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Between Heaven And Hell [Temp. 1] por Niiummy Sarang

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos! Íjole… pues la verdad es que el capítulo de hoy es bastante complicado, y como es el capítulo final de esta temporada, es el más largo también, puesto que intenté no dejar mayores cabos sueltos, y lo que haya quedado inconcluso se concluirá en la segunda temporada, se los aseguro. Así que espero que lo disfruten de principio a fin.

¿La canción de hoy? Bueno, la canción es algo fuerte ya que es el tema principal de uno de los mejores K-dramas que he visto y contiene mucho terror sicológico y drama, es muy bueno, (se los recomiendo, por cierto), así, espero que la escuchen y se metan por completo en el tema.

Canción recomendada:

Yangpa –Soul

Between Heaven And Hell

CAPÍTULO 22

Kim Jaejoong y Jung Yunho están frente a frente después de ocho años, ocho años que cambiaron sus vidas para siempre. Finalmente, después de tanto, el destino los ha cruzado una vez más, pero esta vez todo es diferente.

Tan diferente que duele…

 

–Flashback. Ocho años atrás.–

Para cuando la señora Suk Won llegó a su casa después del viaje de negocios que había tardado casi tres meses, Shin Hyo ya había dejado a Jaejoong en Nagoya, y al no obtener noticias de su nieto, enfrentó a su hijo directamente.

–¿Quieres explicarme dónde está Jaejoong? –Indagó con seriedad la señora.

El viejo, mañoso y mentiroso se puso algo nervioso ante el cuestionamiento, pero siempre sabía qué inventar.

–Está en Japón, estudiando.

–¿En Japón? –Se extrañó – ¿Cómo es eso? ¿Por qué nadie me dijo nada?

–Jaejoong dijo que quería tomarse un descanso y alejarse de todo aquí, así que me pidió que lo enviara a Japón por un tiempo –mintió, como siempre.

–Qué raro, no pensé que quisiera estudiar en el extranjero.

–Yo tampoco pensé que fuera así pero él mismo me lo pidió, dice que quiere concentrarse en sus estudios y ni siquiera ha llamado una vez, parece que realmente está ocupado.

–Ya veo… quiero hablar con él.

–¿Qué? No….

–¿Por qué no?

Shin Hyo dudó.

–Como ya te dije, madre, Jaejoong está muy ocupado con sus estudios.

–Pero no le hará daño hablar con su abuela, anda, ponme en contacto con él.

 

Y a pesar de que Kim Shin Hyo puso tantas trabas como pudo, la señora Suk Won era implacable.

Al final logró comunicarse con su nieto, quien, aliviado de poder hablar con ella al fin, se encargó de contarle todo lo que su padre había hecho.

–De verdad que no tienes límites, Shin Hyo –acusó Suk Won al enterarse de todo – ¿Cómo pudiste enviar a Jaejoong a Nagoya sin su consentimiento? ¡Prácticamente lo secuestraste!

–Oh, vamos, no exageres, mamá. Además quería corregirlo, ese mocoso tiene mucho que aprender de la vida aún.

–¡¿Y crees que la mejor manera es haciéndole lo que le hiciste?! –Vociferó, colérica.

–¿Por qué gritas de repente? –Pareció confundido –sólo hice lo que creía correcto.

–¡Pues no fue correcto en absoluto! –Respiró profundamente, intentando calmarse –ya pedí que lo trajeran de vuelta, y como te atrevas a volver a sacarlo del país o algo similar mientras yo no esté y sin su consentimiento, te las verás conmigo. Y bien sabes que yo no le temo a nada, Kim Shin Hyo.

Un silencio incómodo para el viejo se creó en la estancia hasta que Suk Won volvió a hablar.

–Por cierto… –suavizó su tono un poco –mientras estuve fuera lo estuve pensando mucho y he llegado a la conclusión de que algo anda mal con Hae In.

Extrañamente, Shin Hyo se puso especialmente nervioso al escuchar el nombre de la que aún era su esposa.

–¿A qué te refieres, madre?

–Pienso que ella no pudo haber desaparecido de la nada. Incluso si no hubiese querido verte, al menos habría intentado ponerse en contacto ya con Jaejoong, pero no lo ha hecho…. Tengo una sensación extraña, como si algo realmente estuviera mal.

Finas gotas de sudor comenzaron a perlar la frente de Shin Hyo, y ahora no dejaba de juguetear con sus pulgares.

Pero, igual que el diablo, tenía artimañas para ocultar sus verdaderas emociones, pues usaba una careta anónima y su corazón estaba nublado de tinieblas.

–Hae In es una alcohólica empedernida, ¿lo recuerdas? –Dijo tomando aplome una vez más –de seguro está en algún bar de poca monta o algo así… puede que regrese a casa cuando se le haya acabado el dinero de nuestra familia. O puede que jamás regrese ya…

–¿Cómo puedes estar tan seguro? ¿No te preocupa ni un poco tu esposa?

Shin Hyo se encogió de hombros y miró su reloj de pulsera.

–Si me disculpas, tengo asuntos que atender… –Fue lo último que dijo antes de huir a su despacho.

*******************************************************************************

En cuanto su abuela le dijo que lo haría regresar a Corea cuanto antes, Jaejoong se sintió más que feliz y aliviado; al fin todo terminaría y volvería a ser como antes.

O al menos eso pensaba…

Pero estaba resuelto a llevarse a su nuevo amigo con él, quería agradecerle de alguna manera todo lo que había hecho por él.

–¿Y si regresamos juntos? –Propuso el pelinegro con entusiasmo.

–¿De qué hablas? –Casi se rió, creyendo que lo que Jaejoong decía sonaba demasiado imposible.

–Mi abuela ofrece becas para los jóvenes aplicados que quieran estudiar, puedo pedirle que te dé una y así vamos juntos a estudiar a Corea.

–¿Hablas en serio?

–¡Que sí! –Sonrió, ahora emocionado y decidido.

–No lo sé… –aún dudaba –me gusta ganarme las cosas por mis propios méritos.

–Pero tú eres buen estudiante, si quieres te pueden hacer una prueba de admisión como a todos, sé que la aprobarás.

Una sonrisa se plantó en los labios del rubio, la repentina emoción del otro chico parecía contagiosa, y verlo así lo hacía feliz de alguna manera a él también.

–Será genial. –Retomó Jae –Te presentaré a mis amigos, son unos chicos bastante amables, estoy seguro de que les agradarás.

–Jae… –el chico aún dudaba un poco.

–Vamos –lo sacudió un poco del brazo. Sí, Jaejoong ahora era más divertido e infantil –di que sí.

Kim Hyunjoong era solo un chico de 17 años, inexperto, ingenuo, un muchacho como cualquier otro a esa edad. Sin embargo, conocía bien cómo eran las cosas a su alrededor, y sabía de sobra que alguien como él, el hijo del mayordomo, no podía relacionarse de esa manera con Kim Jaejoong, quien era prácticamente su jefe y encima estaba enamorado de otro. Pero nadie manda en su propio corazón, y Hyunjoong ya se había perdido por Jaejoong.

–De acuerdo –aceptó al fin.

–Genial, hablaré con mi abuela y con tu padre y la próxima semana ya podríamos estar haciendo los trámites para la universidad, ¡¿no es genial?!

Hyunjoong asintió lentamente. No estaba seguro de lo que Jaejoong le decía ni de lo que hacía pero el pelinegro parecía haberlo hechizado con su hermosa sonrisa y no parecía haber algo que pudiera hacer para detenerlo.

 

 

Si se suponía

Que esto iba a ser una tortura

Y aún sin saberlo, desde el principio, desde el principio,

esta persona entró en mí.

 

 

Y los dos chicos fueron capaces de llegar a Corea con la fuerte seguridad ya conocida de la familia Kim.

Una nueva esperanza crecía en el corazón de Jaejoong, quien solo pensaba en volver a ver a Yunho y a los chicos, e intentar ser feliz y continuar con su vida, como siempre debió ser.

Sin embargo, y aunque lo intentó por todo los medios, Jaejoong no conseguía noticias de los Jung, era como si se los hubiese tragado la tierra.

Tampoco se podía poner en contacto con ninguno de sus tres amigos, y eso lo desesperó aún más. Al fin, logró dar con Junsu, quien ahora estudiaba en la universidad Periodismo y Comunicación Social; y lo interceptó con la intención de charlar con él.

Al pobre Kim Junsu casi le da un infarto cuando le vio, no sabía si era real o si solo era producto de su imaginación, no podría creer que Jae estuviera vivo. Parecía tan irreal…

–¿Realmente eres tú, Jaejoong hyung? –Logró decir.

–Claro que soy yo, amigo, ¡Jaejoong! –Sonrió, feliz de verle y algo confundido con la reacción de su amigo – ¿Qué te parece si charlamos un poco?

Y finalmente, ya algo más calmado, Su aceptó acompañar a Jaejoong a la villa de su familia para hablar más calmadamente.

Al rubio le pareció extraño ver a su amigo acompañado de otro chico, seguramente de la misma edad, quien se mantenía discreto y callado.

–Es mi amigo Hyunjoong –le explicó Jaejoong con tranquilidad al notar la leve inquietud que le producía al menor la presencia del más alto –él me ayudó cuando pasé por momentos difíciles en Japón.

Jaejoong le explicó también lo que su malvado padre había hecho, y el motivo por el cual se había tenido que marchar sin esclarecimiento alguno. Cada cosa parecía tomar orden y lugar, pero ahora parecía demasiado tarde para que todo pudiera ser como antes…

–Y entonces… ¿qué pasó mientras me fui? –Inquirió Jaejoong después de terminar su larga explicación.

Junsu, quien siempre había sido sensible, no pudo evitar conmoverse hasta las lágrimas, ahora vendría la parte más difícil para él, explicarle a Jaejoong lo que había sucedido desde su lado.

–Estabas desaparecido y nosotros estábamos de los nervios, confundidos y extrañados, esperando noticias tuyas. Repentinamente Yunho comenzó a actuar muy extraño pero jamás nos decía nada por más que le insistíamos. Y un día… después de escuchar noticias sobre el ferry Shinee que se hundió en la costa de Nagoya, se dirigió como un zombi hasta la estación del tren de Seúl e intentó suicidarse.

–¡¿Qué?! –Cada palabra en los labios de Junsu era como una estaca en el corazón de Jaejoong – ¿Cómo pudo ser? ¿Por qué…?

–Al final nos explicó que lo habías llamado desde Japón, y que le habías dicho que viajarías en ese ferry… pero ahora, después de que se hundiese, no estabas en la lista de sobrevivientes, por lo que te dio por muerto.

–¿Qué? ¿Creyeron que estaba muerto? ¿Por eso tú… cuando me viste hoy…? –Ni siquiera era capaz de terminar de formular sus preguntas, todo era tan confuso.

–Sí –sollozó, asintiendo lentamente mientras se secaba las lágrimas con un pañuelo que Hyunjoong le extendió en silencio –todos creímos que estabas muerto, y organizamos un funeral simbólico en tu honor.

–¿Cómo pudieron pensar que estaba muerto? ¿Por qué no hablaron con mi familia?

–El señor Jung intentó ponerse en contacto con ellos pero tu padre y tu abuela estaban en distintos viajes y no lograron contactarse, además, tu madre… bueno… –se mordió el labio inferior, sin estar seguro de cómo sonar sutil –ya sabes que aún no hay ninguna noticia de ella…

Jae guardó silencio, intentando asimilar remotamente toda la información que recibía.

–¿Y qué pasó con los Jung después? –Logró preguntar luego de un corto mutismo.

–Ay, Jaejoong… –las lágrimas iban en aumento para Junsu, quien al recordar todo lo vivido solo sentía un agudo dolor que lo embargaba y quebrantaba hasta los huesos. Al ver el estado de su amigo, Jaejoong supuso que no sería bueno lo que le contaría a continuación, pero nada pudo prepararlo para lo que vendría: –poco después de que te fueras, el señor Jung renunció, y toda la familia se marchó de tu casa.

–¿Qué? ¿Por qué?

–Nadie lo sabe. Parece que el señor Jung se disgustó por algo, y simplemente renunció aunque tu abuela no lo quería dejar ir. –Hubo una pequeña pausa que estaba quemándole los nervios al pobre Jaejoong, pero no quería presionar al menor a hablar, algo le decía que realmente le dolía hablar de todo ello –Y entonces… después de que pensamos que habías fallecido… un día cualquiera el señor Jung apareció muerto.

Kim Jaejoong casi se desploma por completo al escuchar aquello, ¿el padre de Yunho estaba muerto? ¿Cómo era posible? ¿Por qué todo lo malo pasaba a la vez? ¿Podía ser la vida tan cruel?

 

De algún modo

Logró incrustarse bajo mis párpados

Y aunque cierre los ojos para llorar,

Y llorar,

Yo solo puedo ver su rostro.

 

 

–¿Quién lo asesinó? –Logró decir con las pocas fuerzas que le quedaban, con una chispa de furia y odio impregnados en sus palabras, ¿quién querría hacerle daño a una persona tan buena?

–Eso aún está en investigación, pero por lo que me ha contado Yoochun, parece que el caso se enfría de a poco, no hay muchas pistas ni material con qué investigar; quien lo haya hecho se tomó su trabajo…

El pelinegro apretó los puños, ahora furioso. Pero aunque estaba muy dolido con todo lo que había ocurrido sin que él supiera, aún había algo que debía peguntar:

–¿Y Yunho? ¿Dónde está él ahora? –Junsu arrugó el entrecejo en un puchero, lo lamentaba tanto… –Junsu, por favor respóndeme –se desesperó al ver que el menor no respondía pronto.

El aludido suspiró largamente y finalmente habló:

–Después de lo de su padre, se convirtió por completo en un zombi sin sueños ni esperanzas, y volvió a intentar suicidarse, pero entonces Changmin impidió que sucediera, y luego de la graduación, ambos se unieron a la Agencia de Investigación Criminal del Departamento de Justicia y ahora están recibiendo entrenamiento fuera del país.

–¿Qué? –Ahora la cabeza le daba vueltas, el mundo estaba enloqueciendo a sus espaldas – ¿en dónde están entonces?

–No lo sé, nosotros tampoco hemos podido ponernos en contacto con ellos.

Jaejoong se llevó ambas manos a la cara, se sentía débil, frustrado, enojado… todo al tiempo.

–¿Al menos crees que me pueda contactar con la señora Min Hee o con BoA?

–Al parecer se mudaron, y con ellas tampoco hemos hablado en… poco más de un mes ya.

La cabeza le daba vueltas al pelinegro, ¿todo esto estaba sucediendo en realidad?

–Bebe un poco –Miró a su lado, Hyunjoong le estaba extendiendo un vaso de agua –te hará bien –remató al ver que el más bajo no parecía muy seguro.

–Gracias –ingirió todo el contenido casi en tres sorbos.

–Lo lamento por todo, de verdad –declaró Junsu –todo esto ha sido para nosotros igual de confuso y doloroso que para ti, incluso ahora, Yoochun no podrá creer que estés vivo, le afectó mucho creer que estabas muerto. Debes recordar que cuentas con todo nuestro apoyo incondicional, hyung.

Jae asintió lentamente.

–Gracias, amigo –logró decir.

–Yo, ahora mismo me tengo que ir –continuó, después de mirar su reloj de pulsera –tengo clases que atender y como entenderás, realmente no puedo faltar a ninguna.

–Entiendo –volvió a mover la cabeza afirmativamente –gracias por actualizarme sobre todo.

Junsu le miró con pesar, el mayor parecía en otro mundo.

–Lo lamento, hyung –se puso de pie para irse, y Jaejoong hizo lo mismo para despedirlo. Se unieron en un cálido abrazo fraternal, su amistad seguía siendo la misma –mantén la esperanza –le musitó cerca a su oído, sin dejar de abrazarle –todo estará bien. –Se separó lo suficiente para mirarlo – ¡Y me alegra tanto que estés con vida!

Jae formó lo más parecido a una sonrisa al escucharle.

–Gracias por todo, Junsu… dale mis saludos a Yoochun.

–Lo haré, y nos reuniremos próximamente, ¿de acuerdo?

–Ajá.

–Adiós.

El mayor solo agitó su mano derecha en señal de despedida.

–Adiós a ti también, Hyunjoong –se despidió con una vocecilla, intentando contener las lágrimas que seguían bajando por sus mejillas.

–Hasta luego, Kim Junsu.

El rubio tuvo que salir apresuradamente con dirección a la universidad aunque se sentía realmente mal por todo. Sin embargo, había también una linda sensación: el saber que su amigo Jaejoong estaba vivo parecía ser una llama de esperanza.

 

Mátame, para que todo el amor que hay en mi corazón

Pieza por pieza, sea destrozado completamente

De cualquier forma no puedo vivir sin un corazón

Y tú lo has arrancado de mi interior.

 

 

Entretanto, Jaejoong empezó a llorar amargamente de nueva cuenta. Le dolía profundamente el corazón. Y sus lágrimas fluían tan intensamente que casi no respiraba.

–Jaejoong… –Hyunjoong intentó consolarle, sobando ligeramente su espalda –cálmate un poco, por favor, te puedes ahogar con tus propias lágrimas.

–No lo entiendes, Hyunjoong –seguía sollozando –Yunho es el hombre que amo… él lo es todo para mí y ahora no puedo estar con él, se ha alejado demasiado de mí, ahora cree que estoy muerto y no puedo encontrarle para decirle que no es así, que sigo con vida, que le amo tan intensamente como cuando me fui…

–En el futuro, sé que de alguna u otra forma podrás reunirte con él.

–No es tan sencillo, Hyunjoong, ¿cuánto tiempo podría pasar antes de que eso suceda? Es más, con todo esto, con lo cruel que sigue siendo el destino, con todo lo que ha sucedido… quizás jamás pase, quizás jamás lo vuelva a ver.

–No digas eso…

–¡Pero es cierto, el destino sigue siendo cruel con nosotros! –Se desesperó aún más – ¡¿Qué haré ahora, Hyunjoong?! –Sentía cómo perdía las fuerzas de a poco –ahora sí me he perdido en medio del infierno…

El rubio tomó el rostro del menor en sus manos, obligándole a mirarle y viendo de frente cómo los ojos del más bajo estaban totalmente cristalinos.

–Escúchame bien –dijo con voz firme y una determinada expresión –incluso si te pierdes en el infierno, yo estaré a tu lado, por lo que podrás estar perdido, pero no solo.

 

Ciégame, para que mis ojos que te buscan

Y mis párpados, que me hacen verte,

Puedan borrarte.

Porque si no estás tú,

Yo no puedo vivir

Solo soy un objeto sin alma.

 

 

Ya con ideas algo más claras, Kim Jaejoong estaba determinado a hablar con su abuela muy seriamente, al final había tomado una decisión y sería fiel a sus convicciones sin importar hasta dónde lo llevara todo ello.

–Quiero ser abogado fiscal –le dijo con determinación –siempre lo he querido, y ahora he tomado una decisión final. Sé que mi padre siempre ha querido que sea sucesor en la empresa de alimentos pero eso no es lo quiero, lo mío es el Derecho y la Justicia. Apóyame en esto, abuela, por favor.

Suk Won lo miró con una ceja enarcada, jamás pensó que ese fuera el verdadero deseo de su nieto.

–¿Realmente eso es lo que quieres, Jaejoong? –El mencionado asintió con la cabeza, apretando los labios. –Muy bien, entonces hazlo, te apoyaré.

Con ojos apagados aunque satisfechos, el pelinegro hizo una pequeña reverencia.

–Gracias, abuela.

Y sin más, se retiró.

Suk Won no supo bien por qué, pero le parecía que definitivamente el espíritu de esperanza que había vuelto a ver en su nieto, había desaparecido de nueva cuenta. Algo le faltaba, ¿pero qué era esta vez?

 

–Ocho años después–

Kim Jaejoong había estudiado duro, y muy a pesar de su padre pero con el firme apoyo de su abuela, se había convertido en Fiscal y trabajaba en el Grupo de Investigación Criminal con Hyunjoong como Jefe de Equipo. Y durante todo ese tiempo, jamás olvidó a Yunho ni dejó de amarlo con la misma intensidad, tenía la esperanza de hallarlo y demostrarle que al final había cumplido su sueño real, y todo gracias a la determinación que él le había dado. Sin embargo, nunca se pudo reencontrar con él, y aún así su esperanza pretendía seguir viva.

 

Jung Yunho regresaba de Corea del Norte después de una misión especial de la cual él y Changmin habían sido condecorados por su gran trabajo, y creía que todo seguiría igual que como había estado los últimos ocho años: solo trabajo y la búsqueda secreta de la verdad.

Sin novedades…

Sin esperanzas, sin amor, sin un alma…

Pero el destino le tenía preparado algo que jamás se imaginó.

 

Déjame ir…

Déjame ir…

 

 

El nuevo caso que les había sido asignado a él y a Changmin era ultra secreto y de un asunto delicado; se trataba de posible corrupción en los altos mandos del gobierno coreano, y si se destapaba la verdad, un gran escándalo conmocionaría al país, y seguramente, al mundo. Para avanzar en la investigación debían acceder a unos archivos que sólo se hallaban en la Fiscalía General de la Nación, donde Jaejoong y Hyunjoong trabajaban ahora.

Cuando los dos chicos llegaron a la Fiscalía, hablaron primero con Jonghun, un amable chico del que eran amigos y quien los dirigió hasta el lugar que debían llegar para acceder a los archivos.

Justamente en ese instante, Jaejoong y Hyunjoong se encontraban en el despacho del primero, revisando un caso en el que trabajaban.

Choi Jonghun llegó hasta la puerta de dicha oficina con Yunho y Changmin siguiéndole de cerca. Al menor de los dos amigos le pareció curioso que en la puerta estuviera inscrito el nombre de un tal “Kim Jaejoong, Fiscal Jefe”, pero fue algo que pretendió ignorar, puesto que le pareció una coincidencia muy cruel. Choi tocó la puerta, y la secretaria de Jaejoong fue quien abrió.

–Hola, Sunny –saludó a la muchacha –me preguntaba si puedo acceder a los archivos del senado actual justo ahora, son para la Agencia de Investigación Criminal.

–Ya veo… pero no tengo el poder de permitirte acceder, debes hablar con el Fiscal Kim.

–Sí, gracias.

Yunho estaba leyendo un artículo en su carpeta de expedientes sobre el caso que estaba por tomar, cuando a lo lejos escuchó cómo Choi hablaba con alguien más y le explicaba el proceso que estaba a punto de realizar.

–…Así que te agradecería mucho si me pudieras facilitar las llaves del cuarto de archivos de investigación, Jaejoong.

Jaejoong… ese nombre…

Y entonces… lo inesperado ocurrió. Escuchó como respuesta una voz que se mantuvo siempre en su mente, una voz que jamás se borraría de su cabeza porque estaba como grabada con tinta indeleble en lo más profundo de su corazón.

 

Si te suplico,

Y aún así no puedes ser mío

Entonces…

Quémame, quémame

Para que mi amor se convierta en cenizas.

 

 

–¿La Agencia de Investigación Criminal? –Indagó Jaejoong, recordando bien que en aquella agencia trabajaban sus dos amigos, y sintiendo un cálido fuego de esperanza en su corazón – ¿y qué clase de investigación es?

Yunho y Changmin lo buscaron con la mirada inmediatamente, incrédulos de que pudieran estar escuchando esa voz una vez más. Y le vieron, sentado tranquilamente frente a un escritorio de trabajo, el Kim Jaejoong que ellos conocían y que dieron por muerto, analizaba las palabras de Jonghun.

–¿Realmente eres tú? –La repentina interrupción de Shim Changmin llamó la atención de los allí presentes, quienes le miraron y los vieron a él y a Yunho convertidos en estatuas de piedra, zombis que miraban a Kim Jaejoong con verdadera incredulidad – ¿Jaejoong hyung…? ¿Realmente…?

El pelinegro casi que tampoco podía creer lo que veía cuando notó que a unos cuantos metros Changmin y Yunho estaban frente a él.

Para los tres, aquel encuentro parecía más que irreal aunque las otras tres personas no parecían muy comprensivas de la situación.

Jaejoong se puso de pie, y con pasos temblorosos e inestables se acercó a los otros dos hasta llegar frente a frente. Yunho permanecía inmóvil y Changmin, levantó la mano derecha, la cual temblaba bruscamente pero no le importó, y la posó sobre el hombro de Jaejoong, comprobando que era real, que era de carne y hueso, que todo aquello de verdad estaba sucediendo.

–¡Eres tú! –Exclamó Changmin, sintiendo cómo las lágrimas se agolpaban en sus ojos al igual que Jaejoong, y lo estrechó contra su cuerpo – ¡estás vivo! –Declaró, abrazándolo con fuerza aún –no lo puedo creer, pensé que te habíamos perdido para siempre…

–Sí, soy yo, Min –logró articular el pelinegro mientras sus lágrimas caían libremente por sus mejillas –creí que este momento jamás llegaría…

Cuando al fin se separaron, Jaejoong miró a Yunho, quien seguía casi inmóvil y sin pronunciar palabra.

–¡Yunho! –Exclamó, abrazándolo emocionado aunque el más alto no le correspondió de la misma manera. Al ver que Jung no se movía aún, y ni siquiera parecía mirarle, Jaejoong se separó para verle a la cara – ¿qué te pasa, Yunnie? ¿Estás bien?

Jung Yunho le separó por completo con delicadeza, carraspeó y le miró de vuelta, sin expresión alguna en el rostro.

 

Mátame, para que todo el amor que hay en mi corazón

Pieza por pieza, sea destrozado completamente

De cualquier forma no puedo vivir sin un corazón

Y tú lo has arrancado de mi interior.

 

 

–Es bueno que sigas con vida –se limitó a decir, sorprendiendo sobremanera a los otros dos.

–¿Qué…? –Apenas y articuló Kim.

–¿Es todo lo que dirás? –Increpó Changmin, algo molesto con la reacción de su amigo.

Jung se encogió de hombros.

–Jonghun, ¿puedes ayudarme? Tengo trabajo que hacer.

–Cla-claro… –contestó el joven, más que confundido con todo lo que sucedía entre los otros tres.

Choi le guió hasta el cuarto de archivos y le dio vía libre para que revisara lo que quisiera mientras Changmin y Jaejoong se tomaban un momento para hablar un poco.

 

La tarde caía de a poco cuando Yunho salió al fin del cuarto de archivos investigativos, y justo después de cruzar uno de los pasillos, encontró a Jaejoong, quien permanecía de pie con los brazos cruzados, casi como esperándole.

–¡Vaya que me has asustado! –Declaró Jung, llevándose una mano al pecho y sintiendo cómo su corazón estaba acelerado.

–¿Es así? –Le miró con seriedad mezclada con reproche –quizás eso se deba a que soy un espectro del que solo te alegras que siga con vida, ¿no?

–¿De qué hablas? –Se mantuvo distante.

El pelinegro suspiró con pesadez.

–¿Podemos hablar en otro lugar?

Jung hizo una mueca, miró su reloj de pulsera y torció los labios.

–Me parece que tengo unos minutos antes de regresar al trabajo.

–Trabajas mucho entonces –de nuevo sonó más como un reproche que como otra cosa.

–Los gajes del oficio, tú mejor que nadie debes entenderme –el sarcasmo iba y venía.

–Sí, claro, te entiendo…

Y llegaron hasta un parque relativamente cercano a la Fiscalía. Yunho se mantenía en silencio, exasperantemente distante, mientras que Jaejoong se empezaba a desesperar, sin entender un ápice del extraño comportamiento del castaño.

–Aún me parece irreal verte de nuevo y tenerte a mi lado –Comenzó Kim, intentando hallar la mejor manera de poner sobre la mesa lo que quería decirle a Yunho.

–Yo tampoco estaba muy seguro de que fueras tú cuando te vi, pero veo que eres real, estás vivo –hizo un gesto con los labios –eso es bueno.

¿Que era bueno? Eso era lo mejor que podía decir, ¿Qué le estaba sucediendo?

–Ahora eres Jefe de Inteligencia… Veo que has hecho tu vida y lo estás haciendo bien… –Retomó el pelinegro.

–He intentado hacer las cosas de la manera correcta pero según mis  criterios –contestó con la misma seriedad que había mantenido.

Jaejoong no estuvo seguro de cómo tomar tal afirmación.

–¿Tus criterios? ¿Y qué clase de criterios son?

Jung se encogió de hombros.

–Un hombre debe hacer lo que debe hacer.

–¿Qué quieres decir?

–He cambiado, Jaejoong, no soy el mismo chiquillo tonto que fui.

–¿A qué te refieres, Yunho?

–Soy un hombre maduro, sediento de justica real. Nada de jueguitos ni sueños de niñitos, lo que me interesa es localizar un objetivo y llegar hasta el fondo de todo, la verdad; sin importar nada más.

–¿Sin importar si lastimas a alguien en el proceso?

–Hay cosas que simplemente son inevitables –se encogió de hombros – ¿Qué más se puede hacer? Si alguien sale herido, quizás se recupere en el futuro, lo importante es cumplir con el objetivo original.

Kim no pudo estar más indignado con las palabras del castaño, ¿realmente era el mismo Yunho que había conocido?

 

Ciégame, para que mis ojos que te buscan

Y mis párpados, que me hacen verte,

Puedan borrarte.

Porque si no estás tú,

Yo no puedo vivir

Solo soy un objeto sin alma.

Déjame ir…

 

 

–¿Y si no se recupera? –Impugnó.

–Será una lástima… –contestó con aparente crueldad –pero así es la vida, cruel e injusta, y debemos asimilarla como venga.

Jae le miró con desdén.

–¿Cómo pudiste cambiar tanto? –Reclamó –no eres el Yunho que conocí hasta nueve años.

–Las personas cambian, ¿no lo sabías? –Su tono ahora sonaba a reproche – ¿El Yunho de hace nueve años? –Parecía enojarse a medida que hablaba – ¿Qué esperabas? Que siguiera siendo el tonto que te seguía como un perro faldero.

–¿Qué…?

–El pasado en el pasado está, y ni tú ni yo somos los mismos de antes, así es esto, así es todo.

Jaejoong apretó los puños y luchó por no derramar lágrimas a pesar de que las frías palabras de Yunho lo estaban congelando por dentro.

–Parece que llegué demasiado tarde a tu encuentro… –suspiró – ¿Qué debo hacer si ahora me siento perdido? Perdido, como la vez en la que te conocí… –musitó aquello último casi inaudible, pero el castaño le escuchó.

–Ah… ahora hablas de cuando nos conocimos… cuando eras un mocoso malcriado que esperaba que todos cumplieran sus deseos. Ah, sí, cuando nos conocimos… cuando me usaste para hacer lo que me pidieras y yo caí en tu juego como un imbécil.

–Nunca te usé, no digas eso…

–Pero así fue, ambos lo sabemos. Jugabas con mis emociones, ibas y venías, me dejabas y me tomabas, y yo seguía a tu lado como un imbécil aunque no debía ser así –Recriminó –y la verdad es que ya había dejado todo eso en el pasado, no entiendo por qué tienes que recordármelo, como si lo necesitara…

En realidad dolía mucho. Jaejoong sentía que ahora que miraba a ese chico que tanto había amado, se ahogaba, y le dolía profundamente el corazón.

 

Aunque grito, no me escuchas,

Incluso a pesar de que mi garganta está a punto de destrozarse

De cualquier forma no puedo vivir sin un corazón

Y tú lo has arrancado de mi interior.

 

 

–¿Sabes? –Jae luchaba a toda costa por sacar al Yunho del que se había enamorado una vez más, por mostrarle que era real y estaba ahí –Jamás me gustó vivir en el pasado pero he pasado horas y horas haciendo el recuento de nuestros recuerdos juntos, y recordando también una y otra vez aquella última llamada, aquella última vez que hablamos… ¿la recuerdas? –Guardaba la esperanza de que recordarle aquella última llamada le recordara también el amor que le tenía –la última vez que me dijiste que me amabas...

–Recuerdo que me mentiste diciendo que volverías, y que al final solo me abandonaste.

–Aquella vez sucedió algo completamente fuera de mi alcance y no pude regresar.

–He pasado estos ocho años creyéndote muerto, no puedes aparecer de un día para otro y pretender que todo está igual, que todos seremos felices como en el final de un cuento infantil.

–Jamás pretendí que todo fuera igual ni que todo fuera color de rosa, pero creí que quizás tus sentimientos no cambiarían, igual que los míos.

–¿Sentimientos? Teníamos 17 años, Jaejoong, fueron sólo jugarretas de chiquillos, nada más.

–¿Jugarretas de chiquillos? ¿Cómo puedes decirme eso?

–¿Acaso fue algo más para ti? No creí que fueras tan tonto, Jaejoong.

–Pero nos pasábamos tardes enteras sin decir nada, mirándonos y riendo, incluso parecía que nuestras miradas hablaban…. Siempre creí que no me podía enamorar, que no era correcto, que debía cumplir los deseos de mi padre y no merecía el amor. Pero entonces apareciste tú y despertaste algo en mí,  algo cambiaba, sacaste de mí ese niño tierno y enamorado, que había dado por perdido hacía mucho tiempo. No puedes decirme que no era amor.

–Acepto que me sentía atraído por ti, siempre has sido muy guapo pero eso era todo: atracción.

–¿Atracción? –No podía creer ni remotamente lo que escuchaba – ¿Cómo puedes llamar así a nuestro amor?

–Te repito que no sé de qué amor me hablas, Jaejoong, es hora de hablar con las cosas como son –le miró con firmeza –si es que te enamoraste de verdad, es tu problema, yo no tengo nada que ver, para mí no fue nada más que una atracción, eso es todo. No vengas a actuar ahora como una víctima inocente porque yo, a diferencia de ti, jamás pretendí atraparte ni nada por el estilo.

–¿Atrapar…? –Repitió, incrédulo e indignado – ¡¿Qué te pasa?! –Gritó de repente, ahora enojadísimo al escuchar tales acusaciones aunque su dolor no desaparecía ni por un instante –yo jamás quise atraparte, pensé que lo que teníamos había sido real, y lo fue, al menos para mí. Para mí fue amor, un amor incorrecto según las reglas a seguir, pero pensaba que ambos sentimos lo mismo, que ambos combatiríamos por ello hasta el final.

–¿Y peleaste por ello? –Indagó con sarcasmo –No, simplemente te fuiste.

–No me fui por voluntad propia, mi padre…

–Tu padre, tu padre, ¡tu maldito padre! ¿No te das cuenta de que todo esto solo fue un error?

–¿Un error? –Remachó, sintiendo cómo se le desgarraba el corazón –Yo… –Seguía luchando a toda costa por reprimir las lágrimas –Nunca me arrepentiría de haberme enamorado de ti, Yunho.

–Veo que no has madurado ni un poco, sigues actuando como un muchachito mimado que pretende que el mundo cambie por él –Se mofó –déjate de idioteces.

Sin poder soportarlo más, Kim Jaejoong salió casi que corriendo para que Yunho no le viera llorar, mientras sentía cómo el corazón se le rompía a pedazos sin compasión.

 

Estar juntos siempre significó el cielo, pero ahora eso mismo sería su infierno.

El peor de todos los infiernos, el más cruel, el más doloroso, el que sólo ellos podían estar condenados a sufrir.

 

En mi alma… tú eres el único

En mi vida… tú eres el único

Y el hecho de vivir sin ti es demasiado extraño

Así que prefiero dejar este mundo.

Yangpa –Soul.

Notas finales:

¿Y qué les pareció?

Sí, sí, sé que quedaron algunos cabos sueltos pero como ya mencioné, les prometo que todo se aclarará en la siguiente temporada, la cual espero que sigan capítulo a capítulo como hicieron con ésta.

Entonces, sin más, pueden pasar aquí, donde acabo de publicar el primer capítulo de la segunda temporada, denle mucho amor, por favor.

Y, antes de decir adiós por ahora, quiero aclarar que no dejaré inconcluso ninguno de mis Fics, por si hay lectores aquí de mi repertorio y eso les preocupa. No, no, no, no dejaré nada inconcluso, reitero, así que no se preocupen por ello y estén pendientes de cada una de mis actualizaciones. Así, también quiero decirles que estoy preparando mi próximo cover, así que por favor estén pendientes de ello, siempre agradezco su apoyo :3

Mil gracias! Nos vemos en la segunda temporada.

Nos olviden leer y comentar mucho!

Hasta pronto!


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