — estábamos en mi casa y esa vez estaba con un chico. Creí que nadie volvería durante una o dos horas ya que había faltado a clases para encontrarme con este… chico mayor que yo… — sin pensarlo su mano se puso a jugar con el borde de la remera de Jungkook — él quería ir a algún lugar más privado y yo no tuve una mejor idea que llevarlo a mi casa porque creí que él me… — Jimin suspiró y Jungkook acarició su cabello — creí que él me quería, que quería tener una relación conmigo y yo como que me había emocionado por eso porque él era mayor… — Jungkook sonrió con tristeza — pero él sólo quería acostarse conmigo así que sin darme cuenta estábamos en mi habitación y mis padres llegaron a mi casa y nos escucharon y fueron directo a mi habitación y abrieron la puerta y… — Jimin había vuelto a cerrar los ojos en algún momento.
Permanecieron en silencio unos minutos, sólo el sonido de sus respiraciones suaves escuchándose.
— Mi padre lo sacó de mi casa arrastrándolo y luego volvió para golpearme y al final él y mi madre se fueron. Esa noche mi padre me dijo que debía irme de la casa al día siguiente pero de alguna forma mi madre consiguió convencerlo de que podía irme a vivir solo, pero él no quería que esté ahí así que me sacó de la casa y yo fui a la casa de Taehyung, estuve ahí unos días hasta que mi madre me dijo que había encontrado un departamento en el que podía vivir, así que me mude aquí y… — Jimin volvió a hacer una pausa. Jungkook supo que no hacía falta preguntar más sobre la historia. En cambio pensó que sería bueno hacerlo recordar algún buen momento que se hubiera derivado de todo eso.
— Pero tu tía vino a pintar el departamento.
— Mi tía… — Jimin sonrió — ella es genial, deberías conocerla seguro te adoraría. Sí, ella vino unos días después con pizza y helado y toda la ropa y las cosas que había dejado en mi casa, además pintó todo el lugar y lo decoró y adornó y todo como lo ves es obra de ella.
Si la tía de Jimin había hecho todo aquello eso significaba que sí había alguien en esa familia que sin importarle si Jimin era gay aún así lo quería y apoyaba. Bueno, a sus hermanos tampoco parecía importarles, su madre en cambio… buena esa era otra historia. Aún así a Jungkook le dieron ganas de conocer a la tía de Jimin.
— ¿Cómo es su nombre?
— Sunhee. Es la hermana menor de mi padre, no sé cómo son tan distintos… — Jimin volvió a suspirar y Jungkook sonrió. El mayor se veía tan lindo cuando suspiraba. De hecho Jungkook creía que Jimin se veía lindo hiciera lo que hiciera.
— Aigoo, Jiminnie... — dijo y lo rodeo con sus brazos y los hizo rodar para que Jimin quedara casi encima suyo mientras Jungkook lo abrazaba — ¿por qué eres tan adorable?
— ¿A qué viene esto? — Jimin rió y su pecho vibro sobre el de Jungkook haciendo que Jungkook riera también.
— Es que eres tan adorable que sólo quiero abrazarte.
— Mi Jungkook no es tan cariñoso ¿quién eres y que has hecho con Jungkook?
El menor rió y beso al mayor tomando a Jimin por sorpresa. Pero de repente Jimin rompió el beso y le dijo:
— Acabo de recordar que hoy dan una maratón de Modern Family.
— ¿Qué? — Jungkook lo miró frunciendo el ceño sin comprender.
— Vamos, amo esa serie, no puedo perdérmelo.
Jimin se zafó de los brazos de Jungkook y de un salto bajó de la cama para dirigirse a la sala donde Jungkook pudo escuchar que prendía el televisor y navegaba por los canales. Jungkook rió y decidió que ese día se lo dedicaría por completo a su novio.
Novio.
Ah, la palabra sonaba tan bien.
Destendió la cama y se llevó consigo el acolchado para cuando llegó hasta donde Jimin estaba sentado, apenas con su remera pijama y sus bóxers, y pasó la colcha encima de él y de sí mismo cuando se sentó a su lado para que estuvieran calientes, después de todo estaban en invierno y no sería bueno que ninguno de los dos se enfermaran.
Se apoyaron uno contra el otro y entrelazaron sus manos. Y Jungkook dejó que su imaginación volara y supuso que ese era un día cualquiera de sus vidas y que así sería su futuro con Jimin.
Todos los días a su lado.