Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Forbidden Love - ChanHun. por KiraKousuke

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Cabe aclarar que tanto como que Coreal del Norte es corrupto y tanto como que Sehun es gay, son mentiras. Es una historia inventada por mí, basándome en los comentarios de Internet sobre Corea, que por cierto, pueden llegar a no ser como lo dicen. 

Notas del capitulo:

 

 

La primera vez que ve a la madre de su amigo, también es la última. La plaza Kim II-sung se encuentra organizada, llena de centenares de personas que rodean a unas diez. Las pocas que se encuentran en el centro, están de rodillas, cabizbajas y a la espera de su ejecución; las lágrimas recorriendo sus mejillas. La madre de Luhan se encuentra entre ellas, su delito, ver novelas surcoreanas. Cuando son fusilados se oyen los gritos de las familias, que son acalladas vertiginosamente por los policías de la capital, proporcionándoles golpes con la porra. Sehun trata de silenciar a su amigo, colocándole su mano en la boca, sintiendo cómo de a poco el dorso se llena de líquido salado, entonces le abraza y le susurra que todo estará bien.

 

Luhan y Sehun tienen trece y doce años respectivamente.

 

Desde ahí son inseparables.  

 

Sehun es empleado de una pequeña cafetería que se encuentra fácilmente en el centro, aunque no es muy grande, la gente va diariamente a ella. A sus veinte años se gana la vida asistiendo a múltiples empleos. En las noches de los fines de semana trabaja de camarero en un bar, mientras que de día cuida mascotas y entre semana asiste a la cafetería. Es un horario muy apretado, pero es el bajo precio que tiene que pagar por haber dejado de asistir a la universidad. Sabe que su decisión no fue la más inteligente, pero la carrera que iba a hacer no le dejaría viajar como él quería, así fuera de una ciudad a otra. Siente que es un infierno no poder conocer la belleza de otros países, más que cualquier otra tortura.

 

Mientras recoge el último plato de la mesa es interrumpido por los bajos golpes que se dan a la puerta de cristal. Sehun abandona el plato en la cocina y cuando se encuentra con la silueta de su mejor amigo, deja de fruncir el ceño. Sin embargo, abre la puerta extrañado por su presencia y no duda en preguntar qué hace allí.

 

—Me quedaré en tu apartamento. —Dice Luhan mientras lava los trastes que había recogido el menor antes de su llegada. Sehun alza una ceja e indica los platos sucios.

 

—¿Es por eso que me has ayudado con los platos? —Su mejor amigo asiente y Sehun rueda los ojos. No le ha dado permiso de quedarse en donde vive, pero de todos modos, no es como si le molestara que lo haga, así que termina aceptando de todos modos.

 

Cuando ingresan al apartamento, Luhan retira su abrigo y mochila, dejándolos en una vieja silla con toda confianza como si se tratase de la vivienda propia. Ha convivido con Sehun en ese mismo lugar por más de dos años y aunque parece poco tiempo, es el suficiente como para adaptarse perfectamente. Claro, el mayor no disponía de todo su tiempo para visitar el lugar, pero, de los pocos días que lo había hecho, ya conocía todo el sitio. El chico de rasgos finos se recuesta en la cama, palpando un espacio libre para que el menor de los dos se haga a su lado. Sehun rápidamente capta la señal de su mejor amigo y en seguida va, pero en lugar de acostarse, sólo se sienta. Entonces decide preguntar, nuevamente.

 

—¿Me dirás por fin el porqué de tus repentinas ganas de dormir conmigo? —Aunque lo dice serio, no evita el colocarse algo incómodo al emplear las palabras incorrectas, pero es que le ha preguntado en todo el camino la razón por la que decide quedarse en su apartamento y el mayor sólo le responde que cuando lleguen a “casa” lo sabrá. Luhan esboza una sonrisa traviesa y por fin habla.

 

—¡Quiero ir al bar contigo! Oh, no importa si tengo que cuidar al perro mañana. Lo haré, ¡en serio! —Cuando el mayor empieza a hablar, no hay nadie quien lo calle. Éste sabe los horarios de Oh Sehun al pie de la letra, como que los fines de semana, es decir mañana y el domingo tiene que pasear perros, pero también ir a aquel bar que tanto desea conocer una vez más. Por el momento, Sehun únicamente cuida al perro de raza Beagle de su vecina, pues no le ha dejado tiempo para más; por ello Luhan se refiere al perro como singular. —¡Di que sí, por favor! Quiero que me presentes a algunas chicas…por ser el barman conocerás a muchas… preséntame a las más calientes. —Suplica el mayor, como si se tratara de pedir por comida o algo parecido. Sehun une sus labios, haciendo un “mh” con su boca, hasta que por fin accede.

 

— Vale, pero el dinero me lo quedo todo yo, ¿trato? —Espeta, haciendo referencia al dinero que recaudaría por cuidar al animal. Luhan sin pensarlo dos veces, salta de la cama a los brazos de sus amigos, asintiéndole varias veces con su cabeza.

 

Aquel iba a ser un día largo. 

Sehun despierta temprano, pues debe de recoger al cachorro por la mañana. Su vecina viaja todos los fines de semana así que en plena madrugada va a donde la señora de edad, pasando con Luhan por él. Como el mayor lo ha prometido, es él quien se encarga de pasear al perro, de darle sus alimentos, bañarlo y todo lo que hace su compañero el fin de semana. Luhan no se opone a nada y lo hace todo correctamente, así que cuando ya es de tarde, se encuentra exhausto, descansando en la cama de Sehun con el cachorro en su regazo, acariciándole el lomo con cuidado.

 

—Me gustó nuestro tiempo juntos. Gracias a ti, el tío Luhan follará esta noche, ¿no te parece genial, Innie? —Pregunta el chico de cuerpo frágil, hablando con el mismo perro que se encuentra sobre sus piernas. A un lado, Sehun se encuentra con su mp3, escuchando algunas canciones lentas y suaves con audífonos, por lo que no le es una tarea difícil reconocer lo que dice el mayor, pero prefiere hacer oídos sordos y fingir que no lo ha escuchado.  —¿Cómo debería vestirme? —El chino mira hacia el techo, tratando de hallar respuesta en él y mientras lo hace, el cachorro entre sus piernas intenta escapar, dando un bote hasta el suelo cuando lo hace, pero vale la pena al saber que ya no está acorralado por un extraño humano que habla solo o a él. Finalmente Luhan se coloca de pies y busca la ropa que se pondrá esa noche, encontrando un pantalón ajustado que remarca su bulto y una camisa negra sin mangas. —¿Qué te parece, Sehun?, ¿me vería sexy? —Inquiere colocando la ropa sobre su cuerpo, pero sin ponérsela todavía. El menor sólo le mira con expresión seria, pero después vuelve a perder su mirada, no sin antes asentir con simpleza. Luhan salta de una pata al recibir la afirmativa de su mejor amigo, así sólo fuese un simple asentimiento.

 

Ambos se encuentras arreglados cuando es de noche. Luhan está con las ropas que antes le había enseñado a su amigo, sumándose de un peinado sexy y un collar negro, ajustado a su cuello. Por otro lado está Sehun, que al ser el barman decide vestirse con más elegancia, llevando una camisa formal de color negro a rayas y un jean que también es pegado a sus piernas, remarcando más que nada su enorme culo. El descarado de su amigo se lo observa sin pudor alguno y a pesar de que Luhan no es gay, le da una nalgada.

 

—¡Qué buen culo tienes! —Exclama el mayor, pero aunque lo dice como completo pervertido, en realidad está bromeando. Sehun se sonroja sin cuidado y desvía la mirada.

 

—I-idiota, mejor salgamos. —Aunque el menor suele ser frío, manipulador y muchas veces, de malgenio lo usa como defensa ante las demás personas, pues en realidad es alguien muy tímido y actúa como niño, pero nunca muestra esa faceta suya, además de a sus padres, o bueno, a sus padres hace dos años; antes de que le echaran de su hogar por confesar abiertamente su homosexualidad ante ellos, la cual no aceptaron. Antes de irse al trabajo de Sehun, dejan cosas necesarias como agua y croquetas para que el cachorro no pase hambre ni sed, además de que dejan el apartamento bien asegurado.

 

Cuando ya están en el bar, Sehun se encuentra ocupado, siguiendo los pedidos de la gente; muchos ebrios ya. Pero para él, eso no es un problema ya que hace año y medio ha estado trabajando en el lugar, así que sabe cómo controlar a la gente, también sabe qué hacer para envolverla y que sigan comprando más licor, lo que significa una ganancia más para el bar y un buen sueldo para él. A pesar de que Sehun es gay, usa técnicas que ha aprendido hace medio año para conquistar a algunas chicas y que éstas le den una gran propina; prácticamente su vida en el negocio nocturno se trata de “quitarle” el dinero a la pobre gente ebria, pero no le preocupa,  porque para qué más estarían en un bar sino para embriagarse.

 

El joven descuida por un momento su oficio para echarle una miradilla a su amigo, que está a lo lejos en un gran sillón, rodeado por dos hermosas chicas que él mismo le ha presentado antes. Son agradables, sí, pero también son muy atrevidas. El menor sonríe, embobado por un momento hasta que una voz le saca de sus cavilaciones. El hombre que toma asiento en una de las sillas alrededor de la barra, le está mirando casi con lujuria.

 

—Eh, guapo, sírveme un vodka. —Sehun enarca una de sus cejas al escuchar ese comentario, ¿guapo? Já. Ese hombre deseaba ser fusilado. De mala gana el joven barman tomó una copa, llenándola de un líquido transparente y muchos hielos. Se la dejó en frente y el tipo, que a simple vista se veía que era realmente alto, le dio una gran cantidad de dinero, incluso más de lo que costaba aquel simple trago, a lo que Sehun realzó su ceja. —Si te doy esta cantidad de dinero… —Murmura el hombre con extraño acento. —¿Serás mío por esta noche? —Al oír eso, el menor realiza una cara de asco y le bota el dinero a la cara, importándole una mierda si a los clientes hay que tratarlos correctamente.

 

—¡Mira hijo de p-

 

Aunque el camarero quiere terminar su oración, llega otro hombre, uno más bajo que el anterior y este posa su dedo índice sobre los labios del chico que quiere soltar palabrotas. —No digas nada, no querrás que te despidan, ¿verdad? —Dice de forma amable, retirando el falange de la boca del menor, el cual está anonadado, sin palabras. Un completo desconocido había tocado sus labios y como si fuera poco, se había sentido bien. El muchacho se dirige a su amigo. —Y tú, Kris, ¿cuál es tu manía de sacar de quicio a los más chicos? Venga, tío, no seas molesto. Además, ya sabes que en Corea del Norte no aceptan la homosexualidad.  —Prosigue, pasando a rodear los hombros de “Kris” de forma cálida, mientras entrecierra sus grandes ojos. El más alto dice unas palabras entre dientes que Sehun no logra entender, pero que al otro sujeto le causa gracia. Finalmente el que ha llegado pide una simple margarita, Sehun se la sirve al instante.

 

—Como sea… en todo caso, no vamos a quedarnos mucho tiempo aquí, Chanyeol. —Comenta Kris, refiriéndose a su tiempo en Corea, mas no en el bar. —No estaría mal romper un poco las reglas, ¿eh? —El más alto toma de su bebida, haciéndolo en un solo sorbo, se relame los labios y mira a Chanyeol.

 

—Corremos el riesgo de ser sorprendidos, Yifan. —Cuando el menor le llama por su nombre real y no el de mote, sabe que habla en serio, así que asiente y sólo pide otro vodka, sin llegar a excederse.

 

El tiempo transcurre más rápido de lo normal. La charla entre Chanyeol y Yifan deja de ser seria y ahora se tratan como los amigos que son. Mientras eso pasa, Sehun les va observando y cada vez que piden bebida, se las entrega. No sabe porqué, pero realmente no se quiere aprovechar de ninguno de los dos, o más bien de Yifan, que es el que ya no está tan cuerdo; a pesar de que éste le cae mal desde un comienzo. Las horas siguen pasando, poco a poco se da cuenta cómo ya hay menos gente en el bar. Su amigo Luhan se ha marchado desde hace un buen rato, llevándose a sólo una de las chicas, puesto que la otra se había marchado de primeras. Sehun sólo niega con su cabeza, feliz por su amigo. Finalmente las dos torres se marchan y el menor siente un ligero vacío, pero no sabe a qué se debe.

 

 Ese roce… esos largos dedos.

 

Sacude su cabeza y cuando ya todas las personas se han ido —a las cinco de la mañana—, sale del lugar, dejando que el encargado lo cierre. Claro, tuvo que lavar las copas primero, haciéndolo en menos de nada. Cuando está afuera del lugar, introduce sus manos a sus bolsillos, pensando en sólo una cosa.

 

Chanyeol.

 

Es insoportable tener a una persona que no conoce insertada en su mente, en sus pensamientos, cuando sólo la conoce hace cinco horas. Para colmo, se trata de un hombre. No es como si le moleste su homosexualidad, sino que por el contrario, le molesta que no pueda ejercerla abiertamente o contarle a alguien para que le apoye. Una vez lo hizo y sólo recibió que lo echaran de su propio hogar para vivir en un apartamento con apenas un poco mesada, la que duró apenas medio año, ya que después tuvo que mantenerse por él mismo.

 

El chico está cabizbajo, observando nada más que sus pies, siguiendo una calle hasta su apartamento, que aunque no quede cerca, prefiere caminar en las noches. El ruido de la ciudad se disipa por esas horas y es agradable para el oído aunque no escuche nada. Aunque suene ilógico, se escucha el sonido del silencio y es sensacional. Pero unos pasos hace que se detenga y por alguna extraña razón, no siente miedo, sino que siente esperanza, esperanza de encontrar al chico que desconoce del todo, sabiendo sólo su nombre. Rápido, fugaz, alza su cabeza y con lo primero que se encuentra es con una alta figura, un chico de una hermosa sonrisa y ojos enormes. Entonces Chanyeol dice.

 

—Te encontré.

Notas finales:

¿Cómo les ha parecido? Dejen sus review, ya sea por alguna crítica constructiva o algo<3. HAHA. Nos vemos en el siguiente capítulo, asljkñ. Por cierto, no me he equivocado al nombrar a Luhan como "chino" aunque estén en Corea del Norte; es algo que después cobrará sentido. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).