Capítulo 1.
Castigo merecido.
Ji Yong terminó de vestir a los gemelos y salió de la habitación cuando ya estaban dormidos. Mañana sería el viaje, todavía no estaba seguro de si este viaje resultaba bien, pero unos días de vacaciones no le hacían mal a nadie. Fue hasta la habitación, pero no encontró a Seung Hyun, así que imaginó que debía estar en el funeral. Soltó un suspiro y caminó lentamente hasta el final del pasillo. Entró silenciosamente a la habitación.
-Seung… ya va a ser hora, ¿qué haces aquí? –Ji se sentó en el suelo al lado del mayor. Este simplemente miraba uno de sus Bearbricks roto en su mano y todo lo demás todavía destruido.
-Mi vida dejó de tener sentido.
-¿Cómo dices eso? –Ji Yong le dio un empujoncito en el hombro. -¿Y qué pasa conmigo? ¿No soy nada comparado a tus bearbricks?
-Pero es que… ah… -el mayor agachó su cabeza mientras suspiraba.
-Ya… -Ji acarició su mano tranquilamente. –Yo te compraré todos los Bearbricks de nuevo y volverán a la normalidad.
-¡Papá! –Ji miró hacia la puerta. El menor entró con toda confianza, Seung Hyun simplemente lo ignoró.
-Tae Hee, ¿no te dejé durmiendo? –Ji frunció el ceño cuando se dio cuenta que llevaba una túnica blanca puesta. -¿Por qué traes eso puesto? ¿Dónde está tu pijama?
-Dormir así es más cómodo. Además, Jesús ocupaba uno así.
-¿Quién te ha dicho eso?
-Yang.
-No puedes hacerle caso en todo a tu amigo imaginario, ¿sabes? –El menor hizo un puchero.
-Papá, Yang es mi representante de moda –Ji rodó los ojos.
-¿Qué es eso? –Seung Hyun fijó su vista en la mano del menor. El menor alzó la mano y lo puso frente a ellos. Ji Yong abrió mucho sus ojos.
Ahora sí que se armaba la grande. El único Bearbrick que quedaba con todas sus partes era justamente el que se había robado Tae Hee y ahora… y ahora estaba rallado con plumón y le había puesto una falda de las muñecas de su hermana. Ji Yong miró a Seung, el rostro del mayor era un poema.
-Por eso necesito una falda, debo vestirme igual que Yang –dijo el pequeño.
-Pero, ¿Yang no es tu amigo imaginario? –Ji Yong se puso de pie, sería mucho mejor si se llevaba al menor rápidamente de ahí.
-Ahora es él. Y se ve re lindo, ¿cierto?
-¡Lindo mi trasero!
-¡Seung Hyun! –Ji Yong miró al mayor. Generalmente no decía cosas así frente a los niños. El mayor se puso de pie, parecía enojadísimo. Tomó al menor por las piernas y lo llevó a su hombro mientras salía de la habitación. Ji le siguió rápidamente.
-¡Ese puto muñeco no se ve lindo!
-¡Choi Seung Hyun, tu boca!
-¡Papá dijo una palabrota!
-¡No puedo creer que tengas tan poco respeto! –Seung Hyun estaba cabreado. -¡Te voy a dejar castigado hasta que se me dé la gana de quitártelo!
-¡Papá, pero es que tú no me entiendes! ¡Yo intento portarme bien!
-¡No, no te entiendo! –Seung Hyun abrió la puerta de la entrada. -¡No te entiendo ni madre!
-¡Papá, auxilio! –Ji Yong abrió mucho sus ojos.
-Seung, ¿qué haces? –Ji le seguía desde atrás, preocupado.
-Lo mando a dormir con GaHo y Jolie.
-¿Qué? –Seung Hyun dejó al menor en la escalera de la entrada y luego cerró la puerta. –Debes estar bromeando.
-No.
En el fondo, no hablaba en serio. Lo dejaría ahí afuera unos diez minutos y luego lo entraría sólo para hacerle pasar unos minutos de nerviosismo y que se disculpara.
-Seung Hyun, entiendo que estés enojado, pero es nuestro hijo menor –el mayor se cruzó de brazos junto a la puerta. –No puedes dejarlo afuera con los perros.
-Sí puedo, ya lo hice.
-¡Seung Hyun! –Ji Yong frunció el ceño e intentó moverlo de la puerta. -¡Déjame pasar!
-¡Papá… ah! –El menor lloraba, las alertas de Ji Yong se prendían cuando alguno de sus hijos lloraba. Generalmente a Seung Hyun también se le prendían esas alertas, pero ahora estaba tan enojado que ignoró todo. -¡YO QUIERO PORTARME BIEN!
-¡No basta con que quieras! –Seung Hyun gritó por la puerta. -¡Debes hacerlo!
-¡Seung, basta! –Ji Yong le dio un empujón y lo movió. -¡Esto es ridículo! Sí, rompió toda tu colección de años y es malo, pero hay castigos normales. No puedes dejarlo afuera en el frío con los perros toda la noche, y menos sabiendo que anda con una túnica blanca.
-Él se la puso porque quería.
-Contigo no se puede. –Ji abrió la puerta, el mayor simplemente frunció el ceño.
-Bien, ve con él.
-Claro que iré –Ji Yong se giró a verlo. –¡De todas formas no quería quedarme contigo! ¡Prefiero dormir con los perros que dormir contigo!
Seung Hyun mordió fuertemente su labio inferior y desvió la mirada. Claro que no iba a dejar a su hijo toda la noche afuera y si el menor le conocía bien sabría eso. Pero ya le había dolido lo que dijo.
-Pues, duerman juntos con los perros.
Y cerró la puerta. Ji Yong abrió mucho sus ojos. Pensó que con lo último Seung Hyun no le dejaría dormir afuera y les diría que entraran, pero sólo cerró la puerta. Abrió sus labios mirando la puerta. Miró a su lado, Tae Hee estaba sentado al lado de Jolie mientras jugaba, como si nada.
-¿Tú estás muy tranquilo, eh? –El pequeño le miró y luego sonrió.
-Es que papá ya me ha dejado afuera como diez noches –Ji Yong abrió mucho sus ojos. –Siempre termina viniendo por mí luego de un rato. Pronto vendrá.
-¿Tú…? ¿Cuándo?
-Si te digo te vas a enojar… -El menor bajó su rostro. Ji se acercó y se puso de cuclillas al frente de él.
-Dime lo que vas a decir, no me enojaré.
-Es que con papá somos como tú con el tío Seungri –Ji Yong le miraba fijamente. –Como Tom y Jerry. Y él se levanta todas las noches como a las 3 am a revisar que durmamos tranquilos, pero yo siempre despierto cuando él lo hace, y él dice que duerma, pero yo me levanto sólo para molestar. Él se enoja y me deja aquí afuera y luego de unos minutos sale y me lleva a la cama de nuevo, a veces duerme conmigo un rato. Peleamos mucho, pero nos queremos mucho, nuestra relación es así.
Ji Yong lo miraba casi sin aire. Había dos cosas: La primera, Tae Hee le hablaba como si fuera un adulto, pequeño enano creído. Y la segunda, esa parte de la historia no la sabía. Eran pocas las veces en que Ji Yong se levantaba por las noches, su sueño era muy pesado. No imaginó que Seung se levantara todas las noches a ver a los niños. Ahora su consciencia le estaba haciendo sentir mal por todo esto.
Después de unos minutos que estuvo sentado en el pasto con el menor y Jolie, la puerta se abrió. Se puso de pie rápidamente y vio a Seung Hyun con una manta en su mano. Tae Hee salió corriendo hasta el mayor y abrazó sus piernas. Seung Hyun se agachó y pasó la manta por su cuerpo y luego lo tomó en sus brazos. Ji le miró unos minutos en silencio, el mayor simplemente le hizo un gesto con la cabeza.
-Anda, entremos –Ji Yong caminó tras él y cerró la puerta cuando estuvieron adentro.
Ji Yong caminó en completo silencio. Vio al mayor entrar a la habitación de Tae Hee y se quedó de pie en la puerta. Seung Hyun lo acostó y luego lo tapó, el menor le miró con puchero.
-Lo siento, papá. Por rayar tu Bearbrick y ponerle nombre.
-Supongo que ahora es tuyo –Seung Hyun suspiró.
-¿De verdad? –El menor sonrió y se abrazó al pecho de Seung Hyun.
-Pero no vuelvas a tomar las cosas sin permiso. Esta vez hablo en serio.
-Está bien…
-No quiero que vuelvas a hacer cosas sin mi autorización. –El menor puso cara de asustado. -¿Qué sucede?
-Es que… yo el otro día me eché toda la crema en tu velador. –Seung Hyun frunció el ceño.
-¿Qué crema?
-Una casi trasparente. –El menor bajó su rostro. –Lo siento, papá. Es que GaHo quería crema.
Seung Hyun tenía casi un tick en el ojo. Luego simplemente acostó al menor. Imaginaba que el frasco de lubricante ya no existía y pobre Gaho que se lubricó todo el cuerpo gracias a su hijo menor.
-No vuelvas a tocar nada si no me preguntas antes, o si no te dejaré durmiendo debajo de un puente, y no iré por ti.
-Yo quiero portarme bien.
-Entonces hazlo.
-Yo quiero… pero no puedo –el menor elevó sus hombros. Seung Hyun le dio un empujón y volvió a dejarlo estirado. -¡De veras lo intento, pero es que no puedo, papi!
-Duérmete –el menor asintió. –Mañana nos vamos, así que duerme pronto. Buenas noches, te amo.
Seung Hyun se puso de pie. Ji Yong corrió como loco a la habitación se sentó en silencio. El mayor entró, le miró unos momentos y luego desvió la mirada y caminó dentro buscando su pijama. Ji Yong le siguió con la mirada en silencio, lo vio entrar en el baño y suspiró. Luego comenzó a ponerse su propio pijama. Ji se metió a la cama y esperó a que Seung llegara. Cuando el mayor llegó simplemente se metió bajo las sábanas y se estiró. Ji le miró unos minutos en silencio, parecían eternos.
-Lo siento… -Seung Hyun no dijo nada. –No quería decir eso, sólo pensé que hablabas en serio y… me exalté.
-A estas alturas deberías conocerme, Ji Yong.
-Lo sé –Ji se giró. –Es que te vi enojado y como tus figuras era algo importante para ti pensé que sí podías hacerlo, perdón. No es cierto que no quiera estar contigo.
-Lo sé –Seung asintió. –Pero no vuelvas a decirlo. Aunque no sea cierto.
-No lo volveré a hacer. –Ji Yong se recostó y buscó el cuerpo de Seung Hyun. Le miró unos momentos. –Lo siento.
Seung Hyun rodeó la cintura del menor con fuerza.
-Está bien, Ji… pero para la próxima sí dormirás toda la noche afuera si me dices algo así de nuevo.
-¿Serías capaz? –Ji hizo un puchero.
-Sí. –Seung asintió. –Y luego iré con una manta y te atraigo a casa en brazos.
-Te amo –Ji Yong besó rápidamente sus labios. –Te amo mucho.
Seung Hyun acarició suavemente la mejilla del menor y le beso lentamente. Ji no dudó en responder de la misma manera, ladeó un poco su cabeza para hacer el beso más profundo que antes. Seung Hyun buscó la lengua del menor y este dejó que ambas se enredaran juntas. Pasó sus manos por el pecho de Seung lentamente, delineando todo su torso. Seung Hyun acarició su espalda y pasó sus manos debajo de su camiseta, Ji sonrió entre el beso y mordió su labio inferior y luego volvió a besarlo. Seung Hyun repartió una infinidad de besos por sus labios y luego por su mentón. Ji besó suavemente el cuello del mayor.
Sintieron la puerta abrirse y rápidamente se separaron casi con la respiración entre cortada. Miraron a la puerta y vieron al menor con un peluche en su mano.
-¡Seung Jo! –Ji Yong le miró. El pequeño camino entre dormido hasta la esquina de la cama.
-Yo queriendo dormir con ustedes.
Ambos se miraron y luego Seung Hyun levantó los hombros, Ji Yong sonrió y se corrió contra su voluntad del lado de Seung para darle espacio entre ellos.
-Anda, ven aquí.
El menor subió y se coló debajo de las sábanas mientras sonreía. Se acurrucó mientras apretaba su peluche. Ji Yong miró al mayor, ambos se miraron unos minutos y luego sonrieron resignados por la visita inesperada.
-¿Por qué no querías dormir en tu habitación? –El menor miró al techo.
-Yo soñando con fantasmas.
-¿Te dio miedo? –El menor miró a Seung y asintió.
-Quería durmiendo acompañado porque temiendo que viniera.
Ambos se rieron. Escuchar al menor hablar era algo gracioso, pero procuraban no reírse a menudo para que no se sintiera mal.
-Está bien, cariño. Duerme tranquilo. Estamos aquí para cuidarte. –Él sonrió y cerró sus ojos mientras se acomodaba.
-Yo los amando.
-Nosotros también te amamos, Seung –Ji le tapó un poco más.
Seung Hyun hizo un puchero luego de unos minutos. Ji Yong le miró y luego pasó su mano por encima de las mantas hasta tomar la de Seung Hyun.
-¿Por qué esa cara?
-Comienzo a pensar que fue mala idea ponerse ese nombre.
-¿Por qué? –Ji frunció el ceño.
-Se supone que el único Seung que ames tengo que ser yo. Me siento engañado.
-Tonto –El menor se largó a reír.
-Ladrón de nombres –Seung Hyun miró a niño y luego sonrió. –Y ladrón de espacio, ahora ya no puedo abrazarte para dormir.
Ji Yong hizo un puchero y acarició su mano.
-Quizás estas vacaciones nos vengan bien –el mayor sonrió.
-Ya era hora.
-Te amo.
-Te amo más.
-¡HYUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUNGS! –Seungri entró gritando a la casa como si fuera lo más normal.
-¡Tío Seungri! –Ha Na salió inmediatamente disparada hasta abrazarlo. Seungri se agachó y le beso la mejilla. La niña se sonrojó hasta las orejas.
-¡No la beses! –Seung Hyun le dio un golpe a Seungri.
-¡No golpees a tío Seungri, papá! –Ha Na se puso entre medio.
-Claro, así son las adolescentes. Te cambian como si valieras caca.
-La edad te está poniendo sensible, Hyung –Daesung se rió mientras saludaba a los pequeños.
-¿Estamos listos para el viaje? –Young Bae se quitó las gafas y sonrió.
-Sí, falta Ji que termina con los chicos y ya.
-Hola tío Young Bae, hola tío Daesung –Su Ah se tomó las manos mientras miraba al suelo. Seung Hyun suspiró. Odiaba que sus hijas encontraran guapos a sus amigos.
-¡Te ves bella hoy, Su –Bae la tomó entre sus brazos y la niña sonrió.
-¡Ella siempre se ve así! –Daesung le regaló un beso. La pequeña se tapó el rostro con sus manos.
-¡Ya están! –Ji Yong caminó hasta la sala.
-Saludando tíos –Seung Jo los saludó mientras ellos le miraban divertidos.
-¡Saludando, Seung! –Daesung le dio un choque de manos, el menor sonrió grandemente.
A Seung Hyun le agradaba la conexión de amistad entre Seung Jo y Daesung. Seguramente cuando Daesung tuviera un hijo, y esperaba que eso fuera pronto, sería muy amigo de Seung Jo. Y quizás hablaría su lenguaje al igual que Dae.
-¡Hey, tíos! –Tae Hee comenzó a saludar a todos.
-¿No dijiste que lo vestirías? –Seung Hyun miró a Ji Yong y luego al menor. Él llevaba unos shorts, no, era como una tanga. Como esos puti shorts que usaba Ji Yong antes o cuando se bañaba en alguna piscina, pero eran apretadísimos y pequeños y encima una camiseta sin mangas. Gafas de sol y zapatillas naranjas.
-Veo que hoy sí andas a la moda, eh –Taeyang se rió mientras chocaba las manos con él.
-Es el nuevo estilo del verano, tío.
-¡Ji Yong, no lo sacaremos así! –Seung miró al menor.
-¿Qué quieres que haga? Me dijo que si no iba así no subiría al avión. Y puedo apostar que no subirá al avión aunque lo amarremos a las maletas.
Seung Hyun rodó los ojos.
-Este es tu karma, Hyung –Seungri se echó a reír. –Pobre de ti Seung Hyun Hyung, no bastaba con Ji Hyung, tenía que salirte otro igual.
-¡Ya, Maknae!
-Ya va, guarden las risas y discusiones para el resto del viaje –Daesung se echó a reír. –Tenemos que saliendo ahora.
Daesung miró a Seung Jo y luego se hicieron otro choque de manos.