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Bizarro. por cristinita9509

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Notas del capitulo:

Lamento tanto el retraso, de verdad lo siento, pero la universidad me ha tenido realmente ocupada, se supone que me daría tiempo de actualizar en la semana, pero salieron cosas de improvisto por lo que quise recompensarlos con un buen lemon. Ahora daré algunas aclaraciones. Este fic es tanto PICCOLOXGOHAN como GOHANXPICCOLO por lo que veran a esta pareja dándose de diferentes formas a lo largo de esta historia. Ahora, yo tome la asexualidad de Piccolo como un tipo de sexualidad como lo seria una hetero o un lesbianismo puesto que coloqué al namekiano con toda la fisionomia masculina sin embargo al ser asexual no había tenido la necesidad de tener un tipo de contacto sexual con nadie, investigue mucho y lei que la gente que se declara asexual puede tener relaciones en ciertas ocasiones y mayoritariamente solo por demostrar su amor a la pareja. Sin mas los dejo leer.

Sus labios se masajeaban contra los del contrario, disfrutando de la suavidad y el sabor que les brindaban sus bocas.

Los brazos del pelinegro se enredaron en el cuello del mayor, tratando de profundizar aquel beso que se iba volviendo apasionado.

Piccolo paseaba con su mano la extensión de la espalda, desde la nuca hasta la parte baja casi llegando al trasero del joven. Esas sensaciones que el pelinegro sentía gracias a esos roces que le daba el mayor eran maravillosas, un cosquilleo recorría su cuerpo como si varias plumas rozaran su piel.

En ese lugar solo podía escucharse el sonido de la cascada mientras caía haciendo espuma en el río y los besos que se volvían húmedos. Gohan delineaba los labios del mayor con su lengua, invitándolo a abrirla, a lo que éste obedeció, dejando que ese órgano invasor entrara su cavidad húmeda y resbaladiza.

Ese lugar se sentía cálido, sus lenguas se enredaban en una danza perfecta, causándole descargas eléctricas a ambos. El rubor en sus rostros se intensificaban, el oxígeno les hacia falta y se vieron en la necesidad de separarse, sus respiraciones eran aceleradas, trataban de recobrar el oxígeno perdido.

Sus miradas eran nubladas, Gohan sentía como su ropa comenzaba a apresarlo, no quería sentir esa incomodidad por lo que comenzó a despojarse de sus prendas frente a la mirada perdida del de piel verdosa. La camisa se la quito de forma lenta, lo hacia de manera inconsciente pero esto comenzaba a elevar la temperatura del mayor, jamás se había sentido de tal forma, su cuerpo reaccionaba de una manera desconocida.

El mayor cerró los ojos, no pensaba adecuado mirar al joven de esa forma, con lujuria.
Gohan se fijó en eso, por lo que se acercó a él y poso una mano sobre su mejilla, el de piel verdosa abrió los ojos y lo miró, su abdomen estaba descubierto, ese cuerpo se notaba bien torneado a pesar de haber dejado el entrenamiento.

-¿Qué le sucede señor Piccolo?- su sonrisa le daba un toque aun mas radiante a ese rostro, el de piel verdosa no podía salir de su estupefacción por el joven, no soportó la tentación y se inclinó a besarlo, Gohan sonrió para sus adentros, le encantaba el acercamiento con su amante.

Sus manos retiraban con delicadeza aquel turbante del mayor mientras continuaba con los besos, se separaron un momento para quitar aquella capa que solo estorbaba, sus labios se juntaron nuevamente como imanes.

La erección del joven ya era presente, podía notarse a través de su pantalón, con sus manos fue retirando con delicadeza la cinta del traje del namekiano, Piccolo por primera vez se dejaba llevar, sentía como un calor se acumulaba en su parte baja, era extrañamente agradable.

Sin darse cuenta sus pies se movían, llevándolos a caminar alejados de la cascada.  Sus pasos se hacían torpes llevándolos a caer, el namekiano encima del joven, rompiendo el beso.

Sus ojos se reflejaban en los del otro, ambos sonrieron levemente, Piccolo siendo presa de un instinto bajó la cabeza a la altura del cuello del menor, paseando tímidamente su lengua sobre esa extensión. Que cosquilleo tan placentero era ése, no podía ser comparado con el de los sueños del menor, definitivamente ese contacto real lo superaba todo.

Leves suspiros se escapaban de su boca al sentir como esa lengua caliente se paseaba con libertad desde su cuello hasta su oreja. Era poco decir que su rostro era invadido por un color carmín, la temperatura en su cuerpo era tanta que pareciera que una llama se encendía en su interior. 

El de piel verdosa se sentía hipnotizado ante tales sonidos, su boca se separó del cuello, besando la barbilla del joven para después regresar a sus labios. Gohan puso sus manos en los hombros del mayor y poco a poco fueron cambiando de posición, quedando ahora el joven por encima de aquel cuerpo corpulento de su maestro, el de piel verdosa no se dio cuenta, pero el pelinegro prácticamente arranco la parte superior de aquella vestimenta morada del mayor. Su pecho subía y bajaba mientras las jóvenes manos del pelinegro se paseaban sobre él, aquel calor se acumulaba en la parte baja de ambos, Gohan no lo pensó dos veces, se acomodó sobre su maestro, sus cuerpos se pegaron dejando sus ingles juntas, sus bocas dejaron salir un gemido, las piernas de ambos temblaban al sentir esa dureza rozándolos, ya era un punto sin retorno, a estas alturas solo podían continuar y ambos estaban conscientes de eso.

Gohan comenzó a repartir besos por los pectorales de su maestro mientras con lentitud movía su cadera, aun sobre esas ropas la sensación era extraordinaria.
El de piel verdosa correspondía gustoso de aquella nueva sensación en su cuerpo, sentía como si miles de llamas se encendieran en él, el fuego era tan fuerte en su interior que no podía controlar sus actos, su cadera se movia aumentando la velocidad, incitando al menor a que le diera mas de aquellas nuevas sensaciones que solo podía lograr con él.

Gohan sonrió internamente, detuvo su cadera para levantarse un poco y poder quitar su pantalón junto con sus zapatos, aquel bóxer que tenia ya estaba cubierto por esos fluidos transparentes no se hizo esperar y quito la parte inferior de las ropas que aun le quedaban puestas al de piel verdosa y su bóxer, el joven quedo atónito, era la primera vez que veía a su maestro de tal manera y no era para menos, en realidad era la primera erección que el namekiano tenía, era extraño, agradable y desesperante a la vez.
Piccolo no sabia de que manera sentirse, al ver como su miembro se hallaba de esa manera erecta lo confundía ya que no había tenido tal reacción hasta ahora. Gohan dejó de observar y se acomodó nuevamente entre las piernas del mayor para que sus erecciones chocaran, ambos estaban derramando fluidos por la excitación que estaba al tope. Sus movimientos eran torpes pero igual causaba un placer a ambos, el de piel verdosa paseaba sus manos por  la extensión de la espalda del pelinegro, de vez en cuando acariciaba su rostro, ese rostro que lucía angelical.

Aquellos movimientos tomaron velocidad, sus penes resbalaban con gran facilidad, sus bocas no podían retener los suspiros causando que se escapasen de sus gargantas.
Poco a poco sintieron como un calor se acumulaba en la parte baja de ambos, dándole varios cosquilleos anunciando que no durarían mucho, unos cuantos movimientos más causaron que sus cuerpos se entumecieran, dejándolos liberarse. Aquel liquido caliente salio a prisa de ambos cuerpos, más del mayor que era la primera vez que eyaculaba.

-Ahh...se..ñor...Piccolo...- ambos trataban de recuperar el ritmo de su respiración.
El joven se abrazaba al cuerpo del mayor, escondiendo su cabeza en el cuello de éste. Piccolo solo paseaba sus dedos sobre esa sedosa cabellera, aun sin recuperar de la recién liberación.

Pero el joven no estaba conforme, después de todo está en esa etapa donde las hormonas están completamente alborotadas, alzó la mirada y vio el rostro de su maestro que se iba relajando. Se acomodó de mejor manera y sin que el mayor se lo esperase, empezó a lamer el borde de la oreja derecha del namekiano. Era un lugar sensible por lo que de inmediato soltó un gemido audible, eso le parecía una melodía hermosa al joven que no dejaba de pasar su lengua por aquel lugar.

-Ah..Gohan..ah..-  sus ojos se cerraban, un cosquilleo regresaba a su cuerpo, como si miles de hormigas recorrieran sus venas causando que su sangre bombardeara a mayor velocidad.

Sus rostros eran invadidos por un sonrojo inevitable, sus miembros aun empapados entre aquel liquido viscoso se erectaban nuevamente, el pelinegro repartia besos castos por las mejillas y labios del mayor, Piccolo correspondía gustoso, ahora eran esclavos del placer de aquellos toques, buscando cada vez más.

El pecado los incitaba y ellos lo seguían cual fieles sirvientes, Gohan  acarició con su mano aquel órgano duro del mayor, era grueso y resbaladizo, su erección se agrandaba con solo tocar el de su maestro.
Los suspiros de la boca del mayor se escapaban uno tras otro, de pronto sintió como aquel tacto paró, sintiendo un cosquilleo diferente entre sus muslos, el joven besaba la parte interna de esas piernas tan duras como troncos firmes.

Se separó contemplando a su maestro, se notaba como estaba disfrutándolo, su rostro estaba invadido por el calor, su boca entreabierta con suspiros que escapaban, su cuerpo temblaba ante aquella sensación a la que aun no se acostumbraba, Gohan no podía resistirlo, tomó un poco de aquel liquido viscoso que había quedado en su abdomen colocándolo en sus dedos.

De inmediato se dispuso a buscar aquella entrada que tanto ansiaba en ese instante, al principio no la encontraba pero después se fijó que estaba más cerrada, ya que en el cuerpo del namekiano ese lugar no tenia utilidad alguna.

Piccolo abrió los ojos al sentir como un dedo buscaba entrometerse en su cuerpo, al mirada abajo notó como Gohan de concentraba en aquel lugar, rodeaba con lentitud aquel anillos carnoso dando vueltas alrededor y sin dejar que el mayor se opusiera metió la mitad de su dedo indice.

-Ah..- un gemido ahogado salio de la boca del mayor, su cuerpo se tensó al instante, el pelinegro sintió como su maestro contrajo los músculos por lo que con su mano libre lo empezó a masturbar para relajarlo.
Poco a poco fue sacando y metiendo aquel dedo con más facilidad, cuando sintió que resbalaba mejor, introdujo un segundo dedo, lo movia con lentitud tratando de ampliar aquella zona estrecha, imitaba el movimiento de tijeras .

Después de un rato sacó los dedos de aquel lugar, dejando al de piel verdosa aliviado, pero no le duró mucho el alivio, de pronto sintió como algo mas grueso trataba de entrar en él.

Su pene entraba con dificultad y lentitud, apenas era la punta y ya podía sentir como esa estreches ll envolvía, metía su miembro lento pero con seguimiento sin querer lastimar a su maestro. Logró meterse por completo, quedándose estático ya que no quería ser brusco, aquel lugar era cálido y exquisito. El de piel verdosa se sentía extraño con el miembro del joven dentro de él, le dolía y mucho, su erección empezaba a bajarse pero Gohan lo tomo entre sus manos y le dio varios masajes de arriba hacia abajo, logrando relajar al mayor. Después de un rato pensó que era adecuado moverse, saco un poco su miembro y lo volvió a meter con lentitud.

-Ahh...Go..han...- el de piel verdosa sentía como aquel órgano entraba y salia de él, era un compás lento y sin prisas, pero eso no duró mucho, el joven no tenia todavía un buen autocontrol, una cosa era masturbarse y otra tener sexo y éste se sentía realmente bien. Esas paredes estrechas lo absorbían, de tal forma que no pudo evitar aumentar la velocidad de sus estocadas y la de su mano que complacía al miembro del de piel verdosa.

-Señor...Piccolo..ah..ah..- esa sensación de aperción a su miembro era demasiado bueno para el joven, no podía soportarlo, el choque de sus pieles resonaban en aquel lugar , el sudor en sus cuerpos era presente perlando aquellas pieles.

No podían resistir más, sus pupilas se dilataron, pronto llegarían al éxtasis.

La mano del pelinegro apretaba la punta del miembro del mayor mientras lo movia, causando que su cuerpo sintiese un calor recorrerlo por completo acompañado de un cosquilleo llevándolo a liberarse.

-¡Ah...!

El joven sintió como esas paredes lo apretaban más, un par de estocadas fueron suficiente para que su cuerpo se convulsionase de placer llenando aquella entrada, sus rodillas flaquearon causando que cayese sobre el mayor aun dentro de él.

Sus respiraciones eran aceleradas, pero el joven se alzo y deposito un beso suave en el mayor, uno duradero.

Se abrazaron cerrando ligeramente los ojos, el pelinegro estaba muy feliz, pero por el.contrario el mayor, ahora que recuperaba la cordura un sentimiento de culpa comenzaba a invadir sus pensamientos.

Notas finales:

Espero no haber decepcionado a nadie, acepto sugerencias si las tienen y espero comenten que les pareció. Y de verdad vuelvo a pedir disculpas por la tardanza. Nos leemos :3


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