Lo imposible
VI
Decisiones
Diez meses han transcurrido desde la primera vez que un ángel cantaba por las noches en The Black Order, sus cantos tan hermosos como melancólicos habían cautivado a la población entera, esos cantos eran el consuelo que los sirvientes agotados anhelaban escuchar al culminar su martirio, eran la canción de cuna de varios soldados, era la bendición de Morfeo antes de su llegada. No obstante cada uno de los habitantes sabía el dolor que matizaba esa dulce voz.
En el jardín del palacio se encontraba un hermoso peliplateado con apariencia delicada y de rostro afable, cantaba con dulzura a una criaturita que en brazos llevaba. Caminaba cerca de un gran árbol flanqueado de flores multicolores, el viento jugaba con sus mechones plateados al igual que el pequeñín que agitaba sus bracitos con alegría.
--Ha pasado tiempo, Lavi. –dijo Allen recargándose en el árbol.
--Allen-chan, sigues sorprendiéndome… ¿Cómo sabías que estaba aquí? –decía un asombrado pelirrojo mientras se acercaba. –Ahora que recuerdo, Tikky mencionó algo sobre tu deseo de unirte al ejército ¿Puedo preguntar por qué?
--Ya lo dije una vez. Quería estar cerca de él. –contestaba Allen atento a los movimientos de su bebé –Tal vez no tenga la complexión de un soldado pero lo compenso en otros aspectos, soy bueno en infiltración, él mismo me asignó varias misiones en las que muchos habían fallado, eran realmente peligrosas puesto que jamás regresaron. –se sentó y colocó al bebé en sus piernas para jugar con él –Yo en cambio volvía y le restregaba en la cara me necesitaba, que sin mí sus victorias serían nulas, que yo era mejor que cualquier soldado que él haya entrenado.
--Allen-chan, tengo la sensación que lo que me dices es verdad pero también algo en mi cabeza dice que no puede ser posible. –dice Lavi sentándose a su lado. –Allen-chan… ¿Cómo te trata Yu?
--… Es amable… él está, intentando conquistarme. –casi en un susurro habló Allen.
--¿Conquistar?
--Sí, tiene la teoría que si hace que sus esclavos caigan a sus pies… se entregarán sin ningún tipo de remordimiento lo que le brinda mayor placer… “Conquista su corazón y ellas te entregarán su alma”… le enseñaron esa frase en su infancia. –Allen parecía sumergido en sus pensamientos, como si recordara la ocasión exacta en que escuchó tales palabras.
--¿Y… lo está logrando? –Lavi parecía confundido por la explicación del peliplateado aunque eso no le impidió seguir con sus preguntas.
--Es extraño escuchar lo que dice, es extraño ver los detalles que tiene con migo, es muy extraño porque… esas son tácticas para conquistar chicas y yo… por más tangible que sea el hecho de haber traído al mundo a otro ser humano no quiere decir que se me tenga que tratar como a una.
--Entonces ¿No te ha obligado a nada? –dijo Lavi con extrañeza.
--No, hasta ahora. –contestó Allen con un tono neutro.
--Sabes que ‘eso’ pasará ¿Cierto?
La expresión que Allen mostraba no auguraba nada bueno según el pelirrojo quien trataba de adivinar lo que pensaba el otro. Había soportado un mes entero estar encerrado por las noches en el harem del rey para que los días se los dedique única y exclusivamente a su bebé, su canto se seguía escuchando lo que era prueba que no ha habido forcejeo, y si Allen posee todas las habilidades de las que se jacta un buen espía entonces…
--Allen-chan, ¿Por qué no aceptas entregarte a él… aunque sea una noche? –la voz de Lavi era suave, tanteaba terreno para lo que se proponía.
--No quiero. –contestó tajante.
--Podría ser por agradecimiento ¿No lo crees? Después de todo, él pidió que se atendiera bien, no te dio el trabajo de un sirviente y estuvo contigo cuando Noah nació, él te cargó hasta la torre de vigilancia, sujetó tu mano y te dio ánimos en los instantes que parecías haberte rendido. –decía Lavi para presionarlo.
--¿Entregarme por agradecimiento?... Así no funcionan las cosas Lavi, no para mí. –dijo Allen con convencimiento.
--¿Tanto amas a Tikky como para arriesgar tu integridad? No te digo esto sólo para satisfacción de Yu… cuando él toma lo que quiere por las malas, es cuando su malvada naturaleza sale a flote. Realmente no quiero verte lastimado Allen-chan.
--¿Amar a Tikky?... ¿Cómo voy a amar a alguien que no es capaz de luchar por su hijo y por mí?… No temas por mí. No haré nada que yo no quiera y nadie me hará cambiar de opinión, ni siquiera el rey. –dijo decidido Allen. A pesar de su conversación con Lavi, no había dejado de jugar con el bebé que seguía sonriente.
--Allen-chan… Yu es dueño de casi todo el mundo, no hay lugar al que se pueda huir. –decía Lavi con el mismo tono que se usa para explicar a los niños la inexistencia del ratón de los dientes.
--Tú lo has dicho… –respondió Allen mirando fijamente a Lavi –‘casi ’.
Las sospechas de Lavi fueron confirmadas. Su mente trataba de hallar un plan para hacerle entender a ese ángel que tenía enfrente que la única forma de salir vivo de ese castillo era complaciendo al rey. Le había tomado cariño, Allen era un gran amigo, pero el miedo hacia su rey le impedía brindarle ayuda.
Las noches en The Black Order eran frías… el canto que solía acompañar a los habitantes no se escuchó esta vez. Tampoco el llanto de un recién nacido. El silencio era ensordecedor, confundía a los soldados, parecía una de esas noches que precedía a la batalla decisiva.
>>Continuará...