Las cortinas están cerradas, el único resplandor que alumbra la lúgubre habitación es el televisor que sintoniza una estúpida película romántica llamada “Un amor para recordar”. Estoy envuelto con las cobijas asomando solo mi cabeza para ver la televisión, mientras como un enorme paquete de galletas de chocolate, ¿por qué pasó esto? ¿es que acaso Demmi no me quería? ¡Ay voy a llorar!
-No Landon no le hagas eso…- suplico mientras veo la película, este es un secreto que nadie sabe: me gustan las películas románticas, ¡pero shhhhh! Nadie debe saberlo.
Soy Ricky, tengo 17 años y estoy devastado, me siento infeliz, nadie me quiere, todos me odian, mejor me chupo el gusanito… ¿Por qué? Porque hace unos días Demmi terminó conmigo, luego de unos hermosos cuatro meses de relación decidió que ya no éramos compatibles… ¡Ahhhhh mi vida no tiene sentido!
Tomo cuatro galletas juntas y las trago… esto ya no tiene sentido… ¡Cómo sufro! Gimoteo pero de repente escucho que mi puerta se abre y sin previo aviso las cortinas son corridas y la luz del sol entra completamente…
-¡Ahhhhhhhhhhhhhhh mis ojos!- mis ojos arden y grito, me siento como poseído que le acaban de arrojar agua bendita
-Deja de estar de idiota y levántate para comer, dice mamá que si no bajas te arrastra de los pelos y no de la cabeza precisamente- mi hermano Brandon acaba de interrumpir mi calma y deprimente armonía… ¿acaso no puede estar uno tranquilamente con su dolor?
-Ya… no me molestes… ¿Qué no ves que estoy de luto?- me tapo la cara con las cobijas
-No me digas… ¿Y cómo por qué estás de luto?- me pregunta con su tono de sarcasmo
-Porque… porque- siento ganas de llorar- ¡Porque Demmi me dejó!- y suelto la lágrima viva
-¡¿Qué?! Por todos los cielos Ricky, ya pasaron tres días de que eso pasó- me dice fastidiado
-¿Tú qué sabes? Nunca has tenido a tu media naranja, ya me visualizaba casado y con hijos, ya teníamos un futuro planeado- asomé los ojos por un hueco en la cobija
-No digas estupideces, apenas llevaban cuatro meses y de esos solo se vieron cinco ocasiones porque vivía lejos de aquí-
-Fue amor del bueno-
-Fue un noviazgo a distancia y que ni siquiera duró-
-¡Cállate! Nunca has amado- le reclamé
-Ricky… llevo cinco años con Bárbara, nosotros si nos vamos a casar-
-Ahhh…. ¿me escupes en la cara que te vas a casar?- me volví a tapar y gimotee- nunca creí que me restregaras en el rostro que a ti si te aman, mal hermano… ¡Sal de aquí!- le arroje el empaque de galletas (vacío claro)
-Demmi no era la única persona en el mundo, ya llegará alguien más, así que sal de ahí…- jaló mis cobijas y daba gemidos por el enorme esfuerzo que resultaba intentar sacarme de mi guarida…
-No quieroooooo- me aferraba a ellas
-Oh… claro que quieres… ¡sal de ahí!- volvió a tirar
-¡Noooooo! Respeta a un hombre herido de muerte- me quejé
-¡Tú no estás herido de muerte! Solo eres uno de tantos adolescentes sin perro que les ladre… sal de ahí ahora o vendrá mamá-
-¡Noooooo!- me aferré a mis cobijas, entonces Brandon hizo algo horrible…
-¡Mira Demmi está pasando por la calle de enfrente!-
-¿Qué?- salí de mi escondite y entoncel el muy imbécil comenzó a carcajearse-¿Dónde está?-
-Mamá… ya logré sacarlo de la cama… ¡corre!-
-¿Cómo?- voltee y entonces la vi, como una jugadora de americano corrió hacia mi persona y me tacleó… Ser madre soltera y tener que defenderse de violadores, jefes acosadores, taxistas y viejitos coscolinos le han servido a esa mujer que me parió para tener una fuerza descomunal.
-¡A comer!- y sin poder levantarme tomó una de mis piernas y me arrastró por el piso, no tenía ánimos ni para ponerme de pie
-Nooooo… no quiero… ya no quiero vivir- lloriqueaba
-¡Brandon! Ayúdame, que no ves que se comió todo el helado, las galletas y los dulces de la cocina, este niño pesa como si se hubiera tragado a Demmi con todo y uñas-
-¿Demmi?- porque me recuerdan al amor de mi vida- ¡Ahhhh…. Demmi! Ya no me quiere… déjenme… quiero morir… bueno no, quiero terminar de ver mi película y luego me quiero morir- ya habíamos llegado a la puerta y me aferré al marco-No… no quiero comer… no quiero nada… me quiero morir…- volví a llorar
-¡Ay ya! Olvídalo, que Brandon se coma tu rebanada de pastel- al escuchar la palabra pastel por parte de mi mamá no supieron como pero desde la cocina les grité:
-¡Apúrense que ya es hora de comer!-
Ah… me sobrepongo a mi dolor y saludo… Hola, soy Ricky Torres y soy guapo. No sé por qué mediomundo cree que nuestra vida es la mejor y más cómoda ¿Se han puesto a pensar que nosotros los guapos cargamos con una muy mala suerte? ¡Claro que sí la tenemos! Por ejemplo, me tengo que dividir entre ir a la súper fiesta de un amigo y asistir a la de otro, no puedo ir al centro comercial sin tener a la cajera del súper pidiéndome mi número, no puedo dejar de verme en el mini espejo que robé de la bolsa de cosméticos de mi madre, ¡a veces me duele la cara de ser tan guapo! Aaaaaah… pero claro, eso nadie lo piensa, creen que nuestra vida es un sueño y que solo tenemos que sonreír y ya… pero no, ser guapo es la cosa más difícil que me puede pasar… los guapos también lloramos y mucho, prueba de ellos soy yo, quien lloro porque Demmi me terminó, tantos planes que teníamos, estos cuatro meses fueron intensos, nos casaríamos en un tiempo más, pero no… no… tenía que ser guapo y por eso me dejó… ¿o fue porque me dijo que necesitaba tiempo? ¡Ay no sé cuál de las dos razones! Pero créanme, el ser bello no es una gran ventaja, es una maldición.
Estuve todo el fin de semana encerrado en mi cuarto comiendo helado, galletas, dulces y refresco, la vida no vale nada, soy un hombre dejado… abandonado… sin nadie que lo ame… mi mamá intentó sacarme varias veces de la cama, pero al no lograrlo hizo un trato con Brandon (después de comer me enteré) le daría una cantidad de dinero para que llevara a Bárbara al cine si lograba que abandonara el colchón… y el muy desgraciado lo logró… me presumió los boletos..
-¿Adivina quién sí tiene con quien ir al cine?- me mostraba las entradas
-Yo también tengo amigos idiota- le dije
-Yo voy con Bárbara, mi hermosa novia… ¿y tú? Aaaaah… ya recordé… a ti te dejaron…- se burló de mi desgracia…
-Mamaaaaaaaaaaaá… Brandon se burla de mi dolor- grité
-¡Brandon! No te burles del dolor de tu hermano- gritó ella desde su alcoba
-Ay si, ay si… me acusas con mamá porque no puedes solito-
-Mamaaaaaaaaaaá Brandon dice que me quedaré solo, sin nadie que me ame como tú-
-¡Brandon! Te patearé el trasero si me vuelves a faltar al respeto, estoy sola porque quiero, pretendientes no me faltan… ¡Mocoso igualado!- volvió a gritar desde su cuarto
-¡Oye! Yo no di…- iba a defenderse
-Cállate y no rezongues si no quieres que le muestre a Barbarita tus fotos encueradito en la bañera- Esas fotos, mi hermano de tres años está con el pilin al aire mientras mamá lo bañaba
-Eso es un golpe bajo mujer-
-Y más bajo te daré si me vuelves a decir solterona-
-Esto no se queda así Ricky…- me amenazó
-Mamaaaaaaaaaaaaaaá… Brando…- de inmediato mi hermano me tapó la boca
-¡Ya cállate, cállate y te dejaré de molestar por tres días!- asentí, ¿quién dice que las acusaciones con una madre dejaron de funcionar?
Fui al colegio, la verdad no tenía nadita de ganas de ir… solo a Demmi se le ocurre dejarme unos días antes de reiniciar clases… eso e son tener corazón… ahora todo el mundo sabrá que soy un hombre abandonado… ¡Cómo sufro!
-¿Qué onda Rick? ¿Listo para el nuevo curso?- mi amigo Teo me preguntó al verme entrar a la escuela
-No…- dije cabizbajo
-Anímate… no todo el mundo es Demmi, ya vendrá alguien más-
-No, solo Demmi llenaba mi corazón… me siento como un panal sin abeja, como un hot dog sin cátsup, como patio sin macetas- a veces me pongo un poco poético
-Vaya… ni porque tienes a medio colegio detrás de ti, las chicas se mueren por nosotros, en verdad Rick- se paró frente a mí- Mírate, mírame, admírame, somos los guapos de la escuela, varias matarían por nuestros huesitos- me dijo
-No Teo, ya nada tiene sentido… sin Demmi nada es igual-
-Por favor Rick, solo duraron cuatro meses-
-Los suficientes para saber que estamos destinados a estar juntos- suspiré mientras ponía mi carita de borrego a medio morir
-¡Ay no manches! Solo se vieron cuatro veces-
-Cinco Teo, cinco veces- le dije mostrando mis dedos
-¿Y con eso piensas que ya son destinados para la eternidad?-
-Así es el amor…-
-Lo dicho, somos guapos, pero por guapos como tú, piensan que no tenemos cerebro-
-Oye, también podemos ser sensibles- le contesté
-Te oyes bien marica Ricky-
-¡Oye! Respeta mi dolor… soy un pobre hombre que acaba de sepultar sus ilusiones- y sin darme cuenta choqué contra alguien…
-Estoy seguro que tu dolor se acaba de hacer mayor- escuché que decía, miré a mi lado izquierdo y vi hojas regadas, volví mi vista a la derecha y vi claramente la cara del diablo…
-¡Imbécil!- un chico rollicito y de pelo negro me gritaba furioso
-¡Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento!- repetí mientras le ayudaba a levantar sus cosas que por cierto por la prisa y por el susto arrugué más
-¡Deja eso idiota que no ves que las maltratas más! Lo dicho, se creen lo mejor pero todos ustedes son unos estúpidos-
-Epa… epa, epa, el único que te tiró fue él, así que no generalices- Teo me señaló, una desventaja más de ser guapo, es que nunca puedes confiar en las personas, algunas solo te siguen por ser bello, Teo es una prueba de ello… mal amigo.
-Partida de idiotas- se sacudió los pantalones visiblemente molesto
-Ay ya, solo son hojitas… no creo que…- le iba a decir al más pero me volvió a mirar con ojos de pistola- por eso decía, que no debo chocar con la gente que lleva hojas importantes-
-Ni creas que te disculparé solo por tu carita… ¡Idiota!- me gritó fuerte
-Ya… no me grites… ando sensible… soy un desdichado que está negado para el amor- dije con mucha aflicción
-Sí, pobrecito, lo dejaron hace unos días-
-¡Vaya pero el karma existe! Seguramente te dejaron por imbécil- terminó de levantar sus hojas y me volvió a ver- Para la otra mira bien por donde caminas tarado- se giró y se iba cuando se me ocurrió la gran idea de contestar…
-Me llamo Ricky no tarado… ¡amargado!- noté como se detuvo y tembló ligeramente…
-Mucho me temo que estás en serios problemas Rick…- no sé por qué también lo presiento…