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Golpes de la realidad por Samantha0507

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Notas del capitulo:

Hola, mucho tiempo, les cuento, mi vida esta patas para arriba, la u me quita demasiado tiempo, la pega esta densa, las cosas cambiamn y me tienen super tensa, pero bueno estoy esforzandome un poco más.

Además hace una un tiempo una persona comenzó a poner mi  mundo de cabeza, aunque hay ciertos factores que me tienen complicada, por ejemplo que es menor que yo, que le gusta alguien y un sin fin de cosas.

Además siento que me esconde cosas y eso me tensa, bueno les dejo un capitulo con un poco de verdad.

 

y un mensaje PEQUE!! CREO QUE TE QUIERO??

 

 

jajajja espero les guiste 

Aomine se quedó observando los cuneros donde el bebé de Himuro descansaba. El niño había nacido fuerte, dormía acurrucado en una mantita de color celeste, el moreno simplemente recordaba cómo había sido la primera vez que había sostenido a Ryou entre sus brazos.

 

—Siento miedo de dejarlo caer. — Himuro estaba parado tras el moreno. — Izuki se durmió, Midorima dice que es mejor dejarlo descansar y Ryota fue por algo para que comamos, acabo de darme cuenta que no he probado bocado desde el almuerzo.

 

—Es normal, es la emoción.

 

—Supe que Ryou está bien, me alegro mucho. —Daiki asintió sin despegar la vista del bebé, nuevamente recordaba que él había perdido un bebé. —te debo una, mi hijo podía haber muerto y Shun Dios, si algo le pasará, realmente no sé qué cómo habría podido continuar si a ellos les hubiese pasado algo, la verdad te debo una muy grande, así que lo que necesites, cuentas conmigo.

 

—Himuro.

 

—Ven Aomine, sígueme. — Tatsuya y Daiki caminaron hasta una de las salas de espera que estaba vacía, Kise los había divisado, pero algo lo obligó a mantenerse alejado, decidió que lo más sano era dejarlos conversar. — ¿te sientes identificado con Shun verdad? Con como mi hermano e incluso Tetsu lo tratan y como todos te trataban a ti cuando volviste.

 

—De alguna forma siento que se parece a como me tratan a mí, siento que Izuki hizo algo como lo que hice yo, pero no quiero indagar.

 

—Bueno la verdad es que no te equivocas, Shun hizo algo que nos afectó mucho a todos, en especial a mí, terminé haciendo estupideces, ya sabes, las misma que Kise hizo.

 

—Intentaste suicidarte. — Daiki bajó la cabeza, para luego observar el gesto desolado en el rostro del mayor.

 

—Izuki Shun estaba enamorado de alguien más cuando comenzamos nuestra relación. —Himuro se puso de pie mirando por una de las ventanas que daba al exterior. — recuerdo que solo podía suplicar que me mirara, suena un poco patético, pero me enamoré cual quinceañera, Shun estaba enamora del capitán de Seirin, no sé si lo recuerdas.

 

—Uno que llevaba lentes ¿verdad?

 

—Sí, Hyuga, él no es realmente una mala persona, es solo que todo se volvió extraño y bueno las cosas no salieron bien para nadie, después del campeonato y que Seirin ganara Hyuga comenzó una relación con Reo, uno de los compañeros de Akashi, fue en ese tiempo que conocí a un despechado Shun, que acepto acostarse conmigo.

 

Shun se acercó al del lunar con la clara intención de llevarlo a la pista con él, realmente había llegado a la disco solo con la idea de mirarlo de lejos, la fiesta era exclusivamente para basquetbolistas, por lo tanto no había riesgo de que alguien les hiciera problema, mientras todo estuviera bajo control.

 

Himuro se había dejado llevar por las sedosas manos de ojo de águila, no supo en que minuto, pero los brazos de Shun habían terminado en su cuello, obligándolo a acercarse más y más a los labios del otro.

 

Himuro no había desaprovechado el momento y rápidamente había tomado posesión de los rojos labios de Izuki, las lenguas de ambos juguetearon por largos minutos, deseándose un poco más, finalmente retomaron la distancia cuando ambos habían perdido el aliento.

 

Izuki no dijo nada, solo miraba fijamente algo cerca de las mesas, con cautela Tatsuya siguió su mirada hasta encontrarse con el capitán de Seirin mirándolos fijamente.

 

Me usaste. fue un susurro, pero estaba seguro de que Shun lo había escuchado.

 

Lo siento, pero no tengo ningún interés por ti Himuro, eres guapo y todo, pero quien realmente me interesa es Hyuga, el beso fue realmente placentero, quizá podrías ayudarme, si logro que Hyuga se ponga celoso y le haga una escena a Mibuchi es probable que logre que estos se separen y que me escoja.

 

Yo…

 

Sé que suena horrible Himuro, pero soy quien más lo conoce, además de Kiyoshi, Reo llegó a su vida recién y cree que puede quitarme algo que es mío.

 

Te ayudare entonces. Himuro no levantó la cabeza, sabiendo bien la estupidez que estaba diciendo.te ayudare a darle celos, con una condición, debes salir conmigo.

 

¿salir? ¿En una cita? Eres realmente extraño, te voy a usar y aun así quieres entrar en esto, bueno la verdad es que quieres entrar en mí. dejó salir una sonrisa pícara antes de rodear nuevamente el cuello del moreno y devorarlo nuevamente.

 

Las semanas fueron pasando Himuro planeaba cada cita con mucho detalle, sentía a Shun cercano y feliz, muchas veces el nombre de Hyuga no salía durante todo su tiempo juntos, de alguna forma la esperanza iba creciendo en el pecho del mayor.

 

La cuarta cita fue la que comenzó a desencadenar el caos que toda esta locura estaba provocando, Himuro había invitado a Shun al cine esa tarde, luego cenarían y por primera vez el ojos de águila se quedaría en el departamento del otro.

 

Estaba en la puerta del cine esperando al moreno, se sintió un poco nervioso al paso de los minutos, llegó la hora de la entrada a la película, pero nada, cerca de las 8 se decidió a marcarle, sintiendo como su pecho se comprimía poco a poco.

 

Himu…un jadeo escapo de los labios de Shun, Tatsuya simplemente se paralizó sintiendo que el alma salía de su cuerpo. Himuro, lo lamento, surgió algo. pudo escuchar como la voz del moreno se agitaba, su respiración se entrecortaba, realmente parecía que estaba teniendo sexo con alguien.

 

Yo. un nudo se formó en el antiguo miembro de Yosen. está bien, disculpa las molestias.

 

Cortó la llamada caminando de forma cansada, el cuerpo le había empezado a dolor, su pecho dolía como no podía recordar le hubiese dolido jamás.

 

Llegó a la puerta de su apartamento cuando una arcada le subió por la garganta obligándolo a recargar su cabeza sobre la madera, se empezó a sentir mareado, tenía nauseas, en cualquier minuto terminaría vomitando.

 

Entró lo más rápido que pudo inclinándose sobre el fregadero de la cocina, dejando salir todo el contenido de su estómago.

 

Se enjuago la boca y se fue a la cama, no quería llamadas, no quería visitas, no quería tener que hablar con nadie, se sentía realmente mal, apoyo la cabeza en la almohada sintiendo una punzada de dolor, cerró los ojos deseando que todo esto fuera un mal sueño.

 

Una suave caricia lo despertó, Shun estaba a su lado acariciándole la mejilla.

 

Hola. Tatsuya inmediatamente notó como los ojos de Shun estaban hinchados y rojos, por sus mejillas los surcos de las lágrimas aun podían distinguirse.

 

¿Shun, que ocurre?

 

Me acosté con Hyuga.una puñalada en lo más profundo de su pecho habría sido menos dañinas que esa oración o al menos así lo podía sentir Tatsuya. me llamó Reo, cuando me penetro, solo podía decir su nombre, Reo, Reo, Reo, nunca lo estuvo haciendo conmigo, nunca fui Shun.

 

Nuevas lágrimas bajaron de forma caudalosa por el rostro del ojo de águila, sufría y eso era algo que Himuro no podía permitir, olvidándose de su propio de dolor, de lo terrible que se sentía saber que alguien había tomado lo que él tanto deseaba, se acercó a Shun y lo rodeo con sus brazos llevándolo hacía su pecho, el cuerpo de Shun olía diferente, nuevas ganas de vomitar lo embargaron, pero simplemente se contuvo apretando el cuerpo del otro con toda su fuerza.

 

Pero las cosas tampoco mejoraron, Hyuga y Mibuchi no parecían realmente interesados en retomar su relación, Junpei había comenzado a desfogarse con quien era su mejor amigo, dejaba salir su frustración tomando el cuerpo de Shun cada vez que lo necesitaba, pero siempre terminaba suplicando por que fuera Reo quien estuviera nuevamente en su cama.

 

Izuki luego de cada encuentro, de cada vez que terminaba corriéndose volvía a los brazos de Himuro, quien lo consolaba esperando poder apaciguar su dolor.

 

Nadie lo había notado, pero Himuro estaba perdiendo peso, su salud no estaba realmente bien, las náuseas, la rabia de saber cómo alguien tenía aquello que tanto deseaba lo estaba matando, el tener que consolarlo y ver sus lágrimas, el saber que Shun se había acostado con Hyuga lo mataba.

 

Una tarde Shun había vuelto especialmente roto, se había cobijado en el pecho de Tatsuya llorando, pero no había dicho nada, Himuro no solía preguntar, prefería simplemente esperar que el moreno le explicara que le ocurría.

 

Mibuchi va a casarse.  Himuro se tensó. por eso discutieron, Mibuchi estaba comprometido en matrimonio, pero no se lo había dicho a Hyuga.Tatsuya sabía que si Reo se casaba el simplemente perdería a Shun para siempre. Hyuga me pidió que me mude con él y le dije que sí.

 

Ninguno dijo nada, simplemente se quedaron abrazados sobre el sofá, era como una extraña cuenta regresiva.

 

Dos días después todos se habían enterado de la nueva relación que mantenían los dos antiguos miembros de Seirin.

 

Himuro estaba encerrado en su departamento, no contestaba las llamadas de nadie, simplemente se había cerrado en que no deseaba saber nada de nadie.

 

No había querido decirle a nadie, pero sus padres se habían enterado que era homosexual y las cosas se habían salido de control, le prohibieron llamar e incluso mandarles un correo, quisieron cortar cualquier tipo de contacto con su único hijo.

 

Himuro había escuchado por Kagami que Shun no se veía realmente feliz, pero él no era quien para tratar de buscar al ojo de águila, después de todo el solo era un pañuelo lágrimas.

 

Tatsuya trataba darse ánimos al paso de los días, pero nada parecía funcionar realmente,  todo colapso una tarde de miércoles, sus caminos se cruzaron, Himuro pudo sentir la bilis subiendo por su garganta, cuando un ojeroso y pálido Shun trataba de llamar la atención de su pareja.

 

Himuro se quedó quieto simplemente observando, Shun revoloteaba de un lado para otros, pero Hyuga simplemente seguía su paso sin si quiera dedicarle una mirada, dudaba mucho que le estuviera poniendo atención, estaba realmente seguro que el megane probablemente tenía su mente ocupada con la imagen de otro azabache que posaba en un afiche cercano.

 

Mibuchi era hermoso, incluso al nivel de quitarle un par de contratos a Kise, el rubio últimamente no había estado apareciendo de forma público, al parecer el quiebre con Aomine no le había dejado muy bien.

 

Hyuga comenzaba a verse molesto, incluso irritado, tomó a Shun de la cintura y lo oprimió contra su cuerpo, evitando que se siguiera moviendo como un niño pequeño, mientras juntaba sus labios de forma brusca, Himuro había visto la escena sintiendo nuevas nauseas, el del lunar simplemente se inclinó dejando salir de su cuerpo el contenido de su estómago.

 

Cuando logró recuperarse la presión en su pecho, la angustia y las ganas de llorar simplemente se habían hecho dueñas de él.

 

Volvió a su departamento, sentía la pena creciendo en su pecho, ya ni siquiera podía recordar cómo se sentía el cuerpo de Shun, cerró los ojos con fuerza, pero la escena del beso se repitió obligando a vomitar en el suelo del baño.

 

No podía, simplemente no tenía ganas de soportar, no tenía interés de seguir con todo lo que estaba pasando, solo por ahora quería irse muy lejos, del dolor, de la soledad, de su propia vida, tomó un frasco de antinflamatorios que guardaba en uno de los estantes del baño, solo quedaban 3, realmente no lo ayudaría, no tenía cervezas, ni vino, ni una sola gota de alcohol.

 

Y en su desesperación por liberarse del dolor sus dedos rozaron la fría hoja de uno de los cuchillos de su cocina, el metal brillaba con el reflejo de la luz de la sala, sus dedos tomaron suavemente el arma dejándolo frente a sus ojos.

 

Se tomó las pastillas y luego se dejó caer apoyando la espalda en el costado de la cama, levantó el cuchillo y simplemente lo deslizó a lo largo de su antebrazo.

 

La herida comenzó a sangrar de forma brusca, la herida había sido profunda, con verdadero intensión de hacerse daño,  nuevamente oprimió el cuchillo en su antebrazo, propinándose una nueva herida, repitió la acción varias veces, hasta que las fuerzas de sus brazos disminuyeron, se estaba mareando y el sueño se estaba haciendo presente en su cuerpo.

 

Lo único que pudo repetir fue el nombre de Shun, antes de caer en la inconciencia.

 

 

—Luego de eso desperté en una cama de hospital, amarrado de pies y manos, para no hacerme daño nuevamente.

 

—Himuro. —Aomine estaba perplejo ante la historia. — ¿Quién te encontró?

 

—Shun. — Himuro sonrió con deje de melancolía en el rostro. — nunca me dijo como fue, sé que hablo con mis padres y ellos simplemente le dijeron que yo no era su hijo, que del marica tenía que encargarse su novio o el que fuera al que le abriese las piernas, o algo así, realmente fue muy compasivo conmigo.

 

— ¿Pero lo perdonaste?

 

— ¿Cómo no hacerlo? Lo amaba, lo amo, además dejó a Hyuga y a pesar de todo, se quedó a mi lado, estuve un par de meses sin decir nada, simplemente me quede como muerto, no quería hablar, ni comer, ni menos existir, finalmente fue Kagami quien decidió internarme, Shun iba cada dos días a visitarme y trataba de no encontrarse con Kagami.

 

—Fue ahí donde Kise y tú afianzaron su amistad.

 

—Exacto, Ryota llegó un día, al igual que yo había intentado quitarse la vida, el aborto lo había deprimido.

 

— ¿era mi hijo?

 

—Sí, para Kise solo existe tú Aomine, te respeta o  respeta sus sentimientos de forma ciega. — Himuro se quedó en silencio pensando como continuar. — fue en la cancha, Shun me lo dijo, simplemente empezó a sangrar, Kise me contó que el bebé no estaba en el lugar correcto, por eso era imposible de detener, pero los primeros meses se sentía sumamente culpable, no era capaz de darse cuenta que no era su culpa, en el fondo uno jamás deja de culparse.

 

— ¿Aun tienes miedo Himuro? De que Shun…

 

—Se marche. — sonrió de forma melancólica. — en el fondo nunca mejoré, simplemente me aferré a aquello que me hundió, es lo único que puede mantenerme a flote.

 

Se quedaron en silencio esperando que alguno quisiera continuar la conversación, pero no existieron más palabras, simplemente se acompañaron por muchas horas.

 

Ya en la mañana, Aomine caminó en silencio encontrándose con Kise dormido en una silla junto a la cama donde su pequeño hijo dormía, el rubio había cuidado a su hijo todo el tiempo.

 

Cuando Kasamatsu se presentó para avisarle que podían llevarse al pequeño Ryou, decidieron contarle al menor que el bebé de Shun ya había nacido.

 

— ¿Pedemos vedlo? — Ryou estaba ilusionado—- pofavod.

 

—Pero amor estas enfermito aun, debes descansar.

 

—Pedo…

 

—Vamos Aominecchi, sé que Shun se moría por presentarle al bebé.

 

Con mucho esfuerzo lograron el permiso para que Ryou ingresara, Aomine no podía negar que la escena ante sus ojos era hermosa, Shun sostenía al pequeño sobre su pecho y este no paraba de succionar, realmente tenía hambre.

 

Repentinamente los ojos de Shun se llenaron de lágrimas, preocupando a los hombres a su alrededor.

 

—Hice tanto daño y me dieron este hermoso regalo, siento que estoy soñando.

 

—Shun…— Himuro quería decir algo, pero Shun estaba dejando salir todo lo que tenía en su corazón.

 

—Tatsuya te amo tanto, fui una horrible persona, me aproveche de ti y realmente lo siento, pero esto, este pequeño es la prueba del amor que siento por ti, daría mi vida por ti Tatsuya, espero que me puedas perdonar, que nos puedas amar sin rencores del pasado, tú hijo y yo…—Sus palabras se entrecortaban. — tú hijo y yo te amamos tanto, verdad que amas a papá y a tus tíos…—pequeños surcos se marcaban el mejillas del ojos de águila, el bebé abrió los ojitos, al parecer la voz de su madre le llamaba mucho la atención, se alejó del pecho del moreno. — no bebé, toma, aun tienes que comer mucho y crecer, para que puedas jugar con Ryou y con papi. — Shun no paraba de llorar.

 

Himuro se acercó acariciando las mejillas del bebé,  se acomodó junto a Shun dejándolo llorar, Aomine, Kise y Ryou se quedaron observando la escena, Himuro amaba a quien lo había llevado al extremo de querer quitarse la vida, lo amaba tanto que ahora estaban formando una familia sobre una herida que había calado muy profundo en ellos, pero estaban juntos, con la cabeza en alto, enfrentando el futuro.

 

Aomine simplemente deslizo sus dedos entre las finas manos de Kise, quizá era minuto de que su ángel y él se dieran una nueva oportunidad.

 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero sus piedras!!!!


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