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Killer Men (Hombres Asesinos) por Charly D

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Notas del capitulo:

By Rochelle Smidi

 

"Tratar de conseguir un papely hacer todo por ello puede tener consecuencias terribles"

 

Nuevo episodio

"Ángel, bailarín"

 

Las palabras de mi padre hicieron eco en mi mente, el mundo a mi alrededor perdió su sonido, sin embrago el recuerdo de mi padre mandando a la mierda lo que para él es algo “estúpido” inundaba mi mente: mi sueño, mi deseo, mi pasión, mi vida… todo se había perdido.

Ese día salí corriendo de casa, no podía soportar escuchar aquellas palabras de decepción y reprobación hacia el hijo que acababa de resultar ser una vergüenza total. El ambiente se volvió pesado, podía sentir como la gente me miraba con confusión pero muy a lo lejos clavada fuertemente en mi espalda seguía la mirada reprobatoria de aquel al que aún llamaba “padre”, lo más triste es que él no me nombró como “hijo”, ahora me había convertido en “Ángel” únicamente.

Estaba huyendo lo sé, pero quería largarme lo más pronto posible de aquel maldito lugar, en donde no soy nada… sin darme cuenta de repente todo cambió totalmente, como si acabara de llegar a otro mundo.

Mi respiración se tornaba agitada, era tan obvio que estaba perdido y sin ninguna posibilidad de escapar, por la confusión había olvidado llevar mi billetera conmigo. La lluvia empezó a caer lentamente, pasando a través de mis plateados cabellos, recorriendo todo el contorno de mi rostro, desde mis ojos escarlata hasta mis secos y pálidos labios, bajando por mi cuello hasta llegar a mi pecho… estaba empapado, pero el frío lograba calmar mis sentidos.

—Si te quedas ahí parado vas a resfriarte, —una extraña voz perforó el silencio que hasta entonces había estado presente…

—No importa, ya nada importa.

—Sí que importa, puedes morir… tu madre de seguro se pondría triste.

—Está muerta, y de igual manera no me importa si muero… eso haría las cosas más fáciles.

Ni siquiera me di cuenta cuando aquel extraño sujeto se paró enfrente de mí, fui capaz de notar cómo sus hermosos ojos grises examinaban los míos… 

—Tus palabras contradicen lo que tus ojos me dicen, —lentamente estaba acercándose a mi…  dios, el calor de nuestras respiraciones era intenso.

—N-no comprendo lo que quieres decir…— diablos, ¿cómo es posible que ese hombre me pusiera nervioso?

—No lo entiendas, no lo necesitas.

Así es no lo entiendo, no entiendo por qué mi mundo se derrumbó gracias a que por fin tuve el coraje suficiente para decirle a ese sujeto cómo me sentía, lo que quería hacer realmente aunque eso significara mandar a la mierda todo el dinero que había invertido en mis estudios, lo único que importaba para él… Pero…

—Tampoco quiero entenderlo.

Tomó mi rostro entre sus manos y poco a poco la distancia entre nosotros se fue acortando, mis labios rozaron los suyos dándome un sentimiento de deseo y posesión; lo besé, sus labios eran tan dulces que empezaban a embriagarme, pronto me tomo de la cintura haciendo que nuestros cuerpos se rozaran, dejándome sentir sus bien formados músculos. Mordió mi labio inferior, haciendo que abriera mi boca para luego introducir su lengua en ella, pronto nuestras lenguas estaban luchando por seguir el ritmo del otro, creando una sensación jodidamente caliente. Pasé mis brazos alrededor de su cuello y eso sólo logró que él agarrara mi trasero, elevándome al nivel de su cintura, haciendo que su fornido torso quedara en medio de mis piernas; el roce de nuestros miembros fue majestuoso; por suerte las calles estaban deshabitadas por la tempestad que envolvía aquel excitante momento…

—Eso es bueno…

No logré saber cuál era su nombre… Simplemente, me dejé llevar.

 

*~*~*~*~*~*~*~*~

 

Calor, eso es lo que siento cada vez que el sonido de la música envuelve mi cuerpo, pasando a través de mi columna vertebral transportándose hacia mis demás sentidos, haciéndome suyo manejándome a su antojo como si fuera una marioneta, moviéndome a su ritmo… Para mí bailar lo era todo, no había sensación más placentera que esa, ni siquiera el sexo podía hacerme sentir tan vivo.

— ¡Vaya, no cabe duda que cada día no dejas de sorprenderme!— dice mi amiga Anna—. De seguro obtendrás el papel principal.

—No lo dudes, es mi meta después de todo—le digo sonriendo pícaramente.

En ese instante aparece el director, un hombre alto y bien formado, sus penetrantes ojos marrones y sus sensuales bucles hacían que tuviera a toda la producción detrás de él. Por supuesto desde hace mucho tiempo era uno de mis objetivos y esta noche iba a lograr obtenerlo; deseaba con ansias ese papel y un poco de sexo no estaría nada mal para empezar a celebrar mi triunfo.

—Sí que está muy bueno el director—me dice mi adorada amiga—. Puedo sentir las miradas de lujuria de toda la producción incluso a kilómetro de distancia.

—Yo también—le digo y rompo a reír.

—De seguro debe ser toda una fiera en la cama—dice mi amiga haciendo muecas sexuales.

No digo nada, me dedico únicamente a contemplar a mi víctima, relamo mis labios y me dedico a sonreír: definitivamente esta noche iba a ser inolvidable…

 

Llegó la hora del almuerzo, mi víctima estaba sentada a tan sólo dos mesas lejos de mí, así que para captar su atención empecé a degustar de mi dulce manzana, mordiéndola sensualmente y lamiendo su dulce y jugoso líquido… Conseguí lo que quería, él me miraba con lujuria y pasión y yo continué degustando la fruta prohibida que se encontraba en mis manos…

Muy pronto me encontraba en la cama de un hotel con él sobre mí, nuestras respiraciones quemaban, lo cual hizo que recordara aquel día lluvioso en donde decidí que daría todo de mí por lograr mi sueño, en donde descubrí la verdadera pasión… Así que cada vez que mi víctima pasaba sus manos por mi piel llegando hasta mi miembro, dándole muchos cuidados, yo imaginaba que era él: aquel chico de ojos grises. Imaginé que era su piel la que saboreaba, sus labios los que besaba con tanta pasión, su lengua la que luchaba contra la mía y que era su miembro el que rozaba contra el mío… Aún estaba clavada sobre mí aquella plateada mirada, imaginé que era aquella gruesa voz la que hacía gemir de placer al saborear con lujuria su miembro erecto y por un momento desee que fuera él el que me hacía suyo, introduciendo su miembro en mi entrada, haciéndome gemir de placer por cada embestida hasta al fin poder sentir aquel líquido caliente dentro de mí, llevándome al éxtasis… Aquella noche soñé que hacía el amor bajo la lluvia nuevamente.

 

Desperté, pero no con el hombre con el que hice el amor anoche, desperté con el director envuelto en sábanas blancas, durmiendo plácidamente; aquella noche la disfrute pero no con él sino con el tipo de la mirada plateada…

—Anoche fue maravilloso—me dijo mientras se levantaba y me daba un beso.

—Lo fue—le dije correspondiendo el beso—. Espero obtener una buena recompensa por esto.

Le hablé sin rodeos, él me miró con sorpresa y luego sonrió…

—Por supuesto, pide lo que quieras.

Sonreí pícaramente, había conseguido lo que quería.

 —El papel principal, lo quiero.

—Es tuyo.

 

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

Sangre, la sangre de mi padre cubría mis manos, mi camisa y mis pies. Había matado al hombre que me dio la vida, mi padre… pero aún muerto, para él no era su hijo, era Ángel únicamente. Aquel que había tomado su vida con sus propias manos, segado por la ira, el odio, el rencor… ya nada importaba, lo había matado y ya, por mis oídos aún se escuchaban los incesantes gritos de dolor y agonía luego que clavara la vieja daga que el abuelo guardaba con mucho cariño en el baúl del sótano, sin saber que terminaría por perforarle el corazón a su amado hijo… Aquellos gritos no paraban, seguían en mi mente a pesar de que su cuerpo estaba frío, frío como lo era su corazón… frío como se había vuelto mi alma, mis ojos escarlata ya no reflejaban la mirada de un pequeño niño soñador, no, ahora eran los ojos de un asesino…

Desperté, estaba empapado por mi propio sudor… tomé una larga ducha fría, necesitaba despertar de aquella pesadilla, así como todas las mañanas me alisté para ir a la Escuela de Artes. El día de hoy era diferente: anunciarían los papeles principales en la presentación final, el obtenerlo era mi meta, podría por fin hacer mi debut en el mundo del espectáculo. Desayuné y dejé preparado el almuerzo para Anna, quién siempre se levantaba tarde… A veces no lograba entender cómo era posible que fuera tan buena, ya que siempre llegaba tarde a las prácticas.

—Ya me voy mamá—le dije al amanecer, a mi madre le encantaba, decía que la vida empezaba siempre al amanecer ya que dios te daba la oportunidad de dejar atrás todos tus problemas y empezar de nuevo…

Llegué, no había nadie como siempre, lo que me permitiría moverme al ritmo de la música libremente, sin seguir órdenes absurdas por parte de los coreógrafos, sin ruido, sin estorbos por parte de los ineptos sin talento que se la pasan atrasando a los demás.

Estaba a punto de empezar cuando un sonido interrumpió mi rutina, me dirigí hasta el lugar donde provenían aquellos incesantes sonidos, poco a poco me fui acercando y aquellos extraños sonidos se convirtieron en gemidos de placer y excitación; dudé por un momento, no sabía si era correcto continuar o no, pero opte por lo primero…

No podía creer lo que estaba viendo, mi mejor amiga, Anna estaba gozando de un excitante momento sexual con ¿quién creen? El mismísimo director. No soporté ver como el rosto de mi amiga hacia todas aquellas muecas sexuales mientras el director lamia cada parte de su delgado y sudado cuerpo.

—Tendré el papel principal, ¿no?—las palabras de Anna hicieron que detuviera mi marcha—. ¿O acaso me dirás que este momento no fue lo suficientemente excitante?

—Es tuyo.

—Lo sabía.

Sus palabras inundaron mi mente, me habían traicionado… nuevamente habían pisoteado mi sueño. Quería matarlos, no… matarlos no sería suficiente debía hacerlos sufrir, debía pisotearlos de la misma manera en que mi sueño sufrió el mismo destino de parte de ellos. Mis ojos escarlata brillaban de ira y venganza, tenía sed, una sed que no iba a ser saciada hasta ver en mis manos su sangre, la sangre de aquellos traidores.

 

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

 

“Todo pasó tan rápido…”

El director estaba muerto y junto a él mi amiga Anna había sufrido el mismo destino… quien se hubiera imaginado que la estrella principal del show iba a morir luego de haber sido anunciado su debut en el escenario, supongo que eso sólo lo podría haber sabido la misma persona que planeó su muerte, la misma persona que realizó una llamada anónima para que se dirigieran juntos al lugar del encuentro, un frío y solitario acantilado; nadie imaginó que el confiable mecánico del director olvidaría chequear los frenos esa mañana, sin imaginar que el ángel de la muerte rondaba sigilosamente cerca de ellos, esperando con sed de venganza llevarse todo lo que ellos le habían arrebatado, fue una muerte dolorosamente rápida…

— ¿Los mataste?—me preguntaba una voz conocida, la cual llevaba mucho tiempo de no escuchar—. Respóndeme Ángel, ¿los mataste?

—Sí, lo hice…

— ¿Por qué?

—Por mi sueño—me quedé en silencio unos minutos y continué—. Por la misma razón por la que maté a mi padre y hui de casa.

 —Lo sé…—me dijo—. Ese día tenía orden de arrestarte pero…

—Si…—lo interrumpí—. Yo también me enamoré de ti…

 

El lugar fue invadido por el silencio ninguno de los dos pronunciaba palabra alguna… Pero ambos sabíamos el precio que cada uno estaba pagando. El ángel de la muerte sólo había conseguido despertar la ira de dios, el cual terminó por arrebatarle sus alas a cambio de las vidas que había tomado sin permiso alguno.

—No voy a arrestarte—me dijo mientras se acercaba lentamente hacia mí, nuestras respiraciones chocaban nuevamente—.Ya estás pagando por tu crimen.

Mis lágrimas empezaron a caer de mis ojos, fui un idiota cegado por el odio y la venganza que había dentro de mí en aquel momento… Maté a mi mejor amiga, la única persona que me había apoyado en todo el momento, ¿y qué ganó con eso? Sólo que yo tomara su propia vida a cambio.

 

—Fuiste un chico con suerte, hubieras podido haber muerto—aquella mirada consigue envolverme nuevamente—. No te preocupes yo te cuidaré.

Sus dulces palabras sólo hacen que los recuerdos regresen a mí: el cuerpo de mi padre sobre un mar de sangre, el auto envuelto en llamas en donde viajaban el director y mi amiga Anna, y yo… el instante en que la policía me encuentra y toda la culpa y el miedo me envuelve lentamente haciendo que me tire del tercer nivel del edificio donde se suponía lograría realizar mi tan deseado sueño, por el cual he cometido algo impensable, por el cual lo he perdido todo…

—No volverás a caminar… el médico dijo que tuviste suerte.

—Lo sé…—le digo sin mostrar expresión alguna—. Ya nada importa.

—Sí importa.

— ¿Por qué? ¡¿Qué esperanza puedo encontrar a partir de ahora?!

—No la busques—me dice mostrando una sonrisa—. Siempre ha estado a tu lado todo este tiempo.

La luz del amanecer invadió la habitación de la clínica donde nos encontrábamos, aquel era el comienzo de un nuevo día, de una nueva oportunidad de vivir y por suerte aún seguía aquí a pesar de todo lo que había hecho…

—Nunca dije que la había estado buscando…

Después de eso nos besamos, intensificando el deseo a cada minuto, estábamos vivos y nos necesitábamos el uno al otro…

—Siempre quise saber cuál era tu nombre…—le pregunté, interrumpiendo nuestro momento íntimo.

—Dejémoslo para más tarde.

Notas finales:

¡Gracias por su lectura!


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