Él mintió
(Capítulo Único)
Vengo a contarles una historia de amor. Mejor dicho… una historia de falso amor. Mi historia.
Mi nombre es Misaki Takahashi, soy alumno de Administración en la Universidad M, soy un alumno sobresaliente, o solía serlo. Un día como todos, salí en un extraño viaje escolar, algunas empresas accedieron a visitas de alumnos prodigio a sus instalaciones, por fortuna yo iba incluido.
Una de las empresas más importantes, perteneciente a la corporación Usami, llamó mi atención. En ese momento tomé la decisión de hacer lo posible por quedar en esa empresa. A mi suerte, solicitaban trabajadores de medio tiempo, ya han se suponer el resultado. Al día siguiente inicié.
Al día siguiente… lo conocí. Un hombre de exquisita apariencia, cabello plateado y ojos violetas… imponente presencia, voz grave y príncipe por excelencia. Así era Usami Akihiko. Nuestras miradas se cruzaron y él, él me obsequió una sonrisa. Con ese simple gesto, me tuvo a sus pies.
El me mintió
él me dijo que me amaba
y no era verdad
el me mintió
no me amaba
nunca me amo
el dejo que lo adorara
Sin saber lo que pudo ver en mí, un simple chico castaño de ojos verdes, algo bajito para ser universitario con las únicas habilidades de facilidad para los números y cocina, él me invitó a salir. Rendido ante él, me dejé hacer, lo único que recuerdo es que viví una de mis fantasías infantiles, que me dijo “Te amo… me enamorado de ti a primera vista, Misaki, déjame amarte.” Y, esa noche, le entregué todo de mí.
Viví en esa fantasía por más de dos meses, todo iba de maravilla, un sueño hecho realidad. Sonreía todo el tiempo. Tarareaba canciones que no recuerdo haber escuchado antes, prácticamente todo era nuevo, qué más podía yo hacer con dieciocho años recién cumplidos… solo entregarme al hermoso sentimiento.
Nos veíamos más seguido, después de la escuela él pasaba por mí; en la empresa, yo trabajaba con él; después de las horas de trabajo, él me llevaba a cenar o directo a casa; por las noches, siempre estuvimos juntos.
No escatimé en entregarme a él por completo. Más que mi amor, mi tiempo, mi vida, mi todo.
El me mintió
el me mintió
era un juego y nada más
era solo un juego cruel de su vanidad
el me mintió
Un día, recibí la visita de mi hermano. ¿No lo mencioné antes? Tengo un hermano mayor, Takahiro-nii-chan. Él y yo no somos tan parecidos, él se parece a oto-san mientras que yo me parezco a oka-chan, él tiene el pelo negro azulado, al igual que sus ojos. Él es más alto, más amable, inteligente… simplemente mi modelo a seguir. Él trabajaba en Nueva York, muy lejos de aquí, por lo que no le había visto en mucho tiempo.
Me trajo noticias. Él conoció a alguien es ese lejano lugar, se enamoraron y se casaron. Sin embargo, sus trabajos les separan por periodos de tiempo, justo ahora, se volverían a reencontrar. En otro tiempo me habría molestado por ocultarme algo tan importante como ‘casarse’ sin haberme invitado. Más no ahora, no porque entendía lo que por amor se es capaz de hacer.
Enamorado, uno no razona, uno no piensa en alguien más que el dueño de tu corazón.
Sólo le sonreí y le hice prometer que me presentaría al nuevo integrante de la pequeña familia Takahashi.
Con el corazón destrozado
y el rostro mojado
soy tan desdichada
quisiera morirme
mentiras todo era mentira
palabras al viento
tan solo un capricho que el niño tenía
Cancelé todos mis planes con Usami-san, a pesar de no querer separarme de él, mi hermano era prioridad, después de todo, no sabía hasta cuándo lo volvería a ver. Él pareció entender, me deseó suerte y prometió esperar con ansia nuestro reencuentro.
Al fin conocería al esposo de nii-chan, en una cena en su casa; un lujoso auto pasó por notros a nuestra casa, nos condujo hacia una enorme mansión en medio de un bosque que no pude identificar. Comencé a creer que ya no estábamos en Japón. Frente a la mansión sacada de una película, estaba mi Usagui-san. Antes de reaccionar y cuestionarle el porqué de su presencia, mi nii-chan corrió hacia él. Hablaron con familiaridad y temí lo peor.
Bajé del auto y él me miró atónito. Me acerqué y nii-chan ‘nos presentó’… Usagui-san era el hermano menor del esposo de nii-chan. El alma me volvió al cuerpo. Por un momento creí que ellos… estaban juntos. Sonreí con nerviosismo, cuando se lo cuente a Usagi-san se burlará de mí.
De la nada, una hermosa chica se lanzó a los brazos de mi ‘novio’. Nii-chan me dijo que ella era la esposa de Usagi-san. Kaoruko Usami.
El me mintió
él me dijo que me amaba
y no era verdad
el me mintió
no me amaba
nunca me amo
el dejo que lo adorara
No sé lo que sucedió en esa cena. No recuerdo nada, sólo el sonido de mis ilusiones rotas y mi corazón estrujado. Estuve en ‘piloto automático’. Mi presencia física contrastaba con la ausencia de mi alma, por fortuna, nadie lo notó. Me gusta creer que fue así, que nadie vio lo que sentí, que nadie se percató de mi silenciosa muerte durante la cena.
No recuerdo ni cómo llegué a casa, ni siquiera recuerdo si el esposo de nii-chan llegó… si lo conocí… si le encomendé el bienestar de mi única familia.
No sé qué tan frecuente se haya repetido la acción de llorar antes de dormir… antes de levantarme… durante ratos libre… y cuando me saltaba algunas clases para llorar en el baño. Encerrarme durante las tardes, reprocharme mi falta de cuidado ante el cruel toque del amor, fingir no estar cuando usag-Usami-san tocaba mi puerta pidiendo verme.
Claro que presenté mi renuncia a la empresa Usami. Claro que corté todo contacto con Usami-san. Claro que huía de un posible encuentro con él. Claro que dormía por el puro cansancio de llorar.
El me mintió
él me mintió
era un juego y nada mas
era solo un juego cruel de su vanidad
el me mintió
Me sentí tan tonto. Por supuesto que un hombre como él no podría querer a alguien como yo. Los hombres como él no son para personas como yo. Los hombres como él… suelen divertirse con personas como yo… igual de novatos, igual de estúpidos… igual de… necesitados de amor.
Si no es capaz de respetar a su esposa, cómo me atreví a pensar… que sería diferente con migo. Me siento tan patético. Si alguna vez, en algún universo alterno, él y yo habríamos podido estar ‘juntos’… ¿En verdad me amaría?
¿En verdad yo podría llegar a ser su todo?
Más patético me siento al pensar en eso, seguramente, él haría lo mismo que le hace a… su… esposa. Ya me imagino, yo como el esposo oficial, y él, conquistando a jóvenes para alimentar su ego de hombre infaliblemente sensual, amante sin igual, príncipe del universo. Rio ante mi imaginación. En cada caso que logro evocar, siempre termina igual, él no es para mí.
De todo el amor que juraba
jamás hubo nada
yo fui simplemente otra más que lo amaba
mentiras todo era mentira
los besos las rosas
las falsas caricias que me estremecían
Un frío día de otoño, me vi en las puertas de la empresa Usami. Llegué sin ver por dónde caminabam llegué como por arte del destino… destino cruel… llegué el momento justo que Usami-san y su esposa salían de las grandes puertas seguidos de lo que parecían ser reporteros. Hacían tantas preguntas que no entendí el tema principal por el que ahí estaban. Hasta que él logró calmarlos un poco. Ante el silencio total, tomó las manos de su esposa, las besó con delicadeza y anunció lo que los presentes deseaban escuchar.
Un nuevo heredero Usami venía en camino. La pareja estaba dichosa, los médicos habían confirmado que era un barón. La pareja, se declaraban felices por la noticia, el amor que les unía daría frutos.
Sin querer escuchar más, me di la vuelta y caminé a paso lento, torturándome, abofeteando mi razón para no desfallecer en mi camino a quién sabe dónde. ¿Qué es lo que esperaba? ¿Qué Usami-san corriera a mí después de verme? ¿Qué me daría una excusa lo suficientemente creíble como aceptar estar a su lado otra vez?
Mi estupidez no tiene límites.
Señor tú que estas en los cielos
y que eres tan bueno
que no quede huella
en mi piel de sus dedos
“Quien quiera que seas, tú que ves todo lo que pasa, por favor… por favor no me dejes así. Ya no quiero sufrir… fui un tonto, lo sé, fui ingenuo y un imbécil, por caer tan pronto y tan fácil, por seguirlo a ciegas, por ser… tan yo.” Grité en medio de un lugar desconocido. Mis pies me llevaron a otro lugar sin consultarme, no me importó mucho, me sentía tan extraño que creí morir.
No voy a morir. No quiero morir, no aún, no por un motivo como éste. No puedo dejar a nii-chan solo, prometimos estar siempre juntos, en este planeta, cuando nos vimos en la necesidad de separarnos. ¿De dónde sacaré fuerzas? No tengo idea. ¿Lo lograré? Debo hacerlo. ¿Duele? Como no tienen idea.
Al parecer, cuando el corazón está roto es más difícil y tardío de sanar. Más no imposible.
Él me mintió
El me mintió
No sé si mi historia les suene familiar, no sé si volveré a amar, no sé si… alguna vez dejará de doler el respirar. Lo único que pido, es que no se dejen vencer. No se dejan morir. Hay más personas que nos necesitan, personas que sí nos aman.
Es lo que dice mi amigo Ijuuin, quien me ha ayudado desde que le… desde que me encontró perdido. Él pasó por algo similar según me dijo, el amor duele, el falso amor destroza, más no hay que rendirnos, tarde o temprano encontraremos a la persona correcta y, le amaremos, con sus dones, con sus defectos, con sus ganas de salir adelante.
Ahora, a estudiar, mis notas deben recuperarse, al igual que yo.
Fin.