"El Mejor Regalo Del Año"
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Era un hermoso día y claro que, también era un día muy especial, porque era treinta y uno de Diciembre, el último día del año. Y precisamente por ser ese día, en la mansión Namikaze, tanto la servidumbre, como los mismos dueños del lugar, estaban trabajando arduamente para tener todo listo para la fiesta que habría en la noche. Claro que entre ver que todo esté en orden y vigilar que un doncel muy embarazado no haga esfuerzos innecesarios, a todos se les dificultaba, porque precisamente Namikaze Naruto, ahora de Uchiha, peleaba porque lo dejaran ayudar y colaborar en algo de utilidad, cosa que ni su hermano y mucho menos su padre y la servidumbre lo dejaban hacer, sobre todo cuando en los últimos dos días el menor se la paso en el hospital por leves dolores en el vientre.
—Solo estoy embarazado no lisiado —se quejó el blondo con molestia mientras se sobaba el muy hinchado vientre.
—Y yo te lo repito Naruto, has estado en el hospital cuatro veces en los últimos dos días, así que deja de hacer berrinches y déjanos hacer el trabajo —regañó Deidara, ya harto de tanto problema y pelea.
—Pero el doctor dijo que era algo normal por el tiempo de embarazo, además de que dijo que mis, nada mejor olvídalo —mejor decidió dejar el pleito por la paz, porque quería que tanto el sexo de sus bebés, como que no era uno, sino dos, fuera sorpresa para su familia y amigos. De hecho el único que sabía era su amado esposo, Sasuke.
—No sé porque te empeñas a hacer que no sepamos el sexo de mi nietecito —se quejó Minato, mientras hacia un gracioso puchero, cual niño regañado.
—Porque quiero que sea una sorpresa para todos —dijo el blondo mientras se levantaba del cómodo sillón en el que estaba sentado—. Bueno me voy a mi habitación, después de todo si no puedo hacer nada, ¿para qué me quedo? —habló con evidente molestia mientras subía con trabajo las escaleras.
—Minato suspiro con derrota—. Ese chico es tan terco como su madre —habló con deje lleno de nostalgia al recordar a su amada esposa.
—No cabe duda que se parece a mí mamá en el carácter y a ti en la apariencia —dijo Dei con una leve sonrisa, la cual se borró al ver que su hermanito no llevaba ni la mitad de los escalones, pero no dejaba que nadie lo ayude—. No sé ni porque le diste una habitación en la planta de arriba —comentó el doncel con molestia.
—Eso fue porque él me lo ordeno, me dijo que, si quería que se quedara a pasar el año nuevo aquí, yo tenía que darle una habitación en la planta de arriba y de verdad que iba en serio, tanto que ni Sasuke-kun pudo hacer que entre en razón —explicó el varón con una gotita de sudor en la frente al recordar aquella graciosa vez, de verdad que su hijo menor era terco y testarudo.
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En la empresa Chidori, la cual lideraba el gran empresario, Uchiha Sasuke, las cosas no estaban nada tranquilas, debido a que habían muchos papeles por firmar y algunos tratos por cerrar, pero todos los trabajadores apoyaban a su jefe como se debe, aunque que esos no eran los únicos problemas y preocupaciones del azabache, porque precisamente al gran y orgulloso empresario Uchiha Sasuke lo tenía muy preocupado su amado Dobe, sobre todo con los sustos que se había estado llevando desde hace dos días, pero lo único que podía hacer es llevar las cosas con calma, porque por un pequeño regaño el embarazado comenzaba a hacer bilis y eso le hacía daño, tanto a su doncel, como a sus bebés, los cuales se moría por conocer, pero para eso faltaban unas pocas semanas, se podría decir que el azabache ya se veía a sí mismo a lado de su Dobe y abrazando a sus más grandes tesoros y el solo hecho de imaginarlo hacia que Sasuke pusiera una boba sonrisa, la cual solo salía cuando pensaba en Naruto, claro que no conto con sonreír bobamente justo cuando entro su hermano, sacando a Sasuke de su ensoñación al escuchar el sonido que hacen los celulares al tomar una foto.
—Ototo si tienes tiempo de poner cara de idiota cada dos horas, creo que tienes tiempo de terminar con tu trabajo, así que deja de pensar en cosas pervertidas y meter a mi cuñado en ellas, y ponte a trabajar —habló Itachi con burla mientras le mostraba a Sasuke la foto.
—Itachi más te vale borrar esa foto y largarte antes de que me olvide que eres mi hermano mayor —advirtió Sasuke con molestia mientras fulminaba a su hermano con la mirada.
—El mayor solo rio levemente y después borro la foto—. Pero en serio Sasuke deja ya de pensar en mi cuñado, el doctor dijo que es normar lo que tiene, además de decir que eres uno de esos futuros padres sobreprotectores, ya me imagino como serás si mi sobrinito es doncel o niña —dijo muy divertido al imaginarse a su hermano menor como el típico padre sobreprotector y celoso.
—Muy gracioso Itachi y descuida, ya nada más me falta este documento y listo —habló el menor mientras leía con detalle las hojas que tenía en las manos.
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Pasaron las horas, ya todo estaba listo en la mansión, tanto decoración como el gran banquete, inclusive ya todos estaban vestidos para la ocasión.
Deidara lucía un hermoso kimono amarillo con varios estampados de flores azules, con su cabello atado por una media cola y su flequillo cubriéndole medio rostro. La pequeña Mikoto traía puesto un lindo kimono rosado con el estampado de flores de color lila, traía su brilloso cabello azabache peinado con un alto chunguito y un prendedor en forma de rosa de color rosado. El pequeño Sora traía puesto un kimono de color azul rey con el estampado de bolitas rojas, traía su cabello atado con una cinta roja en una coleta baja. El pequeño varoncito llamado Daichi, -rubio de ojos negros y piel blanca-, traía puesto una yukata de color azul rey con el estampado de un dragón rojo y el mismo tipo de peinado que su abuelo. Minato traía puesto una yukata de color azul cielo, con el estampado de un dragón de color verde, peinado como siempre. Itachi traía puesto una yukata de color azul rey y en su espalda el logo de la familia Uchiha, peinado con una coleta baja. Sasuke traía puesto una yukata de color negro con el logo de la familia Uchiha en la espalda, peinado como siempre. Y por último, Naruto traía puesto un kimono de color negro con el estampado de flores rojas y doradas, peinado con una coleta baja que era sujetada por una cinta roja.
Todos excepto Sasuke veían a Naruto como bicho raro, ya que era raro verlo vestido con algo negro.
—Naruto, hijo, ¿por qué de negro? —preguntó Minato con nerviosismo, temiendo molestar a su hijo.
—Naruto frunció el ceño—. Porque estoy muy gordo y el negro evita que me vea tan gordo —respondió el blondo de mala gana.
Al escuchar semejante respuesta los mayores quisieron reír, pero se aguantaron al ver la fulminante mirada de Sasuke.
Después de algunas horas los invitados llegaron, desde Ino y su familia, hasta el abogado de la familia, claro que tanto Itachi como Kakashi vigilaban a sus bebés, mientras que sus respectivos donceles solo reían al ver lo sobreprotectores que eran esos dos y todo porque la pequeña Mikoto y el pequeño Ryouma no se despegaban uno del otro, mientras que el pequeño hijo doncel de Kakashi, cuyo nombre era Hikaru, se la pasaba detrás del pequeño Daichi, cosa que tenía alterado tanto a Itachi como a Kakashi.
—Y el padre sobreprotector soy yo, al menos eso fue lo que me dijiste tu Itachi, pero viendo tu forma de ser con tu hija solo me dice que vas a envejecer pronto —dijo Sasuke con burla mientras veía como su hermano perseguía a la pequeña.
—Que graciosito estúpido Ototo. Y tu Kakashi, dile a tu hijo que se aleje de mi princesita —ordenó el azabache mayor con evidente enojo.
—Lo mismo digo Itachi —dijo el peli plata con enojo mientras seguía de cerca a su pequeño retoño.
—Al parecer en un futuro seremos familia Iruka-san —comentó alegremente Deidara.
—Eso si esos dos lo permiten —respondió Iruka muy divertido.
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La fiesta continúo sin ningún pleito, de hecho ya todos estaban cenando tranquilamente. En cuanto a Naruto, al pobre le dio un leve dolor, del cual no pudo evitar jadear levemente, alarmando a su esposo.
— ¿Estas bien Naruto? —preguntó Sasuke con preocupación.
—Si no te preocupes, creo que allí adentro esta algo inquieto —respondió el blondo con una sonrisa mientras se sobaba el vientre.
Todos suspiraron con alivio y continuaron con la cena. Pasaron las horas y ya solo faltaban unos minutos para media noche, por lo que todos tenían estaban de pie con una copa de champaña y un platito con doce uvas en la mano.
—Todos comenzaron a contar regresivamente, hasta que al fin llego el tan año nuevo—. ¡Feliz año nuevo! —gritaron todos mientras comenzaban con los brindis y los abrazos.
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Uno por uno, todos comenzaron a decir sus deseos y metas del año, hasta que llegaron al turno de Sasuke.
—Yo lo único que puedo pedir, es que pueda tener en mis brazos a mi hijo o hija —dijo con una boba sonrisa, claro que no dijo que tendría hijos, porque tanto él, cómo Naruto querían que fuera sorpresa, pero la sonrisa se le fue al sentir un fuerte apretón de manos, por lo que viro a ver a Naruto y se preocupó al ver la expresión de dolor que tenía en el rostro—. ¿Que tienes Naruto? —preguntó con preocupación.
—Llego... la hora... —habló entrecortadamente, mientras se doblaba de dolor.
Sasuke actuó rápido y llamo a su familia con desesperación. Entre Sasuke, itachi y Minato llevaron a Naruto al hospital, mientras que los demás se quedaban a esperar noticias.
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En cuanto llegaron al hospital, se llevaron a Naruto directo para la cesaría, mientras que los tres varones se quedaban a esperar noticias. Pasaron horas, ya eran las tres de la mañana y Sasuke parecía un león enjaulado, se podría decir que de tanto caminar en círculos por el mismo lugar, ya habría formado un hoyo, estaba a punto de entrar y exigir noticias sobre su familia hasta que vio al doctor que se había llevado a su doncel. Los tres varones se acercaron para pedir información.
— ¿Doctor como esta mi familia? —preguntó el azabache menor con exigencia.
—Tanto su doncel como los bebés están en perfecto estado, si quiere pasar a verlos, ellos están por aquí —respondió el doctor mientras comenzaba a caminar, haciendo que los tres varones lo sigan.
— ¡¿Bebés?! —fue la pregunta de los muy sorprendidos Itachi y Minato.
Los tres siguieron al doctor y cuando llegaron entraron de manera inmediata y al ver la escena Sasuke no pudo evitar sorprenderse como su hermano y su suegro, el esperaba ver a Naruto con dos bebés en sus brazos, pero allí pudo ver no dos, sino tres bebés, así que de manera rápida se acercó a su doncel, el cual se veía agotado, pero no por eso borraba su sonrisa.
—Al parecer no eran dos, sino tres, estúpido Teme —susurró alegremente el doncel.
— ¿Pero cómo? —preguntó sin creerlo.
—Yo diría que su hijo varón y su hijo doncel ocultaron a su pequeña hermanita, suele pasar. Muy contadas veces, pero suele pasar, claro que es la primera vez que el primer parto del año sea uno de trillizos, así que yo diría que este es uno de los mejores regalos y bendiciones del año —dijo el doctor con una amable sonrisa, para después salir y darle espacio a la familia.
—Bien, pues quiero presentarles a los nuevos integrantes de la familia: Este, mi pequeño hijo mayor, mi pequeño varoncito, se llamará Menma, Uchiha-Namikaze Menma —comenzó a hablar Naruto, mientras le entregaba a Sasuke un lindo varoncito de piel ligeramente blanca, tres marquitas en cada mejilla, ojos de un azul cielo y una matita de cabello azabache—. Este mi lindo doncelito, se llamará Daisuke, Uchiha-Namikaze Daisuke —dijo el blondo con una sonrisa mientras le daba a su padre al hermoso doncel de cabello negro, piel blanca y ojos negros como la noche—. Esos nombres ya los habíamos pensado Sasuke y yo, pero esta princesita fue una sorpresa —susurró con alegría mientras tomaba entre sus brazos a la hermosa bebe de piel blanca, ojos azules como el cielo y cabello negro con las puntas rojas.
—Yo ya le tengo un nombre perfecto —dijo Sasuke con una sonrisa.
— ¿Cuál? —preguntó Naru con intriga.
—Uchiha-Namikaze Kushina —respondió Sasuke con una sonrisa.
—Naruto comenzó a llorar de alegría—. ¡Me encanta!, mi princesa será Kushina —murmuró con dulzura, para después darle un beso en los labios a su esposo—. ¡Te amo! —susurró con una leve sonrisa.
— ¡Yo también te amo!, en verdad gracias por darme este hermoso regalo —le dijo el azabache con evidente alegría.
En cuanto los dos ansiosos y muy sorprendidos, Minato e Itachi, bueno pues, ambos llamaron a su hogar y dieron las buenas nuevas. Sin duda alguna la llegada de los trillizos, fue el mejor regalo del año, no solo de Sasuke y Naruto, sino también para el resto de la familia.
FIN…ž°~