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Un alma sin recuerdos (resubido) por vitalife

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Notas del capitulo:

Bueno, aquí les traigo la continuación, aun a pesar de tan pocos reviews, es la primera vez k pasa u.u 

En fin, aquí esta la continuación, espero la disfruten!! muchas gracias a neblinadesol y pachi-sensei!!! por ellas, aquí el capitulo 2 :D

 

 

 

 

Lo veía no creyéndolo, tenía a Sasuke en sus brazos, era un cuerpo frio y suelto, los pálidos brazos se mecían mientras lo llevaba a una mesa cercana que era cubierta por telas blancas, hiervas de todo tipo y bastante incienso encendido en recipientes especiales, le colocó con delicadeza, al acomodarlo no pudo evitar nuevamente tocar su rostro, delineó con sus dedos los secos labios, es como si tuviera pocas horas de haber muerto, sus ojos se llenaron de lagrimas, era igual que aquella vez, se compuso, pronto todo sería distinto, ¿Qué si como le devolvería a la vida? En realidad solo era una marioneta, extensión de su propio cuerpo, incluso de su propia vida, pues el pacto que había hecho con la parca era de darle un cuerpo totalmente funcional, con chakra propio, que podía razonar, expresarse, moverse por sí mismo, pero sin recuerdos propios y con conductas implantadas por el invocador, claro que había un precio caro para eso, no por nada su nombre había quedado plasmado en aquella larga lista, a cambio debía dar la mitad de su tiempo de vida, pero no importaba con tal de verle, con tal de contemplar su arrogante sonrisa nuevamente.

La segunda parte del ritual empezó, con sus manos hizo los sellos correspondientes, mientras lo hacía debía pensar en los recuerdos que le daría, su personalidad, sus movimientos y gestos característicos, cada detalle era importante, un reemplazo, sí, quizás eso era, posiblemente Sasuke no se lo perdonaría. La huesuda mujer volvió a aparecer a sus espaldas, los vellos de su espalda se erizaron con rumbo a su cabeza y extremidades, ella estaba presente para justo cuando el decidiera implantarle la esencia que el quisiese, la parca le daría la “vida”.  

 

 

-Bien… -comenzó a hablar, sacó un papel de la larga manga de su playera, tenía letras antiguas y funcionaba como sello, lo sostuvo entre sus dedos índice y medio- el mismo carácter, pero más sincero, la misma personalidad, pero no tan arrogante, sus mismos sentimientos, pero sin odio, recordará lo que yo recuerdo junto a él, todo lo que alguna vez me contó cuando éramos un equipo, pero no a su familia, no buscará la venganza… –susurró lo ultimo- no será un testarudo ésta vez –frunció el seño-

 

 

La parca le veía expectante, a su lado agarrada de su huesuda mano estaba una silueta, un espíritu que se recargaba en ella, era común, puesto que era una “guía del más allá”; el rubio implantó el sello en la frente del pequeño Sasuke, la silueta traslucida se convirtió en un fuego azuloso, casi con violencia la mujer golpeó el cuerpo sobre la mesa para terminar el ritual, aunque físicamente no se vio tal golpe. El ojiazul admiró con ansiedad como el cuerpo comenzaba a tomar un color rosado, los pulmones dieron su primer respiro hinchando el delgado pecho, las manos tenían un leve movimiento al igual que los pies, los parpados templaban, los labios se despegaron jalando más aire, Naruto no podía creer lo que veía, Sasuke estaba vivo, el ritual era por demás complicado, conseguir todo resto físico existente de la persona a revivir,  juntar hierbas difíciles de encontrar, incienso hecho a mano con las hierbas encontradas, tener por lo menos conocimiento básico de jutsu-medico, haber conocido a la persona en vida, entre otras cosas.

Los parpados de Sasuke se entreabrieron dejando ver unos ojos rojos que de a poco volvieron a ser ébano, intentó incorporarse como pudo con sus codos, con un gesto aturdido volteó el rostro a quien era su amo. Sería mentira si dijera que su corazón no latía a mil por hora, se llevó las manos al rostro tapando su nariz y boca, para dejar que las lagrimas corrieran por sus mejillas.

 

 

-Sa-Sasuke… -soltó con la voz quebrada y llena de sentimentalismo.

-Sasuke… -repitió en un susurro con la garganta rasposa, bajó la cabeza con los ojos perdidos, el brillo pronto les invadió y lo vio nuevamente- Naruto –dijo esta vez con asombro.

-Si, Sasuke –le sonrió con nostalgia sin parar las gotas saldas que escapaban de sus ojos cielo- soy Naruto –le ofreció su mano para ayudarle a bajarse de la mesa.

-Naruto… -repitió con confusión.

-No tienes porque forzarte a recordar –sonrió radiante, le tomó de la cintura y como a un niño le bajó de la mesa.

-¡Naruto! –se aferró a sus ropas con nerviosismo, no podía sostenerse de pie por cuenta propia.

-¿Qué sucede? ¿No puedes caminar?... quizás solo hay que esperar un poco a que te acostumbres a tu cuerpo –se dijo pensativo- creo que debería buscar unas ropas que te queden –al final se percató que las ropas que llevaba el pelinegro estaban gastadas y desgarradas- y también un baño –pues aun llevaba rastros de tierra- ¿No crees Sasuke? –le sonrió-

 

 

Pero el mencionado seguía sin entender mucho la situación, sus recuerdos “llegarían” poco a poco, se asustó cuando el rubio lo cargo de improvisto para llevarle al baño en donde le desnudó, aun le era difícil comprender lo que le decía, le tuvo que enseñar como hacerlo, el agua caliente le relajaba, aun que el jabón parecía estar en su contra haciéndolo resbalar, además de que le picaba los ojos, en todo momento era observado por el ojiazul que ante cualquier tropiezo o dificultad que tuviera, se reía, lo que le ponía nervioso, le hacía sentir un extraño sentimiento que le sonrojaba las mejillas y contraer el estomago, algo que después llamaría vergüenza.

 

 

-No, Sasuke… -sonrió- no talles tus ojos con jabón en las manos jajajaja –soltó una leve carcajada, nunca imaginó verlo tan “lindo” y patético para valerse por sí mismo- déjame ayudarte…

 

 

Se acercó a él y dócilmente el Uchiha se dejó tomar del rostro, los ojos le ardían y sí él podía aliviarle se dejaría hacer. Naruto apartó los cabellos mojados del claro rostro, aquellos ojos cerrados temblaban por la irritación, las mejillas estaban rojas de tanto tallarse, el corazón del rubio dio un vuelco, apartó aquel pensamiento de su mente sacudiendo la cabeza de un lado a otro, con delicadeza le limpió los ojos con agua limpia.

 

 

-¿Estas mejor? –preguntó algo incomodo.

-Hmn.. –asintió levemente parpadeando unas cuantas veces.

-Ahora a la tina –le guió- espero que la temperatura esté bien –suspiró- ¿Qué sucede? –el pelinegro se le quedaba viendo fijamente, este le tomó del brazo- ¿Quieres que entre contigo?  No, no, no… yo me ducho después….

-Naruto –frunció el seño, era claro que el rubio estaba empapado ya que le enseñó a bañarse.

-Está bien, está bien –se resignó- entra a la tina en lo que me aseo.

 

 

Le era incomodo desnudarse frente a él, ese sentimiento que llegó a su pecho por un instante le hizo sentir tenso, pero ¿Qué había sido eso? Aun que la verdad no quería pensar mucho en ello, algo le decía que no estaba bien, todo era muy repentino, no recordaba haberse sentido así, nunca con Sasuke, un sinfín de ideas le surcaron por la cabeza, debía mantener la calma. Cuando ya estuvo limpio, algo cohibido por los penetrantes ojos negros, se acomodó al otro extremo de la tina.

 

 

-Ya deberías salir, o te desmayarás… -desvió su mirada.

 

 

Para su sorpresa, como si hubiese sido una orden, Sasuke se levantó haciendo un escandaloso ruido con el agua, caminó con sus pies empapados a la salida, pero Naruto fue tras de él, le regañó y comenzó a secarle el cabello, le indicó como hacer lo demás con el cuerpo, el simple hecho de estar cerca de él ya le causaba problemas, comenzaba a cuestionarse muchas cosas al respecto del menor, entre ellas su taquicardia de origen desconocido. Una vez ambos secos, el mayor le guió a una habitación que parecía no usarse mucho, abrió un armario buscando ropa que pudiese quedarle, le dio una pijama dos tallas más grandes a la suya y ropa interior algo amplia, le indicó como ponerse los últimos y le ayudó con la pijama.

 

 

-Es lo más pequeño que tengo –frunció las cejas- bien, puedes dormir aquí, ya son pasadas de las tres de la mañana, me gustaría platicar contigo de tantas cosas… –suspiró- bien, mi habitación es la siguiente, cualquier cosa que necesites puedes ir a… -pero fue detenido por el Uchiha nuevamente- ¿Qué…?

-Naruto –negó con la cabeza- y-yo…

-¿Sí? –le alentó, sus ojos se abrieron expectantes-

-Yo… -se apartó, sentándose en la cama.

-¿Te encuentras bien? –se acercó a él pero no tuvo respuesta- Bueno, si es todo, nos vemos mañana… -fue a la puerta- que descanses Sasuke –con lentitud, casi no queriendo, cerró tras de sí.

 

 

Era un hecho que no podía dormir, la adrenalina no le dejaba conciliar el sueño, saber que Sasuke estaba en la habitación al lado de la suya era casi imposible, si bien, era un remplazo, seguía sintiéndose culpable, ¡¿Qué le diría a Sakura cuando se enterara?! Lo mataría, o como mínimo le encerraría en un centro psiquiátrico, incluso él se impresionaba de sus alcances, pero la pelirrosa había tenido la culpa al llevarle esos pergaminos, de seguro le incitaba a hacer una locura con ello, ¡Quizás Sakura se lo quería quitar! Ok, sí, ya estaba delirando. Después de más de una hora luchando por dormir, por fin pudo hacerlo, sin antes poder escuchar el rechinido de la duela de madera del pasillo.

Los rayos del sol le impidieron seguir durmiendo, no había notado que dejó las cortinas abiertas de la ventana, provocando que la luz le diera de lleno en la cara, renegando un poco se volteó dándole la espalda y tapándose hasta la coronilla, desde hacía una hora debía estar en la oficina, pero simplemente no le apetecía ir, estaba muy cansado, de repente sintió como algo se movía junto a él, intrigado abrió los ojos y bajó las sabanas de su rostro, fue ahí cuando vio al pequeño Sasuke dormir de lo más placido a pocos centímetros de él.

 

 

-¡¡SASUKE!! –soltó un gritito antes de caer estrepitosamente de la cama- ¿!Qu-qué haces aquí?! –tartamudeó incorporándose del suelo.

-Naruto… -se quejó con mala cara, por alguna razón se sentía molesto, le tiró con una almohada en la cara y sin más se levantó para salir de la habitación.

-¿Qué significa esto?! –le reclamó descolocado, cuando el pelinegro apenas tomó la perilla de la puerta.

-¡Hmn! –le volteó el rostro y terminó de irse.

-¡¿HAA?! –no lo podía creer, su invocación le retaba, es más, le perdía el respeto, eso si no lo iba a permitir.

 

 

Luchó contra las sabanas que tenía enredadas en el cuerpo, rodeó su cama y fue tras él, el pasillo estaba desierto, pero la habitación continua estaba abierta, entró topándose con el Uchiha sin la camisa del pijama sacando la ropa de los cajones, haciendo un verdadero desorden en el suelo, el rubio impactado se quedó observándolo, al parecer buscaba que ponerse, suspiró, quizás el “carácter” le estaba despertando.

 

 

-Sasuke –le llamó suavemente, este volteó en automático- déjame ayudar –le sonrió, cosa que sorpresivamente bajó el mal humor al pelinegro.

-N-no…

-¿Qué? –le prestó atención.

-No… me queda… nada… -se esforzó para responderle.

-¡Puedes hablar! Pensaba que solo estarías diciendo mi nombre jejeje –se rascó la mejilla-

-Humn… -frunció el ceño con molestia.

-Bueno, en lo que te compro ropa, usa esta –le mostró unos bermudas blancos, una camisa sin mangas color celeste y su vieja chaqueta naranja- ¿Te gusta?

-Hmn… -se encogió de hombros.

-Creí que sabías hablar –se burló.

 

 

Aun que solo recibió una afilada mirada de advertencia, cosa que le pareció graciosa, nunca había tenido tanto control sobre Sasuke, le dio algo de privacidad en lo que se cambiaba y fue a la cocina a prepararse algo de comer, justo abrió el refrigerador cuando unos insistentes golpes en la puerta le descolocaron, tragó duro al escuchar la voz de cierta mujer.

 

 

-¡Sa-Sakura-chan! –exclamó preocupado por que viera al chibi-teme por allí, pero claro, como no iba a venir preocupada sí desde hacía años nunca llegaba tarde a algún sitio aun que estuviese enfermo.

-¡Naruto se que estas ahí, siento tu chakra! ¡Y se nota que estás sano! ¡Deja de leer! –gritó del otro lado de la puerta, pensando que posiblemente se había enfrascado tanto en su lectura que no habría dormido nada por terminarla.

-¡Enseguida voy! –presuroso corrió a abrir la puerta- buenos días Sakura-chan –sonrió con nerviosismo saliendo del departamento y cerrando la puerta tras de sí sin seguro-

-¿Qué te está pasando? –enarcó una ceja cruzándose de brazos- este no eres tú, si no te conociera diría que algo me ocultas, estás nervioso y eso es raro –le inspeccionó con la mirada.

-No sé de qué hablas –llevó sus manos tras la cabeza.

-Eso es aun más raro… salir en pijama y actuar como…. –abrió los ojos impresionada- antes… -se sorprendió de sobremanera.

-Sakura-chan… lo siento… -se sintió culpable- solo fue una noche muy larga y pude…

-Naruto… -una voz ahogada por la puerta le hizo estremecer-

-¿Qué fue eso? –la pelirrosa levantó la cabeza del golpe.

-Nada –rió nervioso.

-¡La perilla! –en efecto la perilla estaba girando- ¡¿dormiste con alguien?! –le reclamó.

-Y-yo…

-Naruto… ¿Qué es….? –la voz volvió a escucharse.

-¡¡No es nada!! –dijo alterado recargando su peso en la puerta para que no pudiera ser abierta por dentro.

-¡Naruto! –se acercó peligrosamente al rostro, amenazándolo con la mirada.

-Sa-Sakura-chan –sudaba frío.

-¡Naruto!... ¡Abre!... –una voz molesta se escuchó con demasiada claridad.

-Esa voz… -susurró la pelirrosa perpleja- es imposible… esa voz… -vio a los ojos azules esperando una respuesta- No puede… -su rostro era de total asombro- no lo hiciste o ¿sí?

 

 

 

Notas finales:

Ando un poco desanimada, creo que el fic ya no tuvo el mismo impacto que la vez pasada, o lo mio lo mio es la comedia u.u el drama me seca las ideas XDDD en fin, espero que el fic les haya gustado y dejenme sus lindos reviews para actualizar más pronto :D

Cha nee~ ;D


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