POV . ANONIMO.
Recuerdo ese día como si fuese ayer, después de todo fue el día que me enamore de ti, en ese entonces yo era muy distinto a ahora, era tímido, callado y muy nervioso, claro… hasta que llegaste tú.
-¡Hermanito!-grito mi hermano desde la sala, baje pensando que solo me hablaba para algo que no valía la pena.
Cuando baje mi ojos se centraron en el, un chico de cabello marón y ojos avellana, quizá de la misma edad que yo, doce años quizá.
-Hola-dijo el chico al verme, muy feliz por cierto.
-h-h-hola-dije un poco cohibido, ok muy cohibido.
-hermano…la maestra nos dejo un proyecto en equipos de tres pero mi otra compañera no vino ¿nos ayuda?- pregunto mi hermano, no sabía que contestar, los miraba dudoso, aunque cuando vi la cara de aquel chico simplemente no pude negarme.
-esta…bien-dije aun todo rojo, no estaba acostumbrado a hablar.
-¿y si hacemos la ley de los signos?-pregunto muy energético mi hermano, en ese entonces él era incluso mucho mas escandaloso que la actual Lina, así es, el era demasiado escandaloso al hablar…bueno, demasiado escandaloso para hacer cualquier cosa.
-no-negó el chico con la cabeza.
-yo no soy bueno con las matemáticas- dijo el chico
-tienes razón, ni nosotros- mi hermano comento
Los tres bajamos la cabeza decepcionados.
-¿y si lo hacemos de…no mejor no-decía el chico.
-o tal vez si…no tampoco-decía mi hermano.
-quizá…no eso menos-dijo el chico.
Y así pasaron ambos unos minutos, insinuando ideas, pero desechándolas al momento, yo no decía nada, solo estaba mirando al alrededor, tenía la idea en la punta de la lengua, mire a Ricardo, el mayordomo mirarme divertido, el sabía que estaba en aprietos y que terminaría soltando mi idea.
-¿Qué tal si lo hacemos de la bióloga de las plantas?-al fin solté la idea, al instante ambos callaron y se miraron, luego posicionaron su vista en mi para luego sonreír.
-si traeré mi libreta-dijo mi hermano para salir disparado por las grandes escaleras a su habitación.
-¡traigan las plantas!-grito mi hermano desde su alcoba, ambos nos levantamos y nos dirigimos al invernadero.
-wooooaaa, que grande es el jardín-dijo el chico con los ojos iluminados, tan solo no podía dejar de mirarlos.
-no es un jardín, es un invernadero-dije un poco más calmado, el pareció entender.
-ahhhh ¿esas son rosas blancas?-pregunto bastante feliz, a simple visa parecía completamente fascinado con el invernadero.
-si lo son-dije con mas confianza pero con la cara un poco rosada.
-son mis favoritas ¿puedo tomar una?-me pregunto viéndome fijamente esperando ansioso una respuesta, simplemente no pude decir que no.
-s-si-volvia a decir ahora con una pequeña sonrisa de lado y la cara cada vez mas roja.
-yehi-se alegro tomando una rosa, después ambos jugamos un poco y tomamos las plantas necesarias. Luego nos dirigimos al jardín frontal donde mi hermano ya nos estaba esperando.
-Listo-dijo mi hermano al ver que ya teníamos todo en el jardín frontal.
Trabajamos en silencio por un par de minutos.
-haaaaaaa-grito el chico al ver una araña en la mesa, mi hermano y yo prestamos atención en el.
-¿Qué pasa?-pregunto mi hermano.
-la a-a-araña-dejo este aun asustado.
-¿en serio, tienes once y aun le tienes miedo a estas cosas?-pregunto mi hermano un poco divertido mientras yo retiraba a la araña de la mesa.
-no me dan miedo, me dan asco ese tipo de cosas, no sabes que han pisado-dijo el chico un poco más calmado al ver.
-como sea ¿quieren agua?-pregunto mi hermano haciendo cualquier excusa para no hacer el trabajo.
-si-expresamos ambos.
-ok, ya vuelvo-dijo mi hermano corriendo hacia la entrada, ¿de dónde saca tanta energía?
-¿por qué le temes a las arañas?-pregunte sabiendo que lo del asco era una mentira.
-no lo sé, siento que algo malo va a pasar cuando las veo-menciono este.
-ya veo.
-¿es tonto no?
-no, yo les tengo miedo a las ratas-no sé por qué lo dije, me sentía demasiado cómodo con él.
-ya veo-me miro compasivo y luego formo una sonrisa, que hizo que mi corazón se sintiera extraño. Me había enamorado.
Y ese sería un sentimiento que nunca podría quitar, incluso ahora, la única diferencia, es que el amor se hace cada vez más grande, pero con él también se hace más grande el dolor que siento cada que lo veo con esa persona.
*POV CLYDE*
Tinnnnn se escucho mi teléfono. “mi seme” decía el teléfono, en ese momento no sabía si contestar o no. O/////O Cameron, o por Dios… finalmente me decidí.
-h-h-hola-comencé la conversación.
-hola ¿Clyde, eres tú?-dijo la voz de Cameron un poco distorsionada.
-sí ¿Cameron, cierto?-
-sí, si soy yo, solo llamaba para asegurarme de que no fuese una broma o algo así, ya sabes la costumbre-¿Qué, quien podría hacerle ese tipos de bromas a un ángel como él?
-no…yo no soy esa clase de personas-
-ho…entiendo…bueno yo quería asegurarme, mmm…pues bueno, ya que te estoy hablando, me preguntaba ¿Cómo estás?-
-bien…supongo-
-ok, de acuerdo, nos vemos, me tengo que ir…-
-de acuerdo-dije y este colgó.
-ahhhh-suspire poniendo mi teléfono en mis manos.
-¨por quien suspiras Clyde?-una voz conocida me sorprendió ¿sera que…?
-ma-ma-mamá-dije al verme muy, muuuuuy avergonzado.
-¿qu-que te pasa p-p-p-por qué diablos me espías?-pregunte un tanto tonto al hablar.
-dime ¿Quién es tu galán Clyde?-me pregunto picarona, obvio que no le iba a decir nada, seguramente iba a ir de chismosa con mi hermana, ya que dudo mi papá le ponga atención al decirle que un chico esta tras su chico. Cosa que no es verdad, nadie está detrás de mi TTATT.
-no te importa-le dije muy cruel.
-¿es el chico de la dulcería cierto?-pregunto… ¿qué, como, cuando, quie..? LIna. Esa chamaca ya me las pagará.
-noo-le dije mirando al piso intentando esconder mi mentira.
-es el-dijo con una sonrisa triunfante, madres, nadie entiende a estas mamaseses. A veces pienso que en la noche se reúnen en una secta malévola y se ponen a platicar los secretos más oscuros de sus hijos, que buscan maneras de avergonzarnos, ¿o si no, díganme? ¿Cómo todas las mamas tienen las mismas frases? Por ejemplo:
- No, si verdad, aquí está tu chacha.
- Mi casa, mis reglas.
- Ordena tu cuarto.
- Haber que hacen sin mí.
Esas son algunas de las frases que le ha dicho mi mamá a mi y a mi hermana, que ya no está TTATT pobre de su esposo. Al final tuve que contarle todo acerca de Cameron.
Salvo ese incomodo momento las cosas en casa marcharon normal, mi hermana llamo, fui al súper mercado, hice tarea, papa llego del trabajo, etc…etc… todo muy normal.
A la mañana siguiente me levante ultra, mega, archí, súper, recontra emocionado, ya tenía el numero de Cameron…haaaa Cameron.
-Amor, el desayuno está listo-mi mamá grito desde la cocina.
Al instante me vestí y baje rápido.
-¿por qué tan contento chico?-me pregunto mi papá.
-por nada-dije viendo de reojo a mi mamá que también sonreirá, ella hizo que le contara todo lo que había pasado con Cameron y estaba igual de emocionada que Lina. Ahora que lo pienso, quizá ellas se junten en la noche y creen una secta malévola para avergonzar exclusivamente a Clyde Belfort D:
Después del desayuno me encontré con Lina y juntos marchamos a la escuela. Ya estando ahí nos tuvimos que separar ya que ella tenia clase en otra parte.
-hasta el almuerzo, pórtate bien-le dije divertido.
-Sí lo sé, al rato te veo-dijo ella entando a su aula.
Yo por mi parte fui a mi casillero a dejar mis cosas. Lo abrí y me lleve una sorpresa, una rosa blanca cayo de el… ¿WTF? La levante y no sé porque me sentí feliz, seguro que era una broma, pero al menos era mi flor favorita. Me sentí ansioso de contarle a Lina, ya que Thomas no había asistido, semejante acontecimiento, estuve nervioso toda la mañana, hasta que al fin la primera clase termino y pude buscar a Lina, ok, ok no fue toda la mañana, pero una hora es una hora.
-Lina, Lina Linnnaaa-hice un tipo de voz salvaje y ella capto mi atención.
-¿Qué pasa salvaje?-me pregunto.
-mira, mira-le enseñe en su cara mi rosa.
-hay gracias, una rosa blanca, mis favoritas-tonta, pensaba que era para ella ya que también son sus favoritas.
-no,no,no es mia-le presumí oliendo la rosa. La chica se quedo boquiabierta.
-¿Qué, como,cuando? ¿por qué?-pregunto muy confundida.
-no lo sé, la encontré en mi casillero-le dije feliz guardando la rosa en mi mochila.
-así que otro galán ¿he? Apenas el que te gusta te hace caso y ya se te avientan todos ¿he gordito?-pregunto moviendo la cabeza.
-no me digas así, a demás quizá solo sea una broma como muchas otras.
-no lo sé, no creo, nadie te pone tanta atención como para hacerte ese tipos de bromas a menos que…
-¿Qué? ¿Qué?-pregunte ansioso ?que sabia esa mujer?
-no nada, olvídalo, déjame ver esa sensual sonrisa-dijo y al momento sonreí, pero al instante mi semblante se hizo temeroso, Harry y León se acercaban.
-corré-le susurré.
-¿qué?-pregunto sin entender, y yo apunte tras ella, Lina volteo y ambos comenzamos a correr.
-ah..ah…ah-Lina y yo tomábamos aire, al ver
que lo aviamos perdido.
-siempre nos escabullimos de esos ardillas-dije triunfante tomando aire.
-gallina-me dijo divertida :|
-cállate Lina.
-ok-hizo un pequeño puchero.
-¿qué hacen?-pregunto la voz de Thomas detrás de nosotros.
-huyendo ¿Qué no ves?-pregunto Lina, hay no otra pelea no.
-mira a mi no m…
-no empiecen a pelear-les reclame.
-ahhh-ambos suspiraron, lo ven el enojo se les paso así de fácil, siempre es así, dos semanas están bien y a la otra ya no, uno se acostumbra :D
-como sea volvamos a clase, ten se te cayó-le dio a Lina la rosa blanca.
-no es mia-dijo ella mirándome.
-a mi rosa-se la quite a Thomas y la abracé como si fuese un tesoro.
-mi preciosa-dije sínico y mis amigos me miraron extrañados.
-¿Qué? Es mía-les dije con indiferencia.
-¿podemos irnos?-dijo Thomas con su típica sonrisa de lado, el tenía dos tipos de sonrisa: la ladina, que era la común que mostraba y la de hoyuelos, que es la que casi nunca hace y la que más extraño.
-ok-dijo como robot detrás de Thomas y yo iba cuidando la rosa como lo que era: Mi precioso.