Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

All we are por LucyR

[Reviews - 35]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

5. Malos entendidos

 

Al otro día, por la mañana, Harry se levantó tarde por haberse desvelado, pensando en un y mil cosas que le mantuvieron despierto buena parte de la noche.

Al despertar no le sorprendió no haber visto a Ron ni a sus otros compañeros en la habitación, por lo que en tiempo record tomo una ducha y se vistió, apenas justo a tiempo para poder llegar a su clase de último minuto.

Aun sintiéndose molesto por la discusión con Ron, decidió sentarse junto a Neville y Seamus, quienes aceptaron trabajar con él sin problema alguno.

Al terminar el día, Harry y Ron se la habían pasado ignorándose mutuamente. Hermione se había acercado a él un par de veces en el día, pero notando que Harry prefería estar solo, siempre regresaba con Ron, con quien al parecer también había discutido.

Todo parecía que el trio de oro se había desintegrado sin conocer los verdaderos motivos. Por la escuela pronto se iniciaron los rumores, el más hablado era uno en el que se decía que el trio de oro se había separado por un triángulo amoroso, en el que decían que entre Ron y Hermione había una relación amorosa y que Harry sentía celos de ellos, que por ello Harry había roto las reglas para impresionar a Hermione y ser un participante más en el torneo de los tres magos y, así quedarse con la novia de su mejor amigo; por lo que, al final muchos miraban a Harry no solo como un tramposo, sino que ahora también como rompe relaciones.

Después de toda una tarde en la que ya se sentía arto por tanto comentario respecto a él, decidió subir las escaleras con dirección a la biblioteca.

Al abrirla, vio con gran alivio que esta estaba vacía. Al parecer los sucesos del torneo, mantenía a todos en los corredores y en los jardines. Mejor para él, menos jaqueca que soportar.

Camino entre los pasillos bajo la mirada escrutadora de la bibliotecaria, buscando un libro que leer para su tarea de esa semana. Cuando giró en no de los corredores, buscando algo que le dijera de qué se alimentaban los bichejos (cada vez más grandes) de Hagrid; vio a cierto rubio colocando un libro en los estantes, llevaba otros cinco o seis en los brazos.

Harry tragó duro al verlo ahí de pie, sin toda esa bola de Slytherin que le seguían a todos lados, pero sobre todo, sin la mole de Viktor Krum.

— Estas perdiendo el tiempo, Potter. El área de telequinesis esta otros tres pasillos más adelante —Dijo Draco irónicamente, girando a verlo con esa sonrisa ladina que hacía a Harry observarle más de la cuenta— Lo digo porque estando ahí parado, los libros no llegaran a ti por sí solos.

— Cierra la boca, Malfoy —Harry se golpeó mentalmente, ¿acaso no se sabía otra cosa cada que él le hablaba?— ¿También me acusarás de tramposo al igual que los demás?

— Realmente no creo que tú hayas puesto tu nombre en el cáliz —Dijo como si fuera lo más lógico.

— Vaya… Gracias —Harry se sorprendió por ello, Malfoy era la última persona de la que esperaba que le creyese.

— Algo tan complejo como sabotear los hechizos del viejo Dumbledore, requiere de un mínimo de inteligencia —Draco sonrió totalmente divertido al ver a Harry rodar los ojos— Pathétique.

— ¿Quieres dejar eso? Solo iba de paso ese día y… ¿cómo es que sabes tan bien el francés? —Dijo Harry no pudiendo evitar preguntar; después de todo, no siempre Malfoy se prestaba tan accesible para hablar.

— Herencia familiar, supongo —Se encogió de hombros mientras leía el título del siguiente libro a devolver, saliendo de ese pasillo y entrando a otro— Cuando era pequeño, viví en Francia en casa de mi abuela, —Dijo al ver que Harry lo seguía— aprendí el idioma así como tú aprendiste inglés.

— ¿Francia? —Harry se maravilló con imaginar cómo habría sido vivir en un lugar tan bonito como lo era Francia.

— Aja —Dijo como si no fuera la gran cosa, dejando el libro que llevaba en sus manos en el área de “grandes magos de la edad media”— Luego de que ella murió, mis padres y yo regresamos a Inglaterra —Suspiro sosteniendo el último libro en sus manos y mirándolo con una ligera sonrisa—. Mi abuelo, Abraxas Malfoy, se mudó con nosotros a Malfoy Manor porque la mansión en Francia le recordaba mucho a mi abuela. Pero… —Volvió la mirada a Harry quien le escuchaba atentamente, se acercó a él y le estampo el libro en el pecho— Son cosas que a ti no deberían importarte, Potter.

Harry se shokeo por un momento, ¿qué había pasado? Malfoy estaba platicando tan bien con él y de repente se volvía agresivo.

Lo vio sonreírle mordazmente antes de avanzar unos cuantos pasos, Harry vio el libro que le dejó unos segundos, y aun llevándolo en la mano se giró a él.

— ¿Ya te vas? —Interrogó Harry al verlo tomar su mochila que, al parecer la había dejado en una esquila del estante.

— Te encargo ese último –Dijo restándole importancia, pasando su mochila a su hombro.

— Espera, yo emm…  tengo… Más bien quiero pedirte una disculpa —Dijo de forma desesperada, no teniendo mejor argumento para retenerlo un momento más— Ya sabes, por lo del campeonato mundial… Gracias, y también me gustaría sabes si te encuentras bien, por lo que paso con Mody la otra vez.

— ¿Te estas burlando de mí? —Malfoy frunció el ceño, acercándose nuevamente a donde estaba Harry de pie— Te pareció divertido ¿no es así?

— ¡No! —Negó de inmediato— Solo pensé que Mody había sido demasiado extremista y tú parecías realmente adolorido ¡Tus ojos estaban lagrimeando!

— ¡Por Merlín! Que humillante —Se avergonzó, colocando una mano en su frente.

Harry se quedó en silencio, preguntándose si lo mejor hubiera sido no haber comentado acerca del incidente hurón.

— ¿Puedo preguntar una cosa más? —Al ver que Malfoy no decía nada y que tampoco hacía por irse, continuo— ¿Por qué fuiste a buscarme en el mundial del quidditch?

Malfoy permaneció silencio, como pensando en si debía responder o no, lo que Harry no sabía era que Malfoy también se había hecho la misma pregunta un millón de veces, ¿por preocupación? ¿Por impulso? ¿Por probarse a sí mismo? ¿Por querer hacer algo bueno por una vez en su vida? No lo sabía con precisión.

Las últimas cartas que había recibido de su madre le hacían dudar de muchas cosas y dentro de él se comenzaba a librar una batalla entre lo justo y lo mundano, entre lo correcto y lo que no lo es. Estaba confundido y lo que menos necesitaba era que Potter llegara con sus estúpidas preguntas.

— Estás vivo ¿no es así? —Le miró sintiéndose de repente molesto— Deja de molestar, cara rajada.

Espetó y sin más dio la vuelta, dejando a un confundido Potter.

¿Qué rayos había sido eso? Había charlado civilizadamente con Malfoy y de repente sacaba los colmillos. Solo había sido una pregunta y bastaba con que dijera que no quería contestar, no tenía que hablarle así

Apretó los labios y también los puños, recordando entonces que Malfoy le había dejado un libro en las manos. Estaba pensando en devolverlo, hasta que vio el título, “Todo lo que debe saber de criaturas mágicas”. Seguramente ahí encontraba algo acerca de los escregutos de cola explosiva de Hagrid.

Decidiendo quedarse el libro se fue a sentar a una de las mesas de la silenciosa y casi vacía biblioteca para leerlo en paz.

Una hora después estiró los brazos y sintió su espalda tronar un poco. Suficiente lectura por el momento. Dejó el libro sobre la mesa y giro el rostro para mirar por la ventana, notando que pronto oscurecería y él ya moría de hambre.

Cerró el libro y dio una mirada más, esta vez al patio y notó una escena bastante curiosa: Malfoy hablaba con Krum desde una banca bajo un árbol en los jardines. En la esquina izquierda platicaban Zabini y Nott, y justamente al lado contrario Parkison platicaba con un chico de Durmstrang.

Lo curioso empezaba siguiendo la mirada discreta de Malfoy. Él miraba a donde estaban Zabini y Nott, y como la mirada de Zabini se dirigía a donde Parkinson coqueteaba con el chico de Durmstrang. Sin embargo, Krum parecía no molestarse porque Malfoy no le prestara mucha atención, pues el jugador de quidditch se perdió un momento en Ron y Hermione quienes parecían estar discutiendo mientras atravesaban el jardín para entrar al castillo.

Harry suspiró negando con la cabeza, decidiéndose por ir de una buena vez a cenar y no pensar en qué era lo que pasaba entre las serpientes de Slytherin.

Al llegar al Gran comedor, se dio cuenta de que Malfoy ni sus amigos estaban ahí y por lo tanto, tampoco Krum.

— Harry —Hermione se acercó a él y ambos se sentaron para cenar.

— ¿Y Ron? —Preguntó al no verlo por ningún lado.

— Ya ha cenado, hace un momento subió a la torre —Informó brevemente.

— ¿Sigue pensando que yo puse mi nombre en el cáliz?

— Bueno, no... no creo... no en realidad —contestó Hermione avergonzada.

— ¿Qué quiere decir “no en realidad”?

— ¡Ay, Harry!, ¿es que no te das cuenta? —dijo Hermione—. ¡Está celoso!

— ¿Celoso? —repitió Harry sin dar crédito a sus oídos—. ¿Celoso de qué? ¿Es que le gustaría hacer el ridículo delante de todo el colegio?

— Mira —le explicó Hermione armándose de paciencia—, siempre eres tú el que acapara la atención, lo sabes bien. Sé que no es culpa tuya —se apresuró a añadir, viendo que Harry abría la boca para protestar—, sé que no lo vas buscando... pero el caso es que Ron tiene en casa todos esos hermanos con los que competir, y tú eres su mejor amigo, y eres famoso. Cuando te ven a ti, nadie se fija en él, y él lo aguanta, nunca se queja. Pero supongo que esto ha sido la gota que colma el vaso...

— Genial —dijo Harry con amargura—, realmente genial. Dile de mi parte que me cambio con él cuando quiera. Dile de mi parte que por mi encantado... Verá lo que es que todo el mundo se quede mirando su cicatriz de la frente con la boca abierta a donde quiera que vaya...

— No pienso decirle nada —replicó Hermione—. Díselo tú: es la única manera de arreglarlo.

— ¡No voy a ir detrás de él para ver si madura! —estalló Harry. Había hablado tan alto que,  el Gran Comedor se quedó en silencio por un instante.

Harry sintió las miradas de los demás sobre él. ¡Genial!

— No voy a ir detrás de él, Hermione —Dijo esta vez más despacio y solo para ella. Tomó un pan de la mesa y salió del lugar.

Al salir de Gran Comedor se topó de frente con Nott quien le sonrió de una manera muy peculiar. Notó que estaba por decirle algo, pero no tenía el humor para escucharlo hablar, así que antes de que pronunciara algo, pasó de largo para subir a la torre de Gryffindor, rogando porque no hubiese alguien que lo retuviera como la noche anterior o porque Ron no estuviera en la habitación.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).