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La respuesta por lady_chibineko

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Título: La respuesta

Autora: chibineko chan
(Miembro de la Orden Sirusiana)

Nota:
Los personajes de esta historia, pertenecientes a la serie "Saint Seiya", son propiedad de su respectivo autor Masami Kurumada.

Advertencia: Este fic contiene escenas yaoi (relaciones chico-chico), así como escenas lemmon (descripción de escenas sexuales) e incesto por ser una relación entre hermanos; si no es de su agrado este tipo de lectura, por favor no siga.

Dedicatoria: n_n este fic sigo dedicándomelo a mi porque... ¡SOY MUY MOSHAAAAA!!!! Wiiiiiiiiiiiiii!!!!!! jejejeje, así que beshitos para mi (chu chu!)

Capítulo II: Una respuesta del alma, la respuesta final

Un año atrás en la mansión Kidoh (un día después del cumpleaños de Shun)...

Ikki se encontraba echado en su cama, viendo a la nada en algún punto del techo mientras su mente aún trataba de procesar lo ocurrido la noche anterior hacía tan solo unas horas atrás. No había podido dormir en toda la noche mientras trataba de dilucidar si lo ocurrido había sido real o no; y es que si no había sido real tenía un gran problema y si lo había sido su problema era aún mayor. De alguna manera aún podía sentir el calor que había desprendido el cuerpo de su hermanito sobre el suyo, el sabor de sus labios, la suavidad de sus caricias... y sobre todo el deseo y la pasión que hicieron nacer en su cuerpo y que se apoderaron por completo de su razón durante unos segundos y tal vez más. Por un instante, Ikki olvido que era su hermano menor, un hombre... otro hombre quien lo besaba... pero si estaba conciente de que era Shun; más solo hasta que escuchó entre aquellos gemidos que lo estaban volviendo loco aquella única palabra... 'Nii-san', fue que cobró conciencia de lo que sucedía y hacia, entonces el segundo siguiente simplemente no supo que hacer y se quedó estático, aterrorizado ante si mismo y sin lograr articular o hilvanar pensamiento coherente alguno en su cerebro; fue casi por instinto que pegó un salto hacia atrás separándose así abruptamente del menor.

Y entonces, observó a Shun llorar mientras lo miraba, vio en aquel rostro que se deshacía en un mar de lágrimas unos ojos llenos de dolor y desesperación, en aquellas mejillas enrojecidas la vergüenza; vio al pequeño cargar todas esas emociones sobre sus frágiles hombros y huir de su habitación como alma que lleva el diablo... pero sus piernas no le obedecieron cuando quiso seguirlo, ni su boca le dejó pronunciar palabra alguna para retenerlo tal y como en verdad deseaba hacer en aquel momento y cuando el portazo que se dio le indicó que su ototo se había refugiado en su propia habitación, no atinó siquiera a moverse del lugar donde se había quedado, y fue así por varias horas más hasta que finalmente con un hondo suspiro pareció recuperar la funcionalidad de si mismo y tembloroso se dirigió a su cama y se metió en ella tratando de olvidar por el momento que había un mundo más allá de las cuatro paredes de su habitación.

Al día siguiente Ikki no quiso salir de su habitación, en realidad no quiso hacerlo tan siquiera de su cama; estaba muy confundido y no sabía que pensar sobre sus propios sentimientos... ¿o sería que en realidad no quería estar seguro de ellos?. Definitivamente todo dentro de él era un mar de confusión y no le gustaba para nada.

Los días que siguieron no fueron muy diferentes a aquel primer día de confusión, apenas y salía de su habitación para comer algo preferentemente de noche y apenas y se preocupaba de alguna otra cosa más. Entonces un día su mente comenzó a imaginar lo que podía haber pasado de no haberse detenido cuando lo hizo... sus besos y sus caricias se hubiesen intensificado, los labios ansiosos del Fénix hubiesen viajado del rostro de porcelana al cuello de marfil que lo llamaba y acariciado cada centímetro bajo la ropa del menor... ropa que hubiese terminado luego lejos de ambos y entonces... entonces...

Ikki asustado despertó y entonces se dio cuenta de que acababa de tener un sueño húmedo con su hermano de protagonista pues en algún momento sin esperarlo había caído dormido, y lo peor de todo era que aún estaba excitado MUY excitado, y maldiciendo su suerte solo atinó a meterse al baño junto con la dolorosa erección que portaba en su entrepierna y no tuvo más opción que aliviarse solo... y así lo hizo. Con algo de reticencia tomó su miembro duro, no porque fuese la primera vez para nada, sino por las circunstancias que lo habían llevado a aquello... y sin embargo no pudo evitar cerrar los ojos en algún momento e intensificar el movimiento, y poco después con las mejillas totalmente coloreadas y sujetándose fuertemente del lavadero se descargó por completo con un gemido ronco y cayó sentado en el suelo mientras trataba de recuperar el ritmo normal de su respiración.

Y entonces se dio cuenta... fueron unos ojos verdes y una piel de porcelana los que había evocado en el mayor momento de placer, y con un gemido ahogado fijó su vista en la mano aún manchada de semen y se maldijo a si mismo una vez más; y es que con tantos acontecimientos ya no podía negar lo que había hecho... y con vergüenza aceptó que no era la primera vez que había soñado con esos ojos, esa piel y esa boca; solo era la primera vez que lo aceptaba y estaba cada vez más aterrorizado por ello.

- "Shun, yo... yo..."- Ikki calló sin saber que decirse siquiera a si mismo, siendo así mucho menos podría enfrentar a Shun y una vez más se hundió en su miseria.

Los días pasaron y por fin Ikki se atrevió a salir de su habitación, y sin embargo no vio a su ototo por ningún lado, pues este seguía encerrado en su habitación, lo peor de todo es que no se atrevía a ir a hablar con él, simplemente no podía.

Entonces un día, cuando ya todos en la mansión estaban aburridos por completo de la situación entre ver a un Ikki silencioso y recluido en si mismo como lo estaba, y no ver a un Shun que sin importar que no salía más allá del marco de la puerta de su habitación; Shiryu decidió ir a hablar con el joven Andrómeda para acabar con todo y hacerlo hablar a su vez con Ikki, con quien era obvio había tenido un problema. Más al tocar no recibió respuesta, y al intentar entrar notó que la puerta estaba sin seguro.

- "¿Shun?."- susurró mientras entraba a la habitación algo preocupado... y cinco segundos después salía a toda velocidad de aquel cuarto con total seguridad de que hizo bien al sentirse preocupado, y bajando corriendo hasta la sala donde la mayoría de los integrantes de la mansión se encontraban reunidos exclamó casi en un grito- "¡Se ha ido!."

- "Calma Shiryu ¿de que hablas? ¿quien se fue?."- Hyoga preguntó en tono conciliador exigiéndole al dragón que respirase de nuevo antes de seguir hablando.

Un extraño estremecimiento sacudió a Ikki mucho antes de que Shiryu dijese palabra alguna.

- "Shun... Shun se fue. Su ropa está revuelta, hay algunas prendas que faltan... se llevó sus ahorros, no están en su cajita... y falta su mochila de campamento y..."

Ikki no siguió escuchando, de pronto se sintió caer en un abismo profundo y no hallaba la forma de salir. No sintió las manos que lo sacudieron tratando de hacerlo reaccionar, ni las voces que casi gritando lo instaban a buscar a su perdido ototo. Simplemente sentía la culpa y la desesperación pues todo lo que ocurrió era su culpa y maldito fuese, porque no sabía como solucionarlo.

No fue hasta dos semanas después que por fin reaccionó saliendo de ese hoyo negro en el que había entrado... pero para ese entonces el resto de los integrantes de la mansión ya habían buscado a Shun por cada rincón de la ciudad, incluso Saori había contratado detectives que aún trataban de ubicar al peliverde, pero toda búsqueda fue infructuosa. Lo más probable fuese que Shun ya se encontrara fuera de Tokyo. Saori decidió ampliar el rango de búsqueda a todo Japón de ser necesario, después de todo Shun no podía salir del país sin documentos o sin la Armadura de Andrómeda que para que le ofreciese incrementar sus habilidades y poderes.

Pero Ikki no escuchaba aquello, pues su mente trabajaba a mil por hora, y luego de automaldecirse con ganas una última vez, en una maleta colocó algo de dinero, su pasaporte y se fue en busca de Shun con la firme promesa de no descansar hasta localizarlo.

Tiempo actual...

El día era caluroso... asfixiantemente caluroso. De un avión algo maltratado un joven de aspecto descuidado bajó con cansancio por la precaria escalerilla que ni siquiera llegaba al suelo. Estaba muerto de cansancio y le dolía todo después de haber viajado en un avión de carga junto a montones de cajas con víveres y una que otra gallina que lo miraba casi desafiante. Se sacudió todo al llegar a tierra y con su ya desgastado maletín al hombro comenzó a caminar con dirección al pueblo deseando encontrar pronto algún hostal o posada donde quedarse... de preferencia uno barato.

Durante su caminata se dio cuenta con molestia de las miradas de la gente sobre él, e hizo un mohín de disgusto ante aquello... bien, sabía que su aspecto no era el mejor ¡Pero había tenido cosas más importantes que hacer durante mucho tiempo!. No había tenido tiempo para nada, ni para un corte decente, por lo que ahora su cabello estaba más largo de lo que por lo general acostumbraba y aquellos mechones largos estaban sujetos en una descuidada coleta para evitar que su melena se desparramara y enredara por todos lados, aunque no podía hacer nada por los mechones del cerquillo que caían despreocupados sobre su frente y los lentes oscuros que ahora ostentaba y se movían con gracia ante el correr del viento. Su ropa estaba igual, descuidada y gastada; tenía un par de vaqueros con algún que otro agujerito en las rodillas y los bolsillos, y que se ajustaba con descaro a su cuerpo, una camisa vieja que en sus buenos tiempos había sido blanca y un sombrero de cazador muy a lo Indiana Jones que definitivamente alguna vez vio mejores días. Y las botas de cuero tipo escaladoras que tenía puestas definitivamente no estaban mejor con todo ese barro y polvo pegadas en ellas.

Ikki por fin detuvo su marcha cuando localizó el bar del pueblo y se secó el sudor de la frente de manera despreocupada con un brazo al tiempo que se quitaba los lentes oscuros que eran del tipo almendrados y daban un aspecto algo felino a su rostro; un gato negro tal vez ahora que su piel había recobrado el color tostado que había perdido en Tokyo luego de volver de la Isla de la Reina Muerte, señal de que había estado recibiendo mucho sol últimamente. Con un suspiro cansado entró pensando en como encontrar información para dar su siguiente paso, se encontraba en esos momentos en el continente Africano pues tras mucho buscar localizó en una zona de falsificación en los barrios bajos de Tokyo datos que lo llevaron hasta una pequeña comunidad en la Selva Amazónica Brasileña y de allí ni más ni menos que a África, donde había estado viajando de un lugar a otro sin parar y finalmente había llegado hasta donde estaba.

Sentándose en una banca en la barra pidió una cerveza fría y trató de relajarse por unos segundos, tal vez unos minutos; el lugar parecía agradable y luego de pedir información sobre algún lugar para instalarse pagó y se fue.. allí comenzaba de nuevo otra vez, aunque una sensación que le ocasionaba un cosquilleo en su interior le decía que las cosas esta vez serían un tanto diferentes.

Pasaron unos cuantos días sin que Ikki llegase a ningún lado ni obtuviese ningún dato importante, hasta que un día, justo al onceavo día de haber llegado a aquel lugar; un par de sujetos entraron al bar al cual ya se había hecho asiduo y se sentaron por esas casualidades del destino justo en la mesa que estaba a espaldas del peliazul. Para suerte e interés de Ikki comenzaron a hablar de cacería y negocios al parecer no muy limpios, haciendo mil planes porque esta vez 'las cosas les tenían que salir bien'.

Ikki sabía perfectamente que lo más probable fuese que Shun se encontrase metido en un grupo de protección para Animales Salvajes, pues justo los rumores de que en el grupo principal se encontraba un joven japonés peliverde eran lo que lo había llevado hasta allí, solo que el miedo a que Shun saliese disparado ni bien supiese que él se encontraba cerca lo habían hecho desistir de ir a buscar información a la oficina principal de dicha institución y en lugar de eso actuaba furtivamente hasta tener la oportunidad de estar frente a frente a su ototo y hablar así de manera directa con él. Ahora tal vez siguiendo a aquellos cazadores tuviese por fin algo de suerte.

Sin perder el tiempo comenzó a seguirlos a una distancia prudencial y a vigilarlos desde los rincones más insospechados para cualquier persona normal, y esa misma noche tuvo que valerse de su velocidad y astucia para evitar que le dispararan mientras los seguía pues estos andaban siguiéndole la pista a una manada de leones compuesta de dos machos, cerca de 7 hembras y una gran cantidad de cachorros.

Entonces de pronto todo se volvió una locura, justo cuando uno de los cazadores estaba comenzando a acercarse lo suficiente a la manada, unas luces fuertes se prendieron asustando a los enormes gatos y varias personas vestidas con trajes marrón claro aparecieron de la nada... era una redada y los cazadores estaban a punto de ser cazados, pero era obvio que estos no caerían sin luchar.

Se escucharon tiros por todos lados, se armó una gran confusión e Ikki no distinguía nada de nada; hasta que de pronto como en un sueño, como si fuese un milagro, un Shun un tanto más maduro y curtido apareció en el campo visual del caballero del Ave Fénix. Ikki sintió el pecho explotarle de emoción y como movido por hilos invisibles comenzó a dirigirse en medio de aquel barullo al ángel que daba luz a su vida. Frunció el ceño cuando un rubio cercano a Shun le habló con una actitud algo íntima, pero esto duró unos segundos pues su ototo al igual que el resto corría entre tiros propinados por los cazadores. Entonces todo se paralizó para Ikki, aún cuando de momento nadie se había dado cuenta el rostro de Shun se contrajo en un rictus de dolor y la tela que cubría su pierna izquierda cambiaba de color mientras una mancha rojiza se extendía con rapidez. Un tiro lo había alcanzado.

En un abrir y cerrar de ojos, Ikki estaba sosteniéndolo en medio de su caída y cuando le volteó el rostro lo notó inconsciente. Y así como había llegado desapareció, esta vez con la más preciada de las cargas en sus brazos.

**********


Shun despertó en una habitación, seguramente en algún hotel en la pequeña cuidad. Se sentía cansado y adolorido por completo.. y de alguna manera pudo sentir que estaba casi desnudo bajo las sábanas que lo cubrían, y hacía calor, un calor húmedo y agotador por lo que agradecía aquella desnudez. Miró alrededor y observó hasta donde alcanzaba su limitado y algo borroso campo de visión, que la habitación contaba además de la cama con una mesita con un par de sillas dispuestas por allí.

Trató de incorporarse para ver un tanto mejor donde estaba y que tan seria era su situación, más alguien lo detuvo.

- "Ni lo intentes usabi, lo único que harás ahora será descansar y no te levantarás de esa cama hasta que estés recuperado. Afortunadamente la bala no tocó ningún nervio o vena principal, pero te desangraste demasiado."

Shun se quedó casi en shock... no podía ser verdad, aquello no era cierto; era solo un producto de su ahora febril imaginación, aquella voz no podía ser de él... Ikki no se encontraba allí; pero entonces al tratar de voltear fue ayudado y sus ojos chocaron con otros que ya había visto un sin fin de veces, con esos que había extrañado a morir durante el último año y que ahora lo miraban con un infinito cariño. Sin poder evitarlo sus orbes esmeraldas se inundaron levemente por saladas lágrimas.

- "No Shun, no llores... no quiero que derrames más lágrimas."- Ikki beso cada párpado del rostro de su ototo y luego acarició su mejilla con cariño- "Ahora espera un momento, tengo una sopa caliente aquí en una pequeña hornilla y tú necesitas comer. Has estado dos días durmiendo, me alegro mucho de que por fin estés despierto."- Ikki le dio la espalda a Shun mientras un estremecimiento lo recorría, pues de no haber despertado Shun hubiese tenido que llevarlo a un hospital y eso era lo último que deseaba, no... el que lo volviesen a separar de su ototo estaba fuera de discusión.

Durante aquellos dos días había estado no solo con el alma en un hilo al ver a su pequeño tan desvalido como una avecilla enferma, sino que había tenido que aguantar las ganas que lo habían inundado por besar aquellos labios rojos y tomar entre sus brazos aquel cuerpo para darle calor y vida... pero eso era peligroso e irracional e Ikki lo sabía, y solo por eso se controló. Además de que primero quería hablar con su usabi y aclararlo todo antes de dar y tomar por completo lo que era suyo, como debió de haber sido desde hace mucho.

Pero no por eso pudo apartar ni un segundo la vista de su hermanito, notar que la piel blanca de porcelana ahora estaba dorada por el sol, que su cuerpecito antes delgado y frágil había obtenido una marcada y sensual musculatura que sin restarle su natural elegancia, lo hacían ver un tanto más varonil, y que su cabello ahora corto era el final perfecto para ese cambio que había dado su ototo, su usabi... su amor.

Por su lado Shun ahora un poquito más tranquilo pero aún igual de sorprendido no pudo siquiera quitar los ojos de encima de su amado Ikki; ese que ahora andaba, tan solo vestido con unas sandalias y un par de vaqueros ajustados a la cadera algo viejos. No pudo dejar de notar la piel de su hermano mayor un poco más tostada, aquellas pequitas ahora más notorias y se preguntó por donde habría estado viajando Ikki, pues lo conocía lo suficiente como para saber que debió de estar en lugares con climas ecuatoriales para estar con la piel en ese estado. Suspiró quedamente, era increíble que a pesar de todo aún estuviese en ese estado, donde Ikki era lo único que llenaba su vida, pero ¿Que hacía Ikki allí?... ¿Como estaban de pronto en esa situación?... ¿Era acaso todo tan solo un cruel y dulce sueño, una jugarreta de su imaginación?... es que se veía tan real. Entonces ¿porque Ikki estaba allí? volvió a preguntarse Shun, algo no encajaba... o por lo menos no lo hacía para él. Sus pensamientos fueron cortados por la voz de Ikki.

- "Tonto... me has hecho buscarte por cielo, mar y tierra ¿Tenías que tomar este trabajo específicamente? ¿No has escuchado de los empleos de oficina?."- Ikki miró a Shun y medio sonrió- "No... esos no parecen ir contigo, 'Señor defensor de los desvalidos y la naturaleza'?."

Shun parpadeo confundido, es que acaso... ¿lo había estado buscando?... ¿a él?. Y entonces de sus labios escapó un hilo de sus pensamientos al preguntar en un susurro.

- "¿Que haces aquí?."

Ikki se contrajo de dolor de manera involuntaria, la pregunta había sido como un golpe en medio de su vientre... pero se lo merecía al fin y al cabo.

- "Vine... vine a responder una pregunta Shun... la pregunta o más bien dicho las preguntas que tu mismo me hiciste."- "Se sentó al lado de Shun en la cama, y lo incorporó un poco acercando el tazón humeante a los labios de su ototo, quien apenas y pudo tragar un poco antes de necesitar aire para no atorarse pues la verdad su cuerpo resentía un poco la ingestión de comida- "Shh... tranquilo, despacio. Nadie te apura."

Ikki acarició la mejilla de Shun y dejó el tazón de sopa en una mesita de noche cercana a la cama, y cuando Shun trata de incorporarse un tanto más el Fénix lo detiene con gentileza... entonces se acercó lentamente a un confundido Shun, que al sentir de pronto el roce cálido y dulce de unos labios contra los suyos no puede hacer más que quedarse quieto... como si lo hubiesen inmovilizado.

Finalmente tras unos segundos el cerebro de Shun vuelve a reaccionar y trata de separarse de Ikki, quien apenas y lo complace separándose un par de centímetros; pero cuando Shun abre la boca para tratar de decir cosa alguna Ikki simplemente acorta el espacio de nuevo y esta vez profundiza el beso y antes de que alguno se diese cuenta de lo que pasaba aparecen caricias que poco a poco se vuelven más exigentes. Manos que exploran y bocas que susurran palabras de amor toman control de la situación... solo unas sábanas cubren el cuerpo de Shun apenas protegido por unos boxers, solo un pantalón cubre el cuerpo de Ikki que pronto clama por ser liberado y sentir en su desnudez el roce de otra piel.

Y de la manera más natural, los dos cuerpos se encuentran, piel contra piel, calor contra calor... y de repente surge la sensación de que en verdad debió de ser así siempre. Ikki recorre con dedos ansiosos cada centímetro de piel del más joven quien gime sin control ante el roce... aunque un pequeño gemido de dolor se interpone ante los de placer cuando la pierna izquierda recibe algo de peso. Ikki preocupado por ello deja que su obnivulada mente tome algo de claridad un momento para permitirse acomodar a Shun sobre su lado derecho y dejar descansar aquel preciado peso sobre el suyo propio; luego de aquello su boca reasume la labor que antes profesaban sus manos y entre besos y caricias descubre la piel que ahora no solo se ve como el sol sino que emite un calor parecido... y no es hasta que ambos llegan después a la cumbre máxima del placer que se permiten un momento de paz, uno en brazos del otro, Ikki sosteniendo solícito sobre su cuerpo el del más pequeño.

- "Te quiero con toda mi alma pequeño... te amo. Y si, soy un idiota, no me di cuenta antes; así que merecía tus palabras."

Shun alza la vista confundido hacia el rostro del su ahora no solo hermano sino también amante y entre confundido y maravillado pregunta quedito.

- "¿Qué?."- las palabras de Ikki en cierta manera le parecían las correctas, pero su mente aún no tenía la suficiente claridad para discernir todo el asunto.

Ikki beso su frente y acarició su cabello mirándolo tiernamente a los ojos.

- "Es mi respuesta... mis respuestas en realidad, a todas las preguntas que me hiciste la última vez que nos vimos, aquella que fui tan tonto como para no ver por mi mismo todo lo que hace tanto tiempo sentía por ti... te amo. Y me preguntaste si era un idiota... si lo soy por que no... no me di cuenta de tus sentimientos, estaba demasiado ocupado negando los mios y no sabes como lo siento amor."

Shun miró a Ikki a los ojos, el corazón latiéndole como loco mientras escuchaba cada palabra y suplicaba por que no fuese solo un loco sueño. Ahora era él quien no podía decir palabra alguna.

- "Por favor usabi, vuelve conmigo; vuelve a mi lado... no soy nada sin ti."

Y diciendo aquello Ikki envolvió con cariño a Shun en sus brazos instándolo a descansar. Ya luego lo alimentaría bien, por ahora ambos necesitaban dormir; y es que sabía que no debió de haberle hecho el amor cuando su usabi estaba tan delicado y el llevaba más de 48 horas sin dormir, había gastado al final fuerzas que ya ni tenía pero... ¿quien escucha razones cuando el corazón se impone?...

Shun por su parte por fin soltó las lágrimas que había estado reteniendo y con todas las fuerzas que aún tenía se abrazó a su amado, quien volvió a abrir los ojos para mirarlo con cariño, ese que de ahora en adelante nunca dejaría de profesarle.

- "Si, si... quiero volver.. quiero estar contigo."- dice en un primero momento emocionado pero luego un susurro lo pone en la realidad, su realidad, una vez más- "El centro... yo..."- baja la mirada, sus pensamientos se reflejan inconscientemente en esas verdes esmeraldas mientras trata de decidirse por que hacer, finalmente suspira... Ikki esta con él, no hay nada más que importe- "Nos iremos cuando tu quieras nii-san."- trató de sonreír y en cierta medida lo logró pues su corazón saltaba de felicidad y amor por Ikki, pero un gran pedazo se quedaría junto con muchos nuevos sueños forjados en aquella salvaje Savana Africana.

Ikki lo miro, le pellizcó con cariño la nariz y se la beso.

- "¡Ey! si esto es tan importante para ti, entonces no tienes por que renunciar... mientras pueda quedarme a tu lado no importa donde estemos, se que seré feliz... quiero lo mismo para ti."

Shun mira a Ikki con ojos brillantes de amor y sonríe, aunque un bostezo quiere ganarle la partida.

- "¿En serio?... ¿lo dices en serio nii-san?... Ikki, yo no quisiera obligarte a nada..."

- "Shhh... no me obligas a nada usabi, eso no va contigo. Claro que hablo en serio y esa jovencito, es mi respuesta final."

FIN


Notas de la autora


Wiiiiiiiii!!!!!!!!!!!! TERMINEEEEEEEE Muajajajajaja ^^ así que espero que les haya gustado el fic a los que lo hayan leído y una vez más y con ganas QUE VIVAN POR SIEMPRE IKKI Y SHUN!!!!... que en este caso vivirán de manera muy natural y salvaje xD

Nosh vemosh a la próxima, muchos beshitos felinos para ustedes *-*

chibineko chan
(Miembro de la Orden Sirusiana)


Este fic fue terminado el 22 de Octubre del 2005

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