Capítulo 22
Mi único amor.
Ji Yong terminó de lavar los platos después de la cena. Los demás habían ido a la cama, había sido un día bastante cansado caminando de allá para acá sin parar. Al final la reunión que habían organizado había sido un éxito. Los niños se llevaban de maravilla y ellos siempre disfrutaban juntos. Ahora sólo faltaba volver al trabajo, tenían como proyecto hacer una gira en honor a los casi 16 años de carrera como Big Bang, así que se les venía muchos shows encima.
Dejó todos los platos guardados y ordenados. Apagó las luces de la sala y echó una mirada en la habitación de los niños. Era una habitación muy grande, tenía dos camas dobles, una arriba y otra abajo cada una, y otras dos solas en los costados. Era de imaginarse que estuvieran durmiendo, pues estaban cansados y las energías se les habían acabado a mitad de camino cuando venían del zoológico.
Les dejó la luz apagada y caminó relajadamente por el pasillo. Vio a Seungri salir medio dormido de su habitación.
-Hey, Hyung.
-¿A dónde vas?
-A ver a Yun.
-Está dormida, Ri –rodó los ojos. Juraba haber visto a Seungri haber ido mínimo 5 veces antes a verla también.
-¿Y si necesita algo?
-¿Qué va a necesitar dormida? No exageres –se puso a reír. –Además, ya los miré, están bien, ¿quieres dormirte? Te van a crecer las ojeras.
-Hyung, las ojeras son mi atractivo.
-Ajá, como no.
-A Bae le gustan.
-Ri, a Bae le va a gustar todo lo que hagas y tengas.
Seungri lo pensó unos momentos y luego sonrió. Claro que tenía que amarlo con todo y ojeras. Asintió entonces.
-Ahora sólo ve a dormirte.
-Hyung… -le llamó serio, Ji Yong pensó que le diría algo importante. –Yo no duermo.
-¿Tienes problemas de insomnio?
-Já –sonrió de lado. –No duermo, no sin antes hacer el amor.
-¡Ay, Ri! –Daesung gruñó caminando hacia ellos. -¡Tuve que escuchar eso!
-Dios, no hay filtro –Ji Yong se echó a reír.
-¿A poco creías que las ojeras eran porque sí? –Seungri lo dijo lo más fresco que pudo. -¡Son horas y horas de trabajo intenso!
-¡Ri! –Young Bae lanzó un grito desde su habitación. –¿Qué dices?
-Mi pobre amigo debe estar avergonzado –Ji Yong negó con la cabeza.
-¿Por qué tenía que escuchar esta conversación? –Daesung entró al baño.
-Ya, Maknae, buenas noches –Ji Yong se despidió.
-Buenas noches, Hyungs.
Ji Yong entró entre risas a su habitación. Cerró la puerta y vio a Seung Hyun estirado sobre la cama, todavía con su pantalón y camisa, con los ojos cerrados y un libro en su pecho. Sonrió divertido se acercó a la cama, el mayor parecía dormido, pero Ji Yong no tenía ni luces de querer dormir. Menos después de lo que había dicho el pelinegro en la tarde. Se subió a la cama de rodillas y pasó cada una a los costados del cuerpo del mayor. Seung Hyun se removió un poco más no suficiente. Ji Yong apoyó sus manos a los costados también y mordió su labio inferior suavemente, luego le besó levemente en los labios.
Seung Hyun se removió y abrió sus ojos lentamente. Pestañeó un par de veces y sonrió levemente al ver a Ji Yong.
-Ji… ¿ya se durmieron los niños?
-Hace un rato –dijo bajito y se dejó caer sobre su cuerpo, apoyándose en él. El mayor le abrazó de manera floja.
-Uhm… eso es bueno.
Bostezó con pereza. Ji Yong sonrió y volvió a besar sus labios mientras acariciaba su cabello suavemente. Se separó unos centímetros y besó su mentón, luego bajó relajadamente hasta su cuello y chupó de él lentamente mientras tomaba su camisa con claras señales de quitarla de su camino.
-Hey, cariño, ¿qué tal si nos divertimos un poco?
-Estoy cansado, amor… -suspiró cerrando los ojos.
Ji Yong frunció el ceño y se separó de él mirándole claramente con desagrado ante la respuesta.
-¿Estás bromeando?
-No, Ji… caminé todo el día con más de 30° de calor…
-Antes nunca decías que no, aún si hubieras estado todo el día en el gimnasio –se quejó poniéndose de pie irritado.
-Antes era más joven…
-Seung, sólo tienes 35 –le miró y rodó los ojos.
-Es que caminé todo el día y cenamos muy tarde y ya casi con las 1 am y ya me estaba dando sueño y-
-¿Sabes? –Ji Yong le lanzó su pijama al mayor. –Duérmete. –Sonrió irónicamente. Se quitó su camiseta y la lanzó por la habitación dejando su torso al desnudo. Seung Hyun le miró detenidamente. –Total, tú te lo pierdes.
Dijo quitándose los shorts cortos que andaba trayendo y quedándose sólo en bóxer, dejando una exquisita vista de sus piernas. Una debilidad para Seung Hyun quien le miraba atento, con ganas de tocar.
Ji Yong tomó un par de cosas en sus brazos.
-¿A-A dónde vas? –Dijo mirando el trasero de Ji Yong moverse con elegancia por la habitación.
-A darme un baño. –Dijo restándole importancia.
Y diciendo eso entró al baño de la habitación. Lo mejor de que cada habitación tuviera baño propio es que no tendría que pasear por toda la casa en bóxer sabiendo que estaba Youra.
Seung Hyun sintió el ruido del agua correr y su mente inmediatamente le lanzó una imagen mental de Ji Yong quitándose la ropa interior para entrar a la tina. Comenzaba a arrepentirse de decir que estaba cansado. Bueno, estaba cansado, pero mirando bien a Ji Yong, le prendía. Él tenía esa facilidad innata de provocarlo tanto que pronto quería tocarlo por todas partes.
Después de mirarlo en ropa interior caminando por la habitación se le había quitado hasta el sueño. ¿Lo golpearía Ji Yong si ahora le dijera que ya no estaba cansado? Probablemente sí. Pero valía la pena, ¿no?
Suspiró sonriendo maliciosamente y se puso de pie. Caminó lentamente hasta la puerta y abrió en completo silencio, para que no se sintiera nada de ruido y le puso seguro.
Ji Yong estaba recostado en la tina con los ojos cerrados relajadamente. Sus brazos estaban apoyados en los bordes de manera despreocupada. Seung Hyun caminó lentamente y se puso detrás de él en cuclillas. Aprovechó que Ji Yong mantenía su cabeza ladeada y sin tocarlo besó su acuello con suavidad.
-Vas a tener que esperar tu turno si quieres un baño.
Dijo tajante el menor re acomodándose sin prestarle atención. Claro, con su querido y amado esposo nunca nada era tan fácil. Menos cuando se ponía orgulloso.
-¿Y no puedo tener un espacio a tu lado?
-No –soltó. –La bañera es pequeña.
Abrió sus ojos y le miró fijamente. Seung Hyun sonrió y apoyó sus brazos en la bañera y luego su mentón en sus manos mirándole atento a un costado.
-¿No me harías ni siquiera un espacio pequeñito contigo?
Le miró fijamente e hizo un puchero, Ji Yong entrecerró sus ojos y miró hacia otro lado, haciéndose el desentendido. Seung Hyun se rió y entonces, como último recurso alzó su mano y apretó uno de sus pezones jugueteando.
-Ah… ¡Seung! –Se quejó y le dio una palmadita en la mano. El mayor sabía que Ji era muy sensible en ciertas zonas de su cuerpo.
-Amorcito… -le miró divertido. –Quiero jugar contigo…
-¿Crees que es cuando tú quieres? –Se cruzó de brazos.
Seung Hyun se puso de pie y comenzó a quitarse la camisa. La tiró por algún lado del piso y se quitó los calcetines relajadamente. Ji Yong miró atentamente su torso. Le encantaba la forma que tenía y lo duro que era. Mordió su labio inferior cuando se dio cuenta que comenzaba a tener una erección bajo el agua.
-No seas así, amor –Seung Hyun se quitó lentamente el cinturón y abrió su pantalón todo campante delante de Ji Yong. Sólo existía una persona con la cual podría desnudarse y no le interesaría si le miraba o no. Y ese era Ji Yong. Ni a su mamá le dejaba verle sin camiseta.
-¿No estabas cansado?
-Todo malestar desaparece cuando estás tú, cariño.
Ji Yong rodó los ojos. Seung Hyun se quitó los pantalones y luego, a vista y paciencia del menor se quitó la ropa interior como si nada. Los ojos de Ji se desviaron a su entrepierna semi erecta y tragó saliva con dificultad. Seung Hyun se sujetó de los límites de la bañera y entró relajadamente.
El menor abrió sus piernas haciéndole espacio para que se pusiera entre ellas. Seung Hyun pasó sus manos por la cintura del menor y dejó que sus miembros se rozaran bajo el agua sacándoles suspiros. Ji le miró y rodeó su cuello, una de sus manos acarició su cabello con suavidad.
-Regálame un beso, amor.
-Trae tus labios aquí, Choi.
Seung Hyun sonrió y no tardó más de dos segundos en alcanzar sus labios. Ji Yong acarició su espalda y abrió sus labios recibiéndole con gusto. El pelinegro buscó más contacto entre sus entrepiernas ya despiertas completamente y comenzó a moverse contra el cuerpo del menor de manera insistente haciendo que este mordiera su labio inferior entre el beso en busca de oxígeno.
Le miró fijamente de manera intensa y sus manos bajaron por sus costados hacia sus piernas, las delineó con suavidad mientras se iba directamente por su cuello, besando cada parte y succionado todo cuanto podía hasta dejar marcas rojizas en la piel. Ji Yong se afirmó de sus hombros. Los dedos de Seung Hyun se escabulleron entre sus piernas y tocaron con lentitud su erección haciéndolo gemir en el momento y morder su labio mientras cerraba sus ojos.
No fue difícil para él meter dos de sus dedos en su interior con ayuda del agua. El menor dejó caer su cabeza hacia atrás y el pelinegro se aprovechó de aquello para besar su clavícula y morderla levemente. Le encantaba aquel sector en su cuerpo, le parecía tan sexy y provocador. Buscó sus labios a tientas y mordió de él con suavidad, luego lo succionó con fuerza y Ji Yong le besó ante aquello. Enredó sus dedos en sus cabellos y tiró de ellos levemente cuando sintió los dedos de Seung Hyun tocar su próstata con fuerza. Gruñó contra sus labios y frunció el ceño.
-Ahm…
Ji Yong sonrió de medio lado y le miró fijamente. El mayor volvió a apretar sus dedos contra el mismo lugar anteriormente y él apoyó su cabeza en su hombro gimiendo con más fuerza. Fue entonces cuando Seung recordó que no estaban solos en casa.
-Me encanta verte gemir, amor. Pero creo que es necesario no hacerlo demasiado, considerando que no estamos solos…
-Ah, demonios… tienes razón…
Asintió y cuando Seung Hyun llegó hasta el fondo con ahora tres de sus dedos mordió con fuerza su hombro.
-Q-quítalos.
Seung Hyun sacó sus dedos con cuidado y entonces Ji Yong le dio un empujoncito para dejarlo sentado en la bañera. Sonrió de medio lado y el menor le miró coqueto, paso sus piernas por sus costados y se apoyó en sus rodillas mientras le miraba fijamente. Pasó su mano por el miembro del pelinegro y comenzó a acariciarlo lentamente sin dejar de mirarle. El mayor se dejó caer en la bañera entrecerrando los ojos ante la exquisita fricción de la mano de Ji Yong en su entrepierna. Dio un pequeño apretón en sus testículos y entonces tomó la punta con cuidado acomodándose encima de ella con precaución. Seung Hyun le miró maravillado. Ji Yong se veía terriblemente candente ante sus ojos mientras hacía aquello.
El mayor le tomó de la cintura con cuidado para darle seguridad mientras él se sentaba sobre su erección lentamente hasta llegar fondo. No pudo evitar gruñir al sentirse completamente dentro de Ji Yong.
-Ah-
Ji Yong tapó sus labios con su mano antes de que pudiera gemir más fuerte. Le miró fijamente y entonces sonrió.
-Silencio, cariño…
-Se me está haciendo difícil –susurró con su voz ronca besando su mentón.
Seung Hyun acarició el trasero de Ji con fuerza, estrujándolo contra él mientras comenzaba a moverse lentamente sobre su cuerpo. Ji Yong cerró los ojos fuertemente y apretó sus labios con fuerza.
El pelinegro se dedicaba a besar su cuello y morder con fuerza de vez en cuando sectores entre su pecho y su cuello. Con sus manos libres apretó sus pezones y jugueteó con ellos mientras Ji Yong se movía lentamente.
Bajó sus manos a las caderas del menor y comenzó a ayudarle a que agilizara los movimientos. Ji Yong gimió y apretó sus labios para contener los ruidos mientras se afirmaba del pecho de Seung Hyun con fuerza. Si tuviera uñas largas, quizás, ya tendría arañado todo el pecho del mayor, pero como no era así, simplemente no dejaba marcas.
Ji Yong abrazó el cuello de su marido y besó con fuerza cada parte de su rostro, dejando pequeños besos en cada parte hasta besar sus labios castamente. Pronto el pelinegro profundizó el beso y sus lenguas se encontraron en una batalla, casi al momento en que sintió una punzada en su próstata, se separaron y Seung Hyun tapó la boca de Ji Yong y mordió su labio inferior sintiendo la entrada de Ji Yong contraerse con fuerza.
-Mmmm… -Ji dejó caer su frente en su hombro y Seung comenzó a masturbarlo al mismo ritmo de los movimientos haciendo que se estremeciera entre sus brazos. –Seung… -susurró lo más parecido a un gemido en su oído. –Te amo… mmm…
Le encantaba con Ji Yong decía que lo amaba entre gemidos en pleno acto sexual, lo decía casi con desespero, con la clara intención de que supiera con todas sus fuerzas que lo amaba. Como si fuera lo que más necesitara decir en el momento. Y él siempre iba a responder de la misma manera, acariciaba su cabello con suavidad, le besaba lentamente y luego le miraba directamente a los ojos.
-Mmm… Yo te amo mucho más…
Apretó su erección y Ji Yong ahogó un gemido contra su cuello y se aferró más aún a su espalda con fuerza. Los movimientos se hicieron más rápido hasta que Seung Hyun sintió que la entrada de Ji Yong se contraía con demasiada fuerza.
-S-Seung Hyun…
Ji Yong no pudo evitarlo, terminó por correrse completamente y segundos después el mayor terminó en su interior sin poder aguantar un minuto más.
Se quedaron en silencio, el menor se dejó caer en el pecho de su marido y este comenzó a acariciar su espalda con suavidad. Ji besó su hombro y entonces intentó incorporarse, se puso de pie lentamente saliendo de la tina y se metió a la regadera para limpiarse totalmente. Seung Hyun no demoró en llegar a su lado también.
No demoraron más de cinco minutos y salieron silenciosamente. Se secaron y pusieron los pijamas relajadamente, esta vez sí estaban cansados, pero valía la pena totalmente. Ji Yong se metió en la cama y en menos de un minutos se escabulló entre los brazos de Seung Hyun. Amaba dormir entre sus brazos, casi como un bebé a que le hacían cariño mientras dormía.
Le miró fijamente varios minutos y le regaló una sonrisa y un beso suave. Jamás en la vida había amado e iba a amar a alguien con tanta fuerza como amaba a Seung Hyun.
-Te amo, Seung. Muchísimo.
-Yo te amo mucho más, mi amor.
Escondió su cabeza en su pecho. Sabía que el resto de su vida era a su lado y su familia, donde también incluía a los chicos y sus hijos, porque ellos también eran como su familia. Sonrió grandemente y se quedó dormido con el corazón rebosante de felicidad.
~
-¡Hyuuuuuuungs! –Seungri entró escandalosamente y Ji Yong quiso golpearlo con todas sus fuerzas. –Arriba, Hyungs. Sé que estuvo buena la noche, pero necesitamos tomar desayuno y ordenar, debemos volver a Seoul. Se terminaron las vacaciones.
-Ah… -Seung Hyun suspiró.
-Déjame en paz –Ji Yong gruñó girándose.
-¡Hyung, te digo que te levantes! ¡El tiempo es oro!
-¡Joder, Ri! –Gritó frustrado.
-¡Papaaaaaaaaaaaaaa!
-¿Por qué? –Ji Yong dio patadas en la cama. Tae Hee se subió hasta la cama y se sentó encima de su espalda a caballito.
-Papi, ¿puedo ponerme una camiseta sin mangas hoy? ¿Puedo?
-Dios… -Ji Yong se maldijo internamente cuando lo sintió saltar en su espalda. –Ponte lo que quieras.
-Yeeeeeei –el niño salió corriendo a toda velocidad de la habitación.
-Papi, ¿puedes decirle a Seung Jo que se quite el abrigo? –Su Ah miraba con el ceño fruncido a Seung Hyun.
-No quitando –el niño hizo un puchero.
-¿En qué te afecta que tenga el abrigo? –Seung Hyun les miró cansado.
-Me da calor.
-¿Por qué te da calor a ti si él lo tiene puesto? –Ha Na rodó los ojos desde la puerta.
-Ha Na, no vas a salir con ese diminuto vestido –Seung Hyun le miró seriamente.
-¿Qué tiene? –Ji Yong la miró. –Se ve bonito, cariño.
-¡No va a salir con eso, Ji!
-¡No exageres!
-¡No exagero! ¡Está cortísimo! –La miró de nuevo. –Te cambias. Tienes cinco minutos. No vas a salir con eso.
-¡Siempre eres igual, papá! –Ella se cruzó de brazos y salió echando chispas.
Los dos pequeños corrieron tras ella. Ji Yong intentó incorporarse y le miró.
-Seung, el vestido estaba re bonito.
-Ji. Ni Ha Na, ni Su Ah, ni tu tienen mi permiso de andar mostrando las piernas. Ya dije. No es NO.
Aclaro y cerró los ojos indignado. Ji Yong le miró y entonces suspiró. Dejó caer su cabeza en su pecho y le besó.
-Tan celoso siempre –suspiró.
-Yo los estoy cuidando.
-Está bien –se rió mientras cerraba un poco los ojos.
-¡PAAAAAAAAAAAAAAAPI, MIRA LO QUE HIZO TAE!
Sintió los gritos de Su Ah desde la sala y quiso golpearse.
-¿Por qué tuve tantos niños, Dios?
-Creo que se acabó el descanso.
-¿No podían ser dos solamente?
-¿No quieres uno más?
-¡No juegues con eso, Seung! –Ji Yong le miró con el ceño fruncido. –Apenas puedo contigo y los niños.
-¿Por qué conmigo? Me porto bien.
-Ajá –Ji Yong se echó a reír. –Vamos a levantarnos.
Seung Hyun le tomó de la mano y lo atrajo hacia él dejando que cayera en su pecho.
-Te amo –le besó suavemente.
-Te amo más.