En la gran oficina se podía escuchar el sonido de una pluma cayendo, las mujeres estaban metidas en una trance desde que sus esposos terminaron de confesar su pasado. Minato retenía sus lagrimas, Kushina ni lo miraba solo mantenía la cabeza gacha, algo muy poco común en ella.
Fugaku le brillaron los ojos al ver que su esposa Mikoto se levantaba del asiento y caminaba hacia él, pero la mujer al llegar junto al hombre poso su nariz en el saco de color negro.
-¿Estas fumando de nuevo?- pregunto al levantar su mirada, Fugaku ya no quería mentirle mas así que asintió con la cabeza. La mujer que estaba reteniendo su rabia le dedico una mirada decepcionante y salió de la habitación.
-Mikoto- la agarro por el brazo.
-Si tienes un poco de respeto hacia mí, te pido que me dejes sola- el hombre la soltó observando cómo se alejaba entre los pasillos de la empresa. Mientras tanto Kushina no aguanto más, sus lágrimas comenzaron a bajar. Se acerco hasta Minato y lo abofeteo.
-Cariño… por favor…-Minato trataba de calmar su angustia.
-Quiero que ambos tengan los pantalones de decirles a sus hijos…- Miro con rabia a los hombres presentes y se marcho.
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Mientras tanto en la prestigiosa universidad de Akatsuki terminaban los últimos preparativos del concierto de beneficencia. Tokya Saga había aceptado con gusto presentarse. Solo quedaban 2 semanas para que las clases terminaran, eso significaba que los exámenes finales estaban encima. Desde que había vuelto el francés, Itachi se prometió así mismo darle un espacio y no presionarlo.
Esta vez las cosas serian diferentes, quería que las cosas fluyeran a su modo. Por lo menos recibió el perdón de Deidara y eso lo hacía muy…muy feliz.
-El diseño debería ser más fresco y juvenil. Incorporen colores vivos como el rojo, azul, amarillo, naranja, verde…- Indicaba Deidara que era el encargado de darle vida a la tarima.
-Deidara- llamo Konan –Hace ya varios minutos tu móvil no deja de sonar- le aviso, el rubio registro sus bolsillos y saco el aparato devolviendo la llamada.
-Pensé que nunca hablaría contigo- ese tono francés era tan reconocido para él.
-Soy todo oídos Sasori… Para que soy bueno-
-Adivina que persona escogieron los británicos para que trabaje con ellos-
-Tu-
-No idiota… tu-chillo –Mientras estuviste aquí, unos británicos vinieron a inspeccionar nuestros trabajos. El día que te fuiste, vieron tus obras y quedaron encantados, ahora quieren llevarte para Londres…-
-¡QUE!- no podía creerlo.
-Quieren que te mudes a Londres-
-Sasori pero solo puedo trabajar con ellos durante las vacaciones porque…-
-No te preocupes. Les explique tu situación y ellos entendieron, así que concluyeron que seguirías tus estudios de medicina allá, además te darán un apartamento y yo te voy acompañar-
-Sasori detente… necesito procesar toda esa información. No puedo creerlo-
-¡Pues créelo! Estas oportunidades se presentan una sola vez en la vida… No puedes rechazarle-
-Pero y mi familia…-
-Ellos estarán súper contentos ¡DEIDARA DEJA DE DUDAR!- le grito –Los británicos te darán 2 semanas y media para que les des una respuesta. Así que piénsalo bien- con eso término la conversación.
En ese momento el francés se puso a saltar de alegría. Era una gran oportunidad ahora que su nombre se propagaba por Europa no podía rechazarla… Era perfecta la propuesta… Encima le daban el beneficioso de seguir con sus estudios, estaba súper emocionado. Tomo a Konan de la cintura alzándola, dándole vueltas en el aire y dándole un beso en la mejilla.
Quería gritar, quería salir corriendo a contarle a su familia, a sus amigos, a Itachi… Itachi… Itachi. Si se iría no volvería a verlo por un largo tiempo, pero ¿Por qué se entristecía? El mismo había decidido perdonarlo y aunque no establecían conversaciones desde aquella cena, el lo consideraba un amigo… Amigo… una palabra que le quemaba el gusto al pronunciarla. Era difícil mentirse a sí mismo cuando estaba perdidamente enamorado de esa persona. No podía tener una relación con él, su uso de razón no se lo permitía mientras su corazón a gritos le decía que mandara todo a la borda.
En ese momento el Uchiha salió al jardín trasero a observar como transcurría la elaboración de las tiendas de comida que se ubicaban en toda la entrada. Deidara se le quedo mirando un buen tiempo, Itachi se dio cuenta y se sorprendió al ver que se trataba de Deidara que enseguida le sonrió. El corazón del rubio se acelero.
Tenia que buscar el momento para decirle la noticia…
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-¡NO PUEDO CREERLO! ¡CONFIE ENTI MINATO!-
-Cariño… Eso quedo en el pasado-
-¡MATARON A UN BEBE! ¡A TU PRIMER HIJO!- Kushina gritaba por toda la casa –No puedo creer que no hayas confiado en mi… Y ahora me entero que mis bebes tienen la misma condición-
-Existe una posibilidad de que Naruto no la tenga… Kushina- la tomo por las muñecas –Yo te amo- la rojiza lloraba.
-¿Por cuánto tiempo más pensabas ocultármelo?-
-No quiero perderte por mis errores pasados… Perdóname, perdóname- el rubio comenzó a llorar.
-Quiero irme a Paris-
-Mudemos otra vez entonces-
-¡No! Yo sola… Deidara es mayor de edad y Naruto puedes cuidarlo tú- en ese momento entraron ambos hermanos que llevaban escuchando la discusión hace unos minutos.
-Oka-san no te vayas- la abrazo Naruto, Deidara miro a su padre extrañado. Nunca habían escuchado a sus padres discutir – ¿Que hiso Oto-san?- Minato decayó, se arrodillo y conto toda la verdad a sus hijos.
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Dos semanas exactamente habían pasado y se podía decir que ya nada era igual que antes. Kushina se fue a Paris por un tiempo, le dijo a sus hijos que quería estar sola para pensar las cosas. Y para sorpresa de la familia Uchiha, Mikoto le pidió el divorcio a Fugaku. Al principio el hombre Uchiha se arrodillo, lloro, suplico para que su amada no lo dejara pero Mikoto se marcho explicándoles a sus hijos la realidad.
Itachi y Sasuke se sorprendieron por tan repentina separación pero al enterarse de los motivos, comprendieron a su madre que les suplico que se quedaran en la mansión. Los jóvenes siguieron dolidos con sus vidas evitando cualquier contacto con su padre mientras se terminaba el papeleo del divorcio.
-¿Iras al concierto teme?- pregunto Naruto en el almuerzo.
-Lo siento, pero tengo que hacer unos anuncios publicitarios para la empresa-
-Entonces te acompañare…-
-¡NO!- Naruto lo miro ofendido –Quiero decir… tu hermano te necesita ese día. Yo apenas termine me acercare- El rubio hiso un puchero muy tierno de la cual el Uchiha le robo un beso rápido –Lo prometo- le guiño un ojo.
-Etto sasuke…- bajo su cabeza -¿Cómo está Mikoto?-
-Oka-san está visitando su familia en México… Dice que está muy bien…-
-¿Y va en serio lo del divorcio? ¿Qué pasara con ustedes?-
-No te preocupes dobe- sonrió tristemente y le revolvió los cabellos. No quería demostrarle a su amado lo afectado que estaba pero no dejaría que eso lo dañara… si sus padres se divorciaban el siempre seria un Uchiha. Observo a Naruto, la razón por la cual aun seguía con vida… Estaba decidido, no podía vivir sin esa persona… Lo amaba con toda su alma. Si impórtale los espectadores tomo a Naruto de la barbilla juntándolo en sus labios.
Lo beso apasionadamente… quería que todos se enteraran que Naruto era su novio…
-Sasuke… ¿Qué…que haces?- se sonrojo
-Te beso no ves dobe- y nuevamente junto sus labios.
::::::::::::::::::5 horas más tarde::::::::::::::::::
Las personas se acaparaban cerca de la tarima, desde que las fanáticas se enteraron que en esa universidad se presentaría el mayor ídolo rockero estaba haciendo fila para entrar. Deidara hiso un gran trabajo en la decoración del lugar. Naruto saludo con ánimo a su hermano apenas llego, el rubio mayor estaba sufriendo un paro cardiaco.
-¿Que ocurre Oni-chan?-
-¡NARUTO!- lo tomo por los hombros y lo sacudió con fuerza – ¡TU ERES MI SALVACION!- El presidente estudiantil estaba sufriendo un ataque de nervios de una esquina –Como toda caprichosa estrella de rock, nos pidió un pianista. Pero ya le llevamos 5 persona y ninguna le gusta, entonces nos amenazo con no salir a cantar. Las fanáticas están como locas-
-No exageres- Deidara dirigió a su hermano menor detrás del talón que por medio de una abertura se veía todo el jardín.
-¡QUEREMOS A TOKYA! ¡QUEREMOS A TOKYA!- las fanáticas gritaban.
-Pero hay un problema… y si yo tampoco le gusto-
-¡Oh por favor! Como no le vas a encantar, no eres el pequeño pianista de Paris por nada-
-Eso fue hace mucho-
-Solo unos meses… Vamos hermano no te hagas rogar- lo jalo por los brazos y le aviso al presidente que tenía otro candidato para el puesto. Rápidamente fueron hasta una puerta donde tocaron, se escucho un seco “Adelante” y allí se encontraba un joven de unos 17 años con cabello castaño, piel blanco, un piercing en el labio inferior y sus encantadores ojos azules, sentado en un gran sofá con los pies subidos a una mesa cercana. Al ver a Naruto sonrió de lado.
-Pensé que se habían rendido- su tono seductor derretía a cualquiera, fueron hacia otra sala para que Naruto demostrara sus habilidades con el piano. Que para sorpresa de Tokya el francés resulto ser todo un experto –Vístanlo, el será mi acompañante-
La noche llego y la universidad estaba rebosada por jóvenes aburridos de la rutina. En ese entonces la dulce melodía de un piano inundo el ambiente. Las chicas gritaron como locas. Naruto salía desde abajo tocando un piano de cola blanco vestido del mismo color, mientras que tokya corría por el escenario para comenzar la canción.
La canción comenzó y todo era tan perfecto, los acordes de Naruto y la voz de Tokya eran tan equilibrados, tan hermosos, se envolvían como una sola haciendo el amor. Al finalizar Tokya hablo por el micrófono agradeciendo a sus fans por venir, las chicas lloraban emocionadas.
-Pero esta noche es especial- siguió hablando –Naruto Uzumaki, en este lugar hay una persona que te ama con locura- camino hasta el rubio que se levanto con la mirada ansiosa por si veía a Sasuke en el publico –Sasuke Uchiha me mando a decirte estas palabras- saco una hoja de su bolsillo trasero.
“Naruto Uzumaki Te amo con toda mi vida, sé que no soy muy romántico. Pero lo que te quiero decir es muy importante, y quise hacerlo totalmente diferente” volvió a guardar la hoja en el bolsillo.
-¡Esperen! necesito hacer esto como se debe y como me mandaron- se apoyo de una rodilla en el suelo y un pie. Agarro el micrófono –Naruto Uzumaki ¿Me harías el honor de casarte conmigo?- el rubio abrió los ojos sorprendido, las chicas gritaron –Bueno, mi labor ya está hecho, Buenas noches a todos- dijo por el micrófono y todas las luces se apagaron.