Taemin respiraba entrecortadamente, Minho lo tenía agarrado por las manos y no dejaba de repetir ese salvaje acto.
-Minho...por favor...detente...estamos ensuciando todo...el cuarto.- Taemin rogó por clemencia.
-No te preocupes, tiene arreglo.- La lasciva voz de Minho negaba detenerse.
-P-pero, ¿y las sábanas? Las estamos ensuciando.- Taemin sabía que ese no era argumento, pero valía la pena intentarlo.
-Para eso existen las lavadoras.- Minho continúo con sus movimientos de caderas mientras mordía el cuello del menor.
Minho estaba castigando a Taemin, le hacía el amor como un salvaje, pero no dejaba que Taemin correspondiera. No, ni siquiera le importó las quejas del menor.
-Me vas a lastimar, tendré que cojear.- Taemin empezaba a rendirse.
-No. Cariño, no vas a poder levantarte de la cama.- Minho besaba la mandíbula de Taemin repetidamente.
-Por favor, detente.- Taemin susurró con sus ojos apretados por la incomodidad.
-¿No quieres qué te penetre más?- Minho se detuvo y le echó una mirada lasciva, acompañada por una media sonrisa, a Taemin. -Está bien...- Minho se salió del menor. -No te penetraré más, pero esto aún no acaba.- Advirtió, mientras llevaba su boca al pecho de Taemin y la paseaba lentamente, con rumbo al sur. No tardó mucho en llegar al ombligo del menor y empezó a lamerlo por su contorno, y después usaba su lengua para penetrar en él, haciendo que Taemin se retorciera de un placer involuntario.
-Ngh...Min...Minho, por favor...- Taemin no terminó su frase, ya que Minho siguió dirigiéndose al sur. Sopló sobre el miembro del menor y besó aún más abajo.
Minho disfrutaba con ver así a Taemin, quería verlo rendido, así que lamió el ano del menor, haciendo círculos por fuera, sólo para acerlo gritar, después lo obligó a replegar sus piernas y, aprovechándolo en esa posición, besó los muslos internos del menor, bajando con besos ensalivados, hasta volver a llegar a su sexo. -¿Por qué te quejas tanto? Estás muy exitado, gracias a esto.- Minho siguió con su juego de besos, hasta que llevó su boca al miembro de Taemin, le sopló una vez más antes de llevar la punta de éste a su boca. Lo lamió con gusto y lo hizo lentamente, provocando que las quejas de Taemin aumentarán.
-Minho, detente...- Taemin rogaba.
-¿Por qué debería hacerte caso? Tú no me hiciste caso cuando te pedí que no fueras con él.- Minho afiló su mirada, acusando a Taemin, después volvió al miembro del menor y se lo introdujo todo a su boca.
**Flashback**
-Por favor, Minho, no seas aburrido.- Taemin rogaba por quedarse un rato más en la fiesta de gala dónde estaban. -Solo un ratito, amor.
-Tae, ya es tarde...Si nos quedamos, entonces será más tarde.- Minho ya no sabía qué más decirle a su novio.
-Contra esos argumentos...- Taemin se calló, algo -o alguien- había captado su atención.
-Tae, Tae, Tae.- Minho sacudía su mano enfrente de Taemin para sacarlo de su abstracción.
-Minho, iré a hablar con ese chico.- Taemin apuntó hacía el balcón, dónde había un chico, de espaldas, tomando aire.
-No, Tae, no vayas. Quédate. Es más, ya hay que irnos.- Minho agarró fuerte la mano de Taemin.
-Sólo será un segundo...- Taemin trató de soltarse del agarre de Minho. -Mira, ahí viene Seohyun noona, de seguro quiere hablar contigo. Tú querras hablar con ella.- Taemin logró soltarse, le dedicó una sonrisa a Minho y salió corriendo.
-Minho ah, ¿adónde va Taemin ah?- Seohyun se acercó curiosa.
-No lo sé...- Minho miró en la dirección por la cual Tae había huido. -Ha huido...
-Más vale que lo vigiles, ya sabes que tiene la misma manía de Onew oppa por meterse en problemas.
-Tienes razón noona, me tengo que ir.- Minho se despidió de Seohyun y caminó hacía el enorme balcón.
Minho tenía planeado llevarse a Taemin, pero cuando llegó, lo vio muy cómodo con el otro chico, tanto, que se enceló. Minho se escondió entre la pared y unos enormes macetones, para ver y escuchar lo que pasaba.
-No pensé volver a verte.- Ese chico hablaba muy informal con Taemin.
-Yo tampoco, ¿qué haces aquí, en Corea?- Taemin estaba totalmente feliz.
-Trabajo...Raíces...Muchas cosas me trajeron.- El chico, si bien no era extranjero -por su acento-, bien podría haber vivido mucho tiempo fuera de Corea.
-¿Vas a irte, de nuevo?- Taemin preguntó, mirándolo de frente.
-Así es, pero no te preocupes, Tae, no te olvidaré.- El chico acarició varias veces el brazo de Taemin.
Minho observaba atento, no quería reclamarle a Taemin, sabía que si lo hacía, la reacción de Taemin podría ser no tan buena. A nadie le gusta un Taemin enojado. No, en cambio, Minho se quedó atento a los chicos que hablaban tan cercanos.
-JongIn, si tienes problemas, sabes que aquí estaré, cuando me necesites.- Taemin le dio un pequeño abrazo.
-Así es...Siempre estuviste para mí...¿Por qué eres tan bueno conmigo?- Jongin preguntó algo afligido.
-Porque te quiero...- Taemin le sonrió dulcemente, sin darse cuenta que Minho oía todo lo que estaba diciendo. Para Minho, oír esa plática, tan íntima le hacía tener más que celos; así que furioso, se retiró, después encontraría la manera de reclamarle por esto. Lástima que no se quedó, así hubiera terminado de escuchar la tierna plática. -Jongin, eres mi hermano, el dongsaeng que encontré fuera de Corea. Fuiste mi único familiar cuando estuve fuera, aun cuando yo era un desconocido. Por eso te quiero, y siempre contarás conmigo.
-Hyung, sigues siendo tan amable.- Jongin rio.
-Que puedo decir, así es como soy.- Tae también rio. -No tengo ningún inconveniente con ser quién soy.- Taemin admitió feliz.
-Tae, hay que salir un día de estos, antes de que me vaya.- Jongin le ofreció un número telefónico.
-Sip...Un segundo, qué hora es?- Taemin miró su reloj. -Dios, es tarde, mi novio me va a matar.- Taemin puso cara de sufrido.
-Entonces tienes que irte.- Los chicos se despidieron y Taemin salió corriendo.
Taemin había conocido a este chico en uno de sus viajes, tenía que saludarlo, fue su único apoyo cuando no conocía a nadie. Así que Taemin fue a saludarlo, pero tal vez había tardado un rato, sería mejor que se apresurara.
-Minho...¿Minho?- Taemin buscaba a Minho por el salón principal.
-Dongsaeng!- La voz de Tiffany resonó en los oídos de Tae.
-Oh, noona, ¿has visto a Minho?- Taemin se giró y le habló a su elegante amiga.
-Lo vi dirigirse al estacionamiento.- Tiffany apuntó el camino.
-Gomawo yah, noona.- Taemin hizo media reverencia y se fue.
Minho esperaba, recargado en el auto; tenía la tentación de sacar un cigarrillo, pero había prometido no volver a fumar.
-¡Minhooooooo!- Taemin corrió a Minho y lo besó, aunque no fue correspondido. -¿Minho?- Taemin preguntó por su aspereza. -¿E-estabas fumando?
-No, no te preocupes.- Minho arrugó la cajetilla y la aventó a un cesto de basura. -¿Vamos ya a casa?- Minho alzó una ceja esperando por una respuesta.
-Neh...- Taemin asintió con la cabeza. -Minho...
-¿Sí?- Minho le abrió la puerta a Tae y después rodeó el auto para subirse.
-¿Estás bien...? Actuas raro.- Taemin colocó su mano sobre la de Minho.
-Estoy bien.- Arrebató su mano. -Tú te veías muy feliz hace rato.- Minho ignoró la reacción de Taemin, se enfocó en manejar.
-¿M-minho...de qué h-hablas?- Taemin se exaltó.
-Te veías muy feliz, cuando te tocaba, te abrazaba...Te veías feliz.- Minho ya no quiso decir nada más.
-¡Minho! ¿Estabas ahí? ¿Estás celoso?- Taemin quiso reír. -Minho, no estés celoso, era sólo un amigo.- Taemin dio una breve explicación.
-Tae, no tienes qué explicar nada.- Minho apretó el volante.
-Está bien, dejaré que hagas tu berrinche.- Taemin no sabía que sus palabras le dieron una pervertida idea a Minho.
-No, en realidad no sabes que es un berrinche.- Minho sonrió a medias.
**Fin del Flashback**
Taemin sintió sus manos libres, así que lo primero que hizo fue intentar detener ese lascivo placer.
-Min-Minho...- Taemim gritaba.
Por supuesto que Minho ignoraba las suplicas de su amado, se dedicaba a lamer el falo de Taemin y morder el glande, bombeaba de arriba hacia abajo repetidamente, sabiendo que Taemin no resistiría mucho. Con sus manos jalaba los testículos, estrujandolos, todo con tal de hacer que Taemin eyaculara.
-Min-Minho, d-detente...vas a hacer que...- Taemin arqueó su espalda, sintiendo esa electricidad recorrer su cuerpo. Había eyaculado. -De nuevo...- Habló jadeante.
-Así es.- Minho, que había bebido el semen de Taemin, ahora besaba de nuevo el pecho de Tae, pero con camino al norte, hasta llegar a la boca. -Creo que es suficiente castigo.- Dijo con una sonrisa, acto seguido besó a Taemin.
Taemin suspiró aliviado, habían tenido relaciones toda la noche, y él se sentía cansado, Minho no lo dejó dormir.
-Tae...- Minho habló con una voz juguetona. - Ya podemos hacer el amor bien.- Minho era el rey de los descarados.
-Minho...¿no te bastó con esto?- Taemin miraba a los ojos a Minho, lo tenía tomado por el cuello, pero lo soltó para girarse y poder dormir.
-Vamos, Taeminnie, un round más.- Minho sopló en la oreja de Taemin. - ¿Neh? Por favor.- Rogó.
Taemin volvió a verlo y lo besó apasionadamente. Pasó sus manos por el cuello de su mayor y se quedó atrapado en la mirada de Minho.
-No me vas a dejar dormir, ¿no es así?- Taemin volvió a rendirse. Era que, simplemente la mirada que Minho le estaba dando, le fascinaba, no se podía resistirse a esos ojos. -Está bien...Sólo un round.
Minho no esperó más y besó a Tae con pasión, bajó al cuello del menor y mordió repetidamente, acompañando sus mordidas con besos.
-Siempre cumples mis caprichos.- Minho sonrió mal; tras notar la cara de enfado de Taemin, no pudo evitar reirse. -Incluso, ahora, así como estás, enojado, te ves tan sensual... Cumple mis caprichos, Tae~
Ya que estaban haciendo el amor, Taemin aprovechó para sentarse lentamente, sin separar su boca de Minho, ahora los besos sabían mejor. Taemin logró quedar sobre Minho, sentándose en su cadera, quería acariciar a Minho. Pasó sus manos por el pecho y abdomen de su novio, adoraba lo marcados que estaban. Taemin empezó a mover sus caderas inconscientemente, regresando el calor a la situación.
Minho dejó escapar un suspiro, cada vez que Taemin le tocaba, él sentía mariposas y electricidad recorrer su cuerpo. Tomó a Taemin por los cabellos y lo pegó a su boca; un beso muy apasionado. Pasó sus manos por la cintura del menor y le dio la vuelta, para quedar sobre Taemin.
Taemin abrió sus piernas, acomodándolas a los lados de Minho, sus dedos recorrían la espalda de Minho, a veces enterrándose en esa piel ligeramente tostada. Taemin dejó escapar un jadeo cuando Minho besó y mordió su lóbulo izquierdo, estaba perdiendo la poca razón que le quedaba.
Minho mordió la mandíbula de Taemin en repetidas ocasiones, sólo para llegar a esa boca que lo volvía tan loco. Tras un beso demasiado comprometedor, Minho separó sus bocas, dejando sólo un pequeño hilo de saliva como puente entre ellos. Tenía la mirada fija en el menor, pidiendo permiso para volverse uno con él. Taemin sólo hizo un pequeño movimiento de cabeza, dando su consentimiento. Minho no esperó más, lentamente tomó las piernas de Tae y las enredó en su cadera, empezó a introducir su miembro en la cavidad, todos los movimientos eran lentos y suaves. Minho penetró a Taemin, con movimientos lentos, hasta que el mismo Taemin le obligó a aumentar sus estocadas. El amor se transformó en pasión, las caricias en toques, era todo algo más de lo que parecía ser a primera vista.
Minho tomó la barbilla de Taemin con dos dedos, se acercó y lo besó lentamente; un beso cálido, juguetón, que haría que cualquiera se derritiera. Minho jugaba con la lengua del menor, le retaba, y todo para lograr tener más contacto entre los dos.
Los movimientos de cadera se volvieron más rápidos, Taemin arañaba la espalda de su novio, no iba a resistir mucho tiempo más. Por su parte, Minho también estaba alcanzando el clímax, tan rápido, que se notaba su desespero.
No tardaron mucho, Minho seguía con ese beso que podía matarlos, saboreando la boca de Taemin. Tras unos segundos, ninguno de los dos soportó más tiempo; sólo entonces, Minho soltó los labios de su novio. Minho pegó su frente a la de Taemin y sonrió.
-Creo que es hora de que vayamos a dormir.- Minho habló sobre la boca de Taemin, burlándose.
Taemin frunció el ceño y trató de empujar a Minho, hasta que se lo quitó de encima. Después se giró algo indignado.
-Me encanta que estés así, te ves más adorable cuando estás enojado.- Minho besó la mejilla de Tae y se acomodó para abrazarlo.
Taemin se giró y pegó su rostro al pecho de Minho y suspiró. Taemin se sentía más cómodo durmiendo de esa manera, era algo que le causaba una increíble felicidad.