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Juego Peligroso por RozenDark

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Notas del capitulo:

Que malos yo que me mate por actualizar rapido y solo recibi un comentario TT^TT
En fin, aqui les traigo el penúltimo capitulo, asi que espero que lo disfruten ;)
Los personajes de gravitation son propiedad de su respectiva autora y losdemas de mi retorcida cabeza XD
Y sin mmás que decir les invito a leer

"Recuerdos Placenteros"

 

~°ɞ°~ღ~°ɞ°~

 

Ese día era un día muy especial y ajetreado, todos estaban muy ocupados y emocionados, pero en la mansión de la familia Seguchi era peor y más si Mika daba indicaciones por aquí y por allí, claro que Tohma estaba peor puesto que no quería ningún error con las decoraciones.

Casi todo estaba listo, no faltaban las hermosas decoraciones, los postes de aquel hermoso y grande jardín tenían enormes moños de color dorado y todos eran conectados por largos lazos de color lila, las mesas y sillas ya estaban puestas, todas en un perfecto orden y sin ningún error, manteles blancos con bordados de flores doradas adornaban las mesas y en medio de estas grandes adornos en forma de rosas de un perfecto color fiusha, las sillas blancas tenían grandes moños dorados en el respaldo, eso sí era la parte de los adultos puesto que los niños tenían su propia mesa y sillas que se ajustaban con perfección a su tamaño, todas las sillas eran iguales a excepción de una silla, la cual se encontraba en medio de todas, esa silla en especial era adornada con una gran moño de color fiusha con los bordes dorados, además de ser de un color rosa pálido y tenía un respaldo en forma de corazón.

Dentro de la mansión habían globos de distintos colores y uno que otro tenía el dibujo de una flor, en medio de la gran sala se encontraba las mesas más grandes, en una de ellas se encontraban tres grandes regalos y en la otra el gran pastel de dos pisos con una vela en forma del número cuatro aguardaba a la pequeña cumpleañera, porque precisamente ese día cumplía cuatro años la sobrina de Seguchi Tohma, el cual no solo por ser su padrino se ofreció a hacerle su fiesta, por el contrario, Tohma que es conocido por ser un hombre frio y calculador se derretía cada que su sobrinita le pedía algo, ya sea insignificante o de gran escala.

 

—Rápido, todo tiene que estar listo para cuando llegue mi sobrina. —Ordenó el rubio con seriedad.

—Mika veía divertida a su esposo mientras abrazaba a su hijo de cinco años. —Ten-chan, espero que tú no seas tan protector con nadie. —Dijo divertida, ya sabía que su pequeño había heredado las mañas de su padre.

—El pequeño castaño frunció levemente el ceño y luego se puso en frente de su padre. —Ya escucharon, todo debe estar listo y perfecto antes de que Hikari-chan llegue. —Ordenó el pequeño con autoridad, sacándole una sonrisa a todos los empleados, sin duda alguna el pequeño era igual a su padre.

—Tohma se agacho y abrazo a su hijo. —Tenma, eres mi orgullo y como tal tú me ayudarás a mí y a tu tío Eiri a cuidar de tu pequeña e inocente prima. —Dijo de manera dramática el rubio.

—Sí, padre. —Afirmó el castaño con seriedad.

—Mika suspiro con derrota. —Porque no heredo mi carácter. —Dijo con diversión, pobre de su sobrinita, no sabía la que le esperaba en el futuro.

 

~ஐ~

 

Aquella gran casa tenia de todo, desde la cocina, el baño y hasta más que pedir, tenía cinco habitaciones, una para que "papi y mami tengan intimidad", la otra para el muy sobreprotector hermano mayor y la otra para la princesita de la casa, la cual se encontraba ya lista para ir a celebrar su cumpleaños.

Si se miraba fijamente y con mucha atención la casa, verían muchos cuadros desde una boda, donde un apuesto rubio de ojos dorados como el ámbar vestido con una elegante yukata negra  y un hermoso peli rosa vestido completamente de blanco que dejaba ver su lindo vientre ya a punto de reventar, hasta el día de nacimiento de la pequeña princesita, donde un hermoso peli rosa cargaba a una pequeña peli rosa envuelta en una manta color lila y a lado suyo se encontraba un rubio con una mirada algo cristalina y una leve sonrisa, si habían muchas fotos donde salían ambos padres junto con sus dos hijos, sin duda una familia llena de felicidad.

Ahora mismo el rubio mayor ya tenía su traje, un pantalón, zapatos y chaqueta de color negro y una camisa de color púrpura, en cuanto al peli rosa, este tenía unos jeans de color negro, los cuales le quedaban muy pegaditos y no dejaban nada a la imaginación, una camisa de mangas cortas de un color rojo vino, con dos botones desabrochados y unos zapatos del mismo color, además de tener su no tan largo cabello atado a una coleta baja, dándole un aire algo rebelde, en cuanto a su hijo, este llevaba puesto una camisa blanca de manga larga, un pantalón negro y zapatos blancos, su rostro estaba algo sonrojado debido a que su "mami" lo había peinado con un look que el pequeño consideraba algo antiguo, pero no decía nada porque últimamente el peli rosa había estado muy bipolar, en cuanto a la princesa de la casa, está ya estaba lista, traía puesto un lindo vestido de color lila con vuelos en los bordes de un color rosa pálido, en la parte de atrás, para ser más precisos en la cintura un gran moño de color rosa pálido, traía puestos unas lindas zapatillas parecidas a las de ballet de un color rosa pálido y su rosado cabello estaba peinado con una cola alta y adornado con un moño morado, sin duda alguna, la pequeña se veía tan hermosa.

En esos momentos, mientras sus padres y su hermano terminaban de alistar lo necesario para ir a la mansión de su tío, la pequeña se encontraba muy entretenida haciendo dibujos en su lindo cuadernito, el cual le había regalado su lindo abuelito.

Estaba tan entretenida que no se dio cuenta cuando su mami entro a su habitación.

 

—Hika-chan, ¿qué haces?—Preguntó el peli rosa mientras se situaba frente a su pequeña.

—La pequeña hizo un adorable mohín y cerró su cuaderno para que su mami no viera el dibujo. —No puedo decirte aun...lo siento mami, pero hasta que termine el dibujo sabrás lo que hago. —Dijo con seriedad, entrecerrando sus morados ojos.

—El peli rosa hizo un mohín en señal de negación.—Mou...Hika-chan es muy mala con su mami.—Dijo con falsa molestia para después darle un suave beso en la frente.—Pero no tardes porque tengo mucha curiosidad.—Susurró con una sonrisa para después salir e ir a buscar a su esposo, el cual estaba en su habitación con la foto del día que tuvieron por primera vez en sus brazos a su pequeña.—Eiri, ¿en qué piensas?—Preguntó mientras se sentaba a lado de su esposo.

—El rubio suspiro mientras abrazaba a su Baka y aspiraba ese olor a fresas que tanto lo embriagaba.—Sabes en lo que pienso cada cumpleaños de Hikari...el día en que tú y yo la hicimos juntos...como olvidar ese día tan mágico.—Dijo con una sonrisa un tanto pervertida a la vista de su esposo.

—El peli rosa se sonrojo a más no poder. —Eiri, eres un pervertido, pero sabes...yo tampoco podría olvidar ese día, no solo porque ocurrió un mes antes de que quedará atrapado en aquel juego, sino porque precisamente ese día celebramos un año más de ser novios...un aniversario que no es fácil de olvidar y más porque fuiste muy lindo y tierno.—Dijo con una emotiva ensoñación.

—El rubio sonrió ladinamente y se situó encima de su Baka. —Supongo que tienes razón. —Susurró al oído del peli rosa, el cual se estremeció ante tal acción.

 

---FLASHBACK---

Dos cuerpos se encontraban en aquella habitación, la cual era apenas iluminada por la hermosa luna llena que daba de lleno con todo su esplendor.

En la cama había varios pétalos de rosas de un hermoso color rojo, colocados de manera que formarán un enorme corazón, el ambiente era sumamente romántico y más con aquella hermosa melodía que tocaba el gran estéreo.

El rubio se quitó la camisa con una gran desesperación, para después besar al pequeño peli rosa de una manera un tanto posesiva, pero no por eso menos cariñosa, en cuanto al peli rosa, este respondió aquel beso de la misma manera y para sentirse más cerca de su rubio puso sus manos alrededor del cuello del rubio, el cual poso sus manos en la cintura del menor, claro que sintiendo que no era suficiente el contacto, llevo una de sus manos al redondo y bien formado trasero de su amante y le dio un no tan fuerte apretón, haciendo que el menor abriera la boca para liberar un gemido, el cual no logro salir debido a que el escritor aprovecho ese momento para introducir su lengua en esa cálida cavidad bucal.

Ambos se separaron por la falta de aire, dejando un hilo de cristalina saliva uniéndolos, ambos respiraban con agitación, además de mirarse uno al otro con sus miradas brillando con lujuria y pasión.

El rubio no espero más y sin poder evitarlo empujo al menor a la cama para después situarse encima del peli rosa, el cual estaba completamente sonrojado.

 

—Yuki...te amo. —Susurró con la respiración agitada.

—Eso ya lo sabía Baka. —Respondió el rubio con una ladina sonrisa para después quitarle el pantalón y bóxer al peli rosa, todo de una forma muy desesperada, claro que se excito más al ver que la camisa roja que el menor traía apenas le cubría media pierna. —Te voy a hacer mío de una manera que jamás hubieras imaginado...prepárate porque te hare gemir mi nombre clamando por más. —Susurró al oído del menor, haciendo que este se estremeciera.

—Hazlo...hazlo Yuki...hazme sentir como nunca. —Suplicó completamente cegado por el placer.

 

—...—El rubio no se hizo de rogar más y sin que el peli rosa se lo esperara introdujo aquel pedazo de carne en su boca y comenzó a repartir toda clase de cariños que hacían delirar al menor.

—Oh!...Yuki!—Gimió el peli rosa lleno de placenteras sensaciones.

—El escritor siguió saboreando aquella íntima zona con una lentitud algo desesperante para el menor y justo cuando el peli rosa estuvo a punto de terminar, detuvo aquel trabajo, recibiendo varias quejas del menor.—No te preocupes que todavía no hemos terminado, esto apenas comienza.—Dijo con diversión mientras le mostraba tres dedos al peli rosa, el cual ya sabía lo que tenía que hacer, comenzó a lamer los tres dedos de una forma lenta y un hermoso sonrojo en las mejillas, haciendo que el miembro de su amante comenzará a palpitar.

—Cuando los sintió lo suficientemente húmedos, le quito los dedos y sin previo aviso, adentro uno de ellos, haciendo que el cuerpo bajo de él comenzará a temblar, luego de un rato adentro otro y con dos dedos dentro del peli rosa, comenzó a moverlos como si fueran tijeras, sacando un sin fin de suspiros al menor. Después de un rato, el rubio metió el tercer y último dedo y comenzó a simular embestidas. —Un poco más. —Susurró ansioso.

—El peli rosa comenzó a sentir un tremendo calor, así que sin dejar de mover sus caderas se quitó la camisa y la arrojó al suelo. —Yuki...te quiero dentro. —Suplicó con la mirada cristalina.

—El rubio vio esa expresión y mando al diablo su autocontrol. Se quitó el pantalón con todo y ropa interior y tomo su grande y bien dotado miembro para después poner la punta en la entrada de su Baka. —Aquí vamos. —Dicho esto se adentró en aquella cálida y estrecha entrada de una sola estocada, sacándole a su amante un grito lleno de placer y dolor.

— ¡Oh!... ¡dame más!... ¡Yuki dámelo todo!—Gimió mientras movía su cadera con desesperación.

—Todo lo que quieras. —Susurró para después comenzar a moverse como poseso.

 

 

Dentro y fuera, una y otra vez, el morboso ruido que hacían las sudorosas pieles al chocar, ruidos por demás obscenos, cambios de posición que permitían paso libre a más placer, todo eso se juntaba en esos momentos.

El rubio se encontraba acostado boca arriba, dando más fuertes estocadas, mientras que el peli rosa se encontraba montando una y otra vez el cuerpo bajo de él, su morada mirada se encontraba tan cegada por el placer, sus mejillas completamente sonrojadas y de su boca escurría un fino hilo de saliva, esa imagen sí que prendía al rubio el cual se sentó aun dentro del menor y comenzó a torturar aquellos botones rosas que tanto lo enloquecían.

Justo cuando el rubio sintió que se apretaba más aquel lugar, supo que su Baka estaba a punto de terminar, así que tomo entre sus manos aquel desatendido miembro y comenzó a masturbarlo a la par de las embestidas.

 

—Ahhh...Yuki ya...ya voy...ahhh. —A duras penas podía hablar, tanta era la excitación.

—Yo...también. —Dijo con trabajo mientras se movía más rápido.

— ¡AHHHH!—Ambos dieron un grito lleno de placer al momento de terminar, Yuki dentro del peli rosa y este entre ambos abdómenes.

—El rubio salió con cuidado del menor y lo ayudo a acostarse. —Feliz aniversario Baka. —Susurró con una ladina sonrisa.

—Feliz aniversario Yuki...te amo. —Susurró con una débil sonrisa.

—Yo también te amo. —Susurró con sinceridad para después abrazar al menor y darle un dulce beso en los labios.

 

---FIN DEL FLASHBACK---

 

Ambos recordaron aquella noche, cosa que los había puesto bien cachondos, pero de no ser por el llamado del mayor de sus hijos, lo más seguro era que se hubieran puesto a hacer el amor como animales en celo.

 

—El rubio se acercó al oído de su esposo y con una voz sensual. —Esta conversación la terminamos en la noche. —Susurró con una ladina sonrisa.

—Me encantaría terminarla ahora, pero nuestra nena cumple sus cuatro añitos y su tío ya debe estar histérico...claro que con mucho gusto terminaremos la conversación mi querido Eiri. —Dijo el peli rosa con una sensualidad que de no ser por el llamado de su hija, ya se hubiera "devorado" a su Baka.

 

La familia Uesegui salió de la casa con prisa, porque lo más seguro es que Tohma llamaría a la policía para que le lleven a su linda sobrinita.

En cuanto a la pequeña, por alguna razón no dejo de dibujar, sin duda era algo muy importante como para no estar emocionada por la gran fiesta que le dedicaban solo a ella.

 

 

 

 

 

CONTINUARA

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado y si pueden me lo hacen saber con sus hermosos comentarios jeje
El próximo capitulo es el último y veremos que contenia el dibujo de Hikari, que por cierto tiene que ver con la sorpresa que les tengo ;)
Todo eso y más en "Una inesperada sorpresa"
Nos leemos pronto
Chau chau


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