Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Atrapando tu alma. por Ameno

[Reviews - 402]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

— Una vez  mencionaste que tuviste un bebé,  pensé que lo habías perdido y ese era el motivo de que no estuviera contigo, así que considere que ere mejor evadir un tema tan doloroso  por lo que no hice preguntas al respecto, nunca me imagine que quedaras embarazado antes de ser convertido en vampiro o de despertar tu poder de dragón.

— No puedo decir que fue una noticia feliz, o que amara de inmediato a la criatura que se gestaba en mi interior, al principio, a pesar de mi desesperada situación no pude evitar reír  ante locura semejante ¿Quién ha escuchado que un hombre pueda quedar embarazado? Eso me parecía simplemente ridículo, estaba seguro que la mujer se había vuelto loca, sin embargo el odio qué vi reflejado en su mirada me lanzo a la abrupta realidad, era tan intenso que tomo su verdadera forma, tenía unos extraños ojos color perla, una cabellera  tan larga que le llegaba hasta el piso, labios rojos como la sangre y una piel extremadamente blanca y tersa, era mucho más hermosa bajo su apariencia vampira que la humana e infinitamente más cruel— Orochimaru cerró los ojos recordando aquella despiadadas palabras.

— ¿Así que es por esto por lo que perdía el tiempo acostándose contigo? Ahora me explico su obsesión contigo, sin embargo me hubiera gustado que hubiera escogido alguien más hermoso y menos corriente  para gestar a nuestro hijo, por lo menos hubiera podido consultarme a la hora de escoger.

— Me hubiera gustado matarla por decirte al semejante, lo hubiera hecho de haber estado presente.

— ¿Y cómo? Es eso momentos ni eras ni siquiera un espermatozoide en el saco de tu padre.

— Sabes lo que quiero decir, no necesitas burlarte viejo amigo.

— Lo sé y te estoy agradecido por tus buenas… aunque inútiles intenciones.

— Me alegro que mis comentarios por lo menos te hagan sonreír un poco ¿Qué sucedió después que se entero que estabas embarazado? Quisiera ser optimista al respecto, pero después de lo que escuchado sobre esa mujer, creo que la situación empeoro en vez de mejorar.

Durante las semanas siguientes mis ya de por si escasas raciones  se vieron aún más reducidas creo que hubiera estado a pan y agua desde el principio de no ser por uno de los criados que se las arreglo para traerme por lo una vez cada dos días algo de alimento, en ese entonces me parecía repugnante pero  desarrolle un gusto por la carne apenas cocida la cual devoraba con avidez, pero sin embargo me sentía  muy hambriento y débil.

—Ya veo el bebé era un vampiro y a falta de la sangre de su otro progenitor se estaba alimentado de la tuya, lamento que  hayas perdí….

— No lo perdí.

— ¡¿Qué?! ¿Pero cómo?...Disculpa mi insensibilidad, pero haciendo las cuentas para ese momento tu ya tenías más de tres meses de embarazo casi cuatro, no hay forma de que tú o la criatura sobreviviera sin la sangre del padre, de lo que pude aprender, los no natos de tu especie son voraces, si la madre no ingiere sangre con frecuencia entonces devoran la de esta para poder desarrollarse, es por eso que presencia del padre es necesaria ya que bastan apenas una pocas gotas para calmar su hambre.

— Veo que has adquirido muchos conocimientos en tus viajes.

—Mis libros, aunque los consideres basura pornográfica, me han abierto algunas puertas,  conseguí un libro bastante curioso de uno de mis fans, según él  cuando se mudo lo encontró  en uno de los desvanes, olvidado seguramente por alguno de los dueños originales de la mansión, lo conservo para venderlo por internet, ya que no entendía palabra de su contenido y lucía bastante antiguo, lo intercambiamos por toda la colección autografiada de Icha Icha…y el cumplimiento  de una de sus fantasías.

El antiguo enarco una ceja al ver a su amigo sonrojarse y comento— Vas a terminar contagiándote de una enfermedad a ese paso.

— ¡No es lo que piensas! …Él quería una foto mía autografiada…sólo que en la foto yo debía salir desnudo.

— ¿Y se la diste? ¿Eres idiota? Seguramente te iba a chantajear con publicarla después.

— Orochimaru me conoces ¿Cuándo me ha mortificado estar desnudo alguna vez?

— Punto.

— De todas maneras, cuando me quite la ropa ni siquiera se enfoco en mi cara, me sentí como un viejo pedófilo pervirtiendo a un niño…  rogo que le permitiera tocarme, cuando  me fui tenía una pequeña y linda erección en sus pantalones.

— Jiraya.

— ¿Hm?

—Tú y ese fan se merecen el uno al otro, no se cual de los era más pervertido, podrían haberte encarcelado.

— Naa, el chico tenía 29 años en todo caso yo lo podría haber demandado por acoso sexual y comportamiento indebido...a propósito toma, en cuanto lo vi pensé que se sería un estupendo regalo de cumpleaños, una compensación por no haberte dado nada en estos 500 años, es el libro que tenía el chico, con toda ésta conmoción se me había olvidado dártelo.

—…….No sé si deba lavarme las manos después de tocarlo…

— No seas exagerado, no tenías tales quejas cuando eras más jóvenes, ahora ábrelo.

El vampiro rompió el papel de regalo que cubría el tomo, las letras brillaban en la cubierta del libro leyó el título y miro asombrado al hombre lobo que sonrío.

— Me sirvieron tus clases de latín, tuve que recurrir a uno de mis viejos amigos para restaurarlo, creo que te servirá para que te documentes.

—…Gracias.

— No hay de que, ahora dejémonos de sentimentalismos y cuéntame un poco más, después de lo que leí ahí, aun me parece increíble que tu y le bebé no hayan muerto.

—Supongo que heredo la fuerza de su padre.

— Y de su madre.

—…Tal vez, puede que mi sangre de  dragón aunque sellada también  influyo, creo que el feto apenas se alimentaba, pero aún así yo estaba cada día más débil, fue alrededor de los cuatro y medio, luego de repetirme diariamente una y otra vez  qué Vladimir jamás me amo y solo me utilizó, que ella dejo de visitarme, eso constituyo un alivio para mí, al día siguiente tanto mis cadenas como la puerta de la celda estaba abierta de par en par.

— Una trampa.

— Una trampa, pero para ese momento yo ya no pensaba bien  escape solo para cuando estaba a unos pasos de la libertad o de mi muerte, caer directamente en los brazos de mi peor pesadilla.

— el duque.

—El duque, Vladimir estaba de regreso no lo note en un principio pero había envejecido muchos años de un solo golpe, ahora era más fuerte y mucho más atractivo que antes, estaba furioso.

— Espero que le haya dado su merecido a esa diabla.

— No comprendes, conmigo.

— ¿Contigo pero porque?

— Al parecer antes de marcharse Kaguya, le conto a su amado qué yo había tratado de fugarme varias veces y que se había  visto obligada a encerrarme en los calabozos, al parecer el sirviente que fue asignado a cuidarme corroboro esa información, tanto mi amor como la atracción que sentía mi dragón por él, se desvanecieron un poco ese día, justo al momento que sentí la bofetada que me dejo inconsciente, cuando desperté al día siguiente encerrado de nuevo en el calabozo, ya no sentía deseos de vivir ni luchar más, estaba atrapado en las garras de un monstruo y mi única liberación era la muerte.

— ¡Pero debió sentir a su hijo!

— La criatura estaba muy débil, para poder ser sentida, ambos estábamos muriendo lentamente de inanición, cuando escuche los gritos y lo vi entrar todo rojo bañado en sangre, creí que se había apiadado de mí y me iba a dar la paz que tanto buscaba, me equivoque se mordió la muñeca y me obligo a beber su sangre, mi cuerpo reacciono rápidamente en contra de mi voluntad …¿Sabes lo que es sentir llorar a tu hijo en tu vientre?—Jiraya movió la cabeza— Es la desesperación echa sonido, los vampiros son telepáticos el bebé trataba de transmitirle a su padre toda nuestra miseria y abandono, creo que funciono porque su padre me tomo en brazos y me llevo de nuevo a su habitación, fue  únicamente por esa criatura inocente que no pidió venir al mundo y no era culpable del pecado de sus padres, qué decidí vivir un poco más, soportar estar al lado del hombre que debería odiar pero aún amaba,  porqué dentro de mí, aún anhelaba creer que todo era un mentira inventada por esa mujer…porque había vuelto a ser de nuevo del quién conocí y me enamore…por un fugaz instante pensé  que lo hacía por mí, hasta que me pregunto porque no le dije que estaba embarazado, la razón por la cual  tuvo que enterarse por un criado.

—Se te rompió el corazón.

— Gabriel agonizo ese día, una agonía que duro varios meses cuyo único consuelo era la vida que crecía en su interior, no quedaba más voluntad en mi, de la que hay en una marioneta, lo único que me mantenía era el bebé y la sangre que me daba el padre del niño todos los días, conformé mi vientre y su alegría crecían mi tristeza aumentaba, era un instrumento un objeto utilizado al qué le quitaron todo lo poco que tenía, un día varios caza vampiros atacaron por sorpresa el castillo cuando yo estaba a punto de dar a luz y la ultima de mis esperanzas murió, su propio padre extrajo al bebé de mis  entrañas, cuando escuche su llanto cerré mis ojos  pensando que por fin podía ser libre y encontrar la paz…. No fue así, el me quito el derecho de ser libre, de morir, condenándome a una existencia que no pedí y a la esclavitud, negándome tan siquiera a la libertad de la muerte y atándome  a él con una marca de apareamiento, que jamás podrá ser desecha, abandonándome a mi suerte en un castillo lleno de enemigos, fugándose con lo único que hubiera podido dar significado a mi existencia vacía.

Gruesas lágrimas corrían, por el rostro de hombre lobo preguntándose porque su amigo no lloraba, una sonrisa se dibujo en el rostro de éste el cual lo miro e inquirió.

— ¿Te preguntas, porque no lloro? Gabriel lloró ese día, un llanto sin lágrimas ni sonido, murió mientras mi dragón se desgañitaba suplicando por el vínculo que nunca tendría con esa criatura de la que no supe si era varón o mujer, yo nací al día siguiente, sediento de sangre tuve la fortuna de que los cazadores decidieran dejarme en pos de matar una presa más grande y regresar al día siguiente, craso error mate al último de ellos alimentándome de su sangre, el hechizo de mi padre se rompió con mi muerte y mi sangre de dragón se libero salvándome de mi mente enloquecida y de las cadenas que me ataban, cuando logre recuperar mi consciencia estaba rodeado de cadáveres destrozados de los cazadores con la apariencia con la que me viste por primera vez…mi piel me hizo invulnerable al fuego, a  las espadas, a las flechas, así  que aprovechando esto me fui, ya me encontraba muy lejos cuando el castillo estallo, por lo visto Vladimir guardaba en su sótano barriles de pólvora traídos de otro continente, no regrese para averiguar si había quedado algo en pie.

— Así que no te enteraste de si el regreso por ti.

— Si lo hizo o no, jamás me entere mi único deseo a lo largo de estos 700 años fue mantenerme lo más lejos posible, no sentía preocupación por el bebé, estaba seguro que su padre lo mantendría protegido y a salvo de cualquier peligro, me dedique a deambular de un país a otro alejándome lo más posible de los lugares y países que algunas vez le oí nombrar.

— Cuando te vi por primera vez, supe que esa marca te estaba doliendo, así que te ofrecí mi ayuda sin pensarlo demasiado, yo había visto ya algunos vampiros pero jamás un dragón, lucias tremendamente atractivo, perdona por mi ligereza, de haber sabido lo que habías pasado no me habría presentado diciendo “Oye hermoso que tal si no divertimos un rato, puedo ayudarte con tu sufrimiento” me sorprende que  accedieras en lugar de mandarme a volar de un sólo golpe, esa fue la peor frase para ligar que he dicho nunca.

Orochimaru río suavemente, antes de responder con picardía— Has dicho otras peores, créeme, además en ese tiempo era bastante guapo, tu volviste literal eso de tener sangre caliente ¿Ha quien se le ocurre andar desnudo en pleno invierno en la estepa Siberiana?

— ¡Oye, oye! Estaba en  mi primer celo y era verano, no hacía tanto frío, aparte venía de cazar, ¿Además quien se resiste al ver una cosa bonita como tú en medio del camino?

— ¡Ahora no me vengas con el cuento de que yo tome tu virginidad!

— Bueno, eras como mi pareja numero 1000, creo que en mi caso aun cuenta como ser virgen ¿No es así?

El antiguo estallo en carcajadas, antes de decir —Jiraya.

— ¿Hm?

— Algunas de tus mentiras ni tú te las crees— Ambos se rieron antes de que el vampiro le sonriera— Gracias por hacerme sentir mejor.

— No es nada, para eso somos amigos….Orochimaru ¿Qué harás ahora que lo has vuelto a ver?

— No sé,  realmente no espera encontrarlo de nuevo después de tanto tiempo bajo otro nombre e  identidad, tendré que acostumbrarme a pensar en él como Madara Uchiha en lugar del Duque Vladímir Valentín Black …algo se me  ocurrirá,  afortunadamente mi  apariencia actual  es un poco diferente  a la qué el recuerda, así que no me reconoció  y pienso mantenerlo  de esa forma, no puedo darme el lujo de desaparecer ahora que los Uchiha están tras la familia de Tsunade, esa pequeña, escuálida, temperamental y peleonera  mocosa, qué me encontré un día vagando por las calles, fue la cosa más maravillosa que me ha pasado en estos 700 años, ella junto con Minato y los chicos son mi más grande orgullo.

— Concuerdo contigo, en lo de temperamental y peleonera, pero escuálida, está muy  bien dotada y curvilínea para eso— replico el hombre lobo haciendo un efusivo gesto con las manos.

—Cuidado que es mi hija de  quien hablas, le diré a Dan y a los chicos, qué opinas eso de ella.

— Sólo expreso mi admiración hacía un bien dotado pecho…hablando de hijos…has pensado en la posibilidad qué el tal Fugaku sea…ya sabes… tu hijo.

— No sé y francamente  no tengo deseos de averiguarlo… es muy mayor para eso, pienso que puede ser de Kaguya…aunque circunstancias especiales pudieron hacerlo  envejecer prematuramente, prefiero no pensar en ello  por ahora, lo importante es concentrarse en cuidar de los muchachos.

—La vida trae muchos problemas ¿Eh, amigo?

—A veces demasiados.

 

Entre tanto en otro lugar, cuatro pelinegros estaban sentados en los sofás de una lujosa sala de estar del pent-house más caro de la ciudad, los más  jóvenes se revolvían inquietos bajo la intensa  mirada del mayor, que paladeaba con desesperante lentitud un vaso de Whiskey en las rocas, el cual dejo con parsimonia en la mesita que tenía al lado antes de dirigirles unas palabras.

— Itachi, Sasuke, probablemente se preguntaran porque los tengo aquí.

 —Sí es por lo ocurrido hoy, me disculpo abuelo, tomare toda la responsabilidad del asunto en mis manos y el castigo…

— Deja de saltar a conclusiones Itachi, no es un crimen estar enamorado ¿Y qué es eso de castigo? El consejo no puede entrometerse en nada que tenga que ver con mi familia si quieren seguir viviendo y ellos lo saben muy bien, solo deseo contarles una vieja historia, una que tu más que nadie es necesario que escuches.

— Hace muchos siglos atrás— los dos jóvenes vampiros entornaron los ojos ¿Iba a empezar con una de sus viejas historias de nuevo? Ignorándolos olímpicamente Madara prosiguió— Conocí a la criatura más hermosa que había visto antes, una bella y pura ninfa de los bosques enfundada bajo la piel de un hombre, fue amor a primera vista por mi parte, desde que lo vi mi único deseo era poseer a ese ángel cubierto de carme y perderme en el paraíso de sus muslos.

— Perdona  por interrumpirte abuelo ¿Pero podrías ser menos cursi  y más directo?

— Si padre, es incomodo de oír.

— Como quieran, vi a un hombre hermoso  desnudo en el río y quise tener sexo con él.

—………… ¿Solo hablaste de esa forma para molestarnos verdad?

— Mayormente, ustedes jóvenes no aprecian la belleza del romanticismo, pero ya hablando en serio, conocí al que sería su abuelo un muchacho precioso, de piel morena y ojos verdes, cabellera ondulada que le llegaba hasta los hombros, con la cara de un ángel, la inocencia de un niño y un cuerpo que incitaba al pecado, en resumen una criatura encantadora, que me encontré nadando semidesnuda en el río que alimentaba mi propiedad, me sorprendió descubrir que era un hombre en lugar de la mujer o la vampiresa que esperaba, pero más lo hizo descubrir que era un monje, no podía permitir que semejante belleza se desperdiciara dentro de un claustro, marchitándose y pudriéndose en medio del olor a incienso y oraciones, ni tampoco podía permitir que otro se me adelantara así que me propuse conquistarlo y llevarlo a la cama, había planeado hipnotizar a sus acompañantes y hacerlo mío ese mismo día, pero cambie de opinión, Gabriel era un conversador brillante, provisto de una gran curiosidad y con la mente abierta, era un placer hablar con él así que pospuse mis intenciones y accedí a lo que me pidieron, luego de ese primer encuentro lo visite cada día, disfrutando con calma cada minuto a su lado, pero detestaba estar dentro de la maldita abadía donde éramos constantemente interrumpidos por los frailes, especialmente por dos de ellos, una bajo pero fornido y rústico como cualquier aldeano, el otro era un sacerdote instruido y de buenos modales, pero me miraba con profundo recelo y observaba con inquietud manifiesta a mi pequeño monje.

— ¿Crees que te descubrieron?

— No, pero imagino qué intuían que tenía otras intenciones, por lo que lo convencí de visitarme en el castillo, espere hasta que se sintiera cómodo antes de intentar cualquier cosa, Gabriel siempre fue bastante interesante, me resultaba imposible leer sus mente así que tuve que guiarme por sus expresiones corporales y faciales  para saber cómo se sentía, pero eso no era lo más curioso, lo más curioso es que no despedía ningún tipo de fragancia particular para identificarlo.

— Por lo menos sabemos que el abuelo no apestaba.

— No me comprendes Sasuke, su cuerpo no despedía ningún olor, absolutamente ninguno, al principio creí que mi sentido del olfato estaba embotado o que se bañaba muy concienzudamente, pero no era así simplemente carecía de de su perfume natural.

— Pero eso es imposible, todas la criaturas, tienen un aroma padre.

— Lo sé, pero yo estaba demasiado interesado en otras cosas para prestarle atención a un detalle tan importante, cuando le hice el amor me volví adicto a sus gritos y gemidos, al sabor de su piel desnuda a la hermosura de su cuerpo, a su sangre dulce,  era una droga que me impulsaba a buscarlo cada día, aun tras las paredes de ese monasterio, no sé cuantas veces  lo profane en la cama de su propia celda, pero fueron incontables.

—  ¿Un monasterio padre? Sabía que eras lujurioso, pero esto… ¿Podrías cambiar el tono de la conversación? Me siento incomodo de que hables de tal forma de mi madre.

— ¡Yo secundo a mi padre! ¿No opinas igual Itachi? ésta hablando de la abuela.

— He vivido con él los últimos diez años, estoy acostumbrado.

—…Eso es tan triste.

— Lo sé.

— ¡Ah, pequeños impertinentes! Ya deberían haber averiguado a estas alturas, qué esas insignificantes provocaciones, no tiene efecto en mí, como les venía diciendo, él se volvió una necesidad, pasaron siete años de dicha y felicidad, me había dado cuenta que se había tornado distante y  melancólico, pero no me importaba mientras estuviera a mi lado, un día desapareció sin dejar rastro sin avisarme, fueron cinco años de rabia y angustia me dejo como si nada, no tenía la posibilidad de seguirlo porque no podía vincularme a su mente y sin su olor no podía mandar a uno de mis lacayos a rastrearlo, su piel estaba impregnada con el olor del incienso ¡Pero de que me servía? Todas las iglesias huelen a incienso… bueno olían, regreso cinco años después, más hermoso, más maduro, más sano, espere con impaciencia su visita, una que jamás llego, por lo que decidí esperarlo en el camino, estaba iracundo ¡El era mío como se atrevía a negarme su presencia! En cuanto lo vi, lo rapte, lo encadene a mi cama, para no perderlo de vista y me encargue de que nadie pudiera recordarle y me cobre esos años de ausencia, no apartes la mirada Fugaku tu padre no fue siempre el hombre ligeramente bueno que es ahora, en ese tiempo era un demonio en su totalidad uno que no aceptaba, debido a su orgullo, que amaba a un ser humano.

—Es mi madre de  quien hablas, una que jamás conocí.

— Lo sé y no sabes cuánto siento haberte negado ese derecho, lo quería a mi lado no me importaba si para ello debía acabar con sus esperanzas, estaba seguro después de unos días, de haberlo logrado y que él se había resignado a su actual situación, esperaba poder liberarlo de su cadenas pronto, entonces luego de unos meses cuando el entendiera que me amaba lo convertiría en vampiro y el sería feliz por estar a mi lado  como mí compañero y amante.

— ¡Padre eso!

— El sueño de un imbécil egoísta lo sé, el destino se encargo de cobrarme mi propia insensatez, justo el día que pensaba decirle a Gabriel que iba a retirarle las cadenas llego Kaguya.

— ¿Kaguya? – Se miraron interrogantes, Sasuke e Itachi  era la primera vez que oían ese nombre.

— La legítima mujer de mi padre, nacida sangre pura como él y la única que tenía derecho de llamarse su esposa, al contrario de la pequeña sabandija con la que me concibió.

— Veo que dejo una “buena impresión” en ti hijo.

— Por supuesto que sí, aprovechaba  cuando no estabas presente de recordarme que yo era producto de tus amores con un sucio humano y debía agradecer al cielo haber nacido por azares del destino, un sangre pura,  pero al ser tu hijo  me convertía en su hijo por derecho ¿No comprendo porque la buscaste? Fue evidente que me odiaba podría haberme matado.

— No podía, tenía un contrato conmigo, qué le impedía tocar mi sangre o a alguién que éste relacionado directamente con ella, además no la busque, ella me encontró…Es difícil de explicar, Kaguya y yo teníamos una relación complicada, la primera vez que la conocí yo era un joven y ambicioso vampiro de 400 años que había abandonado la casa de mis padres hace mucho, fui atraído por el fuerte olor a sangre, hacía un castillo perdido en el fin del mundo en medio de escarpadas montañas mientras rondaba por esos lares, fue cuando la vi cubierta de pies a cabeza con la sangre de sus padres y todo su clan, luego de haber vaciado sus cuerpos del vital liquido, sádica, cruel, hermosa, despiadada, hambrienta de poder y sanguinaria, la atracción fue mutua, me hizo una pregunta y le respondí, al parecer le gusto mi respuesta, porque después tuvimos sexo en una de las alcobas y decidimos permanecer juntos, nunca nos casamos, pero nos volvimos compañeros de cama y de muerte entre los dos aniquilamos a los vampiros sangre pura más viejos, yo en busca de derribar las viejas y anticuadas reglas que se interponían en mi camino y mis objetivos, ella por el puro placer de matar, pero diferíamos en muchas cosas yo era un príncipe en busca de convertirme un emperador, ella se creía una diosa y como tal todos los demás debían reverenciarla, tuvimos muchas discusiones a lo largo de nuestra vida juntos, cuando no podía ganarlas entonces ella se marchaba por cinco, diez, veinte años, apareciendo cuando se le daba gana o  se le pasaba el enojo, sin embargo algo tengo que reconocerle mientras yo era egoísta y no me gusta compartir lo que considero mío con nadie, ella no le importaba compartirse a sí misma y a su amante con quien le diera la gana.

— No te imagino cediendo ante los caprichos de nadie abuelo.

— Tal vez los cuerpos juveniles y temblorosos, de adolescente dulcemente agraciados, con mirada temerosa, despertaron mi interés, pero ver a la que consideras tu mujer con otro en la cama,  cuando consideras que llevabas una vida intima bastante satisfactoria, no deja de ser un shock.

— ¿Diosa? Yo le daría otro tipo de nombre a ese tal Kaguya— replico Sasuke—… ¿No le pusiste una marca de apareamiento verdad?

— Nunca lo hice, simplemente nos juntamos ninguno de los dos nos marcamos, al único que he marcado es a Gabriel, con el paso de los años me entro el deseo de tener un heredero, había ido a casa de mis padres de visita y había encontrado un hermanito recién nacido, regrese con esa inquietud al lado de Kaguya y a pesar de su inestabilidad, le propuse qué tuvieramos un hijo, lo intentamos por  casi setenta años, yo cumplí todos sus caprichos en ese tiempo hasta que me canse y tuvimos otra discusión, se marcho nuevamente para ese momento yo ya estaba hastiado de nuestra unión, casi cuarenta años más tarde conocí a Gabriel, lo quería para mí lo ansiaba para mí, era todo lo que anhelaba y mas, pero la llegada de Kaguya arruino mis planes con él, era imposible para mí echarla  después de compartir más de trescientos años de historia, así que la deje permanecer en el castillo procurando no dejar sólo por mucho tiempo a mi pequeño monje , pero la suerte no estaba de mi lado unos días después de nuestra primera luna roja, un emisario fiel y leal de la casa de mis padres llego amparado en las sombras de la oscuridad, trayendo un fatídico mensaje los habían asesinado para apoderarse de Izuna, el cual era un portador y varios clanes se lo estaban disputando, tuve que ir lo más rápido posible antes de los asquerosos viejos, decidieran utilizarlo como un animal de cría para los distintos clanes, ¡La casa Black! ¿Cómo eran tan imbéciles para hacerle eso a la casa Black? ¡Utilizar su tesoro más preciado para eso!...Hice una masacre ejemplar en cuanto llegue, no se la sangre de cuantos bebí, pero debo decir que me sentí orgulloso de Izuna ya que no se quedo atrás, sin embargo a pesar del miedo no cesaron en su empeño así que tuve que permanecer por varios meses enseñándole a mi hermanito a defenderse y a utilizar los poderes adquiridos por beber la sangre de otros vampiros, además de buscarle un pretendiente digno, que pudiera protegerlo.

— El tío.

— El tío y maldita sea, sino era persistente el mocoso, lo odie hasta el último momento antes de partir de regreso hacia Gabriel, tropecé con Kaguya en el camino y me dijo que tuvo que trasladarlo a las mazmorras porque había tratado huir varias veces, noticia que confirmo al criado al que le confié su cuidado, cuando entre choco contra mí corroboro lo dicho por ellos y me avergüenza admitirlo perdí los estribos…hice algo que nunca hubiera hecho en mi sano juicio y lo mande a encerrar de nuevo en el calabozo, fue Zetsu y su valiente temeridad, con su insistencia de verme lo que me saco de mi error, corrí hacia el calabozo matando en mi rabia a todo el que se cruzo en mi camino, casi llegue demasiado tarde estaba asustado por dentro aunque no lo aparentara, podía reconocer el deseo de morir en los ojos de tu otro padre, le di beber mi sangre y con alivio vi como empezó recuperar el color, cuando lloraste, fue la primera vez en la vida que experimente el remordimiento la culpa y la vergüenza, era un mal compañero y padre, casi mate a mi propio hijo y al joven que amaba, algo imperdonable, lo trate de cuidar lo mejor posible, pero no estaba en mi perdón por mis errores ¿Cómo pedirlo, sino  no podía perdonarme a mí mismo al ver que el brillo en sus ojos se agotaba día con día? Decidí fingir estar bien con la esperanza de animarlo un poco, no podía marcarlo en esos momentos porque hubiera significado la muerte de ambos, pero lo haría luego que nacieras y él se recuperara pero otra vez el destino me hizo pagar por mi arrogancia, de la nada un día llegaron caza vampiros seguidos de varios aldeanos, los malagradecidos olvidaron mi generosidad y se volvieron en contra mía, tuve qué extraerte de las entrañas de tu padre yo mismo,  ya que el especialista que mandé a llamar con días de antelación por algún motivo jamás se presento, naciste débil más de lo normal y temí por tu vida si no te llevaba a un lugar seguro, no podía a llevar a Gabriel conmigo de hacerlo hubiera muerto  desangrado, ya de por si estaba muriendo hice lo único que se ocurrió lo mordí le di la doble marca de vampiro y pareja, la transformación no debe ser interrumpida así que con pesar de mi alma,  lo deje ahí, no sin antes asegurar la habitación con un hechizo para que ellos no pudieran encontrarlo, regrese tres días después, luego de dejarte con tu tío, no quedaba nada del castillo, ni rastros de mi pareja, amante y madre de  mi primer y único hijo, lo busque por varios siglos con la esperanza de que hubiera sobrevivido y su marca lo trajera hacia mí, pero no tuve suerte, creo que has entendido lo que quiero comunicarte Itachi.

—……Sí…me retiro, tengo cosas que pensar… ¿Abuelo que paso con Kaguya?

— La mate por atormentar a mi hijo y por otras cosas que ya no viene al caso contarlas, fue una pelea difícil,  ella era igual de fuerte que yo, perdí más años de vida en el proceso, pero valió la pena.

El pelinegro asintió, retirándose a su habitación, observo en silencio la vista panorámica, no cometería los mismos errores de su abuelo, nunca destruiría el brillo de esos ojos azules como el cielo, ni borraría la sonrisa de ese rostro angelical, tal vez era el momento de tomarse las cosas en serio y dejarse de juegos infantiles, debía aclarar su mente antes de hablar con Naruto, su Naruto

Notas finales:

Por sus comentarios y revisiones ¡Muchas gracias!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).