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Salgamos esta noche, y no volvamos nunca por yesly fujoshi

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Notas del fanfic:

Un oneshot jongkey divido en dos partes, estaba leyendo sobre el feudalismo y surgió la idea

"pernada " esa palabrita quedó grabada en mi cerebro

Para los que no sepan el significado, aquí unas ideas:

 

El esposo debe dejar que su señor yazga la primera noche de bodas con la novia o, de lo contrario, pagar cinco chelines y cuatro peniques

Las mentes del pueblo habían sido corrompidas a lo largo de los siglos con estas doctrinas

Corriendo entre los matorrales, con agitada respiración voy cogido de su mano. Él me guía, es quién busca la salida, aquel que me da la esperanza de no ser encontrado. Mi luz.

Si tan solo hubiera obedecido el mandato del rey, aquella orden de pasar mi primera noche de bodas  con el dueño de estas tierras. Con el señor del feudo, el lame botas personal de su majestad. Si solo lo acataba, si dejaba humillarme de tal forma, si lograba que su venganza tuviera éxito. Jonghyun no sería desterrado como ahora, no estaríamos escapando de los guardias y de su inevitable encierro. Porque es delito llevarse al novio antes de la Prima nocte.

Dejando atrás los recuerdos, su mano junto a la mía refuerza la decisión tomada. Ya no importa si el rey desea mi muerte, si  el haberlo rechazado insultó su orgullo de hombre. Porque el tener a Jong corriendo junto a mí, arriesgarse, el que haya olvidado su título de sucesor del reino solo por mí, es mucho.

-Nos alcanzarán –al escuchar los pasos cerca, me asusta y rompe automáticamente las esperanzas que trataba de formar –déjame

-calla –aprieta mi mano y siento cómo se pega por el sudor de haber corrido todo este tiempo –no dejaré que nadie te ponga un dedo encima ¡ya no!

El verlo decidido hace que palpite mi corazón, amo esa expresión en su rostro y la sola idea que el único que me toque sea él, me emociona.

Presiento que no tardarán en alcanzarnos, es inevitable. Pero callo, guardo silencio, deseo que los últimos minutos de mi vida sean con él y que su corazón grave estos recuerdos para que no me olvide. Alguien como yo no tiene salvación, una persona sin familia y por lo único que sirve es el entretenimiento. No soy necesario.

Se acercan, el ruido de los cascos del caballo a todo galope retumba en mis oídos, me asusta e inevitablemente sujeto con más fuerza su mano. Sé que no corre peligro ya que no es posible matar al hijo del rey, además no se puede correr el riesgo de eliminar al único heredero legítimo. Solo lo encarcelarán por unos días para un escarmiento y nada más. Yo pagaré con mi vida el desacato ante su majestad.

 

Pernada. Derecho del señor feudal a pasar la primera noche en reconocimiento del matrimonio de sus siervos. Para reafirmar su poder ante ellos y sentirse superior.

No me casé con nadie, aunque visto por todos es lo contrario. Soy el hombre que llevó a la perdición al príncipe y que osó en contraer nupcias con él. A escondidas, en lo más lejano del castillo. Las fronteras fueron testigos de nuestro amor. Un simple siervo como yo tenía que pagar el derecho del reconocimiento matrimonial.

Hasta antes del juicio, simplemente era un muchachito rompiendo las normas religiosas al enamorarse de otro hombre, una aborrecía frente a los ojos de la iglesia por pecar con alguien del mismo sexo. Se creía que mi amante era otro siervo de las tierras y se tomó por excusa el haber escapado a la frontera para dar nuestro sí.

 

 

-pernada –dictaminó. Un oh! Acompañó la resolución del jurado. Las miradas sorprendidas de los presente me  rodeaban –prima nocte –leyó el encargado de transcribir todo el juicio –el culpable pasará la primera noche con el señor de estas tierra.

-Imposible –susurraban –es antinatural

 

 

La perfecta humillación –pensé al entrar en la celda hacia la espera del anochecer para que la tarea sea ejecutada.

 

-Por la negativa de convertirte en la puta real –de las sombras hizo su aparición –el no haberme hecho caso de acostarte conmigo, por no cumplir con tu deber. Sabes que como rey no podía volverte mi amante y era de conocimiento tuyo el motivo por el cual te llevé a palacio. Al principio dejaste que te tocara pero luego empezaste a comportarte como cualquier virgen pueblerina y evitabas mis caricias. Fui paciente, en serio que lo intenté. Comencé a ser devoto tuyo hasta hice oídos sordos a los chismes proveniente delos barrios bajos en los cuales eras una de las putas más conocidas de los prostíbulos. Creí en ti.

Pero me era imposible cerrar los ojos ante las miradas cómplices que intercambiabas con mi hijo. Jugaste mal. No te bastaba con el rey y ahora ibas por el príncipe. ¿Tanto es tú anhelo por el poder?

-Te equivocas –no soportaría más insultos –amo a Jonghyun

-¿amor? –los faroles no desprendían mucha iluminación pero logré ver cómo arqueó una ceja -¿eres capaces de sentir eso? –Carcajeó –Ah! Cierto, supongo que fue tu primer amor ¿no? –volvió a burlarse.

Odiaba escucharlo reír y la manera cómo pisoteaba mis sentimientos. Lo aborrecía. Aún no olvidaba que por culpa de su avaricia destruyó mi reino, hundió a mi familia. Engatusó a mi viuda madre con sus falsas lágrimas de dolor ante la pérdida de su esposa, y trajo a su hijo a vivir con nosotros.

 

 

-¡Rosa! –Gritaba enérgicamente el muchacho recién llegado –eres muy masculino para ser chica

-soy niño idiota –giré mi cuerpo y me dirigí a la habitación de lectura. No intentaría seguir una conversación con este niñato. Por más educado que debía ser por el simple hecho que es un año mayor que yo. No pensaba hacerlo.

Me senté, cogí el papel que estaba a medio terminar de una poesía y el escuchar un ruido sórdido me sacó de mis pensamientos. Volteo a ver lo sucedido y me encuentro con ese enano envuelto con los papeles que noches atrás terminaba de escribir.

-Lo siento Kibumie –soltó una sonrisa de imbécil, mas le dirigí una mirada asesina paralizando su respiración –lo ordenaré

Ignoré su sonrisa, y traté de concentrarme en lo que escribía. Amaba la literatura, el simple hecho de expresas emociones y sentimientos en aquel simple papel era grandioso.

-mmm te ves lindo hasta cuando vuelas a otro mundo –no me había percatado cuán cerca se encontraba y cómo se había recostado junto mío.

-¿volar? –Miré atónito –imposible

-No es tan descabellado –fijó su mirada en mis ojos –cuando menos te esperas llegará el día que se vuelva real. Además, si las aves vuelan. Nosotros como seres superiores y más racionales de seguro lo haremos.

-aristotélico –reí

-eh? –miró confundido. Lo imaginaba, no era posible que este enano comprenda filosofía – ¡exacto! Somos seres racionales aunque Grecia ya no exista sus ideales aún continúan en la iglesia formando las bases para su continuidad en la historia y perpetuarse en las mentes del pueblo

-amén –Sonreí, este niño sí que es interesante y no un imbécil como a simple vista – ¿Jonghyun? –Asintió –exacto, pequeña diva –y la sonrisa imbécil volvía a dibujarse en su rostro, lo cual comenzaba a provocar un calor en mi corazón

 

Me acostumbraba a su compañía ya que se quedaba en el castillo. No se despegaba ni para ir al baño, eso me ponía nervioso. Embelesando mis sentidos, descubrí el impulso de tocarlo, ansiaba cada parte de su cuerpo. Aprovechaba los roces al mínimo, el dormir juntos facilitaba absorber el calor de sus abrazos. Los besos de buenos días se volvían más demandantes, no sé si era cosa mía pero cada vez se acercaba más a mis labios. El saludo se alargaba, el respirar el aroma de su cuello y aspirar su respiración era cotidiano.

Perdernos en el bosque se volvía un hábito, como el bañarnos juntos en las cascadas, entre juegos llegamos a rozarnos las entrepiernas. Se burlaba de lo pálido de mis piernas –eres toda una princesa –reía. Y tú un enano –salía del agua para secarme pero al sentir sus ojos en mi espalda contemplando toda mi desnudez me sonrojaba –bonito trasero –se acercaba –ya imagino lo tersa que deben ser tus muslos –me rodeó por la cintura con los fuertes brazos que siempre terminaban provocando una punzada en mi parte baja –Kibumie –aprisionó mi oreja con sus labios disponiéndose a lamerlo –tengo una duda –sentí como tanteaba con sus dedos mis tetillas –¿cu-cuál?  –traté de no gemir pero sentía una leve erección chocar mi trasero –existe un mito respecto al cuerpo masculino, son capaces de sanar heridas –sentir sus dientes en mi cuello evitó que contestara –esta zona –pellizcó mi pezón derecho –ah! –mordí mi labio inferior, impidiendo la salida de esos vergonzosos sonidos.

-Si se da una correcta estimulación producirá un líquido similar a la leche de las mujeres pero mucho más delicioso y elimina el dolor humano –agarrando mis hombros hizo que volteara hacia él, bajó hasta uno de mis botones rosas y como un niño pidiendo permiso me miró -¿puedo? –solo asentí ante sus ojos

Quería curar la herida de Jong, ese moratón en su mejilla provocado por su padre deseaba borrarlo. Se lo hizo  ante la negativa de volver a su reino, ya que al contraer nupcias con mi madre logró expandir sus dominios. Jonghyun como el príncipe mayor estaba en el derecho de ser el sucesor en un futuro y para esa tarea debía ser educado estrictamente en su lugar de origen. Lo alejarían de mi lado.

-ah! Haa ah! –los sonidos vergonzosos me ganaban, no podía callarlos –jong! Ah! –El sentir sus dientes sobre mi pezón ensalivándolos de paso provocaba punzadas en mi entrepierna. No me percaté cómo su mano llegó hasta mi trasero contorneando cada nalga buscaba torpemente mi entrada, la cual palpitaba a más no poder – ¡jo-jongh-hyun! –caí al suelo, mis piernas no soportarían tanto placer. La hierba del lugar junto con las flores formaba el lecho perfecto para el acto que seguiría.

Acomodándose entre mis piernas pellizcaba una de mis tetillas y con sus labios formaba un surco en mi estómago, dejando saliva a su paso. Llegó hasta mi pelvis –hermoso –susurró ante la mirada atenta que le seguía – ¡dios! Kibumie ¡eres perfecto! –besó el poco bello que se presentaba llegando a los testículos. Acababa de terminar su tarea en la parte superior de mi ansioso cuerpo y se disponía a preparar mi parte trasera. Y yo avergonzado a más no poder gemía sin escrúpulos, ya no importaba si todo el reino se enteraba de lo que estábamos haciendo, del pecado que cometíamos juntos. ¡Sí! Juntos caíamos en lo más bajo del abismo de la perdición, estábamos deseosos de lo prohibido. Olvidando los reproches de la gente al ver lo unidos que estábamos, dejábamos atrás los comentarios de la iglesia respecto a temas del pecado carnal y borraba los disgustos de mi madre en torno a nuestra negativa de comprometernos. No quería a nadie más a mi lado. Solo Jonghyun, solo él.

Me estaba volviendo loco, ya iba llegar al infinito placer, su habilidad en masturbarme era digan de los dioses. Lamía de arriba abajo, arrastrando la cubierta de mi glande. Lo saboreaba, mordisqueando la punta lograba que el líquido pre seminal hiciera su parición –jon-jong ah! –

-aguarda mi diva –el primer dedo que había colocado en mi entrada ya no bastaba, deseaba uno más. Agregó dos dedos, sentí un efímero dolor perdiéndose por la ola de placer que acarreaba el tenerlo dentro de esa forma. Dilatándome con la simulación de tijeras me llevaba al cielo, me sentía húmedo, era peor que una mujerzuela. Esas de las que mi madre tanto odiaba. Enredando mis dedos en sus cabellos gemía su nombre mostrándole el recorrido de su lengua en mi miembro. Ansiaba otra cosa, mi orificio quería ser invadido, anhelaba embarrarme con su sudor mi torso. Quería sentirme pegajoso, lo quería en mí, quería el suyo.

Dejó el servicio que me llevaba a la locura, abrió mis piernas para rozar la punta de su glande en mi entrada. Estaba caliente, el palpitar de mi orificio lo invitaba a proceder –No sabes cuánto anhelé este momento –ingresaba de a poco –cuántos sueños húmedos a causa tuya –con la mitad de su entrepierna en mí se detuvo –cada vez que veía tu silueta soñaba despierto con tus gemidos –de una estocada terminé absorbiéndolo.

-ah! Ahhh! Jon-jonghyun! Ah! –pronunciaba su nombre –ahhh! Ah! –la estreches de mis paredes lo presionaba y sentía como su cordura empezaba a desaparecer – ¡más! Jjong! Ahh! Ah! ¡Quiero –haa –sentirte aún más! Ah! Lo deseo

Clavándole las uñas empezó a moverse –ahhh! Haa –me cogió de la cintura, apegó su cuerpo al mío, por mi parte arqueaba la espalda cada vez que entraba –jong! –sé que le quedará marcas rojizas por los arañazos que le dejo, pero la idea del rastro de esta noche, me emociona.

-kibumhaa –jadeó –llegaré, tus paredes me aprietan demasiado –intentó levantarme de la posición que me encontraba, sé que deseaba sentarme. Con mis piernas a cado lado de él comencé a mover mis caderas, con un vaivén cada vez más rápido. Subía y bajaba por su miembro, el chocar con sus testículos armonizaba mis gemidos. Me sentía uno con él, el sudor se impregnaba en mi cuerpo, su respiración agitada hacía cosquillear mi cuello.

Tiré mi cabeza hacia atrás, el momento llegaba. Comenzó a masturbarme e instantáneamente me vine en su mano, mi semilla embarró su abdomen perdiéndose con la mezcla de nuestro sudor y creando un perfume exótico.

Incrustándose en mí, yo escalaba hacia el clímax, aproximándose. Atrajo mi cabeza a su rostro, anhelaba mis labios. Su lengua se abría paso en mi boca, los gemiditos interrumpidos que soltaba lo incitaba a seguir embistiéndome. Por la comisura de mi labio inferior caía un hilo de saliva, nuestro beso parecía nunca acabar, solo nos apartábamos para respirar, solo lo necesario.

Con los movimientos de mi cadera y dando patadas en el aire debido a la entrada y salida, sentía un fluido recorrer mis muslos, se estaba viniendo de a poco –deja correrme dentro –seguí devorando sus labios cuanto el cálido líquido en mi interior provocó que suelte un sórdido gemido –aahhh!! –El vaivén de las embestidas se volvieron más salvajes, gracias al semen en mi interior permitía una entrada más violenta de su miembro –eres delicioso mi kibumie –terminé por correrme una segunda vez –sé mío, no dejes que ningún viejo pervertido toque tu hermoso cuerpo. No te dejes robar el corazón por otro que no sea yo. Haz que esta noche, esta luna, esta cascada, el semen que se desprende de tu entrada y los gemidos con mi nombre. Todo, todo incrústalo en tu corazón, nunca lo olvides. Si la separación es inminente, no te dejes vencer, lucha. Recuérdame, búscame, encuéntrame a mí: tu jonghyun, el único que tiene permitido hacerte gemir. Y del cual eres dueño, robaste mi corazón y debes hacerte responsable, solo tú.

 

Fue la despedida.

Mi madre murió al día siguiente, todo un misterio y Jong fue llevado a su reino. Y yo borrado del mapa, ante el pueblo me había suicidado por la pérdida de mi progenitora y así no existía sucesor de mi reino. No objeté nada, no estaba en condición de hacerlo.

 Aún recuerdo las crueles palabras de mi padrastro –Eres peor que una puta. Algo antinatural. ¿Cómo te sientes después de ser follado por tu hermanastro? Gimiendo su nombre en la cascada. Todo por este cuerpo tuyo, tan deseado por los hombres. Debería negarte como hijastro –fue la primera y última vez que lloré frente a él –y no creas que verás a Jonghyun. Él será el sucesor del reino y no quiero obstáculos en su camino –dándome la espalda empezó a caminar –y sobre tu futuro. Serás enviado a un pueblo lejos de la capital donde el futuro rey será adiestrado.

Esa misma noche partí al exilio. Lejos de mi Jonghyun.

No había esperanza, él no lograría encontrarme. La mentira sobre mi suicido fue llevada a sus oídos, así me olvidaría.

Mi primer amor no funcionó, pero el rastro de que un día fui lo más importante en su vida quedará grabado en mi corazón. Solo yo custodiaré la verdad. Solo yo

Notas finales:

Si gustan pasen a leer mis otos fics :3

onegai,LOVE ME! es 2min 

 


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