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Dynamite por Jessica Uchiha

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Notas del fanfic:

¡El OnKey es tan bello! <3

Este fic es tuyo mi Bummie, espero te guste~

Escribí esto como en 20 minutos mientras miraba Transformers... ¡No cuestiones mis gustos! xD Simplemente tuve un ataque de inspiración y salió por si solo.

Vuelvo y digo: espero te guste♥

Notas del capitulo:

¡El OnKey es amor!

En realidad queria ponerle "JinKiBum" pero quizas las personas no entendian y asi(?).

Como dije mas arriba, salió por si solo en 20 minutos, no tuve qu esforzarme demasiado.

El titulo va por "Dynamite" de SHINee.

Cosa que tengo que aclarar: tengo una gran fascinación porque mis fics se unan de alguna forma, que se mezclen. Este por ser AU seria como un despues de mi drabble Él. No hay necesidad que que lean el drabble para entender este fic, pero quizas si entenderian el porque del actuar de KiBum.

 

Espero les guste <3

 

¡A leer!

 

—¿Es él, no?

JinKi apretó su cabeza entre sus manos, estrujándose las sienes.

—No lo sé.

—¿Cómo que no lo sabes? Me dijiste que hablaste con él… —de repente todo pareció cobrar sentido— ¿Por qué solo hablaste  con él, no?

Sus ojos gatunos le estudiaron.

—Por favor, dime que solo hablaron. Dímelo, JinKi…

Alzó su rostro y sus ojos color chocolate estaban anegados en lagrimas.

—Me besó… Lo besé… Solo fueron un par de veces. Yo… solo pasó.

KiBum retrocedió un poco, como si lo hubieran empujado, abofeteado. Se giró en su posición sintiendo su pecho terriblemente pesado. SU diestra tapó su boca y su izquierda apretó la camiseta rosa a la altura del corazón.

—¿Por qué?

—No lo sé.

—¡No me digas “no lo sé”! —gritó histérico, al borde del llanto— No me creas estúpido, JinKi.

JinKi se encogió en la silla, amasando su cabello castaño con desesperación. Las lagrimas caían implacables manchando su pantalón claro, provocando formas irregulares y oscuros en la tela.

KiBum le miró y camino hacia él rápidamente, agachándose a la altura de sus ojos.

—¿Por qué? —volvió a repetir con voz rota.

—Por que es JongHyun —susurró con aprehensión.

—Pero…

—¡Eso si lo sé! —gritó esta vez el mayor levantándose de la silla, arrojándola hacia atrás por la fuerza, sobresaltando al rubio quien también se incorporó— No me lo recuerdes, no hay necesidad. Lo sé, lo sé ¡Y por una mierda KiBum, me duele!

—¡Si es así, por qué JinKi! ¿Por qué?

KiBum lo enfrentó, parándose frente a él, golpeándole en el pecho con sus puños blancos mientras repetía una y otra vez “por que, por que” con su voz distorsionada por el llanto, totalmente destrozado. JinKi solo lo miraba, con sus ojos perdidos, consternados, sabiendo que el ligero dolor físico en su pecho no era nada comparado al que sentía el menor y él emocionalmente. Su boca se convirtió en una tensa línea y sus brazos se alzaron para apretar a KiBum contra su pecho. Él se removió, gritando aún mas fuerte, insultándolo, odiando a JongHyun.

—No significa nada… No significó nada.

KiBum dejo de moverse, dejando caer su cabeza sobre el hombro del mayor, con agua salina corriendo ligeramente su delineador negro.

—No me mientras JinKi, no lo hagas porque eres pésimo en ello.

El aludido sonrió fugazmente, besando los cabellos rubios.

—¿Aún lo amas?

—Te amo a ti.

Alzó su rostro y lo movió haciendo que JinKi lo mirara. La diestra del castaño se posó sobre su mejilla, sintió como su pulgar limpiaba sus lágrimas. Sus ojos se cerraron y ladeo su cabeza contra la mano que lo acariciaba.

—Sabes que te amo, antes de que él y MinHo se cruzaran en nuestras vidas y nos destruyeran… Sabes que te amo.

—¿Entonces qué es lo que no sabes? O mejor dicho… —abrió sus ojos con suavidad y le miró— ¿Por qué JongHyun ejerce ese poder en ti? ¿Por qué no eres solo mío?

JinKi desvió su mirada, avergonzado de sí mismo.

—No lo s…

—JinKi.

—JongHyun es ese amor que te absorbe, que te calienta y revuelve. Ese amor que te hace olvidar de todo y todos; que no le importa destruir a los demás con tal de obtenerte. Solo se preocupa por sí mismo. Es ambición… Pero es solitario.

KiBum lo había escuchado, miles de veces, cada vez que atrapaba a su hyung y pareja contemplar esa caja de musica, incapaz de hacerla sonar porque si la suave melodía se reproducía, JinKi se derrumbaba, se deshacía en lágrimas.

—¿Yo que soy?

La sonrisa y calidez que inundaron la expresión del castaño contrastaron con la patética escena que se mantenía en ese momento.

—Tú eres el amor que lo puede todo. El amor que llena y por el que morirías sin dudarlo porque es amor puro, porque es el amor del que hablan las canciones, los libros. Eres el amor que nutre… —JinKi lo hechizo con su mirada, sin posibilidad a escapar— Tu eres lo que la gente se promete cuando se quiere… Tu eres todo, mi todo.

Por un momento se olvido de todo, del drama, de sus lágrimas, de su dolor. Se alzó para besar a JinKi con pasión y sentimiento, transmitiéndole la gama de emociones que le habían provocado esa declaración. Tomó su rostro entre sus blancas manos, atrayéndolo, queriéndolo solo para él, bajando sus dedos por el cuello, para nunca soltarlo.

JinKi lo acepto, pegándolo más contra sí, apretándolo tanto, hundiendo sus dedos en la piel de su cintura que KiBum gimoteó y se volvió agresivo en el beso que ya no era un beso sino una especie de batalla por poder, donde sus lenguas eran armas y sus labios soldados.

Sus manos se enredaron en las hebras castañas y las contrarias de deslizaron por su espalda, erizando todo a su paso, provocándole espasmos que le doblaban las rodillas. El mayor caminó, haciéndolo retroceder rápido a trompicones, estrellándolo contra la pared más cercana bruscamente, metiendo la rodilla entre sus piernas esbeltas del rubio y alzándola, lo suficiente para apretar su entrepierna y excitarlo al instante.

—Ese… Ese hijo de puta no volverá a tocarte —jadeó KiBum con sus manos en el pantalón del mayor, desabrochando la bragueta con pasmosa habilidad, metiendo su mano y sobando la hombría despierta del chico—, solo yo puedo hacerlo. Solo yo puedo destruirte.

Y JinKi rió y asintió y gimió “si, si, si” mientras embestía esa mano que lo apretaba. Sus labios hinchados se posaron en el cuello blanco, besando, lamiendo y mordió fuerte, provocando un grito y por ende que esa mano casi lo ahorcara. Volvió a moverse y empotró a KiBum en la mesita que se hallaba carca, tirando el florero de cristal azul con rosas blancas en el. Sus manos rompieron la tela que estorbaba y desabrocho todo a su paso; jalaron y tocaron lo que ya conocían a la perfección pero que nunca se cansaban de adorar. Su boca volvió a buscar al otra en forma de corazón y solo rozo esos labios ahora rojizos e hinchados y sus ojos se enfocaron en los fieros otros y supo que si JongHyun era perdición, KiBum era la locura misma y no le importaba perder la cabeza, tanto literal como metafórica porque él, Kim KiBum era amor.

—No es él… Mmm, s-soy yo…

—E-res débil… Pero yo te haré fuerte.

JinKi volvió a asentir, rogando entre sonidos de besos que lo hiciera fuerte, valiente, alguien digno de él. KiBum lo desvistió, le quitó su camisa y bajo sus pantalones y ronroneó. Abrió sus piernas lo suficiente para que la concentración de JinKi se desvaneciera. Movió sus manos, posándolas en sus muslos internos de forma sugerente, con una más abajo de su miembro goteante, separando los glúteos, deslizándose solo un poco sobre su espalda para así mostrar ante la lujuriosa mirada del mayor su entrada.

JinKi ni siquiera proceso la erótica imagen, solo actuó por instinto, tomando su gran miembro y empujando de una vez dentro de esa abertura siempre acogedora.  Rugió excitado al sentir como ese túnel lo absorbía agresivamente y volvió a empujar, provocando que las uñas perfectamente arregladas del rubio arruinaran y rasgaran la pintura de la mesita que sostenía el peso de este. Posó su frente contra su clavícula respirando furiosamente, con la vaga sensación de que ahora esas uñas le arañaba la piel de su espalda, haciendo que el ardor lo excitara mucho más y terminara por meter su miembro en el interior de KiBum  hasta su empuñadura.

Gritó, gritó hasta que su voz se extinguió y volvió a surgir en burbujeantes sonidos agudos, todo gracias a que JinKi “es tan grande que el idiota con solo entrar me hace casi correrme sin necesidad de mas”. Pero ese “casi” era cierto y cuando JinKi volvió a meter en un brusco y certero movimiento, salto sobre sí mismo y movió sus caderas, de forma errática, pidiendo más, más rápido, más duro, más de él. Todo él.

Y era algo extraño pero nunca lo habían hecho así de brusco, así de bestial.

Sus bocas se perdieron en la otra en un beso húmedo, húmedo. Sus manos tomaron vida propia y acariciaron todo o que quisieron. No había palabras coherente excepto sus nombres y los “si”, “mas”. No había necesidad de palabras más largas porque ya lo sabían todo.

Cuando JinKi en una de sus embestidas tocó la próstata de KiBum, este tuvo que separarse de su boca para gemir de forma tan adorable, tan sensual que JinKi sintió correrse ahí mismo. Los ojos perfilados del rubio le sonrieron y su corazón y vientre bajo se contrajeron ante esa mirada porque KiBum se apretó tanto alrededor de él, corriéndose entre ellos, llegando al orgasmo, uno que le hizo retorcerse, vibrar como nunca y un sonido profundo salió de su garganta, eyaculando dentro del rubio, experimentando el mismo frenesí y gozo absoluto de KiBum en su apabullante orgasmo.

Intentaron reanudar el beso pero las olas de placer solo hicieron que sus reparaciones se mezclaran.

Una capa de sudor los cubría a ambos y cuando volvieron a tener algo de lucidez, se sonrieron. KiBum lo empujó pero sus manos resbalaron sobre su brillante pecho. Al final JinKi entendió y con picardía dio un último empujón, provocando que KiBum gimiera dulce, bajito y delicioso. Salió de él y le besó ese puchero que tenía en sus labios.

JinKi se tambaleó ligeramente, jadeando.

Se miraron por un momento y decidieron que quizás podrían ir por un segundo round ya que la imagen del otro, les ponía. Uno con sus piernas abierta, sudoroso, con su cabello rubio pegado a su frente y cuello y liquido conocido saliendo de su trasero. El otro con cabello castaño alborotado, con pecho jadeante, lleno de sudor y semen. Quizás una segunda ronda… Menos brusca, mas cariñosa…

Pero todo quedo en esa mirada cómplice cuando el celular del mayor timbró. No era el ringtone que KiBum le había programado y gruño, mostrando sus dientes.

—Solo pasó.

—Y esto también solo pasó —dijo KiBum bajando de la mesita, adolorido pero decidido, tomando el celular. Contestó.

—¿Bueno? —su voz melosa inundo la habitación.

KiBum —la voz al otro lado del teléfono sonó sorprendida. Sonrió.

—Antes de que JinKi reaccione y deje de mirarme con ganas te diré una cosa, Jjongie —su sonrisa se tornó malvada, arrogante—: Lee JinKi es mío. No te metas con él, no lo busques, no nada ¿Bueno? Porque si tú eres perdición yo soy la locura y JinKi ya perdió la cabeza por mí.

Valió cada lágrima que había derramado hace solo un rato por esa respiración descompuesta al otro lado del móvil.

—Me alegra que lo entiendas. Ahora debo dejarte… Onew hyung debe ser atendido —una risita coqueta y terriblemente falsa se coló—, si sabes a lo que me refiero.

Colgó y tiró el celular.

JinKi por supuesto aún no reaccionaba.

—¿Lo hice bien?

Notas finales:

¿Les gustó? *^* 

Bueno... Pronto estaré explicando lo de la caja de musica, en un JongYu, obvio LOL todo lo que puedo decir es que TODO ES CULPA DE LA CANCIÓN "Orgel" AMO ESA CANCIÓN Y PARA MI ES PURO JONGYU(???)

Ok xD

¡Gracias por leer!

Cualquier comentario es recibido asi que ¡comenten! 

 

P E A C E


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