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Golpes de la realidad por Samantha0507

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Notas del capitulo:

Este cap está dedicado a todos los que lo quieran leer.... lo siento, es que de verdad es que no he dormido realmente poco y solo me queda una semana de u, aunque aún no son vacaciones del trabajo, pero al menos llegaré a mi casa temprano y podré empezar con mi próximo proyecto, bueno dejaré un poco los fanfic y las convocatorias, no dejaré mis fic en desarrollo, ni las convocatorias, pero no creo que comience nada nuevo hasta que me estabilice en lo que quiero comenzar

 

Espero nos les moleste nos leemos 

los adoro a todos 

A veces las cosas eran mejores a la luz, sabidas por todos, se alivianaba tú carga, por un segundo era lo que había sentido Kise cuando Aomine simplemente había descubierto la verdad.

 

El rubio estaba sobre su cama con un pequeño Ryou acurrucado a su lado, quien se aferraba a su camisa mientras soltaba pequeñas risitas, el rubio imagino que este debía estar soñando algo muy bonito.

 

Aun podía recordar el rostro de Aomine, habían pasado 3 días desde que el moreno había descubierto toda la verdad o al menos esa dolorosa parte que había deducido, aunque en algún punto se sentía realmente bien,  una parte de él estaba más libre, más liviano que ahora compartía esa triste etapa de su vida o al menos compartía ese secreto con alguien más.

 

Se sentía un poco cansado, a pesar de que era su día libre, pero la verdad es que necesitaba tiempo de descanso, para dormir, simplemente estar tranquilo, cubrió al pequeño niño y cerró sus ojos, dejándose llevar por el sueño, después de todo Aomine estaba buscando trabajo y estaría solo con el pequeño el resto de la tarde.

 

En otro de lado de la ciudad Aomine camina desganado y cansado, habían pasado varias horas que había salido de la casa de Kise en busca de un empleo, pero nada, en todos lugares en los que se había presentado había salido con alguna negativa, de manera directa e indirectamente, sabía que era difícil, cuando estaba fuera de Japón y su hijo recién había llegado al mundo la verdad es que tampoco había sido fácil, pero ahora realmente estaba necesitado.

 

Se sentó en un parque, eran cerca de las 6 de la tarde y de las 7 entrevistas, ninguna había terminado con una remota palabra o signo que le diera alguna posibilidad al moreno, cerró sus ojos recordando lo que había pasado días atrás con Kise y con su pasado junto a Himuro, realmente se sentía agotado con la pura idea de pensar en el rubio haciendo todas esas cosas.

 

La noche en la que se había enterado del intento de suicidio las pesadillas los habían acompañado, no podía sacarse de la cabeza la idea del rubio quitándose la vida una, cortándose las venas, llorando, sufriendo, realmente sentía la escena tan viva frente a él, que de verdad había estado teniendo insomnio.

 

Dejó salir el aire de sus pulmones, esperando recuperar las fuerzas, sus ánimos y sobre todo su deseo de continuar, realmente debía llegar a casa y ver a su hijo, debía sonreírle su pequeño sol lo estaba esperando mientras él no llevaba más que malas noticias.

 

Se dedicó a mirar el cielo, mientras la tarde caía, el azul grisáceo cambiaba lentamente por un rosa pálido.

 

Hasta que algo repentinamente llamo su atención, las calles estaban vacías, realmente estaba frío el ambiente y la gente caminaba rápidamente de vuelta a sus hogares, probablemente llovería nuevamente; al percatarse de cierto moreno en una de las esquinas del parque que discutía con otra persona.

 

Se puso de pie tratando de acercarse de forma silenciosa, notando como Kagami levantaba el tono de su voz.

 

-Mientras estés a su lado él debe olvidarse de que es mi hermano.

 

-Por favor Kagami, te extraña mucho, dale una oportunidad, no está bien, no podrá recuperarse si no estás a su lado…

 

-¡BASTA! NO PUEDES DECIR UNA MIERDA COMO ESA IZUKI-KUN, PUNTO UNO ÉL CULPABLE QUE YO NO PUEDA ESTAR JUNTO A MI HERMANO ES TÚ MALDITA PRESENCIA EN SU VIDA, SEGUNDO EL MOTIVO PARA QUE NO MEJORE ES QUE LO QUE LO ENFERMO SE MANTIENE A SU LADO.- el tigre estaba furioso o al menos eso sentía Aomine, realmente le estaba molestando el trato que el pelirrojo estaba teniendo con Shun, después de todo estaba embarazado y la verdad es que no solo por ser hombre el embarazo es delicado, cualquier embarazo lo es.

 

-¡por favor Kagami! Este niño será tú sobrino, no puedes dejarlo sin tú presencia...

 

-¡ESE NIÑO NO DEBERÍA EXISTIR, SI QUERÍAS QUE MI HERMANO MEJORARA DEBISTE ALEJARTE, DEBISTE MANTENERTE ALEJADO DE ÉL, NO HABERLO OBLIGADO A ESTAR A TÚ LADO!

 

-¡NO HABLES MAL DE ESTÉ NIÑO!- Shun se exalto sorprendiendo no solo al tigre, si no al moreno que se encontraba oculto, pero tuvo que doblarse sobre sí mismo cuando un fuerte tirón en su vientre lo hizo gemir.

 

-IZUKI.- Aomine salió de donde estaba escondido dándole apoyo al cuerpo del pelinegro.-respira, eso tranquilo, respira…que demonios te pasa Bakagami, está embarazado, no puedes tratarlo así.

 

-¡NO TE METAS AHOMINE!- El moreno miró al pelirrojo, este aún se veía molesto, pero podía notarse la preocupación en el rostro del tigre.- MALDICIÓN…Solo deja de intentarlo Shun, no quiero estar cerca de Tatsuya mientras esté a tú lado, mientras tú estés en la vida mi hermano realmente no me interesa mayor relación con él.- Taiga se giró dándole la espalda a los dos hombres, mientras Shun dejaba las lágrimas bajar por su rostro.

 

-Izuki, escúchame tienes que calmarte, vamos debes dejar de llorar.- Aomine lo llevó a una banca y el moreno se acurrucó contra el pecho del basquetbolista.- basta, debes calmarte en serio debes calmarte.

 

-Lo…lo siento...es…es que….due..ele.- No podía dejar de llorar, Aomine lo sabía o al menos comprendía que ese dolor no era físico, eran las palabras de Kagami, era esa mirada, era todo eso, era exactamente igual como la generación de los milagros lo miraban a él.

 

-tú eres la razón por la que Himuro intentó suicidarse.- eso fue todo lo que necesito decir el moreno para lograr hacer que los sollozos de Shun se incrementaran.- shhhhhhh…. Tranquilo te lo pido, debes calmarte.

 

-Es que…que es …ver…erdad.- lo miró con el rostro pálido.- yo…lo pro…provoque…si no fuer….fuera por mi culpa Tatsuya estaría bien, no pasaría tanta soledad…Kagami estaría a su lado…soy lo peor.- Aomine lo apretó contra su pecho.

 

-No es verdad…sé que no conozco a Himuro, pero si algo se puede ver es que te ama, es que adora el tenerte a su lado y que no le gustaría oírte hablar así.- Aomine no era cálido, ni tierno, pero era un padre y en ese minuto Shun necesitaba ser protegido, necesitaba alguien que lo comprendiera.

 

Pasaron los minutos y Shun logró calmar su llanto, aunque aún se encontraba doblado sobre sí mismo apretándose contra el moreno, aferrado a su camisa.- Yo creo que eres muy bueno Aomine, realmente bueno.

 

-No lo soy, realmente con lo que vi hoy tú y yo tenemos eso en común…- Shun no levantó, pero ambos estaban seguros de la mirada del otro, Shun no necesitaba confirmárselo, la tristeza de Kise, ese momento de dolor que lo había llevado a intentar quitarse la vida era realmente su culpa, solo le basto ver la mirada de Kagami sobre Izuki para entenderlo, era la misma mirada que Kuroko, Midorima e incluso el mismo Akashi le propinaba cada vez que se veían.

 

-…Sabes…eres un gran padre…y una gran persona…no te conocí cantes de marcharte, tampoco vi lo que realmente paso con Ryou-chan y contigo , menos como fue tú actitud con él, pero realmente se lo que es cambiar, por alguien que amas.

 

-yo no amo a Kise

 

-No lo niegues, se te nota en cuando lo miras, te puedo dar un consejo.- Shun se alejó y Aomine no pudo empezar dejar salir una risita cuando notó lo roja que se le había puesto la nariz al más bajo.- no te burles, habló en serio… - Aomine recuperó la compostura.- amar a un suicida es algo difícil, ellos se deprimen, sufren, Kise y Tatsuya aun sienten vergüenza de lo que hicieron, pero realmente se han puesto de pie, solo que la base es demasiado débil, una suave brisa los puede tirar, pero tú lo puedes defender, tú tienes la llave de su felicidad.

 

Aomine sonrió al pelinegro, realmente Shun era un gran hombre.- gracias…- susurró, notó como se había puesto muy frío el ambiente.- creo que es mejor ir a casa.

 

Se pusieron de pie, pero un nuevo tirón en la parte baja del vientre Shun obligó al moreno a llevar cerca de su cuerpo al otro hasta el departamento.

 

Kise estaba en sillón con el pequeño Ryou en sus rodillas, mirando a un inquieto Himuro que caminaba de un lado para el otro de la sala.

 

-Demonios, el celular aún sigue apagado.- Himuro se dejó caer junto al rubio tomándose la cabeza con desesperación.- ¿y si le paso algo Kise? ¿si el bebé se adelantó?¿si lo golpearon?

 

-Tatsucchi calma, no creo que sea nada de eso, él debe estar bien.- El pequeño Ryou miraba a los adultos conversar, mientras llevaba su dedito a su boca.

 

-me dejó…- fue un susurro.- es eso verdad.- los ojos de Himuro se había aguado y su tono había cambiado de manera repentina.-…fue demasiado aprensivo, es obvio que para él he sido demasiado insistente…se fue…se llevó a mi bebé…-Himuro había comenzado a lamentarse cuando la puerta se abrió.

 

Himuro olvido su tristeza y tomo entre sus brazos a un débil Shun que era traído por Aomine, el moreno solo podía observar la preocupación y la dedicación que los brazos, que la actitud, que todo Tatsuya le entregaba a su esposo, luego miró a Kise, quien se veía feliz, quien parecía ser lo más hermoso que había visto en su vida.

 

Ryou estaba tan feliz que Kise solo opto por acercarse con el niño en sus brazos, quien rodeo el cuello del moreno obligando a que los rostros de los mayores quedaran sumamente cerca.

 

-Papi, papi, papi.-  ambos adultos se miraban, por primera vez Aomine notó las pequeñas marcas que se marcaban ahora en el rostro del rubio.

 

-Estoy en casa.- fue suave, pero Aomine se sentía tan llenó que no podía decir otra cosa en ese minuto,  llevaba tanto deseando sentir ese calor que ahora subía por su piel solo por tener a su sol tan cerca.

 

-Bienvenido a casa Aominecchi.- Kise lo miró llenó de ilusión y de esperanza,  haciendo el corazón de Aomine saltar desesperadamente, había algo que Shun no le había dicho, si quizás Shun y él  tenían la llave de la felicidad del antiguo miembro de Yosen o del mismo Kise respectivamente, pero si alguien podía asegurar Aomine es que ese rubio sería su eterna felicidad.

Notas finales:

Gracias, disculpen la demora 


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