Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lo imposible por Kunay_dlz

[Reviews - 34]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos, lameto la demora (de doce horas). Aquí el último capítulo de este fic. 

Muchas gracias a tod@s por su apoyo n.n

De antemano les pido que no me maten, por favor.

 

 

Lo imposible

IX

… sucedió.

 

 

 

Allen observaba cada pequeña expresión del rey, buscaba el más mínimo detalle que le indicara peligro. Entonces lo vio. Los músculos tensos. La respiración agitada. Esos ojos obscuros se volvieron más fríos, fijaron un objetivo, parecían ojos de halcón en busca de su presa… y, era él.

 

Muy al contrario de lo que se pudiera pensar, Allen no sintió pánico, no se paralizó, no fue una víctima de las circunstancias. La adrenalina invadió cada parte de su cuerpo, los sentidos se agudizaron, buscaba rutas de escape y su cerebro tramaba estrategia tras estrategia en caso de una sola variable en ellas… estaba decidido, no esperaría más.

 

Era la hora de abandonar The Black Order.

 

En menos de cinco segundos evaluó la situación en la que estaba, los soldados que le rodearían, el noventa por ciento de la población está bajo las órdenes directas del rey. Diez mil soldados contra un… Allen… y un bebé.

 

Ningún movimiento deberá ser en falso: noquear a Yu, ir por Noah, alejarse del castillo, salir de The Black Order, atravesar el imperio de un furioso rey y empezar una vida para él y su bebé. Éste es el plan a seguir, el método… la improvisación siempre fue su fuerte. Parece la misión más descabellada a la que jamás se enfrentaría. Sin embargo, él es Allen, las misiones difíciles le toman segundos y las que sólo un demente se atrevería a realizar, le tomaban un par de minutos.

 

Un leve cambio en la expresión del rey que seguía sobre él, le hizo salir de sus acelerados pensamientos. Al sentir el brusco movimiento con el que el rey intentaría despojarlo de las finas telas que apenas cubrían su bello cuerpo, hizo una de las tantas maniobras que le habían salvado la vida en innumerables ocasiones. Se liberó del agarre que el rey ejercía en sus muñecas, un leve desplazamiento hacia la izquierda le permitió alejarse lo suficiente para ponerse de pie y enfrentarlo directamente.

 

El rey apenas tuvo tiempo de reaccionar, justo en el momento en que tomaría lo que ha estado esperando su hermoso ángel se alejó de él con un grácil movimiento, lo observaba con aturdimiento ya de pie frente a él. Su mirada parecía otra. La tristeza que una vez habitó en sus ojos ya no estaba, la dicha de tener a su hijo en sus brazos no aparecía, la alegría que contadas veces brilló con intensidad parecía jamás haber existido… sus ojos se volvieron fríos, calculadores, atravesaban el alma. Ya tenía un objetivo y todo apuntaba a que lo cumpliría. Dudó por una milésima de segundo. ¿Seguir adelante o retractarse?

 

--¿Por qué te entregaste a Tikky… qué hizo él que le permitiste dejar su rastro en ti? –decía el rey conteniendo su enojo -¿Qué hizo él para que te niegues a entregarte a mí? –cada palabra le ayudaba a levantarse, como una daga, su mirada se fijó en el ángel que le desafiaba.

 

Él era el rey.

 

Él tenía el poder.

 

Nadie se revelaba ante él.

 

Nadie, ni siquiera un moyashi con apariencia de ángel.

 

Él, Yu Kanda, jamás se doblegaría ante nadie.

 

Él era un dios en ese mundo lleno de débiles que pedían a gritos la llegada de un ser supremo que los gobernase.

 

Él podía hacer lo que quisiera… y lo que él quería era tener ese ángel mostrándole un rostro lleno de placer.

 

El castillo de The Black Order parecía temblar. Algo en el interior del castillo era el causante de tales temblores, los guardias en turno se aproximaban al epicentro del escándalo fuera de lo común y lo que encontraron los dejó sin aliento: el ángel luchaba contra el rey.

 

El salón del harem estaba irreconocible, parecía un campo de batalla en el que continuaban peleando el rey y un ser que había firmado su destino, golpes, patadas, piruetas y movimientos de lucha que jamás habían visto libraban al ángel de las garras del rey. Los guardias que estaban de espectadores no se atrevían a mover un músculo, simplemente lo que estaban presenciando era irreal.

 

Luego de analizar los movimientos de Yu, al fin encontró un punto ciego… de un certero golpe logró desconectar sus sentidos por un tiempo. Se volvió hacia los guardias, los pasó de largo, sumidos en su estupor no reaccionarían en unos minutos. Con una velocidad casi inhumana, se cambió de ropa, fue por su bebé y en un saco colocó lo necesario para un viaje, el primero de Noah… Mientras se daba la alarma de un fugitivo dentro de las murallas del castillo, Allen estaba por cruzar la gran puerta hacia el exterior de The Black Order.

 

--¡Cierren las puertas! –escuchó Allen que gritaban desde lo alto de la muralla –¡Son órdenes directas! –se justificaba el soldado.

 

Se habría sorprendido si no fuera una de las diecisiete variantes que había desarrollado. La otra ruta de escape era por la parte trasera del castillo puesto que parecía conectado con un frondoso bosque que además le permitiría ocultarse sin mucho esfuerzo, retrocedía con cuidado de llamar la atención, a su paso observaba como cada habitante se preparaba para intervenir en caso que el rey lo solicitara… otra variante, ahora debía pasar desapercibido. No podía darse el lujo de pedir ayuda a alguno de los sirvientes que encontraba a su paso, exponer a alguien más al peligro de desafiar a l rey no estaba en sus planes, además el miedo irracional que todos le guardaban no ayudaría de todas maneras.

 

Un mes ha pasado desde el escape de Allen y Noah. Toda la población ha participado en la búsqueda dentro y a los alrededores de The Black Order. El bosque ha sido peinado más de cinco veces al día, las colinas han sido custodiadas, los caminos han sido bloqueados y pequeños grupos de patrullas los han recorrido en la búsqueda de un muchacho con un bebé en brazos, las casas han sido registradas y por más que se extiende  la búsqueda no se han hallado pistas del fugitivo. Parecía que había desaparecido. Su recuerdo se convertía en una ilusión. Los soldados que no lo habían conocido no estaban seguros de lo que buscaban. Platicaban entre ellos, un muchacho, un bebé, un niño con la apariencia de ángel, una belleza andante… cada vez se confundían más.

 

En el castillo un rey fuera de control arremetía contra el pobre solado que informaba sobre los nulos avances en la localización del fugitivo. La furia del rey crecía cada día, el haber sido noqueado (por solo un par de minutos) no le cabía en la cabeza… ni siquiera en las batallas que luchó en su vida le habían propinado un rasguño, en cambio este moyashi…

 

--Mi rey, el plazo se ha cumplido, he venido por Allen.

 

Esas palabras resonaron en el salón del trono como un potente trueno. El rey estaba tan sumido en sus cavilaciones que no escuchó la aproximación de… Tikky Mikk. Lo miró, estaba ahí de pie, frente al trono, lucía agitado… acababa de llegar.

 

Tenía ante él a ese que tuvo al moyashi.

 

--El plazo, de un año, se ha cumplido, majestad. Me llevaré a Allen.

 

--General, es grato volverlo a ver. –dijo Lavi aproximándose al rey –¿Podría decirme el motivo de su visita?

 

--He venido por Allen, excelencia. –contestaba Tikky con calma.

 

--Oh es bueno saberlo. Sin embargo, Allen-chan desapareció hace un mes para ser precisos. –la mirada de Lavi estudiaba cada reacción de Tikky.

 

--¿Un mes? –el rostro de Tikky no mostraba sorpresa. Yu y Lavi lo notaron, sin duda esperaba que algo similar pasara –Para poder llevarlo conmigo, debemos casarnos en las puertas del pueblo ¿no es así?

 

El rey afiló su mirada. Tikky hablaba como si la desaparición de Allen fuera de lo más normal, como si supiera con exactitud en dónde encontrarlo… No era posible. Toda la población ha estado buscándolo por un mes entero y no encontraron nada. ¿Cómo se atreve ese a pensar en la posibilidad de hacer lo que todo el escuadrón especial bajo las órdenes directas del rey no ha logrado hacer hasta ahora?

 

--Así es… Dígame general, sé que es imposible pero tengo la sensación que sabe cómo localizar a Allen-chan, ¿Cómo lo llevará a las puertas del pueblo para casarse? –la voz de Lavi había cambiado un poco.

 

--No lo llevaré excelencia, él legará por su cuenta.

 

Esa afirmación dejó perplejo a Lavi. El rey sintió cómo su instinto asesino crecía con cada palabra que Tikky decía. No había rastro de Allen en todo The Black Order ¿Cómo él llegaría de la nada a una boda?

 

--¿No quiere saber lo que sucedió en este año, no desea saber de su hijo general? –decía Lavi.

 

--No es mi intención ser grosero, pero Allen me lo dirá. Ahora debo llevar a alguien que valide matrimonios a las puertas del pueblo, si me tardo demasiado puede que me golpee.

 

--El trato no se cumplió. –La ácida voz del rey detuvo todo intento de Tikky de retirarse de la sala, Lavi se tensó. –El trato era quedarse un año a mi lado, él ha estado ausente un mes.

 

Todo quedó en silencio. El aura obscura del rey era casi palpable. Lavi parecía no respirar. Tikky los observó por un instante para luego desviar su mirada hacia el mismo lugar de donde Lavi había salido, su rostro se iluminó, una sonrisa se asomó en sus labios, controló el impulso de ir al encuentro de ese ser que cargaba un bultito en sus brazos.

 

Yu y Lavi observaron los cambios en Tikky, mandaron al protocolo muy lejos y se volvieron con brusquedad hacia donde Tikky miraba. Asombro era poco lo que sentían, avanzaba hacia ellos nada más y nada menos que Allen con su bebé. Ambos igual de hermosos que como los recordaban.

 

--Pasé exactamente un año a tu lado Yu, el que no me hayas visto no es mi problema.

 

Ese salón que había permanecido en la obscuridad se iluminaba con cada paso con el que Allen se aproximaba a ellos. Parecía tan irreal. Sus plateados cabellos, sus ojos grises, su fina complexión y un pequeño angelito en brazos. Pasó de largo a Lavi y al rey, caminó directo hacia Tikky.

 

--Shonen… –susurraba Tikky –shonen ese… ¿Es mi hijo? –decía refiriéndose al bultito que se removía.

 

--Idiota, ¿De quién más podría ser?

 

--Se ve que me extrañaste, shonen.

 

--Ni en tus sueños.

 

--¿Cómo sabes que sueño contigo, shonen?

 

--Maldito.

 

Lavi no tenía palabras, ¿Todo este tiempo Allen-chan estuvo en el castillo? ¿Cómo nadie se dio cuenta? Allen-chan y Tikky se llevaban de una extraña forma. Aunque  Allen estaba de espaldas, se podía percibir alegría en su voz. Sonrió por su amigo. Sin duda siempre lo sorprendería.

 

Por su parte el rey no podía moverse. No apartaba la mirada del ángel que tanto estuvo buscando y que parece siempre estuvo cerca. La soltura conque hablaba con Tikky era la misma con que trata a todos, entonces ¿qué le impidió entregarse a él? Tal vez los ángeles como Allen solo entregaban su corazón a una sola persona en su vida. Si era así, se arrepentía el no haber sido el primero en conocerlo y ganarse su corazón, el hijo que tiene Allen pudo haber sido de él, pudieron haber sido felices el resto de sus vidas mientras su reino crecía.

 

--Deja de decir estupideces, repite conmigo: ya no tengas frío, ya no temas a la obscuridad, no te ofrezco riquezas, te ofrezco abrigo, te ofrezco luz te ofrezco mi corazón para sanar al tuyo.

 

--Y no tengas frío, ya no temas a la obscuridad, no te ofrezco riquezas, te ofrezco abrigo, te ofrezco luz te ofrezco mi corazón para sanar al tuyo… shonen.

 

--Ya estamos casados según mis creencias, –Allen se volvió y se lo dijo al rey –es hora de irnos.

 

--¿Qué no hay beso, shonen? –preguntó Tikky de frente a Allen.

 

Un golpe que hizo perder el equilibrio a Tikky hizo eco en el salón. Se disponían a salir los ‘recién casados’ hasta que el rey les llamó.

 

Todo sucedió en cámara lenta. El rey se abalanzó hacia Tikky con la espada en mano. Allen reaccionó primero, empujó a Tikky colocándole a Noah en sus brazos, le dedicó una sonrisa de disculpa y se volvió para enfrentar al rey. No hizo nada por esquivar el ataque. La espada del rey le atravesó el pecho.

 

Tikky no creía lo que veía. Su shonen le entregó su vida al rey. El dolor estuvo a punto de llevarlo a la locura, su corazón se detuvo y estuvo a punto de arremeter contra el rey pero un leve movimiento en su regazo le hiso detenerse, era su hijo, el hijo de Allen y de él. Se parecían tanto… lo abrazó con fuerza, se levantó, se dio la vuelta y salió del castillo, salió de The Black Order y jamás volvería.

 

Yu miraba atónito lo que tenía ante sus ojos: Allen le miraba con la determinación que le hacía destacar, no había miedo en ellos, no le recriminaba el que su espada lo atravesara por completo, no temía a la muerte.

 

--Moyashi…

 

Soltó su espada como si le quemara, retrocedió un par de pasos sin quitar la mirada del peliplateado. Simplemente eso no podía ser real. Allen no podía morir. No se lo permitiría.

 

--¿No te alegras Yu? Ahora te pertenezco solo a ti. –dijo en un susurro Allen.

 

El mismo Allen se quitó la espada que le atravesaba, su sangre se deslizaba por su esbelta figura, su respiración se hacía más pausada, sus ojos se opacaban cada vez más rápido. La fuerza le abandonó y su cuerpo se desplomó en el suelo.

 

El rey, despiadado, analítico y con los sentimientos de un témpano de hielo que fue capaz de matar a su propio padre para tomar el trono… hizo lo que nunca había hecho en su vida. Se arrodilló ante alguien más, quitó su máscara de indiferencia para mostrar dolor absoluto, sus ojos se aguaron por primera vez desde que era un pequeño niño y lloró, lloró como jamás había llorado como jamás creyó poder llorar en esa vida.

 

Lavi miraba esa escena desde donde estaba, no tuvo oportunidad de moverse, sigue sin poder hacerlo. Observaba cómo su rey se derrumbaba. Recordó una anécdota que escuchó en su infancia donde le contaban solamente un dios era capaz de doblegar a otro.

 

Frente a sus ojos veía al rey con delirios de dios rendido ante un ser que él mismo lo había calificado como una deidad. Se regañó mentalmente por sacar tales conclusiones.

 

Este no era el momento.

 

No ahora.

 

 

 

Había una vez un rey, el más poderoso y temido que haya existido, un ser sin escrúpulos capaz de conquistar cada territorio a su paso para extender su reino. Un rey que se cautivó por una hermosa creatura que no le temía. El rey cortejaba a tan linda creación pero ésta no lo aceptaba.

 

En su desesperación, el rey intentó tomarlo a la fuerza pero falló. Un día la creatura se acercó al rey para explicar al rey el motivo de su rechazo, pero el rey aprovechó la cercanía para saciar su deseo y al terminar la criatura desapareció.

 

El rey buscó por todas partes a su bella creatura pero jamás la encontró hasta que un día alguien le explicó que las hermosas creaturas se entregaban por completo sólo al ofrecer su vida… dejar que le hicieran sangrar era como ellos se entregaban, por ello no podían aceptar amar a nadie, no si querían seguir a su lado para ver cumplido todo lo que les prometían.

 

Era una maldición entre esas creaturas, si amasen debían morir. Al escucharlo, el rey se arrepintió de no haber escuchado a su bella creatura cuando fue a verlo.

 

Morir por amor, esa frase jamás había sido tan certera.

 

 

 

Fin.

Notas finales:

Sip, ese es el fin. Gracias por habeme acompañado en esta experiencia de un fic largo, nueve capítulos son demasiado para mí, espero leernos pronto.

Gacias por leer.

Agradecimientos especiales:

Hino9494

Sam

Pochan

Shion kokuryu

Plata

Walkeryal

Azul96

Diana

IL-YAR yaoi

cilecoloy


Realemente espero no decepcionarlos, sus comentarios me alegraban el día y, para qué mentir, me hace muy feliz el que le dieran continuidad. Sin mencionar el temor de que alguno de ustedes quiera matarme por el final...

 Kunay_dlz


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).