-"No creo que se haya dado cuenta. Además él no es de meterse en asuntos ajenos."
La peli azul comía con alegría el pastel junto al pelinegro. Llevaban un rato charlando; la joven vio su reloj y fue a buscar a Trunks.
El pequeño al ver a Gohan se lanzó de inmediato a abrazarlo. El mayor correspondió con gusto, los pequeños brazos del menor rodeaban su cuello.
-¿Cómo estás Trunks?
-Bien. ¿Te quedas a jugar? - la mirada inocente y llena de ilusión que el peli lila le mostraba era demasiado para el mayor. Asintió a lo que causo una gran sonrisa a Trunks.
-Vamos. - lo jaloneaba por la camisa, llevándolo a su habitación.
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Se encontraba relajado, aunque pensativo. Sentía resentimiento de si mismo por tener pensamientos egoístas, habían sido sin querer, pero a fin de cuentas los había tenido.
Por su parte, Piccolo estaba descansando; el respirar era tranquilo, su capa estaba a un lado de la roca donde se encontraba sentado.
Se inclinó un poco al río para poder beber un poco de agua. Sus labios se mojaban y su garganta se refrescaba quitando la resequedad.
-"Debería regresar al templo, Dende estuvo muy raro ayer"
El comportamiento del joven namekiano lo dejó preocupado, no era normal que él se soltara en llanto. Por un momento pensó en que el joven extrañaba a la gente que dejó en el planeta donde habían empezado a rehacer su vida hace unos años.
De algún modo se afligía, no pensó más y se fue directo al templo, donde el joven Dios lo esperaba con una sonrisa discreta.
-Terminó temprano su entrenamiento.
-Si, más tarde iré de nuevo. Por el momento pensé en ayudarte en tus deberes.
-Gracias.
Su rostro mostraba una enorme sonrisa, tener a su lado a Piccolo en verdad le brindaba alegría; juntos hicieron los deberes en el templo.
No hablaban mucho, en realidad el silencio reinaba en el lugar pero no era incómodo. Tan sólo la compañía que se brindaban era suficiente.
La ausencia de Gohan tenía a Dende con calma. Pero ésta no duraría mucho tiempo, el joven estaba volando hacia el templo y Piccolo lo sintió desde hace bastante rato.
-Buenos días.- su voz fue escuchada por ambos namekianos, el mayor se fue del lado de la deidad para saludar al joven pelinegro, causando un pequeño ardor en el estómago de Dende.
-Hola, Gohan. Que bien verte por aquí.- disimulaba, se forzaba a sonreír al acercarse y se interponía en medio de los dos.
-Hola, Dende. - el joven lo miró un momento, veía algo extraño en las facciones del joven de piel verdosa pero no pudo descifrar nada.
-¿Sucede algo, Gohan? ¿Viniste a quedarte un rato?
-En realidad pensaba en ir con el señor Piccolo a observar algunas especies que encontré en unas anotaciones que me dio Bulma.
-Ya veo, entonces espero les vaya bien. Yo, trataré de terminar sólo los deberes del templo.- su voz sonaba apagada, posiblemente lo hizo adrede para llamar la atención del mayor, lo cual logró.
-Gohan, creo que no podré acompañarte. Me quedaré a ayudar a Dende hoy.
Sus orbes se mostraron sorprendidos ante la respuesta de su amante. ¿Lo estaba rechazando?
-¿Son muchos los deberes? Puedo esperar.
-No, Gohan. Mejor regresa a tu hogar. - su entrecejo se frunció un poco, Piccolo se dio cuenta pero antes de poder argumentar algo, el pelinegro habló.
-Como quiera, adiós. - sin esperar respuesta, salió volando.
El namekiano quería ir tras él pero su capa era sostenida por Dende, resignándose a seguir a su amante.
-Gohan, parecía enojado.- picaba la llaga con sus palabras, haciendo sentir mal al mayor.
-No me di cuenta. Después hablaré con él.- hablaba con voz neutra y se enfocaba en ayudar a Dende, se estaba arrepintiendo de su decisión, pero era tarde para cambiarla, tambien estaba preocupado por el joven namekiano por lo que no lo dejaría en ese momento.
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-Gracias por haber ido, me hacían falta estas refacciones.
No la volteó a ver, si lo hacía se daría cuenta de que algo iba mal con él.
-No fue nada madre. Iré a mi habitación a leer los libros que me dio Bulma.
-Pensé que irias a hacer observaciones.
-Si, pero las haré más tarde. Me interesa saber que dicen estos libros.
-Bien. ¿Puedes llamar a Goten u decirle que venga aquí? Debe estudiar tambien.
-Claro.
En ningún momento volteó a ver a su madre. Simplemente le daba la espalda mientras caminaba. Inhaló hondo y trató de aparentar una sonrisa para su hermano que se hallaba jugando.
-Gohan, ya regresaste - lo abrazó con fuerza, realmente era muy tierno y cariñoso, más si se trataba de su hermano.
-Goten, mamá dice que vayas con ella para que estudies un poco.
El menor hizo un puchero, no tenía ganas de estudiar, más bien queria jugar con su hermano.
-¿No puedo quedarme contigo a estudiar?
-Ve con ella, y cuando termines jugaremos sólo nosotros el rato que quieras.
El rostro del pequeño se iluminó, rápidamente fue donde su madre, dejando a solas al mayor. Éste al estar completamente sólo, dejó salir un suspiro y su rostro desvaneció su sonrisa.
Sus pensamientos divagaban mientras se sentaba y dejaba los libros en la pequeña mesa que tenía. Su mente le daba vueltas, no era un asunto de tanta importancia, ni siquiera debió haber actuado cortante con el mayor. De tratarse de otra persona ni se hubiese molestado pero, se trataba de Dende, no entendía, no iban a hacer nada malo, ni siquiera tenía pruebas de que la deidad estuviese tras su maestro. Pero aun asi, los celos volvían a invadirlo.
Debía refrescar su cabeza y salir de esos pensamientos por un momento, así que se dedico a leer esos libros que la peli azul le dio, pasando por su mente también, la idea de que el príncipe sospechaba algo.
-"Vamos, Gohan. Eso es imposible, sólo estas pensando en cosas absurdas respecto a Vegeta y Dende" Lo mejor es calmarse y estudiar. Si, así olvidare todo.
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-Vegeta. ¿Has visto a Trunks?
-No, debe estar por ahí jugando.
-Vaya, ese niño si que se a vuelto veloz. Bien, lo seguiré buscando.
El príncipe estaba en aquella habitación que compartía con la peli azul, pensaba en dormir un rato ya que había estado entrenando arduamente. Pero de su cabeza no podía sacar al hijo de su rival fallecido.
-"Ahora que lo pienso, su olor estaba mezclado"