El olor a semen era fuerte en la habitación de Naruto, sus sabanas echas un desastre, una piel bronceada que se dejaba ver y un azabache que se moría de la vergüenza pero al mismo tiempo por el deseo. El rubio se tapo con una almohada apenado, nunca en su corta vida había estado tan sonrojado como ahora. Hace unos minutos estaba gimiendo el nombre de la persona delante del, se sentía como un pervertido ya que muy en el fondo tenía un toque de emoción a que Sasuke lo viera de esa manera.
-¿QUE QUIERES?-le grito, un silencio abordo en la distancia.
Sasuke no podía creer lo que sus ojos observaban, Naruto se estaba masturbando y había llegado al orgasmo segundos después de que el entro, recorría rápidamente con la mirada cada parte de aquella deliciosa piel. Se estaba excitando, su sexo despertaba a cada segundo que pasaba en esa habitación, quería besarlo, tocarlo, lamerlo… ¡No! No, tenía que controlarse, porque antes de hacer eso debía hablar con el… Pero, podía… solo un poco… un poco, se repetía así mismo. Camino hacia Naruto que aun seguía muy sonrojado, mientras observaba las sabanas manchadas del líquido
-LARGATE- chillo ¿Por qué demonios no se va, no ha visto que estoy ocupado? Pensó el menor. Sasuke estaba mudo, no sabía que decir, trataba de controlar el deseo que lo cubría con cada mirada pero ¿Por qué desperdiciar una oportunidad así? Solo tenía un deseo ¡Violárselo allí mismo! Que le importaba las palabras cuando un acto podía decir mucho.
Agarro un brazo del rubio y lo jalo hacia él, provocando que sus rostros quedaran a tan solo centímetros –Sasuke vete- lo empujo Naru con sus manos en el pecho del mayor.
-No te resistas- El azabache rojizo, tomo su barbilla obligándolo a mirar directamente a sus ojos negros, acortando la distancia restante en un beso, sus labios delgados se movieron ansiosos “Otra ves probaba esos placenteros labios” Naruto no se resistió y correspondió casi al instante, colocando su manos en sus hombros para un mejor apoyo, sus lenguas jugaban a tener el control, el beso poco a poco se volvía profundo y excitante. Sasuke agarro los cabellos de Naru jalándolos hacia atrás para tener un mejor acceso a su cuello, donde propago su saliva, besos, mordidas que resultaban satisfactorios, porque pequeños gemidos se escuchaban en la habitación.
Sasuke se sentó en la cama e hiso que Naru se colocara arriba de sus piernas para seguir besándolo mejor, sus manos viajaban de arriba hacia abajo por su espalda, dejo su boca para concentrarse en sus pezones donde los mordió y chupo con lujuria, mientras sus manos iban bajando hasta el trasero de Naru que se sentía suave al tacto. Naruto estaba excitado, la boca de Sasuke lo tenía loco tratándolo como se le antojara, sintió como algo crecía debajo de él mientras se lo restregaban con fuerza. La camisa de Sasuke cayó, quedando con su pecho desnudo. Poco a poco el mayor se dio la vuelta para que el rubio quedara debajo del, bajando hasta su vientre con besos, observo por unos segundos el miembro de su amado dándose cuenta como lo excitaba en verdad, le abrió un poco las piernas para tener una mejor vista. Pero el rubio las cerró rápidamente y tapo con sus manos su sexo, Sasuke sonrió agarrándole las muñecas y llevándoselas por arriba de su cabeza, para luego bajar la del hasta el pene de Naruto metiéndoselo en la boca
El teléfono de Sasuke comenzó a sonar con una melodía pegajosa, pero esta vez decidió no contestar para no arruinar el ambiente de lujuria entre ellos y el sabor a probar en ese momento, sin embargo el menor que trataba de tapar sus gemidos lo alejo delicadamente… estaba confundido… dando entender que quería parar.
-Sasuke-
-Debo irme- pronuncio Sasuke decepcionado, agarrando su camisa y cubriendo a Naruto con la toalla que estaba cerca, antes de salir del lugar.
¿Por qué lo detuve? Pensó nuestro rubio.
---------------*----*------------
Después de unas horas para que ambos menores se calmaran y tomaran otras duchas frías, bajaron a desayunar con cierta incomodidad por verse los rostros. Pero todo rastro de vergüenza se fue, cuando Naruto le jugó una broma a su amigo, colocando exagerada sal en su bebida. El resto del día ambos se comprometieron a jugar sucio como distracción para no caer en los temas de su relación extraña.
¿Qué somos en realidad? Se preguntaban así mismos.
Mikoto al levantarse observo a su querido hijo pequeño de un tono rojizo, le pareció muy gracioso y felicito a Naru por su broma, el azabache que ni pizca de gracia le daba, decidió jugarle una broma, necesitaba entrar a escondidas a su habitación para buscar un poco de información, pero termino desilusionándose al no encontrar nada.
Al cabo de unos minutos entro una llamada en su móvil provocando un suspiro desanimado, luego de recibir la información, aviso que saldría. Naruto quería preguntar cuál era su destino y si podía acompañarlo, pero se acobardo dejando que se marcharse sin ninguna explicación, de igual manera Mikoto se fue de compras dejando la casa completamente sola. Al principio al menor le pareció genial pero después de no encontrar nada bueno que hacer, estaba aburrido. Comenzó a caminar por los pasillos de la gran mansión con la esperanza de encontrar un pasadizo secreto de algún mundo oculto de los Uchihas, pero al no encontrar absolutamente nada decidió explorar la habitación de sasuke, ya que aquella noche no tuvo la oportunidad de observarla con detalle.
Para su suerte la puerta no tenia seguro, aprovechando de entrar con mayor facilidad. En realidad la habitación era muy normal, algunos postes, cuadros, muebles de cuero, libros, un pequeño escritorio con una portátil sobre ella, lo más sorprendente para Naruto era que Don Sangrón tenia la ultima consola de videojuegos con controles inalámbricos y lentes en 3D. Pero del resto eran tan normales como cualquier cuarto de un chico de dieciséis años… Un chico… eso era Sasuke un chico… Recordó como lo beso y como se dejo besar aquella mañana, de una manera tan excitante y peligrosa ¿Era extraño que su corazón se acelerara al pensar en Sasuke? ¿Por qué se masturbo pensando en él? ¿Era normal? ¡Claro que no! Ambos eran hombres, aunque para el francés no le importaba mucho, ya que era el tipo de personas que creía en el amor, sea de cualquier edad o sexo. Pero siempre le resultaba un tanto confuso lo que sentía.
Fue al armario, que para su sorpresa era más grande de lo que era por fuera, el ropero se dividía en dos, de un lado estaba la ropa casual y por el otro los trajes más caros que podían existir, debajo de toda esa ropa visualizo una madera un tanta extraña comparadas al color del closet, la palmeo para comprobar su estabilidad pero esta automáticamente se abrió. El rubio extrañado se acerco para ver mejor, pero desde ese espacio oscuro lo único que podía ver era una guitarra, la saco y sonrió.
-No sabía que te gustaban las guitarras- se dijo así mismo, se sentó en uno de los muebles de cuero y paso sus dedos por la cuerdas, a pesar de que se veía vieja la melodía seguía siendo fresca y agradable. Por un minuto esa habitación solitaria fue invadida por el calor de las dulces notas que tocaba el rubio, se aclaro la garganta para cantar una de las tantas canciones que tuvo la dicha de presentar en los bares de alta clase durante la noche en Paris. ¡Como extrañaba tocar el piano de cola blanco! que le otorgaba el más exquisito juego de notas musicales… Que buenos recuerdos y a la vez no.
Una figura de cabellos rojizos apareció en la habitación provocando que Naruto parara de golpe su canción, Sasuke tenía una cara de pocos amigos.
-¿Qué haces en mi habitación?-
-Estaba aburrido-
-No te enseñaron a no tocar las cosas ajenas-
-Y a ti no te enseñaron a tocar antes de entrar- el mayor rodo su mirada fastidiado, se acerco a Naruto y le quito la guitarra-
-¿Tocas?- pregunto el francés curioso
-No- mintió
-¿Por qué la tienes?-
-Fue un regalo- se limito a contestar, luego de una pequeña discusión sobre de no entrar a la habitación de el gran Sasuke Uchiha, ambos bajaron a comer algunos bocadillos, eran las dos de la tarde y nadie daba señales de vida. Así que ambos subieron a matar el tiempo en sus habitaciones, acomodaron, realizaron los deberes de la escuela, navegaron por internet, caminaron de aquí para acá, hasta que Naru se canso, lo estaba matando el aburrimiento, decidiendo ir a molestar a su amigo.
-Estoy aburrido- dijo apenas le abrieron la puerta.
-¿Y qué quieres que yo haga?- comento cortante
-No sé, juguemos a algo- dijo mirando la consola de videojuegos
---------10 minutos más tarde--------
-Naruto ¡MATA AL MALDITO ZOMBIE!- gritaba el rojizo eufórico mientras oprimía botones para controlar su avatar.
-¡QUE LA YA LO MATE!- gritaba el otro. Era asombroso el cambio total que sufría Sasuke cuando se colocaba al frente de la consola.
-Dispara ¡DISPARA! ¡JA! Moriste puto zombie- en el juego tiraba una granada y se escuchaba la explosión – ¡MUERAN!-
-Sasuke, Conseguí un arma- pero antes de que el avatar de Naruto agarrara el pequeño objeto, el mayor se la quito –Esa era mía bastardo-
-¡CALLATE!- volvió a gritar para comenzar a reírse de una forma demoniaca. Naruto lo miraba con mucha lástima. –Llegare a la meta, seré el ganador-
-No te dejare- antes de que el avatar de Sasuke cruzara hasta la meta, Naru saco una pistola apuntándole a la cabeza, luego de unos segundos el pobre avatar de Sasuke yacía tirado en el suelo muerto.
-¡NARUTO! Se supone que somos compañeros-
-¡Uff! No lo sabía- el francés rio como loco mientras retomaba el juego de matar a los zombie que querían comerse su cerebro. – ¡SOY INVENSIBLE!- Pero antes de llegar a la meta tenía que cruzar un pequeño precipicio el cual salto rápidamente. Sasuke que estaba hecho furia apretó el botón de “Pausa y luego el de Play” provocando automáticamente que Naru perdiera el juego, en la pantalla apareció un gran “Game Over”
-¡Uff! ¿Ese botón era el de Pausa?- pregunto con un tono inocente.
-¡Ahora si te matare!- ambos se levantaron, Naruto persiguiendo a Sasuke para ahorcarlo, pero al final eran tantas la risas que cayeron al suelo agarrándose los estómagos… Era tan divertido… Y era tan agradable ver como ambos chicos reían con ganas.
-Naruto- Llamo con seriedad al menor que estaba tratando de parar sus risas en el suelo –Yo quisiera hablar contigo sobre lo que ha pasado- a Sasuke le constaba mucho decir aquellas palabras.
-Debemos dejar las cosas claras Uchiha- pero la conversación se vio interrumpida al oír pasos desde abajo, se levantaron a ver de quien se trataba, bajaron para ver a un Itachi caminando sin dirección.
-Buenas noches Nii-san-
-Itachi ¿y mi hermano?-
-Pensé que ya había llegado- como si alguien lo invoco, Deidara apareció saludando a los menores con una sonrisa en sus labios, abrazo a su hermano y lo beso en la mejilla
Todo el santo día los mayores habían ido a la Universidad para limpiar el desastre de la cocina pero encima de eso, tenían que limpiar casi toda la Universidad tambien. Pero como decían, pudo ser un castigo peor. Era de esas noches donde el cielo oscuro tenía miles de estrellas brillando, a estas horas ya todo Japón sabia de su identidad, kabuto siempre lo mantuvo informando mientras limpiaba. Observaba a los menores notando que ellos no sabían nada.
A pesar de que los mayores habían pasado todo el día en el mismo lugar, ninguno se vio la cara, Deidara trataba con todo los meritos evitar cruzarse con Itachi y lo logro, se fue temprano para la casa de Konan donde estuvo allí hasta estas horas, aprovechando que los menores habían vuelto a subir para retomar la conversacion, trato de ir a su habitación para empacar, pero el azabache se lo impidió.
-Dei por favor necesito hablar contigo- en estos últimos días Itachi no podía dormir bien así que le resaltaban una ojeras debajo de sus pupilas, su expresión triste no faltaba para adornar su rostro.
-No te cansas de decir esas palabras- lo encaro.
-Dei con respecto a lo que paso ayer…-
-Mira, si crees que te voy a perdonar por todo el espectáculo que montaste ayer… Te equivocas- lo interrumpió.
-Pero…-
-Por cierto admiro tu valor, ahora quedaste como uno de los peores críticos de Japón… Aun así lo que me hiciste fue mucho peor-
-¿Viste el artículo?-
-Y las noticias… Era tu responsabilidad como profesional, así que no te lo agradezco. Tenias que remediar tu critica falsa- Itachi lo observo decepcionado, en realidad su rubio se había vuelto frio, todo lo que hiso para recibir su perdón pero nada funciono. En estos momentos todo Japón conocía su identidad y lo bajaban de su cargo como crítico, es más, hace minutos Kabuto lo llamo para decirle que los directivos lo despidieron al igual que a él. Todo lo que logro en años, su sueño de ser escritor y ser reconocido por todo un continente… Todo… TODO se esfumo… Adiós a Ren Yamaha… aunque para ser sincero consigo mismo se sentía muy bien, porque esa falsa llego a su fin. Pero por otra parte se sentía peor que la basura, daño a la única persona que amaba de verdad y en estos momentos dudaba de recibir perdón. Una lagrima bajo por su mejilla.
-Si no tienes más nada que decirme, me retiro- pero el azabache lo jalo, estampo sus labios contra los del, moviéndolos con ternura y desesperación, el beso no duro ni cinco segundos porque la cachetada que impacto en su mejilla lo retiro –¡NO VUELVAS A TOCARME!- grito el rubio, Itachi lo tomo de las muñecas aplicando un poco de fuerza en sus manos.
-Dame una segunda oportunidad Deidara, no ves que me he enamorado de ti…-
-Y a mí que me importa tus sentimientos, si es por mi métetelos por el…- pero antes de terminar su insulto, las puertas de la entrada se abrieron de golpe dejando pasar a la madre los Uchihas con una expresión de terror siendo seguida por su esposo.
-¡ITACHI NARCISO DE JESUS UCHIHA PALACIOS!- la atmosfera se torno de un color negro, el miedo recorrió el cuerpo del hermano mayor. Cuando su madre lo llamaba por el nombre completo significaba que estaba muerto, en dos oportunidades su madre lo llamo de esa manera y aun tenia pesadillas por lo que le paso. Soltó al rubio volteando a mirar a su madre que golpeaba el suelo con uno de sus tacones más altos. –QUIERO UNA EXPLICACION-
-Querida calma, déjamelo a mí- Fugaku abrazo de un lado a Mikoto para que tranquilizara su ira.
-Itachi, explícanos el porqué no nos dijiste que tú eras el crítico Ren Yamaha y encima de eso, te has metido con mi ahijado-
-No puedo creer, que mí querido turulo me haya mentido todos estos años ¿Por qué Itachi? ¿Por qué?-
-Le has mentido a esta familia. ¿No recuerdas lo que te dije de abandonar ese estúpido sueño de ser escritor? Eres un Uchiha-
-¡Y POR ESO LO HICE!- esta vez Itachi fue él quien grito. Deidara por dentro quería ayudarlo pero su mente no lo dejaba recordando todo lo que sucedió con el –Tu nunca nos dejas expresarnos abiertamente con lo que deseamos- Otra abofeteada recibió el azabache pero esta vez fue de padre.
-¡Eres un malagradecido… Comparado conmigo. Ustedes han tenido toda la libertad del mundo!- los menores bajaron al escuchar los gritos. – ¡TE IRAS A ESTUDIAR EN EL EXTRANJE…- corto su frase al recordar una página de su pasado, todo lo que esa simple frase le hiso sufrir.
-¡Oto-san!- exclamo Sasuke confundido ¿Por qué su padre quería enviar a su hermano a estudiar en el extranjero? Un silencio reino en la escena dramática que se desenvolvía en la sala.
-Itachi, hablaremos en mi oficina… Deidara- miro al rubio –Perdónanos por esto… por lo que pude ver, tu carrera como artista se ve afectada por ese artículo. Yo te ayudare, pagare a quien sea para remediar este gran error-
-Discúlpeme Fugaku- sama pero yo…-Pero nuevamente fue interrumpido por unas voces familiares que entraban por la gran puerta de madera. Un rubio y una pelirroja cargados de maletas sonreía inocentes delante de los presentes sin saber lo que estaba sucediendo.
-¡OKA-SAN!- grito el rubio menor, alcanzando a su madre en un abrazo, el mayor lo imito dándole la bienvenida a su padre.
-¡Minato!- dijo sorprendido Fugaku, no esperaban a la dulce pareja si no hasta mañana por la tarde.
-¿Cómo están mis bellos bebes?-Kushina los abrazo a ambos, la sonrisas de ambos adultos hicieron que la burbuja de los problema explotara, centrándose en la Familia Uzumaki que se reencontraba, el problema de Itachi había quedado para dentro de una horas.
-Fugaku no se cómo agradecerte de cuidar a mis hijos-
-No me lo agradezcas-
-¿Cómo les fue Oka-san?- preguntaba un feliz Naruto.
-Lo hablaremos después pequeños… Lo importante ahora es que les traemos una gran sorpresa- ambos hermanos se sorprendieron y formaron una gran sonrisa para recibir sus regalos, extendieron sus brazos esperando sus obsequios pero nunca llegaron, en vez de eso Dos chicos entraron, uno de melena roja, piel clara y una edad no pasada de 21 años y otro de 16, cabello castaño, marcas a ambos lados de sus mejilla sonreían a los rubios
-¡Sasori!- Exclamo Deidara, caminando hacia él, dándole un gran abrazo.
-Yo también te extrañe mucho- comento con voz profunda y varonil.
-¡KIba!- el pequeño se acerco al chico y comenzó un juego de manos que para ellos era un saludo de grandes amigos.
-Que tiempo sin verte zorro- un sabor amargo pasaba por las lenguas de los hermanos Uchihas al ver aquellos recién llegados tan cercanos a sus rubios. Pero a nuestro querido Sasuke no le preocupo el chico de marcas extrañas en sus mejillas si no en la pequeña chica de cabellos rojizos que se asomaba con timidez por el hombre de Kiba.
-Naruto-kun- este levanto su mirada y abrió sus ojos sorprendidos.
-Tayuya-chan-
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español