Takano Pov
Desde que tengo memoria Haitani se ha esmerado por encarnar una pulcra imagen de perfección; él siempre se ha comportado de manera caballerosa con mi padre y galante con mi madre, él sabe cómo mantener una sonrisa calmada frente a las turbulencias que nos ofrece la vida; mi primo se ha puesto una máscara de bondad que ha cegado a todos los que se encuentran a mi alrededor con esa agraciada actuación; sin embargo, cuando está conmigo él me enseñaba su verdadero y torcido semblante lleno de mentiras e hipocresía.
Mi primo nunca fue transparente; él siempre oculto algo debajo de esos destrozados ojos escarlata; cubriendo sus debilidades con su estoica actitud llena de egocentrismos y un mal disimulado aire de grandeza; su actitud jamás me agrado; no obstante, estas múltiples facetas de su beligerante temperamento quizás se han convertido en una especie de mecanismo de defensa para protegerse de los desgastes que provocan los rencores ajenos y los crueles prejuicios que nos impone la ignorante sociedad.
Yo no soy Shin; nunca alardeare lo que tengo; no hare sentir menos a las demás personas por algún fracaso ni mentiré lastimando a quien me importa; yo jamás tendré prejuicios sobre los demás, por esa razón no comprendo el motivo por el que esta fulminando con la mirada al asustado castaño que se encuentra al frente mío.
No espere que Haitani tuviera esa clase de inclinación sexual, pero no me interesa, después de todo él y yo solo compartiremos apartamento hasta que yo consiga empleo y pueda establecerme en esta ciudad del ensueño; no tengo deseos de llevar más allá nuestra relación; solo he venido acá para rescatar mis estudios y no terminar arrojando cuatro intensos años de esfuerzo y dedicación a la basura.
El ambiente entre los tres se había tornado tenso desde que el hombre de cabellos rojizos no fue capaz de emitir otra palabra; el pequeño chico se veía bastante incomodo en esta situación con mi curiosa mirada recorriendo sin descaro o disimulo todo su frágil cuerpo; ni si quiera yo comprendía la razón por la que lo examinaba con tanto esmero.
“Shin” Musito el más bajo relajando levemente sus hombros “Me vas a explicar sobre el hombre que está en nuestro apartamento” Mi primo apretó con rabia sus puños al verse acorralado en esta incómoda situación; es bastante extraño apreciar a esos ojos escarlatas nublados y desesperados, algo grave debe ocurrir; esta es una oportunidad que no se me presentara dos veces; por fin tengo la posibilidad de devolverle a mi “Querida” familia sus propios tratos.
“Soy Takano Masamune; su primo” Me presente formalmente ganándome la atención del joven de pocas prendas.
“¿ÉL te hablo de mi existencia? ¿Quién te digo que era yo?” Me pregunto angustiado con un apenas audible hilo de voz.
“Si mal no recuerdo; él dijo que eras el amigo vago que se quedaba un par de noches en su casa porque no tenías nada mejor que hacer” Las cejas del castaño se arquearon levemente ante mis palabras.
“¿El amigo vago?” Interrogo con histeria al peli rojo quien me destrozaba con su mirada mientras oprimía con impotencia sus dientes “¿Enserio Shin?” Pregono con ira acercándose a mi aterrado primo.
“Ritsu; necesito discutir esto contigo en privado” Ordeno el más alto tomando con fuerza la muñeca del enfadado hombre “Takano quédate en el comedor o te vas hoy mismo de mi casa; debo resolver algunas trabas con mi amigo” Después de decir eso Haitani se llevó al menor hacia la cocina sin darle tiempo para reclamar u objetar.
Suspire recordando la expresión dolida y enfadada del chico de ojos verdes; a juzgar por sus palabras y sus acciones ellos no llevan tan solo una amistad; yo podría asegurar que mantienen una relación amorosa, entonces ¿Por qué Shin se esmera por encubrirlo? ¿Por qué no admite la verdad en lugar de humillarnos de esta manera?
Me enfurece esta actitud que adquiere mi primo; como cree que me tragare sus patéticas mentiras, como trata de verme la cara de imbécil ocultándome las verdades para enseñarme más cinismo; estoy cansado de tener que sobrellevar todo el peso de los engaños de Haitani; de tener que tolerar su carácter insoportable, sentir que soy menos por su culpa, soportar sus ataques de pánico en los cuales me insulta; yo no estoy dispuesto a continuar en el suelo para que su enorme ego me aplaste sin piedad alguna; esta vez los papeles se invertirán.
Necesito conocer alguna debilidad de Shin, algo que él no desee que las demás personas se enteren para poderlo manipular de la misma manera que él hace conmigo sin remordimiento alguno; yo debo averiguar quien es el joven de ojos esmeralda y porque ambos divergen en sus sospechosas actitudes.
Guiado por ese tipo de pensamientos y poseído por un ardiente rencor me levante del sillón con sigilo caminando hasta la enorme y elegante cocina del chico de cabellos rojizos para abrir con sutileza la puerta y de esa manera ser capaz de observar con insolencia las acciones de la pareja y entender las falsedades que me quieren imponer.
Un escalofrió recorrió todo mi cuerpo al ver como el castaño no se atrevía a levantar la mirada cruzando los brazos con angustia mientras temblaba ligeramente; así supe que todo lo que me había dicho Haitani era efectivamente mentira y el más bajo se encontraba lastimado por todo el cinismo de mi primo.
“¿Por qué no me dijiste que iba a venir tu primo?” Pregunto el menor atreviéndose a romper el profundo y desagradable silencio que ambos habían creado.
“No me regañes de esa manera porque yo si te dije que él vendría” Musito el más alto fastidiado apoyándose en una de las paredes de la habitación “Debiste estar muy cansado anoche después de nuestras dos rondas como para escuchar que iría por el imbécil desempleado de Takano al aeropuerto” Las mejillas del castaño se tiñeron de un tierno color carmín mientras desviaba apenado la mirada; acción que me pareció bastante linda, me alegra que mi primo tenga a alguien así en su vida; él no parece ser mala persona.
“¿De quién crees que es la culpa de que hoy apenas me pueda levantar? ¿Crees que disfrute mucho dejarle esa impresión a tu familia?” Susurro el menor escondiendo su expresión debajo de su flequillo.
“Yo te advertí que no me provocaras de esa manera” Murmuro mi primo sonriendo con cariño al ver al castaño en un estado tan vulnerable “Pero a ti te encanta seducirme con todo lo que haces y todo lo que dices” Declaro acercándose al menor para abrazarlo con dedicación rodeando su cintura con sus brazos y escondiendo su cabeza en su pecho.
“Me iré a cambiar y me disculpare con tu primo” Pregono el más bajo respondiendo con timidez al agarre.
“Ritsu sobre eso” Algo en el tono de voz que utilizo el hombre cabellos rojizos me causo un mal presentimiento “Anoche olvide decírtelo pero te voy a pasar dinero para que te quedes un par de meses en un hotel; no quiero que él te vea acá” El castaño se separó con fuerza del agarre de mi primo mirándolo con confusión.
“¿Que? ¿Me vas a mandar a un hotel?” Pregunto dolido sin ser capaz de sostener una mirada con el mayor; aquella imagen apretó mi pecho con descaro, me lastimaba verlo en ese estado de tristeza, yo no comprendo a Shin, él tiene algo bueno con el castaño, no tiene porque ocultármelo, yo no lo quiero como un hermano; pero si me alegrare si su vida es menos miserable con un hombre en ella.
“Ritsu lo siento pero Takano no se puede enterar de que salimos” Los ojos verdes del nombrado se apagaron con esas desgarradores proclamaciones.
“¿De nuevo?” Musito arrastrando lastimeramente las palabras por su garganta “¿Otra vez estas con esa excusa barata?”
“Sabes que me da miedo que los demás me juzguen” Se defendió con hipocresía el más alto logrando que la sangre me hirviera.
“Sí; sé que te da miedo que las personas sepan que tienes una pareja de tu mismo sexo, pero Shin, él es tu primo, es tú familia, yo pensé que las cosas podrían ser diferentes, quizás a él no le asquee que salgas conmigo” Proclamo el castaño con angustia intentando acariciar con delicadeza el hombro de mi estúpido primo.
“Es porque es de Takano mi familia no le puedo decir” Murmuro rehuyendo del roce entre sus pieles con un pequeño golpe “Toda mi vida me he esmerado porque Takano crea que soy especial y superior, si él descubre que me he convertido en un repulsivo homosexual me destrozara, Ritsu toda mi familia me rechazaría” Pregono sin vergüenza con una falsa angustia “Yo no me arriesgare a eso, lo lamento pero no puedo y si tú me amas debes entenderlo” El castaño esbozo una pequeña mueca de dolor después de ser testigo de esas insensibles palabras que escaparon de los labios del más alto.
“¿Repulsivo homosexual?” Repitió por inercia “¿Eso es lo que soy para ti? ¿Tanto te avergüenza lo nuestro Shin?” El joven de cabellos rojizos reacciono tomando el peso de sus palabras cuando se percató de los lastimeros quejidos que salían de la boca de su supuesta pareja, a quien rodeo con una inexistente preocupación.
“No es lo que quise decir” Musito besando sus cabellos “Ritsu sabes que te quiero; eres importante para mí; y cuando llegue la hora le contare a los demás sobre lo nuestro; pero por ahora no puedo hacerlo” Murmuro el mayor levantando el mentón del más bajo para entrelazar sus miradas con dedicación “Por favor no me lo pidas, si me amaras como dices hacerlo espérame el tiempo que sea necesario”
“Está bien” Pregono el castaño “Yo no le diré nada que no quieras que sepa, tienes mi apoyo en cada una de tus decisiones” Suspire con melancolía tocando con timidez la puerta vacilando en interrumpir su momento romántico para poder darle la seguridad necesaria a mi primo sobre su relación.
“¿Entonces te iras al hotel?” Al vislumbrar esos ojos llenos de sufrimiento comenzar a cristalizarse unos fuertes deseos de ingresar en la cocina para golpear a mi primo nacieron en lo más profundo de mí ser, yo no comprendo a Haitani ¿Qué gana con estas mentiras? ¿Qué es lo que quiere lograr engañándonos a todos así?
Él no teme perder mi respeto porque jamás lo ha tenido; él tiene una familia amorosa que lo apoyaría en todas sus decisiones, ¿Qué mierda es lo que está esperando con esa clase de engaños? Me da rabia que no sienta ni el mínimo remordimiento en manipularnos a todos como si fuéramos peones en su juego.
Me enfada que me quiere mentir en la cara como si fuera imbécil y que lastime así a un buen chico; sé que no conozco a Ritsu pero; en sus miradas, en sus acciones, en su semblante puedo ver lo enamorado que se encuentra de mi primo, por eso me aflige quedarme inmóvil mientras destroza a un chico gentil e iluso.
Shin es despreciable, es insoportable y aunque no tengo derecho a meterme en su vida yo no quiero que siga haciendo sufrir a las demás personas con sus caprichos, me enferma como lastima a los inocentes con su egoísmo.
“Puedes quedarte con Hiroki también” La molesta voz de mi primo me saco de mis pensamientos forzándome a mirar estático aquella pelea.
“No” Declaro con autoridad el más bajo “Yo te amo; te quiero apoyar, te sostendré cuando no tengas nada más, siempre estaré a tu lado de manera incondicional, esperare por ti el tiempo que sea necesario pero no me iré de mi casa, recuerda que yo pague la mitad del apartamento y no me echaras como si fuera una puta barata” Libere una pequeña risa inaudible al escuchar que ese lujoso lugar ni si quiera lo había comprado Haitani soló como me lo había hecho saber; él siempre está envuelto en una red de mentiras.
“¿Y qué hago?” Pregunto con una genuina angustia el mayor “¿Cómo lidio con Takano si tú estás acá?” EL menor suspiro con pesadumbre parándose en la punta de sus pies para depositar un pequeño beso en la mejilla de mi primo.
“Diremos que soy tu amigo vago sin empleo” Proclamo acariciando con una mirada ilusa y brillante las facciones del más alto.
“Gracias” Murmuro revolviendo sus cabellos “Tendremos que mentirle en más cosas y tendrás que dormir en el sofá pero por ahora es una buena solución” Al observar como ambos se sonreían de manera cómplice supe que debía regresar a la enorme sala de estar para entablar una de mis mejores actuaciones.
Con sigilo corrí hasta le sofá para recostarme fingiendo aburrimiento mientras mi interior batallaba por olvidar aquellas dolidas expresiones que la pareja de mi primo dibujaba por culpa de sus palabras; cada vez me desilusiono más de ese hombre; me arrepiento de haber sentido lastima por su supuesta fragilidad emocional; cuando lo único que ambiciono poder hacer es quedar como el hombre perfecto al frente de todas las miradas; es insoportable; Shin es un hombre sin escrúpulos, no merece mi compasión.
Observe con curiosidad como el castaño se acercaba con timidez hacia el sillón al no tener más prendas que cubriera su fino cuerpo seguido de mi mentiroso primo; yo desearía romper esa boba sonrisa que tiene, destrozar su orgullo, ver angustia en sus ojos al decirle que he descubierto su secreto, sin embargo, por el pequeño chico no lo puedo hacer, no después de ver el amor que le tiene a Shin.
“¿Por qué se demoraron tanto?” Pregunte reprimiéndome para no insultar en el rostro al petulante hombre.
“Perdóname Takano; pero le explicaba a mi amigo que debe quitarse esa desagradable costumbre de andar sin ropa por la casa” El menor se limitó a ruborizarse fuertemente y bajar con sumisión la mirada.
“¿Entonces tu amigo anda solo con camisas por el apartamento?” Le pregunte con algo de sarcasmo apretando con rabia mis dientes “¿Una camisa que ni si quiera es suya? Le queda demasiado grande para ser de su talla” Proclame por impulso.
“Sí; él ni si quiera se compra bien las tallas porque las pide por internet” Rodee los ojos molesto al ver la sonrisa de satisfacción que caracterizaba al peli rojo; como detesto que me subestime con esta clase de engaños.
“Comprendo” Musite suspirando con pesadez “¿Tú no me habías ofrecido un vaso de agua Shin? Recuerda que aún me debes el café” LE advertí juguetonamente queriendo poder pasar un par de minutos a solas con la pareja de mi primo.
“Supongo que tú eres muy holgazán como para ir a buscarlo” Pregono con arrogancia “Pero si te lo debo” Suspiro caminando lejos de mi campo visual para dejarme inconscientemente a solas con el chico de ojos verdes.
“Maldito ególatra” Murmure para mí mismo en voz alta logrando que el más bajo liberara una melódica risa.
“Tenle paciencia a Shin” Me pidió con una dulce sonrisa sentándose a mi lado en el sillón “Por cierto soy Onodera Ritsu; lamento mucho que me hayas tenido que conocer en esta situación, no es lo que esperaba” Murmuro con melancolía desviando toda su atención a la alfombra como si esta tuviera algo especial.
“No te disculpes” Le pedí con sinceridad apoyándome en el respaldo del asiento “Además conociendo a Haitani de seguro fue su culpa; no creo que seas la clase de persona que disfruta andar haciendo el ridículo” EL menor se tensó con mis palabras mientras sus mejillas eran encendidas con un tierno sonrojo.
“En verdad lamento que me hayas visto en esta fachas, pero me levante muy tarde después de tanto” Las palabras del más bajo murieron en su garganta mientras unos notorios nervios eran los que afloraban en su piel.
“¿Después de tanto qué?” Le pregunte con la intención de indagar un poco más sobre ese ingenuo chico.
“Ver películas” Se corrigió el castaño liberando una risa perturbada por las situaciones en la que lo habían acorralado.
“Tú y Shin deben ser muy buenos amigos para quedarse hasta tarde haciendo eso” Insinué con algo de malicia dirigida hacia mi cínico primo.
“Si” Musito con nostalgia “Yo haría lo que fuera por él, es muy importante para mí” Me sobre salte al apreciar como las palabras se quebraban sin lograr ser sostenidas por ese lastimero chico “Pero para él siempre seré el amigo vago; me siento estúpido” Susurro para sí mismo perdiéndose en sus emociones.
“¿Estas bien?” Le pregunte con angustia llevando mi mano hasta su fino rostro para poder limpiar una fugas lagrima que se había escapado de sus lamentos.
“Perdón; yo no me siento bien” Se excusó levantándose con brusquedad del sillón “Siéntase como en su casa Takano” Me pidió sin voltear a verme para perderse por los amplios pasillos de ese elegante apartamento.
En todo el resto del días el menor no salió del cuarto de mi primo con la excusa de que se había enfermado; mientras aquella expresión rondaba por mi cabeza clavándose en mis memorias; porque me dolió verlo en ese estado por culpa de las idioteces del hombre de ojos escarlatas pero más me enfado la indiferencia con la que él se dirigía a Ritsu; como si no le importara el castaño que le ha entregado con sinceridad su corazón.
Me asquean las mentiras y los engaños, yo lo que más anhelo es destrozar a Shin para pagarle con los mismos tratos que él me ha dado, sin embargo, por esos destruidos ojos verdes seguiré con su juego pretendiendo ser un ignorante sobre su romance, ayudando en secreto al más bajo mientras un amargo sabor llena mi boca al tener la certeza de que esto tan solo es el comienzo del juego de mentiras al que me he unido.