El amor es un sentimiento inexistente en el país que es gobernado por una dinastía corrupta. Los dictadores Kim imponen múltiples normas indecorosas, que de no ser cumplidas o violadas, se paga con cárcel en un campo de concentración o en su máximo exponente, con la pena de muerte de la persona que comete el acto. Allí están prohibidas las llamadas internacionales, salir del país, hablar mal de los gobernantes, ver canales televisivos no autorizados, el ingreso a Internet, entre muchas otras. Los ciudadanos viven atemorizados, pendientes de no cometer error alguno y si así se hace, viven con horror de ser descubiertos.

En un lugar rodeado de personas intolerantes, el ser homosexual está mal visto y aquel pecado es pagado con la pena de muerte. En Corea del Norte no existe el amor, las personas nacen con el fin único de traer a otras personas al mundo, que servirán de fieles sirvientes que acatan las leyes; este Corea no es un país, es un régimen total. Es por eso que la homosexualidad es un pecado, es asqueroso, está mal visto y es amonestado.

¿Qué pasa cuando esta última norma es violada?, ¿qué pasa cuando en un mundo sin color, el amor derriba los grises, intercambiándolos por unos colores intensos, llamativos?, ¿qué pasa cuando no corresponde amar a quien amas?, ¿arriesgarse y tener la posibilidad de ser asesinado?, ¿o arriesgarse y poder escapar del control de una dinastía corrupta?