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Un alma sin recuerdos (resubido) por vitalife

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Notas del fanfic:

Ya saben, Naruto no me pertenece, es de Kishimoto ;D... Y Sasuke xD

Notas del capitulo:

Hola!! Hola!! Aquí resubiendo el fic que por equivocación borré -.-U eso de no entrar a amor-yaoi en más de un año afecta xD bueno, como este fic ya cuenta con un final (el que intentaba subir cuando lo borré xD) pues las actualizaciones serán una vez por semana, así que las cosas irán rapidito :D posiblemente cuente con epilogos, pero eso depende al final del fic xD espero lo vuelvan a disfrutar y quienes no lo habían leido sea de su agrado, sin más muchas gracias por su atención n.n/

 

 

 

 

 

Ahí estaba nuevamente ojeando con lentitud los documentos sobre el ancho escritorio, suspiró pesadamente sin importarle mucho que ya estuviese por oscurecer, en su mano sostenía con despreocupación su barbilla, para al final firmar el tratado que tanto le había insistido la aldea de la roca para unir sus fuerzas contra una pequeña guerrilla en los límites de ambos países. A veces justamente a esa hora del día, recordaba el fatídico día, una misión cerca de la aldea del sonido, ya habían pasado meses desde los exámenes chunnin y todo parecía ir con normalidad, pero en medio de aquella misión fueron separados de su maestro, les emboscaron un par de docenas de ninjas renegados que tenían un objetivo en particular, el kyuubi, lucharon con todas sus fuerzas, incluso su compañera puso de su parte, su mejor amigo se hizo de todas sus técnicas conocidas para contraatacar, clavando su mirada en la azulina, el rubio supo qué hacer, hicieron que les persiguieran hasta la base de un acantilado no muy grande, de unos diez a quince metros, en la cúspide resaltaba una enorme roca, la pelirrosa pondría explosivos en ella y harían que cayeran sobre los renegados, hicieron detonar el papel bomba, pero no contaron con que aquellos hombres tenían una misión totalmente diferente a la que aclamaban, justo antes de ser aplastados por la roca, uno de ellos lanzó un kunai que acertó justo al medio del pecho del Uchiha, haciendo que callera al suelo casi fulminado, la punta del arma tenía un poderoso veneno que lo mató a los pocos minutos, nadie pudo hacer nada, todo había sido planeado por Kabuto, no permitiría que su maestro posara los ojos en otra persona que no fuera él, pero de eso se enteraron varios años después, él aún se culpaba, pronto dejó de sonreír.

La puerta del despacho se abrió soltando un leve chirrido, la silueta de una mujer se hizo acto de presencia, esta sonrió con un gran paquete en sus manos, su suave voz logró despertar de su letargo al rubio que perezoso pasaba sus dedos por las pilas de interminables papeles.

 

 

-¡Mira lo que traigo para ti!  -dijo con entusiasmo, mostrando la enorme caja de madera, para después dejarla en el suelo.

-¿Qué es? –se levantó del asiento con interés para echar un vistazo sobre su escritorio.

-¡Pergaminos y de los más raros que pude encontrar! Estaban en una bodega de un viejo laboratorio abandonado a las afueras de la aldea –levantó la tapa para alentarlo a hurgar.

-¡¿De verdad?! –una sutil sonrisa se apoderó de su rostro, sus ojos brillaron por un momento y sin más metió su mano para inspeccionar- vaya, hay de todo –frunció sus labios produciendo un silbido de asombro.

-Jajaja… -una melodiosa risilla salió de los labios de la joven mujer- quien diría que después de unos años te volverías un estudioso, Naruto –su sonrisa no podía desaparecer, el rubio en momentos como ese volvía a ser el mismo aun que fuese fugazmente.

-Gracias, Sakura-chan –canturrió con cariño en cada silaba, pues la pelirrosa fue la más cercana a él después de la muerte de su mejor amigo.   

-De nada –vio el reloj en la pared- deberías ya irte a casa, pasan de las ocho, los papeles no irán a ningún lado, ve y lee los pergaminos en casa –le guiña el ojo con complicidad.

-Eso es algo irresponsable, Sakura-chan –frunció levemente el ceño.

-Tienes razón –su sonrisa aflojó un poco, claro, el ojiazul ya no volvería a ser el mismo- pero no deberías esforzarte demasiado, anda ve y descansa –le empujó a la salida.

-¡Espera! ¡Espera! Lo haré, pero deja llevarme los demás –accedió viendo las intenciones de su amiga- ¡bien! –carga la caja sobre su hombro- te acompaño a casa.

-Está bien –se encoje de hombros fingiendo que no le importaba.

 

 

De camino a casa de la ojos jade, la conversación fue amena, uno que otro cuchicheo y risilla, ese día parecía bastante animado el joven Hokage, la gente con cariño lo saludaba a su paso, dejó a su amiga en casa, le dio las gracias por el obsequio para después seguir su paseo rumbo a casa, a lo lejos divisó su viejo departamento ahora remodelado, el dueño había decidido demolerlo, pero al estar tan encariñado con aquel lugar, juntó con esfuerzos sus ahorros y le compró el edificio entero, fue duro remodelarlo, la verdad era que estaba en muy malas condiciones, las tuberías no servían correctamente, tenía goteras y algunas paredes de madera se rompían, para cuando lo nombraron Hokage, toda la planta alta era un magnifico pent-house, mientras la parte inferior del edificio terminó por rentarse en cuartos a gennins y chunnin que habían decidido independizarse de sus familias.

Al cerrar la puerta tras de sí en su departamento, su sonrisa se borró, era difícil dar aliento a sus amigos y a todos los aldeanos, la verdad era que se sentía bastante solo, habían pasado ya varios años desde que Sasuke había muerto, casi una década, pero aun le punzaba el corazón cuando veía alguna de sus fotografías, sentía que cuando menos pensara lo encontraría en algún lugar o quizás lo verían por los alrededores de Konoha, pero su mente sabía que sería imposible, el mismo había visto perder el brillo en los ojos, como sus labios se habían tornado morados y su piel perder cualquier color, se había sentido asqueado cuando se enteró de que le habían extraído los ojos por el sharingan, sabía que era por seguridad de la misma aldea, que los kekegenkai eran valiosos, pero el simple hecho de ultrajar el cuerpo de un difunto le revolvía el estomago, más si era su querido Sasuke, su mejor amigo, su casi hermano; cuando consiguió “su sueño” valiéndose del cariño de la gente y del poder que tenía, logró rescatar los ojos del Uchiha, los resguardó celosamente para después llorarles como un niño abandonado, viéndolos fijamente mientras flotaban en un liquido extraño para mantenerlos conservados, nunca pudo deshacerse de ellos, no al ser parte de él. Se encaminó a la sala de estar, dejó la caja en el suelo y con desgana inspeccionó cada uno, iban desde lo ridículo a jutsus médicos que bien le podrían ayudar a su amiga a perfeccionar sus técnicas, aburrido por el contenido, le dio una última oportunidad a uno que parecía bastante desgastado y poco interesante, lo desplegó leyéndolo con paciencia, de un momento a otro sus ojos se abrieron con asombro, sus manos se ciñeron con fuerza contenida al papel que se desenrollaba en ellas, un jutsu prohibido, pero no de cualquier tipo, si no de resurrección. Una descabellada idea surcó su mente, su cuerpo tembló y recordó aquellos inquisidores ojos rojos guardados bajo el piso de su armario, podría volverlos a ver con aquel brillo tan singular que los caracterizaba, mordió su labio inferior, primero debía hacer pruebas para comprobar que lo que decía ese pergamino era real.

Los días pasaron, usando su modo sennin experimentó con plantas y animales pequeños, algunos de sus amigos le miraban con extrañeza, pero suponían que entrenaría con un nuevo jutsu, últimamente su interés por el jutsu-medico llamó la atención de la pelirrosa, era poco común, por lo general Naruto solo se interesaba por técnicas poderosas que necesitaran poco chakra, de tipo viento, modo sennin, pactos con criaturas ninja, teletrasportación y uno que otro jutsu prohibido, era extraño, pero lo dejó pasar, se le veía muy concentrado en lo que hacía, realmente esforzándose por comprender cada termino, procedimiento y ley de las técnicas medicas, quizás esa caja que le había dado despertó algo en él que no conocía, o quizás era otra manera para olvidarse de él, pensó.

El nombre de Sasuke era tabú frente al Hokage, a nadie le gustaba provocar esa seriedad que de pronto se apoderaba del rubio, no era un secreto que aquella muerte le había afectado demasiado, tuvieron que encerrarlo en una celda, el podenr del kyuubi se empeñaba por salir, por suerte lograron estabilizarlo reforzando el sello en su vientre, durante los primeros meses parecía un zombie, incapaz de cuidarse por sí mismo, abandonándose a su suerte, sin comer mucho, ni el dueño del puesto del ramen lo hizo comer gratis una sola vez, cosa que preocupó a la mayoría de los aldeanos y amigos que le habían tomado cariño, Sakura junto a Hinata, Ino, Tenten, Shikamaru, Chouji, Neji, Lee, Kiba y Shino, habían intentado subirle el ánimo, pero era en vano, el ojiazul se negaba a salir de su habitación, por las noches se escuchaban sus tristes lamentos, sus desgarradores llantos, un nombre en particular ser repetido una y otra vez hasta que se convertía en un simple murmullo para dejar paso al silencio; Iruka y Kakashi intentaron razonar con él, pero era como hablarle a la pared, parecía perdido en sus pensamientos en todo momento, su mirada azulina ya sin brillo veía a la nada, estando así por horas, por suerte el tiempo lo comenzó a curar poco a poco, al año ya se podía tener una conversación decente con él, pero no llegaba a mostrar ninguna emoción, Tsunade había desistido de enviarlo a misiones por su estado emocional alterado, pues de la nada se ponía a llorar aun con su semblante serio, sin siquiera preocuparse por limpiar sus lagrimas y recargándose donde podía, pues sus fuerzas flaqueaban.

Pasaron unos cinco años más, parecía que todo en el rubio había vuelto a ser normal, excepto por su repentina actitud madura y responsable, además de aquella radiante sonrisa que le caracterizaba que jamás volvió a aparecer, a casi nueve años del incidente, Naruto apenas podía emocionarse por algo.

En medio de la noche una silueta se escondía entre las sombras, su capucha no dejaba ver quién era, le cubría el rostro, en su mano llevaba una pala no muy grande, la apretaba con fuerza, se alejaba cada vez más de las casas, un pequeño llano era seguido de un mullido bosque, en un par de minutos pasó de lado la piedra de las memorias, a pocos metros se alzaba un enorme arco de piedra indicando un lugar sagrado, pasó después de realizar una leve reverencia, el lugar era cubierto por cientas de lapidas, dudando de sus acciones a paso lento caminó entre ellas, no era necesario siquiera fijarse en los nombres, sabía exactamente donde estaba su objetivo; una de las que quizás era la mejor cuidada, aun con flore frescas y ceniza de incienso, el de la capucha se mordió el labio inferior para después suspirar dejando el vaho de su aliento a la vista, era una noche fría, enterró su pala con fuerza, no había vuelta  atrás.

 

 

-Perdóname Sasuke… -dijo con voz temblorosa.

 

 

Las gotas de agua comenzaron a caer en la tierra removida, estaba lloviendo, o quizás solo eran sus lágrimas, se sentía indigno de exhumarlo, le dolía bastante, pero quería intentarlo, sino, nunca se lo perdonaría. La pala tocó la dureza de la madera del féretro, tembló indeciso, se arrodilló temeroso y confundido ¿Qué estaba haciendo? ¿Sasuke le perdonaría ver su cuerpo desecho? ¿Estaba seguro de poder asimilar verlo reducido a huesos y pedazos de piel? No quería verlo así, quería recordarlo como era, pero si aquel jutsu era verdad, debía intentarlo. Juntó sus manos armándose de valor, hizo una serie de sellos y al tocar el ataúd este desapareció en una nube de humo, quedándose solo en aquel hueco que el mismo había cavado, borrando su semblante apático con el brazo tallando su cara, con un simple jutsu tierra hizo aparentar que ahí no había pasado nada, para después el mismo desaparecer igual que el féretro.

Las velas impasibles se mecían con el viento, en medio de un circulo lleno de sellos estaba el féretro de madera, ya sin la capucha Naruto veía el lugar sin ninguna expresión en su rostro, aun que debido a su ritmo cardiaco, era evidente para sí mismo que estaba ansioso, con paso decidido se acercó para abrirlo por la pequeña ventanilla que quedaría justo sobre el rostro del Uchiha, en su mano llevaba el frasco de aquellos ojos que al son de su caminar se movían, tragó duro y abrió el féretro. Era puro piel y hueso tal como sospechaba, su ropa estaba rasgada aun con tierra, pero los cabellos oscuros seguían aferrándose a aquel cráneo, era una imagen bastante grotesca, pero aun lejos de asquearse por la ligera aroma a putrefacción (pues ya no había mucho que se descompusiera), el rubio entre lagrimas acarició su cabello trayéndose consigo unos mechones entre sus dedos.   

 

 

-Pronto volveré a verte… -susurró con una amarga sonrisa- he esperado tantos años para estar contigo Sasuke… -besó las hebras negras que había traído en su mano.

 

 

Abrió el frasco tomando cada ojo y colocándolo en la que creía era la cuenca que les correspondía, había sido una sensación extraña, pero le restaría importancia, salió del circulo para posicionarse en la orilla de éste junto con un pergamino, comenzó a realizar sellos y a susurrar un mantra difícil de entender, su chakra salía desprendiéndose de su cuerpo, los símbolos garabateados en el suelo brillaban con intensidad, una imagen parecida a la parca apareció tras él, no era la misma que su padre había utilizado para sellar el kyuubi en él, era otra totalmente diferente, con la silueta de una mujer delicada, con largos cabellos negros, el kimono blanco y rasgado dejaba ver sus costillas huesudas, ésta desenvainó una katana de un rojo brillante que amenazaba al ojiazul que seguía concentrado en lo que hacía, la invocación le vio como si pidiera su consentimiento, Naruto la sentía, pero no quería voltear, presentía que tendría miedo al descubrir su aspecto, pero aun así asintió; la mujer huesuda sin el más mínimo remordimiento le cortó justo a la mitad, partiendo desde su coronilla hasta los pies. El aire salió de sus pulmones como si fuera estrangulado, sentía que se perdía en la inconsciencia, luchando por vivir comenzó a toser y jalar aire lo más que podía, entre su debilidad vio como la parca acomodaba sobre el ataúd una energía traslucida que de apoco descendía, le mostró un pergamino que llevaba su nombre y sin más desapareció. Las velas se habían apagado, los símbolos en el suelo desaparecieron, del féretro salía humo blanco, aun tambaleante se incorporó para llegar a él, con ansiedad e impaciencia logró llegar apoyándose en el, poco a poco el humo se disipó, ahí estaba Sasuke, tan pequeño como cuando tenía trece años, parecía dormido, pero la verdad es que solo era un cuerpo, la piel estaba exageradamente pálida, sus labios en un tono amoratado, sin vida, no pudo evitar cargarlo para sacarlo de aquella carcasa de madera, le veía con devoción y con el cuerpo tembloroso, la mitad del ritual estaba completado.

 

 

 

Notas finales:

Espero sus reviews y quizás lleguen a persuadirme para actualizar más pronto xD jajaja espero les haya gustado, nos leemos chicas y chicos!!

aquí les dejo mi pagina de faceboock que esta igual o más abandonada que mi fic xD pero si me dejan inbox si los veo ;D https://www.facebook.com/VitalifeFanfics?ref=hl

Espero sus reviews!!!

Cha nee~ ;D 


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