— ¿Ha que debo el “honor” de tu desagradable visita, Madara?
— ¡Oooh! Pero qué mal humor Onoki, juraría que hace algunos años sabias comportarte mejor.
— Hace 60 años, tenía 25 me sorprendía por todo y amaba la vida, ahora estoy demasiado viejo, para preocuparme lo que me pase, aparte tengo demasiados achaques para que importe lo que piense de mi un tipo que bien podría pasar como mi nieto.
— Soy mucho mayor que tú anciano.
— ¡Entonces eres un viejo decrepito con cuerpo y cara niño! ¡Sé muy bien que eres más viejo que yo y por 15 siglos, no necesitas recordármelo! Después de aclarado ese punto ¿A qué has venido? Las visitas sorpresas no son bienvenidas en mi casa ni en mi gremio, especialmente las hechas por tu especie.
— ¿Sólo por mi especie? Siento decirlo pero siempre has sido paranoico contra todas las demás razas, aun me sorprende la facilidad con que llegaste a una acuerdo conmigo a pesar de que soy la cosa que más odias.
— Todos ustedes son monstruos que necesitan ser controlados, pero entendí perfectamente cuando era joven y te vi dominarlos con solo la mirada, que no éstaba en la manos de los cazadores lograrlo, los monstruos necesitan ser manejados por un ser mucho más fuerte y poderoso, uno al que teman, veneren... y aunque suene enfermizo, deseen, fui lo suficientemente inteligente para darme cuenta ese día, que no importa a cuantos de los tuyos matemos, siempre vendrás más, ya sea hombres lobo, vampiros y quién sabe qué otra sarta de criaturas desconocidas, mientras nosotros los cazadores somos cada vez menos...¿Te preguntas porqué hice un trato contigo? Porque por más que hicimos mis compañeros y yo estuvimos a punto de ser masacrados ese día, en cambio tú sólo moviste un pie dentro de la casa y todos se arrodillaron frente a ti, los mataste a todos sin compasión, te veías como un demonio sangriento.
— ¿Te refieres a la ocasión en que estúpidamente decidieron atacar una mansión de sangre pura lleno de Wildbloods salvajes? Siempre me pregunte quien les mando el mensaje de la existencia y ubicación de ese lugar, sin embargo fueron afortunados que uno de mis hombres me mandara un informe sobre lo que estaba haciendo es pareja y decidiera ir yo mismo, fue una casualidad que encontrara y salvara a tu grupo de cazadores, a un sangre pura solo se le permite covertir a un humano en vampiro cada cien años, el tener más de veinte a la vez es un crimen de alta traición y la pena es la muerte.
— ¿Vamos a seguir fingiendo que no se que la ley eres tú y dispones de las vidas de los tuyos a tu gusto y antojo?
—Es una ley, el que yo la haya creado y la forma en que dispongo de ella, es otra cosa aparte, soy un dictador si lo quieres ver así, uno que deja a su pueblo vivir sus vidas a gusto y antojo, mientras respeten mis reglas, si se dejara correr a un montos de convertidos por las calles, sería un genocidio acabarían con la mayor parte de la población en pocos años y desatarían una guerra entre depredador y presa que no tiene fin, poniendo en peligro tanto nuestras vidas como las suyas ¿Te preguntas porque los mate a todos? A los sangre pura por desobedecerme, no tenían hijos así que no había motivo para ser compasivo, a los Wildbloods por misericordia, no me veas con esa cara de incredulidad no pega con esas arrugas, se necesitan 100 años para que uno de ellos madure lo suficiente para ser algo más que una bestia sedienta de sangre y un maestro que los guie para frenar su barbarie, imagínate veinte de ellos apenas en la treintena y sin sus amos, se desataría un escenario apocalíptico, uno al puro estilo zombi que tanto adora tu nieta.
—No me hables de esa chiquilla pretenciosa que cree saberlo todo, pasara mucho tiempo antes que le heredé el liderazgo de la organización y sólo si demuestra su valía.
— Es una chica valiente.
— Y una tonta arrogante, demasiado confiada en su fuerza.
— Ya, así que por eso dejaste que intentara atacarme sin advertirle nada, eres un mal abuelo,
— ¡Malos mis riñones! ¡Esa chica necesitaba una probada de lo que un verdadero vampiro puede hacer!...Además no tienes de que quejarte la metiste en un sueño hipnótico por dos horas con solo enarcar la ceja…podrías haber sido menos excesivo, ahora se le ha metido en la cabeza que le gustaría entrenar con uno de los tuyos.
—Mala idea los Uchiha, no entrenamos a personas ajenas a nuestra sangre salvo muy raras excepciones, menos un humano y definitivamente no un cazador, que para obtener la suficiente fuerza para darnos caza tienen que someterse a un ritual y beber la sangre de los así llamados monstruos, lo que causa adición en los más débiles y en la mayoría de los casos, una enfermedad mortal que degenera en locura, con el paso de los años y la continua ingesta, la mayoría de los cazadores no alcanzan los cincuenta ¿No es así Onoki?
—…….Estas bastante bien informado, sobre los ritos que celebramos en nuestra organización, parece que hay un espía entre los nuestros.
— Eso es algo que sé desde….¿400 o 450 años?...Nunca me acuerdo con los lapsos de tiempo tan corto… me encontré por casualidad con grupo de cazadores en uno de mis viajes, su líder tuvo a bien darme un lago y diseñado discurso, sobre cómo me mataría y lo que haría con mi sangre cuando lo hiciera.
— ¿Qué hiciste con ellos?
— ¿Acaso ya chocheas con la edad Onoki? Ya sabes la respuesta, hice que él y sus compañeros se mataran unos a otros, apenas terminó de hablar.
—…Tanta crueldad.
— Les mostré la clemencia que no tuvieron con los míos, matar niños, criaturas indefensa que no pueden defenderse, matar el futuro, conservación y continuación de mi especie, es un crimen nefando, que merece un castigo mayor que el obligarlos a matarse unos a otros, si hubiera seguido mis deseos, mis intenciones, seguiría torturándolos hasta hoy disfrutando con sus gritos de agonía, convertidos en la cosa que mas odian y obligados a servir fielmente a las criaturas que destruyeron con saña por tantos años.
—…… Hablas con tanto rencor al referirte a ese hecho, no puedo imaginarme que pudo contenerte de actuar según tus deseos, sé que no dudas en matar a los tuyos te he visto.
—Obito no necesitaba ver más muertes a su tierna edad, mataron su inocencia junto con su familia, el único consuelo que podía brindarle era ver como los que los asesinos mataban unos a otros, no somos ángeles, no somos mártires, no somos seres piadosos que perdonan el daño que nos hicieron, somos lo demonios rencorososo, que alimentan sus pesadillas y más oscuros deseos, pero te diré una cosa, nosotros amamos a nuestros niños más de lo que ustedes humanos lo hacen con los suyos.
— ¿Qué sabes tú sobre eso? ¡Los vampiros no saben nada sobre el amor!
Una risa extraña, macabra llena de maldad, resonó por la habitación, el anciano miro imperturbable al imperador que sonrió abiertamente mostrándole los colmillos—Se que cuando al fin encontramos a nuestra verdadera pareja pasamos a su lado toda nuestra vida, no la dejamos por una simple diferencia de opiniones o por una pelea estúpida… para ustedes el don de dar vida es algo tan corriente que lo hacen hasta por accidente, para nosotros un hijo es el más regalo más grande que puede recibir un vampiro y nunca permitiríamos que acaezca sobre ellos ningún tipo de daño.
— Dejemos de filosofar y discutir de cosas que no nos llevan a nada, estoy seguro que al igual que con los humanos, habrá seres enfermos y nauseabundos entre ustedes que sean capaces de cualquier atrocidades, está en la naturaleza misma de todas las criaturas seguir el bien o el mal, ahora respóndeme anacronismo ambulante ¿Qué buscas de éste viejo ¡Y tú Kurotsuchi deja de escuchar detrás de la puerta! ¡Aun no ha llegado el momento de que tomes mi puesto como líder del clan! ¡Y ya oíste lo que dijo, no quiere entrenarte y yo estoy de acuerdo con eso!
— ¡Abuelo eres un viejo terco, dile al señor Madara, que no he pasado por el ritual, no he bebido sangre de ningún tipo de criatura!
— ¿Lo que dice es cierto, la fuerza y las habilidades de la niña son naturales?
— Sí ¿Por qué?
— No por nada, simple curiosidad— respondió el vampiro restándolo importancia al asunto, dirigiéndose de inmediato a la chica le dijo— No puedo mandarte a nadie de los míos a entrenarte muchacha, todos ellos están ocupados en misiones importantes que embargan toda su atención…sin embargo si tantos quieres aprender, puedo mandarte a un joven maestro de Kyusho Jitsu, para que te enseñe algunas técnicas.
—….. ¡Me parece bien siempre he querido provocarle un coma a alguien con sólo tocarlo!
— ¡Eso ya lo haces muchacha engreída, cada vez que le das un puñetazo a un pobre desgraciado!
— Sí abuelo, pero sería interesante hacerlo sin dejar marcas visibles, estoy cansada de pagar las cuentas medicas por reconstrucciones de mandíbula, costillas o piernas rotas… ¡Oh, demonios! Me voy antes de que a ese chico rico al que le sirvo de guardaespaldas, se le ocurra irse de fiesta sin alguien que lo proteja ¡Ah y señor Madara no se olvide de enviarme a ese maestro!
El anciano miro con desconfianza al imperator, antes de preguntar— ¿Y cuál es el truco, detrás de tanta generosidad?
— Esa técnica sólo funciona en seres humanos.
—Me lo imaginaba, creo imposible que alguien pueda acercarse lo suficiente a uno de ustedes para apretar algún punto de presión a no ser que sea considerado comida o este muerto, en fin, vamos a lo nuestro. Dudo que tu visita sea de cortesía o para hablar de tiempos pasados, es más me sorprende que siendo como eres, no hayas ido directo al asunto que te trajo aquí en primer lugar, así que de que se trata todo esto.
El aludido lo miro de forma impasible, antes de responder— Quiero que investigues a algunos de los otros clanes de caza vampiros— el anciano salto de la silla, mirándolo furioso.
— ¡¿Cómo te atreves a pedir que investigue o delate a mis hermanos a favor de los tuyos?! ¡Estas demente o senil, si crees que voy a hacer algo como eso!
—Pues es mejor que cambies de opinión, toma.
— ¿Qué es esto?— Expreso con desconfianza el viejo caza vampiros tomando los documentos que le pasaba, el imperador y mirando algunas fotos.
— Algo que encontraras interesante, léelos con cuidado Onoki, estoy seguro que cambiaras de parecer, aunque debo decirte que no será agradable lo que vas a descubrir.
Leyendo y observando todos los documentos e imágenes, el hombre mayor levanto la vista y pregunto.
— ¿Por qué no envías a tu espía? Sí fue tan bueno para recabar ésta información.
— Necesitamos investigarlos desde adentro y nadie mejo que tú para eso Onoki, se confiaran pensando que eres un anciano débil y decrepito, cuya mente faya, no les importara revelarte algunos secretos importantes y que tu husmees en los rincones, ya que ellos sólo verán tu edad avanzada y no la sabiduría y experiencia que has adquirido con los años.
— Te ayudare, si lo que dice aquí es cierto, mi hijo y mi nuera no sólo fueron asesinados ¡Fueron traicionados!— El vampiro, se levanto satisfecho del asiento, poniendo un frasco de sangre en la mesa…uno muy pequeño, de apenas un mililitro, indicando ante la mirada de desconfianza de su interlocutor.
— Esta es sangre muy especial, procura no desperdiciar ni una gota, me parece que la necesitaras, nunca probaras nada igual, es de un dragón dorado…te ayudara con ese maldito cáncer que te ésta comiendo el hígado, apestas a enfermedad.
—…Se supone que la sangre de dragón, puede darte una energía inmensa o curarte de cualquier enfermedad…pero se supone que todos se extinguieron… no esperes que te agradezcas por ello.
— No lo hago, con todo esto aclarado me voy.
— ¡Ah, antes de que te vayas!
—…. ¿Hm?
— ¡Has algo con el maldito leguaje que ocupas vampiro! ¡Parece que estabas tratando de cautivarme!
— No te hagas ilusiones anciano, de padecer algún tipo de parafilia, no sería la gerontofilia.
Diciendo esto el vampiro se desvaneció, mientras el hombre mayor entorno los ojos y centro su atención en minúsculo vial cuyo contenido de un color dorado brillaba de manera provocadora sobre la mesa y de haber estado en otras condiciones hubiera rechazado el beberlo, pero después de lo que leyó, quería justicia por la muerte de su nuera y su hijo, algo que no lograría estando enfermo… la idea de que el accidente de coche en que el murieron, fue provocado y por miembros de otro clan de cazadores de monstruos y no un conductor borracho, era…devastadora, vacio la botellita de un solo trago y maldijo ¡Primera vez que el maldito chupa sangre traía algo que servía y sería muy útil a su clan para luchar contra los monstros y sólo le daba una cuantas gotas, con razón el cretino había vivido tanto tiempo!
Em otro lugar en medio de una sala espacios y decorada elegantemente,un hombre de cabello largo y negro, observaba con atención el círculo de sangre dibujado en el piso, gruño de descontento al ver materializarse al hombre frente él y tendiéndole un vaso de vodka, le preguntó.
— ¿Y cuando te irás?
— No seas descortés Muí, o pensare que no te pone feliz el tenerme aquí.
—Tú y yo sabemos la respuesta a eso.
— ¿Celoso de mí?
—No fastidiado de ti…cuando piensas irte.
—Pensaba irme dentro de dos días, pero cambié de opinión me quedare otra semana… o tal vez otro mes más.
El dragón dorado resoplo, lo único malo de estar casado felizmente con Izuna, era su cuñado, Madara era rencoroso con ganas y la adoración de su esposo, la presencia de él aquí significaba una abstinencia forzada por todo el tiempo que durara su presencia y se había vuelto en unos días la adoración de los mellizos Muku y Haku.
—¿Alguna vez me perdonaras el haberme llevado a tu hermano 200 años antes de lo que habíamos acordado y me dejaras vivir en paz con mi esposo?
— Hmm…no, te atormentares por el resto de nuestras vidas, digamos unos cinco mil o diez mil años.
— Conociéndote los llegaras a vivir sólo por importunarme.
— La felicidad de estar emparentados.
Muí sólo gruño tomándose de un trago el vaso de vodka y de repente inquirió— ¿Qué piensas hacer con la información que te di? Si es uno de los míos debo conocerlo, no importa que sea un hibrido, los dragones verdaderos estamos prácticamente extintos, aparte de mis hijos y yo, en Europa no queda ninguno… he oído que hay algunos en china, pero su especie es un poco distinta a la mía…y de las subespecies es mejor no hablar— Éxclamo con desdén el hombre, por su parte el Uchiha decidió cambiar de tema, tenía interes especial en el antiguo por lo cual le había ocultado algunos detalles importantes a su cuñado como que éste era un portador, al ver la falta de respuesta del imperator sobre el tema, el dragón bufó con sorna, pero no dijo nada.
— Me di cuenta que Utakata y Muku son dragones dorados, Haku es uno de hielo…y un portador para el caso, nunca pensé que me darías a tu primogénito para regir mis empresas.
El dragón sonrió con orgullo, al pensar en sus hijos— Lo hice porque de los cuatro sólo Shisui es un adulto, los otros son apenas unos niños, pasaran miles de años antes de que piense en retirarme y es necesario que mi hijo adquiera alguna experiencia en el mundo de los negocios ¿Qué mejor que en la de su tío?
— Pensé que se debía a que era un vampiro.
— No soy tan mezquino como tú, yo amo a cada una de mis crías, pero no puedo mantenerlas siempre bajo mis alas… ¿Y entonces cuando te marcharas?
Por toda respuesta el imperador empezó a reír a carcajadas, mientras su interlocutor se sirvió otro vaso de vodka y entornando los ojos se sentó en otro sillón, pensando en porque se molestaba siquiera en preguntarle, el vampiro se marcharía cuando le diera la gana, como siempre lo hacía y mientras tanto acapararía toda la atención de su esposo ¡Dios iban a ser las dos semanas más largas de su vida! ¡Y todos sabían que no existía nada más irritante para un dragón macho que protegía su tesoro ( en este caso su pareja y sus hijos) que compartir territorio con otro macho alfa y más si éste era también bastante poderoso, no importaba si estaban emparentados!
Días después en otro lugar un pelinegro estaba sentado tranquilamente en la mesa de una pastelería viendo moverse a un chico rubio, observando a las personas con las que hablaba, parecía muy cercano a un par de azabaches de apariencia muy atractiva y un viejo de pelo blanco, una persona se sentó a su lado y lo miro con indiferencia, hasta que noto la palidez antinatural de su hermano y pregunto.
— ¿Qué pasa Shin, sucedió algo?
—Vi a otro.
—…. ¿Otro?
—Otro lobo plateado.
—…Eso es imposible, el señor Danzo nos dijo.
— Se lo que el señor Danzo nos dijo, pero créeme puedo reconocer el olor y la presencia de un lobo alfa y te aseguro no es como ninguno de los que he visto, pudo suprimir totalmente su esencia y poder, de no ser porque se elevaron sus feromonas masculinas cuando beso a uno de nuestros objetivos, jamás me habría dado cuenta que es un hombre lobo.
—Entonces, no cabe duda son ellos.
—Son ellos, es una fortuna que hayas decidió seducir a esa chica que aseguraba ser su ex -novia para robarle su celular, para saber si tenía información importante, las fotos nos ayudaron a saber su apariencia.
— Hubiera sido mejor si lo hubiera recordado antes y ella no las hubiera borrado por despecho, en lugar de presentarnos ante el señor Danzo con las manos vacías.
— No nos hubiera ahorrado el castigo, fue desafortunado que no pudieran recuperar las imágenes de la memoria hasta hace poco, no hubiéramos tenido tantos problemas en localizar a los Uzumaki.
—Y ahora tenemos un problema mayor, tendremos que informarle a Danzo de éste nuevo hallazgo.
—…No hasta que estemos seguros del todo, si le avisamos y resulta que todo fue solo una impresión mía, nos dará un escarmiento que no olvidaremos hasta el fin de nuestros días.
Sai lo miro sin reflejar emoción ninguna, su hermano nunca se equivocaba, así que si afirmaba que vio otro lobo plateado, entonces lo vio, pero respetaría su decisión de notificarle inmediatamente a su jefe, aunque desconocía el motivo ¿Tendría algo que ver con pertenecer a un clan de lobos? De los dos sólo Shin recordaba lo que era tener una familia, sea como fuera ahora tendrían que ser extra cuidadosos al seguir a los Uzumaki… no a los Namikaze, lo primero era localizar donde vivían y luego infórmale a Danzo de sus hallazgo, sin embargo era demasiado preocupante que ese lobo plateado pudiera suprimir su presencia totalmente ¿Qué otros seres más podrían estar ocultos sin que ellos lo supieran?
Suspirando miro de nuevo al rubio ¿Era una chica plana o un chico sin pene? Porque parecía una mujer con esos grandes ojos azules y esa sonrisa grande a flor de piel, sin mediar palabras los hermanos intercambiaron miradas y se levantaron en un acuerdo tácito, por lo no percibieron los tres pares de ojos negros que los siguieron hasta la salida, entre tanto en la barra Shikamaru bostezo fuertemente pensando para sí mismo— Pero que problemático eres Naruto ¿Qué rayos sucede contigo, que atraes todo tipo de bichos raros y peligrosos? No quiero problemas, ni verme envuelto en todo éste enredo, sería más conveniente dejarlo así y no inmiscuirme, pero no quiero dejar a abandonado un amigo si puedo ayudar… que molesto es pensar en cosas tan complicadas…después ésta esa conversación tan rara que tuvo el padre de Naruto con esa par de playboys, es como si estuviera hablando con un par de vampiros…pero que problemático.