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Strings & Piano por andherezu_rosui

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Notas del capitulo:

¡Hola a todas!

No crei poder actualizar esta historia hoy pero aqui me tienen. Espero disfruten el cap esta algo cortito pero vale la pena cada palabra. XD o eso creo jejeje

¡En fin lean y disfruten!

Capítulo 6 En la habitación del príncipe… ¿Con el príncipe?

 

¡Ya estaba ahí! Lo único que debía hacer era tocar y esperar a que Kakashi le recibiera. Respiro hondo tres veces y una más, para tranquilizarse un poco. Lo peor que podía pasar era que el príncipe le cerrara la puerta en la cara o que al saber que él era quien le llevaba la cena… ¡Ni siquiera le abriría! ¡No! ¡Eso no sería lo peor! ¡Sería lo más infame!

Tranquilízate Iruka tu puedes hacerlo sólo levanta la mano y da dos toques en la puerta sin anunciarte. Así al menos abrirá la puerta. Tal vez.

Gracias al elevador que hay en la cocina hacia los pisos más altos pudo llevar sin ningún problema ambas bandejas con la cena para él y Kakashi. Era un poco raro que hubiese un elevador en una casa con solo tres niveles pero a los dueños no parecía importarles.

Tsunade le había dicho que la habitación de Kakashi era la segunda puerta del pasillo a la derecha. No tardó mucho en encontrarla, la puerta de la habitación era doble, se abría por el medio, así que el castaño se sintió aliviado de que al menos si tuviese que forzar la puerta para entrar a Kakashi le resultaría problemático impedirle el paso. Toco fuerte y firme sin llegar a ser escandaloso y espero pacientemente a que el dueño de la habitación respondiera. Respiró hondo y exhalo.

Cinco minutos después seguía parado frente a la puerta sin que el pelo plata siquiera hubiese contestado. Intento por segunda vez llamar a la puerta y tras unos segundos la respuesta fue la misma que antes. Silencio total.

-¿Dónde se habrá metido? – Se preguntó curioso. Miro el carrito de comida con la cena para ambos y su estómago decidió revelarse gruñendo en protesta de hambre. Intentaría una última vez si no contestaba entraría por su propia cuenta y ya.

Nuevamente la respuesta nunca llego, y armándose de valor giro la perilla de la puerta que cedió ante el abriéndose de par en par. La impresión pareció dominarlo por eternos segundos. ¿Esa era la habitación del príncipe?

Las puertas gemelas se abrían ante el dándole un panorama perfecto de la habitación que ocupaba Kakashi, se cernía un pequeño pasillo antes de llegar a lo que parecía una estancia que contaba con su propio sistema de entretenimiento, un cómodo sofá modular de color blanco. Conforme se adentraba en aquella habitación, descubrió un estante repleto de partituras, un librero con un buen número de novelas de misterio y terror. Y adornando toda una pared una repisa de cristal exhibiendo una cantidad alarmante de trofeos. Sin pensarlo demasiado emocionado se acercó a admirar el brillo de aquellos trofeos. Todos de distintos concursos de violín. Y del certamen de Viena había al menos cinco trofeos, todos del primer lugar…  Al centro de la repisa se podía ver la foto de un Kakashi de al menos unos siete años en compañía de un adulto idéntico a él pero con un aire más cálido, sosteniendo el trofeo junto al príncipe que tenía en las manos un violín para niños. Ese hombre de la foto, ¿Podría ser su madre?

El Kakashi de esa foto parecía feliz y risueño casi parecía alguien más. ¿A dónde se había ido toda esa ternura? Se cruzó de brazos pensativo y recayó en cuenta de que el pelo plata no estaba por toda la habitación. Al volverse pudo ver una espléndida cama King llena de cojines en varias tonalidades de azul pero al igual que el resto de la habitación parecía estar vacía. Un ventanal con cortinas blancas se ondeaba al ritmo de la brisa de la noche, se asomó para investigar, quizá el pelo plata hubiese salido para tomar aire a la terraza pensó. Pero al apartar las cortinas y no ver nada más que la ventana abierta, suspiro agobiado.

-¿Dónde rayos esta? –Se quejó cruzándose de brazos para girarse y encontrarse de lleno con un pedestal, donde descansaba como si fuese inmaculado un hermoso violín Stradivarius, el arco se erguía a un lado sobre un gancho que sobresalía. Era un hermoso instrumento, brillaba como si acabasen de lustrarlo, ¿Ese era el violín de Kakashi? ¡Tenía que serlo! Tal como su dueño desprendía cierta aura aristocrática, elegante y hermoso… La tentación de poner sus manos sobre él era más grande que su autocontrol. Quería deslizar sus dedos por las cuerdas y escuchar el sonido que harían al rozarlas.

Comenzó a alcanzarlo con la mano lentamente, mientras inconscientemente cerraba sus  ojos como queriendo resistirse a la tentación sin poder conseguirlo. Cuando sus dedos al fin tocaron la superficie lisa del violín y posteriormente se deslizaron sobre el puente haciendo eco entre las cuerdas, sintió un escalofrió, similar a la emoción de alguien al hacer algo parecido a una travesura.

***

Mientras tanto sin saber que había alguien en su habitación, Kakashi deslizaba con cuidado una esponja sobre sus manos, mientras la regadera dejaba caer agua caliente sobre el lavando la espuma que se hacía con el jabón. Gracias al ruido del agua cayendo para él había resultado imposible  al principio saber que alguien se movía a libertad en la habitación. No fue sino hasta que cerró la regadera que escucho un murmullo venir de la habitación.

Tomo una toalla esperando escuchar de nuevo el ruido pero un repentino silencio lo recibió, con cuidado seco su cara y parte de su cabello cuando escucho de nuevo un ruido pero esta vez eran sin duda pasos. Dejo de secarse para salir a inspeccionar su habitación, poniendo la toalla que antes había secado levemente su rostro, en su cintura.  Su tío le había dicho que le enviaría la cena, pero era evidente que jamás espero ver al delfín a punto de destruir su precioso violín.

***

Más confiado y con la evidente ausencia de su anfitrión, tomo el violín sacándolo de su pedestal, tomándolo por el puente, y poniéndose en la clavícula como si fuese a tocarlo, al hacerlo no pudo evitar dejar salir una risita que murió en su garganta cuando la voz gélida y familiar del príncipe se dejó escuchar tras él.

-¿Qué se supone que estás haciendo? –Decir que se habia congelado era una burla, estaba tieso, desde la punta de sus dedos hasta el cuello, no podía moverse. ¡Le habían descubierto con las manos en la masa! - ¡Te he hecho una pregunta! –Escucho con ímpetu esta vez, si seguía dándole la espalda o negándole al menos una respuesta las cosas terminarían mal.

Como pudo se giró lentamente, tieso como estaba con el violín aun en sus manos, pero cuando estuvo de frente a los ojos ónice del príncipe deseo no haberse dado la vuelta. No porque esos ojos le miraran con desdén o fastidio, no, sino más bien porque el portador de esa mirada solo vestía una toalla en el torso de su cintura. Iruka pudo sentir el preciso momento en el que su mandíbula se desencajo al observar el cuerpo desnudo del príncipe frente a él. Era incapaz de apartar la mirada de su bien formado pecho, y de las gotas de agua que recorrían suntuosas su torso, deslizándose desde su cabellera húmeda por su cuello, hasta caer en su hombro y deslizarse lentamente por su clavícula siguiendo su recorrido hasta haber delineado cada uno de los músculos tonificados de su abdomen para perderse en el valle de su cintura, absorbidas por la toalla que le cubría. Ante tal espectáculo Iruka trago en seco, completamente sonrojado por la visión.

-¿Podrías mostrar algo de vergüenza al menos? –Dijo Kakashi con ese tono arrogante que ya resultaba familiar a oídos del castaño.- P-e-r-v-e-r-t-i-d-o-Kun…

-¡¿QUÉ DIJISTE?! –Reprocho al fin saliendo de su trance al escuchar cómo le llamaba. – ¡No me digas así! ¡No soy ningún pervertido!

-Sí, sí, lo que digas… Pervertido-kun- Respondido Kakashi con condescendencia, mirando a otro lado, enfadando al moreno. – ¡Pero deja eso en su lugar! –Agrego frunciendo el ceño mientras señalaba el violín aun en las manos del castaño.

-¡Si, tanto te molesta porque no me lo quitas!–Le desafío Iruka.- ¡Y DEJA DE LLAMARME ASÍ! - Kakashi le miro más despectivo, deslizando una de sus manos sobre su cabello húmedo poniéndolo hacia atrás en el proceso, Iruka tuvo que admitir aun a regañadientes que ese simple gesto había resultado muy provocador.  

-¡Ni siquiera sabes lo que dices! –Respondió claramente fastidiado el pelo plata. – ¡Por si no lo has notado estoy mojado! –Dijo Kakashi e Iruka no pudo evitar sonrojarse hasta las orejas, Kakashi no pareció notarlo pues se dirigió a la puerta contigua a la de donde había salido.- ¡Si una gota de agua llegase a tocarlo, su sonido quedaría arruinado!

Iruka miro con detenimiento cada musculo expuesto del pelo plata estirarse, contraerse y marcarse mientras el príncipe abría algo tan simple como abrir la puerta de lo que ahora podía ver claramente era su vestidor. Hacía rato que no podía poner algún pensamiento coherente en su cabeza, hasta había olvidado porque se supone que el príncipe lo estaba regañando.

-¡Solo hazme un favor y déjalo en su lugar! ¡Lo romperás! –Escucho que le decía al tiempo que entraba en el vestidor y cerraba tras él.

***

Para Iruka, el que la puerta obstaculizara sus ojos de aquel cuerpo expuesto había sido igual a un bálsamo, sus piernas colapsaron llevándolo al suelo hasta acuclillarse, mientras abrazaba con ímpetu el Stradivarius aun en sus manos. Su cara estaba sonrojada, por eternos segundos había quedado hechizado por aquel hermoso chico platinado. ¡No! Se dijo negando con ímpetu aun acuclillado, comenzando a deprimirse. No podía estar pensando así, o seria tal como Kakashi había dicho solo un chico pervertido. ¡Pero! Incluso si su cabeza decía que estaba mal, él sabía que había deseado con todas sus fuerzas poder tocar aquel abdomen tonificado, y deslizarse sobre su piel tal como aquellas gotas insolentes habían hecho.

-¿En qué rayos estoy pensando? –Susurro para sí mismo abatido.

-¡Eso mismo quisiera saber yo! –Escucho a Kakashi responderle asustándolo, haciendo que en el proceso de levantarse soltara por los aires el Stradivarius. Ante la inercia, Iruka salto para poder atraparlo antes de que se impactara contra el suelo o la pared, consiguiendo a duras penas atraparlo y amortiguar la caída, terminando boca abajo en la espléndida cama King del príncipe.

Por supuesto aquella escena había sido meramente un accidente para cualquiera pero el príncipe no era cualquiera y las palabras que le dedico cuando giro su cara para verlo de pie a un lado de la cama fue la demostración.

-¿Tanto así querías lanzarte sobre mi cama? Y luego tienes la cara de negar lo pervertido que eres. ¡Qué vergüenza!

-¡NO ES ASI! – Fue su enérgica respuesta, ante aquel príncipe arrogante. ¿Cómo había pensado que era así de hermoso? ¡Solo había perdido la razón momentáneamente! ¡Él no pensaba que era para nada alguien deseable! ¡Nunca! ¡No una persona como el que tiene tan mal carácter, es sarcástico, se queja, y no tiene ningún tipo de consideración y además arbitrario!

***

En el comedor de la casa, Minato, Kushina y los dos adultos mayores miraban con curiosidad el techo, habían alcanzado a escuchar el estruendoso eco del grito de Iruka. El rubio se preocupó un poco sobre todo cuando escucho la risa astuta de su madre en la cabecera de la mesa.

-¿Madre, enserio estuvo bien enviar a Iru-chan con la cena de Kakashi? –Inquirió inquieto el rubio la mujer solo ensancho su sonrisa ladina antes de responder.

-Está bien, muy bien. Tu padre lo dijo. Kakashi no le hará nada malo a Iruka.- Aseguro ella, para agregar mentalmente. Para si misma: “Nada que él no quiera”

-Dejemos que los jóvenes se las arreglen como puedan estoy seguro de que estará bien cuando terminen. –Intervino Jiraya algo embriagado por el vino con el que acompañaban la cena.

-Cierto, Minato-kun cenemos tranquilos. Kakashi- kun es un buen chico. –Conforto Kushina sonriente tomando su mano en pos de tranquilizarlo. Minato miro el techo una vez más y al no escuchar nada más acepto resignado lo que todos decían. Kakashi no haría nada malo.

***

¿Por qué se supone que tenía que aguantar sus gritos? Se preguntaba con frustración Kakashi, no es que hubiese dicho algo tan descabellado. Aunque su intención era molestar un poco al delfín por infiltrarse sin permiso en su habitación. Sabía que saltar a su habitación había sido nada más que un reflejo para evitar que su valioso Stradivarius se destruyera al caer pero para empezar que estuviera en peligro de romperse había sido su culpa así que solo quería fastidiarlo un poco. Sin embargo ¿Porque debía gritarle cuando él era el único que se tenía la culpa?

-¡Además ¿Por qué tienes la camisa desabotonada?! ¡Al menos deberías abrochar cada botón! –Seguía diciendo el castaño sin sentido mientras ponía su violín en el lugar de donde jamás debió haber sido movido por él.

 

-¡Ah! ¿Quieres callarte? –Pidió ya harto - ¡Si pudiera ya los habría abrochado! ¡Pero mi mano me duele sí que no puedo! –Dijo molesto sin querer revelar que en realidad le dolía. - ¡Rayos!

Iruka se quedó atónito al escuchar la última declaración, y sin poder hacer nada sus ojos se dirigieron a la mano que parecía herida, incluso desde donde estaba podía ver a la perfección la hinchazón de su mano. Realmente se veía mal, pensó con empatía. Ahora no podría seguir molesto por nada de lo que había dicho.  Pero realmente el que llevara la camisa del pijama de lo que seguramente era seda abierta lo estaba incomodando.

Intento mirar a otro lado pero sus ojos irremediablemente terminaban sobre esa abertura donde el vientre plano y bien tonificado del príncipe sobresalía. Sin poder hacer nada se acercó hasta quedar frente a el pelo plata que arqueo una ceja intrigado al verlo tan cerca, casi con temblor llevo sus manos a los lados de la camisa del pijama y comenzó a abrochar los botones uno a uno, sintiendo que su cara ardía de la vergüenza.

-No creas que por hacer esto, aceptare que seas mi acompañante en el certamen. –Dijo cortante el pelo plata, crispándolo al instante.

-¡No era mi intención! –Refuto ofendido el castaño, terminando de abotonar todos los botones de su pijama. – Pero no puedo evitarlo. Si veo a alguien lastimado tengo este sentimiento de querer ayudarlo ¡Algún problema con eso! –Chillo ofendido.

- Ah… -Fue la respuesta que recibió del pelo plata. Que se encamino a la semi sala de su habitación para levantar la tapa de una de las bandejas que Iruka había llevado con el carrito. -¿Por qué hay dos? –Cuestiono a nadie en particular.

-¿Eres tonto? –Dijo con intención de ofender el moreno pero Kakashi ni se inmuto –Tu tía me pidió subirte la cena y ya que lo haría me dijo que me quedara a cenar contigo.

-No tenías que hacerlo. –Dijo con un tono que Iruka no supo cómo tomar. Pero casi podía decir que sonaba ¿Agradable?

-¡Tu tía me lo pidió así que no pude negarme! –Dijo el agachando la cabeza, no se sentía cómodo que el pelo plata se portara tan afable.

-Entiendo. –Fue lo último que dijo antes de sentarse en el mullido sofá. Iruka miro al príncipe y al carrito con la cena alternando su mirada sin entender ¿Acaso no pensaba cenar? Se preguntó.

-¿Qué estas esperando? –Dijo Kakashi sacándolo de sus cavilaciones -¿No piensas servir?

-¡Que! ¡¿Porque se supone que debo servirte?! – Chillo ofendido de que lo tratara como a un sirviente. En ese preciso instante Kakashi llevo su mano sana a la que estaba claramente hinchada y comenzó a masajearla componiendo una cara adolorida. Iruka sintió un pinchazo de pena y a regañadientes sirvió las bandejas de la cena en la mesa que estaba frente a la vitrina de trofeos.

-Parece que en verdad no puedes evitar ayudar a la gente enferma. –Comento con saña Kakashi mientras tomaba asiento en una de las sillas libres. Crispando con el comentario al castaño,  que en cuanto tomo asiento engullo la comida con furia. Tras varios bocados se fijó en que el pelo plata no había tocado su cena y se lo quedo viendo con extrañeza.

Casi escupió el bocado de pasta en su boca cuando distinguió un leve sonrojo en las mejillas del príncipe.

-¿Qué te pasa? –Inquirió con temor. Kakashi se negó a hablar pero Iruka insistiría de ser necesario.- ¿Te sientes mal o algo?

-Hmn… No es nada… -Respondió tomando su tenedor y la cuchara para comenzar a comer. Enterró el tenedor en la pasta, girándolo sobre la cuchara para poder adherir un poco de pasta, pero un leve dolor en sus nudillos le impidió poder llevar la comida hasta su boca. Iruka pudo notar el leve guiño que hizo en respuesta al dolor de su mano y con un suspiro resignado acerco su silla hasta el príncipe.

-¡Si te duele al menos dilo! ¿O tu boca esta de lujo? –Dijo con aires de suficiencia que a Kakashi le parecieron molestos.

-¡No necesito que me alimentes! –Se quejó irritado, pero Iruka le ignoro repitiendo el procedimiento que antes había visto hacer al pelo plata para después ofrecerle la comida.

-¡Abre la boca! –Impero inflexible y tras una breve duda de parte de Kakashi, al fin cedió ante él.

***

Era increíble pensó Kakashi mientras masticaba cada bocado, era realmente increíble que aquel delfín con salsa en la cara le estuviese alimentando. Parecía realmente disfrutar del hecho de que estuviese vulnerable ante él. No podía evitar tener la mano lesionada pero al menos debía encontrar la manera en que ese gesto de autosuficiencia en la cara del castaño se borrara. Podía decirle que su cara estaba llena de la salsa de la pasta por haber comido como una bestia furiosa antes, pero no sería suficientemente vergonzoso para el castaño seguramente le devolvería la broma o no tendría la reacción esperada.

Tenía que haber una forma de lograr que al menos se quedara sin palabras como hasta ahora, no permitiría que esta vez el castaño ganara. No. Debía pensar en alguna manera. Tras el último bocado de su cena, recordó algo que el castaño había dicho y no pudo evitar dibujar una sonrisa sutil al encontrar su revancha.

-Respondiendo a lo que dijiste antes…- Dijo el en tono sereno llamando la atención del castaño que le miro con precaución. Kakashi apoyo su mano sana en la superficie de la mesa, para auparse al ponerse de pie. Haciendo obvia la diferencia de estatura al quedar Iruka en su lugar, se inclinó levemente hacia el hasta reducir por centímetros sus rostros sin perder detalle de la mirada confundida del castaño. –Mi boca no solo está de lujo… -Agrego y sacando la lengua por encima de sus labios limpio la salsa sobre la comisura de la boca del castaño que al instante enrojeció, al sentir la humedad de la lengua del príncipe deslizarse sobre su cara.

Sin embargo era tanto el shock que simplemente se quedó quieto sin hacer nada. Reaccionando solo cuando vio como la risa ladina en el príncipe se ensanchaba mientras le decía.

-Gracias por la comida…

Para después alejarse de él hasta entrar en el baño, dejando caer el tenedor que tenía en su mano directamente al suelo alfombrado manchándolo en el proceso. Teniendo como único pensamiento coherente.

-¡Lo matare!

***

Tras la puerta del baño Kakashi podía ver perfectamente como su propio rostro mostraba señales de sonrojo, su pecho estaba agitado al punto de que sentía la rapidez con la que palpitaba. ¿Realmente había lamido la cara del castaño?

¡Fue por venganza! ¡No debo confundirme! ¡Si eso le enseñara a no darse atribuciones con sus cosas! ¡No había hecho nada malo!

Sin embargo ¿Porque su reflejo seguía dándole la imagen de sí mismo sonrojado, nervioso y claramente inquieto? La respuesta: No tenía idea…

 

Continuara…

 

 

 

Notas finales:


Bueno ahi tienen espero puedan esperar un poco por lo que sigue he estado ocupada y debo actualizar mis otros fic antes de poder seguir con este.

Si les gusto por fa un ¡RR! y si no les gusto... ¿Un RR? XD

Gracias por leer...


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