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Relaciones toxicas por Chiaki28

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Notas del capitulo:

Hola chicos!

Primero un anuncio general; hay un 99% de posibilidades para que saque masivas el 1 de Abril, la verdad las queria hacer antes pero despues de semana santa pusieron varios examenes por lo que necesito bastante tiempo para subirlas.

Con el capítulo en sí quiero que sepan que para Ritsu esa desicion de irse lejos de Shin no fue facil, consideren que fue el primer amor, pasaron cinco años juntos, es complicado separarse de algo asi; solo queria aclarar eso.

estheyaoista el capitulo te lo escribi con bastante amor; espero que sea de tu agrado <3 <3

Takano Pov

El brillo en sus hermosos ojitos verdes, la preciosa sonrisa que se edificó en sus tentadores labios de miel, el júbilo que adquirió al hablar, la suavidad de su piel, sus agraciados movimientos, como ahora todo lo que hace parece irradiar vida, yo ya no puedo más con eso, me estoy desmoronando cuando me he mentido prometiéndome que su felicidad sería el respaldo de la mía.

Me volví una persona despreciable; un ser deplorable guiado por el egoísmo y la envidia, se supone que me tragaría mi orgullo para aceptar que Ritsu se fuera con mi primo, que sería el primero en aplaudirles en el altar para respaldarlos cuando los insultos se hicieran presente en las toxicas lenguas de mi familia pero no puedo; no tengo la fuerza como para engañarme y ponerme una máscara de la que ya tan solo queda el polvo.

Codicio que él este a mi lado; que ese mohín de inocencia le sea robado, que su corazón solo se agite con mis labios, quiero conocer cada una de sus gruñonas facetas y marcar cada rincón de su cuerpo; yo lo quiero para mí, esto no es justo, me juré que no caería enamorado por alguien que no me pertenecía; debí hacerme caso, en el fondo lo sabía.

Esa constante amargura que se había depositado en mi pecho se tornó más intensa con esta clase de pensamientos, consentí que un agobiado suspiro escapará de mi boca mientras acomodaba los libros en los estantes de madera sin fuerza, sin poder sacármelo de la cabeza.

El roce entre nuestras pieles, como con un mínimo susurro él me erizaba hasta la médula, sus besos, lo extraño, esto me está haciendo muy mal, poder apreciarlo desde la lejanía teniendo la certeza de que no llegaremos a nada; debo ser tan masoquista para continuar atesorándolo de este modo, llorando sangre por quien no la ve.

“Ya llegué a mi turno del medio día” Ni la aniñada voz de Kisa me logró sacar de mis pensamientos, tan solo continúe acomodando la montaña de textos que se encontraba esparcida a mi costado derecho en el suelo con la sonrisa más falsa que pude destilar.

“¿Takano?” No me atreví a verlo a los ojos porque de seguro estos estaban apagados y enrojecidos por la rabia y el rencor.

“Aún no he acabado, me quedan un par de manuscritos que organizar” Pude escuchar como un bufido escapó de sus labios antes de que sus pasos resonaran por las viejas tablas de ese gigantesco y magistral local.

“Perdóname Takano pero le explicaba a mi amigo que debe quitarse esa desagradable costumbre de andar sin ropa por la casa” Presioné mis pestañas reprimiendo la frustración que esta situación  me provocaba; nunca me había sentido tan impotente frente a un problema, tengo las malditas manos atadas.

“Me daría exactamente lo mismo verlo con otro sujeto, no siento nada por él” Debió tragarse esas mentiras y rendirse como un noble perdedor, debió ser él y no yo quien estuviera ahogándose en remordimiento; que patético.

“Nunca me podría enamorar de un hombre, él y yo solo tenemos sexo y ya” La vida es una mierda torcida en donde la justicia no existe

Él lo humillo, hizo que mi castaño se ridiculizará permitiendo que su dignidad y orgullo fueran pisoteados, coqueteó con otras personas justo en frente de sus ojos omitiendo las amargas lágrimas que fluían por esas irritadas y tentadoras mejillas, él lo lastimo, él fue el maldito villano de su propia historia; apreté con cólera el grueso texto rojo que tenía entre mis manos; ¿Por qué se puede quedar él con Ritsu si lo hirió? ¡No es justo! Yo lo necesito, yo lo amo y aunque me duela no soy capaz de detener estas pasiones por él.

Mi pecho se inundó por un desagradable ardor que devastó mis músculos, mis piernas temblaron obligándome a que me sentará apoyando mis caderas sobre el suelo, mis automáticos movimientos siguieron en los estantes.

¿Qué me falto para ser el príncipe sobre el caballo blanco?  ¿Qué cosa es la que me falta para poder ser tan perfecto como mi primo? Sin importar las veces que repase aquella pregunta en mi mente no encuentro resultado; yo sería capaz de sacrificarme y convertirme en lo que él desee, estoy dispuesto a transformarme en su último deseo, solo quiero que me acepte.

“Oye enserio me estas asustando” Solo fui consciente de que Kisa se encontraba a mi lado cuando su mano rozo mi hombro y su voz pronuncio débilmente mi nombre “Has estado en las nubes desde hace un par de semanas” ¿Cómo no estarlo? No lo puedo olvidar; esto me está consumiendo como una llamarada.

“Perdón, estoy un poco distraído porque comencé con otra búsqueda de empleo” Mi respuesta pareció desagradarle.

“¿Estas tratando de huir?” Negué con la cabeza.

“Vine a este ciudad a conseguir un trabajo en mi área de estudio, no me voy a rendir solo porque quede establecido en esta librería, necesito continuar, además no tengo un lugar propio, no puedo depender por siempre de la amabilidad de Hiroki” El de cabellos negros aunque estaba al tanto de mi situación deformo su boca a una mueca de asco y repulsión.

“¿Qué tienes en mente? ¿Pagarte un cuarto de hotel? Esas cosas no son baratas” Reí ante el ceño arqueado que me regaló.

“Regresar a mi hogar” Él dejo que el libro que sostenían sus manos se estrellará en contra del reluciente piso “Ya no tengo más motivo para estar acá, sino me surge nada más regresaré a mi hogar para hacer un postgrado, quizás así se me abran más puerta”

“¿Vas a dejar a Ritchan con ese hombre?” El miedo fue imposible de disimular; nuestro contacto visual no se rompió ni siquiera por el asfixiante ambiente que nacía entre nosotros dos.

“¿No crees que es hora de que me haga a un lado?” No respondió “No lo voy a forzar a amarme por compasión, lo mejor será que comience mi vida con alguien más en alguna otra distracción” Su cuerpo se apoyó en el estante contrario al que estábamos arreglando, sus hombros se encogieron, su desordenado flequillo oculto su temor.

“Sabes que ni Hirochan ni yo estamos de acuerdo con eso” Un seco tono fue adquirido “Yo odio meterme en los asuntos y la vida amorosa ajena porque no me agrada que los demás opinen de la mía, pero él ha sido un amigo muy importante, nos conocimos cuando iba por su segundo año de relación y consiguió este empleo”

“¿Por qué me dices esto?” Le pregunte sin poder camuflar mi cólera.

“Déjame acabar” Me regaño con las cejas torcidas “Cuando yo lo conocí esa pareja tenía cientos de planes, ellos querían hacer miles de cosas juntos, se amaban y eso se notaba a kilómetros, él fantaseaba todo el día con lo que podría hacer para que su amado Shin se sintiera feliz y estuviera satisfecho pero” El aire se le fue de los pulmones, sus ojos fueron ocultos por esa densa capa de negro, la respiración se le agito.

“¿Pero?” Insistí molesto.

“Las cosas cambiaron la primera vez que él lo invito”  Apoyé el peso en mis brazos ante tan seria expresión “Cuando Haitani me conoció y Ritchan lo presento como su novio él reacciono con tanto enojo, me asuste por mi amigo porque no pudo controlarlo en ese entonces, al final tu primo se lo llevo a media jornada de trabajo y al día siguiente, cuando se volvió a aparecer nunca más mostró esa ilusa expresión, algo dentro de él ese día murió” Apreté mis puños con arrebato, golpeé el suelo con rabia, me mordí el labio hasta que me supo a sangre.

¿Porque? ¿Por qué Haitani fue tan imbécil para hacer todo eso? Ritsu es la persona más maravillosa que he conocido, es perfecto, cada cosa que hace, que dice, que piensa me embelesa, es inteligente, decidido, frágil, de fuerte carácter, gruñón, terco, él es….indescriptible.

Mi primo cometió muchos errores con él, lo hizo sufrir, lo lastimo y aun así cuando busco redención la encontró, que haya cambiado lo odio, me habría encantado que él nunca reaccionará para que ese chico de preciosa mirada jade se diera cuenta de la clase de patán que tenía por pareja y huyera a mi lado en mi inexistente caballo blanco, para que esas hermosas fantasías de una vida juntos se pudieran armar.

“Yo lo merecía” Musite sin saber cómo lidiar con las desbordantes emociones que nacían en mi interior “Soy una terrible persona” El más bajo me miro atónito sin saber que responder abriendo y cerrando los labios miles de veces sin más que balbucear.

“No comprendo bien a lo que quieres llegar” Murmulló sobándome la espalda como si fuera un niño aterrado.

“Debería estar muy feliz por mi primo, debería ser noble y alegrarme porque fue capaz de dejar su egoísmo y demostrarle a Ritsu cuanto lo ama por medio del rechazo de mi familia pero” Mi boca se inundó por un asqueroso sabor a traición “Me enferma que se le haya dado esa facilidad para equivocarse mientras yo daría lo que fuera por una oportunidad para hacer las cosas bien” En su joven y aniñado rostro se tatuó una genuina expresión de lastima; no quería eso.

“Él se ve tan feliz cuando habla contigo” Soltó de imprevisto como un falso consuelo “Cuando hacían equipo él se relajaba y dejaba que tú entraras con confianza en su mundo” Ni su suspiro me aligero las piedras clavadas en mis muñecas “A mí me costó mucho volverme cercano”

“Ya basta de esto” Le pedí con suavidad tomándolo de los hombros “Kisa no quiero que me digas estas cosas solo porque sientes lastima de mí, no las preciso”

“Yo no” Mi gesto con la cabeza lo silencio.

“Mañana necesito que me vuelvas a cambiar el turno para la noche” El más bajo suspiro con frustración removiéndose los cabellos de la nuca; debe ser difícil hablar con un egocéntrico como yo, con un farsante rodeado por veneno.

“¿Cuánto más lo vas a continuar evitando?” Me levante del suelo al haber terminado de acomodar todos mis libros.

“Hasta que me vaya y lo olvide” Respondí de forma cortante antes de darle la espalda para salir de ese local.

Sí Ritsu supiera la clase de obsesivo que soy, lo posesivo y receloso que me he vuelto él seguro se decepcionaría, he tratado de convertirme en la viva imagen de la galantería para que él pueda mantenerse a mi lado, sin embargo, siempre acabo flagelando porque él me hace vacilar, no me puedo controlar cuando lo tengo cerca, no soy capaz de escuchar a mi razón y acabo cegado por algún infantil impulso de embriagarme en él.

Arrastré mis pies por las concurridas calles del centro hacia la dirección del recio hombre con una inmensa compasión quien sin tener ninguna relación familiar conmigo me permitió quedarme en el sofá hasta que pudiera ahorrar para esfumarme con esas memorias de cristal; la fría brisa invernal me golpeo provocando que me abrazará a mí mismo.

“No fue justo” Me susurre “No lo fue” Repetí sabiendo que nadie escucharía y que él no regresaría por esas tontas confesiones.

Comprendo que le duela ese cobarde escape; que corra y me llevé todas esas lindas cosas que le dije como un soporte emocional, no obstante, sí me quedo, sí me hago hombre y me no cortó el contacto entre nosotros me acabaré desmoronando y no me podré controlar. Yo quiero besarlo, tocarlo, abrazarlo, hacerlo sentir seguro, necesito convertirme en ese sustento; temó transformarme en algo que deteste por esta obsesión.

Una pequeña vibración en mi pantalón capto mi atención; una tonta sonrisa se posó en mi boca al leer el mensaje de la pareja del amargado.

“Takano necesito que compres la cena, yo y Hiro-san saldremos en la tarde y no queda nada para que tú puedas comer” Me trata como si fuera un niño pequeño.

Desde que aclaré que su novio y yo no éramos más que remotos conocidos el de cabellos negros bajo sus defensas para juzgarme y acabó convirtiéndose en un gran soporte y consejero en esta glacial tormenta de la que no soy capaz de salir; he conocido a personas muy amables que me han apoyado en esto y les estoy agradecido por la bondad.

Haciéndole caso al mensaje de Nowaki compre las ofertas que yacían en un escaparate olvidado de una tienda de conveniencia antes de subir a su departamento y usar la copia de la llave que me habían facilitado como muestra de confianza e intimidad.

“Takano” Al entrar el más alto me recibió con su característico buen humor y esa imborrable sonrisa infantil “Sí me hiciste caso” Proclamo al recibir la bolsa de plástico que traía para dejarla sobre la mesa.

“No quería morir de hambre” Conteste con duda intentando que el ambiente se tornará más agradable “¿Dónde está Hiroki?” El menor esbozó una traviesa  sonrisa al escuchar el nombre de su pareja.

“En la habitación  hablando por teléfono” Con un gesto de manos me invito a sentarme en el sofá “Ha estado bastante ocupado estos últimos días, parece estar tramando algo” Alcé una ceja ante esa paranoica parte de su personalidad.

“¿Algo?” Musite confundido.

“Hoy se cumplen tres meses desde que salimos, tengo la sospecha de que lo quiere ir a celebrar y por eso me pone tantas excusas para que salgamos de casa solos” Como envidiaba ese positivismo que tenía, esa nobleza, esa fidelidad, él si lucia como esos príncipes de cuentos.

“¿Ya le tienes preparado algo?” Lo interrogue sabiendo que amaba hablar del tema.

“Sí” Respondió con orgullo, antes de que pudiera seguir el rechinar de la puerta se escuchó.

“Nowaki nos tenemos que ir ahora” Proclamo el castaño centrando su atención en mis ojos para después esquivarlos nervioso “Que bien que ya estas acá, así sabes que no estaremos en toda la tarde”

“Él tiene razón, sí actúas sospechoso” Me mofé consiguiendo que un tenue y sutil rubor se grabará en sus mejillas.

“Sabía que era mala idea juntarlos a ustedes dos” Se quejó con pasos pesados arrastrándose hasta la puerta de salida.

“Oye” Mi frágil voz lo detuvo “¿Has sabido algo de Ritsu?” Era tan toxico preguntar, era un martirio saber que su felicidad yacía con alguien más y que las cosquillas en su tentador vientre no las provocaba esté destrozado, sin embargo, era algo que no podía evitar.

“Lo sabrías si te atrevieras a preguntarle de frente en lugar de evadirlo” Me gruño con el ceño arqueado “¿Sabes? Cuando una persona te corta de un día para otro sin dar más que una patética explicación duele” Con tan solo imaginar que ese hermoso chico sufría por mi culpa; por pensar en como esa magistral sonrisa se borraba de sus labios y la decepción se tatuaba en su rostro; yo lo lamentaba.

“Sabes que no lo puedo llamar” Pero eso no lo calmo “No me puedo seguir atando una y otra vez a ese romance ajeno, tan solo los voy a dejar ser felices” El de mirada avellana suspiro apoyándose en contra del marco de la entrada.

“No me gusta ese altruismo tuyo” Se quejó con sinceridad “Sí amas tanto a alguien deberías luchar por él hasta el final, ser valiente de defender lo que es tuyo y darte el lugar que mereces” Una risa irónica fue todo lo que pude liberar.

“Él no es mío” La boca del más bajo se abrió sin decir nada “Nunca me perteneció y por eso no  puedo hacerme un lugar” Mi nuca descendió para que mirará el suelo “Esa posición para mí no existe”

“Hiro-san”  El de cabellos negros reprocho a su pareja con ternura frunciendo las cejas por primera vez desde que nos conocimos “Sí él quiere hacerse a un lado para que su amor platónico sea feliz eso me parece muy noble, no debes quitarle su valor”

“No es nobleza” Lo contradije enseñando lo sucio y manchado que estaba “Es egoísmo Nowaki” El nombrado no me pudo responder al saber que esas asquerosas palabras eran la única verdad.

“Nosotros nos vamos” Musito incomodo el castaño “En la noche que no se te olvide apagar la luz de la cocina como siempre” No respondí, tan solo me quede apoyado en el sofá con una sonrisa irónica.

Al azar tomé uno de los libros del maestro con la intensión de desconectarme de mis pensamientos y perderme un rato en el ocio en donde los bellos finales sí existían y la justicia tenía un pedestal, apoyé mi espalda en el sofá, estiré mis piernas para que quedaran sobre al brazo del mueble y me sumergí en esas letras doradas.

Viví el romance de los protagonistas, sufrí con su tragedia, me estremecí con los giros inesperados de ese texto, pude sentirme parte de esa historia guiado por las sentimentales y exageradas líneas escritas con tinta sobre el papel, incluso repasé los apuntes que Hiroki había dejado para señalarles a su joven e ilusa clase como puntos importantes.

No me percaté del tiempo que pasó tampoco me importo, no supe más hasta que el final se acercaba en aquella extensa novela y mi expectación rebalsaba en cada movimiento con el que cambiaba el papel, el ruido de la puerta me indico que la joven pareja había llegado y mi lectura había consumido demasiadas horas.

“Pensé que se demorarían más” Proclame sin cerrar el libro, inclinándome sobre el sillón para chocar con un par de incómodos ojos verdes.

“Hiroki me dejo una copia de la llave con el conserje” Mi mundo se desmoronó cuando él cerró la puerta de su apartamento para confrontarme; yo no quería esto.

“¿Ritsu que haces aquí?” El nombrado me sonrió con melancolía caminando hacia mi lado en el sofá, tratando de mover con cuidado esas piezas de mentiras para continuar golpeando mí reflejo.

“No tuve otra manera de contactarme contigo” Cuando sus manos tomaron las mías sentí una fría presión “Hay algo que debo decirte” Cuando baje la vista me encontré con un hermoso anillo de oro en su dedo índice ¿Cuánto más debo sufrir para que este satisfecho?

“¡Solo vete!” Le grite colérico al tener que soportar que me acerqué solo para alardearme su felicidad, no me siento bien porque él este con alguien más, no quiero ser su amigo, no deseo que se mantenga a mi lado sino es como pareja, ¡No más de esto!

“Pero yo” Me paré con brusquedad del sofá enfurecido por ese anillo.

¡No! No era feliz porque mi primo me había robado mi final, ese futuro con él debió ser mío, esta conversación de despecho se la debió regalar al de cabellos rojizos en lugar de estármela confiriendo a mí por una especie de deuda, por lastima, ya basta; no merezco esto.

“Si mi primo y tú son felices lo tolero, pero ya no me sigas buscando” El más bajo frunció el ceño con fastidio ante mi respuesta.

“Ni siquiera me estás dando una oportunidad para explicarte” Se quejó copiando mis movimientos para pararse con los músculos tensos al frente mío.

“Onodera ¿Qué quieres que te diga?” Le pregunte con la sangre destrozando mi cuerpo ante esa estúpida mirada de felicidad “No quiero que me invites a tu matrimonio, no quiero que me busques cuando den otro pasó, no me llames cuando” Una agradable presión en mis labios me silencio.

Me paralicé ante el tímido movimiento de su boca degustando la mía, cientos de encantadoras cosquillas recorrieron hasta el último rincón de mi mente para que me volviera un esclavo de ese exquisito sabor.

“Te amo” Proclamo entrelazando nuestras miradas, sosteniendo mis mejillas, provocando que mi corazón golpeará con brusquedad mi pecho.

“¿Qué?” Musite con torpeza “Pero”

“Todo este tiempo estuve buscando algo que tenía al frente de mis ojos” Una tonta sonrisa embobada se trazó en mi boca ante el lindo sonrojo que él me entregaba “Yo de verdad pensaba que estaba enamorado de Shin, creía que podía salvar ese romance que llevábamos y vivir esa historia de amor que escribí desde que era pequeño, me aterraba mucho asumir que fueron cinco años en vano”

“¿Y qué pasó?” Le pregunte atontado, recorriendo con las yemas de mis dedos su fino rostro; reprimiendo unas emociones inexplicables al poder nuevamente tocarlo.

“Tú me hiciste renunciar a todo eso” Sus labios curvados en ese precioso mohín fueron la confirmación más sincera que me pudo obsequiar “Me recordaste como era amar de verdad”

“¿Por qué no me dejas renunciar a ti?” Uno de mis pensamientos escapó intensificando el color de sus mejillas.

El tenerlo para mí, el que Ritsu luchará para obtener mi cariño y se liberará de mi primo a pesar de todas las hermosas acciones que tuvo; tan solo lo pude abrazar con fuerza hundiendo su rostro en mi descompasado pecho, consintiendo que ese aroma a nostalgia inundará hasta mi último sentido y su calidez me envolviera.

“¿Tienes idea de cuanta falta me hiciste?” Le pregunte con una mala histeria disimulada, besando los desordenados cabellos de su frente “¿Sabes cuánto te necesite?”

“Lamento mucho haberme demorado en reaccionar” Él alzó su mentón con vergüenza “Yo no sabía cómo debía llamar este sentimiento Takano, no estaba seguro de la clase de emociones que plantaste con tantos lindos detalles, me asusté de cómo te adueñaste de mis pensamientos y rompiste todo lo que conocí” Sus manos subieron a mi cuello.

“Tú” No me dejo seguir con esa ingenua mirada rogando en silencio.

“Nunca me había sentido tan solo como cuando te fuiste, jamás me había percibido tan vacío como cuando huiste” Un agradable calor azotó mi rostro “Yo no elegí que te volvieras alguien tan importante, no quería herir a Shin al soltarle de esa manera tan brusca, solo pasó” El desvío su nuca con incomodidad al leer los celos escritos en mis ojos.

“Aunque me hiciste enfadar bastante sigues pareciéndome adorable” Balbuceé encantado por ese muchacho.

“Comprendo que tú quizás ya no me quieras de regreso porque pasaron muchas cosas este tiempo y yo no reaccioné de la mejor manera al ser tan egoísta” ¿Cómo puedes pensar eso? “Sé que no tengo mucho que ofrecer, después de todo no sé absolutamente nada del amor pero sí aun así me quieres” Lo callé con un superficial beso.

“¿Qué tonterías preguntas?” Murmullé riéndome por esos lindos gestos con los que me atontaba para ponerme más serio “Yo tampoco tengo mucho que ofrecerte, a diferencia de mi primo soy un perdedor sin empleo cuya familia oculta por pena y tengo muchos defectos que me sacan de ese ideal de príncipe”  Mi nerviosa risa no ayudo  “¿Qué clase de futuro nos espera a nosotros dos?” Le pregunte con la angustia destilando en mis frases “Uno bastante miserable al parecer”

“Puede ser” Musito divertido “Mientras sea junto a ti eso no me importa” Él se alzó en la punta de sus pies para que nuestros labios se fundieran una vez más en un apasionado encuentro.

Mis manos descendieron por su delicada cintura para aferrarse a esta, mis parpados se cerraron disfrutando del excitante sabor que su cavidad me ofrecía, mi respiración se intensifico hasta tocar la locura al percibir el afecto con el que me rodeaba; finalmente él era mío.

Con torpeza, sin abrir los ojos nos guie hacia el dormitorio en donde recosté al más bajo con cuidado sobre el colchón. Mi hambrienta lengua se dedicó a repasar cada centímetro de su boca, a acariciar sus dientes, a perderse en una batalla de lujuria con su saliva, a memorizar ese adictivo sabor antes de morder sus labios y escuchar un lascivo jadeo salir de su garganta.

Al separarnos sus ojos se habían cerrado por culpa del goce, su boca estaba abierta, sus mejillas completamente encendidas ¿Cómo puede ser tan lindo? ¿Cómo puede existir alguien tan perfecto? Sus defectos, sus complejos, sus traumas, lo quiero todo de él.

Antes de seguir devorando sus labios la luz del atardecer reflejando el brillo en su mano volvió a captar mi atención, los hermosos jades de Ritsu se alzaron ante la parálisis de mis movimientos tensándose por mi ceño fruncido.

“¿Qué es esto?” Le pregunte con molestia tomando su mano para apuntar el anillo.

“Shin quería hacer una promesa para el futuro” Musito tratando de desviar la nuca en vano al haber atrapado sus mejillas con mis dedos “Él me propuso una relación mucho más formal”

“Lo entiendo” Mentía; ¿Qué haces conmigo entonces?

“Takano no lo malinterpretes” Se quejó tomando mis hombros para absorber mi concentración “Aunque me dolió yo lo rechacé porque el hombre del que estoy enamorado eres tú” Mi rostro hormigueo ante tan linda declaración “Lo tengo puesto porque él no le acertó a mi talla, el anillo me quedo chico y ya no sale” Rio con nervios tratando de esconderse en su propio suéter.

“¿Está atrapado?” Le pregunte embobado por esas nerviosas reacciones.

“Sí, no lo” Sus palabras murieron en su garganta al sentir como metía su mano en mi boca, con lentitud comencé a repasar con mi lengua sus dedos humedeciéndolos hasta tomar con mis dientes aquel anillo y sacarlo, pude percibir como él tembló, pude escuchar como él jadeo y aun así no me detuve.

El metal se deslizó con facilidad por su dedo; cuando liberé su mano saqué el anillo de oro con una frustración mal reprimida y lo arroje hacia algún lugar de la habitación debajo del confundido puchero de enfado del más bajo.

“Eso no era necesario” Se quejó avergonzado con su mal carácter saliendo a relucir.

“No quiero que estés pensando en él cuando debes pensar en mí” Musite tomando su mano para depositar un pequeño beso en esta “Ritsu estoy loco de amor por ti, no puedo describir lo mucho que te deseo, he querido tanto tiempo tocarte de esta manera, volverte a poseer” Su boca se abrió permitiendo que el aire se le fuera de los pulmones.

“¿Qué te impide hacerlo?” Me interrogo con un pequeño tartamudeo “Sino quisiera no te habría venido a buscar” Con una sonrisa satisfecha le pedí que levantará los brazos para dejar completamente expuesto su blanco y tentador pecho.

Mis labios apresaron su cuello mientras mis dedos se dedicaban a pellizcar sus pezones, él se estremeció entre mis brazos intentando deshacer el nudo de mi camisa para acariciarme con confianza.

Hambriento succioné, mordí, lamí, desgarré a ese hermoso chico para marcarlo como mío, podía percibir como la sangre me pasaba ardiendo por la garganta por culpa de la lujuria, como aquellas sutiles y hermosas cosquillas se transformaban en un tortuoso y dulce fuego; él me sabia enviciar.

Sus yemas se deslizaron por mi abdomen recorriéndolo, cada parte en donde él tocaba un infierno se desataba ante el calor y la tensión explotando, sus pezones se endurecieron por mis movimientos, mi lengua se deslizo por su cuello hasta que llegue a uno de ellos y lo atrape con mis diente; un extasiado gemido pecaminoso fue liberado.

Mis labios apresaron el sensible botón mientras el otro era atendido por mis dedos, tiré, pellizqué y lo saboreé con satisfacción ante la clase de sonidos que eran librados por la garganta del castaño quien con nervios continuaba recorriendo mi abdomen.

Tiré con mis dientes su pezón hasta que se tiño de un precioso granate “N…No” Aunque se quejó esa mirada bañada en el goce lo delataba.

Mi lengua recorrió su vientre, mis manos delinearon su perfecta silueta, mis dientes rozaron su cadera, mi camisa se deslizo por mis hombros siendo arrebatada por el castaño quien se removía desatando un instinto casi animal en mi interior.

Una opresión se hizo presente en mi vientre para descender hacia mi entrepierna, la temperatura subió entre nosotros dos; mi mano ingreso hacia la ropa interior del castaño para comenzar a masturbar su despierta hombría en un agitado vaivén.

“Tú también puedes” Le murmuré en su enrojecida oreja antes de morderla.

Mi piel se erizo al percibir como su mano ingresaba en mi pantalón y comenzaba a recorrer mi hombría. El mismo éxtasis se hallaba en esos apenados toques, pronto la habitación se llenó de eróticos sonidos; lo único que pude volver a hacer fue devorar esos labios de vicio y perderme en ese mar de pasiones.

Su caliente miembro crecía con mis rápidas y bruscas caricias, mi lengua probaba ansiosa en ese agitado vaivén la esencia del más bajo, con necesidad aspiraba el adictivo aroma que desprendía su fina piel mientras estaba perdido en ese carnaval de locura y lascivia.

“Takano” Jadeó entre húmedos besos apoyando la cabeza en la almohada antes de suspirar.

“Masamune” Susurré repasando con mi lengua su boca; a juzgar por la dulce expresión que me entrego decidí proseguir “Quiero que me llames por mi nombre” Sus mejillas ardieron, sus orbes fueron inundadas por cientos de emociones, sus piernas temblaron, aun así él no se apartó.

“Eso es demasiado ¡Ah!” Los gemidos se volvieron a hacer presentes en esos tóxicos labios por los ágiles movimientos con los que lo seguí masturbando; pronto él se comenzó a humedecer por mis caricias presionando los ojos sin levantarse de las sabanas, tratando de quitarme el aliento con los descarados toques en mi erecto miembro.

La presión se hizo insoportable, la electricidad que nos rodeaba, la tentación de poder acariciarlo, los roces estáticos, los sonidos obscenos, todo esto era mucho; el castaño expuso su fino cuello antes de soltar un fuerte gemido y apretar sus manos sobre las desordenadas sabanas corriéndose en mi palma, su rostro se calentó.

Lleve mis labios hasta sus piernas en donde descendí con un camino de besos posesivos; mordí sus muslos con orgullo provocando que estos se tiñeran a un color más vivo, mi corazón no podía dejar de resonar con intensidad al tenerlo así de cerca.

Cuando llegue a su entrada sin dudar metí mi lengua en aquel suave, palpitante y cálido lugar separando con mis manos su trasero, sus piernas tiritaron y él salto de la sorpresa avergonzado, lo estaba llevando a un infierno con esta tortura.

Lamí ese húmedo y caliente lugar, mis manos se pasearon por sus caderas y su trasero quemando todo a su alrededor, la sangre ya se me había transformado en lava, el estómago me ardía de la fogosidad, la temperatura era insoportable, podía apreciar como el sudor corría por mi cuerpo.

Sus piernas se relajaron, sus manos se apoyaron en mis cabellos tratando de impedirme que lo continuará probando, al morderse los labios los sonidos salían atropellados en su garganta; cuando él nuevamente cayo rendido en las sabanas con la respiración intensa lo liberé de ese lujurioso encuentro.

Al apartarme Ritsu tenía el cabello pegado y desordenado sobre la frente, las mejillas, las orejas, la nariz encendidas de rojo, la boca abierta, los ojos cristalizados, las piernas separadas y flexionadas listas para recibirme ¿Cómo puede ser tan lindo y tan erótico al mismo tiempo?

“Voy a entrar” Murmullé tomando su cintura para apoyar esa despierta y dolorosa erección en su palpitante entrada “R…Ritsu” Gruñí al verme envuelto por tan exquisita presión y tan infernal calidez.

Mis labios se dirigieron hacia su cuello en donde me dedique a devorarlo mientras comenzaba a embestirlo deseando llegar hasta el último rincón de su cuerpo para poderlo marcar como mío; deseaba que él solamente me perteneciera a mí.

Sus brazos se aferraron a mi cuello, su respiración chocó en contra de mis labios incitándome a profanarlos, sus pestañas se presionaron consintiendo que un par de fugaces gotas descendieran por estas, tan solo lo pude besar y susurrarle dulces palabras de amor para que se calmará.

Los movimientos se volvieron más salvajes aumentando de intensidad, mis manos recorrían ese cuerpo con el que me estaba fundiendo sin libido, el corazón se me retorcía, la respiración se me cortaba, los pulmones no me respiraban, este era un exquisito martirio.

“Masamune” Todo mi autocontrol se perdió cuando él gatillo la chispa negra de la locura con esa seductora manera de pronunciar mi nombre.

Tomé sus labios en contra de los míos en un agitado y húmedo encuentro, él se aferró a mis cabellos apoyando sus piernas en mis caderas para que tuviera un mayor acceso a ese tentador cuerpo, yo estaba surcando cada parte de él con un instinto animal.

El ruido de los resortes del colchón, un par de jadeos de muerte en las gargantas, el sonido de nuestros estruendosos latir era lo único que se escuchaba, ambos estábamos bañados por el sudor y la oscuridad, sus besos con sabor a miel y su dulce aroma a almíbar me tenían embriagado, la electricidad que él me provocaba al apretarme me llevaba a la perdición.

Ambas esencias ya se habían fundido cuando una insoportable presión electrizante golpeó toda mi columna vertebral, los músculos me fueron clavados con cientos de agujas, sus labios mordieron los míos con necesidad sin dejar aquel beso, podía sentir el pasar de mi saliva con el fluir de mi sangre en mi garganta.

Sus manos apretaron mis brazos hasta que sus uñas se incrustaron en mi piel, un cálido liquido acompañado de un excitado gemido fue liberado en aquella habitación antes de que su cuerpo se dejará caer entre mis brazos y sus ojos rebosantes de placer siguieran mis movimientos.

Besé su espalda sin dejar de abrirme paso en su interior, los espasmo regresaron, la tensión en el ambiente, las ensordecedoras sensaciones; era demasiado, pronto esa sofocante pasión hizo presión sobre mi hombría incitando a que la locura fuera alcanzada.

Acabé en el interior del castaño quien se ruborizo con aun más fuerza por la manera en como dije su nombre al terminar, lo abracé de la cintura, nos metí entre las sabanas y acaricié su cabello con satisfacción al tener la certeza de que sería el único con aquel hermoso final.

“Gracias por haberme dado la oportunidad” Musite besando su frente, él trato de arquear el ceño por mi penoso comportamiento, sin embargo, lo único que logró fue esbozar una tierna risilla sincera; una brillante sonrisa como las que a él siempre le dirigió.

“Tú fuiste quien me recordó lo que es el amor” Susurro apenado ocultándose en mi agitado pecho “No tienes que agradecer esas cosas”

“Nunca te voy a lastimar” Prometí recorriendo con ternura y cuidado su espalda, acurrucándolo en el silencio de mi mirada para jamás dejarlo caer.

Notas finales:

Y asi Takano y Ritsu se entregaron en la casa de los egoistas jaja perdón tenía que decirlo, y mi Nowakito tan ilusionado cuando Hiroki solo andaba de complice con su amigo.

Ya hablando más enserio, una relación perfecta no existe con nadie, siempre van a tener sus altas y sus bajas, pero si estas con la persona que hasta quiere tus defectos, pues no sera desagradable recorrerlo.

Aun queda solucionar las cosas con Shin porque punto uno Ritsu no tiene otro lugar a donde ir y punto dos ese hombre es muy importante aunque hayan acabado con lo suyo.

Y ya no queda nada para que se acabe...

Espero que les haya gustado! <3 <3


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