Oh no, oh no, Key no pienses en eso, Key deja de mirarle como si quisieras comértelo, es tu mejor amigo.... y debería de ser SOLO un amigo para ti.
Es lo que me repetía una y otra vez mientras veía a JongHyun hablar, hace rato que había dejado de prestar atención a lo que decía, me centraba solo en el placer de verle mover la boca, y cada vez que él hacía una pausa yo asentía, dándole la razón a algo que ni siquiera había escuchado.
Y es que no era mi culpa, cada vez que le veía era como si el mundo entero se pusiera en silencio, todo a mi alrededor desaparecía mientras él resplandecía como...
Negué con la cabeza ante mis pensamientos, yo nunca había sido tan cursi y no comenzaría ahora.
JongHyun se calló cuando me vio mover la cabeza.
-¿Te parece que no tengo razón? -preguntó con el ceño levemente fruncido.
-Oh -dije, dándome cuenta de que él lo había interpretado mal -No, no es eso. Sí tienes razón, continúa.
Me miró un par de segundos, dudando entre si seguir o no, pero se decantó por seguir hablando mientras yo me deleitaba con el movimiento de sus labios.
No sabía con exactitud cuánto llevaba enamorado de él, supongo que me fui enamorando gradualmente, aunque tampoco es que importe mucho, es lo que tiene un amor unilateral, no hace falta que recuerdes fechas porque nadie te lo recriminará.
Y tampoco es que yo hubiera decidido enamorarme, era todo su maldita culpa por ser tan especial conmigo, entre abrazos, miradas y palabras bonitas era normal que acabara teniendo sentimientos así. Todo eso a sabiendas que él nunca me correspondería, ya me había hecho a la idea.
Ese día íbamos a casa después de un exhaustivo día de trabajo, el manager hyung nos llevaba en el coche.
Cuando llegamos sentí un completo alivio dentro de mí, por fin podría descansar un poco e informarme sobre qué tal había estado la pasarela de moda de París anoche.
Iba directo a mi habitación ya que JongHyun había dejado de hablar, pero éste me cogió de la muñeca impidiéndome seguir.
Le miré interrogante intentando ignorar la corriente eléctrica que me generaba su contacto.
-¿Podemos hablar? -me preguntó, y por su tono de voz supe que era algo importante, algo que no podía dejar de escuchar sólo por que me quedara embobado con su cara bonita.
-Claro... -respondí.
Había esperado a llegar a casa y que estuviéramos solos para hablarlo, ese hecho hizo que me sintiera más confundido.
-Ven -me señaló con la cabeza su habitación.
Cuando estuvimos dentro él se sentó en su cama y yo en una silla enfrente suyo.
-¿Qué pasa? -pregunté al ver como le costaba articular palabra.
Me miró directamente a los ojos haciendo que me sintiera ligeramente falto de aire, tragó en seco, suspiró y me dedicó una pequeña sonrisa.
-Lo sé -dijo, y parecía que según él ya lo había dicho todo.
Hice una mueca ¿Sabía que esta mañana me había comido parte del pollo de Onew aunque más tarde lo hubiera negado?
-Lo sabes -repetí, a lo que él asintió -¿Que sabes?
Por su cara pude decir que esperaba que con eso yo ya lo hubiera pillado del todo, frunció levemente el ceño y apartó su mirada de mí.
-Corrigeme si me equivoco, pero... -bufó -no sé como decirlo sin que suene raro...
Amaba a este chico pero cuando se iba por las ramas me ponía de los nervios.
-Solo dilo directamente -repliqué como si fuera la cosa más normal del mundo, y de hecho para mí lo era.
-¿Te gustan los chicos, verdad? -soltó.
Casi me hace caerme de la silla con eso, y pensé en que quizás habría sido mejor dejar que se fuera por las ramas un poco más. Se me habían ocurrido cientos de cosas que pudiera saber, pero eso, ESO no.
-¿Qué? -fue lo único que salió de mi boca.
Sonrió con suficiencia.
-Por tu reacción me lo has confirmado -asintió -solo quería decirte que cuentas con mi apoyo, no soy una de esas personas que te juzgará nunca por ser como eres, y sabes que odio vivir en una sociedad donde te critican solo por decir lo que piensas. -suspiró -Key, eres y seguirás siendo mi mejor amigo a pesar de todo -mejor amigo, ya -, al principio quería dejar que fueras tú quien me lo dijera, pero estaba harto de esperar así que…
-Espera, espera -le paré, conociéndolo no pararía de hablar hasta que se le quedara la garganta seca -¿Por qué lo dices? Es decir...
¿Tan obvio había sido?
JongHyun seguía sonriendo.
-Esque he notado que últimamente estás muy cariñoso con cierto miembro de Infinite -levantó una ceja.
Eché la cabeza atrás en una carcajada.
-¿Me lo estás diciendo en serio? -pregunté medio gritando -¿Por qué tendría que gustarme él? No tiene sentido. Estás loco.
Y nada más lejos de la realidad, él era solo mi amigo, mientras que el “cierto miembro” que me atraía estaba sentado delante de mi.
-¡No estoy loco! -se defendió -Y tú no has negado que te atraen los chicos.
Sonreí, después de tanto tiempo ocultándoselo a casi todo el mundo, y ya que él lo había descubierto solo, decidí que al menos en esa parte no pensaba mentirle.
-Tienes razón -admití con un encogimiento de hombros, intentando restarle importancia.
Pero sí era importante, y mucho.
Al hacerme una idea de la situación en la que me encontraba mi corazón empezó a acelerarse, tanto que casi temí porque JongHyun se diera cuenta.
Miré al suelo, no queriendo encontrarme con su mirada.
-Kibum -me llamó, y yo sentí un latido mucho más fuerte de lo normal -Kim Kibum mírame -Pum. Pum.
Sentí como se levantó de la cama, pero seguí sin verme con las fuerzas suficientes como para mirarle.
-Bummie -dijo, pude ver sus pies delante de mí. Suspiré y Jong se puso en cuclillas delante de mí, haciendo que nuestras caras quedaran a muy pocos centímetros de distancia, obligándome a verle. Pum pum, pum pum -He dicho que estoy de acuerdo con eso.
Estaba de acuerdo, sí, ahora. Pero... ¿Qué pasaría si descubre que de quién estoy enamorado es de él? ¿Le daría asco? ¿Se enfadaría y dejaría de hablarme?
-Lo sé -me limité a decir.
Ver la cara de JongHyun tan cerca de mi me bloqueaba la mente, por un momento pensé seriamente la idea de besarle, la cual cosa sería posible con un simple movimiento de cabeza. Podía sentir su respiración en mi cara, olía a menta y a primavera. Supuse que un beso suyo sabría mejor que un desfile de Vogue en London.
-Nada ha cambiado, sólo que ahora sabes que lo sé -me sonrió con una sonrisa tan pura y sincera que no pude evitar devolvérsela.
Asentí.
Él me dio dos palmaditas en la mejilla, como muestra de que todo estaba bien, supuse.
Al día siguiente no teníamos nada en la agenda, por lo que alegremente propuse que fuéramos a una discoteca. No porque tuviese ganas de bailar ni de estrenar mi ropa nueva, sino porque necesitaba beber Soju sin verme desesperado
-¿Se lo has dicho? -preguntó el líder con la boca exageradamente abierta.
Estábamos en la barra y el resto de SHINee se encontraba lo suficientemente lejos de nosotros como para no oírnos, en la pista de baile.
-Me he saltado la parte en la que es él de quien estoy enamorado, obviamente.
Jinki me sonrió y levantó una ceja juguetonamente.
-Pero se lo dirás pronto ¿Verdad?
Suspiré mientras sentía como mi pecho latía al compás de la música, que al parecer estaba a todo volumen.
Una canción sonaba haciendo a todo el mundo saltar y moverse, con las luces de colores bañandoles ocasionalmente y una luz blanca encendiendose y apagandose rápidamente.
-Solo quiero beber ahora mismo -respondí -. No tenía que haber dicho nada, creo que la he cagado.
Y me dispuse a servirme mi segunda botella de soju, cuando la canción terminó y empezó otra que inmediatamente me hizo moverme, porque era nuestra canción. Everybody estaba empezando, no dudé ni un segundo en coger la mano de Jinki y arrastrarle hasta la pista de baile, donde se encontraban el resto de los miembros.
Pasamos un par de horas más bailando y bebiendo, me di cuenta que yo era por mucho quien más alcohol tenía en la sangre, pero eso no me importaba en ese momento, solo quería olvidar todo. Olvidar mi amor unilateral.
De repente me sentí demasiado cansado y apoye la cabeza en la mesa en la que nos encontrábamos todos.
-Creo que es hora de que nos vayamos -escuché decir una voz a lo lejos, pero no supe de quien era, o quizás sí, pero estaba tan cansado y la cabeza me daba tantas vueltas que no quise concentrarme para saberlo.
Abrí lentamente los ojos, un poco desorientado me di cuenta de que me estaba moviendo, pero no estaba haciendo ningún esfuerzo con ninguna parte de mi cuerpo.
Entonces sentí el olor y vi su espalda, sin poder evitarlo una sonrisa se extendió por mi cara y mi corazón comenzó a latir desbocadamente. Al menos había sacado algo bueno de mi borrachera.
Él tampoco se encontraba totalmente sobrio, pero al parecer estuvo lo suficientemente bien como para llevarme en su espalda. Esa dura y marcada espalda que tenía y que me volvía loco.
Puse mis manos en sus hombros y apoyé mi cabeza en su espalda, respirando profundamente en un intento de recordar su increíble aroma.
-No me gusta Woohyun ni nadie de infinite -susurré.
No sabía exactamente qué pensaba conseguir al decir eso, pero no pude retenerme.
-¿Ah no? -preguntó él mientras seguíamos subiendo las escaleras hacia casa.
Me pregunté porque no estábamos subiendo por el ascensor.
-No -negué con la cabeza -, es alguien de SHINee, en realidad.
Me golpeé mentalmente en ese momento, seguramente mañana me mataría por esa confesión, pero en ese momento me pareció casi necesario decirlo, y no pasó desapercibido para mi como Jjong se detuvo un segundo en un escalón al decir eso.
-¿Quien es? -preguntó lentamente, como si la estuviera alargando porque no quería escuchar la respuesta.
Eso me dolió muchísimo, el hecho de que le resultara tan repulsiva la idea de que yo pudiera estar enamorado de él. Por lo que me quedé callado, no dije ni una palabra más cuando entramos a casa.
Cuando estuvimos en mi habitación se arrodilló para dejarme bajar de encima suyo, no habría sido necesario en ninguna otra circunstancia puesto que yo era más alto que él, pero por mi falta de coordinación en ese instante necesitaba toda la ayuda posible.
Me bajé y me senté en la cama que se encontraba a mi lado.
-Jjong~ -dije haciendo un puchero. El dinosaurio me miró sonriendo y se sentó a mi lado -Key tiene frío -hice la mejor cara de cachorrito que pude.
-Espera un segundo -dijo.
Se levantó y abrió mi armario, encontrándose con una gigante bufanda blanca que decidió coger.
Volvió a sentarse a mi lado y sonreí, amaba que me mimara.
-Gracias.
Pero cuando la iba a coger para ponermela él se adelantó y la puso por detrás de mi cuello, dejándonos a los dos extremadamente cerca y a mi enmedio de la bufanda.
Y fue en ese momento en el que me deshice de todo mi autocontrol. Ya pensaría luego en las consecuencias.
Empujé mi cuerpo un poco hacia delante mientras cerraba los ojos, logrando que mis labios tocaran los suyos.
Juro por mi vida que ese simple roce provocó que todo mi cuerpo reaccionara, sentí ese hormigueo en el estómago y mi acelerado corazón se encargó de demostrarme que todo estaba sucediendo en realidad, no era un sueño. Por lo que, al ver que no se movía, decidí hacerlo yo, pero no para separarme de él, sino para separar mis labios y moverlos con los suyos.