LuHan.
—Lo siento Kris me llama, vamos a salir.
—Lu, también debes pensar en “el”…
—Es pasado, yo si cerré esa parte de mi vida, lo siento adiós.
LuHan le cuelga a BaekHun. Lanza un suspiro tan fuerte que no pasa desapercibido para Kris.
—¿Con quien hablabas?
—Con Baek —LuHan contesta de mal modo, sabe la tormenta que se avecina dentro de un vaso de agua.
—No te creo.
—Es tu problema —Quisiera parar antes que inicie las mismas inseguridades, los mismos miedo que el en el fondo le entiende.
—LuaHan no estoy bromeando.
—Yo tampoco honey , por favor no estoy de humor para tus celos —LuHan en un intento le dice el sobrenombre de cariño para apaciguar las cosas y le imprime seriedad para no dar pie al inicio de una discusión, una de tantas que han arrastrado durante toda su relación.
—Es que yo te amo…demasiado —Se aferra al cuerpo de LuHan, lo toma por la cintura y hunde su rostro en el cuello de este, la diferencia de estaturas hace que sea un poco incomoda la posición, pero no le importa.
LuHan camina hacia el tocador y escoge uno de los tantos relojes de marca que Kris le ha regalado.
—Debemos darnos prisa o perderemos la reservación. —Sabe que aun tienen tiempo de sobra, pero es un pretexto.
—No importa…quiero hacerte mío.
No le da tiempo a la protesta, no hay romanticismo ni juego previo, es solo un acto sucio, carente de demostraciones afectivas, al menos no las que comúnmente las parejas tienen, así es el sexo con Kris, pero si es placentero, no puede negarlo, su cuerpo reacciona, antecede que sucederá y se deja hacer.
Su ropa es arrancada de tajo, los botones de la camisa vuela, el pantalón es bajado sin tiento, lo voltea sobre la cama y Kris hunde la cara entre sus nalgas, lame, succiona, ensaliva y prepara en pocos minutos. LuHan jadea cuando siente los dedos estirarlo, cuando llega la penetración grita, de dolor, de placer, por costumbre. Se mueven, se contorsionan y eyaculan, ambos en diferentes momentos. La respiración es errática.
—Por Dios Kris eres un salvaje.
El aludido responde dándole una palmada en el trasero aun expuesto y chorreando semen.
—Pero te gusta ¿No?
No puede negarlo, le gusta. —Si claro.
—Tienes 15 minutos para estar nuevamente listo o perderemos la reservación, la he solicitado desde hace dos meses porque no es fácil y no voy a desaprovechar.
—MI ropa…—LuHan hace un puchero, al darse la vuelta y enfrentarlo.
—Sabes que eso no es problema, mañana iremos de compras, te daré mi Black Card. —Se da la vuelta para dejarlo solo, pero reacciona. —Ah y me llevo tu teléfono, quiero ver con quien hablabas.
Lo toma del tocador y sale.
LuHan sonríe satisfecho. No es la primera vez que logra obtener lo que desea, le gusta, lo tiene todo.
Un Hombre guapo,
Un buen amante,
Una vida de lujos.
Trata de esconder en el inconsciente que pese a todo, sigue sin ser el. Pero no le importa, se miente a si mismo.
Cuando salen del lujoso pent house que tienen en Gangnam, ve las calles con autos lujos, edificios enormes, restaurantes elegantes y clubes con decoraciones ostentosas desde la entrada, no puede evitar pensar lo que pudo vivir con el.
Con la alacena vacía, con el agua fría de la ducha, con la carencia de muebles en ese viejo y pequeño departamento.
Sabe que fue lo mejor. Ha vendido, su cuerpo, su alma, ha renunciado al amor, pero cambio su estilo de vida. Valió la pena.
Sabe que su belleza no es eterna. Algún día se marchitará, su piel perderá la tersura , sus suaves labios rosas perderán la lozanía. Sabe que lo que tiene ahora es fácil, solo necesita abrir la boca y sus deseos se conceden, a veces debe hacer un poco mas como mover el trasero y algunas mas con un “te amo” le basta.
Por eso se prepara para el futuro, está en el proceso de titulación del doctorado, no ha sido fácil, Kris insiste en que no debe trabajar, pero el sabe que tal vez algún día sea reemplazado, casi lo ha convencido de poner a su nombre el consultorio que tiene en ese lujoso edificio, en un consorcio de diferentes especialidades. Casi lo logra. Se prepara para el futuro.
Llegan al oneroso restaurante y se disculpa yendo al tocador. Se lava la cara tratando vanamente de borrar con agua sus recuerdos. Escucha ruidos, un gemido, es el sanitario para varones, se apresura a secarse las manos. Sabe lo que sucede.
Hace unos años hizo lo mismo con “el” .
Sale aun mas cargado de recuerdos.
Recuerda el pasado, fue precipitado, fue un momento breve, lo hizo suyo, con besos suaves, con caricias plenas. Hicieron el amor, no fue solo sexo ocasional.
Fue amor, fue recuerdos, fue deseo y fue pasión.
Y hubiera querido quedarse, vaya que quería decirle que aun lo amaba, que nunca lo olvidó, que lo necesitaba en su vida, pero no fue necesario decírselo, su cuerpo habló por el…pero su boca dijo otra cosa.
No puede negar que lo sorprendió, se dio cuenta por el lugar en el que se encontraron, en ese evento de gala al que no cualquiera recibe invitación, ver que su nivel de vida había cambiado. Vaya que si.
Pero quiso ser piadoso, era lo menos que le debía, dejarlo ser feliz, libre sin condiciones ni medios tiempos, SeHun merecía ser amado en plenitud, por un hombre completo, que no tuviera un pasado turbio, que no sintiera que ahora como había cambiado de estilo de vida podía volver a tenerlo, que podía comprarlo.
SeHun merecía más y el ya era menos.
Pero si lo vuelve a ver es probable que no pueda contenerse a querer probar mas, un poco mas, aunque después se tenga que volverse a alejar.
—He ordenado por ti pensando que te gustaría.
La comida ha llegado pero Luhan está perdido en sus pensamientos que no se ha dado cuenta.
—Está bien, es solo que no tengo mucha hambre.
Kris asinte, pero en el fondo siempre sabrá.
El lo robo,
lo convenció,
lo compró.
Siempre vivirá bajo la sombra de “el”.
Porque Kris cuando lo conoció mientras hacia servicio comunitario en un comedor comunitario por conducir en estado de ebriedad lo vió.
Con sus ojos almendrados, sus pequeña boca y su tierna sonrisa, con sus delicados movimientos su dulzura envolvente, con altruismo puro. Lo quiso tener.
Como todo lo que el deseaba lo conseguía, lo consiguió, con tenacidad, con esfuerzo, con regalos onerosos, detalles caros, lo deslumbró.
Pero a diferencia de otras cosas del pasado, Kris esta vez no lo quiso soltar después de que lo logró que olvidara que tenia un novio, que vivían juntos y que se amaban. Logró romper el vinculo que LuHan juraba seria irrompible. Pagaba el costo de sus actos con el temor de ser abandonado, porque sabía muy en el fondo que LuHan nunca lo llegaría a amar como aquel que al inicio fue el motivo del que lo rechazara y aun cuando lo convenció y ganó, no podía sentirse confiado.
—Me gustaría ira Hawaii…¿Qué te parece?
—Kris mi tesis…
—Solo será una semana, quisiera ir a un hotel que me dijeron es fastuoso, con spa, podrías relajarte…sus playas son hermosas, anda Lu, disfrutaras mucho.
Siempre obsequios, siempre lujos, siempre el dinero seria su arma, porque sabia que el no era suficiente.
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