El tipo había quedado inconsciente con un solo golpe en la parte trasera del cuello, era una parte crucial si querías ganarle al oponente, él lo sabía, era algo que debía retribuir a sus padres, después de todo ellos son los que le enseñaron, pero eso no importaba, en ese momentos se encontraba de nuevo junto al cuerpo dormido de aquel pequeño, se veía frágil, más que nunca y aunque dentro de su cerebro la repulsión por esa actitud crecía, sabía que no podía dejarlo en manos de esos tipos, pero tampoco podría mantenerlo escondido en su habitación por siempre.
Sabía que la señora del lugar no lo retaría al sentir lastima por su situación y eso en parte beneficiaba a Jongdae, ya que podría ser excusado con la pena de perder a sus padres. No quería quedarse en ese lugar, pero gracias a ese bastardo, ahora estaba involucrado con un pequeño que no solo era débil y delicado, sino también profanado y abusado por esos malditos idiotas, la ira crecía dentro de su mente, causándole dolores de cabeza constantes, suspiró con pesadez y evaluó la situación… …no me quedaré en este lugar un segundo más… No podía actuar a la ligera, debía tener una buena coartada antes de poner en marcha su plan, observó el cuerpo echado sobre su cama y se puso de pie, caminando por la habitación, hasta salir sigilosamente por el pasillo una vez más.
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El reloj marcaban las 12:00 a.m. debía hablar con la dueña del lugar, de esa manera averiguaría lo que necesitaba para poder salir de ese lugar. La oficina se encontraba en un edificio en la parte de adelante del establecimiento, a la entrada, pasando un gran jardín que llevaba camino a los dormitorios y cafetería donde se reunían para comer, caminó hasta ese lugar tocando la puerta y esperando para poder pasar
… “adelante”
Se escuchó y él la obedeció, escuchando la chirriante voz proveniente de la persona mucho mayor que él, sonaba alegre de verlo, y algo entusiasmado, lastimosamente él no vería su rostro en mucho tiempo, sonrió de lado sin que la mujer lo notara y nuevamente fingió prestar atención.
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Todo estaba listo, la información fue fácil de conseguir y la seguridad sería fácil de burlar, la charla había sido larga, ocupando gran parte de su tarde, pero ahora estaba libre y de regreso al dormitorio, solo que ahora tenía un problema más… …Minseok… Cuando entró en la habitación, el pequeño lo observó sonriente, se encontraba abrigado con algunas sábanas, pero sentado sobre la cama, Jongdae alzó una ceja extrañado por la expresión, decidió ignorarlo y pasó de él, comenzando a ordenar sus cosas dentro de su maleta.
- ¿P-por qué…estás guardando tus cosas…? – la suave voz se escuchó en la habitación. Jongdae suspiró con fuerza y continuó con lo suyo.
- Me largo de aquí – dijo cerrando su maleta y tomándola en la mano.
- ¿T-te te irás?...pero… - la voz de Minseok era muy molesta a los oídos de Jongdae.
- Tu vendrás conmigo – dijo mirándolo fijamente, el pequeño abrió los ojos sorprendido.
- Pe-pero yo... ¿A dónde iré? … eso está mal… - Minseok comenzó a hablar, soltando palabras, una tras otra, sin para, Jongdae simplemente dejó caer la maleta a un lado y se acercó para tomarlo por los hombros con fuerza.
- ¡Escúchame bien!, tienes dos opciones, puedes quedarte aquí y dejar que esos malnacidos sigan follándote a su antojo o puedes venir conmigo y comenzar otra vida fuera de esta pocilga ¿Qué eliges? – El pequeño no podía decir nada, simplemente asintió con las lágrimas cayendo por sus gordas mejillas – No llores, ahora ¿tienes algunas pertenencias en este lugar? – dijo soltándolo en la cama de nuevo, haciendo que su cuerpo rebotara.
- yo…en mi habitación… iré por ellas – dijo poniéndose de pie, pero la mano de Jongdae lo detuvo antes de que pudiera salir.
- ¿Estás loco?, no saldrás de aquí solo, esperaremos una hora más e iremos a tu habitación por tus cosas, nadie debe saber que nos vamos, y mucho menos notarlo ¿entiendes? – el menor asintió, mientras Jongdae rodaba los ojos, esto iba a ser pesado.
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Los pasillos estaban oscuros y no se escuchaba ningún sonido, dos personas caminaban con cautela dentro del establecimiento, Jongdae estaba concentrado, muy concentrado. El primer paso era salir a una hora prudencial, miró su muñeca y en efecto, eran la 1.00 a.m., todos dormían, lo siguiente era, cerciorarse de que no hubiera nadie cerca de la puerta de entrada, paso dos listo, esta parte del plan le había costado, ver las paredes altas del lugar cubiertas con arbustos en parte habían sido una idea buena para camuflarse en caso de que alguien decidiera dar un paseo nocturno, pero serían incomodas para subir por ellas y aún más si traía equipaje y a otra persona junto a él, así que lo mejor sería forzar la cerradura. Minseok aguardaba con sus cosas entre los matorrales, mientras él forzaría la cerradura en 30 segundos, en los cuales el pequeño debía correr para que nadie los viera salir, tronó su cuello y puso manos a la obra. Era una cerradura bastante vieja y en su idioma se diría de principiantes, la rompió en 15 segundos, e hizo una seña, el pequeño le entregó su maleta y ambos salieron cerrando la puerta detrás de ellos. Jongdae tomó la muñeca de Minseok, tirando de él para que caminara más rápido y sin mirar atrás, así lo hicieron durante unas cuatro calles, hasta que decidió que era lo suficientemente lejos.
- Bien, ya estamos fuera – dijo colgando los tirantes de su maleta de viaje en la espalda, como una mochila, así sería más cómoda.
- … ¿A dónde iremos ahora? – preguntó el pequeño. Jongdae lo pensó.
- Iremos a mi casa – dijo girándose y poniéndose en marcha. El pequeño solamente lo siguió sin decir nada.
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El camino era alejado, pero a esa hora no encontraría ningún autobús que los llevara, además era mejor mantenerse sin llamar la atención, estaban huyendo después de todo. Durante el camino Minseok no se quejó, no era lo que una persona sin hogar o familia haría en esas circunstancias, si un chico que acabas de conocer te ofrece una vida diferente a la que estás acostumbrado no sería inteligente decir no, pero debía ser realista, se estaba arriesgando, no lo conocía, aunque para el pequeño bastaba con que lo hubiera ayudado cuando ese tipo lo follaba sin compasión. Caminar cinco horas no era gran cosa, pero Jongdae caminaba rápido y él, pues era bastante lento, le dolía el culo y las caderas, aun así el mayor no le diría nada, en cierto modo no le exigiría más.
Eran cerca de las 6:00 a.m. cuando llegaron a un lugar lleno de cintas amarillas, por deducción sabía que se trataban de las que pone la policía como prevención, Minseok se sorprendió un poco, se podían ver los restos de una casa algo grande, todo eran escombros y cenizas pero no a simple vista, se encontraba algo escondida detrás de unos árboles plantados a la entrada. Jongdae se asomó desde uno de los arboles asegurándose que no hubiera nadie, y en efecto no había ninguna persona.
- Andando – dijo caminando con Minseok detrás de él, pasaron las cintas sin romperlas y se adentraron en el terreno, caminaron con cuidado Minseok pisando por donde el mayor le indicaba, hasta que llegaron a la parte trasera de la casa, se encontraba una pequeña caseta, parecía la de jardinería, Jongdae sacó una pequeña llave de la cadena que llevaba en el cuello y abrió la puerta con cuidado.
- ¿Qué…hay en esta caseta? – Minseok se asomó con cuidado observado como Jongdae excavaba el suelo con una pala que había tomado de una esquina, quitando la tierra y poniéndola a un lado, Jongdae descubrió ante los ojos de Minseok una pequeña compuerta de madera, abriéndola delante de él, no era profunda, más o menos unos cuarenta centímetro de profundidad, dentro se encontraba otra maleta, cerrada, era gris, y se veía pulcramente brillante en la cubierta, en la manija había un sobre pequeño, Jongdae tomó la maleta y guardó el sobre con brusquedad en su bolsillo, cerró la compuerta, la enterró y dejó la pala en su lugar, para luego sacar de su antigua maleta un rociador, y con el líquido cubrió todo aquello que sus huellas pudieran haber tocado.
- Hyung… ¿Qué es todo eso? – Minseok solo podía observar con atención las acciones de Jongdae, era tan exacto y determinado, parecía que todo lo que hiciera lo tuviera planeado.
- Te explicaré después debemos irnos ahora – dijo rápidamente, poniendo todo en su lugar y saliendo lo más pronto posible de aquel terreno – Minseok, solo sígueme ¿bien?, no pares hasta que yo lo haga, tendremos que ir a un lugar antes de ir a casa - el pequeño solo asintió.
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9:00 a.m.
Esta vez el lugar no había sido tan lejano, pero sí bastante apartado, una vez se aseguraron que nadie podía verlos, Jongdae abrió su maleta, dentro habían muchos documentos, junto con varias herramientas que Minseok no reconoció, el mayor sacó una pequeña caja de regalo que se encontraba en una esquina de la maleta y la abrió, sacando unas llaves con un colgante de auto, bastante bonito a los ojos de Minseok, Jongdae rebuscó en todos los bolsillos, encontrando una chequera, revisándola vio varios billetes y tarjetas de crédito, sonrió guardando algunos billetes en su bolsillo y regresando todo a la maleta.
- Minseok – Jongdae llamó mientras se ponía de pie para caminar y sacaba al menor de sus pensamientos. Caminaron un par de calles, las personas no se detenían a mirarlos, pero ellos seguían caminando rápido y sin detenerse. Después de algunas vueltas se detuvieron en servicio de autos, Jongdae rodó los ojos indicándole a Minseok que entrara junto con él al establecimiento, tocó la puerta un par de veces en el despacho, ignorando las preguntas de las personas que laboraban en el lugar, hasta que finalmente abrieron, dando paso a un hombre gordo y algo desarreglado.
- Kim Jongdae – dijo el hombre con algo de amargura, sonrió de lado y dejó que los jóvenes entraran a su despacho - ¿Qué te trae por aquí, jovencito? –
- Sabes a que vengo – dijo fríamente el menor sosteniendo la mirada, el hombre rió causando un estremecimiento en el cuerpo de Minseok quien se había mantenido callado hasta el momento.
- Vaya, pero si eres igual de severo que tu padre, sé a qué vienes y créeme que mis hombres han hecho un buen trabajo para ti – el hombre se puso de pie, indicándoles que lo siguieran, ambos así lo hicieron. Los condujo por un pasillo, hasta llegar a una puerta blindada, varias empleadas observaban la escena, pero el hombre dio un grito y ellas volvieron a lo suyo. El hombre abrió la compuerta invitándolos al más pulcro lugar que podrían haber visto sus ojos.
- Bueno, aquí estamos jovencito, sígueme – conforme iban avanzando, podía ver los complejos sistemas de ensamblaje de autos – sé que por fuera el establecimiento es lamentable, pero debes saber que así es esta vida, la apariencias son primordiales, como pueden ver, este es el lugar en el que ensamblamos los autos, hechos al gusto de los clientes, los pintamos, amoldamos, diseñamos, creamos y recargamos, de manera que queden perfectos, cada diseño es único e inexistente en cualquier parte del mundo – habían terminado en un pasillo lleno de compuertas con autos sorprendentes y podían ver como los vehículos eran probados por los empleados, finalmente el hombre sacó de su bolsillo un control con muchos botones diminutos, presionando una combinación, la cual Jongdae pudo observar y memorizar al instante, sin que el hombre pudiera notarlo, una compuerta se abrió deslizando por una plataforma un auto azul ultramar, reluciente y con detalles en negro y plateado, era un modelo algo autentico, como una camioneta pequeña pero bastante espaciosa. El hombre observó el rostro inexpresivo de Jongdae y el increíblemente asombrado de Minseok.
- Joven Kim, este auto fue solicitado por sus padres especialmente para usted, seguimos cada una de sus órdenes y pedidos, para que estuviera seguro y a gusto, puede probarlo si gusta – Jongdae negó.
- No hará falta, mis padres confiaban en su trabajo, nos iremos ahora – el hombre asintió y mandó a algunos de sus hombres a ayudar con las maletas de los menores, mientras este se despedía.
- Espero verlo pronto joven Jongdae – el nombrado asintió.
- Gracias por el auto – el hombre se retiró y Jongdae prendió el auto, probando el motor - ¿No piensas subir? – se dirigió a Minseok, el cual estaba algo temeroso.
- ¿Sabes conducir? – dijo el pequeño algo nervioso, el mayor rió un poco, de forma burlona.
- Sé conducir, ahora sube, se hace tarde – el pequeño se arrepintió mentalmente, pero al final acepto, había llegado muy lejos como para dejar todo ahora. Se subió poniéndose el cinturón y los hombre le indicaron al mayor de los dos la salida del lugar.
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Jongdae resultó ser mejor conductor de lo que pareció, había conducido fuera de la cuidad por un par de horas y el estómago de Minseok comenzaba a gruñir, avergonzándolo delante de Jongdae, el cual intentaba ignorar aquellos sonidos. - Llegaremos pronto y podrás comer algo – dijo sin dejar de mirar al frente, el menor se ruborizó por la vergüenza.
- Lo siento… ¿A dónde vamos ahora? – temía que en algún momento el mayor lo mandara a callar por repetir la preguntas tantas veces.
- Estamos yendo a mi casa, viviremos en otra cuidad a partir de ahora, por el bien de ambos, así nadie nos buscará – el menor parecía algo inconforme con la respuesta, así que decidió indagar más. - Háblame de ti, prácticamente he aceptado dejar todo lo que conozco con una persona a la que no conozco – al mayor le pareció justo compartir un poco de su vida.
- De acuerdo, serán diez preguntas, así que piensa bien que me preguntarás – el menor asintió emocionado, Jongdae realmente parecía más frío de los que se mostraba.
- De acuerdo, primero quiero saber tus datos – el mayor asintió.
- Me llamo Kim Jongdae, tengo 16 años y nací en Seúl el 21 de septiembre, mi tipo de sangre es AB y soy libra – Minseok asintió procesando la información.
- ¿Por qué terminaste en el orfanato? –
- Mis padres murieron y soy menor de edad todavía – el pequeño asintió de nuevo, poniendo un dedo sobre sus labios, mientras pensaba en más preguntas.
- ¿Cómo murieron tus padres? – - En un incendio – dijo simplemente.
- ¿A dónde fuimos era tu antigua casa? – el mayor simplemente asintió.
- ¿Por qué me ayudaste cuando ese tipo estaba…haciendo…eso conmigo? – el mayor realmente no tenía una respuesta muy exacta.
- Porque no soy un robot y sé lo que está mal, cualquier persona lo habría hecho – el pequeño no lo creía así, muchas veces nadie lo había ayudado, de hecho además Jongdae nadie jamás lo había ayudado.
- ¿Por qué ese tipo te dio un auto? –
- Porque mis padres compraron el auto para mí, y ese tipo tiene una compañía que vende autos hechos a pedido – el pequeño se sentía muy asombrado, no sabía que existían cosas tan geniales.
- Si tú eres menor de edad ¿Quién será la persona que te cuide? – el mayor frunció los labios, pensando en lo que le esperaba en casa.
- Mi tía, ella es la hermana de mi madre y nos espera en casa, ella se hará cargo de mi hasta que pueda trabajar –
- ¿Estudias hyung? – el mayor negó.
- ¿Por qué? – dijo curioso el menor. - Porque ya me gradué de la escuela – dijo simplemente.
- Yo… preguntaría… “¿Cómo es posible?”, pero solo me queda una pregunta y aun quiero preguntar algo más – Jongdae suspiró con algo de flexibilidad. - De acuerdo, responderé y podrás hacerme una pregunta extra, pero solo una – el pequeño aplaudió entusiasmado.
- Bien gracias, ahora responde hyung – el mayor asintió.
- Me gradué dos años antes, porque fui calificado como genio, a la edad de 8 años, por eso me salté algunos años de la escuela, y estudié dos años adelantados de estudios superiores, pero los dejé por un tiempo antes de que mis padres murieran – el pequeño asintió – ahora dime tu última pregunta - el menor pensó detenidamente hasta que se le ocurrió. - De acuerdo, esto es lo último que quiero saber – el mayor asintió esperando la pregunta - ¿A qué se dedicaban tus padres? – el mayor respiró con dificultad, esperando que Minseok no lo notara…pesando…
- Mis padres… ellos eran… - …espías… Trabajaban para el servicio secreto de inteligencia del país...
Y yp tambien lo hago -