-vaya, no sabía que el gran cazador de piratas podía ser cortes si quería-señalo con burla la chica, riendo un poco al ver como Zoro se tensaba y le veía visiblemente sorprendido, levemente asustado al verse descubierto con tanta facilidad. Pero, momento, el no había hecho o dicho nada que le delatase, apenas si habían intercambiado un par de palabras y tampoco había traído sus espadas, por mayor seguridad. Entonces ¿Cómo...?- no creí que fueses tan despistado, realmente aun no te das cuenta verdad ¿eh, marimo?- pregunto divertida la chica, logrando que el espadachín cayese al suelo por la impresión, mirándole con los ojos amenazando por escapar de sus cuencas-
-¿Sa…Sanji…?
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-sí, idiota. Soy yo-contesto entre risas el cocinero, ofreciéndole una mano al espadachín para que se pusiera de pie-
El peli verde acepto atónito la mano del chico, poniéndose de pie sin poder dejar de mirar a Sanji. Y es que el cambio era abrumador. Verdaderamente, parecía una chica a la vista de cualquiera.
El conjunto que usaba en aquel momento combinaba perfectamente con su pálida piel y sus ojos azules, ambos a la vista. Un pequeño flequillo cubría perfectamente sus cejas, había afeitado su barba y al parecer se había puesto un corsé para simular pequeñas pero precisas curvas que no delatasen su verdadero género.
Había aplicado un poco de maquillaje en su rostro y llevaba medias, seguramente para evitar que el resto de la tripulación se diese cuenta de quién era si llegaba a afeitar el vello en estas. Pero lo que más le había sorprendido, era la forma en que podía esconder su grave tono de voz por uno más agudo y los movimientos tan elegantes que ahora, refinados un poco, parecían realmente de una chica.
-vaya, pareces otra persona cocinero- musito el espadachín mientras acariciaba distraídamente el falso cabello que este llevaba, logrando arrancarle un tenue sonrojo que no paso desapercibido por su pálida tez- ahora entiendo porque pediste que viniese disfrazado. Pero nunca espere que te vistieses como chica-sonrió tenuemente mientras Sanji tomaba su mano y le daba un pequeño apretón-
-cierra la boca idiota ¿acaso creías que podríamos salir en una isla así, llena de parejas y con la tripulación merodeando por ahí sin ser vistos?- bufo algo avergonzado, vale que su idea no era de las mejores pero no había encontrado otra solución para poder tener una cita con el espadachín sin tener que esconderse o soportar las burlas de los demás por su orientación sexual. Ya habían tenido malas experiencias antes y, a pesar que ambos no le daban importancia, siempre dejaba con un mal sabor de boca- solo quería disfrutar un día contigo como una pareja normal ¿Qué hay de malo en eso?-pregunto en voz baja, ocultando su mirada bajo su flequillo-
-no hay nada de malo en eso, cook. Pero deberías recordar que no somos precisamente una pareja normal, sino todo lo contrario- respondió con suavidad, tomando la barbilla del chico con delicadeza y acercándolo a su rostro para besar suavemente sus labios-
Sanji se tenso ligeramente al sentir el beso que Zoro le proporcionaba, dejándose llevar instantes después al sentir su lengua lamiendo sus labios. Ahogo un pequeño jadeo mientras pasaba sus manos por su cuello, atrayéndole hacia él mientras el moreno rodea su cintura con sus brazos, olvidándose por unos momentos de la realidad que les rodeaba.
-¿Por qué hiciste eso marimo?-pregunto de mala manera el oji azul al finalizar el contacto, sin intenciones de separarse de su abrazo ni alejarse más de lo que fuese necesario-
-porque solo por hoy tú no serás Sanji y yo no seré Zoro ¿no era ese tu plan? Tener un día para los dos solos sin interrupciones, sin problemas, sin tener que fingir peleas para poder estar juntos- acaricio con suavidad su mejilla, sonriendo enternecido al ver el pequeño sonrojo plasmado en sus pálidas mejillas- así que no te preocupes, no pasa nada. Supongo que al ser San Valentín podre soportar todo el día con este ridículo traje- soltó una risita, besando su frente mientras pasaba una mano por su cintura, empezando a caminar por el parque con total calma-
Recorrieron el lugar sin prisas, disfrutando de aquella primera cita con el gozo instalado en sus almas y en sus corazones. En primeras instancias el rubio no había podido evitar mirar a sus alrededores, temeroso de ver alguna clase de reacción negativa por alguno de los habitantes de aquella peculiar isla. Pero entonces había recordado que ambos estaban disfrazados y sonrió al darse cuenta que su plan estaba dando sus frutos, aferrándose al paquete que llevaba en sus manos, a la espera del momento adecuado para poder entregárselo a su novio.
-¡Hey! ¡Mira a los dos que van allí!-comento un chico de aproximadamente su edad que caminaba hacia ellos, cargando varios paquetes y regalos con ayuda de quien parecía ser su amigo- ¡esa chica esta buenísima! Es alta, tiene curvas marcadas y hermoso cabello. No sé que le vio a ese chico, nunca había visto un tan cabello extraño como ese-se burlo en voz baja para evitar ser escuchado mientras pasaban por su lado, cayendo estrepitosamente al suelo luego que el espadachín le hiciera una disimulada zancadilla antes de seguir tranquilamente su camino-
-si no fuera porque estoy contigo y no traje mis katana hago picadillo a este tipo- gruño entre dientes el moreno, ciñendo con más fuerza al cocinero contra su cuerpo- ¡maldita sea! Hace nadie se burlaba de mi cabello- mordió sus labios con fuerza, intentando calmarse y no darse la vuelta para golpear al par de chicos que se encontraban intentando rescatar los regalos que habían perdido por su causa. Odiaba que se rieran de su físico y mas del color de su cabello, desde pequeño se habían burlado por aquel detalle y siempre le causa más de alguna pelea innecesaria cuando escuchaba a alguien haciendo alusión a ello. Pero hoy, y luego de ver el enorme sacrificio que había hecho Sanji para vestirse de chica luego del infierno que había pasado en la isla Okama solo para que pudiesen pasar un día juntos sin tener problemas, había decidido a soportar lo que fuese necesario para ver feliz a su rubio sin importar nada- Hey ¿Qué te causa tanta gracia?- pregunto al sentir como Sanji intentaba retener la risa, estallando segundos después en sentidas carcajadas que hicieron que una vena especialmente grande se formara en su frente por culpa del cabreo que sentía en esos momentos-
-es que jajaja es que te molestas porque se burlen de tu cabello, cuando ni siquiera está a la vista jajaja- siguió riendo por unos segundos más, divertido al ver que Zoro no había pillado la indirecta- estas usando una peluca ¿recuerdas? No es de extrañar que se rían de ti si estas usando un color tan extravagante como ese jajaja-señalo su cabeza, en donde mechones naranja chillón sobresalían de su sombrero-
-tks, no es culpa mía. Fue la única peluca que pude conseguir con el poco tiempo que tenia a mi favor- susurro avergonzado de no haber recordado aquel detalle con anterioridad, suspirando mientras seguían caminando por la cuidad- además, ese no era el único motivo por el que quería molerlos a golpes-
-¿sí? ¿Entonces cual es el verdadero motivo, señor espadachín?-se mofo entretenido al ver como esta vez Zoro se sonrojaba, creyendo que solo era una excusa para que no notase el desliz que había tenido momentos atrás-
-esos idiotas te estaban mirando, pero tú solo me perteneces a mi-confeso con algo de ira y pena en su voz, desviando la mirada aun y a sabiendas que Sanji ya había notado su sonrojo- no pienso permitir que nadie te ponga mano encima mientras este a tu lado, y menos que intenten coquetear contigo así como así- sonrió con suavidad al ver que el oji azul le miraba asombrado por sus palabras, sintiéndose alegre de tener a alguien como él espadachín a su lado- pero debo admitir que tienen razón, te vez muy linda vestida así, San chan-rio quedamente al ver como el cocinero inflaba las mejillas, visiblemente avergonzado- aun así, eres más hermoso con tus trajes y sin maquillaje-susurro en su oído para que nadie más pudiese oírles, logrando que el rubio le diese un capón en la cabeza y le mirase con algo de enfado-
-tenias mucho que no me llamabas así-murmuro entre dientes aun mas apenado, sintiendo como el moreno posaba una mano en su cabello con suavidad- pero procura no usar mi nombre mientras estemos aquí. Sería horrible que alguien se diera cuenta de quiénes somos y metamos a la tripulación en un lio antes que el Log Pose termine de cargarse- ordeno, ocultando descaradamente los verdaderos motivos tras sus palabras-
-lo sé, y no te preocupes. No dejare que nos descubran- acepto el espadachín con una sonrisa, entendiendo las razones del cocinero y el enorme lio en el que se meterían si algún miembro de la banda llegaba a ver tras su fachada- aun así no logro entender como supiste que era yo y como le haces para aparentar ser una chica con tanta naturalidad-pregunto mientras sentía como el rubio volvía a tomar su mano, guiándole hacia uno de los restaurantes de la zona-
-tu olor es inconfundible: acero, sangre y alcohol-soltó una risita, viendo como el chico le miraba descolocado- el olfato es el sentido primordial para todo cocinero, seguido del gusto. Aprendí a memorizar los olores de las comidas, y desde que estamos juntos inconscientemente también lo hice con el tuyo así como con los de los chicos- se alzo de hombros, restándole importancia al asunto- y lo segundo, bueno…luego del infierno que viví en la isla de Iva san aprendí muchas cosas, supongo que algo bueno tenía que salir de todo esto. Aprendí a fingir voz de chica para despistarles cuando intentaban cazarme, al igual que para elegir mi disfraz luego de escuchar sus estúpidos consejos mientras me perseguían-entraron al local, sentándose en una de las mesas más alejadas mientras pensaban que pedir para comer- lo demás es más sencillo. Solo debes fijarte en una chica y ya sabrás más o menos que patrones de comportamiento tiene, como poder moverte o como actuar- le guiño un ojo, acercando su rostro al suyo para darle un beso cuando una voz sumamente conocida para ellos les saco de sus ensoñaciones, haciéndoles sudar frio-
-¡vamos Nami, el viejo de la tienda de carne dijo que era el mejor lugar de la zona!-exclamo un chico de su edad, de cabellos negros y una enorme sonrisa surcando sus labios- ¡¡COMIDA!!!-grito, ganándose un enorme golpe de una mujer a su lado que lo dejo prácticamente empotrado en el suelo-
-Oh, no…-rogaron ambos a la vez, intentando ocultarse sin mucho éxito al ver el resto de la banda entrar al restaurant donde se encontraban…-
Tsusuku (o tal vez no xD)