Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Culpa por chrome schiffer

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero les guste. A leer.

 

 

No fue mucho tiempo el que tuve que esperar para saber cuál era mi situación en esos precisos momentos, pues después de lo que fueron unos diez minutos, aquel muchacho rubio que había declarado ser mi novio llegó con un doctor y con una mujer de pelo castaño a unos cuantos pasos atrás.

 

--Tadashi, mi amor-- susurró aquella mujer que supuse será mi madre por la manera en que algo muy parecido a la ilusión y el alivio se formaron en su rostro y por la forma en que sus ojos me están mirando casi al borde de las lágrimas. Ella no pierde nada de tiempo en venir a abrazarme con fuerza, abrazo que correspondí inmediatamente casi por inercia. Y es que sentir el calor de aquellos brazos a mí alrededor era realmente reconfortante, me hacían sentirme querido y amado, cosa que a nadie en este mundo puede desagradarle.

 

--Yamaguchi-kun-- llamó la atención el doctor que se encontraba en la habitación, por lo cual aquella mujer me soltó, pero no se apartó de mi lado, se quedó allí, a mi costado.

 

En ese momento, mi atención se quedó en el hombre mayor de bata blanca que me contó lo que había pasado, pues yo la verdad no me acordaba de nada. Según él, tuve un accidente automovilístico hace casi una semana, una semana en la que estuve en coma. El golpe que el vehículo me dio, fracturó mi tibia y peroné izquierdos, al caer al pavimento me golpee en la cabeza fuertemente lo que causó un trauma craneoencefálico que me dejó en el estado de coma por aquellos días y que es el responsable también de mi momentánea pérdida de memoria.

 

--¿mo-momentanea?-- cuestioné, a lo que el hombre asintió.

 

--si, Yamaguchi-kun. La amnesia que tienes es debido al golpe y se llama amnesia post-traumática, que como indica el nombre, es una amnesia que da como consecuencia a un golpe fuerte en la cabeza después de un accidente-- explicó --lo que no puedo decirles en estos momentos es cuánto tiempo durará esa amnesia, aunque por lo general no dura más de dos meses-- dijo ahora mirando a todos los presentes en aquella habitación, incluyendo a aquel rubio que de solo posar mis ojos en él, sentía mis mejillas arder. ¿En serio él es mi novio? No digo que no me guste, es más, porque es un chico realmente atractivo es que pienso que no podría fijarse en alguien… como yo. Pero si es así, entonces es una muy buena noticia, noticia que hace en estos momentos a mi corazón latir con rapidez.

 

Y es entonces, cuando dejo de escuchar al doctor para fijar mis ojos en él y perderme en mis pensamientos, los cuales me llevan a desear el recuperar mi memoria pronto, deseo recordar los momentos que hemos pasado juntos, ¿hace cuánto somos novios?, ¿hace mucho?, ¿hace poco?, ¿ya nos habremos… acostado?. Y en ese momento, él preciso fija aquellos ojos dorados en mi ser y me estremezco por completo, desvío mi mirada a otro lugar que no sea él y me siento un completo tomate, supongo que sí es capaz de crear todas estas reacciones en mi cuerpo, es porque dice la verdad, ¿mi madre lo sabrá?

 

La voz del doctor llama nuevamente mi atención y después de unas últimas instrucciones, donde informa que tengo que estar con el yeso en mi pierna un par de meses por lo pronto, ya me sacaran radiografías para ver cómo va avanzando la fractura, dice a mi madre que puedo seguir con mi vida como la llevaba antes, que eso sería bueno para que mi memoria volviera a restaurarse, también le da una formula con un par de medicamentos y por ultimo antes de retirarse, me informa que me harán un chequeo general más para estar completamente seguros de mi estado y que si éste sale bien, me darán inmediatamente de alta.

 

Y así es como, al día siguiente ya estoy en mi casa… una que no recuerdo pero que sin embargo, desde el momento en que posé uno de mis pies en ella, me sentí bien, tranquilo y con un sentimiento de familiaridad muy palpable.

 

El muchacho, Tsukishima como me dijo que se llamaba, nos acompañó y estuvo un rato conmigo en mi habitación después de ayudarme a subir las escaleras, bueno, con las muletas no tenía todavía nada de práctica y él al percatarse que si seguía haciendo maromas con ellas en las escaleras me caería, entonces sin casi ningún esfuerzo, me alzo con ambos brazos y me llevó a mi cuarto, dejándome sobre la cama con un enorme sonrojo en mis mejillas.

 

--gracias…-- dije a media voz, pero es que es tan vergonzoso que me es imposible no sentirme nervioso y avergonzado a partes iguales en este preciso momento. Él solo se alza de hombros restándole importancia al acto y me pregunta si necesito algo, a lo que yo simplemente asiento levemente.

 

--¿y qué es?--

 

--bueno yo… ¿podrías hablarme de… de nosotros? Por favor-- pido con voz un poco susurrante.

 

--¿Qué es lo que quieres saber exactamente?, ¿no crees lo que te dije ayer en el hospital?--

 

--¿eh? ¡No, no es eso!-- exclamo batiendo ambas manos de una lado a otro al frente y con una voz un poco más fuerte de lo que pretendía, pero no quiero que malinterprete mi pregunta. --pero… ya que lo dices Tsukishima-kun- --

 

--Tsukki-- dice interrumpiendo lo que iba a decir y le miro con clara duda en mi rostro. --así me has llamado siempre, Yamaguchi. Y… me gusta-- añade algo cohibido al haber visto la clara confusión en mi tez. 

 

--oh… e-está bien, Tsu-Tsukki-- pronunció rojo como tomate y siento un estremecimiento en mi cuerpo al haber pronunciado aquel nombre, va a ser cierto que si le llamaba así después de todo.

 

--bien-- murmura satisfecho y esboza una muy pequeña sonrisa, pero que logro ver sin ningún problema.

 

----------------------------------------------------------------------

 

Yamaguchi hizo muchas preguntas ese día, más preguntas de las que estaba dispuesto a responder, porque a decir verdad, simplemente no tenía respuesta a más de la mitad de ellas. ¿Por qué invente una cosa como aquella en cuanto le vi despierto después de aquella larga semana?, ni yo mismo lo sé, fue un impulso. Darme cuenta que no sabía quién era yo y que aquellos ojos no me veían con la devoción y admiración con la que usualmente me miraban, me desconcertó y mi estúpido cerebro simplemente envió aquellas palabras de mi mente a mi boca, las cuales salieron como un titubeo, titubeo que él no notó desde luego.

 

El día de su accidente, llame rápidamente a una ambulancia, estaba asustado. Yamaguchi tenía mucha sangre saliendo de su cabeza y me asuste, todo pasó tan rápido que cuando me di cuenta, él ya estaba en el pavimento y yo a su lado sosteniéndole y llamándole para que no cerrara los ojos. Me sentí preocupado, me sentí culpable, porque de no ser por la discusión que habíamos tenido hasta hace pocos minutos, no le habría pasado aquello.

 

Nunca me había puesto a pensar que era lo que él significaba para mí, sé que es un amigo, sé que es alguien a quien estoy acostumbrado y también sé, que junto a él me siento a gusto, por algo es que le permito estar a mi lado, compartiendo el mismo metro cuadrado que yo.

 

El día de su cumpleaños número dieciséis, las cosas se salieron de control y pasó algo que estando yo en mis cinco sentidos, no hubiera pasado ni por asomo, no habría pasado porque yo no siento esa clase de atracción por él. Eso está claro para mí. Lo que no está tan claro, es porque estoy haciendo lo que estoy haciendo.

 

--------------------------------------------------------------------------------

 

Ha pasado un mes desde mi accidente y siento que no puedo estar más feliz de lo que ya estoy. Mi madre que a los pocos días la recordé, me tiene demasiado consentido y no me puedo quejar, se siente muy bien sentirse tan querido y amado. Y hablando de eso, ésta es la hora en que ya me hice a la idea de que en verdad estoy saliendo con Tsukki, éste ha sido un mes donde hemos compartido mucho tiempo juntos, y aunque él no es muy cariñoso conmigo, no es algo que realmente me importe, porque en este mes, me he dado cuenta de cómo es su temperamento y aprendí, que a él simplemente no se le da eso de ser “romántico” o “afectuoso” con los demás. No me quejo, porque para mí el simple hecho de tenerlo a mi lado, es más que suficiente. Lo único que si me gustaría recibir de él más a menudo, con riesgos de ponerme a temblar y rojo como un tomate, son sus besos. Llevo un mes sabiendo que es mi novio, pero en ese mes, nos hemos besado cuatro veces, sí, eh contado las veces.

 

--son… dulces…-- murmuró mientras llevó un par de dedos a mis labios y los acaricio suavemente tratando de recordar la última vez en que sus labios tocaron los míos. Eso fue hace una semana ya y siento que si me pongo a pensar las cosas demás, podría darme cuenta que algo no está bien, porque es normal que si somos novios nos besemos ¿verdad? Suspiro algo desilusionado por los pensamientos que a mi mente vienen, aunque al segundo después, meneo mi cabeza negando, lo que pasa es que él no es de los que les gusta dar esas demostraciones de afecto, y yo, bueno, yo no soy de los que se atreven a pedir y mucho menos a actuar.

 

Cojo el par de muletas que son por ahora el apoyo que necesitan mis piernas para poder caminar, pues todavía me queda por lo menos un mes más para poder caminar más, y ni se diga cuanto más me falta para poder volver a practicar con el equipo. Eso me entristece un poco, pero trato de no afligirme, los accidentes pasan y nada se puede hacer.

 

Voy hacia la cama después de haberme dado una ducha y con mucha más facilidad que unos días atrás, tomo entre mis manos mis interiores para poder colocármelos. El yeso que tengo en mi pierna no es problema y en cuanto logro colocármelos, es hora de ponerme ahora la camisa, acción que se ve interrumpida porque alguien irrumpe en mi habitación, alguien que se queda en el marco mirándome tras sus gafas sin ninguna expresión en el rostro. Todo lo contrario a mí, que me puse como farol al verme casi desnudo frente a él.

 

--tu mamá dijo que ya venía-- dice sin moverse un centímetro de su lugar. --me encargo que te avisara cuando me abrió la puerta-- añadió, y allí sí que camino, un par de pasos hasta mi posición.

 

--ah, bu-bueno… gracias-- atropelladamente salen mis palabras, y es que, sentir aquellos ojos dorados sobre mí me pone supremamente nervioso, lo bueno es que por lo menos me alcancé a ponerme mi ropa interior. --me acabo de… me acabo de bañar y yo… bueno…-- argg, que no puedo articular una palabra sin titubear, así que simplemente agarro mi camisa para ponérmela.

 

--espera-- y si, por segunda vez mi acción se ve detenida por su voz y por la mano que quita la prenda de mis manos.

 

--Tsukki…-- apenas puedo murmurar, antes de que mis labios se vieran apresados por aquellos que hace tanto no pruebo. Mi cuerpo se queda estático ante aquel beso, pero a los segundos siguientes y sintiendo mi piel erizarse cuando la calidez de su mano recorre mi costado, correspondo al contacto, cerrando mis ojos y pasando mis brazos por el cuello del más alto.

 

--hueles bien…-- susurra sobre mis labios cuando el beso termina. Pretendo decir alguna palabra, alguna cosa, pero el temblor y sonrojo que invaden mi cuerpo por la vergüenza que siento en estos momentos, no me dejan actuar. Y menos, cuando aquellas manos toman mi cuerpo y lo acomodan con cuidado sobre la cama, teniendo la precaución necesaria de no ir a lastimar mi pierna, que es algo en lo que no pienso en este instante, pues esos orbes dorados no dejan de recorrerme con una mirada que nunca antes le había visto. Mirada que logró encender una chispa de excitación en mi cuerpo.

 

Las acciones, sonidos, sentimientos y sensaciones que siguieron a continuación, fueron algo que no podré olvidar nunca, recordaré por muchísimo tiempo mi primera vez con aquel chico, aquel chico que sé, me tiene por completo enamorado. No importa el dolor que sentí, no importa que después del acto tuviéramos que habernos vestido casi a las carreras porque mi madre había llegado, no importa que después de lo hecho, aquel de rubio cabello no hubiera pronunciado palabra alguna, después de todo, yo tampoco. Lo único que de lo que estoy completamente seguro, es que no quiero despertarme alguna vez y darme cuenta que todo esto que estoy viviendo, es un sueño. No, eso no pasará, porque él es real, yo soy real, lo que siento por él es real y siento que lo que él siente pero que no me dice, es real también.

.

.

.

--Yamaguchi, vamos-- esa es la voz de mi novio, que me llama porque es ya la hora de irnos, se acaba de terminar el entrenamiento y aunque todavía no puedo practicar, sí que vengo a los entrenamientos para no sentirme tan alejado de este deporte que amo tanto como lo amo a él.

 

--ya voy, Tsukki-- contesto mientras voy caminando despacio hacia él, ya no estoy utilizando las muletas porque han pasado un poco más de dos meses desde que salí del hospital. Vamos caminando juntos, él con sus usuales audífonos alrededor de su nuca y las manos en los bolsillos, y yo, bueno, mis manos también están en mis bolsillos y voy bastante ensimismado, cosa que la persona a mi lado no parece notar.

 

Llegamos en poco tiempo a su casa, porque este día vamos a estudiar para la semana que viene, son los exámenes de final de año y aun cuando no soy un mal estudiante, sí que me viene bien estudiar un poco con él que es bastante inteligente.

 

Entramos y vamos directamente a su habitación, donde después de un par de horas, las cosas se tornan… algo bochornosas.

 

--espera Tsukki, no… ¿y si llega alguien?-- preguntó nervioso, pero no tanto como veces anteriores, porque con el pasar de los días, me eh acostumbrado a esto, a su toque, a la cercanía entre nosotros. Y aunque no hemos vuelto a compartir intimidad desde aquella, la que fue mi primera vez, él parece mucho más dispuesto y hasta ansioso de volverlo a hacer. Sus manos recorriendo mi torso y bajando hacia mi parte trasera, me lo demuestran.

 

--¿no quieres?-- cuestionó mirándome fijamente.

 

--no… no quiero…-- respondo en apenas un suave hilo de voz, a lo que él no parece darle mucha importancia, cosa que me hace apretar mis puños con fuerza.

 

--ya basta Tsukishima… ya está bien de verme la cara…-- pasó una mano por mi rostro tratando de no desmoronarme ahora mismo, pero no sé cómo es que logré aguantar nueve días con esto dentro.

 

Hace nueve días exactamente, muchísimas cosas vinieron a mi cabeza, mi memoria de repente volvió, y con ella, todo lo que yo creía verdad, se desmoronó por completo. No soy una mala persona, o por lo menos no me considero de esa manera, y aun sabiendo que no soy de esas personas, las cosas que él me hizo, no son para nada correctas, para nada merecidas, para nada justas.

 

--¿Tsukishima?-- pregunta él claramente extrañado por mi forma de llamarle.

 

--ese es tu nombre, el nombre de la persona que no le importó tratarme como si de alguien ajeno a él se tratara cuando te llevaste mi primera vez…-- tomo aire hondamente sin mirarlo. --el nombre de la persona que no feliz con haberme echado de su casa a la mañana siguiente, le pareció muy divertido hacerse pasar por alguien que no es para burlarse de mi…-- sollozo, pues en ese instante ya no puedo retener más la profunda tristeza que estoy sintiendo.

 

--tu memoria…-- dice en un susurro y eso me hace hipar de enojo, de frustración, de aflicción. Porque con esas dos simples palabras me confirma que lo que estoy pensando es cierto, que lo que le estoy diciendo es cierto.

 

--no sé qué fue… no sé qué fue lo que yo pude llegar a hacerte en verdad…-- retiro de mi rostro, las lágrimas que mojan mis múltiples pecas de mis mejillas con una calma que no sé cómo soy capaz de mantener. --Si enamorarme de ti ha hecho que te burles de esta manera… en verdad que ya es suficiente…--

 

--Yamaguchi no. No es como tú lo estas pens- --

 

--¡estuvimos juntos de nuevo!-- le interrumpo. --y pensé que ese día había sido el mejor de mi vida… rayos…-- retrocedo al ver que se acerca a mí y al chocar con la pared de su cuarto, me siento acorralado, pues esta es su habitación y no puedo pedirle que se vaya.

 

--para mí…--

 

--para ti ¿Qué?, no hace falta que lo digas… sé que debió ser muy difícil… porque esa vez no estabas ebrio--

 

--no es así--

 

--repítete eso hasta que te lo creas… porque yo no te creo ya nada, Tsukishima-- digo apenas, porque los hipidos de mi cuerpo ante mi llanto no me dejan hablar muy bien. --te odio, en serio te odio… por usarme, por burlarte de mí, por ser alguna vez la persona de la que me enamoré…-- digo en apenas un susurro antes de coger mi maleta y empezar a correr hacia la puerta de salida de aquella casa, casa que no pisaré nunca más en mi vida.

 

--¡Yamaguchi, espera!-- y me detengo, primero porque es la primera vez que escucho gritar en lo que llevo conociéndolo, y segundo, porque su mano se aferró a mi brazo como aquella vez que mi accidente pasó. Pero tal como ese día, no tengo ganas de escuchar mentiras, no tengo ganas de permitir que me siga tratando como su entretención. Así que sacando fuerzas, después de todo soy un chico, mi puño se estrella contra ese rostro que ahora mismo estoy aborreciendo, causando que me suelte.

 

--¡ya no más, ya basta!-- levanto mi voz y dirijo a él por primera vez en mi vida, una mirada de profundo odio, odio que es solo la fachada del profundo desasosiego que me invade. Y sin decir alguna palabra más, salgo del lugar y corro, corro como si mi vida dependiera de ello.

 

Al final sí que todo fue un sueño.

 

--------------------------------------------------------------------------------

 

UN AÑO Y MEDIO DESPUÉS.

 

--entonces así quedamos, Tadashi-- me dice un chico que va en mi misma clase, más alto que yo, de cabello negro y que es un nuevo integrante del equipo de voleibol, equipo al que por cierto, ya no pertenezco. Él es con quien pretendo salir, lleva un tiempo… ¿pretendiéndome?, si, algo como eso, y pienso que si quiero sacar a aquel rubio de mi cabeza y corazón, intentar salir con alguien en una relación de verdad, podría ser un buen primer pasó.

 

 Estoy en último año y solo me quedan seis meses más para entrar a la Universidad, cosa que estoy deseando con fervor, ya que aunque no estoy en el mismo salón que él, sí que estoy todavía en la misma escuela. Las cosas que pasaron hace casi dos años, no están del todo superadas, porque soy idiota y no aprendo. Más bien, no logro que mi corazón entienda que Tsukishima Kei no es y no será para mí nunca. No estoy diciendo que quiero estar con él, porque a pesar de todo, no eh sido capaz de perdonarle su actuar, sus mentiras. No he sido capaz de perdonarle el haberse burlado de aquella cruel manera de mí, pero a pesar de eso, mi pecho sigue latiendo cada vez que por casualidad nuestros ojos se cruzan, sigo sintiendo ese vacío en mi estómago que me dice que a él, yo no lo eh olvidado.

 

--te llamaré y te prometo que pasaremos un muy buen día-- me asegura al tiempo que se acerca y besa mi mejilla, a pesar de no ser ésta su objetivo, sino mis labios. Labios que siguen intactos debido al movimiento de mi cabeza hacia un lateral que evitó el contacto.

 

-----------------------------------------------------------

 

Es un fastidio, un completo fastidio que esto me esté pasando a mí. No puede ser que tenga estas ganas tan absurdas de golpear a aquel que intenta tener a alguien que no le pertenece. Estoy cansado de tener que callar y de estar haciéndome el tonto, es  suficiente de todo esto, ya es suficiente.

 

--si… esperaré tu llamada-- responde el pecoso, amable y con un leve carmín adornándole el rostro, cosa que no es rara en él, pero que siendo consciente de la situación, me provoca un profundo malestar.

 

--es mejor que no lo llames, Ryu-- afirmo parándome al lado de la persona que me ve con sus enormes ojos cafés, desconcertado.

 

--¿y eso por qué?-- cuestiona mi nuevo “compañero” de equipo a lo que simplemente puedo chasquear mi lengua y rodar los ojos.

 

--porque él ya está saliendo conmigo-- declaro tan firme, que las dos personas a mi lado solo se quedan mirándome. El primero con una mueca de escepticismo que me vale un carajo, el segundo… el segundo con una mueca de incredulidad y reproche en su rostro.

 

--eso no es cierto-- dice el pelinegro y yo, cansado y sin la menor intención de darle explicación alguna, tomo a Yamaguchi de la mano y literalmente, lo arrastro conmigo fuera del lugar, escuchando cada vez más lejana la voz de aquel idiota que no entiende que es lo que está pasando.

 

--Tsukishima ¿Qué rayos…?-- cuestiona a medio decir la persona que hasta ahora deja escuchar su voz, a la vez que se remueve tratando de que le suelte, cosa que no logrará, porque simplemente no se me da la gana de soltarle, ya no.

 

--quédate quieto, te lastimarás-- le hago saber con voz calma y monocorde, pero él parece no escucharme, pues su forcejeo se incrementa y logra soltarse, pero solo porque yo le suelto.

 

--¿Qué… que es lo que pretendes?-- dice a media voz, pero con clara molestia en ella.

 

--no pretendo nada, solo dije algo que quiero se haga realidad-- afirmé sincero, cosa que no parece hacerle gracia.

 

-----------------------------------------------------------------------------

 

Esto es una broma, otra de sus bromas y no pienso caer en una de ellas de nuevo. Así que simplemente me doy la vuelta dispuesto a irme de allí, pero parece que el pasatiempo favorito de aquel además de burlarse de mí, es agarrarme siempre de mis brazos para detenerme.

 

--suéltame Tsukishima, esto no es para nada gracioso--

 

--no es un chiste para que te lo parezca-- dice volviendo a jalarme,  llevándome a un lateral del instituto, donde no pasa casi nadie y de un movimiento firme, pero sin hacerme daño, me “acorrala” contra una pared, lo que dispara mis alarmas por completo.

 

--ya, por favor. En serio  no es gracioso-- murmuro mirándole a los ojos y me quedo frio ante lo que veo, ¿Qué es esa mirada?

 

--perdóname, Yamaguchi. Perdona todo lo que hice en un pasado, perdóname por no ser sincero contigo… hasta hoy--

 

--espera no…-- no puedo escucharlo, no quiero escucharlo, porque si lo sigo haciendo, estoy seguro que le creeré y no quiero, no puedo creerle.

 

--eres mi mejor amigo-- afirma, recibiendo una evasión de mis ojos a sus ojos al ladear mi cabeza hacia un lado. Eso es mentira. --fuiste mi primera vez y recuerdo como si fuera ayer que fui yo la tuya-- sigue hablando mientras una de sus manos se posa en mi barbilla y con algo de presión, logra que le mire, con mi rostro por completo sonrojado, eso no es algo de lo que tengamos que estar hablando. --a pesar de estar algo ebrio, recuerdo cada cosa, recuerdo cada palabra que dijiste cuando te me declaraste--

 

--Tsukishima no… no digas eso. ¡No digas eso!-- alzo mi voz sintiendo una profunda vergüenza y rabia.

 

--más de un año, Yamaguchi. Hace más de un año que no puedo sacarte de mi cabeza y eso es porque estoy enamorado de ti-- declara y yo no puedo distinguir si lo que dice es verdad o no, pues estoy más que incrédulo y no puedo pensar, no en este momento, pues estoy al borde del llanto, porque esas palabras, esas cuatro palabras las eh deseado escuchar hace tanto tiempo, tanto… solo que no sé si son sinceras.

 

--no es cierto-- apenas y si se escucha mi voz.

 

--Tadashi…-- Tsukishima acaricia mi mejilla con una suavidad que me desconcierta y me hace mirarle. --dame una oportunidad, una más-- pide justo antes de unir sus labios a los míos en un beso suave, pausado, hasta temeroso.

 

--pero yo te odio…-- susurro al termino del beso y el sonríe prepotente. Estúpido.

 

--eso no es cierto--

 

--si lo es…--

 

--entonces haré que vuelvas a amarme--

 

--no lo lograrás--

 

--eso está por verse-- y sin dejarme decir una palabra más, sus labios volvieron a acoplarse a los míos, en un beso que mi poca fuerza de voluntad, se vio incapaz de rechazar.

 

A partir de ese día y tres meses después, Tsukki y yo nos hicimos novios oficiales.

 

Fueron tres meses en donde me demostró que eran verdaderas sus palabras, y sus actos la verdad que ayudaron bastante también. Aunque que llegue y me bese en frente de quien sabe quién y que le importe absolutamente nada, es algo que aun hoy en día, me hace sonrojar bastante, reacción que en palabras suyas, es algo que en verdad le gusta, además de las pecas que adornan todo mi cuerpo, cosa que me hace querer morir de la vergüenza al recordar las veces que él las ha admirado, pero que también me hace profundamente feliz, porque aquellas veces, soy yo el único el que ha tenido el privilegio de ver a un Tsukishima que nadie más verá.

 

--------------------------------------------------------------------------------

 

Me tomo tiempo y el doblegar mi orgullo, pero si hacerlo consiguió que esos ojos me volvieran a mirar como antes, no con admiración, no con adoración, sino con ese sentimiento que pensé yo no podría tener. Pues digamos que fue un costo bajo para lo que al final conseguí, para lo que al final recuperé, porque él siempre estuvo allí, a mi lado, conmigo. Ocupando un lugar que estaba seguro nadie más podía ocupar.  Porque estoy enamorado de aquel al que las pecas le bañan, de aquel que me hizo decir cosas que nunca creí alguna vez decir y que con tal de mantenerlo a mi lado, las diré las veces que sean necesarias.

 

FIN

 

 

Notas finales:

Espero que haya gustado algo éste escrito y perdonaran el OoC tan atroz que me salió, sobre todo en el rubio, pero digamos que se me salió de las manos u.u

Gracias por leer :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).